Capítulo 4:
*Toc, toc*
- ¿Sí?- respondió una voz suave desde el lado opuesto de la puerta
- Emmm... disculpad. Vuestra madre me ha pedido que...
Oyó a alguien levantarse y acercarse hacia la puerta, con paso lento. Tuvo tiempo de sobra para arreglarse el pelo revuelto; después de todo no quería causarle mala impresión a la dama que tendría que acompañar durante todo el camino de vuelta.
La puerta de roble blanco se abrió lentamente, con un sonido suave. Y en ese instante, la tormenta y el huracán se encontraron cara a cara. Serthor la miró despacio, sintiéndose culpable. Todo el camino había estado pensando cuan vanidosa, delicada y cobarde tendría que ser aquella que necesita de caballeros de Imladris para poder ir al Último Hogar... pero aquello que tenía ante sus ojos, no era lo que se había esperado.
Era hermosa, claro que era hermosa! Pero era como una flor arrancada del prado... Marchita, pero bella. Sus ojos estaban atormentados, portando la indistinguible marca de un dolor prolongado a lo largo de los años...
Una imperceptible sonrisa surcó los labios de la joven
- ¿Y vos sois...?
Su voz tan débil como una brisa al anochecer, lo sacó de sus pensamientos, trayendole violentamente de vuelta al mundo real. Se estremeció un poco y reaccionó todo lo rápido que pudo, incando una rodilla en el suelo, bajando la mirada, presentando sus respetos a la dama.
- Mis más sinceras disculpas, mi señora- dijo todo lo solemnemente que pudo- De nacimiento se me conoce como Serthor, soy soldado del ejército de Imladris...
De repente una mano apareció ante sus ojos, invitándole a levantarse. Alzó la vista hasta encontrarse con los ojos atormentados.
- No es necesario que os arrodilléis. No tengo cargo de noble, sabéis? Soy igual que vos.
- Pero es a vos a quien yo tengo que proteger y...
Listel soltó una pequeña carcajada ante eso
- Oh, vamos, vamos... Sé lo que debéis pensar de mí. Una niña caprichosa que no es capaz siquiera de sostener una daga en sus manos, me equivoco?
- Pues no... bueno si!- rectificó rapidamente intentando ordenar sus propias ideas- Me refiero...
- No necesitáis darme explicaciones, en serio. Sé que esto es una molestia para vos... para ambos...
"Para ambos?" se preguntó Serthor sin entender eso demasiado
- Pero decidme, y levantaros de una vez, por los vientos de Manwe!- exclamó casi exasperada Listel mientras cogía a la fuerza una de las manos de Serthor, obligándole a ponerse de pie
La frágil joven sonrió aliviada, soltándole.
- Así mucho mejor. Decía, que qué motivo os ha traído hasta mi habitación?
- Em... la cena que ya está lista
- Oh. Entonces vayamos
Serthor la siguió con la mirada a la figura mientras se encaminaba hacia la escalera, y en ese momento algo de pena se escurrió en sus ojos, acompañado de memorias. Que extraño se le hizo volver a ver un alma disipándose en la niebla del abandono, de la negación a vivir. Y cuando los recuerdos dolorosos comenzaron a colarse en su mente, la voz suave de la doncella lo devolvió nuevamente a su ser
- Me acompañáis, mi querido guardaespaldas?- ofreció Listel con una sonrisa
- S-sí claro!- apuró a decir el joven corriendo al lado de la dama
La cena transcurrió con normalidad, con algún gazapo de Serthor a la hora de guardar sus modales, mientras trataba de no lanzarse sobre el venado como si no hubiera comido en una semana (cosa que tampoco estaba demasiado lejos de la verdad).
- MMnnn, estaba delicioso...- dijo Serthor recostándose en su asiento, con cara de felicidad- Nunca había probado algo tan exquisito como esto... Tiene usted mucha suerte de tener una mujer tan buena cocinera!- continuó dirigiéndose a Nastel
- Lo que tiene de buena cocinera lo tiene de mal caracter, hijo mío...- le susurró de vuelta Nastel
- Te he oido!- dijo Lirian mientras lanzaba una mirada fulminante a su marido
- Pero si no he dicho nada, cariño!
- Como que no?!
Serthor desconectó de esa conversación, aún era demasiado joven para presenciar peleas matrimoniales. Giró su mirada hacia la joven q se sentaba a su izquierda.
Listel miraba su plato fijamente, sumida en sus pensamientos. Sus ojos estaban inexpresivos, y ni siquiera reparó en que estaba siendo observada. Suspiró una vez, y jugueteo con la comida de su plato mientras apoyaba el mentón sobre una mano; apenas había probado dos bocados.
- No váis a comer nada más?- preguntó Serthor de repente
Listel se sobresaltó y le miró alarmada
- Perdón?
- Que habéis comido muy poco.
- No tengo mucha hambre
- Pero en vuestro estado de salud deberíais comer más. No aguantaréis ni un día de camino si...
- Aguantaré, no os preocupéis- respondió la joven algo molesta
- Haced como queráis. De todas formas es una ventaja que comáis tan poco...
- Ah, si?
- Sí, así no tendré que preocuparme en velar por vuestra seguridad- dijo el joven apoyando sus manos detrás de la cabeza, recostándose en la silla- Ningún orco o depredador cazaría una presa compuesta unicamente de huesos
Toda la mesa se volvió hacia ellos ante a extraña aura de ira que emanaba de Listel. La elfa le miraba con ojos furiosos, q se volvieron mas incandescentes aún cuando Serthor emitió una ligera risilla. Y tras un instante, la furia se reprimió en los ojos de Listel, para ser substituida por lágrimas.
La joven se levantó de la mesa, y huyó escaleras arriba, hacia su habitación. Sethor la vió alejarse, no había sido su intención herirla, sólo le estaba gastando una pequeña broma
- ¡Shertor!- gritó de repente Erestor- ¡¿Qué demonios has hecho?!
El joven clavó sus ojos en el suelo, avergonzado
- Yo no prentendía...- susurró
- ¿¿Tú no pretendías que??... Oh, Aule... que demonios voy a hacer contigo, eres un caso
- Dejale, Erestor- intervino de repente Lirian- Listel es demasiado sensible, y lo que le ha dicho Serthor es una evrdad, después de todo. Listel tiene que volver al mundo real...
- Pero...
- Mi mujer tiene razón, Erestor... Listel estará molesta, pero no es tonta, sabe que es verdad, es sólo huesos... Fantasma de lo que una vez fue... quizás ahora, que se ha dado cuenta...
- Aún así, no debería haber dicho nada.
Nastel negó con la cabeza
- No, lo ha hecho sin maldad. No es culpable de nada.
Serthor respiró aliviado. Pero aún así, no consiguió aplacar el sentimiento de culpa que invadió su corazón. Las lágrimas de Listel, le acompañaron durante toda la noche...
((Continuará))
Muchìsimas gracias a todas por los reviews, me alegro de verrdad que esta historia guste a alguien. (creo que ya he dicho esto con anterioridad :/) Bien, no importa, no cansaré nunca de dar las gracias ^^
Un abrazote para toas y en especial a Lothluin, q es un gran apoyo.
Muchisimas gracias, nuevamente
~Ireth
*Toc, toc*
- ¿Sí?- respondió una voz suave desde el lado opuesto de la puerta
- Emmm... disculpad. Vuestra madre me ha pedido que...
Oyó a alguien levantarse y acercarse hacia la puerta, con paso lento. Tuvo tiempo de sobra para arreglarse el pelo revuelto; después de todo no quería causarle mala impresión a la dama que tendría que acompañar durante todo el camino de vuelta.
La puerta de roble blanco se abrió lentamente, con un sonido suave. Y en ese instante, la tormenta y el huracán se encontraron cara a cara. Serthor la miró despacio, sintiéndose culpable. Todo el camino había estado pensando cuan vanidosa, delicada y cobarde tendría que ser aquella que necesita de caballeros de Imladris para poder ir al Último Hogar... pero aquello que tenía ante sus ojos, no era lo que se había esperado.
Era hermosa, claro que era hermosa! Pero era como una flor arrancada del prado... Marchita, pero bella. Sus ojos estaban atormentados, portando la indistinguible marca de un dolor prolongado a lo largo de los años...
Una imperceptible sonrisa surcó los labios de la joven
- ¿Y vos sois...?
Su voz tan débil como una brisa al anochecer, lo sacó de sus pensamientos, trayendole violentamente de vuelta al mundo real. Se estremeció un poco y reaccionó todo lo rápido que pudo, incando una rodilla en el suelo, bajando la mirada, presentando sus respetos a la dama.
- Mis más sinceras disculpas, mi señora- dijo todo lo solemnemente que pudo- De nacimiento se me conoce como Serthor, soy soldado del ejército de Imladris...
De repente una mano apareció ante sus ojos, invitándole a levantarse. Alzó la vista hasta encontrarse con los ojos atormentados.
- No es necesario que os arrodilléis. No tengo cargo de noble, sabéis? Soy igual que vos.
- Pero es a vos a quien yo tengo que proteger y...
Listel soltó una pequeña carcajada ante eso
- Oh, vamos, vamos... Sé lo que debéis pensar de mí. Una niña caprichosa que no es capaz siquiera de sostener una daga en sus manos, me equivoco?
- Pues no... bueno si!- rectificó rapidamente intentando ordenar sus propias ideas- Me refiero...
- No necesitáis darme explicaciones, en serio. Sé que esto es una molestia para vos... para ambos...
"Para ambos?" se preguntó Serthor sin entender eso demasiado
- Pero decidme, y levantaros de una vez, por los vientos de Manwe!- exclamó casi exasperada Listel mientras cogía a la fuerza una de las manos de Serthor, obligándole a ponerse de pie
La frágil joven sonrió aliviada, soltándole.
- Así mucho mejor. Decía, que qué motivo os ha traído hasta mi habitación?
- Em... la cena que ya está lista
- Oh. Entonces vayamos
Serthor la siguió con la mirada a la figura mientras se encaminaba hacia la escalera, y en ese momento algo de pena se escurrió en sus ojos, acompañado de memorias. Que extraño se le hizo volver a ver un alma disipándose en la niebla del abandono, de la negación a vivir. Y cuando los recuerdos dolorosos comenzaron a colarse en su mente, la voz suave de la doncella lo devolvió nuevamente a su ser
- Me acompañáis, mi querido guardaespaldas?- ofreció Listel con una sonrisa
- S-sí claro!- apuró a decir el joven corriendo al lado de la dama
La cena transcurrió con normalidad, con algún gazapo de Serthor a la hora de guardar sus modales, mientras trataba de no lanzarse sobre el venado como si no hubiera comido en una semana (cosa que tampoco estaba demasiado lejos de la verdad).
- MMnnn, estaba delicioso...- dijo Serthor recostándose en su asiento, con cara de felicidad- Nunca había probado algo tan exquisito como esto... Tiene usted mucha suerte de tener una mujer tan buena cocinera!- continuó dirigiéndose a Nastel
- Lo que tiene de buena cocinera lo tiene de mal caracter, hijo mío...- le susurró de vuelta Nastel
- Te he oido!- dijo Lirian mientras lanzaba una mirada fulminante a su marido
- Pero si no he dicho nada, cariño!
- Como que no?!
Serthor desconectó de esa conversación, aún era demasiado joven para presenciar peleas matrimoniales. Giró su mirada hacia la joven q se sentaba a su izquierda.
Listel miraba su plato fijamente, sumida en sus pensamientos. Sus ojos estaban inexpresivos, y ni siquiera reparó en que estaba siendo observada. Suspiró una vez, y jugueteo con la comida de su plato mientras apoyaba el mentón sobre una mano; apenas había probado dos bocados.
- No váis a comer nada más?- preguntó Serthor de repente
Listel se sobresaltó y le miró alarmada
- Perdón?
- Que habéis comido muy poco.
- No tengo mucha hambre
- Pero en vuestro estado de salud deberíais comer más. No aguantaréis ni un día de camino si...
- Aguantaré, no os preocupéis- respondió la joven algo molesta
- Haced como queráis. De todas formas es una ventaja que comáis tan poco...
- Ah, si?
- Sí, así no tendré que preocuparme en velar por vuestra seguridad- dijo el joven apoyando sus manos detrás de la cabeza, recostándose en la silla- Ningún orco o depredador cazaría una presa compuesta unicamente de huesos
Toda la mesa se volvió hacia ellos ante a extraña aura de ira que emanaba de Listel. La elfa le miraba con ojos furiosos, q se volvieron mas incandescentes aún cuando Serthor emitió una ligera risilla. Y tras un instante, la furia se reprimió en los ojos de Listel, para ser substituida por lágrimas.
La joven se levantó de la mesa, y huyó escaleras arriba, hacia su habitación. Sethor la vió alejarse, no había sido su intención herirla, sólo le estaba gastando una pequeña broma
- ¡Shertor!- gritó de repente Erestor- ¡¿Qué demonios has hecho?!
El joven clavó sus ojos en el suelo, avergonzado
- Yo no prentendía...- susurró
- ¿¿Tú no pretendías que??... Oh, Aule... que demonios voy a hacer contigo, eres un caso
- Dejale, Erestor- intervino de repente Lirian- Listel es demasiado sensible, y lo que le ha dicho Serthor es una evrdad, después de todo. Listel tiene que volver al mundo real...
- Pero...
- Mi mujer tiene razón, Erestor... Listel estará molesta, pero no es tonta, sabe que es verdad, es sólo huesos... Fantasma de lo que una vez fue... quizás ahora, que se ha dado cuenta...
- Aún así, no debería haber dicho nada.
Nastel negó con la cabeza
- No, lo ha hecho sin maldad. No es culpable de nada.
Serthor respiró aliviado. Pero aún así, no consiguió aplacar el sentimiento de culpa que invadió su corazón. Las lágrimas de Listel, le acompañaron durante toda la noche...
((Continuará))
Muchìsimas gracias a todas por los reviews, me alegro de verrdad que esta historia guste a alguien. (creo que ya he dicho esto con anterioridad :/) Bien, no importa, no cansaré nunca de dar las gracias ^^
Un abrazote para toas y en especial a Lothluin, q es un gran apoyo.
Muchisimas gracias, nuevamente
~Ireth
