"AHORA...Y SIEMPRE"
:::::SEGUNDA PARTE:::::
("Siempre existe un mañana")
CAPÍTULO 15: Nubarrones antes de la tormenta
:::::::::::::::::::
-Bien...- Ron miró a Harry y Hermione que estaban a su lado y, de alguna forma, le servían de apoyo.
-¿Te despidieron del trabajo, cariño? - inquirió Molly Weasley, en un suspiro resignado. Ron había cambiado de trabajo como quien se cambia de ropa cada día.- Sabes que ya estamos acostumbrados...
-No, no es eso...- la cortó Ron, algo molesto por que su madre sacara a relucir ese temita que odiaba.
-¿Y entonces?- Arthur volvió a concentrarse en el diario, en vista de que Ron se tardaba tanto.
-¡¡¡Es serio, les digo!!! ¡¡Papá deja el diario, por favor!!- estalló, dándole un puntapié a la mesa. Pero era de roble, así que lo único que consiguió fue estar próximo a la fractura de sus dedos.- ¡¡La p----
-¡¡¡¡Ronald!!!!!
-¡Esta bien, esta bien...! Mamá, siéntate.- Ron se masajeó el pie, intentando calmar el dolor.
-Vamos, Ron, ve directo al grano- murmuró Harry, inocentemente.
-¡Claaaro! Total no son tus padres, si a ellos les da un infarto, no se quien me va a mantener...-
-Yo no, desde luego...- suspiró Hermione, frunciendo el ceño.
-¿No trabajas, Ron?- preguntó Harry, pero Ron le dirigió una mirada asesina.- Ah... vale... te volvieron a despedir...
-Te agradecería que no me lo recuerdes, Harry...- Ron sacó pecho exageradamente y miró fijamente a sus padres.- Bien. Voy a decirlo en dos palabras... tres, mejor dicho. Por favor, mantengan la calma... -Ron pasó saliva.- Ginny. Embarazo. Malfoy.
::::::::::::::::::
¿Porqué los sueños no podían volverse realidad?
Ginny cerró los ojos mientras su cabeza descansaba plácidamente en el pecho de Draco, siguiendo el ritmo de su pausada respiración. Casi ni habían hablado, porque no lo necesitaban.
Las palabras sonaban a exusas, a lamentos...
Y ellos lo único que necesitaban era estar uno junto al otro, en la paz que trae el silencio, en la dicha de poder sentir el corazón de la persona amada junto al tuyo. Tenían las manos entrelazadas y estaban recostados aún sobre la cama de Draco, olvidándose del mundo, como si ese lugar se hubiera vuelto su pequeño paraíso momentáneo.
El reloj de pie que estaba en un rincón de la habitación hizo sonar campanas al anunciar la hora, y con ese horrible sonido Ginny tuvo que volver a la dura realidad.
Debía marcharse.
-¿Vas a casarte, Draco?- preguntó Ginny, acariciándole el sedoso cabello rubio. Él la miró con fijeza, lamentándose, quizá, de no tener una buena respuesta a esa pregunta.
-Estoy buscando la salida, Gin...- dijo al fin, con voz ronca, amargada.
-Pero... ¿la encontrarás a tiempo?- insistió Ginny, dejando que sus dedos recorrieran el perfecto rostro del rubio.- ¿Puedes prometérmelo? ¿Draco?
-La encontraré...- dijo él, dando un suspiro.- Pero no sé cuando...
Ginny frunció el ceño, sintiendo otra vez como la dura realidad le hacía mellas en el cuerpo y la agobiaba. Estaba molesta.
Por todo.
Cansada.
¿Porqué Draco parecía tan resignado...? ¿Porqué diablos no armaba un escándalo y luchaba por ella con garras y dientes?
¿Porqué siempre había que hacer las cosas correctamente?
¿Qué era lo correcto?
-¿Y yo qué, Draco?- bufó, separándose de él y poniéndose de pie rápidamente.
-¿Eh?
-¡No pretenderás que soporte verte casado con esa Parkinson esperando el día en que la lamparita se encienda en tu cerebro y te diga como salir de esto!
-¡¡¡No es tan fácil, maldición!!!- gritó Draco, dolido. ¿Qué diablos se creía Ginny? ¿Qué el estaba feliz así? No, claro que no. Él estaba harto de todo también, sólo que no tenía ni la más mínima gana de acabar en el cementerio. Todavía era joven, después de todo.
Ginny lo contempló en silencio, preguntándose si Draco no se estaba portando como un maldito cobarde. Y ahora no era sólo ella, sino también su bebé. ¿Porqué no ponía un poco más de entusiasmo en vez de pasar el día recostado soñando? Justo como el niño rico y malcriado que había sido alguna vez. Correción, que quizá seguía siendo...
-Las cosas podrían ser fáciles- continuó Ginny, con suavidad, y sus palabras parecía flotar en el aire, paseando ante la cara de desconcierto de Draco, golpeándolo.- Pero no te arriesgas. No tienes el valor suficiente para...
-¿¡¡¡¡Quieres verme muerto!!!!?- preguntó con incredulidad.
-... Luchar por lo que quieres, Draco- siguió ella, ignorándolo.- Sino, nunca vas a saber lo que es la libertad... lo que es tener... el control de TU vida...
::::::::::::::::
Los Weasley no reaccionaron al instante, sino que se quedaron en silencio y muy quietos, como si les acabaran de hechar un hechizo petrificante.
Y a Ron se le estaba acabando la paciencia. Golpeteaba nerviosamente el pie, esperando que dijeran al menos una palabra, o una exclamación, o hasta una de sus "palabras indecorosas", puesto que ante esa revelación estaban en todo su derecho.
Y si iban dirigidas a Malfoy, mejor todavía. Incluso a el mismo se le ocurría una larga lista de palabritas (palabrotas, mejor dicho) que le gustaría decirle al bastardo de Malfoy en la cara.
No, si tuviera a Malfoy delante no se acordaría de las palabritas, no. Iría directamente a los puños, hasta dejarlo hecho papilla y arruinarle esa "carita de pendejo arrogante" y "perfecta" (esto último no era pensamiento de él, lo había oído cientas de veces en el colegio salir de bocas femeninas...)
-¿Mamá? ¿Papá?- Ron habló con suavidad, como si temiera que al hablar bruscamente sus padres pudiera espantarse.
Finalmente (para alegría de Ron) Arthur carraspeó.
Y cerró el diario.
Y se pasó la mano por el cabello rojizo.
Y se retorció las manos cansadamente.
Hasta que clavó la vista en su hijo, con los ojos marrones infinitamente tristes y a la vez, algo molestos.
-¿Estás... seguro... Ron?- preguntó- Es una acusasión... fuerte...
-Se lo dijo a Harry- respondió Ron, señalando a su amigo con la cabeza. Harry, como para darle veracidad, asintió en silencio. Hermione, en el otro costado, había empezado a comerse las uñas y a mirar nerviosamente a uno y otro.
-¡¡¡Oh, Dios mío!!!- Molly salió de su estupor dando un gemido.- ¡¡Pobrecilla!! Debe sentirse tan sola...
-¿Pobrecilla? ¡¡¡¡Malfoy no hizo esto solo!!!!- gritó Ron, exasperado.- Aunque sí tiene el 90% de la culpa...
-Ron tiene razón, cariño- Arthur pasó un brazo sobre los hombros de su desconsolada esposa, buscando calmarla.- Ginny se lo ha buscado...
Molly terció el gesto.
-¡Ah, basta!- exclamó, llevándose las manos a la cara.- Ya no soporto más estar en contra de mi Ginny... No soporto ver lo mucho que se alejó de nosotros, lo desesperadamente sola y angustiada que debe sentirse... la alejamos tanto...
Todos se miraron entre sí en silencio. De una forma u otra Molly tenía razón: todos criticaban a Ginny, insultaban a Malfoy, pero nadie se había preocupado por escuchar lo que ella verdaderamente tenía para decir. Y si lo decía, lo tomaban como la palabra de una niña. Sin valor.
-Sé que el chico es un Malfoy... pero ella lo ama...- continuó Molly, hipando.- Y algo bueno debe tener, para que Ginny piense que realmente vale la pena, para esperar por él durante tanto tiempo, para defenderlo ante su familia... Y tuvo el valor de hacerle frente a todos, que sólo le dábamos opiniones negativas.., Ya de por sí su camino fue duro, y no es necesario que nosotros continuemos poniéndole piedras en el camino, lastimándola más...
::::::::::::::::::
Y Draco no dijo una sóla palabra más.
Sus ojos grises se volvieron de hielo y su cara se tornó inexpresiva, totalmente escéptica.
Como el Malfoy pedante de los tiempos de Hogwarts, sólo que con un par de años más encima.
Y Ginny tampoco se molestó en hablarle. Su reacción egoísta la había puesto de malhumor.
Yo. Yo. Yo. ¿Cuándo iba a entender que su hijo iba a necesitarlo? ¿Que tendría que dejar de preocuparse por su cabeza únicamente?
-Me voy- anunció Ginny, poniéndose la capa violeta sobre su túnica. Draco le echó una rápida y fría mirada, estaba con la espalda recostada contra la pared, cruzado de brazos. Lentamente, se acercó a una especie de cordel trenzado de color oro que había cerca de su cama y lo jaló.
Casi al instante, la puerta del cuarto de abrió y un sonriente John apareció deseoso por saber para que lo necesitaba el jovencito.
Ginny casi gritó del susto al ver que la puerta del cuarto se abría, pero se contuvo a tiempo al ver que se trataba del mismo hombre que la había llevado a Draco. Igualmente, el corazón todavía le latía violentamente en el pecho, como si se le fuera a escapar.
Draco avanzó unos pasos ceremoniosamente, y al fin dijo:
-La señorita se va. Sácala del castillo con cuidado.
Ginny apenas podía creer lo que oía. ¿Ni siquiera podía molestarse en acompañarla él mismo? ¿Qué diablos pasaba?
-¡Draco!- exclamó, molesta, pero él le hizo un gesto con la mano, mientras se recostaba en la cama a medias.
-NO quiero hablar- dijo tajantemente, sin siquiera mirarla.-Adiós, Virginia.
¿Virginia? ¡Nunca la había llamado así, tan secamente! ¿A que diablos jugaba Draco?
-¡Te estás portando como un cretino!- le espetó ella, furiosa. John, el mayordomo, la miraba alarmado, temiendo que los gritos de la joven pudieran ser oídos por Lucius o por la irrascible señorita Parkinson.
-Vete, Virginia- agregó Draco, con la voz igualmente fría. - No debes estar aquí. - Y clavó su mirada sobre la azul de Ginny, imperturbable.
Y Ginny sintió la rabia correrle por las venas, como no lo hacía en mucho tiempo. No esperaba esto de Draco, pero había comprendido por sus ojos lo que le pasaba: Estaba dolido.
Se recordó a si misma que no era un Gryffindor, después de todo, sino un Slytherin. Quizá Draco no poseyera ese espíritu rebelde, o quizá lo hubiera perdido. O no quisiera usarlo. De todas formas, se estaba comportando como un cretino egoísta.
Aarrgg... tanta bronca. Quería llorar, pero no iba a hacerlo frente a él, por más que ya lo había hecho cientas de veces antes, había derramado miles de lágrimas que él le secaba pacientemente.
Draco la quería, pero no ella aún no sabía si lo suficiente como para arriesgar su propio pellejo. Y como eso de "Virginia" le había dolido en lo más profundo del alma, antes de salir por la puerta Ginny descargó el último golpe:
-Adiós.... MALFOY.
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-¿Estás diciendo que deberíamos darle una oportunidad?
Ron alzó una ceja, meditando apenas la posibilidad.
-No sólo a Ginny. A ambos- dijo Molly Weasley, secándose las lágrimas con el dorso de la mano.
-¿Crees que Malfoy se merece una oportunidad?- preguntó Ron con sorpresa. Harry y Hermione también miraron a la Sra. Weasley con interés.
-Si le dieramos la oportunidad a Ginny únicamente, seguiríamos lastimándola al no darle una oportunidad a la persona que ella eligió.- terminó Molly, en un suspiro.
Ron se sentó y se cruzó de brazos, pensativo.
-Me da asco la idea de llamar cuñado a Malfoy...- comentó.
-Vas a tener que hacerlo de todas formas, porque tu sobrino va a ser un Malfoy- le recordó Hermione, acariciándole con delicadeza la espalda. Harry se alegró en silencio por lo bien que se veían juntos. Tan monos...
-Pero habrá que ir de a poco..- musitó Ron.- Y muy lentamente, les advierto... Lo único que espero es que el crío no salga tan asqueroso y repugnante como el padre...
-¿Arthur? ¿Estás de acuerdo?- Molly miró suplicante a su esposo.
-Con un bebé en camino... no hay otra salida mejor.
-¿Dónde está Ginny?- preguntó de golpe Molly, viendo el reloj.- No la veo desde la mañana.
Y para esta pregunta, nadie tenía respuestas.
Sólo conjeturas.
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Ginny siguió en silencio a John por un oscuro y resbaladizo pasadizo de la mansión, casi caminando a tientas por la escasa iluminación proveniente de la vieja varita del mayordomo.
Hacía frío, lo que seguramente indicaba que estaban bajo tierra o algo así y Ginny tiritó.
-Ya falta poco, señorita- dijo John con una cálida sonrisa, al darse cuenta del estado de la joven.
Ginny asintió en silencio, preguntándose cuantos de estos túneles escondería la antigua mansión. Seguramente muchos, considerando los intereses de Lucius por las artes oscuras y Voldemort.
Finalmente, para alivio de Ginny, John se detuvo. No había ninguna puerta, sólo roca sólida por todas partes y Ginny se preguntó como diablos saldrían de allí. Pero antes de que pudiera pensar algo más, John murmuró unas palabras y, sorprendentemente, una roca de gran tamaño que estaba delante suyo se movió a un costado, dejando entrar la tenue luz del sol.
Era el atardecer y faltaban pocos minutos para que la bola de fuego se fundiera con el horizonte.
John la contempló en silencio mientras Ginny salía del angosto túnel y avanzaba unos pasos en el prado.
-Gracias.- dijo, volteándose por última vez. El mayordomo inclinó la cabeza elegantemente.
-Cuídese, señorita.- le deseó el hombre, y murmurando las mismas palabras extrañas de unos minutos atrás, volvió a quedar oculto tras la sólida roca.
Y una lágrima cayó al vacío, como una perla de cristal.
Y otra.
Ginny se alejó caminando lentamente, sintiendo un sabor amargo en el alma. Todo parecía ir de mal en peor, y ahora, su relación con Draco parecía estar sufriendo las consecuencias.
Al fin de cuentas, parecía que el amor no era una cosa invencible...
Otro par de lágrimas cayeron cuando recordó la fría despedida, sin siquiera una palabra dulce, una promesa de encuentro... o un beso furtivo.
Nada.
Se habían despedido como dos extraños.
Sin saber casi por donde caminaba, dobló por un callejón oscuro, deseando que la llevara hasta Diagon Alley, aunque no tenía la más mínima gana de regresar a su casa.
Estaba por doblar en una esquina cuando una voz surgió de las sombras, melosa.
-Siempre quieres salirte con la tuya, ¿verdad, Weasley?
Ginny se volteó, alarmada. Soltó un suspiro de resignación al ver a la persona que salió de entre las sombras: otra vez la pesada de Pansy.
-Ah, ya. Lárgate, Parkinson. Ya tuve mucho por un día...
-¿De verdad?- Pansy sonrió con malicia, entrecerrando sus ojos castaños.- Pensé que todavía faltaba...
-¿A que te refieres?- preguntó Ginny, casi con desinterés y con ansias de poder seguir su camino en paz.
-Ah... realmente es una pena, pero al menos tendré la tranquilidad de saber que te lo advertí... y tu no quisiste escucharme... ¿crees que toda la gente que profiere amenazas no las cumple?
Ginny frunció el ceño y comenzó a preocuparse, Pansy estaba rara. Aunque aparentaba calma, la furia y el resentimiento se divisaban en sus ojos. Y apretaba con fuerza la varita en su mano derecha.
-Como sea, Pansy...
-¡¡No!!- estalló, acercándose peligrosamente a Ginny. Esta retrocedió, y trastabilló contra un montón de basura amontonada, lo que hizo que se cayera al suelo.
-Ay, mierda...- Ginny hizo una mueca de dolor: unos fragmentos de una botella de vidrio rota acababan de hacerle unos feos cortes en el brazo y el muslo. El líquido de color escarlata comenzó a escaparse de su cuerpo a una velocidad alarmante.
-Oh. Pobrecita. -Pansy sacudió la cabeza, divertida.- ¿Porqué no te alejas de Draco, comadreja? ¡Te dije que es MÍO! Va a ser mi esposo...
-En tus sueños...- masculló Ginny, intentando vendarse el brazo con un pedazo de tela de la capa que llevaba. Debía haberse cortado alguna vena, porque la sangre era abundante y comenzaba a sentir que la cabeza le daba vueltas. Tenía que largarse lo más pronto que pudiera de allí, porque si se llegaba a desmayar con Pansy, estaba segura de que la otra le haría cualquier cosa menos llamar a los medi-magos.
-¡¡¡¡¡Es mío, Weasley!!!!!- gritó.-¡¡Déjalo, maldición!!
-Ya basta... Parkinson...- siseó Ginny, tambaleándose. La hemorragia no paraba y la vista se le volvía borrosa de a momentos. Ginny maldijo su suerte.
-Te crees tanta cosa...- siguió Pansy, con petulancia.- Pero voy a mostrarte que no estoy jugando, Weasley. Yo AMO a Draco, y nadie, nadie me lo va a quitar, ¿oíste? Vamos a ser tan felices... pero no quiero que estés en el medio. Estorbas.
Y Pansy soltó una carcaja y apuntó la varita en dirección a Ginny. La pelirroja apenas pudo moverse, porque todo le daba vueltas, y Pansy fue más rápida:
-¡Crucio!
El grito de Ginny fue desgarrador.
Gritaba tanto como le daba su cuerpo, y las lágrimas se le escapaban de los ojos inevitablemente. Si le había dolido la cortada producida por la botella, esto no tenía nombre.
Parecía que le estuvieran arrancando cada miembro de su cuerpo, tirando de ella con crueldad.
No lo soportaba. El dolor se le metía en el cerebro y no la dejaba pensar. Sólo restaba gritar, aunque eso no ayudaba en nada.
-¡¡¡¡¡¡Para!!!!!!- sollozó, retorciéndose de dolor en el piso, empapada de su propia sangre.
Se ahogaba. Le quemaba.
¡¡¡¡Dolor!!!! Por dios, no lo soportaba más... quería morirse...
-Espero que esto te enseñe- oyó decir a Pansy, con sorna. Ginny se retorció violentamente, llorando sin parar. Todo su cuerpo no era más que un recipiente de dolor.
Entonces... la luz fue apagándose, paulatinamente.
Pansy se convirtió en una mancha borrosa. Todo era borroso, a decir verdad.
Y Ginny ya no soportaba más aquella tortura, y cerró los ojos por completo, rindiéndose a la más completa oscuridad.
Quizá así podría acabar todo esto.
Pansy dió media vuelta y se marchó, con su capa ondeándole detrás. Y en el callejón, contorsionado en una posición inverosímil, quedó el frágil cuerpo de una muchacha cuyos cabellos se confundían en el charco de sangre.
Y la noche cayó, cubriéndolo todo con su manto negro, con la misma oscuridad que había envuelto hacia unos momentos a una muchacha llamada Ginny Weasley.
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Holas... ^__________^
¿Qué tal? Fin del capítulo 15. Me gustó este cap, considerando que no tenía nada de inspiración je je je... Me gustó mucho la actitud de Ginny cuando está con Draco, eso de exigirle que se preocupe más por buscar una solución y que no sea tan egoísta... U_U
Sip, Pansy es mala ¬___¬ Grrr... no se preocupen, creo que alguien le dará su merecido por tratar tan mal a Ginny...
Y Ginny... mmm... ¿sobrevivirá? U_____________U Habrá que esperar al próximo capi para ver si la encuentran a tiempo... (que mala que soy...) Bueno, les cuento que sólo faltan 2 caps y se termina esta historia!!!! ^__________^ (y ahora sí definitivamente... que ya se hizo muy larga)
Y ahora, mi sección favorita: ¡¡¡Los reviews!!!
-Karla (´Mione): ¡Holas de nuevo! Que bien que me escribiste (y otro review largo!! me encantan!! je je je) Sip, como decís, Ginny estaba muy confundida y muy sola, por eso decidió ir a hablar con Harry (sabía que Mione le iba a decir algún sermón y que seguramente se lo contaría a Ron, y Ron bueno... ya saben la reacción de Ron, no es tranquilo, precisamente...) Fue la única persona que se le vino a la mente en esos momentos de angustia, pobrecilla... U____U Y bueno, Harry reaccionó así... ^_^ Aunque luego sintió algo de culpa, porque la quiere... Y sip, Pansy dará que hablar, ya en este cap hizo de las suyas... ¡ y como! Y sobre la frase "el chico de los cabellos de oro".... sip, se que la uso, pero no me había dado cuenta que la usara tanto! je je je ¡gracias por la crítica! Es una buena forma para mejorar... de hecho, en este capi ni sale je je je (además de que me parece que el cabello de Draco es más blanco, mas platinado que el oro... pero no sé, la pongo por poesía, creo je je je) ¿Te gustó la escenita Ron/Mione? Je je je, a mi también. No podría quitarle protagonismo a D/G, pero también hay que poner un poco a otros personajes para que no sea taaan agobiante... (y se vuelva aburrida) y prometo que antes de que se termine, se van a dar el besito que quedo pendiente je je je. Buenop, que respuesta larga te dí, je je, gracias por el review! me alegra que te guste el fic!
-Arwen-Chan (): Holas, amiguita...Bueno, querías saber lo que iba a hacer Pansy ¿Qué te pareció? Y no, no creo que Draco le haga caso mientras esté en su sano juicio, pero si ella le echa una poción para enamorar, es otra cosa je je je(advierto que esto último no va a pasar en el fic je je, antes de que pregunten)... ¡gracias por el review!!
-Loyda:Sip, Harry tiene un corazoncito de oro... ^_______^ Trataré de hacerlo feliz... (yo no, sino en el fic digo... je je je) Me pone contenta que te guste el fic, y como ves aca está el cap arriba ¡y espero que te guste! (y luego me cuentas que te pareció...jejee)
Bueno, eso es todo, si quieren agregarme al msn: airileeh@hotmail.com, sino dejen review o simplemente lean... (pero si me dejan sus comentarios me ponen más contenta y me suben la inspiración ^,^)
Nos Leemos prontito!
BeSiToS. AiRiLeE
LOS PERSONAJES UTILIZADOS SON PROPIEDAD DE J.K.ROWLING...
:::::SEGUNDA PARTE:::::
("Siempre existe un mañana")
CAPÍTULO 15: Nubarrones antes de la tormenta
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-Bien...- Ron miró a Harry y Hermione que estaban a su lado y, de alguna forma, le servían de apoyo.
-¿Te despidieron del trabajo, cariño? - inquirió Molly Weasley, en un suspiro resignado. Ron había cambiado de trabajo como quien se cambia de ropa cada día.- Sabes que ya estamos acostumbrados...
-No, no es eso...- la cortó Ron, algo molesto por que su madre sacara a relucir ese temita que odiaba.
-¿Y entonces?- Arthur volvió a concentrarse en el diario, en vista de que Ron se tardaba tanto.
-¡¡¡Es serio, les digo!!! ¡¡Papá deja el diario, por favor!!- estalló, dándole un puntapié a la mesa. Pero era de roble, así que lo único que consiguió fue estar próximo a la fractura de sus dedos.- ¡¡La p----
-¡¡¡¡Ronald!!!!!
-¡Esta bien, esta bien...! Mamá, siéntate.- Ron se masajeó el pie, intentando calmar el dolor.
-Vamos, Ron, ve directo al grano- murmuró Harry, inocentemente.
-¡Claaaro! Total no son tus padres, si a ellos les da un infarto, no se quien me va a mantener...-
-Yo no, desde luego...- suspiró Hermione, frunciendo el ceño.
-¿No trabajas, Ron?- preguntó Harry, pero Ron le dirigió una mirada asesina.- Ah... vale... te volvieron a despedir...
-Te agradecería que no me lo recuerdes, Harry...- Ron sacó pecho exageradamente y miró fijamente a sus padres.- Bien. Voy a decirlo en dos palabras... tres, mejor dicho. Por favor, mantengan la calma... -Ron pasó saliva.- Ginny. Embarazo. Malfoy.
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¿Porqué los sueños no podían volverse realidad?
Ginny cerró los ojos mientras su cabeza descansaba plácidamente en el pecho de Draco, siguiendo el ritmo de su pausada respiración. Casi ni habían hablado, porque no lo necesitaban.
Las palabras sonaban a exusas, a lamentos...
Y ellos lo único que necesitaban era estar uno junto al otro, en la paz que trae el silencio, en la dicha de poder sentir el corazón de la persona amada junto al tuyo. Tenían las manos entrelazadas y estaban recostados aún sobre la cama de Draco, olvidándose del mundo, como si ese lugar se hubiera vuelto su pequeño paraíso momentáneo.
El reloj de pie que estaba en un rincón de la habitación hizo sonar campanas al anunciar la hora, y con ese horrible sonido Ginny tuvo que volver a la dura realidad.
Debía marcharse.
-¿Vas a casarte, Draco?- preguntó Ginny, acariciándole el sedoso cabello rubio. Él la miró con fijeza, lamentándose, quizá, de no tener una buena respuesta a esa pregunta.
-Estoy buscando la salida, Gin...- dijo al fin, con voz ronca, amargada.
-Pero... ¿la encontrarás a tiempo?- insistió Ginny, dejando que sus dedos recorrieran el perfecto rostro del rubio.- ¿Puedes prometérmelo? ¿Draco?
-La encontraré...- dijo él, dando un suspiro.- Pero no sé cuando...
Ginny frunció el ceño, sintiendo otra vez como la dura realidad le hacía mellas en el cuerpo y la agobiaba. Estaba molesta.
Por todo.
Cansada.
¿Porqué Draco parecía tan resignado...? ¿Porqué diablos no armaba un escándalo y luchaba por ella con garras y dientes?
¿Porqué siempre había que hacer las cosas correctamente?
¿Qué era lo correcto?
-¿Y yo qué, Draco?- bufó, separándose de él y poniéndose de pie rápidamente.
-¿Eh?
-¡No pretenderás que soporte verte casado con esa Parkinson esperando el día en que la lamparita se encienda en tu cerebro y te diga como salir de esto!
-¡¡¡No es tan fácil, maldición!!!- gritó Draco, dolido. ¿Qué diablos se creía Ginny? ¿Qué el estaba feliz así? No, claro que no. Él estaba harto de todo también, sólo que no tenía ni la más mínima gana de acabar en el cementerio. Todavía era joven, después de todo.
Ginny lo contempló en silencio, preguntándose si Draco no se estaba portando como un maldito cobarde. Y ahora no era sólo ella, sino también su bebé. ¿Porqué no ponía un poco más de entusiasmo en vez de pasar el día recostado soñando? Justo como el niño rico y malcriado que había sido alguna vez. Correción, que quizá seguía siendo...
-Las cosas podrían ser fáciles- continuó Ginny, con suavidad, y sus palabras parecía flotar en el aire, paseando ante la cara de desconcierto de Draco, golpeándolo.- Pero no te arriesgas. No tienes el valor suficiente para...
-¿¡¡¡¡Quieres verme muerto!!!!?- preguntó con incredulidad.
-... Luchar por lo que quieres, Draco- siguió ella, ignorándolo.- Sino, nunca vas a saber lo que es la libertad... lo que es tener... el control de TU vida...
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Los Weasley no reaccionaron al instante, sino que se quedaron en silencio y muy quietos, como si les acabaran de hechar un hechizo petrificante.
Y a Ron se le estaba acabando la paciencia. Golpeteaba nerviosamente el pie, esperando que dijeran al menos una palabra, o una exclamación, o hasta una de sus "palabras indecorosas", puesto que ante esa revelación estaban en todo su derecho.
Y si iban dirigidas a Malfoy, mejor todavía. Incluso a el mismo se le ocurría una larga lista de palabritas (palabrotas, mejor dicho) que le gustaría decirle al bastardo de Malfoy en la cara.
No, si tuviera a Malfoy delante no se acordaría de las palabritas, no. Iría directamente a los puños, hasta dejarlo hecho papilla y arruinarle esa "carita de pendejo arrogante" y "perfecta" (esto último no era pensamiento de él, lo había oído cientas de veces en el colegio salir de bocas femeninas...)
-¿Mamá? ¿Papá?- Ron habló con suavidad, como si temiera que al hablar bruscamente sus padres pudiera espantarse.
Finalmente (para alegría de Ron) Arthur carraspeó.
Y cerró el diario.
Y se pasó la mano por el cabello rojizo.
Y se retorció las manos cansadamente.
Hasta que clavó la vista en su hijo, con los ojos marrones infinitamente tristes y a la vez, algo molestos.
-¿Estás... seguro... Ron?- preguntó- Es una acusasión... fuerte...
-Se lo dijo a Harry- respondió Ron, señalando a su amigo con la cabeza. Harry, como para darle veracidad, asintió en silencio. Hermione, en el otro costado, había empezado a comerse las uñas y a mirar nerviosamente a uno y otro.
-¡¡¡Oh, Dios mío!!!- Molly salió de su estupor dando un gemido.- ¡¡Pobrecilla!! Debe sentirse tan sola...
-¿Pobrecilla? ¡¡¡¡Malfoy no hizo esto solo!!!!- gritó Ron, exasperado.- Aunque sí tiene el 90% de la culpa...
-Ron tiene razón, cariño- Arthur pasó un brazo sobre los hombros de su desconsolada esposa, buscando calmarla.- Ginny se lo ha buscado...
Molly terció el gesto.
-¡Ah, basta!- exclamó, llevándose las manos a la cara.- Ya no soporto más estar en contra de mi Ginny... No soporto ver lo mucho que se alejó de nosotros, lo desesperadamente sola y angustiada que debe sentirse... la alejamos tanto...
Todos se miraron entre sí en silencio. De una forma u otra Molly tenía razón: todos criticaban a Ginny, insultaban a Malfoy, pero nadie se había preocupado por escuchar lo que ella verdaderamente tenía para decir. Y si lo decía, lo tomaban como la palabra de una niña. Sin valor.
-Sé que el chico es un Malfoy... pero ella lo ama...- continuó Molly, hipando.- Y algo bueno debe tener, para que Ginny piense que realmente vale la pena, para esperar por él durante tanto tiempo, para defenderlo ante su familia... Y tuvo el valor de hacerle frente a todos, que sólo le dábamos opiniones negativas.., Ya de por sí su camino fue duro, y no es necesario que nosotros continuemos poniéndole piedras en el camino, lastimándola más...
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Y Draco no dijo una sóla palabra más.
Sus ojos grises se volvieron de hielo y su cara se tornó inexpresiva, totalmente escéptica.
Como el Malfoy pedante de los tiempos de Hogwarts, sólo que con un par de años más encima.
Y Ginny tampoco se molestó en hablarle. Su reacción egoísta la había puesto de malhumor.
Yo. Yo. Yo. ¿Cuándo iba a entender que su hijo iba a necesitarlo? ¿Que tendría que dejar de preocuparse por su cabeza únicamente?
-Me voy- anunció Ginny, poniéndose la capa violeta sobre su túnica. Draco le echó una rápida y fría mirada, estaba con la espalda recostada contra la pared, cruzado de brazos. Lentamente, se acercó a una especie de cordel trenzado de color oro que había cerca de su cama y lo jaló.
Casi al instante, la puerta del cuarto de abrió y un sonriente John apareció deseoso por saber para que lo necesitaba el jovencito.
Ginny casi gritó del susto al ver que la puerta del cuarto se abría, pero se contuvo a tiempo al ver que se trataba del mismo hombre que la había llevado a Draco. Igualmente, el corazón todavía le latía violentamente en el pecho, como si se le fuera a escapar.
Draco avanzó unos pasos ceremoniosamente, y al fin dijo:
-La señorita se va. Sácala del castillo con cuidado.
Ginny apenas podía creer lo que oía. ¿Ni siquiera podía molestarse en acompañarla él mismo? ¿Qué diablos pasaba?
-¡Draco!- exclamó, molesta, pero él le hizo un gesto con la mano, mientras se recostaba en la cama a medias.
-NO quiero hablar- dijo tajantemente, sin siquiera mirarla.-Adiós, Virginia.
¿Virginia? ¡Nunca la había llamado así, tan secamente! ¿A que diablos jugaba Draco?
-¡Te estás portando como un cretino!- le espetó ella, furiosa. John, el mayordomo, la miraba alarmado, temiendo que los gritos de la joven pudieran ser oídos por Lucius o por la irrascible señorita Parkinson.
-Vete, Virginia- agregó Draco, con la voz igualmente fría. - No debes estar aquí. - Y clavó su mirada sobre la azul de Ginny, imperturbable.
Y Ginny sintió la rabia correrle por las venas, como no lo hacía en mucho tiempo. No esperaba esto de Draco, pero había comprendido por sus ojos lo que le pasaba: Estaba dolido.
Se recordó a si misma que no era un Gryffindor, después de todo, sino un Slytherin. Quizá Draco no poseyera ese espíritu rebelde, o quizá lo hubiera perdido. O no quisiera usarlo. De todas formas, se estaba comportando como un cretino egoísta.
Aarrgg... tanta bronca. Quería llorar, pero no iba a hacerlo frente a él, por más que ya lo había hecho cientas de veces antes, había derramado miles de lágrimas que él le secaba pacientemente.
Draco la quería, pero no ella aún no sabía si lo suficiente como para arriesgar su propio pellejo. Y como eso de "Virginia" le había dolido en lo más profundo del alma, antes de salir por la puerta Ginny descargó el último golpe:
-Adiós.... MALFOY.
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-¿Estás diciendo que deberíamos darle una oportunidad?
Ron alzó una ceja, meditando apenas la posibilidad.
-No sólo a Ginny. A ambos- dijo Molly Weasley, secándose las lágrimas con el dorso de la mano.
-¿Crees que Malfoy se merece una oportunidad?- preguntó Ron con sorpresa. Harry y Hermione también miraron a la Sra. Weasley con interés.
-Si le dieramos la oportunidad a Ginny únicamente, seguiríamos lastimándola al no darle una oportunidad a la persona que ella eligió.- terminó Molly, en un suspiro.
Ron se sentó y se cruzó de brazos, pensativo.
-Me da asco la idea de llamar cuñado a Malfoy...- comentó.
-Vas a tener que hacerlo de todas formas, porque tu sobrino va a ser un Malfoy- le recordó Hermione, acariciándole con delicadeza la espalda. Harry se alegró en silencio por lo bien que se veían juntos. Tan monos...
-Pero habrá que ir de a poco..- musitó Ron.- Y muy lentamente, les advierto... Lo único que espero es que el crío no salga tan asqueroso y repugnante como el padre...
-¿Arthur? ¿Estás de acuerdo?- Molly miró suplicante a su esposo.
-Con un bebé en camino... no hay otra salida mejor.
-¿Dónde está Ginny?- preguntó de golpe Molly, viendo el reloj.- No la veo desde la mañana.
Y para esta pregunta, nadie tenía respuestas.
Sólo conjeturas.
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Ginny siguió en silencio a John por un oscuro y resbaladizo pasadizo de la mansión, casi caminando a tientas por la escasa iluminación proveniente de la vieja varita del mayordomo.
Hacía frío, lo que seguramente indicaba que estaban bajo tierra o algo así y Ginny tiritó.
-Ya falta poco, señorita- dijo John con una cálida sonrisa, al darse cuenta del estado de la joven.
Ginny asintió en silencio, preguntándose cuantos de estos túneles escondería la antigua mansión. Seguramente muchos, considerando los intereses de Lucius por las artes oscuras y Voldemort.
Finalmente, para alivio de Ginny, John se detuvo. No había ninguna puerta, sólo roca sólida por todas partes y Ginny se preguntó como diablos saldrían de allí. Pero antes de que pudiera pensar algo más, John murmuró unas palabras y, sorprendentemente, una roca de gran tamaño que estaba delante suyo se movió a un costado, dejando entrar la tenue luz del sol.
Era el atardecer y faltaban pocos minutos para que la bola de fuego se fundiera con el horizonte.
John la contempló en silencio mientras Ginny salía del angosto túnel y avanzaba unos pasos en el prado.
-Gracias.- dijo, volteándose por última vez. El mayordomo inclinó la cabeza elegantemente.
-Cuídese, señorita.- le deseó el hombre, y murmurando las mismas palabras extrañas de unos minutos atrás, volvió a quedar oculto tras la sólida roca.
Y una lágrima cayó al vacío, como una perla de cristal.
Y otra.
Ginny se alejó caminando lentamente, sintiendo un sabor amargo en el alma. Todo parecía ir de mal en peor, y ahora, su relación con Draco parecía estar sufriendo las consecuencias.
Al fin de cuentas, parecía que el amor no era una cosa invencible...
Otro par de lágrimas cayeron cuando recordó la fría despedida, sin siquiera una palabra dulce, una promesa de encuentro... o un beso furtivo.
Nada.
Se habían despedido como dos extraños.
Sin saber casi por donde caminaba, dobló por un callejón oscuro, deseando que la llevara hasta Diagon Alley, aunque no tenía la más mínima gana de regresar a su casa.
Estaba por doblar en una esquina cuando una voz surgió de las sombras, melosa.
-Siempre quieres salirte con la tuya, ¿verdad, Weasley?
Ginny se volteó, alarmada. Soltó un suspiro de resignación al ver a la persona que salió de entre las sombras: otra vez la pesada de Pansy.
-Ah, ya. Lárgate, Parkinson. Ya tuve mucho por un día...
-¿De verdad?- Pansy sonrió con malicia, entrecerrando sus ojos castaños.- Pensé que todavía faltaba...
-¿A que te refieres?- preguntó Ginny, casi con desinterés y con ansias de poder seguir su camino en paz.
-Ah... realmente es una pena, pero al menos tendré la tranquilidad de saber que te lo advertí... y tu no quisiste escucharme... ¿crees que toda la gente que profiere amenazas no las cumple?
Ginny frunció el ceño y comenzó a preocuparse, Pansy estaba rara. Aunque aparentaba calma, la furia y el resentimiento se divisaban en sus ojos. Y apretaba con fuerza la varita en su mano derecha.
-Como sea, Pansy...
-¡¡No!!- estalló, acercándose peligrosamente a Ginny. Esta retrocedió, y trastabilló contra un montón de basura amontonada, lo que hizo que se cayera al suelo.
-Ay, mierda...- Ginny hizo una mueca de dolor: unos fragmentos de una botella de vidrio rota acababan de hacerle unos feos cortes en el brazo y el muslo. El líquido de color escarlata comenzó a escaparse de su cuerpo a una velocidad alarmante.
-Oh. Pobrecita. -Pansy sacudió la cabeza, divertida.- ¿Porqué no te alejas de Draco, comadreja? ¡Te dije que es MÍO! Va a ser mi esposo...
-En tus sueños...- masculló Ginny, intentando vendarse el brazo con un pedazo de tela de la capa que llevaba. Debía haberse cortado alguna vena, porque la sangre era abundante y comenzaba a sentir que la cabeza le daba vueltas. Tenía que largarse lo más pronto que pudiera de allí, porque si se llegaba a desmayar con Pansy, estaba segura de que la otra le haría cualquier cosa menos llamar a los medi-magos.
-¡¡¡¡¡Es mío, Weasley!!!!!- gritó.-¡¡Déjalo, maldición!!
-Ya basta... Parkinson...- siseó Ginny, tambaleándose. La hemorragia no paraba y la vista se le volvía borrosa de a momentos. Ginny maldijo su suerte.
-Te crees tanta cosa...- siguió Pansy, con petulancia.- Pero voy a mostrarte que no estoy jugando, Weasley. Yo AMO a Draco, y nadie, nadie me lo va a quitar, ¿oíste? Vamos a ser tan felices... pero no quiero que estés en el medio. Estorbas.
Y Pansy soltó una carcaja y apuntó la varita en dirección a Ginny. La pelirroja apenas pudo moverse, porque todo le daba vueltas, y Pansy fue más rápida:
-¡Crucio!
El grito de Ginny fue desgarrador.
Gritaba tanto como le daba su cuerpo, y las lágrimas se le escapaban de los ojos inevitablemente. Si le había dolido la cortada producida por la botella, esto no tenía nombre.
Parecía que le estuvieran arrancando cada miembro de su cuerpo, tirando de ella con crueldad.
No lo soportaba. El dolor se le metía en el cerebro y no la dejaba pensar. Sólo restaba gritar, aunque eso no ayudaba en nada.
-¡¡¡¡¡¡Para!!!!!!- sollozó, retorciéndose de dolor en el piso, empapada de su propia sangre.
Se ahogaba. Le quemaba.
¡¡¡¡Dolor!!!! Por dios, no lo soportaba más... quería morirse...
-Espero que esto te enseñe- oyó decir a Pansy, con sorna. Ginny se retorció violentamente, llorando sin parar. Todo su cuerpo no era más que un recipiente de dolor.
Entonces... la luz fue apagándose, paulatinamente.
Pansy se convirtió en una mancha borrosa. Todo era borroso, a decir verdad.
Y Ginny ya no soportaba más aquella tortura, y cerró los ojos por completo, rindiéndose a la más completa oscuridad.
Quizá así podría acabar todo esto.
Pansy dió media vuelta y se marchó, con su capa ondeándole detrás. Y en el callejón, contorsionado en una posición inverosímil, quedó el frágil cuerpo de una muchacha cuyos cabellos se confundían en el charco de sangre.
Y la noche cayó, cubriéndolo todo con su manto negro, con la misma oscuridad que había envuelto hacia unos momentos a una muchacha llamada Ginny Weasley.
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Holas... ^__________^
¿Qué tal? Fin del capítulo 15. Me gustó este cap, considerando que no tenía nada de inspiración je je je... Me gustó mucho la actitud de Ginny cuando está con Draco, eso de exigirle que se preocupe más por buscar una solución y que no sea tan egoísta... U_U
Sip, Pansy es mala ¬___¬ Grrr... no se preocupen, creo que alguien le dará su merecido por tratar tan mal a Ginny...
Y Ginny... mmm... ¿sobrevivirá? U_____________U Habrá que esperar al próximo capi para ver si la encuentran a tiempo... (que mala que soy...) Bueno, les cuento que sólo faltan 2 caps y se termina esta historia!!!! ^__________^ (y ahora sí definitivamente... que ya se hizo muy larga)
Y ahora, mi sección favorita: ¡¡¡Los reviews!!!
-Karla (´Mione): ¡Holas de nuevo! Que bien que me escribiste (y otro review largo!! me encantan!! je je je) Sip, como decís, Ginny estaba muy confundida y muy sola, por eso decidió ir a hablar con Harry (sabía que Mione le iba a decir algún sermón y que seguramente se lo contaría a Ron, y Ron bueno... ya saben la reacción de Ron, no es tranquilo, precisamente...) Fue la única persona que se le vino a la mente en esos momentos de angustia, pobrecilla... U____U Y bueno, Harry reaccionó así... ^_^ Aunque luego sintió algo de culpa, porque la quiere... Y sip, Pansy dará que hablar, ya en este cap hizo de las suyas... ¡ y como! Y sobre la frase "el chico de los cabellos de oro".... sip, se que la uso, pero no me había dado cuenta que la usara tanto! je je je ¡gracias por la crítica! Es una buena forma para mejorar... de hecho, en este capi ni sale je je je (además de que me parece que el cabello de Draco es más blanco, mas platinado que el oro... pero no sé, la pongo por poesía, creo je je je) ¿Te gustó la escenita Ron/Mione? Je je je, a mi también. No podría quitarle protagonismo a D/G, pero también hay que poner un poco a otros personajes para que no sea taaan agobiante... (y se vuelva aburrida) y prometo que antes de que se termine, se van a dar el besito que quedo pendiente je je je. Buenop, que respuesta larga te dí, je je, gracias por el review! me alegra que te guste el fic!
-Arwen-Chan (): Holas, amiguita...Bueno, querías saber lo que iba a hacer Pansy ¿Qué te pareció? Y no, no creo que Draco le haga caso mientras esté en su sano juicio, pero si ella le echa una poción para enamorar, es otra cosa je je je(advierto que esto último no va a pasar en el fic je je, antes de que pregunten)... ¡gracias por el review!!
-Loyda:Sip, Harry tiene un corazoncito de oro... ^_______^ Trataré de hacerlo feliz... (yo no, sino en el fic digo... je je je) Me pone contenta que te guste el fic, y como ves aca está el cap arriba ¡y espero que te guste! (y luego me cuentas que te pareció...jejee)
Bueno, eso es todo, si quieren agregarme al msn: airileeh@hotmail.com, sino dejen review o simplemente lean... (pero si me dejan sus comentarios me ponen más contenta y me suben la inspiración ^,^)
Nos Leemos prontito!
BeSiToS. AiRiLeE
LOS PERSONAJES UTILIZADOS SON PROPIEDAD DE J.K.ROWLING...
