Capitulo 1.

Ya era muy tarde, el día había vuelto a llegar a su fin, reviso por ultima vez a los caballos antes de irse hacia la cabaña. Se preparo algo para cenar y luego salió al porche. El cielo estaba lleno de estrellas, estaba muy cansada, había sido un día largo, los últimos niños del campamento, lo habían abandonado ese mismo día, la temporada de verano había acabado, los monitores y la cocinera también se habían ido, solo quedaba ella. Volvería de nuevo a pasar el invierno allí sola, ya llevaba dos años haciéndolo, cuidaba de los caballos y de volver a prepararlo todo de nuevo en junio.

Solía estar siempre muy ocupada y era feliz allí entre las montañas, sin ruido, sin contaminación, sin nadie, pero siempre tenia esa extraña sensación de que algo le faltaba y ella sabia perfectamente que era, claro que lo sabia, por eso era Granger sabelotodo, la bruja mas inteligente del colegio Hogwarts de bruja y hechicería, o eso había sido una vez, ahora solo era Hermione Granger, la dueña del campamento del rayo, siempre le preguntaban porque le había puesto ese nombre y ella siempre decía que fue lo primero que se le ocurrió, pero no era así, era un recuerdo de el, de su cicatriz.

Solo eso tenía de todos esos años que permaneció en el mundo mágico, evocaciones a un pasado que quería olvidar, aun le dolía demasiado, nunca dejaría de hacerlo, porque sabia que el que ella fuera bruja era razón por la que habían asesinado a sus padres el ultimo año en  Hogwarts, lo intento superar con todas sus fuerzas, pero no podía, un día se dio cuenta de que ya no tenia fuerzas y entonces se rindió termino sus estudios y abandono el mundo mágico para siempre, no dejo rastro de ella, vendió todo lo que tenia y  compro el campamento de eso ya habían pasado tres años. Pero todas las noches mirando las estrellas veía a cierto pelirrojo que le molestaba con alguna contestación y la abrazaba para reconfortarla y unos ojos verdes que la hacían olvidarse de todo.

Ya estaba de nuevo recordando y no quería, mas de una vez había pensado en lanzarse a sí misma un hechizo para olvidar, pero luego se daba cuenta de que para que el dolor se detuviera tendría que olvidar toda su vida, sus veinte años, el dolor por la muerte de sus padres era muy fuerte, pero lo que con ellos vivió también. Decidió acostarse antes de que por su mente pasaran mas recuerdos de los que quisiera recordar, por un segundo volvió a pensar en el hechizo para olvidar, pero como siempre lo termino por descartar. Se puso su camisón y se metió en su cama, había mucho silencio a su alrededor, no le costo conciliar el sueño, estaba agotada.

Un golpe la despertó, tranquila Hermione, se dijo, seguro que fue tu imaginación, té estas dejando llevar, pero otro golpe y un grito le hicieron pensar que tal vez no fuera su imaginación, abrió despacio la puerta de su habitación y salió de puntillas, oía murmullos se acerco y miro dentro del salón, todo estaba oscuro, una sombra y un susurro la hicieron sobresaltarse, debían ser ladrones.

- Alto – grito ella  - tengo una nueve milímetros y sé utilizarla – dijo intentando dar la máxima seguridad a su voz, aun cuando estaba temblando.

- ¿Qué ha dicho que tiene? – pregunto una voz.

- Nueve milímetros – contesto otra.

- Vaya cosa – dijo una tercera – yo tengo diez centímetros y también lo sé utilizar ¿Si no preguntarle a Linda la chica con la que salgo esta semana?

- Esta semana, pero si estamos a martes. ¿Qué le paso a Bárbara?

- Nada, solo que me canse de ella, era un poco agobiante.

- Pero si la conociste el viernes pasado.

- Ya ¿y que?

¿Y que?, Pensaba Hermione, pero que clase de ladrones eran esos, venían a asaltar una casa y terminaban discutiendo sobre las novias que habían tenido. Pensó en encender la luz, pero dejo la idea de lado cuando se dio cuenta de que entonces descubrirían que no tenia ninguna pistola, así que soltó lo primero que se le ocurrió.

- Esto es allanamiento de morada, si no se van inmediatamente me veré obligada a disparar, no duden que lo haré, la ley me ampara y estoy en mi pleno...

- Joder sigue soltando los mismos discursos de siempre es increíble.

- No yo creo que es aun peor, porque yo no entendí nada.

- Ni yo tampoco.

Pero bueno eso era demasiado, esos bastardos la venían a asaltar y encima sé tenia que quedar callada escuchando como se metían con ella, un momento que querían decir eso de los mismos discursos.

- Lumus – dijo una de las voces. Hermione se quedo paralizada, eran brujos, como podía ser – hola Hermione.

- ¿Ron? – el chico la abrazo muy fuerte, ella no le pudo corresponder, estaba muy sorprendida - ¿cómo me habéis encontrado?

- Yo bien ¿y tu? – le contesto él.

- ¿Dónde esta esa cosa que sirve para que se prenda la luz? – pregunto  una voz, no le podía ver el rostro, pero estaba casi segura de que esa voz le resultaba familiar.

- Espera ahora la enciendo – fue hacia el interruptor y le dio, se giro y los vio a tres pelirrojos allí,  mirándola con una sonrisa en la cara.

- Esta bien tu casa.

- Gracias ¿Fred?

- Sí. ¿Que té pasa ya no nos puedes distinguir?

- ¿Qué estáis haciendo aquí?

- Eres un poco desconsidérala – contesto el otro gemelo – te venimos a visitar y ni si quiera nos ofreces algo para beber.

- ¿Visitar? Veras espero no ofenderos pero – miro su reloj – resulta que después de las dos de la mañana las visitas no suelen ser bien recibidas.

- No te preocupes –  le decía Fred mientras se sentaba en el sofá – no nos ofendes ¿Tienes algo para beber?

- ¿Que?

- Ya sabes cualquier cosa.

- Ya lo entendí – grito ella tan alto que sobresalto a los otros – estoy soñando, claro es eso, esto es un sueño, en realidad vosotros no estáis aquí, ni yo tampoco, estoy en mi cama durmiendo. Eso me pasa por cenar demasiado. Ahu – grito de dolor al recibir un peñizco en su brazo.

- Si duele no es un sueño – le contesto George junto a ella – pero bueno que té pasa estas tonta.

- Venga prepara tu baúl – le dijo ron.

- ¿Mi baúl?

- No te digo que esta tonta. Haber Hermione, coge tus cosas – le dijo despacio – metelas en el baúl, esa cosa rectangular que sirve para guardar la ropa, libros.

- Sé lo que es un baúl gracias George. Pero no tengo.

- ¿Cómo que no tienes? – interrogo Ron – todos los magos tienen un baúl, lo recuerdas, llevas demasiado tiempo en el mundo muggle.

- Esto es ridículo – ya esta se había enfadado, se metían en su casa le daban ordenes y encima se reían de ella, esto ya era él limite – primero quiero que me digáis que hacéis aquí. Segundo como habéis llegado y tercero como me habéis encontrado y lo quiero saber ya.

- Ya veo que tu genio no ha disminuido en esto años – le contesto Ron sentándose junto a Fred.

- Ya es ahora Ron, no mañana, ahora.

- Bueno tranquila no te alteres. Venimos a por ti. Por la chimenea. Siempre supimos donde estabas.

- A por mí ¿Para qué?

- Mama – comenzó Fred – esta empeñada en que tienes que venir a la boda y no  ha dejado de fastidiarnos hasta que te hemos venido a buscar y no vamos a volver sin ti, no tenemos ganas de que se enfade.

- ¿Qué boda? – se arrepintió en el mismo momento de preguntar y si era Harry quien se casaba, no soportaría esa respuesta, así que rápidamente añadió – bueno me da igual, no pienso ir.

- Si que iras – le contesto George.

- No, no iré.

- Si – le dijo Ron – porque si tu no vas, nuestra madre es capaz de colgarnos y no vamos a cargárnosla por tu culpa.

- No iré.

- Sí iras.

- No

- Sí

- No

- Sí

- No te recuerda esto a viejos tiempos – le dijo Fred a su hermano.

- Si, si hasta me estoy emocionando – le contesto haciendo que se secaba una lagrima de los ojos.

- Bueno se acabo vas a venir y no hay mas de que hablar.

- No, no iré, no me estas escuchando.

- Iras y le dirás tú a mi madre lo que quieras, pero a nosotros nos han mandado que te llevemos y eso es justo lo que vamos a hacer. Puedes ir a vestirte o ir en camisón tu decides, pero ten por seguro que vendrás.

- No te atreverás Ronald Weasley.

- No me pongas a prueba Hermione, no sabes de lo que soy capaz – ella pudo ver la cara de determinación de el.

- Bien, iré a ver a tu madre y a decirle que no iré a esa estúpida boda, sea de quien sea.

- Es de Ginny, ella se casa con... – Hermione se quedo paralizada porque él tardaba tanto en decir quien era.

- ¿Con quien? – para que le preguntas Hermione, pensó, si no lo quieres saber, no, no quiero, si que quiero, no, no quiero.

- Con Neville – dijo entre dientes Ron.

- ¿ Longbottom?

- Conoces a otro acaso.

- Pues no. ¿Pero Neville?

- Ya lo sé, ya lo sé, pero es bueno con ella y la quiere y según mi madre con eso es suficiente.

- Nosotros creemos que cuando él queme su casa por uno de esos hechizos que siempre le salen al revés – añadió Fred – tal vez cambie de opinión.

- ¿Vendrás no? – interrogo George, Hermione miro a Ron.

- Dadme media hora.

- Te hemos esperado tres años, media hora no será tanto – Hermione le miro cuando le dijo eso, estaba enfadado, lo conocía lo suficiente como para saberlo.