SEDUCCION
INFERNAL
Capitulo
6. Juego Sucio.
Leviathan
daba vueltas furioso por su despacho. Furioso y frustrado. Ninguno de sus
sirvientes se habia atrevido a molestarlo en todo el dia, desde que esa
mañana les ordenara que cancelasen todas sus citas y que deseaba estar
solo. Le temian demasiado para contradecirle. Aunque todos presentian el
motivo de su furia : la humana. Vulpix habia tenido jugando "al raton y
al gato" al demonio durante toda la semana. Seguia huyendo de el, escondiendose
todas las noches en sitios de lo mas raro, aunque el siempre la encontraba.
El hecho de no poder tener la voluntad de la amazona a su merced era algo
que lo enfurecia. Hasta cierto punto la controlaba, pero el queria mas.
Queria que ella fuera la que se entregara, no tener que buscarla todas
las noches. Ella debia ser quien lo buscara a el y no al contrario. ¡¡Eso
era denigrante para un demonio de su categoria!!
¿Por
que se le resistia? Hasta ahora ningun humano lo habia conseguido. ¿Y
por que seguia el insistiendo? Ya se habia convertido en un asunto mas
que personal... estaba herido en su orgullo de demonio.
-
Debi dejar que la mataran en el Jardin Salvaje... - murmuro para si. En
ese momento recordo lo que habia sentido cuando su sirviente le insinuo
que ella estaba alli. Sintio preocupacion... y... ¿miedo? Sacudio su cabeza
tratando de sacar esos pensamientos de su mente. ¿Miedo? ¿Miedo a que
le hicieran daño? ¿Miedo a perderla? No... eso estaba muy lejos de lo
que debia sentir un demonio como el. Eso no le importaba... ¿o si? Tal
vez... tal vez... sintiera algo por esa humana... algo mas importante que
el simple hecho de poseerla. Eso explicaria el vuelco que le daba su corazon
cada vez que le comunicaban que habia desaparecido, aunque el sabia que
no podia marcharse del castillo sin ayuda. - No... si al final va a resultar
que estoy... - las palabras se le atragantaron en su garganta. No podia
ni pensarlo siquiera. Eso no podia estar pasandole a el. Muy molesto salio
de la habitacion hasta salir a uno de los baños que habia en el castillo.
Se despojo lentamente de la camisa y los pantalones de seda negra que llevaba
y cubriendose con una toalla se dirigio a la enorme bañera que se encontraba
en el centro de la habitacion. Su sorpresa fue mayuscula al descubrir a
la amazona bañandose alli. La chica, al verse descubierta, se levanto
rapidamente, cubriendose con su ropa y trato de salir de alli lo mas rapido
posible, pero fue interceptada por el demonio. Su ropa cayo al suelo, dejandola
desnuda frente a el. Se sintio estupida cuando noto como un ligero rubor
cubria sus mejillas. El ya la habia visto asi en mas de una ocasion y por
eso no entendia porque se avergonzaba ahora. Tal vez porque ahora no estaba
bajo ningun hechizo... no, ahora estaba muy consciente de lo que ocurria.
Demasiado.
-
¡¡Dejame ir!! - le pidio ella, en un susurro ronco. El demonio arqueo
una ceja, divertido.
-
¿Por que deberia hacerlo? Esta situacion es muy divertida... - ella fijo
los ojos en el con rencor. Odiaba que le hiciera eso... ¿por que tenia
siempre que aprovechar cualquier oportunidad para demostrarle su superioridad?
Era tan prepotente...
-
¡Quiero volver a mi casa! - Leviathan sonrio. Aquello no le habia sonado
a suplica, mas bien era una orden. Su rostro cambio a una expresion de
maldad pura cuando la empujo bruscamente hacia la bañera, haciendola caer
de nuevo al agua. La amazona lo miro furiosa, sentada donde habia caido.
-
Pense que querias huir de alli...
-
¡Eso no importa! ¡Quiero volver! - como si no le diera importancia a
las palabras de la amazona, Leviathan se libro de la toalla que aun le
cubria y se metio en la bañera con calma, pero vigilando cualquier reaccion
de la muchacha. No pudo reprimir una sonrisa satisfecha cuando noto la
mirada de ella recorriendo su cuerpo.
-
Me temo que eso no puede ser, querida. Cuando te marque, te convertiste
en mi prometida y cuando aceptaste venir al castillo, pues... comenzaste
a ser de mi propiedad... por asi decirlo. - ella lo miro confusa.
-
¿Tu... tu propiedad? Eso... eso no puede ser...
-
Olvidas que estamos en el Inframundo y no en la Tierra. Aqui las normas
son otras. A estas alturas ya deberias saberlo. - la calma con la que el
demonio trataba aquel asunto, hizo perder los nervios a la amazona, que
se derrumbo. Las lagrimas empezaron a recorrer su rostro, mientras se mordia
el labio. - Si me hubieses escuchado esta semana en vez de estar constantemente
huyendo de mi, lo sabrias. - el demonio noto un leve pinchazo en su pecho
al contemplar a la amazona llorando. Rapidamente intento pensar una manera
de que dejara de llorar. Esa escena le resultaba muy molesta. Le causaba
dolor. Se acerco a ella, pero la amazona se aparto bruscamente de el. Fruncio
el ceño, claramente disgustado. - ¡Ya he tenido bastante paciencia contigo!
¡Estoy mas que cansado de que te me resistas! Pero eso tiene una solucion...
- el demonio comenzo a recitar unas palabras en un idioma totalmente desconocido
para la amazona. Eso la alarmo mucho, pero no tuvo tiempo de reaccionar.
Empezo a sentir como sus fuerzas la abandonaban y todo se volvia extraño
y confuso. No podia pensar con claridad. Solo un nombre estaba claro en
su mente : Leviathan. El demonio sonrio con malicia.
-
¿Que me has hecho? - consiguio preguntar aun con sus ultimas fuerzas,
antes de caer presa del hechizo. El demonio se acomodo tranquilamente apoyando
la espalda en la bañera, sonriendo.
-
Es un hechizo de sumision, pequeña... no queria usarlo contigo, pero no
me has dejado otra opcion... Con este hechizo tanto tu mente como tu cuerpo
solo obedeceran mis ordenes... ahora... ven... - la amazona se acerco al
demonio con la mirada apagada. - Dime que es lo que deseas...
-
A ti...
CONTINUARA...
