On Air
Capítulo 1: Rumores
{Jueves 2 de Diciembre, 8 pm}
-Si en Hogwarts los secretos duran diez segundos, ¿qué pasa con los rumores? Sí, queridos oyentes, ha llegado al programa con más audiencia, el programa que logra detener los entrenamientos de Quidditch (esperemos que esto no os haga perder contra Gryffindor la semana que viene, chicos), el programa que retransmite fiel y no tan fielmente nuestra futura Rita Skeeter... ¡Ella Clearwater!
-¡Padma, que empieza!- apresuró Mandy Brocklehurst a su compañera, haciéndole señales con una mano.
-Sssh- apresuró Cho, que se había reunido con ellas para escuchar precisamente ése programa.
Padma dejó su pose de meditación transcendental (piernas cruzadas con los pies sobre las rodillas, brazos extendidos y ojos cerrados) y se acercó a la cama de Mandy, donde las otras chicas se habían acomodado con la pequeña radio.
-Calla, tonto- bromeó Ella Clearwater. Acto seguido, carraspeó y empezó con un tono profesional-: Esta semana empezamos El Rincón de Ella con noticias del exterior, en concreto con la publicación en el Weekly Witch de los diez magos más sexys de Gran Bretaña.
-Esto ya lo tenemos- se quejó Lisa Turpin, agitando la revista Weekly Witch y lanzándola a la falda de Padma.
-Es lo que mirábamos ahora, Pad. ¿Lo has visto? No puedo creer que Oliver Wood quedara tercero. ¡Pero si las mujeres que votan le doblan la edad! ¡Mi madre votó por él!- Mandy se cubrió la cara con las manos.
Padma ojeó la lista de magos enmarcada en rosa y amarillo fosforito.
-La belleza del cuerpo es perecedera. No debemos fijarnos en ella- sentenció, devolviendo la revista a Cho, que le guiñó un ojo.
-¿A qué viene entonces ésa sombra de ojos?
-Bueno... es perecedera, pero a veces hace falta-. Padma le devolvió el guiño.
-En tercer lugar, como decíamos, tenemos a Oliver Wood, el guapísimo portero de Quidditch, que, como os conté la semana pasada, declaró estar planteándose fichar para los Montrose Magpies. El segundo lugar lo ha ganado a pulso Kirley McCormack, guitarrista de las Weird Sisters y hermano de Meaghan McCormack, portera de los Pride of Portree.
-¡Qué hombre!- suspiró Lisa, que adoraba a 'su Kirley' y tenía hasta su cepillo de dientes (que tocaba su célebre solo de guitarra de la canción Heaven in Earth cuando lo usaba).
-Según las lectoras de Weekly Witch, el mago más sexy del reino es ni más ni menos que Paul Hexman, mundialmente conocido por ser el cantante del ex-grupo Dusty Pink Feathers y tener esos maravillosos ojos azules. ¡Deberíais aprender de él, chicos! Paul aprovechó la entrevista que la revista le hizo para agradecer todos los votos y promocionar su próximo disco en solitario, titulado Lost in Flamingo City.
-¡Qué manía con los flamencos tiene éste hombre! Anda que no se nota que es gay, no sé para qué lo votan-. Mandy sacudió su cabeza rizada como dando gracias de que a su madre le gustara más Oliver Wood.
-Es muy, muy guapo igualmente- intercedió Cho observando apreciativamente la fotografía que venía en la revista. En la foto, Paul acariciaba pensativamente la cabeza rosa de un flamenco mientras sonreía a la cámara.
-Y ahora sí, por fin atacamos Hogwarts. ¿Por quién empezamos? ¡Hufflepuff mismo! Esta semana los Huffies han hecho de las suyas... Corre el rumor no verificado por ahora de que Ernie McMillan y Hestia Challenger són algo más que amigos, pero Hestia, de cuarto año, sale con Colin Creevey, un G5!
-¿Un qué?- preguntó Mandy.
-Shh... Gryffindor quinto año- susurró Lisa.
-Al mismo tiempo, llegan rumores contradictorios respecto al mismo Ernie, pues hay quienes dicen que lleva tres años tras Susan Barns, aunque mis fuentes certifican que llevará a nuestra Mandy al baile... ¿Mandy, es eso cierto? ¿Hestia, Susan o Mandy? ¡Que alguien me ayude o me volveré loca!- se desesperó la presentadora.
-¡Eso es falso!- se indignó Mandy-. ¡Ernie quiere ir con Susan!
-Tranquila... cuéntaselo a Ella y lo rectificará-. Cho le palmeó el brazo para tranquilizarla, y Mandy salió corriendo por las escaleras a hablar con Ella.
-Por cierto, ¿alguien recuerda los cincuenta puntos que los Huffis perdieron este martes? La H2 Elionora me contó que los perdió el mismísimo fantasma de su casa al equivocar la ruta y ¡meterse de lleno en los baños de profesoras mientras Sprout, Sinistra y McGonnagall se estaban dando un baño!!! ¡Eso sí es una metedura de pata!- Ella Clearwater se desternillaba de risa mientras retransmitía, contagiando a todos los Ravenclaw que escuchaban. Finalmente Ella consiguió recuperar la calma lo suficiente como para añadir:- De todas maneras, os agradecería que no comentaseis nada a nadie, porque Elionora me lo confesó tras mucho dudar y ya sabéis, si corre la voz de que no sé guardar un secreto os quedaréis sin cotilleos frescos por Radio Ravenclaw.
Esta semana, en la casa de los leones, ha habido mala suerte con las relaciones de pareja: Ginny Weasley y Lavender Brown se retaron a duelo compitiendo por Dean Thomas. Ginny acabó con un ataque de acné horrible por toda la cara pero ganó, ya que a Lavender tuvieron que llevarla a la Enfermería porque se le habían caído los brazos. Ginny, o El diablillo rojo, como la llaman a sus espaldas, tiene fama de conseguir todo lo que quiere, pero esta vez ya se ve que debería haberse informado antes, pues como os dije hace tres meses, Dean Thomas es más gay que Paul Hexman y lleva cinco meses saliendo en secreto con Neville Longbottom. Esperemos que les siga yendo bien.
Los rumores se complican cuando llegamos a Slytherin. Parvati Patil, gemela de Padma y al parecer una de las chicas más codiciadas de sexto, que como sabéis es Gryffindor, ha cortado ya con Blaise Zabini. Blaise había batido esta vez su récord de tiempo con una chica llegando a las dos semanas. Como comprenderéis, ya estaba visto que una relación Gryffindor/Slytherin no llevaba a ninguna parte, por mucho que el Slytherin fuera Blaise, que es considerado por muchos como el Slytherin más agradable de Hogwarts.
-Anda que no es majo- asintió Lisa, colocándose uno de sus cortos mechones rubios tras una oreja-. No parece que sea Slythie.
-Es un capullo. Parvati es tontita, pero éste era demasiado para ella- opinó Padma mientras Ella hablaba de unas Slytherin de primero que habían pillado copiando en Pociones y se habían librado del castigo gracias a Pansy Parkinson, que se había ofrecido a negociar con Snape por ellas evitando la pérdida de treinta puntos.
-Tiene mucho estilo- argumentó Mandy, que acababa de entrar-. Y tu hermana también.
-Shh- silenció Cho, subiendo el volumen-. Nos toca a Ravenclaw.
-Ahora que llegamos a Ravenclaw, Mandy ha tenido la amabilidad de pasarme una nota diciendo que NO va a ir al baile con Ernie, y que está libre por si a alguien le interesa saberlo. Lo siento, Mandy, no tuve tiempo de verificar mis fuentes. No volverá a pasar.
Pero, tengo una noticia bomba. ¡Mi hermana Penélope y Percy Weasley se van a casar! Ayer me envió una carta adjuntando vales por una cerveza de mantequilla para todos los Ravenclaw a partir de tercero y ranas de chocolate para los más jóvenes. ¡Brindaremos por ella en la próxima salida a Hogsmeade!
Y ahora que estamos felices, repasemos las actuales parejas para el baile que ya están formadas (¡qué rapìdez, chicos!) y repasemos quién queda libre, no sea que se nos adelante alguien...
{Al mismo tiempo, en un rincón secreto del segundo piso...}
Mientras escuchaba atentamente su recién adquirida radio, Blaise Zabini analizó el horario de programas que tenía en sus manos.
Las emisiones de Ravenclaw empezaban a las ocho, después de cenar, acabando a las diez casi todos los días, y los miembros de esa casa hacían todo tipo de programas ellos mismos. Los lunes se pasaban los últimos éxitos musicales tanto mágicos como muggles, cosa que conseguían poniendo todos los discos en común para obtener mayor variedad. Por lo visto, quien había inventado el sistema de emisión y recepción también se las había arreglado para hacer funcionar discos muggles en aparatos mágicos. Los martes no emitían porque por lo visto hacían competiciones de ajedrez y Exploding Snap en la sala Común. Los miércoles tenían debates. Eso no le pareció interesante, los Ravenclaw tenían ésa tendencia a hablar de cosas poco prácticas, como Filosofía y demás. Los jueves, y eso sí era interesante, Ella Clearwater esparcía todos los rumores habidos y por haber a las orejas de todo Raven. Tenía que recordar ser especialmente agradable con ella. Como el programa sólo duraba una hora, de nueve a diez había más música. Los viernes pasaban la grabación de Radio Mágica del último partido de Quidditch. Las radios mágicas no funcionaban en Hogwarts, así que los padres de alguien debían de grabar el partido para enviarlo a sus hijos. Algo parecido debía de pasar los sábados, cuando por lo visto pasaban una grabación de un concierto de un grupo mágico o del grupo de Ravenclaw liderado por Lisa Turpin, Diablerie. No los había oído tocar nunca. Tampoco le interesaba, en realidad. Finalmente, el domingo pasaban una telenovela casera que escribían Cho Chang y Joey Nott a medias, muy divertida, según la chiquilla de primer año que le había regalado la radio y le había contado el secreto en prueba de amor. Para Blaise Zabini, no había nada como ser encantador.
Oyó un ruido en el pasillo y apagó la voz de Ella a media frase (¡Alegraos, chicas, Zabini anda ahora suelto...!), escondiendo el artilugio bajo uno de los cojines que tenía esparcidos en lo que él denominaba 'su sala de reuniones', una pequeña habitación secreta donde hablaba de negocios, recibía visitas y llevaba a chicas lejos del bullicio de la Sala Común Slytherin. El tapiz que cubría la entrada se apartó y descubrió la forma de su 'socia', como él la llamaba: Pansy Parkinson, conocida por todos por ser la prometida oficial de Draco Malfoy y ser siempre educada y diplomática con todos (excepto los Gryffindor, con quien simplemente no se hablaba).
-¿Blaise? ¿Qué haces con la luz apagada? ¡Lumos!
La luz de la varita de la chica iluminó la habitación pintada de verde claro con un sofá de terciopelo rojo, una alfombra persa, cojines y un baúl mesa, aparte de dos sillas que nadie usaba. La chica, de apariencia normal con el cabello castaño, la nariz afilada y los ojos oscuros y sin pintar, encendió el candelabro y se sentó muy erguida en el sofá.
Blaise, desde el suelo (sentado sobre la radio camuflada, de hecho), sonrió gatunamente.
-Estaba pensando.
-¿Pensando o slytherineando?- preguntó ella arqueando las cejas.
-Um... a veces pienso que es lo mismo.
-En tu caso, sin duda. ¿Apetece un poco de zumo de calabaza?
Blaise levantó una trapa a su lado y le pasó una botella de zumo a su amiga.
-Yo no, gracias. Ya me he lavado los dientes-. Se pasó la lengua por su dentadura de anuncio. Ella sacudió la cabeza.
-Eres un paranoico- sonrió antes de sacar un vaso de cristal azul del baúl y llenarlo de zumo. Ella nunca bebía directamente de la botella, del mismo modo en que siempre llevaba las uñas perfectas y nunca apoyaba los codos en la mesa al comer.
Blaise se pasó una mano por el pelo oscuro y decidió ir al grano.
-Corre el rumor de que Parvati me ha dejado.
Ella dejó el vaso sobre la tapa del baúl y sonrió de medio lado.
-¿No es eso cierto?
Blaise arqueó las cejas.
-Ah, ya entiendo- dijo Pansy recostándose contra el respaldo y cruzando las piernas. Tenía unas bonitas piernas-. Es esa postura de 'Nadie deja a un Zabini'.
-Bueno, nadie deja a una Parkinson tampoco.
-Eso es porque estoy prometida de nacimiento.
-Con un capullo.
-Exacto.
-¿Y por qué él puede liarse con quien quiera (incluyéndome a mí una vez) y tú no?
-No tengo tiempo que perder con chicos, Zabini.
-Necesito que lo hagas.
Ella sacudió la cabeza, sonriendo.
-¿El qué? ¿Liarme contigo?
-No estaría mal, pero no es la idea. Con Terry Boot.
Pansy frunció el ceño y meditó dos segundos.
-¿Terry deja a la gemela de tu última novia para que tú puedas ir con ella al baile de Navidad y sacarte de encima lo de Parvati?
Blaise levantó las dos manos en símbolo de rendición.
-Eres demasiado lista.
-Pero Zabini... todas las chicas de Hogwarts creen que Parvati fue muy tonta y no debería haberte dejado... Creo que puedes sacar más partido de ésa imagen de...
-Nadie deja a un Zabini.
-Ya.
-Terry Boot es guapo- trató de tentarla él, achinando sus ojos verde oscuro.
-Pero demasiado inteligente como para ser listo. Y Padma no es como Parvati, Zabini. Es una Ravenclaw, no una Gryffindor descerebrada que juega a ser una barbie.
-¿Lo harás o no?
-Depende... ¿Qué me darás a cambio?
{Sábado 4 de Diciembre, 7:32 pm}
-¡Ahá! Te estaba buscando- exclamó Padma al entrar en la habitación más alta de la torre Ravenclaw.
Terry sacó la cabeza de las profundidades de la máquina emisora de Radio Ravenclaw y sonrió. Padma siempre pensaba en un niño pequeño el día de Navidad cuando Terry le sonreía. Era tan adorable. Y en cambio a ella le costaba tanto quererlo... no sabía cómo él podía tener tanta paciencia con ella.
-Cho me ha dicho que a Ella se le estropeó la máquina ayer, y pensé que te encontraría aquí.
-Es el condensador otra vez. ¿Me pasas la varita? Está... - Terry señaló una de las dos butacas donde se sentaban los presentadores. Padma le lanzó la varita-. Gracias.
-He pensado que como hoy dan el concierto de Britney Spears y sólo les gusta a primer y segundo año... Podíamos ir a dar una vuelta por ahí.
Terry, que había estado muy ocupado atando un cable eléctrico a un amuleto acumulador de magia, sacó la cabeza tan rápido del artilugio que se dio un golpe en la cabeza. Mientras se lo frotaba, despeinando sus ya de por sí revueltos rizos caoba, preguntó, sorprendido:
-¿Tú y yo? ¿Solos?
Padma se sentó en el brazo de una butaca, jugando con sus dedos.
-Bueno, verás... ya llevamos un tiempo saliendo... y sé que yo no estaba muy convencida respecto a esto y estás tratando de darme tiempo... Pero he pensado que era una buena idea... Bueno, ahora ya no estoy tan segura.
Terry se levantó y se acercó a ella, apoyando los antebrazos en el respaldo del sillón y la barbilla sobre sus muñecas. Se miraron un momento. Padma tenía el pelo negro casi azul muy largo y la piel morena. Llevaba una senefa de henna alrededor del cuello y tenía las pestañas muy largas. Terry era algo más alto y también tenía la piel morena, pero el pelo era caoba y enredado, la cara algo alargada y los ojos, castaño muy claro, estaban escondidos tras las gafas y unas cejas anchas.
Al final él sonrió otra vez.
-No tienes que hacerlo si no quieres.
-Creo que lo intentaré de todos modos.
Él levantó las dos cejas, divertido.
-No trataré de evitarlo. Pero tengo que arreglar esto o las chicas de primero me matarán. Están montando una fiesta en la Sala Común.
Padma se encogió de hombros y sacudió la cabeza respecto al comentario del concierto y se levantó para irse. Antes de marcharse, no obstante, le dio a su pareja un besito en la mejilla.
En cuanto oyó cerrarse la puerta, Terry enrojeció hasta las puntas de sus orejitas. Volvió a enfrascarse en la chapuza de la máquina, pero tenía la cabeza en otra parte.
{Sábado 4 de Diciembre, 8:43 pm}
Los jardines estaban iluminados por la tenue luz lunar, y el paseo hubiera sido agradable si ella hubiera sabido qué decir. Terry andaba a su lado, aparentemente concentrado en mirar al cielo, aunque ella lo conocía desde primero y sabía que 1) le estaban sudando las manos 2) no sabía qué decir tampoco y 3) estaba esperando que ella diera el primer paso.
Llegaron a uno de los bancos de piedra y se quedaron parados un momento.
Se sentaron dejando un hueco en medio.
Se sonrieron tímidamente.
-¿Qué noche tan bonita, no?- preguntó ella, más que nada por decir algo.
-Antares brilla mucho. ¿El lunes toca Astronomía, no?
Claro que tocaba. Los lunes les tocaba Astronomía a las doce desde primero.
-Sí... ¿Has hecho los deberes?
-No todavía... esperaba que alguien me los dejara copiar- sonrió él, acercando su mano a la de ella.
-¿Sí? Pues yo pensaba copiármelos de ti...
Ella acercó su mano imperceptiblemente.
-Los podríamos hacer juntos...
Los dedos se rozaron...
-La verdad es que no entendí muy bien lo de las ma- las constelaciones arábigas.
La mano de ella se deslizó dentro de la de él y entrecruzaron los dedos. Los dos se sonrieron.
-Creo que entendí el concepto pero no sé si lo sé hacer- explicó él.
Padma recostó su cabeza contra su hombro.
-Es cuestión de práctica- dijo.
El pulgar de Terry acarició suavemente el índice de Padma.
-Yo...
-¡Pad! ¡Terry! ¡Hacía tiempo que no os veía!- dijo una chica con bufanda Hufflepuff que llegaba trotando por el sendero de la izquierda. Los dos se alejaron de un salto, pero no se soltaron la mano.
-¿Susan?- llamó ella.
-¡La misma!- Susan se acercaba a ellos, sonriente, con un libro en una mano.
-Ay Dios mío- siseó Terry, lanzando una mirada divertida a Padma, que sonrió ligeramente y contestó:
-Pero Susan, si nos hemos visto hoy en Runas...
-¿Ah sí? ¡Vaya! ¿Os importa que me siente con vosotros? ¡Estoy cansadísima!- proclamó Susan antes de sentarse en medio y dejar el libro sobre sus rodillas- ¡He estado leyendo este libro bajo uno de los robles de allá!
-Pero Susan, si hace horas que se ha hecho de noche- interrumpió Terry.
-Bueno, es que me dormí... ¿Ya habéis cenado?
-Sí.
-Oh, vaya, me pasé la cena... ¡Pero es un libro muy interesante! ¿Queréis que os lo cuente?- preguntó la Huffie, balanceando sus piernas enfundadas en medias a rayas lilas y amarillas.
-Esto...
-La verdad... si te quedaste dormida no puede ser muy interesante... - dijo él llegando a una conclusión lógica.
-No, no, ¡claro que lo es! Pero bueno, si no queréis... ¿Cómo os va la vida? ¿Necesitáis algo de ayuda para algo?
-No... quizás deberías ir a comer algo... - apuntó Padma.
-Oh, no te preocupes, he comido pastel de zanahorias con miel que me ha mandado mamá. ¿Sabéis la receta? ¡Es muy fácil!
-No, creo que no... quizás deberías contársela a Lisa...
-Sí, Lisa es buena cocinera- asintió el desesperado chico Ravenclaw.
-Sí, ya sé... recuerdo un día este verano cuando fui un día a su casa... es que tiene piscina... y se puso a hacer galletas de chocolate...
-...y te las comiste todas- terminó Padma.
-¿Te lo ha contado?
-No. Nos lo contaste tú.
-Oh-oh... Hablando de contar, ¡tengo un examen de Aritmancia mañana!- dijo Susan, parando el balanceo de sus piernas de golpe.
-¿Y no has estudiado?- se preocupó Padma.
-No... no me apetecía... además, no entiendo eso de la lógica matemática...
-Si es muy fácil- la interrumpió Terry, para el cual qualquier cosa científica era un juego de niños-, si quieres te lo explico ahora en la biblioteca.
-No, no... no te molestes- lo disuadió Susan, agitando una mano-, ahora no me apetece nada... ¡se está tan bien aquí fuera!
Terry miró a Padma, y ella se encogió de hombros. Susan era, si no un bicho raro, excéntrica. Nadie tenía muy claro qué demonios hacía en Hufflepuff si su ocupación favorita era dormir y nunca, bajo ningún concepto, estudiaba. Las cosas 'le sonaban', 'recordaba haberlas oído en algún sitio' o 'se le había ocurrido en ése momento'. A veces, cuando no tenía mucha idea en una pregunta de examen, se sacaba un dado de plástico amarillo fosforito, aplicaba razones como 'el 2 o el 6, los hechizos son Diluviens, Judicat y Titillandum, el 3, el 5 y el 4, Diluviens y Lumos, y el 1... Judicat, Lumos y... y ya está.' y lo lanzaba a ver qué salía. Tenía una media de 6 constante desde primero. Eso sí, siempre estaba allí si la necesitabas.
Y a veces, si no la necesitabas, también. Como en ése momento.
Por suerte, la salvación llegó de la cabaña de Hagrid en forma de Justin Finch de Fletchley, un amigo de Terry.
-Hola, camaradas- los saludó, parándose en frente de ellos.
Terry hizo una mueca en dirección a la Hufflepuff sentada entre él y su novia. Justin se aclaró la garganta.
-Susan, querida, creo que Hannah te buscaba durante la cena. Te ha guardado algo de estofado, si mi gastada memoria no me falla.
A Susan se le iluminaron los ojos y saltó de su hueco.
-Lo siento, chicos, el estofado me mata. Lástima que en Hogwarts no sirvan carne de avestruz, sería el paraíso. ¡Hasta mañana!
-Adiós... - sonrió Padma saludándola con la mano.
-Mírate lo de la lógica... - le aconsejó Terry.
-Ciao, caríssima... Bonne nuit!- la despidió Justin, inclinando un poco la cabeza. En cuanto la perdieron de vista, Justin sonrió y se rascó el cogote.- Vive en su mundo... Espero que no os haya molestado...
-No, sólo... estábamos hablando- dijo Padma.
-Sí, sobre... Astrología- asintió Terry.
-Hablando de estrellas, planetas, Venus, el Amor y el aroma de las rosas por la noche... - empezó Justin, siempre dado a consideraciones poéticas- ¿Os gustan mis nuevas gafas?
Les mostró el perfil para que admiraran mejor sus nuevas gafas rectangulares de pasta negra.
-Sí... no sabía que las necesitaras- se sorprendió Terry.
-Es que no las necesito... de hecho no llevan cristal... pero he pensado que me dan un aire intelectual, un quesèje bohemio... sólo trato de distinguirme de los grupos de mentalidad pequeño-burguesa y conservadora.
Padma suspiró. Iba a ser una noche difícil.
