Día de los Inocentes.
Shaman King pertenece a Hiroyuki Takei; lo demás es mío...
2.- Un beso ¿inocente?
Igual de rápido que la caída de Yoh hacia Anna, el silencio cayó sobre todos los que habían presenciado esa escena, que ahora permanecían en donde estaban petrificados, sin atreverse a respirar; inclusos sus ojos apuntaban inmóviles hacia la pareja...¡Yoh había besado a Anna!
La sacerdotisa tardó varios segundos en comprender que la boca del shaman estaba unida a la de ella, y no podía hacer nada para remediarlo, ni siquiera para desvanecer el calor que brotaba de sus mejillas; no podía hacerse hacia atrás por el suelo, ni hacia delante porque el beso se prolongaría, y si intentaba mover la cabeza hacia los lados chocaría con uno de los brazos de Yoh, que tenía grabado en el rostro la misma expresión de asombro, confusión, turbación y un poco de pena. Y en este caso, la espera a que el chico hiciera algo no era muy agradable. ¡La estaba besando en pleno público!
Era más de lo que la muchacha podía soportar. Aquella vergüenza (¿Cómo se atrevía Yoh a fingir una caída y besarla para deshacer su enojo enfrente de todos?) hizo que nacieran en ella las fuerzas suficientes para arrojarlo al otro extremo del cuarto valiéndose de manos y pies, para luego abandonar el lugar escabulléndose a su habitación.
Por su parte Yoh, al caer sobre su prometida y notar como su boca había caído sobre la de ella, no pudo ni siquiera apartarse, o peor (o mejor) aún profundizar el "beso", no podía hacer nada. Su mente se había quedado en blanco, su mirada enfocada como perdida en el rostro de la itako, que era todo lo que ocupaba su cerebro. Apenas fue consciente de cómo salía despedido de donde se encontraba, y como su cuerpo iba a estrellarse dolorosamente contra la pared (afortunadamente está resistió).
-¡Yoh! -exclamaron Pilika y Ren, en tanto que Tamao dejaba escapar un gritito y Horo Horo hacía grandes esfuerzos para no reírse. No había resultado como se lo esperaba, pero igual era una broma. Rápidamente Tao y el hermano de Pilika se apresuraron a ir por lo que quedaba de su amigo, depositándolo al lado de la mesa, sobre varios almohadones.
-Yoh...¡responde! -gritó Ren zarandeando a su amigo, que poco a poco volvió en sí (no estaba del todo inconsciente, pero la caída lo había aturdido notablemente). Parecía que estaba bien, salvo por su cara, que si bien no había sufrido ningún golpe se veía diferente por su mirada, antes calmada ahora turbada y perdida en el vacío. De igual modo sus reflejos y la forma en que se sentaba parecían automáticos.
-¡Joven Yoh! -gimió Tamao al borde de las lágrimas.
-Creo que está bien Tamao, tranquilízate -le dijo Pilika abrazando a su amiga- Ese golpe y todo lo que pasó...solamente está confundido.
-Y ahora que pasará... -murmuró Ren pensativamente, mientras que el joven ainu se limitaba a recoger la mesa tranquilamente (relativamente).
-Lo mejor será tener todo limpio -musitó- No hay que traer más problemas a esta casa, si no queremos que Anna se transforme en un dragón. -agregó tratando de hacer reír a alguien. Los demás asintieron dejando a Yoh solo en la mesa, en tanto que Tamao discretamente se dirigía a la planta alta, titubeando durante unos segundos, tomó aire y entro al cuarto en el que Manta dormía profundamente, o al menos eso había sido, ya que el chico estaba recostado en el futón.
-Mi cabeza -susurró desesperado, mientras aparecía la figura de Tamamura ante el- ¡Hola Tamao!
-Hola joven Manta -susurró la chica cohibida- Venía a ver si se le ofrecía algo...
-Muchas gracias, pero estoy bien. Ya se me está pasando esta jaqueca...¿Qué tienes? -le preguntó al verla tan rara, y luego sonrojada.
-Joven Manta...¿usted...usted?
-¿Si...?
-¿Usted hizo esto?-le preguntó reteniendo la respiración al entregarle al rubio la nota que había encontrado en su cuarto. El chico la leyó rápidamente, y tras examinarla momentáneamente, se sumió en un reflexivo silencio cruzado de brazos. Tamamura esperaba con el alma en un hilo. Estuvo a punto de desmayarse de la sorpresa al ver que su amigo soltaba una profunda y sonora carcajada.
-¿Qué sucede joven Manta?
-¡Una broma! -exclamó el chico riéndose más fuerte- ¡Todo ha sido una mísera broma!
-¿Joven Manta?
-Deja te lo explico -respondió el chico levantándose, en tanto que la muchacha se arrodillaba esperando respuestas- Tamao...¿sabes que día es hoy?
-26 de Noviembre...¿porqué?
-Hoy es San Inocente...
-¡Día de los Inocentes! -exclamó a su vez Tamao- ¡Chitón!
-Como puedes ver eso explica fácilmente la nota, que algún bromista de pésima calidad te dejó -dijo Manta examinando el papel, mientras su amiga sonreía aliviada- No tienes porque preocuparte.
-Pero me pregunto quien habrá sido...-murmuró Tamamura.
-No creo que hayan sido Yoh, Anna o Ren, y si nos descartamos solo quedan Pilika y Horo Horo...pero no se sabe, no es muy seguro.
-Tiene razón joven Manta. Pero no entiendo porque le da tanta risa este asunto si es indignante -dijo la joven.
-Porque quiere decir que si a ti te hicieron esa broma, entonces yo también caí en otra.
-¿Cómo?
-Mira -respondió el muchacho dándole a Tamamura la carta que había recibido horas atrás, en donde se le negaba su fideicomiso- Ahora que lo pienso, los resultados de Harvard llegarían en 9 meses, fueran negativos o positivos. Algo me dice que fue el mismo bromista, pues también usó sus sucias tretas con una carta o una nota.
-¡Imposible! ¿Y cómo sabremos quién es? -preguntó Tamao leyendo atentamente la carta.
-Hay que estar atentos a cualquier cosa rara que pase, e indagar entre los sospechosos para ver quien es el culpable. ¡Solo así lo atraparemos! -exclamó Oyamada deseoso de hacer venganza por su propia mano a causa de la terrible desesperación que esa carta le había provocado.
-¡Si! -exclamó la chica entusiasmada- Entonces tendremos que empezar a indagar desde la comida, que curiosamente quedó con un sabor muy raro.
-...
-Y luego está la misteriosa caída del joven Yoh, que hizo que besara a la señorita Anna sin querer -agregó, poniendo más incrédulo a Manta.
-¿Qué Yoh qué? -exclamó el muchacho poniendo los ojos como platos.
-Sé que suena raro...pero fue una caída -musitó Tamao encogiéndose de hombros- ¿O no? -inquirió alzando la mirada.
-No lo sé...no podría saberlo sin que yo lo hubiera visto -suspiró el joven- Esto es un lío muy grande Tamao; estas notas..y luego ese beso..Hay que encontrar a ese bromista de poca monta lo antes posible, si no queremos que alguien más salga afectado en este día.
-¿Pero como lo haremos?
-Mmmm...ya se me ocurrirá algo.
~_~_~_~_~
-Estoy aburrida...-murmuró pesadamente Pilika enterrando su cara entre sus brazos, justo en el momento en que el reloj anunciaba las ocho de la noche. Ninguno de los que estaba con ella en la sala se preocupó por su comentario, lo que no era raro ya que los únicos que se encontraban ahí eran su hermano, Ren Tao e Yoh.
-Ay, en este día nada bueno ha pasado -se quejó la chica mirando significativamente a su hermano, que súbitamente adquirió un interés inusitado por el noticiero que empezaba.
-Mejor dejémoslo así ¿no? -le respondió el chino distraídamente continuando con la lectura de su libro, a lo que la muchacha protestó algo ininteligible y prendió el radio, no sin antes echarle una mirada a Asakura.
-Yoh...-dijo observando atentamente a su amigo, que seguía en el mismo lugar en donde se había sentado hace más de una hora, cuando ocurrió su "caída".
-No lo molestes -susurró el ainu despegando la vista del televisor- Puede que todavía le afecte lo de una hora atrás-agregó mirándola severamente. Su hermana asintió pesadamente desistiendo de su esfuerzo, además de que casi no se oía nada entre la música y los comentarios del locutor, por lo que decidió seguir platicando con Horo Horo. (¿No les parece extraño?)
-Hermano...si te das cuenta Tamao y Manta no han bajado...me preguntó porque -dijo- Y Anna no ha salido de su habitación para nada desde que...digo, algún día tendrá que abrir la puerta. -agregó echándola una ojeada a Yoh, que parecía mirar la televisión, pero su mirada (y sus pensamientos) andaban en otra parte.
-Ya sabes como es Anna. Y sobre Manta y Tamao... -el joven dejó escapar una risita- Creo que mejor lo dejamos así.- murmuró a media voz divertido por si Ren se enteraba de algo.
-¡Hermano! -exclamó la joven por encima del ruido de la habitación.
-Ya Pilika, cálmate...
-No tengo ni la más remota idea de lo que hablan -interrumpió el muchacho de cabello morado- Pero no me dejan leer con tanto ruido -dijo apagando rápidamente el radio y la televisión. Los jóvenes del norte lo voltearon a ver a un mismo tiempo y suspiraron, dejando aparte su plática.
-Pobre Yoh...-suspiró Pilika mirando al chico- Me pregunto que pasará por su mente.
Todos miraron al mencionado, que seguía con la mirada perdida en la pantalla sin vida del televisor.
-Yoh...-dijeron 3 voces, mientras que un par de manos sujetaban firmemente al muchacho por los hombros.
-¡Vamos, no puedes estar así toda la vida! -exclamó Horo Horo sacudiendo al shaman- ¡Solo fue una caída!
-Es como decir que solo fue Anna -opinó Ren.
-Pobre...si a mi un chico me cayera encima y me besará -Pilika miró por el rabillo del ojo a Ren antes de seguir- Si fuera una broma se lo perdonaría...
-Lo que debes hacer es hablar con Anna y explicarle lo que pasó y decirle que no se enoje -dijo el chino cerrando su libro de golpe- Es lo más sensato.
-¿Hablar...con Anna? -repitió el shaman de cabello castaño parpadeando confuso, como si mágicamente volviera a la vida.
-Si, Ren tiene razón; además no creo que te vaya a comer. Tendrá hambre por no haber cenado pero de ahí no pasa...-comentó el ainu escondiendo la risa que asomaba a sus ojos por la "cena" de ese día.
-Cena...¡Eso es! -exclamó su hermana golpeando la mesa entusiasmada- Yoh, lo que debe hacer es prepararle a tu prometida una rica cena y pedirle perdón por aquella caída, aunque no haya sido tu culpa.
-¡Si! Mi hermana tiene razón amigo...¿qué cosa mala podría pasar en ese plan? -preguntó el chico inocentemente.
-Mmmm...-meditó Asakura (ahora más vivo que en estado físico)- Es que ya no tengo el valor para verla a la cara después de eso -murmuró bajando la mirada- Ella se enojó mucho...de seguro no le gustó ese beso -agregó tristemente.
-Solo hay una forma de saberlo -repuso Tao arrastrando a su confuso amigo a la cocina.
~_~_~_~_~
Toc toc...
...
-¿Estará dormida?
-No lo creo.
-Toca de nuevo Tamao.
Toc toc...
-¿Se habrá escapado?
-¡Joven Manta! ¡Como pudo la señorita Anna hacer eso! Nadie se escapa por haber recibido un beso.
-Bueno, bueno, está bien; ahora toco yo.
Toc toc...
-¿Y si realmente sí se escapó?
-Tamao...
-Puede ser.
-Vamos; si hablamos con Anna quizá encontremos una conexión entre el misterioso bromista y esa "caída". Una vez más.
Toc to...La puerta se descorrió de golpe, revelándole a Anna (quien efectivamente se había quedado dormida tras darle muchas vueltas al asunto del beso con Yoh; tantos pensamientos inconclusos y teorías sin sentido y sin salida habían terminado cansándola, los golpes en la puerta despertándola) a Tamao, que miraba el lugar donde antes estaba la puerta con un poco de temor, y a Manta, que levantaba una mano en alto con el puño cerrado, a punto de golpear de nuevo.
-La próxima vez que aporrees mi puerta, Manta Oyamada, no podrás hacerlo en un mes -gruñó arreglándose de mala gana el cabello despeinado por la almohada y tantas vueltas en el futón que no tenían fin. Incluso la yukata que se usaba (quería dormir, dormir y no despertar de nuevo si era posible, olvidarse de todo) se veía arrugada en algunas partes.
-Lo...lo lamento -se disculpó el chico armándose de valor- Pero es que...
-¿Qué quieren? -interrumpió enojada cruzándose de brazos y recargándose contra el marco de la puerta.
-Queríamos hablar con usted señorita Anna...
-¿Sobre...?
-Es algo largo -dijo Manta- Si no te molesta...
-Habla, ya me despertaron así que no tengo otra opción.
-Bueno -empezó el chico tomando aire- ¿Recuerdas qué me emborraché? -la sacerdotisa asintió extrañada- Pues todo eso empezó por una misteriosa carta que recibí de parte de la "Universidad de Harvard", en donde negaban mi fideicomiso para estudiar allá en unos años. Con esa noticia me deprimí mucho y pues terminé como me vieron Pilika, Tamao y tú esta tarde.
-¿Y de eso me vienen a hablar? -preguntó cínica a punto de darse media vuelta.
-Espera; hace rato Tamao vino a verme y me comentó sobre una misteriosa nota que encontró en su cuarto -dijo mostrándole el papel y la carta a la rubia, quien los tomó entre sus manos y leyó rápidamente, sorprendida.
-¿Es una broma, verdad? -preguntó con cautela, a lo que los jóvenes asintieron mirando con enojo las cartas.
-Si -respondió Oyamada- Y todo porque hoy es San. Inocente...
-En otras palabras, Día de los Inocentes -recordó Kyouyama examinando los papeles- Mmm...en este día a mucha gente sin cosas importantes que hacer le divierte hacer bromas a sus conocidos con el pretexto de este día. Y si ustedes no fueron...
-El joven Ren no pudo haber sido; el es un chico muy serio.
-Y si lo piensas bien...-dijo Manta frunciendo del ceño- Pilika se fue con ustedes a Tokio, así que resulta imposible pensar que ella sea la bromista si no estuvo aquí cuando pasó lo de las cartas. Pero Horo Horo e Yoh...
-Yoh...-susurró Anna cambiando su expresión de sorpresa por una de enojo y turbación.
-Y...
-...
-...
-...
-¿Y...? -repitió la sacerdotisa mirando fijamente a los jóvenes, que guardaron silencio, no muy seguros de si debían hablar. Finalmente el muchacho empezó.
-Estábamos pensando que tal vez...tal vez el bromista se relacione con lo que pasó hace rato entre Yoh y tú.
La joven de la yukata frunció el ceño respirando profundamente sin ruborizarse.
-Eso fue un "accidente" -contestó gélida y cínicamente- provocado por ese inepto de Yoh.
-¿Y si no fue así? -objetaron al unísono Tamao y Manta, a lo que Anna abrió los ojos fúricamente.
-No me van a decir que ese tarado no me besó a propósito...no pudo haber sido una broma -dijo- Si fuera así, juró que...-sus manos se crisparon, como si estrangulará un cuerpo invisible, estremeciendo a los que la observaban.
-Señorita Anna -dijo Tamao atreviéndose a hablar- yo creo que si el joven Yoh quisiera besarla -una mirada enfurecida la atacó al instante, más la chica decidió continuar de una buena vez- Él no lo habría hecho de ese modo...
-¿Segura? -preguntó la otra levantando una ceja. Tamamura guardó silencio.
-Como sea -habló Manta tratando de romper el hielo- Anna, queríamos saber si nos podrías ayudar a desenmascarar a ese bromista.
-Está bien -contestó la rubia tras unos segundos- Solo que en esta casa sospecho de muchos y...
-¡Mi tablita podría ayudar! -exclamó Tamao entusiasmada corriendo rápidamente hacia las escaleras. Minutos después volvía, sosteniendo su tabla fuertemente entre sus manos, dirigiéndola una mirada de fervor.
-Mmm... -Manta se cruzó de brazos, inseguro...¿podría ese artefacto realmente ayudarles en su búsqueda? No estaba muy convencido...y mucho menos considerando que Tamao era apenas una aprendiza. Pero después de todo, era su amiga, y confiaba demasiado en los shamanes que no se negaba a intentarlo.
-No se preocupen; con mi tablita podremos saber quien es el culpable. Solo dejen llamo a Konchi y Ponchi para que...
-Entonces considéralo caso perdido -interrumpió Kyouyama mirando fijamente la tabla, con algo de recelo- Tus espíritus son torpes a la hora de adivinar, además de que varias veces entremezclan los resultados.
-Bueno, es que son algo revoltosos, pero no hacen daño. -dijo la muchacha tratando de no sonar nerviosa-No son malos señorita Anna... la mala soy yo -agregó tristemente- También mis adivinaciones no son muy precisas que digamos.
-Es mejor que nada -repuso la joven abriendo de lleno la puerta de su habitación- En mi cuarto no se escuchan sonidos del exterior, además de que tiene privacidad. Así que empieza a llamar a tus espíritus Tamao.
-Si señorita. -contestó la chica entrando al cuarto, seguida de Manta, quien miraba hacia todos lados con una especie de respeto mezclada con un poco de temor y curiosidad.
-Oye Anna -empezó mirando el futón desarreglado- ¿Por qué no le ayudas a Tamao en la adivinación?
-Mmm...esa no es mi especialidad, pero si de algo sirve intentaré -musitó enrollando su futón y guardándolo en el armario, dejando un espacio libre, en donde Tamao colocó la tabla, llena de caracteres japoneses grabados cuidadosamente sobre la madera. Acto seguido, los demás se arrodillaron a su lado; Anna encendiendo una vela que estaba en el armario y Manta observando como la muchacha de pelo rosa sacaba dos monedas de su bolsillo y las bendecía con una breve oración (colocándose una en cada mano). Anna a su vez se concentró, poniéndose en una especie de trance y colocando ambas manos encima de la tabla.
-Konchi, Ponchi -llamó Tamao. Las esencias del mapache y el zorro entraron en la tabla de adivinación, que súbitamente tomó vida y se vio iluminada. También las manos de la itako brillaban intensamente, sus ojos en blanco, en profunda concentración, apenas moviendo los labios rezando. Oyamada observaba fascinado.
-Necesitamos saber un nombre...-empezó Tamao, a lo que la tabla empezó a vibrar.- Ese nombre...¿tiene que ver con la carta de Manta? -poco a poco una de las monedas, guiada imperceptiblemente por la mano de la joven, se desplazó hasta la palabra "Sí". Manta tragó saliva, expectante.
-¿Y se relaciona también con la carta de amor que yo, Tamao Tamamura, recibí esta tarde? -preguntó. La otra moneda siguió el mismo curso que la primera.
-¿También se relaciona con el beso que Anna recibió esta tarde? -El grabado "Sí" ahora brillaba con más fuerza sobre la tabla, resaltándose sobremanera. Tamamura dejo escapar una corta exclamación, mientras que Anna fruncía el ceño, concentrada como estaba en rezar.
-Entonces...dínnos...¡dínnos quien fue el culpable de estas bromas! -exclamó Tamamura, las monedas escapándose de sus manos, yendo a parar en diferentes sílabas (N de A.: Recordemos el silabario japonés, que viene siendo lo que es para nosotros nuestro abecedario) rápidamente, sin que se pudiera comprender algo.
-¡Danos una pista en este mismo instante!
-No se entiende...-murmuró Manta. Ahora el brillo de la rubia cambiaba violentamente, de una tonalidad azul a una rojiza, su ceño más hendido sobre su frente. Finalmente, la chica retiró sus manos de la tabla, al instante apagándose este. Tanto Tamao como el chico voltearon a ver a la sacerdotisa, que respiraba pesadamente llevándose una mano al pecho.
-Lo siento -jadeó- Mi mente se fue a otro lado, recordé lo de esta tarde, y fue tanto mi coraje que...perdí la concentración. Tuve que retirar mi rezo, de lo contrario la tabla se hubiera destrozado...y es sagrada.
-También le podría haber pasado algo malo, señorita Anna -dijo Tamao preocupada.
-Pero Konchi y Ponchi consiguieron algo ¿verdad? -preguntó Oyamada ansioso. Los espíritus al instante salieron de la tabla.
-Solo sabemos que es el segundo chico más importante para Pilika -anunciaron al unísono, ya recuperada su forma natural.
-¿A Pilika? -preguntaron los 3 jóvenes asombrados.
-¿Quién podrá ser? -inquirió Manta reflexionando.
-El primero debe ser su hermano -dijo Anna- Y el segundo...no creo que Lyserg, y mucho menos de Chocolove o Ryu...además de que ellos no están aquí, obviamente -agregó, a punto de extinguir la llama de la vela con un soplo.
-Y si el joven Yoh no es...-susurró Tamao para sí misma.
-¡Es Ren! -gritó Manta emocionado, haciendo que Tamao soltara un grito de asombro, y que Anna, de la impresión, dejara caer su mano sobre la vela, apagándola con la palma de su mano.
-¡Mierda, mi mano! -exclamó enojada retirándola rápidamente y examinando su herida- Manta Oyamada... -empezó entornando los ojos.
-Ya voy, ya voy -dijo el chico escapando de la habitación velozmente, regresando de la misma forma con un botiquín.
-No era lo que pensaba, pero te la pasó -comentó Kyouyama mientras el muchacho examinaba su mano quemada, curándosela.
-¡El joven Ren! ¡Esto sí que es novedad! -exclamó Tamamura pensativa.- De entre tanta gente, nunca pensé que ellos dos...
-¿Pilika y Ren? Es como juntar la tundra con el desierto -agregó la sacerdotisa divertida- Pero bueno, ya se ve que el no es tan serio como parece, sobre todo si hizo esas bromas tan desagradables... -su cara se endureció, al igual que su voz.
-Todo se devuelve -comentó Manta colocando una gasa sobre la palma de su amiga.- ...y triple. Así que mejor estate quieta Anna, si no, no voy a terminar de...
-¡Claro que se llevará su merecido! -exclamó la itako levantándose súbitamente (a punto de derribar a Manta)- Ese chino me las pagará por haberme puesto en semejante situación -sus puños se cerraron, sin importarle que una de sus manos estuviera lastimada y le doliera.
-Anna...tu mano. Luego le das una paliza a Ren por todos nosotros ¿quieres?
-Está bien -respondió la chica sentándose pesadamente, algo apenada por comportarse de ese modo ante el chico que estaba curando su mano- Pero ustedes dos deben ayudarme a idear un plan igual a lo que el nos hizo...o peor.
Continuará...
~_~_~_~_~
Neko: Konnichi wa! n_n Ah, es hora de responder los queridos reviews ^^
Ren: ¬¬ Siempre dices lo mismo y siempre te pones como loca.
Neko: ¬¬ Oh, no me molestes y deja que los demás contesten n.n
Yoh: Anna15 tiene razón; en este fic hay Yoh/Anna n///n y otras parejitas ^- ^
Neko: Si! Al fin lo he continuado =_= tras haber salido de tantas tareas je je...
Pilika: Ni tanto ¬_-
Neko: (se encoge de hombros) Bueno, también estoy haciendo otros dos fics a la vez y no es cosa fácil...
Anna: ¬¬ Se refiere a tu koibito... Neko: Ah, mi Orlando-kun! *_____________*
Ren: (mira a Neko) Ahora que ya tiene la mente distraída podemos continuar sin que nos moleste esta desquiciada =)
Horo: Vaya, Diana-chan también quiere Yoh/Anna, que ya hay n.n y que es lo que vino ^^
Tamao: Tiene razón señorita Paulina-chan ^^ este fic es de misterio e intriga...espere...O_o Todavía no ha muerto, verdad?
Ren: ¬¬ Si eso pasa la culpa es de Neko por ser tan floja...
Neko: ¬¬ Oye! Tú no dirías eso si no te dejaran tantos deberes como a mi ¡o¡ Hago lo que puedo.
Tamao: Pero si usted es Neko-sama ^^
Neko: /////____//// Olvídalo...
Anna: Dita tiene razón ¬¬ el estúpido de Horo Horo siempre causa problemas ¬¬
Horo: ¿Pero yo que he hecho? (mirada inocente) O_O Y si hago algo es para bien n_n
Neko: ¬u¬ Te apoyo a medias...:D ¡Viva! Esto es mejor que las bromas de Chocolove! ^o^
Horo: Entonces ya podré hacer mi espectáculo nocturno cómico =D
Neko: Yo te ayudo n.n es preferible a ser de grande una dibujante fracasada que se va a hacer sus dibujitos en Coyoacán -_-U O al menos es lo que me dice mi familia ToT
Pilika: Tienes razón Lore-anime en que Neko es muy mala
Neko: ¬¬ No tenía nada de malo esa historia telefónica en donde lo corté los brazos a Sesho-sama y luego Youki-chan le hizo unos con palitos de paleta y plastilina... XDDD
Pilika: ¬¬ No me refería a eso -__-U
Neko: O_OU Ups...
Tamao: Pero aún así nos deja en suspenso ^_^...
Neko: Me alegra que esto sea entretenido y original n/n Bueeeeeeno, esto ha sido todo por este capítulo...
Todos: See ya!!!!
Shaman King pertenece a Hiroyuki Takei; lo demás es mío...
2.- Un beso ¿inocente?
Igual de rápido que la caída de Yoh hacia Anna, el silencio cayó sobre todos los que habían presenciado esa escena, que ahora permanecían en donde estaban petrificados, sin atreverse a respirar; inclusos sus ojos apuntaban inmóviles hacia la pareja...¡Yoh había besado a Anna!
La sacerdotisa tardó varios segundos en comprender que la boca del shaman estaba unida a la de ella, y no podía hacer nada para remediarlo, ni siquiera para desvanecer el calor que brotaba de sus mejillas; no podía hacerse hacia atrás por el suelo, ni hacia delante porque el beso se prolongaría, y si intentaba mover la cabeza hacia los lados chocaría con uno de los brazos de Yoh, que tenía grabado en el rostro la misma expresión de asombro, confusión, turbación y un poco de pena. Y en este caso, la espera a que el chico hiciera algo no era muy agradable. ¡La estaba besando en pleno público!
Era más de lo que la muchacha podía soportar. Aquella vergüenza (¿Cómo se atrevía Yoh a fingir una caída y besarla para deshacer su enojo enfrente de todos?) hizo que nacieran en ella las fuerzas suficientes para arrojarlo al otro extremo del cuarto valiéndose de manos y pies, para luego abandonar el lugar escabulléndose a su habitación.
Por su parte Yoh, al caer sobre su prometida y notar como su boca había caído sobre la de ella, no pudo ni siquiera apartarse, o peor (o mejor) aún profundizar el "beso", no podía hacer nada. Su mente se había quedado en blanco, su mirada enfocada como perdida en el rostro de la itako, que era todo lo que ocupaba su cerebro. Apenas fue consciente de cómo salía despedido de donde se encontraba, y como su cuerpo iba a estrellarse dolorosamente contra la pared (afortunadamente está resistió).
-¡Yoh! -exclamaron Pilika y Ren, en tanto que Tamao dejaba escapar un gritito y Horo Horo hacía grandes esfuerzos para no reírse. No había resultado como se lo esperaba, pero igual era una broma. Rápidamente Tao y el hermano de Pilika se apresuraron a ir por lo que quedaba de su amigo, depositándolo al lado de la mesa, sobre varios almohadones.
-Yoh...¡responde! -gritó Ren zarandeando a su amigo, que poco a poco volvió en sí (no estaba del todo inconsciente, pero la caída lo había aturdido notablemente). Parecía que estaba bien, salvo por su cara, que si bien no había sufrido ningún golpe se veía diferente por su mirada, antes calmada ahora turbada y perdida en el vacío. De igual modo sus reflejos y la forma en que se sentaba parecían automáticos.
-¡Joven Yoh! -gimió Tamao al borde de las lágrimas.
-Creo que está bien Tamao, tranquilízate -le dijo Pilika abrazando a su amiga- Ese golpe y todo lo que pasó...solamente está confundido.
-Y ahora que pasará... -murmuró Ren pensativamente, mientras que el joven ainu se limitaba a recoger la mesa tranquilamente (relativamente).
-Lo mejor será tener todo limpio -musitó- No hay que traer más problemas a esta casa, si no queremos que Anna se transforme en un dragón. -agregó tratando de hacer reír a alguien. Los demás asintieron dejando a Yoh solo en la mesa, en tanto que Tamao discretamente se dirigía a la planta alta, titubeando durante unos segundos, tomó aire y entro al cuarto en el que Manta dormía profundamente, o al menos eso había sido, ya que el chico estaba recostado en el futón.
-Mi cabeza -susurró desesperado, mientras aparecía la figura de Tamamura ante el- ¡Hola Tamao!
-Hola joven Manta -susurró la chica cohibida- Venía a ver si se le ofrecía algo...
-Muchas gracias, pero estoy bien. Ya se me está pasando esta jaqueca...¿Qué tienes? -le preguntó al verla tan rara, y luego sonrojada.
-Joven Manta...¿usted...usted?
-¿Si...?
-¿Usted hizo esto?-le preguntó reteniendo la respiración al entregarle al rubio la nota que había encontrado en su cuarto. El chico la leyó rápidamente, y tras examinarla momentáneamente, se sumió en un reflexivo silencio cruzado de brazos. Tamamura esperaba con el alma en un hilo. Estuvo a punto de desmayarse de la sorpresa al ver que su amigo soltaba una profunda y sonora carcajada.
-¿Qué sucede joven Manta?
-¡Una broma! -exclamó el chico riéndose más fuerte- ¡Todo ha sido una mísera broma!
-¿Joven Manta?
-Deja te lo explico -respondió el chico levantándose, en tanto que la muchacha se arrodillaba esperando respuestas- Tamao...¿sabes que día es hoy?
-26 de Noviembre...¿porqué?
-Hoy es San Inocente...
-¡Día de los Inocentes! -exclamó a su vez Tamao- ¡Chitón!
-Como puedes ver eso explica fácilmente la nota, que algún bromista de pésima calidad te dejó -dijo Manta examinando el papel, mientras su amiga sonreía aliviada- No tienes porque preocuparte.
-Pero me pregunto quien habrá sido...-murmuró Tamamura.
-No creo que hayan sido Yoh, Anna o Ren, y si nos descartamos solo quedan Pilika y Horo Horo...pero no se sabe, no es muy seguro.
-Tiene razón joven Manta. Pero no entiendo porque le da tanta risa este asunto si es indignante -dijo la joven.
-Porque quiere decir que si a ti te hicieron esa broma, entonces yo también caí en otra.
-¿Cómo?
-Mira -respondió el muchacho dándole a Tamamura la carta que había recibido horas atrás, en donde se le negaba su fideicomiso- Ahora que lo pienso, los resultados de Harvard llegarían en 9 meses, fueran negativos o positivos. Algo me dice que fue el mismo bromista, pues también usó sus sucias tretas con una carta o una nota.
-¡Imposible! ¿Y cómo sabremos quién es? -preguntó Tamao leyendo atentamente la carta.
-Hay que estar atentos a cualquier cosa rara que pase, e indagar entre los sospechosos para ver quien es el culpable. ¡Solo así lo atraparemos! -exclamó Oyamada deseoso de hacer venganza por su propia mano a causa de la terrible desesperación que esa carta le había provocado.
-¡Si! -exclamó la chica entusiasmada- Entonces tendremos que empezar a indagar desde la comida, que curiosamente quedó con un sabor muy raro.
-...
-Y luego está la misteriosa caída del joven Yoh, que hizo que besara a la señorita Anna sin querer -agregó, poniendo más incrédulo a Manta.
-¿Qué Yoh qué? -exclamó el muchacho poniendo los ojos como platos.
-Sé que suena raro...pero fue una caída -musitó Tamao encogiéndose de hombros- ¿O no? -inquirió alzando la mirada.
-No lo sé...no podría saberlo sin que yo lo hubiera visto -suspiró el joven- Esto es un lío muy grande Tamao; estas notas..y luego ese beso..Hay que encontrar a ese bromista de poca monta lo antes posible, si no queremos que alguien más salga afectado en este día.
-¿Pero como lo haremos?
-Mmmm...ya se me ocurrirá algo.
~_~_~_~_~
-Estoy aburrida...-murmuró pesadamente Pilika enterrando su cara entre sus brazos, justo en el momento en que el reloj anunciaba las ocho de la noche. Ninguno de los que estaba con ella en la sala se preocupó por su comentario, lo que no era raro ya que los únicos que se encontraban ahí eran su hermano, Ren Tao e Yoh.
-Ay, en este día nada bueno ha pasado -se quejó la chica mirando significativamente a su hermano, que súbitamente adquirió un interés inusitado por el noticiero que empezaba.
-Mejor dejémoslo así ¿no? -le respondió el chino distraídamente continuando con la lectura de su libro, a lo que la muchacha protestó algo ininteligible y prendió el radio, no sin antes echarle una mirada a Asakura.
-Yoh...-dijo observando atentamente a su amigo, que seguía en el mismo lugar en donde se había sentado hace más de una hora, cuando ocurrió su "caída".
-No lo molestes -susurró el ainu despegando la vista del televisor- Puede que todavía le afecte lo de una hora atrás-agregó mirándola severamente. Su hermana asintió pesadamente desistiendo de su esfuerzo, además de que casi no se oía nada entre la música y los comentarios del locutor, por lo que decidió seguir platicando con Horo Horo. (¿No les parece extraño?)
-Hermano...si te das cuenta Tamao y Manta no han bajado...me preguntó porque -dijo- Y Anna no ha salido de su habitación para nada desde que...digo, algún día tendrá que abrir la puerta. -agregó echándola una ojeada a Yoh, que parecía mirar la televisión, pero su mirada (y sus pensamientos) andaban en otra parte.
-Ya sabes como es Anna. Y sobre Manta y Tamao... -el joven dejó escapar una risita- Creo que mejor lo dejamos así.- murmuró a media voz divertido por si Ren se enteraba de algo.
-¡Hermano! -exclamó la joven por encima del ruido de la habitación.
-Ya Pilika, cálmate...
-No tengo ni la más remota idea de lo que hablan -interrumpió el muchacho de cabello morado- Pero no me dejan leer con tanto ruido -dijo apagando rápidamente el radio y la televisión. Los jóvenes del norte lo voltearon a ver a un mismo tiempo y suspiraron, dejando aparte su plática.
-Pobre Yoh...-suspiró Pilika mirando al chico- Me pregunto que pasará por su mente.
Todos miraron al mencionado, que seguía con la mirada perdida en la pantalla sin vida del televisor.
-Yoh...-dijeron 3 voces, mientras que un par de manos sujetaban firmemente al muchacho por los hombros.
-¡Vamos, no puedes estar así toda la vida! -exclamó Horo Horo sacudiendo al shaman- ¡Solo fue una caída!
-Es como decir que solo fue Anna -opinó Ren.
-Pobre...si a mi un chico me cayera encima y me besará -Pilika miró por el rabillo del ojo a Ren antes de seguir- Si fuera una broma se lo perdonaría...
-Lo que debes hacer es hablar con Anna y explicarle lo que pasó y decirle que no se enoje -dijo el chino cerrando su libro de golpe- Es lo más sensato.
-¿Hablar...con Anna? -repitió el shaman de cabello castaño parpadeando confuso, como si mágicamente volviera a la vida.
-Si, Ren tiene razón; además no creo que te vaya a comer. Tendrá hambre por no haber cenado pero de ahí no pasa...-comentó el ainu escondiendo la risa que asomaba a sus ojos por la "cena" de ese día.
-Cena...¡Eso es! -exclamó su hermana golpeando la mesa entusiasmada- Yoh, lo que debe hacer es prepararle a tu prometida una rica cena y pedirle perdón por aquella caída, aunque no haya sido tu culpa.
-¡Si! Mi hermana tiene razón amigo...¿qué cosa mala podría pasar en ese plan? -preguntó el chico inocentemente.
-Mmmm...-meditó Asakura (ahora más vivo que en estado físico)- Es que ya no tengo el valor para verla a la cara después de eso -murmuró bajando la mirada- Ella se enojó mucho...de seguro no le gustó ese beso -agregó tristemente.
-Solo hay una forma de saberlo -repuso Tao arrastrando a su confuso amigo a la cocina.
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Toc toc...
...
-¿Estará dormida?
-No lo creo.
-Toca de nuevo Tamao.
Toc toc...
-¿Se habrá escapado?
-¡Joven Manta! ¡Como pudo la señorita Anna hacer eso! Nadie se escapa por haber recibido un beso.
-Bueno, bueno, está bien; ahora toco yo.
Toc toc...
-¿Y si realmente sí se escapó?
-Tamao...
-Puede ser.
-Vamos; si hablamos con Anna quizá encontremos una conexión entre el misterioso bromista y esa "caída". Una vez más.
Toc to...La puerta se descorrió de golpe, revelándole a Anna (quien efectivamente se había quedado dormida tras darle muchas vueltas al asunto del beso con Yoh; tantos pensamientos inconclusos y teorías sin sentido y sin salida habían terminado cansándola, los golpes en la puerta despertándola) a Tamao, que miraba el lugar donde antes estaba la puerta con un poco de temor, y a Manta, que levantaba una mano en alto con el puño cerrado, a punto de golpear de nuevo.
-La próxima vez que aporrees mi puerta, Manta Oyamada, no podrás hacerlo en un mes -gruñó arreglándose de mala gana el cabello despeinado por la almohada y tantas vueltas en el futón que no tenían fin. Incluso la yukata que se usaba (quería dormir, dormir y no despertar de nuevo si era posible, olvidarse de todo) se veía arrugada en algunas partes.
-Lo...lo lamento -se disculpó el chico armándose de valor- Pero es que...
-¿Qué quieren? -interrumpió enojada cruzándose de brazos y recargándose contra el marco de la puerta.
-Queríamos hablar con usted señorita Anna...
-¿Sobre...?
-Es algo largo -dijo Manta- Si no te molesta...
-Habla, ya me despertaron así que no tengo otra opción.
-Bueno -empezó el chico tomando aire- ¿Recuerdas qué me emborraché? -la sacerdotisa asintió extrañada- Pues todo eso empezó por una misteriosa carta que recibí de parte de la "Universidad de Harvard", en donde negaban mi fideicomiso para estudiar allá en unos años. Con esa noticia me deprimí mucho y pues terminé como me vieron Pilika, Tamao y tú esta tarde.
-¿Y de eso me vienen a hablar? -preguntó cínica a punto de darse media vuelta.
-Espera; hace rato Tamao vino a verme y me comentó sobre una misteriosa nota que encontró en su cuarto -dijo mostrándole el papel y la carta a la rubia, quien los tomó entre sus manos y leyó rápidamente, sorprendida.
-¿Es una broma, verdad? -preguntó con cautela, a lo que los jóvenes asintieron mirando con enojo las cartas.
-Si -respondió Oyamada- Y todo porque hoy es San. Inocente...
-En otras palabras, Día de los Inocentes -recordó Kyouyama examinando los papeles- Mmm...en este día a mucha gente sin cosas importantes que hacer le divierte hacer bromas a sus conocidos con el pretexto de este día. Y si ustedes no fueron...
-El joven Ren no pudo haber sido; el es un chico muy serio.
-Y si lo piensas bien...-dijo Manta frunciendo del ceño- Pilika se fue con ustedes a Tokio, así que resulta imposible pensar que ella sea la bromista si no estuvo aquí cuando pasó lo de las cartas. Pero Horo Horo e Yoh...
-Yoh...-susurró Anna cambiando su expresión de sorpresa por una de enojo y turbación.
-Y...
-...
-...
-...
-¿Y...? -repitió la sacerdotisa mirando fijamente a los jóvenes, que guardaron silencio, no muy seguros de si debían hablar. Finalmente el muchacho empezó.
-Estábamos pensando que tal vez...tal vez el bromista se relacione con lo que pasó hace rato entre Yoh y tú.
La joven de la yukata frunció el ceño respirando profundamente sin ruborizarse.
-Eso fue un "accidente" -contestó gélida y cínicamente- provocado por ese inepto de Yoh.
-¿Y si no fue así? -objetaron al unísono Tamao y Manta, a lo que Anna abrió los ojos fúricamente.
-No me van a decir que ese tarado no me besó a propósito...no pudo haber sido una broma -dijo- Si fuera así, juró que...-sus manos se crisparon, como si estrangulará un cuerpo invisible, estremeciendo a los que la observaban.
-Señorita Anna -dijo Tamao atreviéndose a hablar- yo creo que si el joven Yoh quisiera besarla -una mirada enfurecida la atacó al instante, más la chica decidió continuar de una buena vez- Él no lo habría hecho de ese modo...
-¿Segura? -preguntó la otra levantando una ceja. Tamamura guardó silencio.
-Como sea -habló Manta tratando de romper el hielo- Anna, queríamos saber si nos podrías ayudar a desenmascarar a ese bromista.
-Está bien -contestó la rubia tras unos segundos- Solo que en esta casa sospecho de muchos y...
-¡Mi tablita podría ayudar! -exclamó Tamao entusiasmada corriendo rápidamente hacia las escaleras. Minutos después volvía, sosteniendo su tabla fuertemente entre sus manos, dirigiéndola una mirada de fervor.
-Mmm... -Manta se cruzó de brazos, inseguro...¿podría ese artefacto realmente ayudarles en su búsqueda? No estaba muy convencido...y mucho menos considerando que Tamao era apenas una aprendiza. Pero después de todo, era su amiga, y confiaba demasiado en los shamanes que no se negaba a intentarlo.
-No se preocupen; con mi tablita podremos saber quien es el culpable. Solo dejen llamo a Konchi y Ponchi para que...
-Entonces considéralo caso perdido -interrumpió Kyouyama mirando fijamente la tabla, con algo de recelo- Tus espíritus son torpes a la hora de adivinar, además de que varias veces entremezclan los resultados.
-Bueno, es que son algo revoltosos, pero no hacen daño. -dijo la muchacha tratando de no sonar nerviosa-No son malos señorita Anna... la mala soy yo -agregó tristemente- También mis adivinaciones no son muy precisas que digamos.
-Es mejor que nada -repuso la joven abriendo de lleno la puerta de su habitación- En mi cuarto no se escuchan sonidos del exterior, además de que tiene privacidad. Así que empieza a llamar a tus espíritus Tamao.
-Si señorita. -contestó la chica entrando al cuarto, seguida de Manta, quien miraba hacia todos lados con una especie de respeto mezclada con un poco de temor y curiosidad.
-Oye Anna -empezó mirando el futón desarreglado- ¿Por qué no le ayudas a Tamao en la adivinación?
-Mmm...esa no es mi especialidad, pero si de algo sirve intentaré -musitó enrollando su futón y guardándolo en el armario, dejando un espacio libre, en donde Tamao colocó la tabla, llena de caracteres japoneses grabados cuidadosamente sobre la madera. Acto seguido, los demás se arrodillaron a su lado; Anna encendiendo una vela que estaba en el armario y Manta observando como la muchacha de pelo rosa sacaba dos monedas de su bolsillo y las bendecía con una breve oración (colocándose una en cada mano). Anna a su vez se concentró, poniéndose en una especie de trance y colocando ambas manos encima de la tabla.
-Konchi, Ponchi -llamó Tamao. Las esencias del mapache y el zorro entraron en la tabla de adivinación, que súbitamente tomó vida y se vio iluminada. También las manos de la itako brillaban intensamente, sus ojos en blanco, en profunda concentración, apenas moviendo los labios rezando. Oyamada observaba fascinado.
-Necesitamos saber un nombre...-empezó Tamao, a lo que la tabla empezó a vibrar.- Ese nombre...¿tiene que ver con la carta de Manta? -poco a poco una de las monedas, guiada imperceptiblemente por la mano de la joven, se desplazó hasta la palabra "Sí". Manta tragó saliva, expectante.
-¿Y se relaciona también con la carta de amor que yo, Tamao Tamamura, recibí esta tarde? -preguntó. La otra moneda siguió el mismo curso que la primera.
-¿También se relaciona con el beso que Anna recibió esta tarde? -El grabado "Sí" ahora brillaba con más fuerza sobre la tabla, resaltándose sobremanera. Tamamura dejo escapar una corta exclamación, mientras que Anna fruncía el ceño, concentrada como estaba en rezar.
-Entonces...dínnos...¡dínnos quien fue el culpable de estas bromas! -exclamó Tamamura, las monedas escapándose de sus manos, yendo a parar en diferentes sílabas (N de A.: Recordemos el silabario japonés, que viene siendo lo que es para nosotros nuestro abecedario) rápidamente, sin que se pudiera comprender algo.
-¡Danos una pista en este mismo instante!
-No se entiende...-murmuró Manta. Ahora el brillo de la rubia cambiaba violentamente, de una tonalidad azul a una rojiza, su ceño más hendido sobre su frente. Finalmente, la chica retiró sus manos de la tabla, al instante apagándose este. Tanto Tamao como el chico voltearon a ver a la sacerdotisa, que respiraba pesadamente llevándose una mano al pecho.
-Lo siento -jadeó- Mi mente se fue a otro lado, recordé lo de esta tarde, y fue tanto mi coraje que...perdí la concentración. Tuve que retirar mi rezo, de lo contrario la tabla se hubiera destrozado...y es sagrada.
-También le podría haber pasado algo malo, señorita Anna -dijo Tamao preocupada.
-Pero Konchi y Ponchi consiguieron algo ¿verdad? -preguntó Oyamada ansioso. Los espíritus al instante salieron de la tabla.
-Solo sabemos que es el segundo chico más importante para Pilika -anunciaron al unísono, ya recuperada su forma natural.
-¿A Pilika? -preguntaron los 3 jóvenes asombrados.
-¿Quién podrá ser? -inquirió Manta reflexionando.
-El primero debe ser su hermano -dijo Anna- Y el segundo...no creo que Lyserg, y mucho menos de Chocolove o Ryu...además de que ellos no están aquí, obviamente -agregó, a punto de extinguir la llama de la vela con un soplo.
-Y si el joven Yoh no es...-susurró Tamao para sí misma.
-¡Es Ren! -gritó Manta emocionado, haciendo que Tamao soltara un grito de asombro, y que Anna, de la impresión, dejara caer su mano sobre la vela, apagándola con la palma de su mano.
-¡Mierda, mi mano! -exclamó enojada retirándola rápidamente y examinando su herida- Manta Oyamada... -empezó entornando los ojos.
-Ya voy, ya voy -dijo el chico escapando de la habitación velozmente, regresando de la misma forma con un botiquín.
-No era lo que pensaba, pero te la pasó -comentó Kyouyama mientras el muchacho examinaba su mano quemada, curándosela.
-¡El joven Ren! ¡Esto sí que es novedad! -exclamó Tamamura pensativa.- De entre tanta gente, nunca pensé que ellos dos...
-¿Pilika y Ren? Es como juntar la tundra con el desierto -agregó la sacerdotisa divertida- Pero bueno, ya se ve que el no es tan serio como parece, sobre todo si hizo esas bromas tan desagradables... -su cara se endureció, al igual que su voz.
-Todo se devuelve -comentó Manta colocando una gasa sobre la palma de su amiga.- ...y triple. Así que mejor estate quieta Anna, si no, no voy a terminar de...
-¡Claro que se llevará su merecido! -exclamó la itako levantándose súbitamente (a punto de derribar a Manta)- Ese chino me las pagará por haberme puesto en semejante situación -sus puños se cerraron, sin importarle que una de sus manos estuviera lastimada y le doliera.
-Anna...tu mano. Luego le das una paliza a Ren por todos nosotros ¿quieres?
-Está bien -respondió la chica sentándose pesadamente, algo apenada por comportarse de ese modo ante el chico que estaba curando su mano- Pero ustedes dos deben ayudarme a idear un plan igual a lo que el nos hizo...o peor.
Continuará...
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Neko: Konnichi wa! n_n Ah, es hora de responder los queridos reviews ^^
Ren: ¬¬ Siempre dices lo mismo y siempre te pones como loca.
Neko: ¬¬ Oh, no me molestes y deja que los demás contesten n.n
Yoh: Anna15 tiene razón; en este fic hay Yoh/Anna n///n y otras parejitas ^- ^
Neko: Si! Al fin lo he continuado =_= tras haber salido de tantas tareas je je...
Pilika: Ni tanto ¬_-
Neko: (se encoge de hombros) Bueno, también estoy haciendo otros dos fics a la vez y no es cosa fácil...
Anna: ¬¬ Se refiere a tu koibito... Neko: Ah, mi Orlando-kun! *_____________*
Ren: (mira a Neko) Ahora que ya tiene la mente distraída podemos continuar sin que nos moleste esta desquiciada =)
Horo: Vaya, Diana-chan también quiere Yoh/Anna, que ya hay n.n y que es lo que vino ^^
Tamao: Tiene razón señorita Paulina-chan ^^ este fic es de misterio e intriga...espere...O_o Todavía no ha muerto, verdad?
Ren: ¬¬ Si eso pasa la culpa es de Neko por ser tan floja...
Neko: ¬¬ Oye! Tú no dirías eso si no te dejaran tantos deberes como a mi ¡o¡ Hago lo que puedo.
Tamao: Pero si usted es Neko-sama ^^
Neko: /////____//// Olvídalo...
Anna: Dita tiene razón ¬¬ el estúpido de Horo Horo siempre causa problemas ¬¬
Horo: ¿Pero yo que he hecho? (mirada inocente) O_O Y si hago algo es para bien n_n
Neko: ¬u¬ Te apoyo a medias...:D ¡Viva! Esto es mejor que las bromas de Chocolove! ^o^
Horo: Entonces ya podré hacer mi espectáculo nocturno cómico =D
Neko: Yo te ayudo n.n es preferible a ser de grande una dibujante fracasada que se va a hacer sus dibujitos en Coyoacán -_-U O al menos es lo que me dice mi familia ToT
Pilika: Tienes razón Lore-anime en que Neko es muy mala
Neko: ¬¬ No tenía nada de malo esa historia telefónica en donde lo corté los brazos a Sesho-sama y luego Youki-chan le hizo unos con palitos de paleta y plastilina... XDDD
Pilika: ¬¬ No me refería a eso -__-U
Neko: O_OU Ups...
Tamao: Pero aún así nos deja en suspenso ^_^...
Neko: Me alegra que esto sea entretenido y original n/n Bueeeeeeno, esto ha sido todo por este capítulo...
Todos: See ya!!!!
