Por: Ariadna.
Segunda Semana: Día 8: Takeru.
Me gustaría saber que fue lo que pasó.
En la cueva, quiero decir.
Las cosas han estado extrañas desde ayer. Taichi y Ken no dejan de intercambiar miradas durante las comidas, lo mismo Iori y Daisuke.
Iori ha estado terriblemente atento conmigo. No es que me moleste, claro, pero... es raro.
Es rara la manera en que Miyako y Michael han tratado de evitarse también. Miyako me contó lo que pasó hace unos días y no es para menos, pero aún así...
Ninguno de los que estuvieron en la cueva se han dirigido la palabra.
¿Habrán discutido? Aunque Taichi y Daisuke parezcan muy explosivos, con los años se han vuelto escasas las ocasiones en que dejan salir su verdadero enojo en público, al menos cuando el problema es con uno de sus amigos.
Iori no ha querido decirme nada...
-Hey, Takeru.
La voy de Daisuke me sacó del ensimismamiento.
-¿Necesitas algo, Dai?
Él cierra la puerta tras de si y quedamos a solas en la habitación. Parece que los demás fueron al lago nuevamente, hay mucho silencio en la cabaña.
-Umm. – se ve nervioso. – Verás... necesito hablarte.
-Creo que eso es lo que estamos haciendo. – repliqué en tono levemente burlón.
Él se molesta fácilmente con comentarios así, pero también logran relajarlo cuando está tenso. No por nada llevo tanto tiempo conociéndolo como para conocer uno u otro truco...
-¡Hablo en serio! – me gritó, más exasperado que de costumbre. – Rayos...
Noto la línea cerrada que forman sus labios. No quiere mirarme a los ojos. ¿Qué le pasa?
-Lo siento. – me disculpé. Lo invité a sentarse junto a mi sobre la cama que compartimos Wallace y yo. - ¿De qué quieres hablar?
Pasaron al menos doce minutos antes que él se decidiera efectivamente a decir palabra.
Creo que alcancé a hacer mi lista de compras navideñas mentalmente con tanta espera...
-Takeru...
-¿Si...?
Parezco muy paciente pero no lo soy. Si Daisuke no dice nada luego ¡Voy a golpearlo!.
Cierro los puños, su nerviosismo se me está pegando.
-Yo... – se pasó la mano por el cabello. – Quería hablarte de algo importante.
Giré mis ojos, pero no dije nada.
Paciencia, paciencia...
¿De qué querrá hablar que le cuesta tanto?
-Es... Bueno, es algo que siento hace tiempo, y que creo...
Alguien golpeó la puerta. La cara de Iori se asomó levemente.
-Takeru, ¿Estás a...? – Notó mi compañía. – Oh, perdón por interrumpir si están ocupados.
A Iori se le nota muy fácilmente cuando está celoso. Me molesta un poco eso, y él lo sabe, pero supongo que no lo puede evitar.
Antes de yo decir algo, Daisuke se pone de pie.
-¡No es nada importante! – respondió acelerado. – Hablaremos en otra ocasión, los dejo solos.
-Pero... – y Daisuke abandonó el cuarto de un portazo. Suspiré. - ¿Cuál es su problema?
Iori no replicó, lo que se me hizo raro. Él por sobre todas las cosas siente celos por Daisuke. Vaya a saber alguien por qué, Iori sabe que sólo somos amigos...
-Pensé que estabas en el lago. – recordé, invitando a Iori sobre la cama donde hace un momento estaba Daisuke.
-Hay nubes oscuras afuera. – me contó. – al parecer lloverá en un rato.
-Y ahí se fueron nuestras vacaciones... – murmuré.
-Esperemos que sólo sea por hoy.
-Ajá.
Al contrario del silencio incómodo con Daisuke, Iori siempre me hace sentir calma. Él juega entrelazando sus dedos con los míos. Por un momento la conexión se siente bien, aunque...
-Hablé con Miyako.
... Solo lo hace cuando no sabe cómo hablar de algo importante.
-¿Qué pasa con ella?
-No ella, yo. – me corrige.
Suspiré y volví a preguntar.
-¿Qué pasa contigo?
-Le hablé de mis sentimientos hacia ella.
Le solté la mano.
Rayos, no me gusta sentir celos. No puedo controlarlos como Iori...
Sé muy bien cuales son sus sentimientos hacia Miyako. Él mismo me lo ha dejado saber en más de una ocasión, incluso cuando esa no es su intención.
¿Cómo puede él molestarse cuando estoy a solas con Daisuke y luego salir con un tema así?
-¿Y qué dijo ella? – interrogué, lleno de ansiedad.
-Lo que esperaba.
Alzé una ceja. Está muy calmado a pesar de notar mi molestia.
-¿Y qué esperabas?
-Que dijera que me quiere como amigo, y nada más.
Mi expresión cambió, sin tener claro qué hacer. ¿Debería consolarlo por el rechazo de su amor de infancia? ¿Es eso lo que él quiere?
-Y le encontré la razón. – agregó.
¿Huh?
-¿Qué dijiste?
-Tiene razón. Sólo somos amigos. Los mejores amigos, pero nada más.
-¿Entonces...?
Me tomó de improviso, colocando sus manos en mi mejilla y me besó.
Me aparté un poco, confuso. Sus ojos verdes estaba clavados en los míos.
-Discúlpame pro haber dudado de lo nuestro por un momento.
Aún aturdido por la espontaneidad, rara en él, no pude responder correctamente.
-... Uh, ok.
Él se ríe de mi torpeza y yo me sonrojo. Aún así, me siento bien.
No necesito de su parte profundizar nada más sobre lo nuestro o Miyako. Las cosas son como son, simplemente.
Ahora mi única duda es... ¿De qué habrá querido hablar Daisuke?
Fin del octavo Archivo.
Notas:
Finalmente seguí este fic. Los siguientes dos capítulos ya están listos, así que los subiré en nada de tiempo, espero. Ahora bien, durante la segunda semana la línea del fic va por arreglar la cadena amorosa y estabilizar a los personajes, pero claro, no todo es tan fácil...
