Slayers revenge.

Esta es la continuación del Slayers. Si no se lo quieren mamar, aquí esta el lemon. ¿oye estoy un poco ácida? Los comentarios y pensamientos son reales… No, mentira. Es toda ficción. ¡ Jaja! ¡Ilusas! ¿Creen que los chicos tendrán cuidado?... Tema para un foro…

Rina y Gaudi sintieron de inmediato el efecto esperado. Gaudi subió su mano, y Rina lo encontró tan guapo… Él besó su rodilla, y se sentó en la cama, abrazándola. Ella recargó su cabeza contra el ancho pecho de él, y jugaron con las manos.

-Cundo Fabricio te raptó, sentí tanto miedo, Gaudi. Hasta ése momento nunca me había dado cuenta de lo importante que eres para mí, Gaudi, yo…

-No hables, Rina, ya lo sé.- Ella levantó la vista, y s sumergió en su mirada tierna. Se besaron otra vez.

La mano de Rina recorrió el ancho y musculoso pecho de Gaudi. Él puso una mano el la cintura de Rina. Mandé al geniecillo que movió la mano de Gaudi un poco. Parece que le quedó gustando, porque al poco rato, la recorría, jadeando.

-E… Espera, Gaudi.- El se había comenzado a alejar, algo triste. Ella soltó la risa, y lo abrazó. Gaudi le devolvió el gesto, y sonó otro beso. Pero este beso fue especial, al menos para Rina, porque le hizo sentir una tirantez en el vientre y ponerse seria. Me refiero a las cosas que solo pueden sentir los humanos cuando son humanos. Cayeron sobre la cama, y en medio de besos y tiernas caricias sentían entre cosquillas, calor y deseo. Gaudi restó la ropa de Rina, y ella la de él. Y poco a poco fueron descubriendo sus cuerpos, con la ayuda de sus cinco sentidos.

A Gaudi le gustó el pecho pequeñote Rina, pero cuando el quiso quitarse el calzoncillo, ella se tapó los ojos. Un poco sorprendido por esto, rezongó - bueno, no me los quitaré. "aunque me muero de ganas que me pajee un rato" pensó.

En el jugueteo sexual comenzó a refregarlo por el clítoris de Rina. Ambos sentían un placer una excitación muy fuerte, algo así como cuando se te duerme una pierna, o un brazo, pero por todo el cuerpo, y muy agradable. Si cerraban los ojos, podían ver estrellitas de colores. Se sentía como una explosión de energía, y las ganas de hacer el amor se iban agarrando cada vez más de sus vientres, a cada movimiento, a cada suspiro, a cada beso.

-Gaudi…

-Dime Rina

-Eh… Deslizó su pubis hasta el pene de Gaudi- Mh…

-Ah, es eso lo que quieres, ¿No?

Rina se ruborizó.

- Rina… -La besó en la mejilla- si tú no estás segura ahora, yo entenderé. –Acarició un poco el rojo cabello- creedme que yo también siento miedo. (¿De qué? "De no poderte satisfacer").

-Gaudi- cerró los ojos Rina mientras lo empujó a su lado.

Quedaron frente a frente en la cama. Se besaron, y ella subió la rodilla rodeando la cadera de él.

Entré a la habitación, quería verlos de cerca. Me situé a los pies de la cama, con la nariz a la altura del colchón. Quedó a mi vista el tesorito de Rina y el de Gaudi. Él ya estaba totalmente excitado, y la penetró en forma algo brusca. Rina gimió de dolor.

-Lo siento, te hice daño?

-Bueno, creo que es normal es mi primera vez, Gaudi.

Gaudi me sonrió y me acarició la espalda, lo abracé, y siguió adelante. Me dolía bastante, incluso se me llenaron los ojos de lágrimas, pero al ver el placer reflejado en le cara de Gaudi, me hicieron tragarme el dolor, así que cerré los ojos. De pronto note que al moverme de cierta forma, se sentía algo mejor incluso que hace un rato. Continué buscando ese placer, y pronto llegué a un orgasmo completo, al mismo tiempo que el cuerpo de Gaudi se arqueaba sentí algo en mi vientre.

Nos separamos, me miró, y me besó. Él se sentó en la cama, y tocó mi entrepierna.

-Oh, dios- Dijo el sacar su mano ensangrentada.- Yo no sabía que…

-Tranquilo, es normal la primera vez- contestó incorporándose. – Al menos eso creo.

Él se agachó, y con su lengua fue limpiando la sangre.

-Gracias…-Fue lo ultimo que dijo antes que ambos se durmieran.

La luz del amanecer entró por la ventana del cuarto, iluminando estos dos cuerpos abrazados, que reposaban el uno sobre el otro.

Abrí los ojos, y lo primero que pude ver fue a Rina, desnuda. Es… Perfecta. Como enredadera en flor, no sé cómo compararla. Este cuerpo de diosa, que sí tiene curvas, aunque muy pocas. Ella estaba feliz, con su cabeza apoyada en mi hombro., sus piernas enlazadas con las mías, ella es tan suave, pura… Así dormida, parece una niña pequeña. Así es como quisiera verte siempre, Rina Imbers.

Con Gaudi, para terminar la historia, hicieron un pacto de mantenerlo en secreto. Después de descansar, partieron al lugar donde nos encontraríamos otra vez.

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