Capí­tulo 2

Al dÍ­a siguiente ya tení­an clase. Estaban todos plácidamente dormidos cuando se escuchó.

"HABÍA UNA VEZ UN CIRCO, QUE ALEGRABA SIEMPRE EL CORAZÓN"


Ya empezaban. Ese era el grito de guerra para levantarse que les había perseguido desde que a los 11 años entraron en la escuela de magia. ¿No podían cambiar la cinta? No, se ve que el presupuesto del colegio iba para otras cosas... ¿pero para qué? Ese era el gran misterio.

Los chicos y las chicas se levantaron y se pusieron el uniforme a regañadientes. Eran unos pantalones negros, camisa y jersey azul para los chicos y para las chicas era una falda azul con el jersey y medias del mismo color y camisa. Se vistieron como pudieron y salieron corriendo al Comedor, parecí­an los pitusos, sólo les faltaba que el gorro reglamentario fuera blanco. Tuvieron que salir corriendo a las 8 de la mañana porque el comedor estaba en dirección opuesta a las aulas.

Kerry, Renata y Ana se sentaron en sus sitios de siempre. El desayuno era un colacao con galletas. Desayunaron deprisa y corriendo y corrieron otra vez para las aulas. Miraron su horario los cuatro amigos [César, Ana, Kerry y Rena] y vieron que lo primero que tenían por la mañana era... POCIONES. ¿Por qué a las 8:30 de la mañana les tocaba con la Quasi? No lo sabían.

Clases con la Quasi

Quasi era la profesora más estricta del colegio y también la que más miedo daba. Se sentaron rápidamente y sacaron el libro y los pergaminos, junto con otros enseres como calderos, cucharones...

Allá­ entro Quasi. Todos sintieron un sudor frí­o que les corría por el cogote y tragaron saliva. Entró cargada de libros que los dejó caer sobre la mesa del profesor. Al oír el estruendoso ruido que se escuchó cuando los libros chocaron con la mesa casi les da un paro cardiaco.

"mmmm-empezó la profesora-Chicos.. ¿Habéis visto el anuncio del parque biológico?"

A los alumnos les dieron ganas de decir "No, nosotros no vemos la tele", pero sería una mentira como una casa así que dijeron: "Err... sí, ¿por qué?""-preguntó Jorge con miedo

"no, porque pareceis búhos"

y se empezó a carcajear con una risa horrible... todo el mundo, de los mismos nervios, comenzó a reírse.

Pronto el careto de Quasi se volvió amenazador. Echó una visual y vio a su alumna más odiada... Marta. Se acerco con cara de asesina de "Sé lo que hiciste el último verano"La tensión se respiraba en el ambiente.. Nadie quería mirar lo que iba a pasar...

"Mmmm... Mmmaarrtaaa.. iluuusa... aún me acuerdo cuando me rellenaste el examen con tinta rosa y poniendo corazoncitos en las íes"- dijo Quasi muy seria.

"¿No jodas que aún de acuerdas? Me cachis en la mar salada...."-respondió Marta muy serena.

"Recuerda Marta.. la próxima vez no seré tan benevolente"

"OH... ¡QUÉ MIEDO!"

Quasi se alejó de aquel asiento hasta la mesa del profesor y los miró uno a uno. Ahora estaban al borde las lágrimas... ¿por qué la gallinita dijo Eureka?

"César..mmm... sal a la pizarra"

César se levantó del asiento, pero de la presión se desmayó. Todos saltaron para decirle a Quasi que le llevaban a la enfermerí­a. Pero luego se acordaron que con esa excusa tenían menos futuro que Chewaka en un anuncio de medias mariclear porque el medimago sólo iba los Martes y Jueves de 12:30 a 12:35 [N/A: En mi colegio, ese es horario del médico, y no es coña], así­ que se limitaron a decir "Cúrate por la gloria de mi madre" y se olvidaron. Dejaron a César en el suelo y siguieron con la clase.

Transformaciones con la Espe...

Salieron de clase de la Quasi como cuarto de hora más tarde porque la puñetera les tenía siempre más tiempo del que debían. Los de la casa Azul llegaron tarde a clase de Espe, la jefa de su casa, que es la cosa más repelente que la chepa de la Quasi les quitó 50 puntos por llegar tarde. Estaban indignados de tener semejante jefa de casa... ¡¡50 PUNTOS?? .

Empezó la clase contándoles no sé qué historias de un examen opcional [según mencionó la palabra opcional la gente dejó de escucharla]. Bueno, la verdad es que nunca la escuchaban, pero si era opcional, pues menos aún. Rena, Kerry y Marta se intercambiaron los libros para escribirse movidas. A veces levantaban la vista y se partían to'l culo. A cada frase que decí­a, Espe hací­a un movimiento de pelo pantene y por encima del cuello de su jersey de cuello vuelto asomaban sus 321429234932 medallas de santos.. cada año era más penosa.

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Hasta aquí el capi 2, total, como no lo lee nadie pos da igual.