Severus, Severus, como me caes bien…. Lastima que no puedas hacer bromas…. Veo a Snape como alguien solitario, con un pasado muy triste y así es como realmente me siento acerca de el. Siguiendo la recomendación de Alexis, un poco de presente y pasado….
"Capitulo 5"
Snape abrió sus ojos. Paso su mano sobre su frente. Estaba sudando. Esta vez estaba seguro que tenia fiebre. Miro a su alrededor y recordó que se encontraba en la soledad de su oficina. Estiro sus brazos y se levanto de su sillón. Se paseo por su oficina varias veces. Sentía su respiración y su pulso acelerado.
Decidió que era hora de irse a dormir, los ensayos podían esperar. Pero antes de que fuera a su habitación decidió regresar a su escritorio. Se coloco detrás de este, se agacho y saco del bolsillo de su túnica una llave dorada, con apariencia de nueva como si no la hubieran usado durante a;os. Abrió al gaveta inferior izquierda: adentro había una caja hecha en cobre con zafiros incrustados. La tomo delicadamente en sus manos, se sentó sobre el piso frío de piedra y con la misma llave con la que había abierto al gaveta, abrió el cofre.
Adentro se encontraba algo perfectamente acomodado y envuelto en un pañuelo de seda negra. Miro a su alrededor, como si se estuviera cerciorando que estuviese completamente solo. Desenvolvió el pañuelo cuidadosamente. Sobre la palma de su mano cayo un frasco pequeño y delgado con una sustancia plateada adentro, una etiqueta sobre el recipiente que decía "Sangre de vacante". Snape lo levanto a la altura de sus ojos negros, esos ojos negros profundos y tristes: contemplo el frasco de cristal durante minutos. Luego instintivamente lo acaricio y lo beso. Apretó el frasco contra su pecho, cerro sus ojos y tuvo ese loco deseo de abrirlo. Aun así decidió no hacerlo. Sentía como si fuese a deshonrar a…
"Lily…" susurro Snape tristemente, aun con sus ojos cerrados.
Abrió sus ojos, se levanto lenta y vacilantemente, mientras colocaba el frasco con el pañuelo y el cofre sobre su escritorio descuidadamente.
Se dirigió a la puerta de su habitación que se encontraba al fondo de su oficina. Al llegar abrió la puerta cuidadosamente.
Adentro se encontraba una pequeña sala con un comedor, un ba;o en la parte izquierda, una chimenea y un minibar en una esquina. Al lado derecho de la habitación había una cortina. Mas que una habitación era un pequeño apartamento. Su refugio, donde nadie lo podía molestar.
Snape paso de largo y abrió la cortina bruscamente rebelando su habitación. Era una habitación amplia, en el centro tenia su cama, suficiente para que cupieran cuatro personas. A cada lado de la cama su respectivas mesas de noche, una la cual sostenía una lampara que producía luz de un liquido extraño.
Tenia también un escritorio, el cual tenia un tintero, una pluma y un simple pergamino sin nada escrito. Sobre el escritorio tenia una especia de espejo inmenso el cual reflejaba las afueras de Hogwarts ya que la habitación de Snape no tenia ventanas.
Se despojo de su túnica y se coloco su camisa para dormir. Se acostó en su cama, coloco su brazo sobre su frente y casi al instante se quedo dormido.
Era de las pociones mas difíciles que Dumbledore amablemente le había asignado hacer. A su alrededor tenia abiertos cinco libros gordos con las pociones mas complicadas.
Leyó un fragmento de un libro y coloco el ingrediente que indicaba. Paso la hoja de otro libro y coloco otro ingrediente. La poción empezó a desprender un humo muy denso que escasamente lo dejaba leer los libros. Estaba tan concentrado que no se había percatado que alguien tocaba la puerta del salón de pociones.
"Profesor Snape, puedo entrar?!" pregunto la persona del otro lado de la puerta.
"Siga!" grito Snape enfadado. "Las clases se terminaron hace una hora, quien es?" pregunto Snape furioso tratando de ver la silueta de la persona por medio del humo. Alcanzo a divisar que era un mujer y su tono agudo lo confirmaba.
"Profesor, es que no logro conseguir hacer una poción y me preguntaba si usted me podría ayudar" dijo la chica tímidamente.
"Un momento.." siseo Snape mientras tapaba la poción con la tapa del caldero.
Al taparla el humo dejo de salir y Snape pudo ver quien era la persona. Al principio penso que era la sangre-sucia Granger pero esos ojos grandes, verdes y hermosos como las esmeraldas, le confirmaron que la chica no era Granger.
"Lily..?" pregunto Snape inciertamente.
"Severus, cuanto tiempo sin vernos" le respondió ella.
"Que sucedió? Como es posible?" pregunto Snape asombrado. Era Lily Evans, enfrente de el, joven, de unos 17 a;os, bella como siempre había sido.
Snape se acerco a Evans, se detuvo a una pulgada de ella, mirándola a sus ojos, buscando una explicación.
"No te alegra verme?" pregunto ella dulcemente.
"Como hiciste para regresar a la vida? Una poción no pudo haber sido…" dijo Snape afónico.
Evans le sonrío y se acerco aun mas a Snape. El la abrazo por la cintura fuertemente: no iba a permitir que la apartaran de el.
Permanecieron abrazados por unos segundos pero cuando Snape se separo vio que Evans ya no lo miraba a el, sino que estaba interesada en algo que se encontraba detrás de Snape.
Snape giro y se encontró frente a frente con un animal: un antílope el cual a pesar de que es difícil adivinar hacia donde apuntaba la pupila del animal, Snape estaba seguro que estaba mirando a Evans.
Sin una palabra Evans se aparto de Snape y se acerco al antílope acariciando al animal por la cabeza, permitiendo que el animal le lamiera las mejillas.
"Lily… este animal puede ser peligroso—" pero antes de que Snape pudiera decir una palabra mas, Evans se estaba montando sobre el lomo del antílope.
Evans le dio una suave caricia y el antílope empezó a galopar. El animal salto sobre el caldero de Snape haciendo que la poción, la cual había preparado con tanto esmero, se regara por todo el suelo del salón de clase.
El animal salto por una ventana, la cual según Snape recordara nunca había estado allí.
"Ventana…? Lily, no te vayas!" grito Snape mientras se dirigía precipitadamente a la ventana. Se asomo por ella y vio al antílope caer con Evans sobre el, como si se hubiesen lanzado desde la torre mas alta de Hogwarts. 'No es posible… si estoy en las mazmorras' penso Snape confundido.
Sin pensarlo ni un segundo Snape coloco un pie sobre el marco de la ventana y con el otro se impulso, dispuesto a dejarse caer. Pero antes de que cayera volteo su mirada en dirección a la clase y vio a Evans parada en el mismo sitio donde había estado parada hacia unos instantes. Intento devolverse pero sus fuerzas le fallaron, tambaleándose y dejándose caer al vacío.
No veía nada, ni a Evans ni a animal, absolutamente nada. Simplemente caía en una bruma oscura. De repente vio algo negro en el fondo. Snape esforzó sus ojos y vio lo que creía al principio eran millones de rocas. Pero esas rocas se movieron. El miedo de Snape se incremento al ver que las rocas tomaban las forma de un dragón.
El dragón se levanto, vio a Snape y lanzo una flama de fuego que por poco lo quema. Hacia mucho calor y el dragón seguía lanzando fuego en todas las direcciones. Snape empezó a caer mas rápidamente, el calor cada vez mas fuerte, tanto dentro como por fuera de su cuerpo, iba a chocarse contra las garras del dragón, suplico porque pasara cualquier cosa, iba a morir, penso en Evans, solo en Evans.
"Nooo!" grito Snape mientras se agarraba su pecho.
El corazón le palpitaba rápida y fuertemente, como si se le fuese a salir por la boca. Su camisa de dormir estaba mojada en sudor al igual que las sabanas. Estaba agitado y por mas que tomaba respiros hondos y lentos no lograba calmarse.
Miro al espejo que reflejaba los alrededores de Hogwarts, el cielo estaba teñido con rayos rojos y amarillos lo cual le indico que estaba amaneciendo.
Torpemente intento alcanzar su reloj en su mesa de noche derecha para verificar la hora. En un intento por coger el reloj, Snape tumbo accidentalmente al suelo con su brazo un vaso con vino.
"Mierda…" dijo mientras agarraba su varita la cual se encontraba al lado de su almohada. "Reparo" dijo y los fragmentos del vaso de unieron. "Virgardum Leviosa" y el vaso levito hasta la mesa, colocándose de nuevo en su sitio.
Su corazón ya no estaba tan agitado como hacia unos segundos. Agarro cuidadosamente el reloj y miro la hora: 5:47 am.
No sentía ganas de volverse a dormir y tener otra pesadilla. Decidió levantarse, bañarse, vestirse e ir al Gran Hall.
Salió de su habitación y se metió a bañar.
Abrió las llaves de la bañera, de las cuales salía agua hirviendo. Después de que la bañera se lleno, Snape se metió lentamente dejándose llevar por el vapor y agua caliente que acariciaban su piel. Se sumergió casi completamente, a excepción de su cabeza. Se echo agua en la cara con la esperanza que la fiebre se fuera.
Se termino de ba;ar, envolvió su cuerpo en una toalla y se dirigió a su habitación. Se coloco encima de su ropa interior una túnica negra como siempre. No acostumbraba a llevar nada mas por debajo, como era costumbre vieja de magos.
Salió de su pequeño apartamento para entrar a su oficina. Estuvo apunto de salir cuando vio el frasco con la sangre de vacante sobre su escritorio.
'Que idiota soy… que descuidado…' penso mientras agarraba el frasco y se lo metía al bolsillo.
Salió precipitadamente de su oficina y camino aceleradamente por los corredores. Chequeo de nuevo la hora: 6:15 a.m. 'Seguramente ningún mocoso ha llegado a desayunar, así que estaré solo… mejor para mi' penso con alivio.
Al llegar al Gran Hall noto que estaba casi vacío excepto por una persona: Albus Dumbledore.
'Acaso no duerme?' se pregunto Snape mientras caminaba hacia la mesa de profesores.
Se sentó un puesto a la derecha de Dumbledore.
"Buenos días Director" dijo Snape como usualmente decía todas las mañanas.
"Buenos días Severus… te levantaste temprano hoy es lo que veo?" pregunto' Dumbledore gentilmente.
"Si.." le respondió Snape vagamente mientras servia comida en su plato.
"Un día especial?" volvió a preguntar Dumbledore.
"No señor.." respondió Snape tajantemente.
Ambos hombres desayunaron en silencio. Después de media hora Snape se levanto.
"Tengo cosas que hacer señor, si no le incomoda" dijo Snape, aunque sabia perfectamente que solo tenia que corregir los ensayos restantes de quinto ano.
"Vaya hasta en domingo trabajas!" exclamo Dumbledore jovialmente. Snape frunció el ce;o.
"Entiendo que tienes que hacer cosas… por cierto Severus, deberías ver a Madam Pomfrey, te noto agitado y muy pálido" continuo diciendo Dumbledore.
"Yo veré que hago, señor" le dijo Snape dirigiéndose a la puerta del Gran Hall.
Era el tipo de mañanas que Snape odiaba, el tipo de mañanas que se quiere estar solo pero por uno que otro motivo no se puede. Esta escena se había repetido una y otra vez para su disgusto. Le recordaba entonces la macana siguiente después de que Evans lo había descubierto tomando la sangre de vacante…
Se encontraba agotado. Le dolía sus brazos, sus piernas, la cabeza y la espalda. Sentía sus párpados extremadamente pesados, como si estuviesen hechos de plomo. Con dificultad abrió sus ojos y lo primero que vio fue un candelabro verde que colgaba justo encima de el. Miro a su alrededor. Se encontraba solo y el fuego de la chimenea estaba extinto.
Lentamente se levanto de la silla donde había pasado toda la noche. Miro su reloj: marcaban las 6am en punto por lo tanto sus compañeros de casa se encontraban durmiendo. Decidió irse a desayunar: no le importaba si todavía los elfos no habían arreglado las mesas de las casas o si desayunaba solo, quería estar en cualquier sitio excepto en la Sala Común de Slytherin.
Deseaba olvidar lo sucedido la noche anterior. El sabia perfectamente que era un idiota, nada bromista, fracasado, sin nadie que se preocupara con el, controlado e influenciado por sus amigos. Sentía rabia, su orgullo estaba lastimado, no quería saber de nadie. Pero sus pensamientos lo abandonaron al ver que repentinamente se encontraba al frente de la puerta del Gran Hall. Había salido de su Sala Común y caminado por los corredores, absorto en sus pensamientos.
La abrió y sin mirar a su alrededor se dirigió a la mesa de su casa.
Se sentó en la silla donde acostumbraba siempre a sentarse y sorpresivamente apareció comida al frente de el. Tomo unos huevos cocidos, un poco de pan integral y jugo de calabaza. Se encontraba comiendo su desayuno cuando escucho una voz detrás de el.
"Severus.. por que tan solo?" dijo la voz.
Snape se sobresalto. 'Si era Evans? Peor, si era Howe?' penso Snape precipitadamente. Volteo su cabeza y se encontró con no otro que Albus Dumbledore, director de Hogwarts, máxima autoridad de Hogwarts. Snape intento calmarse y evitar que sus manos empezaran a sudar.
"Por que tan solo?" repitió Dumbledore gentilmente.
"Decidí levantarme temprano, señor" mintió Snape.
"Un día especial?" pregunto Dumbledore, sus ojos brillando.
"No.." respondió Snape vagamente, mientras Dumbledore lo miraba fijamente a los ojos, como si tratara de leer su mente.
Dumbledore le sonrío. "Discúlpame, pero tengo que regresar a mi mesa, algunos profesores deben estar por llegar"
Snape vio a Dumbledore dirigirse a la mesa de profesores, sentarse y darle una ultima sonrisa a Snape.
'Debo salir de aquí y pronto' penso Snape mientras de apresuraba a consumir todo su desayuno.
Al terminar se levanto rápidamente de su silla y se dirigió a la puerta del Gran Hall sin mirar a Dumbledore, no quería saber la expresión que llevaba en ese momento. Se preocupo al pensar donde debía ir ya que no quería encontrarse con Malfoy y los demás. Penso ir al ala hospital para ver a Goyle, pero cambio de idea: 'Estoy desesperado.. pero no es para tanto..' penso mientras se disponía a abrir la puerta del Gran Hall. Pero antes de que pudiera abrirla, antes de que pudiera siquiera tocar la puerta, súbitamente alguien la abrió del otro lado.
'Que no sea Evans..' suplico Snape, pero se encontró cara a cara con Malfoy, seguido por Higgs, Bletchey y Crabbe.
Todos permanecieron en silencio hasta que Malfoy hablo.
"Severus.. respecto a lo de ayer—"
"Cállate, Dumbledore esta adentro" susurro Snape.
Malfoy se puso de puntas y miro por encima de Snape. Efectivamente Dumbledore estaba adentro y se encontraba mirando curiosamente la escena en la puerta.
"Me voy cambiar de ropa… nos vemos después" dijo Snape mientras pasaba por enfrente del grupo y se alejaba de ellos rápidamente…
Snape se detuvo al frente de su oficina. Iba a entrar pero las palabras de Dumbledore le retumbaban en la mente. Se dio la vuelta y se dirigió al ala hospital.
Una vez allí Madam Pomfrey se apresuro en curarlo de su fiebre, sin hacer muchas preguntas.
"Profesore Snape, siga… le pasa algo? Pero claro esta pálido…" dijo la enfermera para si misma, cuando entro Snape al ala hospital.
"Es una estupidez.. simplemente fiebre.."
"No diga mas, siga y acuéstese en la cama siguiente a la del Profesor Lupin" dijo Madam Pomfrey. "Siga siga…"
Snape vacilantemente se sentó sobre la cama.
"Vaya Severus estas pálido…. Algo que te molesta?" pregunto Lupin el cual se encontraba acostado en la cama siguiente a la de Snape.
"No te importa…" le siseo Snape.
De todas las personas en el mundo era a la ultima que se quería encontrar. Dumbledore había decidido contratar a Lupin a pesar de la oposición por parte de alumnos, padres y profesores y especialmente de el, gracias a que a ese hombre-lobo imbécil perdió la Orden de Merlín.
Pero después de la vuelta de Voldemort, Dumbledore decidió tener cerca de el a las personas de mas confianza, prepararlas y mantenerlas unidas para un posible ataque por parte de Voldemort y sus Death Eaters. Entre esas personas estaban una serie de magos, incluyendo a Lupin y a el, todos reunidos en un grupo llamado "La orden del Fénix".
Es así como Lupin, el fastidioso Lupin esta de vuelta.
Enojado, Snape se quito los zapatos y se acostó en su cama sin siquiera colocarse debajo de las cobijas.
Madam Pomfrey se acerco con una copa en su mano.
"Beba esto, le bajara la fiebre" dijo mientras le pasaba la copa a Snape.
Snape la tomo en sus manos, la olió y la examino.
"Mujer, esta poción me hará dormir…" dijo Snape irritado.
"Y bajar la fiebre" dijo la enfermera, su paciencia llegando al limite. Se retiro a su oficina lanzándole a Snape una mirada severa.
"Tómala Severus, te hará sentir mejor" le dijo Lupin soñolientamente a Snape desde su cama.
"Por que estas aquí? le pregunto Snape, aun irritado.
"Luna llena" respondió Lupin de manera simple.
Snape asintió mientras tomaba el primer sorbo. Al instante sintió que su cabeza le daba vueltas. Se tomo toda la poción en un gran sorbo. Aturdido, acomodo' su cabeza sobre la almohada y quedo profundamente dormido.
Gracias por leer ^__^
