*Fleur mira su calendario mágico* Vaya sí que ha pasado el tiempo! Por fin terminé este capítulo, es muy especial para mi no solo por lo que sucede, sino que en si le tengo cierto cariño exclusivo.
Recapitulando: Evnas le hizo un regalo a Sevvy en Navidad, pero por tontitos salieron discutiendo. Los Gryffindor también discuten entre ellos. Cómo se las arreglarán?
Capítulo dedicado a Naty, por ser tan especial y ser una gran esposa, por ser la de la idea y por no haberla olvidado hasta estos días.
Espero que disfruten el capítulo y ojalá me manden reviews que los adoro ^___^
Nota extra: Pequeños –diminutos- spoilers para "Harry Potter y la Orden del Fénix"
"Capítulo 14"
Salir rápidamente de la Biblioteca después de ver la escena entre Lucius y Narcissa no fue la idea más inteligente que Snape haya tenido, por lo que mientras se encontraba sentado en una mesa en la esquina de la Sala Común de Slytherin, añoró el viejo libro de Encantamientos que dejó abandonado en aquel pasillo. Se arrepintió de su escape furtivo al ver que esa tarde tenía que compartir un libro de Encantamientos Avanzados con el cabeza hueca de Crabbe. Del otro lado de la mesa, Malfoy miraba al par trabajar, su pluma balanceada sobre su dedo índice, mientras que Higgs, lo más alejado posible del grupo, releía un fragmento de un pergamino para una tarea de Astronomía.
Era una fría tarde de miércoles, y pareciera que el invierno nunca fuera a acabar. Snape sentía su cerebro congelado, su mente estática sin un solo pensamiento preciso que pasara por esta. Desplazando su mano por su cabello grasoso incontables veces, el joven hizo ver su frustración al no poder terminar su tarea de forma apropiada. Si esa era solo la parte escrita, el pobre Snape no sabría cómo iba a conseguir repasar y aprobar la parte práctica: en ese momento tuvo una visión de Lily Evans haciendo un Encantamiento de Camuflaje a la perfección.
'Si solo Lily estuviera acá para ayudarme...' pensó, viendo cómo Crabbe pasaba las hojas de su libro, leyendo solo por encima las partes que él consideraba importantes, pero que en el fondo – y Snape sabía mejor que su amigo- no lo eran.
Repentinamente, Higgs se puso en pie, mirando al lado opuesto de la Sala Común. Snape, siguiendo su mirada, vio del otro lado a un grupo de chicos de 7mo, los mismos con los que él cenó en el Gran Hall. Sin decir palabra, Higgs tomó el pergamino y se encaminó a ellos.
"Oye" dijo Snape,
mirando a Crabbe por unos momentos "...déjame el libro y yo termino de hacer
esta estupidez, mañana te la presto para que la copies"
Crabbe no necesitó
que se le dijera dos veces, asintiendo con firmeza, deslizó el libro a su
amigo.
"Gracias.." murmuró, mientras se paraba y también se encaminaba hacia Higgs y
los demás chicos.
Después de unos
minutos en pacífico silencio, Malfoy habló:
"Mira, si quieres hablar conmigo acerca de lo que viste, dilo de frente y no
esperes a que los demás se vayan!"
"No me importa lo que hagas o dejes de hacer con Narcissa, Lucius" respondió
Snape, sin levantar la mirada del libro.
Malfoy se quedó
mirándolo. Snape sintiendo esos penetrantes ojos grises sobre su cabeza,
levantó su mirada y de forma desafiante dijo:
"No soportarías que hablara del tema delante de los demás, así que cierra la
boca y no fastidies" concluyó arrastrando las palabras con lentitud.
"Has besado a la sangre-sucia?" escupió Malfoy la pregunta.
"No" respondió Snape en un tono frío. "Y no me interesa, así como tu lo has dicho, es una sangre-sucia"
"Buen punto. Yo por lo menos me junto con una sangre pura" Malfoy levantó su mentón en gesto de superioridad.
"Es mayor que tú, te quiere por tu dinero, y además Narcissa Black es familiar de Sirius Black, si algo pasa quedarás emparentado con ese bastardo... vaya que inteligente eres Lucius" Snape sonrió de forma maliciosa, tornando de nuevo su mirada al libro.
Malfoy se mantuvo en silencio por unos momentos. Luego después de agitar su pluma por unos segundos, respondió:
"Dices eso porque
Evans no te pone atención, el inteligente" hizo énfasis sarcástico en la
palabra "... es otro Severus, ahora si me disculpas, tengo otros asuntos que
atender"
Snape frunció el ceño al ver a su amigo retirarse a los dormitorios. Tal vez si
iba a la Biblioteca a hacer otra tarea, le rendiría mejor el tiempo. Pero la
única tarea que tenía era de Encantamientos, por lo que no teniendo
escape, se resignó a tratar de
terminarla o por lo menos hacer algo productivo con el libro.
Los días pasaban, y nada parecía mejorar para Snape. No solo estaba teniendo un poco de problemas con el estudio, sino que también la relación con sus amigos no estaba en los mejores términos. Con Lily Evans las cosas parecían permanecer igual desde aquella pelea en Historia de la Magia. En Pociones, él era forzado a trabajar con Bletchey, mientras Evans se emparejaba con Lupin. '¿Acaso entre prefectos se entienden mejor?' se preguntaba Snape con acidez, cada vez que veía a su amiga con el licántropo trabajando juntos en la Biblioteca, o sentados en el Gran Hall charlando de forma demasiado animada.
De vez en cuando, Evans lo buscaba con la mirada, pero apenas Snape lo notaba, ella se volvía a otro lado completamente ruborizada. Cada vez que se cruzaban en los corredores, se daban un corto saludo siguiendo su camino como si nada hubiese pasado y fueran los mismo Gryffindor y Slytherin de antes.
"Tal vez la juzgué
mal..." se dijo Snape a sí mismo, una noche mientras se encontraba solo en su
dormitorio, la pluma plateada en una mano y la cajita en la otra.
Tal vez debía disculparse con ella, después de todo él fue quién empezó con los
comentarios insultantes. El problema era que él muy pocas veces se había disculpado
por algo, mucho menos por una pelea con una sangre-sucia. Aunque si lo pensaba
mejor, ella no era una sangre-sucia cualquiera; era su compañera, su
amiga y para ser sincero con él mismo, estaba perdidamente enamorado de ella.
Pensó en pedirle consejo a Lucius, pero meneando su cabeza y golpeándola con
suavidad, cayó en cuenta del gran error que eso pudiera ser. Decidió arreglar
la situación por su cuenta.
Enero llegó a su fin y era hora para Snape de tomar medidas drásticas. Parado frente a un cartel de noticias en una pared de la Sala Común, re-leyó un fragmento de color rosa rodeado con ridículos corazoncitos.
'Febrero 14, salida a Hogsmeade por día de San Valentín. Alumnos de quinto, sexto y séptimo están autorizados para permanecer allí hasta las 9 de la noche.
Atentamente,
Profesor Sebastian Howe
Jefe de Casa de
Slytherin.'
Al leer la nota por última vez, Snape sintió cómo su cerebro se le iluminaba con lo que creía era una espléndida idea.
*****
'Qué será? Qué será? Qué será bueno para ella? Qué le gustará?'
"Evans, podemos hablar?"
Evans se detuvo a la entrada del castillo después de una aburrida clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. Dándole una mirada rápida a Lupin y Whitten quienes se encontraban a su lado, se volvió a Snape con el ceño fruncido.
"Qué sucede, Snape?" preguntó, removiendo un mechón de cabello de sus ojos de forma lenta.
"Aquí no" Snape señaló evidentemente a los amigos de Evans. "Vamos" sujetándola del brazo con delicadeza, la arrastró unos metros lejos de la entrada.
"Qué sucede?" volvió a decir ella, un poco enojada por la situación. Los demás ya habían desaparecido de la entrada.
"Escucha, vas a ir con alguien a Hogsmeade en San Valentín?" preguntó Snape, fijando a la chica con la mirada.
"Por qué lo preguntas?" respondió Evans de forma evasiva.
"Responde"
"No, con nadie... no por ahora" añadió su amiga, esquivando la mirada de Snape.
"Mira, nos podríamos encontrar en Hogsmeade, a las 7 de la noche al frente de..." Snape se detuvo unos segundos, luego preguntó con descuido: "Es luna llena estos días?"
"Eh?" preguntó Evans sobresaltada. "Eh... no, no es luna llena, por—"
"Está bien, entonces encontrémonos a la hora que te dije frente a la Casa de los Gritos, te parece?" dijo Snape interrumpiéndola.
"De acuerdo" dijo ella frunciendo aun más el ceño. "Nos vemos, supongo" y se fue, sin voltear a mirar a Snape.
Una vez solo, el joven suspiró profundamente. Si ella quería ir con alguien a Hogsmeade, ese era su problema, su encuentro era en la noche por lo que en el día podría andar con quien quisiera a donde quisiera, y Evans podría luego agradecerle por su gesto tan considerado.
Introduciendo sus manos en el bolsillo, se dirigió con paso lento al Gran Hall, para en la tarde tener una tediosa sesión de Defensa Contra las Artes Oscuras.
El día de San Valentín llegó pronto –demasiado pronto para Snape- por lo que mientras se encontraba inmóvil frente a un espejo en el dormitorio, consideró seriamente la idea de no ir del todo a Hogsmeade, mucho menos encontrarse con Evans. Miró detenidamente su reflejo: pantalones negros, suéter verde con cuello alto y una túnica negra encima, su cabello ligeramente largo recogido en una pequeña cola de caballo con un elástico casi invisible.
A la entrada del castillo, se anotó en la lista que Pringle llevaba de las personas que iban a salir. Mirando a su alrededor, tratando de encontrar un carruaje vacío.
"Severus, por acá!" exclamó la voz de Malfoy, desde un carruaje a su derecha. Snape se dirigió a él, trepando al interior de este con brusquedad. Una vez adentro, vio que Malfoy estaba muy bien acompañado de su noviecita Narcissa.
"Hola Severus" lo saludó ella, sonriendo.
"Esto es raro, desde cuando vas a Hogsmeade el día de San Valentín?"
"Desde cuanto tú vas a Hogsmeade en.... cualquier día?" le devolvió Snape la pregunta.
"Esto me huele a sangre-sucia" dijo Malfoy riendo, mientras tomaba la delicada mano de Narcissa entre las de él.
"Sangre-sucia?" inquirió Narcisa incrédula, mientras reía con un tono extremadamente agudo, más que una risa parecía un chiquillo de un animal siendo sacrificado. Snape la enfrentó con la mirada; Narcissa calló apenas sintió esos ojos negros penetrantes enterrados en los de ella.
El carruaje empezó a moverse "Ya era hora!" exclamó Malfoy aparentemente entusiasmado de tener a Narcissa y su amigo en el carruaje con él. Snape solo tuvo que soportar unos minutos con la melosa pareja, en Hogsmeade se despidió de ellos, desapareciendo de su vista tras un almacén de ropa. Teniendo todo el día para él mismo, dio un recorrido por el almacén, mientras observaba unas chicas de último año medirse túnicas de temporada, muy emocionadas al ver lo modernas que eran. Aburrido al ver la abundancia de estrógeno del lugar, salió a la calle húmeda en dirección de Las Tres Escobas. Allí se encontró con Crabbe, Bletchey y una chica de Slytherin, ambos con una cerveza de mantequilla en la mano, mientras ella sostenía un vaso con agua en su gruesa mano.
Snape se unió a ellos, teniendo que soportar los chistes de Bletchey de porqué Slytherin es mucho mejor que Hufflepuff, otros teniendo que ver con el Quidditch y posiciones sexuales –que Snape algunos no entendía, pero reía igual- y para contraste, chistes muggles. En la tarde ordenaron algo que comer. Al terminar su plato, se disculpó y se retiró con la excusa de tener que comprar más pergaminos.
Al salir vio del lado opuesto de la calle, un almacén lleno de adornos demasiado femeninos. El lugar que estaba buscando. Caminando de forma misteriosa, se deslizó entre los estantes buscando algún adorno que tuviera lirios en él. Snape había planeado regalarle algo a Evans en San Valentín, y sabiendo que "Lily" significaba "Lirio" se le ocurrió que sería un buen detalle darle un regalo relacionado con su nombre. Finalmente encontró una bola de cristal, dentro de esta unos colibríes posados sobre un par de lirios, la base hecho en cerámica, donde también sobresalían unos lirios. Al darle vuelta, y agitarla, pequeños papelitos multicolores y brillantes flotaban dentro de la bola. Debajo de la base había una llave que al girarla, salía una dulce melodía de esta. Perfecto para ella.
Al pagar por el regalo, la bruja que atendía le preguntó si quería empacarlo. Snape se encogió de hombros, mientras que la mujer sacaba una cajita y metía el adorno allí. Seguido a esto, envolvió la caja con un papel rojo brillante, y cuando le iba a colocar un moño plateado sobre esta, Snape dijo "Sin moño!" ya que lo encontraba muy cursi. La bruja lo ignoró, colocando firmemente el moño sobre la caja.
"Tu novia me lo agradecerá!" exclamó la bruja, acomodando el moño y pegándole una tarjeta al lado. Snape tomó una pluma sobre el mostrador y anotó su nombre en la tarjeta.
Debió haberle tomado mucho tiempo escoger el regalo ya que cuando salió a la calle el cielo estaba totalmente oscurecido y nublado. Chequeando su reloj, Snape notó que ya habían pasado unos minutos después de la hora acordaba. Apresurándose, atravesó toda la aldea en un trote suave, divisando a Evans a lo lejos parada al frente de La Casa de Los Gritos, dándole ojeadas rápidas a ésta, temerosa de que algún fantasma pudiera salir volando de alguna ventana rota dispuesta a atacarla.
Evans observó a Snape con expresión de alivio una vez él se encontraba frente a ella.
"Siento la tardanza" murmuró Snape, apretando la cajita en sus manos.
Evans sonrió dejando ver sus pequeños dientes. Snape la observó detenidamente bajo la suave luz de luna; llevaba una túnica morada pálida sobre ella, un jean azul y una camisa crema floreada. En su cabeza, un listón grueso del mismo color de la túnica. Su cabello estaba suelto y totalmente liso.
"Te ves muy linda" dijo Snape quien en ese momento parecía no mostrar objeción ante la moda muggle de los 70's.
"Oh, gracias!" exclamó Evans, su sonrisa ampliándose.
"Te traje esto... Feliz Día de San Valentín"
Evans tomó la cajita en sus manos, leyendo la firma de su amigo con una sonrisa. Sacando su varita del bolsillo, la agitó y la golpeó con suavidad. "Es para que no se arruine el papel, dicen que es buena suerte romperlo, pero creo que tendré suerte con esto de todas formas" dijo ella al ver la mirada de interrogación de Snape.
El papel regalo se desenvolvió sin romperse, cayendo suavemente sobre el suelo junto con el moño y la tarjeta. Evans dejó escapan un gran "Wow!" al ver el contenido de la caja.
"Oh, Severus es hermoso! Y tiene lirios! Son lirios!" exclamó emocionada, agitando el adorno.
"Te gusta?" preguntó Snape incierto.
"Me encanta! Oh, es adorable... Sev, en verdad es muy lindo, cómo supiste lo de mi nombre?" preguntó Evans asombrada.
Snape se encogió de hombros, llevándose las manos al bolsillo.
"Muchas gracias Sev..." dijo Evans con su sonrisa en su mayor extensión. "Sabes qué quiero que acompañe este regalo?"
"Qué?" preguntó Snape, arqueando la ceja.
"Eso es lo que menos necesito, no me mires así--- podrías sonreír por una vez en tu vida?"
"Qué graciosa" dijo Snape con seriedad. "Necesito decirte algo antes de que me arrepienta Evans"
"Qué cosa?" preguntó Evans su sonrisa desvaneciéndose un poco.
"Quería... bueno..." dijo Snape. "Antes que nada, esto que voy a hacer no lo he hecho en años, así que... a lo mejor no salga tan bien como espero" continuó arqueando aun más su ceja "... la verdad es que quiero.. mm.. pedirte disculpas, por lo del regalo... en verdad me gustó.. y no solo eso, sé que... no debí haberte contestado así" pareciera que hubiera practicado frente el espejo la disculpa "... bueno, ahí está, perdóname por ser grosero contigo"
"Severus... yo también quería disculparme" Snape iba a interrumpir, pero Evans levantó su mano para silenciarlo "por haber sido tan insistente, lo siento... es que algunas veces llego a ser muy curiosa.... en verdad, no era mi intención causar esa escena en clase, mucho menos hacerte.. hacernos.. pasar un mal rato..." lo miró detenidamente ".. y sí te perdono, qué creías?" concluyó, sus ojos humedeciéndose.
"Oye, nada de lágrimas acá Gryffindor.." dijo Snape alarmado ahora ambas cejas arqueadas.
Evans chasqueó su lengua. "Bah... lo siento pues..." le respondió contiendo las lágrimas.
Snape se acercó a ella e inclinándose un poco, la miró fijamente a los ojos. "Sabes?" dijo sacando sus manos de la túnica y colocándolas sobre los brazos de su amiga. "Te ves... curiosa.. cuando tienes los ojos así"
"Curiosa? En qué sentido?" preguntó Evans, sonriendo con timidez.
"En el buen sentido" respondió Snape sin dar muchas explicaciones. "Aun en la oscuridad, se pueden ver bien tus ojos" ahora podía sentir el dulce aliento de Evans frente a él, mientras ella se ponía en punta de pies.
"Por lo menos no estoy llorando..." Evans pudo murmurar con suavidad antes de que sus labios y los de Snape se unieran.
Snape no sabía qué estaba haciendo, solo sabía que estaba sosteniendo a su frágil amiga en sus brazos, ambos con los párpados cerrados, los finos y cálidos labios de ella sobre los delgados y fríos de él. Snape abrió un poco la boca y Evans respondió de la misma; inclinando la cabeza un poco, él quiso introducir su lengua, pero antes de hacerlo le dio un apretón a sus brazos y la separó bruscamente de él.
"Lo siento" fue lo primero que dijo Snape. "Lo siento Lily, yo no quería hacerlo" 'Pura mierda, en el fondo sí quería' "Es decir, yo no quería obligarte, lo siento mucho" Snape sentía un cosquilleo en su cuerpo y sus músculos estaban muy tensos.
Evans lo miró aun sonriendo, pero era una sonrisa de sorpresa. "Está bien, no importa" dijo ella sin aliento.
Snape se agachó, recogió la envoltura y el moño. "Te veo después..." dijo; giró sobre sus talones, y se echó a correr colina abajo. No supo hasta donde lo llevaron sus piernas, pero minutos más tarde se encontraba tendido en su cama, con una estúpida sonrisa en su rostro. Una sonrisa verdadera.
*****
Pasaron semanas y la primavera ya se había instalado en Hogwarts. Snape y Evans seguían tratándose como si nada hubiese pasado, ninguno comentó nada al respecto, ni entre ellos ni entre sus amigos.
La voz del Profesor Binns en esa clase era especialmente monótona. Todos los estudiantes se encontraban apoyados sobre sus pupitres, cada uno absorto en sus propios pensamientos. Ni siquiera el Gryffindor más aplicado estaba tomando notas. Snape por su parte tenía su mente puesta en Evans; en las últimas semanas habían pensado en decirle lo que realmente sentía por ella. Haría eso una diferencia? Por lo menos se lo haría saber, no esperaba que Evans correspondiera a sus sentimientos, después de todos eran muy diferentes, y aunque amigos, su forma de pensar y actuar los hacía ver como el agua y el aceito. Pero dicen que los polos opuestos se atraen, no? La verdad no tenía nada que perder, pensaba una y otra vez, y si le decía lo que en verdad sientía por ella, de seguro que se quitaría un peso de sus hombros. Aunque hasta ahora no se lo había dicho por pura cobardía, y miedo a ser rechazado.
Al finalizar la clase, el profesor se retiró del aula, seguido por soñolientos estudiantes. Snape se acercó a Evans son sigilo.
"Lily, podría hablar contigo?" le susurró al oído antes de que ella llegara a la puerta.
Snape se sentó sobre un pupitre del frente, haciéndole un ademán a Evans para que lo imitara. Evnas esperó a que todos los demás salieran el salón, para cerrar la puerta tras de si. Sentándose junto a él, apretó contra ella los libros que llevaba en sus brazos, su mirada fija en el suelo.
"Tengo algo que decirte" comenzó Snape con voz ronca.
Evans permanecía como una estatua, sus hermosos irises esmeralda sin moverse un milímetro. Sin embargo, Snape continuó con su charla, con el mismo tono ronco y monótono.
"Has sido una buena amiga este año, pero hay algo que debo decirte y no espero que me correspondas de la misma manera, aunque en el fondo me gustaría que fuera así" pausó por unos segundos, buscando la mirada de ella con la suya. "Lily, lo que sucede es que.." Pero las palabras dejaron de salir en ese momento. Tragó saliva, incapaz de decir más. Sentía cómo sus mejillas se tornaban carmesí y la vena en su frente empezaba a palpitar con fuerza.
"Severus, te gusto?" preguntó Evans de forma repentina, girando sus ojos a Snape.
Snape se quedó mirándola fijamente por unos largos minutos, ninguno de los dos haciendo el más leve movimiento, dando la sensación que el salón y ellos se habían quedado congelados en el tiempo, como en una fotografía muggle.
"Qué acaso te crees adivina?" Snape prácticamente escupió las palabras. Evans no mostró emoción alguna ante la pregunta.
Él se sentía atrapado, pareciera que Evans supiera desde el principio lo que iba a decir, como si el sexto sentido de las mujeres siempre estuviera presente y los hombres tendrían que sufrir a causa de eso.
"Sí" respondió finalmente Snape, sintiendo cómo esa simple palabra de desvanecía en el aire. Creía que iba a quitarse un peso de encima, pero el efecto era el contrario, se sentía incómodo y expectante a lo que Evans fuera a decir.
"Severus, tu también me gustas" respondió ella de forma casual. "Pero—"
'Había un "Pero"?'"..me gustas como un amigo, un buen amigo, es solo platónico Sev no va más allá, yo no estoy enamorada de ti y no sé si pueda llegar a estarlo" Snape sintió que cada palabra que pronunciaba era como una puñalada en el pecho, sentía como si Evans disfrutara cada una de estas, disfrutara herirlo, disfrutaba hacerlo sentir estúpido al haber admitido sus sentimientos.
"Bien" dijo él. "Bien, ya sabes cuáles son mis sentimientos hacia a ti Lily, me gustas" Snape deseaba poder detenerse "....y estoy enamorado de ti, pero no te voy a obligar hacer nada que no quieras, solo espero que seamos amigos como hasta ahora hemos venido siéndolo"
Evans se puso en pie. Se acercó a Snape, y le dio un beso en la mejilla. "Gracias por hacérmelo saber, me siento halagada, y no le diré a nadie sobre esto, está bien?" dándole un rápido apretón a la mano de su amigo, estuvo dispuesta a retirar pero Snape dijo "Espera" antes de que ella pudiera abrir la puerta.
"Qué pasa?" preguntó ella volviéndose en su dirección.
"Te gusta James Potter?" preguntó Snape su rostro volviendo con lentitud a su tono natural.
Evans bajó la mirada. "¿Ese tonto?" dijo con una risa nerviosa. "Lo odio, es un estúpido que solo le gusta alardear de lo que no es"
"Tengo entendido que te ha invitado a salir con él en ocasiones" Evans mostró un poco se sorpresa al ver el tipo de información que estaba en poder de Snape.
"Y Black? Te gusta? A todas les fascina"
"No Sev, no me gusta Sirius Black" dijo Evans posando su mano en la puerta. "Zlata—"
"Zlata?" preguntó Snape con descuido.
"Zlata Whitten, mi amiga... me contó que yo le gustaba a Black" ante esto Snape recordó su detención en la Biblioteca con él y Lupin "pero me enteré que era algo platónico, supongo que me quería para el rato hasta que se aburriera de mi"
"Qué imbécil" dijo Snape con amargura.
"Sí, lo sé, es un tonto... Potter y Black, son unos tontos...." murmuró Evans, desplazando su mano hasta la manija de la puerta, abriéndola de repente y desapareciendo tras esta.
Snape se puso en pie, sus brazos rectos y manos empuñadas. Se volvió al escritorio del profesor y le dio una patada, la pata de este rodando por el piso frió del salón.
Sacando su varita, exclamó con rabia "Reparo!" apuntándola a la pata, volando a su sitio ajustándose delicadamente bajo la mesa.
A la salida del salón, chocó contra unos chiquillos de Hufflepuff; Snape los maldijo diciéndoles hasta de qué se iban a morir. Los pequeños miraron estupefactos a Snape hasta que sus piernitas respondieron, partiendo en una carrera en dirección opuesta a la que venían.
Error, error, error y error. Snape no sabía si había hecho bien al rebelarle sus sentimientos a Evans, se sentía como un imbécil, como un mariquita al recordar la escena. Por qué lo hizo? Por qué? Qué estúpido! Aunque ella se lo perdía, ella era quien salía perdiendo... al menos a Evans no le gustaba Potter ni Black y eso lo dejó más tranquilo. Tal vez no era tiempo para enamorarse. Tal vez el amor no estaba listo para él. Tal vez Evans no estaba lista para él. Tal vez el amor no era para él. O tal vez, hubiese sido mejor de esta manera, qué hubiera pasado con su reputación si lo vieran, andando por los pasillos, de la mano de Evans? Tal vez Evans lo miraría con otros ojos, se alejaría de él, o se acercaría a él... o lo evitaría? 'Son muchas las posibilidades..' pensó. Snape sentía que estaba exagerando, fue un golpe muy duro pero eso le haría aprender en un futuro. Tal vez eso cambiaría las cosas entre ellos. En efecto a largo plazo lo hizo.
Pasaron semanas en las que Snape y Evans seguían hablando con tranquilidad. Ella cada día tenia menos tiempo entre sus estudios, amistades y sus deberes de prefecta. Los O.W.Ls estaban cerca, por lo que todo estudiante de 5to año estaba más que sumergido en sus deberes, el nivel de stress era insoportable, la cantidad de tareas eran enormes y el calor ayudaba en lo más mínimo. De vez en cuando Evans y Snape tomaban descansos y se sentaban juntos en el Gran Hall a beber enormes cantidades de jugo de calabaza. Ellos dos seguían siendo buenos amigos, se hablaban cada vez que podían, en algunas ocasiones no podían trabajar juntos pero para Snape eso era comprensible. Las últimas semanas de estudio, Evans estuvo particularmente alejada de él, perdida en la Biblioteca o metida en la Sala Común de Gryffindor. La semana de los O.W.Ls ninguno se dirigió palabra alguna, cada uno se encontraba demasiado ocupado con sus deberes y asuntos personales. Al finalizar la prueba de Defensa Contra las Artes Oscuras, Snape salió solo del castillo con la hoja de preguntas en la mano, revisando qué pudo haber tenido o no mal. En las afueras del castillo se situó lejos de todos los estudiantes, sumergido en la hoja que sostenía, olvidado totalmente de las demás personas a su alrededor. Camino al castillo, tuvo un encuentro con Potter y Black, en el cual Evans saltó a su defensa. Ese sería uno de los tantos gestos que dulces que iba a recordar de ella, gestos que con el pasar del tiempo iban siendo más y más escasos.
"Te escribo en vacaciones, te parece?" le dijo Evans el último día de colegio antes de ir a la estación de Hogmeade.
"Seguro" respondió Snape, retirando una gota de sudor con el dorso de su mano.
Ambos se despidieron con un pequeño beso en la mejilla. Cada tomó caminos diferentes a la estación, al llegar allá ocuparon diferentes compartimientos, sin verse ni en el tren, ni en la estación King Cross una vez en Londres: ese sería un verano largo.
El incidente en la tarde de los O.W.Ls... bueno, J.K. lo explica mejor en el 5to libro!
Gracias por leer.
