Los personajes de Saitn Seiya le pertenecen a Masami Kurumada, los demonios a Hades y el resto...

SEDUCCION INFERNAL

Capitulo 2. Confusion en el alma.



Vulpix se desperto con un gran dolor de cabeza y miro desorientada a su alrededor. Vio que estaba en una gran cama, cuyos doseles estaban adornados con figuras de horribles demonios. Su cuerpo estaba cubierto por unas sabanas negras. De echo, toda la habitacion era negra y oscura. Lentamente comenzo a recordar. La discusion con su maestro, la propuesta de Leviathan y finalmente, el viaje con Nesbiros hasta el castillo del demonio. Despues de eso no recordaba nada mas. Solo que llego hasta el y la habia ordenado que se acercara. Noto que cerca de la cama habia bandejas con platos vacios y botellas de licor desperdigadas por toda la habitacion. Por lo visto habian tenido una fiestecita particular. Reconocio las botellas enseguida. Eran de un licor especial que solo existia en el inframundo. Una sola copa de ese licor era capaz de emborrachar completamente a un humano normal. Y alli habia mas de cinco botellas tiradas. Recordo que en una ocasion Kitiara y ella se habian bebido una botella de esas entre las dos y aparecieron al dia siguiente en la otra punta del inframundo y con dos demonios a los que no conocian de nada. Tampoco en aquella ocasion consiguieron recordar nada de lo sucedido. Estaba claro que ese licor tan fuerte era capaz de borrar los recuerdos en un humano. Se dejo caer nuevamente en la cama. De lo unico que estaba segura era de que estaba agotada. Una diablesa entro en la habitacion. Vulpix ni siquiera se volvio ha mirarla.

- Veo que la señora ya se ha despertado. Lord Leviathan la esta esperando en el comedor. Le preparare la ropa mientras se baña. - Vulpix enarco una ceja mirando de reojo a la diablesa, pero no pronuncio palabra y se dirigio al baño. Cuando salio encontro un vestido negro y ceñido, sobre la cama. Lo observo con ojo critico. El vestido era largo, pero con dos aberturas a los lados que casi le llegaban a la cadera, con las mangas largas y anchas de una tela transparente y un escote muy pronunciado.

- Pero que gustos mas raritos tienen aqui... - murmuro para si, mientras se colocaba el vestido. Se cepillo con cuidado su rojo cabello y salio de la habitacion. Paseo por el castillo antes de llegarse hasta el comedor. La idea de hacer esperar a Leviathan la divertia. Pero la majestuosidad del castillo y la total ausencia de gente en aquel lugar hizo estragos en el animo de la chica. Comenzo a sentir un gran peso en su alma, como si algo la oprimiera el corazon. Las lagrimas acudieron a sus ojos y cayo de rodillas en el suelo. Por un segundo toda la tristeza que habia sentido hasta el dia anterior acudio de golpe a su mente. Sentia que iba a perder el conocimiento, pero una voz en su mente la hizo volver a la realidad.

- Ven... - le ordenaba la voz en un susurro ronco. Como una automata se levanto y comenzo a caminar por pasillos desconocidos por ella. Las puertas se abrian solas, sin necesidad de que ella lo hiciera. Llego hasta una habitacion sin ventanas, iluminada por candelabros. En el centro de la habitacion habia colocada una larga mesa y presidiendola se encontraba Leviathan. Este la miro serio, con sus ojos violetas brillando intensamente. Le hizo un gesto para que se acercara a el. Vulpix camino lentamente hacia el, sus ojos apagados y sin brillo. Cuando llego a su lado, el la sento en su regazo y le acaricio el rostro.

- No vuelvas a hacerme esperar, pequeña... No es buena idea que andes rondando por el castillo sola... Podria ocurrirte algo... - la mano del demonio se deslizo del rostro de la joven hasta su cuello. Con sus finos dedos acaricio la cadena de plata que llevaba ella al cuello y el anillo del mismo material que pendia de la cadena. - Anoche pude comprobar que aun llevas esto al cuello... - trato de arrancarsela pero la cadena le dio una pequeña descarga de energia que le quemo un poco la mano. La solto sonriendo maliciosamente. - Te la regalo el, ¿verdad? Esta impregnada de su energia... pero un dia conseguire arrancartela... ya lo veras... - la amazona parpadeo un par de veces confusa, saliendo del trance en el que la habia metido el demonio. Se levanto del regazo de Leviathan azorada.

- Yo... yo... - el la interrumpio con un gesto.

- No pasa nada... sera mejor que desayunemos... hoy tenemos un dia muy largo por delante.

El desayuno y la comida transcurrieron sin incidentes. Si bien Vulpix no se habia atrevido a dar otro paseo por el castillo, mientras el demonio se dedicaba a sus obligaciones. No, despues de lo ocurrido aquella mañana. No estaba segura de si lo que habia sentido habia sido producto de su propia pena o si habia sido una jugarreta de ese demonio descarado que parecia tenerla bajo su control. Cualquiera de las dos opciones le parecia posible.

- Tal vez no haya sido buena idea venir aqui... - murmuro tendida en la cama del dormitorio. - Estar con el alivia mi dolor, pero...

- "¿Y no es eso lo que querias?" - otra vez esa voz en su cabeza. Estaba segura de que era Leviathan el que trataba de confundirla de nuevo. - "¿No deseabas olvidar?"

- Si... pero... - comenzo a sentirse somnolienta. Su vision se volvio borrosa. A pesar de todo pudo distinguir la figura de Leviathan apareciendo frente a ella, con una botella y dos copas en sus manos. El demonio le ofrecio una de las copas.

- "Bebe... olvida por esta noche tu dolor... bebe y yo te prometo que conseguire que le olvides para siempre" - la amazona cogio la copa con las dos manos. Dudo un segundo, pero al mirar de nuevo los ojos del demonio, desaparecieron todas sus dudas y bebio el contenido de un solo trago. Leviathan sonrio triunfante y se coloco junto a ella en la cama. Comenzo a besarla lentamente mientras la desvestia.

- Quiero que me lo supliques... quiero que me supliques que continue... - le susurro el al oido, dejando de besarla y acariciarla. Vulpix centro su mirada en la de el.

- Por favor... - el demonio ensancho su sonrisa.

- Por favor, ¿que? - le pregunto el, rozando con sus dedos el cuerpo de la amazona, consiguiendo que se estremeciera.

- Por favor... continua... - pidio en un susurro apenas audible. Leviathan sonrio de nuevo, triunfante. Estaba consiguiendo su objetivo. Acabar con la voluntad de aquella terca humana que tanto lo excitaba y que no habia conseguido dominar hasta ahora. El sabia que el estado de animo en el que ella se encontraba era el perfecto para corromper y dominar su alma rebelde. Y lo estaba logrando. Volvio a besarla.

- La proxima vez, conseguire que me lo supliques mas fuerte... - le susurro al oido.


CONTINUARA...