EL OMBLIGO DE HARRY

1. Dudley cae...

En este fan-fiction menciono hechos de los cuatro últimos libros que Jk Rowling ha publicado de Harry Potter; si no has leído el último y no quieres evitarte la sorpresa, no sigas leyendo hasta que lo consigas, porque te puedo estropear el final.

Harry Potter se levantó de la cama con los ojos rojos y completamente hinchados. Desde que vivía con los Dursley, no recordaba haber dormido una siesta tan mala como aquella. Tras restregárselos un poco con las manos, se acercó a la jaula de Hedwig, su lechuza blanca. Le dio pena molestarla porque se había pasado toda la noche cazando y ese era su momento de descanso. De todos modos, si la despertaba, ella haría ruidos, y era mejor no tener problemas con sus tíos.

Tía Petunia, era hermana de su madre, y lo había adoptado cuando lo encontraron en la puerta de su casa hace casi dieciséis años. Aún seguiría en la puerta si no hubiesen temido que la gente murmurara sobre ellos por abandonar a un miembro de su familia. Consideraba que los Potter eran el peor tipo de personas que existían...  Harry levaba en esa casa desde que tenía un año, pero solo había pasado cinco  con una habitación propia. Aunque la verdad, no le servía de mucho, porque solo pasaba allí los veranos, y siempre deseaba que las vacaciones pasaran lo más rápido posible para volver a su colegio, el mejor del mundo para magos y brujas: Hogwarts.

Los Dursley ya no amenazaban a Harry con sacarle del colegio, porque sabían que era imposible. Un año lo vino a buscar un gigante barbudo para llevarlo al colegio, otro se escapó  en un coche volador y un tercero salió corriendo de casa  tras inflar a Marge, la hermana de tío Vernon. El año pasado unos personajes muy extraños llegaron a la casa apareciendo por la chimenea e hicieron que Dudley casi se ahogara con su lengua. Ahora los Dursley preferían recordar a Harry que solo le quedaban tres años en su colegio, y que si se portaba mal, lo lamentaría entonces.

Hoy toda la familia se iría de vacaciones... menos Harry. Mientras corrían de un lado a otro preparando sus maletas, el se había tumbado en su cama y se había dormido. Lo más extraño era que no recordaba nada de lo que había soñado, aunque tenía una extraña sensación de malestar en el cuerpo.

- Me pregunto si habré dejado de tener conexión con Voldemort a través de mis sueños –pensó mientras bajaba al salón.

Lord Voldemort, el mago tenebroso más peligroso de todos los tiempos había asesinado a sus padres y había tratado de matarlo a él también varias veces. El año pasado había resurgido de los huesos de su propio padre, la carne de Colagusano y la sangre de Harry. Si eso no era suficiente mal recuerdo, muchas noches veía con exactitud los últimos momentos de Cedric, y se cuestionaba si tenía la culpa de todo eso.

Bajó lentamente las escaleras. Se había visto obligado en un par de ocasiones a pararse y pegarse a la pared, porque tía Petunia y Tío Vernon bajaban y subían muy rápido y no se molestaban en apartarse. En el salón, Dudley estaba viendo uno de sus programas de televisión favoritos, con un bañador y un gran (y de que era enorme no cabía duda) flotador con cabeza de patito. Cuando vió a Harry entrar, lo miró unos instantes con sus pequeños ojos de cerdito, y luego se tiró al suelo. El flotador actuó de airbag en un primer momento, pero explotó del impacto con un sonoro pluuummm.

Dudley comenzó a gritar. Tía Petunia, que en ese momento estaba en la cocina buscando bolsas de plástico para los rulos, chilló también. Tío Vernon dejó caer algo al suelo su habitación y bajó corriendo las escaleras, pero tropezó con uno de los últimos escalones. Gruñó al caer al suelo. Hedwig pareció despertar con el alboroto y se puso a ulular muy fuerte, batiendo sus alas en la jaula cerrada. A Harry sólo se le ocurrió llevarse las manos a la cabeza para taparse los oídos.

- ¡Dudders, mi niñito! –gritó Petunia.

Dudley estaba tumbado de espaldas, moviendo las piernas en el aire como un escarabajo al que le das la vuelta. Tío Vernon entró a tiempo para ver como ella intentaba levantar a su "pequeñín" entre quejido y quejido.

- ¡¡Tú!! –Vociferó tío Vernon señalando a Harry.

Un grito agudo de Dudley evitó que la conversación siguiera. Sus padres lo levantaron como pudieron hasta el sofá e intentaron tranquilizarlo. Petunia le trajo un vaso de refresco de limón mientras él le acomodaba unas almohadas debajo de la cabeza.

- Harry... –musitó Dudley a los tres minutos.

El señor y la señora Dursley se volvieron a Harry con miradas congeladoras. Ninguno se esperaba aquello.

- ¿...sí? –respondió Harry temeroso.

- Si muero... –continuó Dudley- ...si muero quiero que Harry...

Su voz sonaba entrecortada y mortecina, pero Harry notó que estaba fingiendo, porque en sus ojos tenía cierto matiz de malicia que los Dursley parecían confundir con fiebre.

- Mi niñito ¡estás ardiendo!

-¡ ... quiero que Harry sea enterrado conmigo! –terminó Dudley con cierto aire de triunfo, apartando la mano de su madre.

La sola idea de estar bajo tierra con Dudley, produjo arcadas a Harry. Desde luego que su primo había mejorado en imaginación en ese último año, pero seguía siendo algo malicioso. Comenzó una discreta retirada, hasta que la mano de tío Vernon se posó en su hombro.

- ¿DÓNDE CREES QUE VAS, HARRY? –dijo pomposamente.

- Pensaba ponerme mi mejor traje –ironizó Harry- por si Dudley muere... ya sabes. Con ese golpe que se ha dado.

Había dicho las dos últimas frases mirando a los ojos a su primo. No había medido el efecto de sus palabras. Todos se pusieron a gritar histéricos y tío Vernon apretó con más fuerza el hombro de Harry, mientras lo conducía al pasillo.

- Mira chico –le dijo una vez fuera- no sé que le has hecho a mi hijo, pero como no ha venido ningún bicharraco nocturno con una carta para ti supondré que no lo has hechizado.

Harry observó que Hedwig había dejado de hacer ruido. Miraba a tío Vernon a los pies, temiendo que le diera una patada en cualquier momento. En el salón Dudley lloriqueaba que no se quería morir.

- Y ahora, escúchame bien. Tendremos que llevar a Dudley a Urgencias para que le miren la espalda. ¿Sabrás llegar a casa de la señora Figg y mantenerte allí quietecito hasta que volvamos?

Harry se sorprendió de su suerte. Nunca pensó que su tío pudiera resultar tan ¿amable? no lo había regañado ni culpado por lo de Dudley. Ese no parecía Vernon Durlsley... Tía Petunia llamó a su marido.

-Bien, Harry, no quiero que entres ahí, así que sal inmediatamente hacia la casa de la vecina. SIN PROBLEMAS , recuerda.

***¿Se meterá Harry en problemas? ¿Dudley... MORIRÁ? ¿Dónde se quedará Harry si los Dursley se van de vacaciones? ¿Qué pasa con su ombligo?

Se admiten apuestas, propuestas y palabras de ánimo XD

Reviews, plizzzzzzz

**Este fic no pretende moralizar (buff, que palabrooooo) sólo entretener, y como poco, ya me estoy entreteniendo yo al escribirlo (jejeje).

El primer capi es solo una introducción, seguro que ya os sabéis toda la historia de Harry... luego vendrá la acción.

* Por supuesto que todos los personajes y ambientes son de Rowling, no le he pedido que me los preste, pero es poco probable que lea esto, asi que... :P