Capitulo 2
Tardo casi una hora en coger algo de ropa meterla en una maleta, hacer su cama, vestirse y después escribir una nota a Jimmy un chico que la ayudaba con los caballos, donde le explicaba que se ausentaría unos días que se ocupara de todo, reviso que toda la casa estuviera bien cerrada y luego se volvió a reunir con ellos en el salón.
- ¿Estas lista? – le pregunto Fred
- Si, ya lo tengo todo.
- Pues vamonos.
- No ¿Quiero saber algo antes?
- Por dios esta mujer no va a dejar de preguntar – Hermione le lanzo una mirada de odio a George.
- ¿El qué? – interrogo Ron.
- ¿Antes me dijiste que siempre supisteis donde estaba?
- Si, mas o menos tres meses después de que desaparecieras, te localizamos.
- ¿Por qué no vinisteis antes?
- ¿Porque te fuisteis sin despedirte?
- No haz contestado a mi pregunta.
- Ni tú a la mía.
- Te contestare cuando tu me contestes.
- No cuando tu me contestes a mi yo te lo diré.
- Harry por dios, podéis pasar horas así- grito Fred – él lo averiguo, pero también fue él quien nos dijo que no te molestáramos, si habías decidido dejar todo atrás, eso también nos incluida a nosotros, de vez en cuando alguno a pasado por aquí, para saber si te iba bien, o necesitabas algo, pero te dejamos en paz.
- ¿Harry?
- Si – le contesto Fred – ya sabes ese chico moreno con gafas y una cicatriz en la frente.
- Se acabo – dijo George. Es tarde y quiero dormir un poco. Vamonos. ¿Te acuerdas aun como sé hacia esto? – le pregunto señalando a la chimenea.
- Si, todavía lo recuerdo.
- Vale, pues yo voy primero. Dame eso – le cogió la maleta y se la arrebato de las manos, se metió en la chimenea – a la madriguera – Fred lo siguió y después Hermione, sintió como todo su cuerpo era propulsado cerro los ojos, nunca le había gustado esa manera de viajar por muy rápida que fuera. Puso sus manos delante para amortiguar el golpe, pero un brazo la sostuvo antes de que cayera, miro y vio a Fred.
- Gracias – se sacudía la ceniza de su ropa cuando recibió un abrazo que casi la deja sin aire.
- Hola cariño ¿Cómo estas?
- Hola señora Weasley. Estoy muy bien ¿y usted?
- Bien cielo muy bien. Té noto muy delgada, no debes comer bien ya veras para cuando te levantes te haré un desayuno – paro un momento de hablar mirando a su hijo que acababa de salir de la chimenea – riquísimo. ¿Estas cansada? Seguro que si, es normal es que a estas horas, pero teníamos miedo de que algún muggle los viera, ¿Espero que no te hayan molestado? – termino diciendo mirando a sus hijos
- No tranquila. Si la verdad es que tengo algo de sueño.
- Ron llévala a la habitación de Ginny.
- No se preocupe todavía me acuerdo de donde esta.
- No importa, así te podrá llevar el baúl.
- No tiene baúl mama – contesto George – solo tiene esta cosa – añadió levantado la maleta.
- Da igual, subirla a la habitación – Ron cogió la maleta y subió las escaleras seguido por Hermione, llego a la habitación y entro, dejo la maleta debajo de la ventana.
- ¿Y Ginny?
- Ella vive con Neville, pero vendrá mañana o pasado. Buenas noches.
- Buenas noches – ella no se molesto en volver a ponerse el pijama, estaba cansada de verdad, se quito los zapatos y se tiro sobre la cama, inhalo el olor de la habitación, le encantaba ese aroma siempre que había venido toda la casa olía igual. Cerro sus ojos y se dejo llevar por el sueño.
Oía voces a su alrededor, mas bien murmullos, pero no le apetecía abrir los ojos tenia mucho sueño.
- ¿No te contó nada?
- Ya te he dicho que no.
- ¿Pero le preguntaste verdad. ?
- Bueno no exactamente.
- Cómo que no exactamente, ¿qué significa eso? ?
- Oye tranquilo, ya tuve bastante con traerla, no quería venir.
- No a cambiado ¿verdad?
- No, no lo ha hecho.
- La echaba de menos.
- Y yo también.
- ¿Crees que ella nos echaría de menos a nosotros?
- No lo sé Harry.- cuando ella oyó ese nombre se le congelo la sangre, no podía ser el también estaba ahí, tenia la esperanza de que no le vería, que no se enfrentaría a el, bastante tenia ya con Ron, pero la suerte no la acompañaba, bueno y desde cuando la suerte le ayudaba - vamonos anda no se vaya a despertar y nos pille aquí - oyó como se cerraba la puerta. Unos minutos después ella estaba de nuevo dormida. Se despertó ya tarde, se dio una ducha y bajo, los gemelos y ron se encontraban desayunando la señora Weasley, preparaba comida y el señor Weasley en ese momento se levantaba. La vio y le sonrió.
- Hermione cuanto tiempo te hemos echado de menos. ¿Cómo has estado? Así que tienes un campamento, me gustaría que me explicaras que es eso exactamente. Pero deberá ser mas tarde, ahora debo irme a trabajar. Adiós pequeña. Adiós cariño. Hijos –
- Adiós papá – no cabía duda de que el señor Weasley no había cambiado nada.
- Siéntate cielo - le digo la señora Weasley mientras le ponía la comida en le plato - ¿Has dormido bien?
- Sí gracias.
- Bien come, come - Hermione comenzó a comer, tenia hambre. Ron a su lado leía el profeta mientras desayunaba- ¿Qué dice?
- ¿Qué mas te da? Tu ya no tienes nada que ver con el mundo mágico.
- Ron no seas mal educado – le regaño su madre.
- No importa – contesto Hermione – él tiene razón.
- Lo ves mama yo tengo razón.
- Me da igual quien tiene razón o no. Buenos días cariño ¿Cómo te encuentras?
- Muy bien, aquí siempre duermo de maravilla – Hermione no se giro, sabia perfectamente de quien era esa voz – buenos días a todos – se sentó al otro lado de Ron y comenzó a degustar su desayuno - ¿Qué dice el profeta?
- Lo de siempre – le contesto su amigo – en la página tres vuelven a hablar sobre la victoria de la selección inglesa sobre la búlgara.
- Le diste un buen repaso a Krum – le digo Fred – todavía debe estar en el campo pensando lo que paso.
- ¿Krum? – interrogo Hermione - ¿Victor Krum?
- ¿Que pasa de el si quieres saber?
- Solo era una pregunta, no creo que sea para ponerse así.
- Voy a ir al callejón Diagón a comprarme la túnica para la boda ¿Quieres venir Ron?
- Si, a ver si me compro la mía de paso.
- ¿Por qué no va Hermione con vosotros? Así se la puede comprar ella también.
- Vera señora Weasley, es que yo no voy a ir a la boda.
- Claro que iras, pero que tonterías estas diciendo, Ginny esta deseando verte, como no vas a ir su boda. Si iras y vosotros la llevareis a comprarse su túnica, no la dejéis sola por el callejón, hace mucho que no va.
- Si mama – contesto Ron – como no.
- Pasáis por la tienda – añadió Fred – y se la podemos enseñar a Hermione, hemos hecho muchos cambios desde la última vez que estuviste allí.
- A lo mejor esas cosas son demasiado mágicas para la señorita – corto Ron. Ella no le contesto, sabia que si la hacia solo terminaría en una pelea y no era lo que más le apetecía ahora.
Cuando terminaron de desayunar, Hermione quiso ayudar a la señora Weasley a recoger, pero ella no se lo permitió, así que se sentó a esperar a que los dos chicos bajaran, tardaron unos minutos en aparecer, se despidieron y salieron por la puerta, Hermione los siguió hasta un coche que había aparcado fuera de la casa. Ron abrió la puerta del copiloto y echo el asiento para adelante, esperando para que ella subiera, cuando lo hizo lo volvió a poner en su sitio y se sentó. Hermione se sentía incomoda allí, no sabia que decirles.
- Fred me ha contado que ha vuelto a cambiar de novia.
- Que quieres que te diga Harry, al menos esta vez la a dejado, la anterior estuvo saliendo con George dos semanas.
- Si, menudo escándalo se armo cuando se entero – rió el muchacho.
- ¿Vendrán Charlie y Bill a la boda? – pregunto Hermione, una buena pregunta para romper el hielo.
- Claro – le contesto Ron – nuestra familia no deja a la gente tirada – o tal vez no era tan buena.
Llegaron al callejón, Harry dejo el coche aparcado en una calle muggle cercana, entraron en el Caldero Chorreante, saludaron a Tom que miro a Hermione con detenimiento, pasaron a la pared, le dieron unos golpecitos a los ladrillos y entraron en el callejón. Hermione lo miraba todo con detenimiento intentando encontrar alguna diferencia, pero no la había, todo estaba prácticamente igual a como lo recordaba. Fueron a Gringotts a que ellos sacaran dinero de su cuenta y ella aprovecho para cambiar dinero muggle, estaba esperando a que los dos chicos volvieran cuando alguien le agarro por el hombro y la giro.
- Sabia que eras tu – bueno si llevaba un mal día, estaba claro que podía empeorar – pero mira quien ha vuelto – le dijo dando vueltas alrededor de ella – estas mucho mejor de cómo te recordaba.
- Déjame en paz Malfoy.
- Tu siempre tan amable Granger. Por cierto ¿Qué tal tus padres? – aquellas palabras causaron el efecto en ella que él quería.
- ¿Qué tal el tuyo Malfoy? ¿Ya consiguió escapar de Azkaban? – le susurraron por detrás.
- Como no, san Potter al rescate. Que té pasa solo mantenía una agradable charla con ella.
- Dudo que ella quiera hablar contigo.
- Al menos déjame intentarlo no. Tal vez a ella le apetezca tomar un café conmigo.
- No gracias no quiero.
- Pues es una pena Granger, porque a mí me apetecía, mucho – le dijo mientras se iba.
- Ya veo que el no a cambiado – murmuro Hermione a Harry, pero el no contesto, solo miraba como Draco salía por la puerta del banco.
- ¿Qué quería Malfoy? – pregunto Ron llegando hasta ellos.
- Tonterías como siempre – contesto Harry – bueno vamos a mirar las túnicas.
Los dos chicos escogían las túnicas que llevarían a la boda de la hermana de Ron, Harry tenia una de color gris oscuro y ron, miraba una verde botella que le enseñaba la dependienta, mientras Hermione, miraba una por una las túnicas que estaban allí, como si nunca las hubiese visto, encontró una de color lila, se la pidió a la dependienta y esta se la saco, se la probo. Hacia mucho que no llevaba una, había olvidado el tacto suave de la seda, se miro al espejo, le gustaba como le quedaba, por el reflejo puedo ver como Harry la miraba fijamente, se puso nerviosa y desvió la mirada. Compraron las túnicas y salieron.
- Vamos a ver a los gemelos – dijo Harry.
- Si, le querían enseñar la tienda a Hermione.
- Oye porque no vais delante – les dijo ella – quiero cómprales algo para Ginny y Neville.
- Te acompañamos – contesto Ron.
- No hace falta, ir yendo, ahora me reúno con vosotros. ¿La tienda sigue en el mismo sitio?
- Si, además la ves desde lejos tiene un cartel luminoso – termino ron siguiendo a Harry que ya había empezado a andar.
Hermione se dirigió al lado contrario que iban ellos, no sabia lo que les podía comprar, la verdad es que nunca había acudido a una boda en el mundo mágico, no sabia que se regalaba. Iba mirando los escaparates de las tiendas hasta que se paro delante de una que tenia una cristalería, era muy bonita, entro y la miro, era un poco cara, pero al final la compro, el dependiente le comento que cuando se regalaban ese tipo de cristalerías para una boda, se solían grabar las iniciales de los novios, le pareció muy bonito, así que accedió, le pidió que lo entregaran en la madriguera y luego salió muy contenta por su compra.
- ¿Te has librado de Potter y Weasley?
- Después de estar tres años sin verte, encontrarte dos veces el mismo día, es demasiado.
- Venga Granger, si en el fondo los dos sabemos que te gusta.
- Discúlpame me esperan – el se puso delante impidiéndole el paso – te quieres apartar.
- ¿Has venido por la boda de la pobretona?
- A ti que más te da. Déjame pasar.
- Te has debido sentir muy sola sin tus padres Granger. Fue una lastima lo que ocurrió.
- Si no dudo que tú lo sientas mucho – contesto ella con sarcasmo. Intento pasar por su izquierda pero el se movió hacia allí, luego a la derecha y el mismo resultado – esto es ridículo – se dio la vuelta, ya encontraría otro camino para llegar, pero él le agarro del brazo y tiro de ella hasta una callejuela donde no había nadie.
- No escapes de mi Granger – puso cada una de sus manos contra la pared y la aprisiono a ella en medio.
- ¿Qué demonios quieres Malfoy? – el se acerco su rostro al de ella, podía sentir su respiración, cada vez estaba mas cerca, ella puso sus manos en el pecho de el para empujarlo, pero él era mucho mas fuerte que ella, estaba casi pegado a su cuerpo, la miraba a los ojos y cuando tenia sus labios casi pegados a los de ella, desvió su cara hacia su cuello.
- A ti – le susurro, se separo de ella y se fue, dejándola allí. Bien, pensó para ella, nota mental coger la varita cuando vuelva ¿Dónde estaba la varita?. Dejo los pensamientos de lado y corrió hasta la tienda de los gemelos, entro respirando entrecortadamente.
Podías haber tardado mas – le recrimino Ron – llevamos un cacho esperándote – nota mental encontrar la varita y lanzarle un crucius a Ron.
