SEDUCCION
INFERNAL
Capitulo
10. Recuerdos confusos
Vulpix
se encontraba en el balcon de su habitacion mirando al cielo con expresion
triste. Leviathan dormia placidamente en la cama y ella aprovecho el descuido
del demonio para tomar un poco el aire. El hechizo que Leviathan tenia
sobre ella era mas debil cuando el dormia. Podia controlar su cuerpo, pero
no controlaba del todo su alma. Su mente era completamente libre durante
la noche, libre para recordar. Todas las noches le ocurria lo mismo. Los
recuerdos de su anterior vida en el Santuario la asaltaban sin piedad.
Recuerdos que no veia bien a causa del hechizo. Podia ver caras que le
resultaban conocidas, momentos de su vida de los que no se acordaba, sentimientos
y sensaciones que casi habia olvidado... Podia sentir brillar con una leve
luz dorada su colgante y lo oculto entre sus dedos, apretandolo con fuerza
mientras lloraba en silencio. Una imagen se repetia una y otra vez en su
memoria. Unos profundos ojos azul zafiro que la miraban con ternura y amor.
Con cansancio se apoyo en la barandilla del balcon y aspiro hondo el perfume
de las flores del jardin que habia mas abajo. Sonrio con ironia cuando
noto el olor. Hasta las flores olian extraño alli. Todo era tan distinto
a lo que ella estaba acostumbrada... No podia evitar comparar los ojos
gatunos y sensuales de Leviathan con aquellas dos gemas brillantes que
ella veia en su mente. Los del demonio eran frios y a la vez apasionados.
Los otros eran dulces, hermosos... la hacian estremecer cuando los veia.
Intento en vano recordar al portador de esos ojos. El anillo que llevaba
por colgante brillo aun con mas intensidad cuando trato de hacer un esfuerzo
por recordar. Ni siquiera el fuerte dolor de cabeza que estaba sufriendo
por el esfuerzo la hizo desistir. Tenia que recordar. Algo en su interior
se lo pedia a gritos. Casi podia oirlo.
-
Debes recordar... - la voz que le llegaba a su dolorida cabeza era varonil,
dulce. Incluso se sintio reconfortada al oirla, como si lo hubiera esperado
oir desde hacia mucho tiempo. Las lagrimas cayeron por su rostro de manera
incontrolable.
-
¿Quien eres? - murmuro, cayendo de rodillas en el suelo por el dolor.
Un gemido de dolor salio de sus labios. El dolor se habia intensificado
de tal manera que sentia que pronto no podria soportarlo.
-
Recuerda... - oyo repetir a la voz, antes de caer inconsciente al suelo.
Leviathan,
que habia despertado al notar la ausencia de la amazona, se levanto rapidamente
al sentir un aura extraña rodear su castillo. Ese aura le era totalmente
hostil al demonio. Oyo los gritos de dolor de la chica y se encamino corriendo
hacia el balcon. Alli la encontro, tendida en el suelo, desmayada. El colgante
que llevaba al cuello brillaba con intensidad. Leviathan fruncio el ceño
y se agacho para tratar de arrancarselo una vez mas, pero como en todas
las ocasiones que lo habia intentado, este le quemo la mano. Solo que esta
vez fue mas fuerte que las anteriores. Maldiciendo por lo bajo, cogio a
la mujer en brazos. Aun sentia el aura, rodeandola.
-
¿Quien eres? ¿Con que derecho vienes a arrebatarme lo que es mio? - grito
al aire. La misma voz que hablara antes a Vulpix, le respondio al demonio,
solo que esta vez la voz fue fria y cortante.
-
Soy el que va a romper el hechizo que tienes sobre ella... - un ronco gruñido
salio de la garganta del demonio.
-
¡Ella es mia por derecho! - la voz rio suavemente.
-
No es tuya... ni mia... y yo la liberare... le prometi protegerla y eso
hare... - el aura fue desapareciendo lentamente del lugar. - Pronto nos
veremos las caras... - Leviathan noto como el aura habia desaparecido completamente.
Se quedo mirando el cielo, aun con la amazona en sus brazos.
-
Pronto... ¿eh? Veremos quien tiene mas poder... tu, que eres solo un fantasma
del pasado o yo que soy uno de los demonios mas poderosos del Inframundo...
En
los Elyseos, Nesbiros observaba al hombre que aun se encontraba sentado
a los pies del arbol, tal como lo encontrara dias atras. Habia presenciado
todo lo que habia ocurrido entre aquel hombre y Leviathan. Noto cansancio
en el inexpresivo rostro del hombre. Se acerco lentamente a el.
-
¿Os encontrais bien? No teneis buen aspecto... - el hombre sonrio a su
pesar y se incorporo.
-
Eso ha sido un gasto de energia muy grande... pero estoy bien... ¿Ya ha
llegado el momento? - el demonio asintio en silencio.
-
Mi señora Astaroth os espera. - el hombre coloco una de sus manos sobre
el hombro del demonio.
-
Entonces... ¡vamos! El tiempo se nos acaba...
En
la casa de Escorpio, Milo y Kitiara aguardaban el regreso de Nesbiros impacientemente.
Pronto sintieron el aura maligna del sirviente apareciendo ante ellos,
acompañado por alguien mas. Kitiara sonrio con malicia al ver al acompañante
del demonio. Milo se quedo helado al reconocerlo y no pudo articular palabra.
-
Me alegra volver a verte, Kitiara... - saludo el hombre a la amazona, con
una sonrisa burlona. La amazona se acerco a ellos.
-
Y yo... ¿Preparado? Debo avisarte que si vienes conmigo esta noche, corres
peligro de quedar atrapado en el Inframundo o en la Tierra...
-
Eso no tiene importancia ahora... Lo unico que me importa es rescatarla...
¡vamonos! - Kitiara lo cogio del brazo y desaparecieron en una nube de
humo negro que hizo toser a Milo. Este aun no se habia recuperado de la
sorpresa. Nesbiros se acerco al caballero.
-
¿Crees que tienen alguna posibilidad? - pregunto el caballero.
-
Eso espero...
CONTINUARA...
