"AHORA...Y SIEMPRE"
:::::SEGUNDA PARTE:::::
("Siempre existe un mañana")
CAPÍTULO 7: Estoy aquí...
::::::::::::::::::
Ginny alzó la mano derecha a la altura de sus ojos.
La cicatriz. Diagonal. Cruzándole toda la palma de la mano.
-¿Está segura, señorita?
Permaneció en silencio unos instantes, contemplando aquella vieja y adorada marca que ya para nada servía. En algún tiempo, en un pasado, había sido producto de un conjuro que había quedado inutilizado ante la caída de Voldemort. Ahora sólo era una huella del pasado.
De un doloroso pasado.
-Sí... creo que sí...- contestó, cerrando el puño. El hombre, canoso y regordete, sonrió. Fue hasta su escritorio, abrió un cajón y le entregó a Ginny un formulario.
-Llene esto...- le indicó, entregándole una pluma. Ginny comenzó a leer con atención las advertencias del proceso.- Quedará como si nunca hubiera existido...
Ginny alzó la vista ante las últimas palabras del hombre... Que dulce paradoja... Firmó el pergamino y se lo tendió.
-Aquí tiene...- dijo. El hombre comprobó que todo estuviera en orden y colocó el formulario junto a otros cientos de papeles que se amontonaban en un fichero.- Bien... veamos... ¿sería tan amable de darme su mano, por favor?
Ginny extendió lentamente la mano, reposándola sobre una mesilla de madera. El hombre se colocó unos anteojos especialmente gruesos y examinó con atención la mano de la joven.
-¿Un accidente?- preguntó, recorriendo con las yemas de los dedos la marca.
-Eh... algo así- titubeó Ginny, renuente a dar demasiadas explicaciones. Nunca le había gustado que la interrogaran acerca de ese corte: era algo personal, no un objeto de fascinación para todo el mundo.
-No es difícil de quitar...- continuó el hombre, pasando por alto la duda en la respuesta de la chica. A él lo único que le interesaba era dejar al cliente satisfecho... además había visto cientas de marcas peores... Tomó un frasco que contenía un líquido espeso y de color azul petróleo. Emebebió un trozo de algodón con aquel líquido extraño. A continuación, pasó el algodón por la palma de Ginny, más exactamente, por la cicatriz.- Déle sólo dos minutos... y tendrá la piel tan suave como la de un bebé... completamente nueva...
Ginny asintió, con una débil sonrisa, sin quitar la vista de su mano. Harry estaría tan feliz...
-Mire bien...- dijo el hombre, sonriendo complacido de su propio trabajo. Ginny alzó la palma de la mano.
La piel lucía tersa y suave. Ninguna marca rojiza, ningún relieve.
-Se lo dije, como si nunca hubiera existido...- repitió el hombre, llevándose las manos a los bolsillos de su delantal blanco.
-Como si nunca hubiera existido...- repitió Ginny, mirándose la mano. Algo se le revolvía en el estómago, esa sensación como de remordimiento, como si lo que acababa de hacer no fuera lo correcto...
Aunque, por otra parte, la desaparición de esa cicatriz era el broche de oro para la finalización de un cambio radical que había llevado dos meses...
Ahora, su vida era perfecta y las lágrimas habían quedado atrás.
Ya no tenía dudas ni temores... amaba a Harry...
Lo AMABA, sí.
-Su dinero...- Ginny depositó un puñado de monedas sobre la mano del hombre, aquel señor que acababa de borrar el último vestigio de su pasado... de la OTRA Ginny...
-Muchas gracias, señorita- finalizó el hombre, mientras la pelirroja abandonaba la habitación.- Que tenga una buena vida...
Ginny sonrió para si misma al escuchar estas palabras. Sí, después de todo le estaba yendo bien... y tenía un futuro brillante por delante.
-Virginia Potter...- murmuró para sí, al tiempo que caminaba por Diagon Alley, dejando atrás el local del cual acababa de salir. Sonrió. No sonaba tan mal...- Desde mañana... yo seré Ginny Potter...
Lo mismo que decirle adiós a aquella Ginny adolescente que alguna vez AMÓ a un chico llamado Draco Malfoy...
:::::::::::::::::::
Por más que quisieran, no podía ser una boda íntima.
Que Harry Potter se casara era, en el mundo mágico, la mejor primicia que los diarios tenían en mucho tiempo desde la caída de Voldemort. Y por eso, pululaban como insectos alrededor de la capilla en busca de algún dato jugoso para publicar en primera plana al día siguiente. Fred y George eran los encargados de mantenerlos a raya, con sus constantes bromas y, cuando algún periodista les daba lugar, hacían exagerada publicidad a su tienda de chascos.
Una Rita Skeeter bastante mayor se ufanaba de conocer a Harry desde sus tiernos catorce años, por lo que, aseguraba ella, Harry le daría la exclusiva de su boda, lo cual era una completa mentira.
Había bastante gente de Hogwarts, ex- compañeros de la pareja, rondando por ahí, esperando ansiosos el comienzo de la ceremonia. Colin y Dennis Creevey conversaban animadamente con los mayores Weasley: Bill, Charlie y Percy. Un poco más allá, unos crecidos Dean Thomas, Seamus Finnigan y Neville Longbottom se reían a carcajadas como muchachos de dieciséis años. Y Parvati Patil y Lavender Brown se estaban poniendo al tanto de sus vidas, soltando sus famosas risitas molestas.
Un atractivo Sirius Black vestido de smoking arrancaba suspiros en muchas mujeres presentes, aunque sólo unos pocos se percataron de que sus ojos azules se centraban únicamente en la persona que caminaba a su lado: el licántropo Remus Lupin, que alguna vez había enseñado en Hogwarts...
Ron asomó la cabeza por la ventana.
-¡¡Fiuuu!!- exclamó.- ¡Sí que hay gente!
-¡¡No me pongas nervioso!!- le espetó Harry, arreglándose la corbata.- Se supone que el padrino es de apoyo para el novio...
-Puedes mantenerte sin mi apoyo...- bromeó Ron, alejándose de la ventana.- Ahh... ya sé que soy una persona tan indispensable en tu vida...
-Como sea...
-Ronald Weasley...- continuó, llevándose una mano al pecho, y sacudiendo la cabeza en forma trágica.- ¿Qué serían sin tí?
Harry lo miró frunciendo el ceño, aunque una pequeña sonrisa se asomaba en sus labios.
-Siempre tan modesto, Ronnie...-dijo Harry, guiñándole un ojo.
-¿¿Ronnie??- Ron se puso completaente rojo, y comenzó a tartamudear.- ¡¡¡No-- no me llames Ronnie!!!
-¿Porqué, Ronnie?- continuó Harry, ahora con una gran sonrisa en la cara. Le venía bien reirse un poco ante tantos nervios.
-¡¡No me gusta!!- gritó avergonzado. La piel y el cabello ya habían alcanzado el punto en que estaban uniformes.
-Sí que te gusta...- Harry se acercó a Ron señalándolo con el dedo. - Es más, te encanta...
-No se de qué estupideces hablas...- se atajó Ron, encogiéndose de hombros.
-¿Quién te dice Ronnie? ¿Quién te puso ese diminutivo tan precioso?- insistió Harry, disfrutando el ver a Ron más nervioso que él mismo.
-Puess...
-¡¡Hermione!!- soltó Harry, sin poder contener la risa.- Los escuché el otro día, cuando hablaban en tu cuarto... ¿realmente estaban sólo hablando?- Ron le dirigió una mirada asesina como toda respuesta.- De acuerdo, de acuerdo... ¿Sabes lo que dicen de las bodas?
-Eh...- Ron puso expresión pensativa.- ¿Que son tristes y sentimentales?
-Mmm... no- Harry sacudió la cabeza y rodeó a su mejor amigo con el brazo.- Que el padrino y la dama de honor terminan juntos...
-¡Es broma!- se rió Ron.
-Es tu oportunidad, Ron...- Harry se volvió hacia el espejo que estaba en una punta de la habitación. Se contempló a si mismo con el elegante traje negro y se lamentó por lo mucho que desentonaba su pelo rebelde, pero no podía hacer nada con eso.- ¿Has visto lo hermosa que está Hermione hoy?
Ron lo miró en silencio y volvió a asomar la cabeza por la ventana...
-No seas cobarde...- le recordó Harry, mirando el reloj.- ¡Ya falta tan poco!
::::::::::::::::::
Parecía el capullo de una rosa blanca en una mañana de rocío.
Ginny se movió hacia un lado y el amplio vestido blanco bailó suavemente al compás de sus pasos, como si flotara. Como si fuera una princesa, en aquellos cuentos de hadas...
El cabello pelirrojo estaba recogido en un bonito moño alto, dejando que unos pocos mechones de rojo llameante colgaran enmarcándole el rostro. Y sobre la cabeza, una fina diadema de diamantes reflejaba la luz emitiendo destellos blanquecinos.
Su rostro no aparentaba en absoluto los nervios naturales que una joven tiene antes de contraer matrimonio: sus ojos celestes irradiaban serenidad tal que parecía una pequeña diosa. Claro que alguien que conociera su historia, quizá se hubiera a arriesgado a decir que los ojos de Ginny reflejaban resignación...
Hermione Granger entró a la habitación a las corridas y se paró en seco al ver a su amiga ya completamente vestida y peinada.
-¡Te ves preciosa!- exclamó, admirándola.
-¿Tu crees?- preguntó Ginny, volteándose.
-¡Por supuesto!- respondió Hermione.- Harry se morirá en cuanto te vea... ¿Estás nerviosa?
-¡Claro que no, Mione!- Ginny sonrió y se acercó a la chica.- Bueno, quizá un poquitito- admitió.
-Ya verás que todo saldrá a la perfección. Ron y yo nos aseguraremos de que todos los detalles estén cubiertos...- dijo Hermione, alegre.
-Hoy es un día perfecto...- Ginny caminaba de un lado a otro de la habitación.- Verifica que Ron tenga los anillos... y... ¿dónde está mi ramo de flores?
Hermione ahogó una exclamación. Ginny la miró sin comprender.
-¿Que sucede, Mione?- preguntó. Hermione empalideció.
-¡¡Me olvidé las flores!!- exclamó.- ¡¡Enseguida regreso!!
-¿A dónde vas?-
Pero Hermione no se detuvo a responderle. Tenía una boda en quince minutos y la novia no tenía el ramo de flores... porque ella lo había olvidado. Corrió lo más rápidamente que pudo por el pasillo (traía tacones...) y cuando estaba llegando a la salida, se dio de bruces con Ron que corría en la dirección contraria.
-¡¡Mione!!- el chico la rodeó con sus brazos para evitar que cayese al suelo.
-¡Ron! Gracias...- dijo, ruborizándose un poco. Ron asintió, como restándole importancia.
-¿Ibas...?- comenzó a preguntar Ron, pero sus ojos fueron bajando suavemente por el cuello de Hermione, hasta detenerse en el generoso escote que traía el vestido azul de la chica. Se ruborizó y Hermione notó la evidente mirada.
-¡¡Ron!!- exclamó, empujándolo.-¡¡Pervertido!!
-¡¡Te estás equivocando!!- la contradijo él, completamente nervioso.
-¿Acaso debo creer que estabas admirando el detalle del vestido y la suave tela?-comentó Hermione, sarcástica.
-No exactamente...- Ron sonrió tímidamente.-Pero no quería...
-No esperabas que lo notara- corrigió Hermione con autosuficiencia.
-¿Tenemos que discutir?- inquirió Ron, mirándola fijamente. Hermione lo miró en silencio.-Vamos, Mione...
-Eh...si, bueno...-titubeó ella.-Pero te lo cobraré mas tarde... no te saldrás tan fácilmente...
Ron sonrió.
-Como quieras...- aceptó.-Bueno... voy a avisarle a Harry que se prepare para salir...
-¡¡La boda!!- Hermione comenzó a desesperarse otra vez.- Nos vemos luego...
-¿A dónde vas, Mione? - gritó Ron, mientras la chica se alejaba por el pasillo.- ¡¡Faltan diez minutos!!
Hermione salió al exterior. Ya no había nadie rondando por ahí, salvo los periodistas. Todos los demás debían estar correctamente sentados dentro de la capilla. Corrió a un lado, donde crecían unos blancos jazmines.
Cuidadosamente, comenzó a cortar algunos, armando un bonito ramillete. Estaba casi por terminar cuando, de la nada, alguien la jaló por el brazo, llevándola por detrás del arbusto. La chica cayó al suelo, ráspandose las rodillas en la tierra seca.
-¡¡¡Oiga!!!- protestó. -¿¿Qué diablos está haciendo??
Y levantó la vista.
Y se quedó sin palabras.
-Granger... ha pasado tiempo...
-¡Dios mío!- Hermione se puso de pie al instante.- Esto... esto no está sucediendo...
La persona que acababa de tirar de ella era un joven. Aunque a primera vista llamara la atención su aspecto desordenado y su delgadez, su rostro no dejaba de ser el de un muchacho.
Tenía el pelo revuelto cayéndole un poco más abajo de los hombros que, a pesar de la suciedad, brillaba como el mismo sol. Dos filosos ojos grises estudiaban con atención cada movimiento de sorpresa en la cara de la ex- Gryffindor, y los labios se curvaron en una sonrisa lasciva por debajo de una barba de días.
-Draco...Malfoy...- soltó Hermione. Buscó a tientas la varita, pero luego recordó que no la traía. Se sintió un poco incómoda al darse cuenta de que estaba indefensa ante el mortífago.- ¿Qué haces aquí?
-Necesito... necesito que me lleves a donde se encuentra Ginny- pidió, borrando la sonrisa de su cara.
-¡¡Estás loco!!- exclamó Hermione con incredulidad.- ¡¡Ginny está por casarse con Harry!!
-¡¡Tú sabes que es un error!!- gritó Malfoy, furioso.
-¡¡Tu regreso es un error!!- le espetó Hermione, apuntándole al pecho con el dedo índice.- ¡¡No puedes pretender regresar ahora!!
Draco Malfoy entornó sus ojos claros. Empezaba a desesperarse.
-¡¡¡La amo!!!- ya había abandonado sus modales y tenía que serenarse para no perder el control.
-Si la amaras...- dijo Hermione, firme.- La dejarías ir... dejarías que se case con Harry y que sea feliz... la felicidad que tardó tanto tiempo en encontrar...
-Pero...
-Lo de ustedes es un error...-continuó Hermione.-Es parte del olvido... del pasado... Yo no voy a ser quien le quite la felicidad a esa chica...
-¡¡¡MALDICIÓN!!!- Draco apretó los puños con furia.- ¿Qué parte no entiendes? ¡No puedo regresar y rescatarla de las garras de Potter entrando a la iglesa como todos! ¡¡Me matarían antes de decir una palabra!!
-Te estás olvidando que yo también soy Auror...-
-Granger...- Draco cayó de rodillas al suelo, impotente.- Yo... esperé seis años por Ginny... no me quites la oportunidad...
-Ella sufrió seis años por tí...- replicó Hermione, seria.- No le quites la felicidad...
-Eso no es felicidad... yo lo sé...- Draco aspiró una bocanada de aire. Hermione comenzó a sentir pena por él. Aquellos ojos grises tenían una expresión indefinida: algo así como desesperación y tristeza...-la amo, Hermione...- la joven abrió los ojos con sorpresa al escuchar a Malfoy llamándola por su nombre de pila.- Ella... si estoy vivo aún es por ella... por ella mantuve las esperanzas de vivir cada penoso día... cuando el horror que veía hacía que quisiera suicidarme ahí mismo... Anhelé... volver a oler el dulce perfume de su cabello... poder sentir la suavidad de su piel nuevamente... - miraba con firmeza a Hermione, y una lágrima cristalina rodó por sus sucias mejillas.- Estrecharla entre mis brazos... besarla... sólo besarla, sin necesidad de palabras para dar explicaciones... porque Ginny y yo tenemos una conexión especial... lo sé. Ahora que estoy tan cerca... no puedo darme por vencido... porque LA AMO... ¿sabes lo que es amar con tanta fuerza alguien que el aire te oprime el pecho? ¿Sentir que la cabeza te da vueltas por la desesperación de no tenerla junto a tí? ¿Sabes lo que es estar aterrado al ver que el tiempo pasa y no tienes la seguridad de que vas a volverla a ver en algún momento, y comienzas a llorar, temiendo olvidarte algún detalle de ese adorado rostro? Yo sí lo sé... yo lo viví...y aún lo vivo. Llámame ignorante y desconocedor de la situación actual... pero lo único en que tengo seguridad es de que AMO a Ginny... y eso es lo único que importa.
Bajó la mirada al suelo, con la respiración agitada. Hermione lo miró con la boca abierta. Vaya discurso. ¿¿Qué demonios debía hacer?? La boda ya estaría a punto de comenzar... Volteó la cabeza a un costado y vio la capilla blanca. Las campanas estaban redoblando. Luego, volvió a mirar al rubio arrodillado en la tierra, sientiendo el estómago lleno de plomo. Dos caminos distintos: Harry en la iglesia... y un prófugo Malfoy de rodillas ante ella, pidiéndole una oportunidad... ¿¿Porqué tenía que decidir ella un asunto tan delicado??
Apretó con fuerza el ramo de jazmines, y suspiró.
-No...-dijo al fín. Malfoy levantó la vista y la miró como si acabaran de darle una puñalada.-Yo no voy a arruinarle las cosas a Ginny... haré de cuenta que nunca has estado aquí...
^_^ FIN DEL CAPÍTULO 7 ^_^
Holas...!!! ¿Qué tal? Si, ya se que quieren golpear a Hermione y tomarle la mano a Draco y arrastrarlo hasta donde se encuentra Ginny (o algunas se lo quedaran para sí mismas jeje)... snif... que discurso... ¿Quién no caería rendida a sus pies? (Mione no, aparentemente...) U_U chica insensible...
Ya ven, Draco acaba de regresar... y parece que a Ginny le tocará sufrir un poco más... ¿Se casará sin saber que Draco volvió por ella? ¿Qué será del rubio, cuando es el mortífago más buscado? ¿Y si Harry decide vengarse? Mmm... muchas preguntas... pero habrá que esperar al próximo capítulo... ^_____ ^ (¡que mala soy!)
Este es un capítulo record ( es la primera vez que un fic mío llega al cap 7) ^_^ y pensar que lo había dejado en el cuarto je je je
Y ahora sí, como siempre: Gracias por los reviews!!! (ya es un clásico esta sección je je je)
-Capit: ¿a que todavía quieres matarme? je je je ^_^U thanks por el review...
-Mirelle: espero que te guste este cap... =P ya veremos con quien se queda... en el próximo cap (creo)
-Zelshamada: nop, creo que por ahora no voy a acercarme a tí, sobre todo cuando tienes ese hacha en la mano... no creo que quieras jugar conmigo... =P Gracias por otro review y por decir que te gusta la historia ¡me pones muy contenta! espero que ahora tus ganas de matarme se dirijan a Hermione...
-Arwen-Chan: me alegro que te haya gustado... y si, últimamente estoy escribiendo MUY seguido...casi un cap diario... O_o record!!!
Eso es todo por ahora!! BeSiToS, AiRiLeE
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("Siempre existe un mañana")
CAPÍTULO 7: Estoy aquí...
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Ginny alzó la mano derecha a la altura de sus ojos.
La cicatriz. Diagonal. Cruzándole toda la palma de la mano.
-¿Está segura, señorita?
Permaneció en silencio unos instantes, contemplando aquella vieja y adorada marca que ya para nada servía. En algún tiempo, en un pasado, había sido producto de un conjuro que había quedado inutilizado ante la caída de Voldemort. Ahora sólo era una huella del pasado.
De un doloroso pasado.
-Sí... creo que sí...- contestó, cerrando el puño. El hombre, canoso y regordete, sonrió. Fue hasta su escritorio, abrió un cajón y le entregó a Ginny un formulario.
-Llene esto...- le indicó, entregándole una pluma. Ginny comenzó a leer con atención las advertencias del proceso.- Quedará como si nunca hubiera existido...
Ginny alzó la vista ante las últimas palabras del hombre... Que dulce paradoja... Firmó el pergamino y se lo tendió.
-Aquí tiene...- dijo. El hombre comprobó que todo estuviera en orden y colocó el formulario junto a otros cientos de papeles que se amontonaban en un fichero.- Bien... veamos... ¿sería tan amable de darme su mano, por favor?
Ginny extendió lentamente la mano, reposándola sobre una mesilla de madera. El hombre se colocó unos anteojos especialmente gruesos y examinó con atención la mano de la joven.
-¿Un accidente?- preguntó, recorriendo con las yemas de los dedos la marca.
-Eh... algo así- titubeó Ginny, renuente a dar demasiadas explicaciones. Nunca le había gustado que la interrogaran acerca de ese corte: era algo personal, no un objeto de fascinación para todo el mundo.
-No es difícil de quitar...- continuó el hombre, pasando por alto la duda en la respuesta de la chica. A él lo único que le interesaba era dejar al cliente satisfecho... además había visto cientas de marcas peores... Tomó un frasco que contenía un líquido espeso y de color azul petróleo. Emebebió un trozo de algodón con aquel líquido extraño. A continuación, pasó el algodón por la palma de Ginny, más exactamente, por la cicatriz.- Déle sólo dos minutos... y tendrá la piel tan suave como la de un bebé... completamente nueva...
Ginny asintió, con una débil sonrisa, sin quitar la vista de su mano. Harry estaría tan feliz...
-Mire bien...- dijo el hombre, sonriendo complacido de su propio trabajo. Ginny alzó la palma de la mano.
La piel lucía tersa y suave. Ninguna marca rojiza, ningún relieve.
-Se lo dije, como si nunca hubiera existido...- repitió el hombre, llevándose las manos a los bolsillos de su delantal blanco.
-Como si nunca hubiera existido...- repitió Ginny, mirándose la mano. Algo se le revolvía en el estómago, esa sensación como de remordimiento, como si lo que acababa de hacer no fuera lo correcto...
Aunque, por otra parte, la desaparición de esa cicatriz era el broche de oro para la finalización de un cambio radical que había llevado dos meses...
Ahora, su vida era perfecta y las lágrimas habían quedado atrás.
Ya no tenía dudas ni temores... amaba a Harry...
Lo AMABA, sí.
-Su dinero...- Ginny depositó un puñado de monedas sobre la mano del hombre, aquel señor que acababa de borrar el último vestigio de su pasado... de la OTRA Ginny...
-Muchas gracias, señorita- finalizó el hombre, mientras la pelirroja abandonaba la habitación.- Que tenga una buena vida...
Ginny sonrió para si misma al escuchar estas palabras. Sí, después de todo le estaba yendo bien... y tenía un futuro brillante por delante.
-Virginia Potter...- murmuró para sí, al tiempo que caminaba por Diagon Alley, dejando atrás el local del cual acababa de salir. Sonrió. No sonaba tan mal...- Desde mañana... yo seré Ginny Potter...
Lo mismo que decirle adiós a aquella Ginny adolescente que alguna vez AMÓ a un chico llamado Draco Malfoy...
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Por más que quisieran, no podía ser una boda íntima.
Que Harry Potter se casara era, en el mundo mágico, la mejor primicia que los diarios tenían en mucho tiempo desde la caída de Voldemort. Y por eso, pululaban como insectos alrededor de la capilla en busca de algún dato jugoso para publicar en primera plana al día siguiente. Fred y George eran los encargados de mantenerlos a raya, con sus constantes bromas y, cuando algún periodista les daba lugar, hacían exagerada publicidad a su tienda de chascos.
Una Rita Skeeter bastante mayor se ufanaba de conocer a Harry desde sus tiernos catorce años, por lo que, aseguraba ella, Harry le daría la exclusiva de su boda, lo cual era una completa mentira.
Había bastante gente de Hogwarts, ex- compañeros de la pareja, rondando por ahí, esperando ansiosos el comienzo de la ceremonia. Colin y Dennis Creevey conversaban animadamente con los mayores Weasley: Bill, Charlie y Percy. Un poco más allá, unos crecidos Dean Thomas, Seamus Finnigan y Neville Longbottom se reían a carcajadas como muchachos de dieciséis años. Y Parvati Patil y Lavender Brown se estaban poniendo al tanto de sus vidas, soltando sus famosas risitas molestas.
Un atractivo Sirius Black vestido de smoking arrancaba suspiros en muchas mujeres presentes, aunque sólo unos pocos se percataron de que sus ojos azules se centraban únicamente en la persona que caminaba a su lado: el licántropo Remus Lupin, que alguna vez había enseñado en Hogwarts...
Ron asomó la cabeza por la ventana.
-¡¡Fiuuu!!- exclamó.- ¡Sí que hay gente!
-¡¡No me pongas nervioso!!- le espetó Harry, arreglándose la corbata.- Se supone que el padrino es de apoyo para el novio...
-Puedes mantenerte sin mi apoyo...- bromeó Ron, alejándose de la ventana.- Ahh... ya sé que soy una persona tan indispensable en tu vida...
-Como sea...
-Ronald Weasley...- continuó, llevándose una mano al pecho, y sacudiendo la cabeza en forma trágica.- ¿Qué serían sin tí?
Harry lo miró frunciendo el ceño, aunque una pequeña sonrisa se asomaba en sus labios.
-Siempre tan modesto, Ronnie...-dijo Harry, guiñándole un ojo.
-¿¿Ronnie??- Ron se puso completaente rojo, y comenzó a tartamudear.- ¡¡¡No-- no me llames Ronnie!!!
-¿Porqué, Ronnie?- continuó Harry, ahora con una gran sonrisa en la cara. Le venía bien reirse un poco ante tantos nervios.
-¡¡No me gusta!!- gritó avergonzado. La piel y el cabello ya habían alcanzado el punto en que estaban uniformes.
-Sí que te gusta...- Harry se acercó a Ron señalándolo con el dedo. - Es más, te encanta...
-No se de qué estupideces hablas...- se atajó Ron, encogiéndose de hombros.
-¿Quién te dice Ronnie? ¿Quién te puso ese diminutivo tan precioso?- insistió Harry, disfrutando el ver a Ron más nervioso que él mismo.
-Puess...
-¡¡Hermione!!- soltó Harry, sin poder contener la risa.- Los escuché el otro día, cuando hablaban en tu cuarto... ¿realmente estaban sólo hablando?- Ron le dirigió una mirada asesina como toda respuesta.- De acuerdo, de acuerdo... ¿Sabes lo que dicen de las bodas?
-Eh...- Ron puso expresión pensativa.- ¿Que son tristes y sentimentales?
-Mmm... no- Harry sacudió la cabeza y rodeó a su mejor amigo con el brazo.- Que el padrino y la dama de honor terminan juntos...
-¡Es broma!- se rió Ron.
-Es tu oportunidad, Ron...- Harry se volvió hacia el espejo que estaba en una punta de la habitación. Se contempló a si mismo con el elegante traje negro y se lamentó por lo mucho que desentonaba su pelo rebelde, pero no podía hacer nada con eso.- ¿Has visto lo hermosa que está Hermione hoy?
Ron lo miró en silencio y volvió a asomar la cabeza por la ventana...
-No seas cobarde...- le recordó Harry, mirando el reloj.- ¡Ya falta tan poco!
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Parecía el capullo de una rosa blanca en una mañana de rocío.
Ginny se movió hacia un lado y el amplio vestido blanco bailó suavemente al compás de sus pasos, como si flotara. Como si fuera una princesa, en aquellos cuentos de hadas...
El cabello pelirrojo estaba recogido en un bonito moño alto, dejando que unos pocos mechones de rojo llameante colgaran enmarcándole el rostro. Y sobre la cabeza, una fina diadema de diamantes reflejaba la luz emitiendo destellos blanquecinos.
Su rostro no aparentaba en absoluto los nervios naturales que una joven tiene antes de contraer matrimonio: sus ojos celestes irradiaban serenidad tal que parecía una pequeña diosa. Claro que alguien que conociera su historia, quizá se hubiera a arriesgado a decir que los ojos de Ginny reflejaban resignación...
Hermione Granger entró a la habitación a las corridas y se paró en seco al ver a su amiga ya completamente vestida y peinada.
-¡Te ves preciosa!- exclamó, admirándola.
-¿Tu crees?- preguntó Ginny, volteándose.
-¡Por supuesto!- respondió Hermione.- Harry se morirá en cuanto te vea... ¿Estás nerviosa?
-¡Claro que no, Mione!- Ginny sonrió y se acercó a la chica.- Bueno, quizá un poquitito- admitió.
-Ya verás que todo saldrá a la perfección. Ron y yo nos aseguraremos de que todos los detalles estén cubiertos...- dijo Hermione, alegre.
-Hoy es un día perfecto...- Ginny caminaba de un lado a otro de la habitación.- Verifica que Ron tenga los anillos... y... ¿dónde está mi ramo de flores?
Hermione ahogó una exclamación. Ginny la miró sin comprender.
-¿Que sucede, Mione?- preguntó. Hermione empalideció.
-¡¡Me olvidé las flores!!- exclamó.- ¡¡Enseguida regreso!!
-¿A dónde vas?-
Pero Hermione no se detuvo a responderle. Tenía una boda en quince minutos y la novia no tenía el ramo de flores... porque ella lo había olvidado. Corrió lo más rápidamente que pudo por el pasillo (traía tacones...) y cuando estaba llegando a la salida, se dio de bruces con Ron que corría en la dirección contraria.
-¡¡Mione!!- el chico la rodeó con sus brazos para evitar que cayese al suelo.
-¡Ron! Gracias...- dijo, ruborizándose un poco. Ron asintió, como restándole importancia.
-¿Ibas...?- comenzó a preguntar Ron, pero sus ojos fueron bajando suavemente por el cuello de Hermione, hasta detenerse en el generoso escote que traía el vestido azul de la chica. Se ruborizó y Hermione notó la evidente mirada.
-¡¡Ron!!- exclamó, empujándolo.-¡¡Pervertido!!
-¡¡Te estás equivocando!!- la contradijo él, completamente nervioso.
-¿Acaso debo creer que estabas admirando el detalle del vestido y la suave tela?-comentó Hermione, sarcástica.
-No exactamente...- Ron sonrió tímidamente.-Pero no quería...
-No esperabas que lo notara- corrigió Hermione con autosuficiencia.
-¿Tenemos que discutir?- inquirió Ron, mirándola fijamente. Hermione lo miró en silencio.-Vamos, Mione...
-Eh...si, bueno...-titubeó ella.-Pero te lo cobraré mas tarde... no te saldrás tan fácilmente...
Ron sonrió.
-Como quieras...- aceptó.-Bueno... voy a avisarle a Harry que se prepare para salir...
-¡¡La boda!!- Hermione comenzó a desesperarse otra vez.- Nos vemos luego...
-¿A dónde vas, Mione? - gritó Ron, mientras la chica se alejaba por el pasillo.- ¡¡Faltan diez minutos!!
Hermione salió al exterior. Ya no había nadie rondando por ahí, salvo los periodistas. Todos los demás debían estar correctamente sentados dentro de la capilla. Corrió a un lado, donde crecían unos blancos jazmines.
Cuidadosamente, comenzó a cortar algunos, armando un bonito ramillete. Estaba casi por terminar cuando, de la nada, alguien la jaló por el brazo, llevándola por detrás del arbusto. La chica cayó al suelo, ráspandose las rodillas en la tierra seca.
-¡¡¡Oiga!!!- protestó. -¿¿Qué diablos está haciendo??
Y levantó la vista.
Y se quedó sin palabras.
-Granger... ha pasado tiempo...
-¡Dios mío!- Hermione se puso de pie al instante.- Esto... esto no está sucediendo...
La persona que acababa de tirar de ella era un joven. Aunque a primera vista llamara la atención su aspecto desordenado y su delgadez, su rostro no dejaba de ser el de un muchacho.
Tenía el pelo revuelto cayéndole un poco más abajo de los hombros que, a pesar de la suciedad, brillaba como el mismo sol. Dos filosos ojos grises estudiaban con atención cada movimiento de sorpresa en la cara de la ex- Gryffindor, y los labios se curvaron en una sonrisa lasciva por debajo de una barba de días.
-Draco...Malfoy...- soltó Hermione. Buscó a tientas la varita, pero luego recordó que no la traía. Se sintió un poco incómoda al darse cuenta de que estaba indefensa ante el mortífago.- ¿Qué haces aquí?
-Necesito... necesito que me lleves a donde se encuentra Ginny- pidió, borrando la sonrisa de su cara.
-¡¡Estás loco!!- exclamó Hermione con incredulidad.- ¡¡Ginny está por casarse con Harry!!
-¡¡Tú sabes que es un error!!- gritó Malfoy, furioso.
-¡¡Tu regreso es un error!!- le espetó Hermione, apuntándole al pecho con el dedo índice.- ¡¡No puedes pretender regresar ahora!!
Draco Malfoy entornó sus ojos claros. Empezaba a desesperarse.
-¡¡¡La amo!!!- ya había abandonado sus modales y tenía que serenarse para no perder el control.
-Si la amaras...- dijo Hermione, firme.- La dejarías ir... dejarías que se case con Harry y que sea feliz... la felicidad que tardó tanto tiempo en encontrar...
-Pero...
-Lo de ustedes es un error...-continuó Hermione.-Es parte del olvido... del pasado... Yo no voy a ser quien le quite la felicidad a esa chica...
-¡¡¡MALDICIÓN!!!- Draco apretó los puños con furia.- ¿Qué parte no entiendes? ¡No puedo regresar y rescatarla de las garras de Potter entrando a la iglesa como todos! ¡¡Me matarían antes de decir una palabra!!
-Te estás olvidando que yo también soy Auror...-
-Granger...- Draco cayó de rodillas al suelo, impotente.- Yo... esperé seis años por Ginny... no me quites la oportunidad...
-Ella sufrió seis años por tí...- replicó Hermione, seria.- No le quites la felicidad...
-Eso no es felicidad... yo lo sé...- Draco aspiró una bocanada de aire. Hermione comenzó a sentir pena por él. Aquellos ojos grises tenían una expresión indefinida: algo así como desesperación y tristeza...-la amo, Hermione...- la joven abrió los ojos con sorpresa al escuchar a Malfoy llamándola por su nombre de pila.- Ella... si estoy vivo aún es por ella... por ella mantuve las esperanzas de vivir cada penoso día... cuando el horror que veía hacía que quisiera suicidarme ahí mismo... Anhelé... volver a oler el dulce perfume de su cabello... poder sentir la suavidad de su piel nuevamente... - miraba con firmeza a Hermione, y una lágrima cristalina rodó por sus sucias mejillas.- Estrecharla entre mis brazos... besarla... sólo besarla, sin necesidad de palabras para dar explicaciones... porque Ginny y yo tenemos una conexión especial... lo sé. Ahora que estoy tan cerca... no puedo darme por vencido... porque LA AMO... ¿sabes lo que es amar con tanta fuerza alguien que el aire te oprime el pecho? ¿Sentir que la cabeza te da vueltas por la desesperación de no tenerla junto a tí? ¿Sabes lo que es estar aterrado al ver que el tiempo pasa y no tienes la seguridad de que vas a volverla a ver en algún momento, y comienzas a llorar, temiendo olvidarte algún detalle de ese adorado rostro? Yo sí lo sé... yo lo viví...y aún lo vivo. Llámame ignorante y desconocedor de la situación actual... pero lo único en que tengo seguridad es de que AMO a Ginny... y eso es lo único que importa.
Bajó la mirada al suelo, con la respiración agitada. Hermione lo miró con la boca abierta. Vaya discurso. ¿¿Qué demonios debía hacer?? La boda ya estaría a punto de comenzar... Volteó la cabeza a un costado y vio la capilla blanca. Las campanas estaban redoblando. Luego, volvió a mirar al rubio arrodillado en la tierra, sientiendo el estómago lleno de plomo. Dos caminos distintos: Harry en la iglesia... y un prófugo Malfoy de rodillas ante ella, pidiéndole una oportunidad... ¿¿Porqué tenía que decidir ella un asunto tan delicado??
Apretó con fuerza el ramo de jazmines, y suspiró.
-No...-dijo al fín. Malfoy levantó la vista y la miró como si acabaran de darle una puñalada.-Yo no voy a arruinarle las cosas a Ginny... haré de cuenta que nunca has estado aquí...
^_^ FIN DEL CAPÍTULO 7 ^_^
Holas...!!! ¿Qué tal? Si, ya se que quieren golpear a Hermione y tomarle la mano a Draco y arrastrarlo hasta donde se encuentra Ginny (o algunas se lo quedaran para sí mismas jeje)... snif... que discurso... ¿Quién no caería rendida a sus pies? (Mione no, aparentemente...) U_U chica insensible...
Ya ven, Draco acaba de regresar... y parece que a Ginny le tocará sufrir un poco más... ¿Se casará sin saber que Draco volvió por ella? ¿Qué será del rubio, cuando es el mortífago más buscado? ¿Y si Harry decide vengarse? Mmm... muchas preguntas... pero habrá que esperar al próximo capítulo... ^_____ ^ (¡que mala soy!)
Este es un capítulo record ( es la primera vez que un fic mío llega al cap 7) ^_^ y pensar que lo había dejado en el cuarto je je je
Y ahora sí, como siempre: Gracias por los reviews!!! (ya es un clásico esta sección je je je)
-Capit: ¿a que todavía quieres matarme? je je je ^_^U thanks por el review...
-Mirelle: espero que te guste este cap... =P ya veremos con quien se queda... en el próximo cap (creo)
-Zelshamada: nop, creo que por ahora no voy a acercarme a tí, sobre todo cuando tienes ese hacha en la mano... no creo que quieras jugar conmigo... =P Gracias por otro review y por decir que te gusta la historia ¡me pones muy contenta! espero que ahora tus ganas de matarme se dirijan a Hermione...
-Arwen-Chan: me alegro que te haya gustado... y si, últimamente estoy escribiendo MUY seguido...casi un cap diario... O_o record!!!
Eso es todo por ahora!! BeSiToS, AiRiLeE
