1. Peleando empiezan las cosas

Draco estaba harto. Pansy Parkinson llevaba ya cuatro horas persiguiéndole y no era nada agradable.

-Draco, Draco, Draco, - decía su voz chillona. - ¿vas a venir conmigo al baile? ¿Vendrás, vendrás, vendrás?

-Pansy, - ella sonrió ilusionada, por primera vez en toda la mañana él la había dirigido la palabra - piérdete y no te encuentres, ¿quieres?

Pansy, su prometida (sus padres soñaban si creían que se iba a casar con aquella pesada, que además era conocida por lo fácil y que tenía cara de bulldog), lo sacaba de quicio. La tenía encima toooodo el santo día. Excepto, claro, cuando estaba con sus múltiples conquistas, que solían hacer a Pansy sentirse inferior. Porque él era estupendo, claro. Y además, ESTABA estupendo. Y lo sabía. Sabía que podía tener a cualquier chica del colegio, y lo aprovechaba. Otra de sus pasiones eran las apuestas y los retos. En una ocasión, y por lo cual Marcus Flint le tuvo que dar quinientos galeones contantes y sonantes, estuvo con una chica cada día durante diez días. Y, lo mejor, a ninguna de ellas le importaba que hubiese otras mientras pudiesen seguir luciéndose con el Gran Draco Malfoy. Así que la semana siguiente pudo repetir. Otra cosa que lo sacaba de quicio: sus estúpidos padres. Sin duda, habían perdido toda la esencia de los Malfoy. ¿No son los Malfoys los mejores? Sí, lo son. Así que, ¿para qué molestarse en servir a Voldemort? ¡Que los demás les sirviesen a ellos, que para eso estaban! ¡Para ser servidos! La tercera cosa que le sacaba de quicio la tenía enfrente: San Potter, Pobretón Weasley y Sangre Sucia Granger. San Potter tan buenecito y perfecto (¡pamplinas!), Ron Weasley perrito... esto... amigo fiel que lo perseguía a todas partes. Y Granger, además de sangre sucia, empollona y resabida. Presenció un beso entre el pobretón y la sangre sucia. Qué asco y qué patético. Él (el gran Draco Malfoy) no saldría con semejante bicho jamás. Un par de chicas de tercero sus piraron a su lado. "¡Ya me gustaría a mí que mi novio me luciese sin ningún complejo!" dijo una de ellas. ¡Diablos! Él lucía a sus novias, pero sus novias no tenían ni mucho menos el aspecto de Granger (gracias a dios). Lo peor de todo: excepto Snape (el único profesor inteligente, por lo visto) TODOS los profesores los adoraban. Especialmente a Potter y a Granger. "Los profesores son unos carcas estúpidos" pensó. "Mira que preferir a Potter antes que a MÍ.... ja! Eso sí tenía gracia!"

Su vida era una mierda. Era ella, a lo mejor no la más guapa, a lo mejor no la más lista, pero sí la mejor (a secas). Ese ESTÚPIDO Potter salía con Luna, su mejor amiga. No era culpa de Luna, que incluso había pedido permiso, y a la cual le había dicho que no había problema. La culpa era de Potter, que en siete años que lo había perseguido (los cuatro primeros, LITERALMENTE) no había sido capaz de reparar en que ella ESTABA ALLÍ. Maldito miope. ¡Ya tenía el pelo rojo! ¿Qué hacía falta para que se la viera? ¿Carteles de neón? ¡Anda ya! Luego está Ron. Noooo, no es suficiente con que el niño que vivió no la hiciese caso, sino que cada chico (CADA UNO) que se la acercaba era inmediatamente ahuyentado por Ronald Weasley el del Complejo-de-hermano- mayor-sobreprotector. ¡Al diablo con Ron! Y, por último y no menos fastidioso, estaba el estúpido gilipollas de Snape. "Señorita Weasley, está usted en las nubes, diez puntos menos para Gryffindor y quiero diez pergaminos sobre está poción PARA MAÑANA." ¡Al diablo con Snape! Buscaría a alguien muggle, para que le mandase el último trabajo que le había hecho a Snape a una fotocopiadora. "¿En las fotocopiadoras muggles estarán acostumbrados a los pergaminos?". ¡Oh... qué tierno" pensó. Osea, que Ron y Hermione podían darse el lote en público sin que pasase nada, y ella tenía que pedir permiso para pedirle prestados unos apuntes a colin Creevey "A Colín Creevey!" siguió pensando.

-¡¡¡Mira por dónde vas, Weasley!!! - gritó Draco enfadado, al ver a la Weasley chocarse con él.

-¡¡¡A mí nadie me grita!!! ¿Me oíste? Ni tú, ni Ron, ni nadie!!! Ya tengo yo un huen día como para que Malfoy el ególatra, creido y narcisista - y tío bueno, añadió, pero para sí misma - me venga diciendo que mire por donde vaya!!! ¿Acaso has mirado tú? Noooooo. ¿Te crees que todo el mundo está a tu disposición? Unas cuantas imbéciles lo están, solo porque tienes los ojos bonitos, pero resulta que yo no soy una de ellas.

-¿Te parecen más bonitos los ojos de Potter, no? - dijo él, sin inmutarse aparentemente, mientras pensaba "caray con la niñata Weasley, y parecía callada!".

-¡Pues sí! - mintió ella - Lástima que su cerebro no valga mucho más que el tuyo.

-Y yo que pensé que estarías llorando como una tonta porque tu adorado Potter sale con tu amiguita del alma... - dijo él, riéndose sarcástico.

"Cabrón" pensó Ginny.

-Y yo que pensaba que tú estabas llorando porque en el partido del mes que viene Harry te volverá a ganar. - dijo ella - ¿Esta vez piensas volver a hacerte el inconsciente, como el año pasado? ¡Qué patético!

-¿Discutiendo, señorita Weasley? - la voz de Snape se dejó oir por detrás de ella. ¡Maldición!

-Comentando sobre Quidditch. - dijo.

-Eres mujer, - dijo Draco, mientras Snape se iba - ¿sabes algo de Quidditch?

-Por lo visto más que tú, machista de mierda.

-Además de mugrienta, feminista. Jamás encontrarás un solo hombre que te quiera hacer caso. - eso había dolido.

-Y tú jamás encontrarás a alguien capaz de quererte a ti, y no a tu físico o a tu dinero.

-Virginia Weasley. - gritó alguien por detrás - ¿Cómo tengo que decirte que no te metas en líos?

-¡Yo no me metí! - gritó ella - ¡Empezó él! Además, me sé cuidar solita!

-Yo solo quiero ayudarte! No me grites!

-Pues no lo estás haciendo! - vociferó ella - ¡Me ridiculizas! ¡Eso es lo que haces! ¡No necesito ayuda porque, para que lo sepas, a Malfoy le cojo yo la vuelta mejor que tú! ¡Cuando tú vas, Ron, yo vuelvo! ¡No olvides eso!

A Draco no le habría sentado bien eso, pero... se había ido porque llegaba tarde.

Acababa de tener Historia de la Magia, tal vez la materia más aburrida.

-Draquito... - dijo Zabini, en la mesa de al lado.

-Ni se te ocurra volver a repetir eso. Me recuerdas a Pansy.

-Parece que la Weasley se te resiste. Ya me han contado las cuatro voces que te dio esta mañana.

-Como si me importase. - dijo él.

-Bueno, hace dos días me dijiste que serías capaz de ir al baile con cualquier chica que yo dijese. - Zabini se sonrió - ¿Y si digo que vayas con la Weasley?

Draco valoró eso. Ya era hora de que alguien le propusiese un reto mínimamente difícil. Además, la chica estaba bastante bien. Si no fuese por el idiota de su hermano, varios chicos (incluido Zabini) estarían babeando tras ella.

-¿Mil galeones? - dijo Draco.

-Parece que estamos derrochadores. - dijo zabini.

-Y a mí me parece que no podrás comprar nada durante la semana siguiente al baile. - dijo Draco.

Dos días más tarde... Helen Zabini, de Slytherin pero también buena amiga suya, se acercaba corriendo.

-¡ADIVINA! - dijo - Tan solo, adivina.

-¿Qué? - preguntó Ginny.

-Malfoy apostó con mi hermano a que iría al baile contigo. ¿No es estupendo? Irás con Malfoy!!!

-¿Quién demonios te ha dicho que yo voy a querer ir con él? - preguntó Ginny.

Helen puso una cara rara, tan solo por un segundo.

-Mejor que ir con Neville otra vez....

-¡Puedo ir con cualquier otro!

-Exceptuando a Draco, - dijo Helen - ¿quién se enfrentaría a Ronald furibundo para ir contigo?

-¡¡¡Pues iré sola!!! ¿Qué pintamos Malfoy yo juntos en un baile? ¿Y yo qué gano? Él una barbaridad de galeones, y yo? Dinero no, claro no soy una pu...

-Para el carro. - dijo Helen - ¿De verdad dices que no vas a ir con Malfoy?

-NO. - negó Ginny.

A Helen le salió la vena Slytherin.

-Te hago una apuesta. Diez galeones a que vas con él.

-Hecho. Me viene bien la pasta.

Ginny se quedó pensando. Tal vez perdiese diez galeones porque:

Malfoy estaba bueno. Malfoy no se daría por vencido con facilidad. Que fuese con él al baile, no implicaba ningún tipo de relación. Aunque en muchos aspectos Harry fuese mejor que Malfoy, había que reconocer que Malfoy al menos veía. Porque, a fin de cuentas, ¿quién había gastado diez minutos de su mañana en hablar (mejor dicho, discutir) con ella? ¡¡¡Malfoy!!!