El universo de Harry Potter pertenece a Rowling y a quien ella sienta que lo merezca. No planeo sacar dinero con este pedazo de basura, tan sólo me entretengo escribiéndola, así como tú leyendola...

Formula Perfecta
El Ritual

Resumen: Voldemort invoca al grande y único: Salazar Slytherin. Pero algo sale mal... Terriblemente mal. Harry Potter jamás se encontró dentro de sus cálculos iniciales. Eventualmente slash. Harry/Tom.

Fic de diversión personal. Lo que equivale a decir que... Ah bueno, ya lo verán. Aquellas que me conocen, deben intuir a qué me refiero XD Están advertidos ^^U
Advertencia: Esta historia será slash (eventualmente). Es decir, mostrará relaciones de tipo románticas entre dos hombres. En este caso, será un Harry/Tom (y ya leyeron lo de arriba, verdad? Lo decia en serio ^^U Mind my words!)

~*~

Ah... Que belleza.

Y que poder, también.

Satisfecho, sonrió complacido ante su magnífica obra.

El círculo de invocación no constaría de más de tres metros de diámetro, pero la potente magia era tal que podías visualizar la fina barrera en la habitación. La energía producía escalofríos en la piel y la adrenalina corría como una ola de entusiasmo prematuro.

Cuatro de las cinco figuras ataviadas en negro hicieron una reverencia ante el trabajo de su Señor, claro orgullo en sus facciones.

Asintiendo, Voldemort penetró la burbuja de protección. Sus pasos seguros y mirada determinada, no hacían justicia a la emoción de ansiedad y excitación que sentía.

Finalmente era el día. Todos sus preparativos estaban completos y se encontraba en todo su poder. Había recuperado su magia, su cuerpo, sus seguidores, su casa, sus planes y sus fantasías. Ahora sólo tenía que armarse de las herramientas necesarias para cumplirlas.

Alzó los brazos y comenzó el ritual. Las palabras cantaban en eco y blandían un poder más allá de la esfera. Un inexistente viento agitó fuerte contra las túnicas de los death eaters y susurros continuos se escucharon en todos los rincones. Varios fueron los que apretaron sus puños y forzaron sus piernas a no intentar huir. Esta era una prueba de fidelidad al Dark Lord, y debían de confiar en la seguridad que su amo les prometió.

De un segundo para otro, se detuvo. Las velas se apagaron, el viento murió y el silencio cubrió absolutamente todo.

Expectante, Voldemort esperó en la casi oscuridad, demasiado esperanzado como para moverse de su lugar. Contuvo la respiración, sus músculos tensos en anticipación.

De repente, un tenue brillo parpadeó frente a él. Entendiendo que esta era la señal que necesitaba, retrocedió de la burbuja hasta hallarse seguro del otro lado. Una sonrisa maquiavélica se dibujaba en su rostro.

Niebla transparente se materializó delante de todos los presentes. Vagó por los bordes, probando los alcances de su propia prisión, para luego concentrarse en el centro y prepararse a tomar forma ahí.

Se relamió los labios. El ritual parecía haber sido un éxito. Pronto, el espíritu mismo del gran Salazar Slytherin se presentaría ante él. Su antecesor le aconsejaría y, si todo andaba sobre ruedas, aceptaría colaborar en la continuación de sus ideales. Con el legendario mago a su lado, nadie podría vencerlo.

El sacrificio había valido la pena. Unos cientos de bebés muertos no eran gran cosa, en realidad.

Ajustó sus ojos a las sombras. La neblina ya había tomado la forma de un cuerpo intangible.

Los rasgos comenzaron a afinarse con cada respiración que se sentía en la habitación. Voldemort temía no poder oír correctamente en su situación, su corazón latía demasiado fuerte y excesivamente rápido.

¿Y si es una ilusión? ¿Y si es una ilusión?, le repetían sus temores.

Para cuando la bruma se despejó del lugar y el ambiente se inundó con una aura azul, poco le había faltado para convencerse que sus ojos le estaban jugando una broma de mal gusto, y decidir abortar la operación.

Pero cuando cayó en razón de quién no era el que flotaba a unos cuantos pies del suelo, su expresión le falló completamente. A su alrededor, distintos murmullos de sorpresa e incredulidad levantaron el volumen.

No podía creer que lo hiciera erróneamente. ¡Si todo, absolutamente todo lo había hecho según dictaba el libro!

Observó con atención el cuerpo desnudo. La constitución era delgada y frágil. Los brazos colgaban a los lados, como si fuera demasiado el peso de levantarlos. La piel era delicada, de un pálido espectral. Expresión relajada y cabeza gacha. Cabello negro y caótico. Había una... ¿cicatriz?

¡...Un momento!

Potter.

El maldito ritual que había efectuado para invocar el espíritu de Salazar Slytherin le había traído al chiquillo a sus manos. Al condenado muchacho. ¿Alguien le podía explicar por qué razón? No veía cómo la imagen mental del gran Slytherin podría relacionarse con el escuálido bicho que interfería en sus planes.

Clamó silencio en la habitación, los murmullos ascendían a gritos con cada segundo que pasaba.

Bueno, si el destino le había traído al famoso Harry Potter a sus manos, habría que sacar provecho de aquello. Que su magia le haya fallado sólo por esta vez, no indicaba que no podría sacar ventaja de su error.

-Harry Potter -saludó al cuerpo inconsciente frente a él.

La criatura levantó la cabeza y abrió los ojos.

Una mirada carente de emoción lo recibió. La frialdad helaba el alma y congelaba los espíritus. El color usual de los iris parecía haberse perdido para siempre, reemplazado por un indiferente negro metálico.

Le costó varios segundos recuperarse de la sorpresa inicial.

-¿Quién eres? -demandó en un tono comandante.

La fantasmagórica figura fijó sus ensombrecidas pupilas en él por varios segundos, analizando la posición en la que se encontraba.

-¿No deberías saberlo tú? -la voz hablaba en tonos serenos e indiferentes, pero poseía una cualidad mística y susurrante en ella, como si se originara lejos del lugar.

Frunció su ceño.

El hechizo debe de haber salido mal. Definitivamente incorrecto.

-Eres Harry Potter -anunció la obvia respuesta.

La criatura sonrió misteriosamente. Una sonrisa que tiñó su mirada de diversión.

-Lo soy -admitió en sus suaves tonos.- Pero creo que no llamaste a Harry Potter hoy, ¿o me equivoco, Tom Marvolo Riddle?

Imposible.

No había logrado la invocación. No podía haberlo hecho, porque si aquello era verdad, entonces significaba que Harry Potter...

-Soy Salazar Slytherin, -ofreció su invitado con una sonrisa burlona, nunca dejando de articular lentamente sus palabras.- estoy aquí acudiendo tu llamado.

Potter... no, Slytherin... imposible. Imposible, imposible, malditamente imposible.

-¿Sorprendido, pequeño? -tuteó la figura. Ante el silencio de Voldemort, decidió tomar palabra.- ¿Puedo saber el motivo de la invocación?

Dejó que los segundos atravesaran su cuerpo en forma de un par de ojos angustiosamente vacíos. Su mente aún sufría la asimilación de la información presentada. Parte de sí no quería creer que Harry Potter, el Harry Potter, fuera una especie de reencarnación del gran Slytherin. Mientras la otra comentaba irónicamente que había tenido todo este tiempo el objetivo de asesinar al único ser que podría ayudarlo de verdad.

-Fuera -ordenó, sus ojos no rompiendo el contacto con los negros incisivos.- Todos ustedes fuera. Déjennos a solas.

Desconcertados, los death eaters abandonaron la habitación, más de uno agradecido por la oportunidad de huir.

-¿Cómo sé que eres el verdadero Salazar Slytherin? -cuestionó- ¿Cómo sé que no fallé el ritual y que ésta no es una trampa para consumir mi alma?

El supuesto Slytherin sonrió traviesamente.

-No lo sabes con seguridad, Tommy -volvió a tutear.- No sería divertido si lo supieras. Pero déjame decirte algo, -añadió antes que él pudiera responder- si de verdad fuera un demonio de los planos inferiores, no tomaría la forma de uno de los seres que más detestas. Mi primera elección sería el cuerpo del humano invocado, ¿no te parece?

Se cruzó de brazos escéptico.

-En realidad, no es mi problema si me crees o no -colaboró indiferente.- Yo sólo requería atender el llamado, si tú no tienes un motivo para mi visita, bien podría retirarme y todo esto quedaría en vano.

-No pienso remover la barrera aún, Salazar Slytherin. Bien sé lo que acontecería si fueras en realidad quien dices ser. Y siendo sinceros entre nosotros dos, no me convendría que Harry Potter recupere el conocimiento de una vida pasada como la tuya. Sobretodo por lo que implicaría.

La criatura ladeó su cabeza interesado.

-¿Tienes un trato que proponerme, Tom? -preguntó arrogantemente.

Voldemort asintió.

Se estaría metiendo en muchos problemas si es que este ser no era quien realmente decía (y aparecía) ser. Después de erigir una barrera como la presente, y llevar a cabo el ritual, estaba agotado. Sus energías no serían las suficientes para dar batalla, y francamente, aún si lo fueran, la pelea sería una que tendría que luchar hasta el final.

-Únete a mí -se limitó a decir.

El aparente Potter levantó una ceja, desafiando su ofrecimiento.

-No lo voy a hacer. No creo que mi orgullo me lo permita.

-Podría destruirte si me lo propusiera -amenazó Voldemort.

Una risa resonó en la habitación. Tuvo que ejercer fuerza de voluntad para no mostrar los escalofríos y la rabia que ésta producía en sí. Mantener la calma, se dijo. Mantener la calma es todo lo que importa. No mostrarle que tiene la ventaja. No dejarle saber que está ganando.

-No lo creo, bebé -insultó.- Tanto tú, como yo, sabemos que esta barrera bloquea en ambos sentidos desde el momento que aparecí en ella. Debo admitir que tiene un hechizo de contención muy bueno, -admitió Slytherin- pero en esta batalla, sabemos que el espíritu invocado tiene la ventaja. Es más, -se atrevió a sonreír hambrientamente- podría ir tan lejos como para asegurar que la fatiga te carcome por dentro y tu patético intento de retención no sería muy poderoso en estos momentos. Perdiste la batalla sin haberla comenzado.

Maldito sea el mago.

Era verdad que dentro de ese circulo, Potter, Slytherin, o quien sea, era inmune a todos sus ataques, desafortunadamente, lo inverso no era completamente correcto. Aunque su esfera detendría la energía de la figura hasta cierto punto, no aguantaría para siempre, y el otro tendría la oportunidad de poder atacarlo sin ser tocado.

-Te recomendaría proponerme un trato que no pueda rechazar. De otro modo perderás más de lo que habrías perdido de no haber cometido esta estupidez.

Pegó sus labios en frustración. Todo el asunto de Potter en su ecuación no estaba previsto, y las cosas se habían distorsionado del plan original.

-Sé que es tu elección, gran Slytherin, pero también sé que de rechazarla... en tu estado actual, trae consecuencias desagradables para ti -observó que la mirada burlona cambió a una nota de atención.- Cuatro meses en coma no me suena favorable, efectivamente.

Silencio.

-Ah, si... -dijo finalmente.- Serán cuatro meses perdidos, pero cuando me recupere, mis recuerdos estarán tan frescos como ahora. Y créeme que no tardaré en cobrar venganza.

-Pero cuatro meses es un tiempo considerable... -sonrió maliciosamente.- Uno nunca sabe qué podría suceder... Imperios caen y renacen en ese tiempo, así como millones de millones pueden morir.

Slytherin relajó su expresión, regresando a la indiferencia.

-Si crees que aceptaré ser un subordinado tuyo sólo por esa amenaza, estás muy equivocado. Amaré muchas cosas que Hogwarts y Dumbledore no me pueden otorgar, pero tú tampoco me ofreces un buen lugar.

Al menos ya no estaba pronto a retirarse, y lo estaba escuchando. Eso había de indicar algo bueno, ¿verdad?

-¿Qué te gustaría tener? -asintió, sabiendo que ese momento llegaría.

El otro sonrió.

-Si aceptas, Voldemort, nos entenderemos perfectamente, creo yo.

-Es mi intención que sea así.

-Mi lista no es corta, te aviso -sus ojos sonrieron entretenidos.- Para comenzar, quiero una garantía que no tendrás deseos, ni tomarás acción directa o indirectamente, de acabar con mi vida en algún momento. Esta promesa será sellada sobre mi cuerpo con tu propia sangre.

Intentó ocultar la expresión de repugnancia ante tal mandato. Aquello requeriría que atara parte de su esencia al de Potter-Slytherin, y no estaba seguro de querer enfrentar tal compromiso, suficiente era con la cicatriz, después de todo.

-Segundo, quiero libertad. Libertad y permiso para proseguir las investigaciones que no llegué a terminar en otras épocas. Tengo un proyecto en especial que desearía probar... pero eso podríamos discutirlo después. De llegar a un acuerdo, claro está.

Eso podría aceptarlo. Todas las investigaciones de Slytherin habían sido grandiosas. Muy avanzadas para su propia época. ¿Quién sabe? Podría descubrir algo que le diera una grandiosa ventaja sobre los demás.

-Tercero. No seré tu sirviente ni portaré tu Marca. En ningún momento -tono serio.- Seremos... socios, si es que consideras ésta una empresa respetable, lo que yo dudo. Asimismo, no me obligarás a tomar acción directa de perjurio contra terceros, y tendrás consideración con mis seres queridos.

-¿No pensarás que detendré esta guerra contra medio mundo mágico sólo porque lo pides? -tono sarcástico.

Slytherin sonrió burlonamente.

-En definitiva no. Mis seres queridos incluyen: Los Weasleys, Los Granger, Rubeus Hagrid, Remus Lupin y Sirius Black. Bien puedes hacer contra Dumbledore lo que te parezca, siempre y cuando no me involucre.

-¿Qué hay de tus familiares muggles?

La expresión de Potter ensombreció.

-Haz lo que te plazca con ellos, poco me importa. Es más, te ayudaría si lo pidieras con sutileza...

Voldemort sonrió satisfecho. Eso sonaba más a Salazar Slytherin.

-¿Algo más?

-Creo que eso es lo principal -contestó.- Que tengas paciencia el tiempo que me tarde en recuperar la memoria es implícito, ¿verdad?

-Por supuesto -aseguró él.

-¿Aceptas mis condiciones? -inquirió.

-Si acepto tu contrato de sangre como garantía para tu seguridad, debo reclamar uno propio para mí -tono serio.

Slytherin rió.

-¿Me temes, pequeño?

-Totalmente -admitió.- Así como tú temes tus momentos de vulnerabilidad.

-Como desees. Prometeremos cuidarnos las espaldas, ¿te parece suficiente?

Podría trabajar para lograr el favor del mago, quizás así el hombre se animara a respaldarlo directamente en su Causa. Después de todo, él seguía algunos de los ideales Slytherin...

-Acepto.