¡Hola a todos!

Mm.. déjenme pensar: peleas cortas, ambiente pesado, no es la Navidad perfecta... muchas cosas en un día.. ya saben qué esperar.

"Capítulo 13"

Entrada la noche, el Expreso Hogwarts llegó a su destino final. Una vez en el castillo, Snape notó que había pocos estudiantes en el colegio, seguramente quienes no habían ido a sus casas en vacaciones. En la noche, cenó con unos Slytherin de  séptimo año quienes conversaban de Quidditch y mujeres. Snape no queriendo quedarse mucho con ellos, cenó con rapidez y se retiró de la mesa pidiendo disculpas.

De regreso a la Sala Común no se percató de una presencia que lo seguía. Colocando suavemente su delgada mano sobre el hombro del joven, Albus Dumbledore le pidió tener una pequeña charla.

"No es necesario ir a mi oficina, señor Snape" dijo el director con expresión serena. "Mañana quiero verlo a Ud. y a los señores Potter y Black en mi oficina, para que entreguen su trabajo... por favor, vayan los tres juntos temprano en la mañana.."

"Tengo que avisarles, profesor?" preguntó Snape con tono ácido.

"Sí, por favor si es tan amable" Dumbledore le dio un suave apretón en el hombro, y se retiró.

Snape introdujo sus manos en los bolsillos de su túnica y caminando con lentitud se devolvió al Gran Hall. Estando allí abrió la puerta con una suave patada. Adentro Potter y Black estaban todavía cenando, con expresiones aburridas en sus rostros. Acercándose con sigilo, Snape se detuvo detrás de Potter quien le estaba dando la espalda.

"Potter!" habló Snape tajante, mientras que Potter daba un pequeño brinquito en su silla. "Mañana en la mañana tenemos que llevarle los trabajos a Dumbledore"

Potter asintió con la cabeza, mientras que Black fruncía el ceño. Snape arqueó una ceja en respuesta y, tomando su túnica de los bolsillos giró con brusquedad sobre sus talones, tratando de buscar un efecto de partida dramática.

'Bah... esto es estúpido...' pensó Snape mientras se encaminaba de nuevo a la Sala Común.

Al día siguiente Snape se levantó con una sensación irritante en su estómago. Sin pensarlo mucho, fue a la oficina del director antes de ir a desayunar. Sabía cómo llegar a la oficina, pero estando al frente de la gárgola no supo cómo entrar. Sintió que se vería ridículo estando parado frente a una estatua, mirándola fijamente, con un montón de pergaminos debajo de sus brazos. Estuvo minutos parado e inmóvil hasta que escuchó pasos que se acercaban. Los pasos de Potter y Black.

Snape les echó una rápida ojeada, sonriendo para si mismo al ver la cantidad de pergaminos que cargaba Black. 'Eso le pasa por imbécil'

"Qué pasa, Severus? Por qué no has entrado?" preguntó Potter sarcástico ante la situación.

"Crees que sé la condenada contraseña para entrar? No me la paso acá metido como ustedes" respondió Snape exasperado.

"Chocolates yimmies " murmuró Black.

De inmediato la gárgola empezó a girar, escaleras de madera brotando del suelo. Snape avanzó al mismo tiempo que Potter, chocando ambos al tratar de ingresar a las escaleras.

"Permiso..." Snape hizo a Potter a un lado con un diminuto empujón, siendo así el primero en ingresar. Parado sobre un escalón, este al igual que los otros empezó a moverse en espiral, subiendo con lentitud. Al llegar a la puerta de la oficina, levantó su mano para tocar, sin embargo se quedó con la mano levantada al ver que se abrió sobre frente a él.

"Sigan, sigan..." dijo Dumbledore, levantándose de su escritorio y dirigiéndose a ellos.

"Aquí está mi trabajo, señor" Snape alargó su brazo, pasándole los pergaminos al director. Este los recibió con cortesía.

"Señor, la Profesor McGonagall va a corregir los trabajos?" preguntó Potter entregando su trabajo y el de Black.

"No señor Potter, yo mismo los voy a corregir"

Black y Potter intercambiaron miradas nerviosas.

*****

El resto del día Snape no hizo más que permanecer tumbado en su cama, mirando el techo de esta, buscando figuras en las vetas de la madera. En la noche, sus amigos llegaron de sus vacaciones navideñas. Snape supuso que el expreso Hogwarts volvió en la noche anterior a Londres, para estar ese día en la mañana y así poder traer de vuelta a los otros estudiantes.

El primero en ingresar a los dormitorios fue Higgs. Al divisar a Snape, se detuvo unos segundos en la puerta, volteando a mirar atrás con sus cejas levantadas. Alguien por detrás lo empujó, obligándolo a ingresar por completo. A Snape los gestos desafiantes de su compañero no le hacían ni el menor efecto: sabía que la noche de su castigo Higgs trató de ser amable, pero Snape tomó esa amabilidad como curiosidad fastidiosa.

Higgs tratando de no demorarse mucho debido a la presencia de su compañero, tomó su maleta y la colocó sobre su cama, vacilando si debía o no desempacar.

"Ya me iba de todos modos" dijo Snape leyendo los movimientos de Higgs, el cual no respondió ante el comentario, evadiendo la mirada del otro.

A la salida del dormitorio, Snape se encontró con Malfoy. Este lo miró temeroso por unos segundos, pero adoptando su postura recta de siempre dijo:

"Se te pasó la rabieta Severus? O todavía estoy en peligro de morir si me acerco a ti?" Malfoy sonrió de oreja a oreja, dejando ver su dentadura perfecta.

"Qué astuto Lucius... voy al Gran Hall, vienes?" preguntó Snape con desdén.

"Sí, espera.." respondió su amigo apuntando a su maleta "..voy a dejarla.." El rubio ingresó al dormitorio, cruzó unas cuantas palabras con Higgs, saliendo segundos después con una bufanda negra muy bien envuelta en su delgado cuello.

"Frío..." comentó Malfoy con  voz monótona, acomodándose la bufanda con delicadeza.

"Seguro, yo también tengo..." respondió Snape, quien seguía con las manos en los bolsillos desde el día anterior.

"Cuéntame Sev..." trató de decir Malfoy ya afuera de la Sala Común encaminados hacia el Gran Hall.

"No me digas Sev.." dijo Snape con enojo.

"Evans te dice Sev y parece no importarte" Snape volteó a mirar a su amigo, sus ojos grandes en asombro. "En todo caso" prosiguió Malfoy "me gustaría saber qué fue lo que sucedió el día antes de vacaciones"

"No sucedió nada... nada que te importe" a Snape todavía le retumbaran las palabras del director en su cabeza:".. queda estrictamente prohibido de decir una palabra a nadie de lo que ha sucedido, ni siquiera un acercamiento...". Si fuera por él, ya todo el colegio se hubiese enterado de la licantropía de Lupin, de cómo Dumbledore permitió a un mounstro así estar en el colegio, estudiar, alimentarse, codearse con otras personas. Pero Snape sabía que no podía decir ni una sola palabra, ni tratar de insinuar lo que realmente sucedió, ahora cada vez que viera a Lupin le tendría más que lástima, le tendría odio, repulsión... hasta miedo.

"Severus, somos amigos, confía en mí... anda, cuéntame qué pasó" Malfoy insistió tratando persuadirlo de la mejor forma.

"Tu debes saberlo, en este estúpido colegio todos saben de todo" Snape sacó las manos de sus bolsillos, cruzándose de brazos.

"Ese es el misterio Sev, nadie sabe nada!" Malfoy golpeteó su frente con suavidad. "Ni siquiera hay rumores, si los hubiese no te estaría preguntando"

"Ah! No sucedió nada!" exclamó Snape, acelerando su pasó. Malfoy igualó el suyo al de su amigo.

"Está bien, no te pongas así, tratándose de ti seguro te metiste en problemas por explotar una poción o algo así" Malfoy rió ampliamente, dejando no otra opción a Snape más que soltar una risa fingida.

'Ojalá hubiese sido eso' pensó Snape mientras reía 'Oh no espera: Lupin es licántropo, me suspendieron.. y oh sí, casi lo olvido, Potter me salvó la vida'

La entrada al Gran Hall estaba repleta de estudiantes. Los dos Slytherin se abrieron paso entre unos Gryffindor de primer y segundo año, logrando así llegar a su mesa antes que la mayoría de su casa. Tomando asiento uno seguido al otro, los dos amigos se sirvieron cuanta delicia vieron sobre la mesa.

"Maldito frío.." comentó Malfoy, llevándose un bocado gigante de pollo a la boca. "Mi trasero se me va a congelar"

Snape puso sus ojos en blanco en señal de exasperación. Asiendo su tenedor, empezó a comer con lentitud, sin poner mucha atención a lo que estaba haciendo. Observó por unos momentos los estudiantes que ingresaban al Gran Hall, charlando ruidosamente entre ellos, en medio de risas y bromas ligeras. Girando su cabeza disimuladamente, Snape dirigió su mirada a la mesa de Gryffindor. No había señales de Potter o Black, tampoco de Lupin, y el gordo Pettigrew no estaba por ningún lado. Snape se sintió más ligero ante la ausencia de ellos, pero su objetivo no era quedarse mirando a Potter y sus niñitas, sino ver si cierta Gryffindor estaba cenando también. Efectivamente, Lily Evans se encontraba diagonal a él. Snape se quedó viéndola por un buen rato, sus movimientos delicados y graciosos, sus mejillas y diminuta nariz rojas a causa del frío. Sería bueno quitarle la bufanda a Malfoy y dársela a Evans, pero de sentir a su compañero junto a él, comiendo desesperado, pensó que la idea era más que absurda.

"Severus.... estás enamorado?"

"Eh?" preguntó Snape mirando a Malfoy.

"Qué pasa?" preguntó Malfoy llevándose una servilleta a la boca.

"Dijiste algo?" Snape preguntó alarmado.

"No" respondió su amigo extrañado, viendo a Snape  por unos momentos. Al ver que había perdido la atención de este, Malfoy tomó otro pedazo de pollo y lo sirvió en su plato.

De nuevo Snape buscó a Evans con la mirada, encontrándola esta vez con rapidez. Se quedó viéndola por un largo rato, con expresión seria y serena, 'suspirar' cuando se ve a alguien quien quieres era para maricas y Snape de seguro no lo era. Si bien él observaba a una persona, otra  estaba viéndolo a él... Snape podía sentir los ojos de aquella persona sobre él. Girando un poco más su cabeza vio a una de las amigas de Evans observándolo atentamente. Él había visto varias veces a la chica, cómo no reconocerla si entre los Slytherins tenía fama de perra y "mostrona". La chica –de apellido Whitten, ahora que recordaba- le murmuró algo al oído a Evans, soltando la risa mientras hablaba. Evans volteó a mirarla boquiabierta, alejándose unos centímetros de ella. Whitten, apoyando su quijada sobre la mesa, cerró los ojos haciendo como si no le importase lo sucedido.

La siguiente mirada que sintió encima fue la de Evans. Snape vio con agrado las palabras "Hola Sev" que formaron los finos  labios de su amiga. El joven por su parte, levantó su mano y la agitó en respuesta. Evans le sonrió y, bajando su mirada se forzó a concentrarse en su comida. Snape sintiendo que la irritación en su estómago estaba desapareciendo, decidió también centrarse en su plato. Esa noche iba a dormir bien.

*****

'Genial, genial, genial' se repetía una y otra vez mientras corría en dirección a las mazmorras. 'Como pude haberme quedado dormido?'

Ingresó al salón con el mayor sigilo posible, pero no pudo escapar ante la mirada severa de Howe.

"Señor Snape, llega 10 minutos tarde... 5 puntos de Slytherin!" exclamó el profesor, causando que toda cabeza se volviera en su dirección. Esperó una reacción de sus compañeros, risitas tontas de los Gryffindor, pero todos permanecieron inmóviles viéndolo acomodarse en la parte trasera de la clase.

"Bien... ahora que el señor Snape se ha acomodado, pongan atención a las instrucciones" de mala gana todos sus compañeros de clase volvieron sus miradas al frente.

Snape no estaba poniendo cuidado a lo que Howe estaba diciendo, todavía tenía su mente bajo las cobijas. Hubo un ruido por todo el salón, haciendo que Snape aterrizara de seco a la realidad.

"Hola Sev..." Lily Evans lo saludó con un murmuro.

Snape no se dio cuenta en qué momento se le había acercado Evans.

"Hola Lily... qué haces?"

"Bueno pues, tenemos que trabajar en parejas... nos hacemos juntos?" preguntó Evans sabiendo la respuesta.

"Oh, sí... seguro" respondió Snape, encogiéndose de hombros. Evans encontró ese gesto gracioso, en vez de prepotente como muchos lo tomarían.

Mientras Evans le explicaba a su amigo qué debían hacer, él por su parte reunía y preparaba ingredientes. Durante la clase charlaron con normalidad: Evans le comentó que había trabajado con Lupin la semana que él estuvo ausente, mientras que a Pettigrew le tocó trabajar con Malfoy. Snape tuvo un impulso de advertirle  a Evans que se mantuviese alejada de Lupin por ser una persona peligrosa, pero al no encontrar argumento que sustentara su idea, desistió de ésta. Pareciera que Evans había cambiado su opinión acerca de Lupin en tan solo una semana, se refería a él como 'Remus' en vez de usar su apellido, lo cual le causó una leve molestia a Snape. Más molesto se sintió aun cuando Evans le comentó lo amable que era Lupin, y lo no tan despreciable que podía ser Potter. Snape mostraba como si los comentarios inocentes de ella no le afectaran, cuando en el fondo los celos se lo estaban comiendo. A mitad de la clase Evans cambió de tema, contándole acerca de sus penosas vacaciones que tuvo que soportar junto a su  hermana.

"Severus...." dijo ella con timidez, mientras Snape asomaba su cabeza sobre el caldero. La poción estaba terminada, y era solo cuestión de minutos para que se acabara la clase. "Habían rumores de que habías sido expulsados... bueno que James, Sirius y tú habían sido expulsados"

"Bueno, pero no es verdad" respondió Snape cortamente, tratando de evadir el tema. 'Maldito Lucius, me dijo que no habían rumores'

"Lo sé, pero Severus... me da la impresión que fue... bueno, por aquello que te dijo Sirius en tu encuentro con él aquella noche..." la aun más tímida voz de Evans fue opacada por el timbre mágico, indicando el cambio de clase.

"Historia de la magia... vamos no quiero llegar tarde"  dijo Snape tomando su mochila y la de Evans en sus manos, obligándola a salir de primeras de la mazmorra.

Caminando por los corredores, Evans miraba ocasionalmente a Snape. Él por su parte estaba seguro que ella se moría por saber más de lo sucedido, no porque fuese chismosa, simplemente por mostrar interés.

Al llegar a la entrada del salón, Snape se detuvo con lentitud al ver a Lupin y Black discutiendo, sus otros dos amigos detrás de ellos. Sujetando a Evans por el brazo, la obligó a dar unos pasos atrás.

"Maldito seas Black!" Lupin apuntaba a su amigo, su brazo tembloroso de la ira.

"Remus, no es la hora de discutirlo!" exclamó Black percatándose de la presencia de Snape y Evans.

"Mira cuando es que vienes a mostrar interés Black... no me importa si es o no la hora de discutirlo... no puedo callarlo, eres un maldito desgraciado"

"Remus, cálmate" Potter intentó acercase a Lupin, pero este lo evadió con un movimiento brusco del brazo.

"Qué bien James, defiéndelo..." a Lupin se me aguaron los ojos. "Defiéndelo..." apuntando de nuevo a Black, dijo: "Tenemos que hablar!". Cogiendo su mochila, Lupin la balanceó sobre su espalda, desapareciendo en dirección  a la Sala Común de Gryffindor.

"Sirius, no quería decir esto... todo es por tu culpa" Potter ajustó sus gafas y tomando también su mochila, fue detrás de Lupin.

Black ignorando por completo a Pettigrew, Snape y Evans, volteó su cuerpo contra la puerta, apoyando su frente contra esta.

Snape no sabía cómo reaccionar, mientras que Evans le dirigía una mirada interrogante.

La puerta del salón se abrió, causando que Black perdiera el equilibrio y cayera contra el profesor Binns quien pretendía inicialmente asomar su cabeza.

"Muchacho, entre ya a clase.. ustedes también" dijo el viejo con voz quebrantada dirigiéndose a otros estudiantes que estaban hasta ahora llegando con paso arrastrado.

"En verdad hoy ha sido un día muy extraño" comentó Evans sentándose al lado de Snape en una esquina trasera del salón.

"Hmm" asintió vagamente Snape, colocando con descuido las mochilas sobre los pupitres.

"Cuidado con mi mochila Sev.. tengo algo allí que te puede interesar" Evans tomó la mochila con suavidad, tratando de ocultar el súbito rubor que cubría sus mejillas.

Snape frunció el ceño, mirándola con curiosidad. Evans sacó de la mochila una cajita alargada y delgada, se la pasó a Snape esperando una pronta reacción.

"Qué es esto?" preguntó él, tomando la cajita entre sus manos. Hizo un ademán de agitarla, pero Evans lo sujetó del brazo.

"No!"

"No iba a agitarla, Lily" dijo Snape colocándola sobre el pupitre. Con delicadeza y todo el misterio del caso, Snape la abrió pudiendo observar el contenido. Una hermosa pluma de plata se asomaba desde la cajita. El rostro de Snape brilló igual que la pluma, tanto en asombro como en agradecimiento.

"Hmm.. Feliz Navidad... atrasada" Evans soltó una risilla nerviosa.

"Oh" ahora entendía porqué su amiga estaba tan tímida en pociones.

"Oh?" preguntó Evans, su sonrisa esfumándose ante la reacción de su amigo.

"Oh.. es decir.. gracias..." Snape no estaba acostumbrado a dar las gracias, pero en este caso era necesario hacerlo.

"No tienes porqué agradecérmelo, te lo debo por haber sido un buen amigo y ayudarme en pociones"

"Lily, yo no tengo un regalo para ti...." dijo Snape un poco decepcionado por no haber tenido un gesto amable con ella. "La verdad es que no tuve mucho tiempo libre, con todo el trabajo que—nada, nada" el joven paró de hablar a tiempo.

"Trabajo? Trabajo de qué?" inquirió su amiga. Frunciendo el entrecejo al no obtener respuesta, Evans permaneció inmóvil, tratando de encontrar ella misma la respuesta.

"Severus... fuiste suspendido?"

"No" respondió Snape de inmediato, lo cual rebeló a Evans la verdad.

"Mentiroso... Sev, por qué te suspendieron? Oh ya sé...! Severus fuiste al Sauce Boxeador tal y como te dijo Sirius, pero alguien te descubrió y fuiste suspendido" con el entrecejo fruncido aun más, ella se quedó pensativa por unos instantes, observando fijamente a Snape.

"Lily.. mira... sí fue así, me suspendieron... pero no le digas a nadie por favor, deja de mirarme de esa manera" el rostro de Snape se tornó ligeramente rojo, su tono de voz áspero y grosero. "Lo descubriste ahora deja el asunto así, no quiero hablar de eso... no puedo hablar de eso"

Evans siguió mirándolo, mostrando una expresión de ofensa en sus ojos.

"Qué pasa?" preguntó el joven con voz gruesa.

"No puedo creerlo" dijo Evans meneando su cabeza. "Qué típico de los Slytherins"

"De qué hablas?" a Snape le estaba hirviendo la frente del enojo que crecía dentro de si al ver el cambio en la actitud de su amiga.

"Severus, te dije que no fueras al Sauce Boxeador... cómo no me hiciste caso? Qué tonto eres, pensé que no ibas a ir, me tenías convencida que no ibas a ir" murmuró Evans con rabia.

"Nunca te prometí nada Lily... hasta donde recuerdo tú me amenazaste con acusarme... ha no ser que me hayas delatado, por eso fue que Dumbledore nos descubrió-" Snape continuó hablando más para si mismo "-tiene sentido... por eso fue que Dumbledore nos encontró a la entrada del castillo... Lily, tú fuiste quien nos delató... me delató, no es verdad?"

"Claro que no! No me vengas con acusaciones falsas! Yo te dije que no iba a hacerlo  y no lo hice! Aunque debí hacerlo siendo prefecta! Pero aun así no lo hice porque tú me pediste no hacerlo!" exclamó Evans levantando la voz.

"Y yo creyéndole a una Gryffindor, qué astuto soy!" al pronunciar estas palabras, Snape retiró su silla lejos de la de Evans.

"Qué quieres decir con eso? Oh, no me lo digas, no me interesa... qué desagradecido eres, estaba preocupándome por ti, hasta te compré un regalo y mira cómo me pagas!" el tono de Evans llamó la atención de unos compañeros que se encontraban al frente de ellos.

"Si es por el regalo, puede tenerlo de vuelta!" parecía una competencia de quién podría exclamar de forma más hiriente.

"No, quédate con el regalo como recuerdo de alguien que se preocupó por ti en algún momento de tu vida!"

"Señorita Foresman, señor Larson, les importaría prestar atención? Estoy tratando de dictar una clase!" la voz de Binns retumbó por el salón, todos los ojos de los presentes puestos en dirección de la pareja.

"Sí profesor" Evans tomó su mochila, se dirigió al frente y se sentó con rudeza en un pupitre frente al escritorio del profesor, arrojando su mochila sobre éste. Varios Slytherins se rieron de la escena, pero a Evans pareció no importarle.

Al finalizar la clase, Evans  y sus amigas fueron las primeras en retirarse. Snape hizo lo contrario, esperando que todos desocuparan el salón para así el salir solo. Cuando el salón se desocupó, el profesor Binns lo echó con un nada amable "Salga del salón ya", en la puerta Malfoy esperando por él.

"Vaya escena tan cursi la de tu noviecita la sangre-sucia esa y la tuya Severus... veo que te levantaste con el pie izquierdo, no es así?"

Snape no podía esperar a que el día terminara.

*****

Releyendo el texto de Encantamientos, Snape se dio cuenta que no podía sacarse a Lily de la cabeza. Se había quedado  hasta tarde en la Biblioteca repasando esa materia, pero todo hubiese sido más fácil si Evans hubiese estado allí para ayudarlo. Sentía que el libro estaba escrito en algún idioma de un país remoto que solo alguien como Evans podría entender. Evans. De nuevo ella en su mente.

Snape cerró el libro de un manotazo. Era tarde y en cualquier momento Madam Pince lo echaría del recinto. Preferiría estar en otro sitio que en su dormitorio, con todos sus amigos mirándolo resentidamente por aquel incidente con Higgs, de allí a que él hubiese terminado estudiando en la Biblioteca. 'Estúpidos...'

Cargando el libro de forma floja, Snape se dirigió al estante de Encantamientos. Las velas en ese sitio se habían apagado, por lo que debía iluminarse con su varita. Antes de sacarla de su bolsillo, escuchó unos ruidos extraños desde el fondo del pequeño pasillo. Snape avanzó en silencio, y musitó "Lumos!" con suavidad.

Ante la luz de su varita pudo ver a Malfoy, quien tenía acorralada contra la pared a Narcissa, la chica de séptimo año, en lo que parecía era un profundo y baboso beso.

"Hablando de escenas cursis Luci...us..."

El libro de Encantamientos quedó abandonado en el suelo.

Porque Lucius y Narcissa debían ser mencionados en este capítulo. Gracias por leer.

Sashka preguntó:

"..He visto que comenzaste una nueva historia ¿vas a continuar esta?..."

Sí, definitivamente voy a continuar "Una razón de ser". La otra historia de "Las dos despedidas" consta de un solo capítulo y hace parte de "Una razón de ser" ya que está dentro de la misma línea de tiempo.

Gracias por sus reviews tan lindos!