Capitulo 3

Se acostó un rato después de comer no tenia sueño pero tampoco tenia mucho que hacer, los gemelos pasaban todo el día en la tienda de bromas, la señora Weasley había ido a ver a unas amigas y estaba sola con Ron y Harry, seria una tarde entretenida, ron dijera lo que dijera él le sacaba punta y para que hablar del otro que todavía no le había dicho nada. Se levanto y decidió ir dar una vuelta alrededor de la casa, se sentó a la sombra de un árbol, cerros sus ojos y dejo que el olor del bosque llegara hasta ella, era tan bonito.

- ¿Estas dormida? –abrió los ojos y se encontró con los azules de su amigo, se sentó junto a ella.

- Creí que estabas con Harry.

- Si, ha ido a mandarle una lechuza a Remus.

- ¿Cómo esta?

- Bien, bueno ya sabes con sus problemas mensuales pero bien. Seguro que se alegrara de verte.

- Al menos alguien lo hará.

- Que esperabas Hermione una fiesta con un cartel muy grande que dijera "bienvenida a casa de nuevo, por cierto ¿porque te fuiste?"

- Supongo que explicártelo seria perder el tiempo.

- Explicarme el que, no espera te lo cuento yo, te sentías muy mal por lo de tus padres por ese empeño tuyo de culparte, así que decidiste huir dejándonos a nosotros tirados.

- No os deje tirados, no digas eso, no es justo.

- Desapareciste, te fuiste sin decir adiós. No pidas justicia.

- Si lo hubiese hecho, hubierais hecho todo lo posible para hacerme cambiar de opinión, no me hubieseis dejado irme.

- Claro que no, tu sitio esta en el mundo mágico. No en un calpamento.

- Campamento, Ron, campamento.

- Lo que sea. Me da igual. Deberías estar aquí seguro que ya hubieses llegado a ministra.

- Si ya seguro – le contesto riéndose.

- El problema Hermione es que por mucho que lo intente no puedo entender lo que hiciste – le dijo levantándose – pero aun así te he echado muchísimo de menos.

- Ron – lo llamo cuando el ya había comenzado a andar – yo a ti también – le abrazo con todas sus fuerzas.

- Sigues siendo una cabezota.

- Y tu un cabeza de chorlito – los dos sonrieron.

Desde la casa una tercera persona veía la escena entre los dos amigos, no podía evitar sentir celos de no ser él quien la estuviera abrazando, pero había tomada una decisión y no podía echarse atrás, ella le había hecho mucho daño, y no le iba a permitir que lo hiciera de nuevo, aun así, dejo que por un momento su mente volviera a esbozar los recuerdos de su ultimo curso en Hogwarts.

Harry había ido a pasar sus vacaciones de navidad con los Weasley, volvían en el tren de nuevo al colegio, no se le hizo extraño que Hermione no estuviera, les había dicho que lo mas seguro era que volvería unos días antes para estudiar. Se dirigían al gran comedor cuando la profesora Mcdonallg les llamo para hablar con ellos.

- Siento tener que decirles esto, pero creo que deben saberlo antes de ver a la señorita Granger – su profesora se quedo en silencio, pensando la mejor manera de decirlo – ella volvió hace dos días del hospital de San Mungo, la noche antes de navidad el que no debe ser nombrado mando a su mortifagos a atacar su casa, ella consiguió sobrevivir, pero sus padres han muerto – los dos chicos se quedaron paralizados por la noticia – esta en la torre Gryffindor – les dijo la mujer antes de que le preguntaran. Salieron corriendo de la oficina, corrían todo lo que podían, cuando pasaron por el retrato, la vieron allí con un libro en las manos, los miro y se levanto, pudieron ver las lágrimas corriendo por sus mejillas, Harry se acerco a ella y la abrazo.

- ¿Por qué? – le decía – ellos no habían hecho nada, no se pudieron defender, fue horrible – el chico de los ojos verdes le abraza mas fuerte mientras Ron le pasaba una mano por su espalda, los dos se miraban sin saber que decir.

Desde la muerte de sus padres, Hermione tenia pesadillas, que aumentaron después de derrotar a Voldemort, nunca entendió porque ella se había puesto en medio de el y del señor tenebroso, eso casi le cuesta la vida, después de aquello, solía ir por las noches a su cuarto, lo hacia en silencio, se metía en la cama de Ron y allí se quedaba hasta el amanecer. Sabia que no había nada entre ellos, pero eso no hacia que se sintiera mejor, porque era a su amigo a quien iba a buscar cuando lloraba no a el.

Una mañana se despertó temprano y su curiosidad pudo mas que él, abrió las cortinas de la cama de Ron, estaban dormidos, ella tenia un brazo debajo de la almohada y el otro sujetando la mano de su amigo que la agarraba por la cintura. Tenia tanta paz en su rostro, tanta serenidad, se acerco mas a ella y le dio un leve beso en los labios, se separo bruscamente, no sabia porque había hecho aquello, se metió en su cama y se quedo allí tendido.

Era la última noche en Hogwarts, todos estaban un poco tristes, se fueron temprano a dormir, desde su cama, podia oír los ronquidos de Ron, al rato subieron sus compañeros, se metieron en sus camas después de una larga charla y se durmieron. Había pasado casi una hora y seguía aun despierto, le daba demasiada tristeza dejar el colegio, sintió la puerta abrirse, sabia que era ella, debía haber tenido otra pesadilla, se giro en su cama y miro a la pared, intentando olvidar los celos que sentía hacia su amigo por tenerla tan cerca.

- Harry -le llamaba, se dio la vuelta y la vio ahí delante de el tan bonita, llevaba un camisón blanco de tirantes que le hacia parecer un ángel – puedo – le pregunto sonrojada señalando la cama, no le contesto solo aparto las mantas y le permitió entrar, ella cerro las cortinas, paso por encima de el para quedarse contra la pared, el pudo sentir su olor, le encantaba como olía, espero que ella se tumbara, echo las sabanas sobre ellos, se giro para mirarla, apoyo su cabeza en su mano.

- ¿Estas bien? -le pregunto, ella asintió - que pasa ya no aguantabas mas los ronquidos de Ron.

- Esta noche quería estar contigo - el rostro de el se torno rojo - pero si te molesto me voy.

- No claro que no me molestas, solo me extraña

- Necesito decirte algo y luego si quieres me iré, pero no puedo irme sin decírtelo antes.

- Dime - ella se quedo callada mirando sus ojos, luego bajo la mirada.

- Era más fácil cuando lo estaba ensayando.

- ¿Ensayaste lo que me ibas a decir?

- Si, sabia que me faltaría el valor para hablarte.

- Hermione me estas asustando ¿qué te ocurre?

- No puedo decírtelo, lo mejor será que me vaya.

- No – no le iba a dejar irse, si había venido a decir algo, lo haría - la sujeto de los hombros la volvió a echar, quedando el sobre ella - ¿porque ya no me tienes confianza?

- Claro que te la tengo.

- No es verdad, sé que has tenido pesadillas, te despiertas asustada y vienes a la cama de Ron, nunca a la mía.

- Porque no puedo hacerlo, no lo ves, sabia que si venia a la tuya te lo terminaría diciendo y no puedo.

- ¿Que no me puedes decir? No te entiendo - ella levanto una mano hacia su nuca.

- Se que me voy a arrepentir - le dijo mientras levantaba su cabeza un poco y le atraía a el hacia ella, fue un beso muy tranquilo, solo juntaron sus labios durante unos segundos, cuando se separaron ella no abrió los ojos, no se podía enfrentar a su mirada, lo sentía sobre ella.

- Te amo - se sobresalto por las palabras que había oído, no podía ser, acaso él sentía lo mismo - abre los ojos por favor - obedeció se encontró con esos ojos verdes que le robaban la respiración - sé que me voy a arrepentir - le dijo con una sonrisa y la beso,  le mordía los labios y pasaba su lengua por ellos, la introdujo en su boca y la oyó gemir, eso le volvía loco, tenia debajo de el a la chica que había querido mas que a nada y cada uno de los gemidos y susurros que gritaba eran por el. Le devolvía cada beso con desesperación como si fuese el último, le besaba el cuello y los hombros y volvía de nuevo a sus labios, eso la estaba haciendo enloquecer, giro y se puso sobre él, se sentó encima de su estomago y lentamente fue subiendo su camisón hasta sacárselo por la cabeza, a el se le seco la boca no creía que eso pasaría, no porque no lo hubiera pensado en alguna ocasión, una o dos mil veces mas o menos, sino porque no creía que ella fuera a querer se incorporo y la beso.

- No tenemos porque seguir, tenemos tiempo.

- Como lo sabes Harry, acaso tu sabes lo que pasara mañana, porque yo no y no quiero desperdiciar esta noche - le volvió a besar desabrochando los botones de su pijama.

Pero no eran los únicos aun despiertos en la habitación de los chicos de séptimo, porque cierto pelirrojo, en ese momento lanzaba un hechizo de insonorización sobre la cama de su amigo, durmiéndose con una sonrisa en los labios.

Al día siguiente cuando se bajaron del tren quedaron para verse a la semana siguiente en la madriguera, pero Hermione no apareció, fueron a la que había sido la casa que compartía con sus padres, pero se encontraron con la sorpresa de que la había vendido y que ella no estaba allí.

Ahora hacia aparición en su vida después de que le abandonada, pero esta vez todo iba a ser distinto, esta vez el seria quien le hiciera daño.