"AHORA...Y SIEMPRE"

:::::SEGUNDA PARTE:::::

("Siempre existe un mañana")

CAPÍTULO 13: Ilusiones rotas

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-Ginny, cariño, ¿te sientes bien?

Molly Weasley miró con curiosidad a su hija, que apenas había probado el desayuno. Estaba rara últimamente, y su piel se había vuelto increíblemente pálida, como si le hubieran sacado una gran cantidad de sangre y todavía no se recuperaba.

-Sí, mamá, estoy perfecta- Ginny hizo un esfuerzo por sonreír, por aparentar inocencia cuando la horrible sensación de naúseas se agitaba en su interior.- No tengo mucha hambre... eso es todo...- apartó el plato, si seguía sintiendo ese asqueroso olor a comida a esa hora de la mañana acabaría descomponiéndose.

-¿Estás segura?-preguntó dubitativa la señora Weasley, pasándole la mano por el cabello.

-Sí, mamá.- respondió Ginny, levantándose. Todavía no se sentía lista para contarles lo que sucedía, porque todavía ELLA no estaba lista para recibir el sermón que seguramente le darían. Y después estaba el bebé... ¿y si la obligaban a deshacerse de él? Pero el guardarse todo para ella tampoco le traía muy buenos resultados, porque se la pasaba con ganas de llorar las veinticuatro horas del día. Y no tenía a nadie para contarle sus angustias, sus miedos, para pedir consejo...

Estaba sola.

Se sentía sola.

Alejada de todos, distante en su mundo propio.

En su "burbuja de sufrimiento", como le había dicho Ron una vez. Increíble como el poco intelecto de Ron le había dictado unas palabras tan profundas y llenas de significado.

Ginny sonrió para sí misma, mientras su madre la miraba con extrañeza.

-Voy a salir un rato, mamá- anunció, apresurándose a llegar a la puerta. La señora Weasley asintió en silencio, y Ginny desapareció.

Molly suspiró y se volvió hacia Ron que todavía desayunaba solo en una esquina de la mesa.

-¿No sientes algo raro, Ron?- preguntó, retorciéndose las manos. El pelirrojo se encogió de hombros, como restándole interés.

-Ya sabes lo que le pasa, mamá.- dijo revolviendo la avena.- tiene el síndrome "Draco Malfoy", ese hijo de p..

-¡¡Ronald!!- gritó Molly, mirándolo con el ceño fruncido. Odiaba esa manía de Ron de utilizar palabras indecorosas, y por más que se lo recalcara no lograba corregirlo.- ¡¡El vocabulario, Ron!! ¡No tienes porqué usar específicamente ESE calificativo!

-Ya, mamá...- la cortó Ron.- Es lo que mejor describe a Malfoy... Y Ginny es una estúpida- su madre iba a empezar a gritar pero el pelirrojo le hizo un gesto con la mano, para que lo dejara hablar.- Está convencida de que Malfoy es su alma gemela... ¿dónde escuchaste una locura semejante? ¡Draco Malfoy, por dios!- Ron soltó una carcajada sarcástica, cruel.- Y él va a seguir lastimándola a su antojo, y mientras ella siga tan ciega, se la va a pasar llorando toda su vida. Por eso ya no me importa, porque ella NO te escucha cuando quieres mostrarle como son las cosas en realidad...

-Pero es tu hermana, Ron...- le recordó Molly, teniendo que reconocer que, en el fondo, la crueldad de Ron era verdad en cierto sentido.

-Una cosa no quita la otra- sentenció Ron, y se limitó a terminar el desayuno en silencio. Seguir rompiéndose las neuronas para intentar averiguar que era lo que Ginny veía en Malfoy, no era su idea de diversión; sino lo que consideraba un caso perdido.

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Draco repasó su decisión por última vez.

No lo convencía, pero después de analizarla con mucha paciencia, lo que había significado pasar la noche en vela, había decidido que, por ahora, era la salida más adecuada.

Y más adelante podría trazar algún plan para deshacerse de todo. Se llevó las manos a los bolsillos y salió de la habitación caminando sin prisa alguna. Paseó por los lúgubres pasillos de la mansión, oyendo como sus zapatos rechinaban al contacto con el piso de piedra.

Después de andar unos minutos se detuvo frente a una gran puerta de roble, con la inscripción grabada: "Lucius Malfoy", en una letra con muchas florituras.

Aspiró, y dejó que sus ojos grises recayeran sobre el reloj de pie que estaba al final del corredor. Daban las siete en punto.

-Y ahora... voy a ponerme la soga al cuello...- murmuró, mientras abría la puerta. Un escalofrío le recorrió el cuerpo y sus ojos grises se oscurecieron como una nube de humo.

-Draco...- Lucius sonrió ampliamente al ver al rubio aparecer en la habitación. Se reclinó en la silla de cuero, cruzándose de brazos con soberbia.- Veo que sigues siendo puntual...

-Olvida las trivialidades...- soltó, con la voz fría, lejana. No estaba de ánimo para que su padre se regocijara a su costa.

-Ah... tranquilo, Draco... -Lucius soltó una carcajada breve, que sonó antinatural en aquel silecio tan tenso. Draco apretó aún más los puños dentro de sus bolsillos y su boca se fue convirtiendo en una línea.- ¿Ya has decidido que vas a hacer de tu vida, hijo?

El joven asintió en silencio, sintiendo como el corazón se le aceleraba mientras se acercaba el momento.

-Me alegro...- Lucius se inclinó sobre la mesa, clavando sus ojos sobre los de su hijo, inquisidores, arrogantes.- Y dime, Draco... ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Llamar al Ministerio o comenzar a envíar invitaciones de boda?

Otra vez silencio. Como si estuvieran en el fondo de un pozo y el silencio llegaba hasta el alma misma. Y lo aturdía, se entremezclaba con sus sentimientos como una fibra de hilo y lo hacía perder la orientación.

-¿Y?- Lucius insistió al ver a Draco cabizbajo y callado, como sumido en sus pensamientos y en una lucha interna contra éstos.

-La...- Draco pasó saliva y la imagen de Ginny se le apareció en la mente, dándole una punzada de culpabilidad. Sacudió la cabeza para hacerla desaparecer y poder pensar fríamente.- La segunda- dijo al fin.- La boda.

-¡Ah, caramba, Draco!- Lucius sonrió.- ¡Excelente decisión!

Pero Draco no se quedó un minuto más allí, lo agobiaba, tanto el lugar cerrado como el engreímiento y superioridad de las los que hacía gala su padre, aquel hombre que alguna vez había admirado.

Se sentía sucio, traidor, dolido...

Corrió por los pasillos y salió al exterior violentamente, y comenzó a golpear el tronco de un árbol con los puños, impotente.

Hilillos de sangre comenzaron a deslizarse por su blanca piel, mientras las lágrimas caían una tras otras, como perlas de cristal.

Golpeó más fuerte, ignorando el quejido de su cuerpo, ignorando el dolor. Más bien, deseaba que el dolor opacara toda la bronca e impotencia que tenía en su alma, todos los pedazos de sus sueños rotos que vagaban por su alma.

-Perdóname, Ginny...- jadeó, dejándose caer de rodillas en el césped, como un frágil muñeco de trapo. Cerró los ojos.-¡¡¡Ahrrgg, maldición!!- estrelló sus puños contra la tierra, arrancando unos manojos de grama.

Rabia, rabia, rabia.

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Ginny llamó suavemente a la puerta, deseando que hubiera alguien en casa. Estaba por golpear otra vez cuando un joven de cabellos negro azabache apareció en el rellano, mirándola con sorpresa. No hubiera esperado verla allí.

-Hola, Harry- lo saludó ella, viendo que él la miraba con cierto recelo.

-Ginny.- suspiró él, corriéndose a un lado para dejarla pasar. No sabía porqué, pero el volver a ver a Ginny le dio un vuelco en su interior, y eso lo puso molesto. La pelirroja avanzó tímidamente a la casa, y sonrió al volver a ver ese lugar en el que había pasado tantos momentos junto a él.-¿Se te ofrece algo?

-¿Cómo estás, Harry?- preguntó ella, pasando por alto la pregunta del joven. Harry se pasó una mano por el cabello, incómodo.

-Eh... podría decirse que bien...- contestó, algo evasivo. Clavó sus ojos verdes en el suelo, porque si los mantenía sobre la joven, temía que algunos sentimientos que estaban guardados comenzaran a tomar vigencia de nuevo.

-Me alegro tanto, Harry...- dijo Ginny en un suspiro, con voz melosa. Harry la miró con interés, se estaba comportando extraño.

-¿Y... tú como estás?- preguntó él, más por educación que por las ansias de saberlo, porque no le hacía ninguna gracia que ella le contara los detalles de su relación con Malfoy.

-No importa eso...- respondió, mientras sus ojos azules comenzaban a nublarse.- Vine a decirte algo Harry...

-¿Si?- Harry deseó con todas sus fuerzas que fuera una trivialidad, algo sin sentido, es más, hasta deseaba que viniera a decirle que era un estúpido, pero no quería nada que involucrara sentimientos. Había resistido dos meses sin verla, y se estaba recuperando bastante bien... y ahora ella aparecía de la nada... para decirle algo... que no deseaba escuchar...

-Tengo... tengo que sacarme todo lo que estuve guardando tanto tiempo, Harry...- sollozó, con la voz quebrándosele. -Yo... ya no sé que hacer... tengo que decírselo a alguien...

-¿Qué sucede, Ginny?

-Harry... estoy... estoy...-aspiró profundamente.- estoy embarazada.

A Harry le resultó como si alguien hubiera apagado el sonido del mundo por unos instantes y las únicas palabras que hacían eco en su cabeza eran las de Ginny diciendo que estaba embarazada... Su corazón empezó a latir violentamente, como si deseara salir de su pecho...

-¿De mí?- preguntó, casi con temor. Después de todo, él podría ser el padre. Hacía sólo dos meses que estaban separados.

-De Draco...- dijo suavemente, con las lágrimas rodando por sus mejillas. La expresión de Harry pareció endurecerse y tornarse distante.

-¿Para qué me cuentas esto?- inquirió. Ginny lo miró sin comprender.

-¡No sé que hacer, Harry!- gimió, secándose las lágrimas.- ¡Estoy tan perdida!

-¿Porqué a mí, Ginny?- No había rastros del Harry amable que siempre había sido, se había vuelto increíblemente serio, como insensible a las lágrimas de Ginny.

-¿Qué?

-¿No podías contárselo a Ron, a Hermione o a cualquier otro?- Se cruzó de brazos, mirándola con dureza. Algo se había roto entre ellos, y ella ahora se sentía estúpida.

-Es que...

-Eres egoísta, Ginny- sentenció él, acomodándose los lentes con dejadez.- Después de todo... aún sigues creyendo que el universo gira en torno a tí.

-¡¡Harry!! Yo no... es que creí que podía confíar en tí... cuando me dijiste todo eso, el día de la boda...

-¡Ah, vamos! - Harry sonrió amargamente.- ¡Mientras te decía todo eso el corazón se me partía en pedazos, Ginny! ¡No sé de donde diablos me saqué todas esas palabras empalagosas para no lastimarte! ¡Y a ti te importa una mierda todo!

Ginny se estremeció, nunca había visto a Harry tan fuera de sí, tan enojado...

-¡¡Me dejaste en el altar y ahora vienes a decirme que estas embarazada de Malfoy que no sabes que hacer!! ¿Tengo cara de adivino, Ginny?- Ella sollozó, las palabras de Harry eran duras, crueles. Él no quería lastimarla, pero le dolía la actitud de ella. Eso de creer que él lo había superado como si nada.- ¡¡Iba a casarme contigo!! No vengas a hablarme del hijo de Malfoy...

-¡Harry, yo nunca quise...

-No quieres, Ginny, pero lo haces de todas formas.- la cortó él, serio.

-¡Draco se fue!- dijo entre sollozos, cubriéndose el rostro con las manos.

Harry aspiró una bocanada de aire antes de soltar la última puñalada:

-Ese es tu problema. Tú elegiste a Draco Malfoy. Busca tu la forma de salir de esto, porque yo ya no seré tu paño de lágrimas. No más, Ginny.

-¿Harry?- una chica apareció en la sala y miraba confundida tanto a Harry como a Ginny que lloraba acurrucada en un rincón. Ginny la reconoció de haberla visto algunas veces en el Ministerio: era una rubia alta y bonita, y apenas estaba cubierta con una sábana azul.

La expresión de Harry se serenó por unos momentos.

-Vuelve al cuarto, cariño...- pidió, suavemente.- Hablamos luego...

-¿Quién es, Harry?- preguntó la chica rubia.

-Nadie.- respondió él rápidamente. Ginny se sintió morir, con un profundo dolor en su pecho. Harry era la única persona en quien realmente confiaba y que siempre pensó que la apoyaría. Cuan equivocada estaba.

La joven asintió en silencio y desapareció, posiblemente recostándose en la cama en la que, en otro tiempo, era el lugar ocupado por Ginny.

-Bien... - Ginny se levantó tambaleandose, profundamente herida. Sonrió tristemente.- No soy nadie... que bien, Harry.

-No puedo llorar por tí toda mi vida- respondió él, con la vista clavada en el suelo. Mirarla hubiera sido demasiado, después de todo, el también se sentía una basura por lo que acababa de decir.

-A veces... la crueldad no es necesaria- murmuró ella, echando a correr sin mirar atras. Harry acababa de lastimarla en lo más profundo de su alma.

Harry la miró alejarse en silencio, sintiendo como su corazón volvía a resentirse y se maldijo por esto. ¿Porqué no lograba olvidarla?

-La crueldad... te mantendrá alejada de mí... la crueldad... es lo que me ayuda a olvidarte... sin eso, estoy perdido...- murmuró, apretando los puños con fuerza, hasta que los nudillos se pusieron blancos.

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La Mansión Malfoy era como siempre la había imaginado; imponente, blanca, señorial, en resumen, una casa digna de la gente de alta sociedad.

No como ella, que se sentía extraña entre tanto esplendor. Lentamente, y sin estar plenamente consciente de lo que hacía, comenzó a avanzar por el blanco camino de mármol que conducía a la entrada.

Los sollozos eran incontenibles, y sus ojos estaban tan rojos que parecían inyectados en sangre. Lo único que quería era caer en los brazos de Draco y oír su voz asegurándole que todo saldría bien.

Eso la ayudaría.

-¿Viniste a pedir limosna, Weasley?- la voz burlona de Pansy llegó desde algún lugar. Ginny se volteó y encontró a la joven de pie detrás suyo, junto a un enorme pino.

-No me molestes, Parkinson...-soltó Ginny, interrumpiendo un sollozo y mirando con bronca a Pansy.

-¡Ah, soy Malfoy ahora!- anunció esta, balánceandose.

-¿Eh?

-¡Draco y yo vamos a casarnos!- dijo, feliz. Sus ojos brillaban, y los de Ginny parecieron ensombrecerse de golpe. Sentía las piernas como gelatina, dudando de que pudieran sostenerla.

-Quiero... hablar con Draco...- pidió, sintiendo que el mundo le daba vueltas.

-¡Ja! ¡Eso es algo que te puedes ir olvidando! - sonrió con malicia.

-Parkinson...

-De ninguna manera... lárgate, no vas a ver a Draco nunca más... nunca más, ¿me oyes? Es MI esposo. Desaparece para siempre de nuestras vidas, estamos muy bien sin tí. Y Draco ya empezó a olvidarte... créeme.

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Holasss!

Bueno, espero que les guste... como ven, cumplí con lo prometido y lo subí en un día je je je

Y bueno... ¿les sorprendió la reacción de Harry? ^_________^ Bastante duro... pero hay que ponerse en su postura también...

Gracias por los reviews!!!!!!!!

-Lucía: bueno, espero que este cap sí te guste je je je y para saber la reacción de Draco habrá que esperar al próx. cap. ^_________^

-Arwen-chan: amiga! je je je espero que te guste este capi...

Bueno, eso es todo, si quieren mandarme un mail o agregarme al msn: airileeh@hotmail.com, sino, dejen reviews!

Nos leemos pronto!

BeSiToS, AiRiLeE

LOS PERSONAJES UTILIZADOS SON PROPIEDAD DE J.K.ROWLING...