Secuelas
Capitulo II: Secuelas
Alguien, muy poco considerado por cierto, había abierto de par en par la ventana de la habitación, provocando que la luz diurna fluyera libremente por la el cuarto. Ni siquiera ella, con todo el cansancio que tenía, pudo ignorarla y continuar durmiendo. Sus ojos se abrieron pesadamente, estaba más que exhausta. ¿A qué hora había dignado a dormir? No lo recordaba con claridad, había vuelto a su cuarto más allá de la media noche y todavía allí había permanecido pensando por quién sabe cuantas horas más.
Se levantó, con todo el cabello desordenado, el uniforme arrugado con el tiempo más que justo. Ginny pegó un salto, y salió de la cama como pudo. Sus compañeras no la habían despertado, algo bastante frustrante, y ya no había nadie más en la habitación de las chicas de sexto de Gryffindor.
Apresurada, entró al baño y se miró en el espejo, estaba muy desprolija como para bajar así nada más. Con la ayuda de un peine (que reconoció como propiedad de una de sus compañeras) buscó acomodar su cabello, lo peinó en una trenza un poco desprolija y se lavó bien la cara y los dientes.
Algo espabilada ya, salió del cuarto con tanta prisa que no pudo evitar el colapso directo con otro cuerpo. El golpe fue tan duro que calló sentada en el frío piso de piedra.
- Aug... eso me dolió.- resopló por lo bajo.
- Pues entonces no deberías salir corriendo así Ginny, a ver, déjame que te ayude.- le estiró la mano. Reconoció perfectamente esa voz, sus ojos vislumbraron a una chica de cabello rizado y castaño, un año mayor que ella.
- Hermione, gracias.- tomó la mano ofrecida y se puso de pie.
- ¿Por qué tan apurada Gin? - preguntó, frunciendo el entrecejo con aparente interés.
- Estem... ¿qué hora es? Pensé que llegaba tarde.- confesó algo avergonzada.
- Harry y Ron acaban de bajar a desayunar y yo he venido a buscar un libro que me dejé en mi cuarto y necesito para encantamientos. No estás tan tarde.- sonrió, se notaba que su trato para con la pelirroja era cuidado, y algo antinatural, programado.- Uhmm... Ginny, desde ayer que quería hablar contigo y no te encontraba.
- ¿Conmigo?- preguntó, estaba tan mareada que casi había olvidado ese pequeño detalle de que había escapado de Hermione casi todo el día.
- Sí, contigo... ¿Ginny estás bien?
- ¿Bien? Yo...- meditó teniendo en cuenta los últimos sucesos. Finalmente sus labios se entornaron en una sonrisa.- Claro, lo estaré.
- Dios Ginny me siento mucho mejor ahora.- exhaló con alivio.- Sabes, entre Harry y yo...
- No importa Hermione, yo no soy quien para participar en lo que Harry y tu hagan - contestó con franqueza. La morena se encontró anonadada, seguramente no habría incluido en sus planes tener que enfrentar esta nueva situación.
- ¿En verdad? No tienes que fingir conmigo Ginny porque yo...- insistió, mostrándose aún bastante incrédula.
- No, no Mione.- la tomó por los hombros y la mayor dejó de hablar.- No estoy fingiendo, todo está bien.- le aseguró con una tranquila sonrisa en el rostro.
- ¿Segura? Porque entre él y yo no hay nada, puedo jurarlo, solo fue un beso y... bueno... el resto lo inventó Lavender que nos vio... Ginny yo no quería herirte porque sabía bien lo que Harry significaba para ti. Te lo juro.- sus ojos comenzaron a aguarse.- Soy una mala amiga...
- ¡No! No lo eres, Mione, ya basta. No toleraré que digas sandeces, te dije que no había más problemas. No me importa si Harry y tu son novios o lo que sea.
- ¿Me lo dices en serio o solo quieres que deje de llorar?- Ginny se echó a reír al escuchar esto, Hermione también lo hizo y limpió sus lágrimas.
- Porque es cierto. ¿Vamos a desayunar?- preguntó, Hermione asintió y la siguió hasta la sala común.
La sala común de Gryffindor, estaba despejada, no en su totalidad puesto que unos cuantos alumnos aparecían en un rincón, pero era notorio que se trataba de la hora del desayuno.
- Aún así, algo te sucede... lo veo en tus ojos. ¿Pasó algo que quieras decirme?- consultó Hermione antes de salir por la abertura cubierta por el cuadro de la señora gorda. No le contestó enseguida, ¡Dios ella se había percatado! Aún tenía ese beso repitiéndose en su memoria, no podía ser cierto pero tampoco una de sus fabulaciones.
Algo extraño había sucedido con ella la noche anterior, por un lado se sintió asqueada al haber traicionado a su familia de alguna manera; pero por el otro no podía arrepentirse, esa había sido una experiencia tan increíble que solo podía desear despertarse cada mañana para recordarla.¿Y ahora? ¿Las cosas entre ambos continuarían iguales o cambiarían en algo? Bueno, no esperaba realmente que él se hiciera cargo de lo sucedido, seguramente ya se habría olvidado, eso era lo más probable.
- ¿Gin? ¡Gin! ¿Qué pasa? Estás ensimismada en tus pensamientos. Tengo razón, ¿verdad? Algo te sucedió ayer, puedo sentirlo.
- ¿Qué? No Hermione, nada pasó... nada.- repitió con potencia, hasta convencer a su interlocutora.
-No me convences...- murmuró para sí, con ojos tristes. Ginny viró al creer oírle decir algo, pero para entonces solo se encontró con que Hermione se adelantaba a entrar al comedor.
Apresuró el paso para alcanzarla. Vio, en el lugar de siempre, sentados a Ron y Harry. Ambos hablaban probablemente de quidditch, o quién sabe que cosas más. Hermione tomó rápidamente su lugar frente a Ron, y se sirvió un poco de avena caliente enseguida. Por detrás llegó Ginny, aprovechando su suerte de encontrar un lugar vacío junto a Mione, lugar que tomó sin pensar.
- Hermione, ¿ya resolviste eso que te tenía tan rara y que debías resolver sin que yo metiera mis narices en ello?- preguntó con clara burla en su voz. Ginny sonrió disimuladamente al ver que Harry también lo hacía.
- Ajá.- asintió con sarcasmo en su voz. - Y ya vez, no fue necesario tenerte como mi conciencia cargando en mi hombro derecho para aconsejarme nada Ronnie.
- Wow, wow, ya paren ambos. - medió Harry.- Es muy temprano para que anden peleando.
- No pretendía hacerlo Harry, pero gracias.- contestó Hermione.
- Buenos días Ginny, así que ya apareciste. - interrumpió Ron, ignorando por completo a Hermione.
-Ah... sí.- dijo la pelirroja, bajando la mirada mientras se servía algo de desayunar.
No quería recordar el bochornoso día que había pasado, si a penas levantaba la mirada y ya podía darse cuenta de los ojos puestos sobre ella. No eran solo sus compañeros de casa, eran todos, que de seguro ya estaban enterados de como había faltado a todas sus clases porque estaba "deprimida" por su corazón roto o algo por el estilo. Habría quedado como una mocosa cursi seguramente... Ya podía sentir el rubor subiéndole por las mejillas.
- Buenos días Ginny.- musitó tímidamente Harry. La pelirroja levantó la vista.
- Buenos días, ¿cómo estás Harry?
- ¿Bien?- contestó desconcertado, al ver la familiaridad antirutinal con la que Ginny le hablaba. Apenas comenzaban a hacerse amigos, y con lo ocurrido él esperaba a una chica de dieciséis años muy enfadada o dolida que por lo visto no aparecía por ningún lado.
- ¿De qué hablaban antes de que Hermione y yo llegásemos?- preguntó con animosidad a su hermano mayor. Había cierta tensión en Hermione y Harry que ya no podía tolerar.
- Del partido de hoy.- admitió Ron, llevándose una cuchara a la boca.- Gryffindor vs...
- Slytherin, ya lo sé Ronnie. Todo el mundo lo sabe.
- Sí bueno, pero es que estás tan distraída últimamente que pensé que lo habías olvidado. Como sea...- se aclaró la garganta.- Le apostaba a Harry que el partido durará menos de cinco minutos antes de que él atrape la snitch.- comentó con aire arrogante, que Ginny desaprobó enseguida. Se sintió ofendida en su persona, de alguna manera, logrando ponerse a la defensiva de la situación.
- No cantes victoria Weasley, eso lo veremos.- Ron se atragantó con un pedazo de pastelillo y comenzó a toser sonoramente.
- ¿¿¿Qué dices???- bramó el pelirrojo, herido en su amor propio. Casi toda la mesa de Gryffindor se dio por enterado de la situación armada por Ron Weasley para variar. Incluso Harry (que había estado distraído, mirando en forma detallada a Hermione) tuvo excusa para reaccionar.
- Ginny...- comenzó Harry.
- Estás loca, ¿o es que estás de parte de esas asquerosas serpientes?, MI propia hermana.
- Ron, no hagas de esto un show.- pidió Hermione, algo menos abochornada que Ginny.
- Bueno, por supuesto que quiero que Gryffindor gane (aunque en su interior no estaba segura del todo), pero es que sonaste tan... despreciable y presuntuoso...- se defendió.
- Ginny tiene razón, hay que ver lo presumido que eres Ronald Weasley.
- ¡Cállate Hermione! esta vez TU no te metas.
- Ya no se peleen ¿sí?- medió Harry, cansado, una vez más.
-Pero es que los Slytherin si pueden tener la oportunidad de ganar... ¿verdad Harry?- quiso saber Ginny, por curiosidad. El chico de ojos verdes profundos entornó sus labios, pensativamente.
- A decir verdad, tienen un capitán muy malo, y sus tres nuevos cazadores son niños de segundo año a diferencia de nuestros tres cazadores que ya están todos en los últimos años... y Malfoy...
- Malfoy es lo de siempre- completó Ron en forma burlista. Todos pensaron que continuaría burlándose más, pero eso solo le bastó para expresar su idea.
Hubo un silencio total en ellos, cada uno comenzó a sacar sus propias conclusiones sobre el partido que se sostendría en no más que un par de horas. Inconscientemente Ginny levantó la mirada hacia la mesa Slytherin. Tal y como lo esperaba, él estaba ahí, con su aspecto impecable y descansado. Admirable, él se veía como siempre mientras que ella parecía un desparpajo total. Crabbe y Goyle, sentados a ambos lados de él cerca de Blaise Zabini. En esos momento, como sintiendo el peso de unos ojos soñadores de chica adolescente, Malfoy la buscó y halló enseguida. Las miradas se intercambiaron fueron incómodas al principio, pero poderosas al final.
Con tensión ella esperó su reacción: Draco Malfoy le mandó una secreta sonrisa ladina, de esas que ella encontraba irresistible, y volvió a su desayuno. Se había quedado de hielo, seguramente con cara de boba, porque Ron enseguida se lo hizo notar.
- ¿Te pasa algo? De pronto pusiste cara de tonta.
- ¿Como la que tu pones cuando esa chica de Hufflepuff aparece delante tuyo, Ronald?- preguntó Hermione. Ron se puso colorado hasta las orejas, quedando tan sorprendido que no atinó a dar una respuesta defensiva rápida. No fue hasta que Harry y Ginny se echaron a reír que lo hizo.
- Ya cállate Hermione.
- ¿Dónde estuviste todo el tiempo Ginny?- de la nada, habían visto aparecer a Luna Lovegood, con sus ojos grandes y azulados totalmente perdidos en una niebla de confusión, pero eso no fue lo más llamativo, sino el enorme sombrero con cabeza de león que se tragaba una serpiente.
- Ah... hola.- respondió la aludida.
- Ay no...- murmuró Hermione con expresión de derrota.
- Luna, así que desempolvaste el viejo amigo, eh?- dijo Harry, señalando el sombrero que ésta traía puesta.
- Pensé que lo había perdido...- murmuró Hermione, con vergüenza ajena, de modo que solo Ron y Ginny podían oírla.
- Oh, claro, eso fue lo que pensé, pero justamente cuando estaba dispuesto a hacerme de otro este apareció en el desván de mi casa el verano pasado... estaba esperando la oportunidad, sepan que apoyo totalmente al equipo de Gryffindor.- mientras parecía hablar a Harry, tenía la mirada del tipo soñadora clavada en Ron.
- Sí... claro. ¿Quieres sentarte Luna?- ofreció Ginny, la muchacha de larga y espesa cabellera rubia denegó el ofrecimiento enseguida.
- ¿Dónde estuviste anoche? Tienes rostro de no haber dormido bien, anoche te esperé en la puerta de tu sala común hasta casi la medianoche, y tu no volvías... tuve que volver a mi sala porque tenía sueño.- sus ojos se abrieron más aún, mirando a Ginny de forma penetrante, además había logrado que su hermano y amigos ahora la observaran así también.
- ¡Qué cosa es eso que volviste tarde a dormir Virginia!- se escandalizó su hermano mayor.
- Mejor nos vamos, ¿si?- dijo Ginny con incomodidad.
- No tienes exámen de pociones ahora, espero que hayas estudiado porque ayer no vi que tocaras ni un libroo..
- ¡¡QUE NO ESTUDIASTE PARA SNAPE!!- bramó el pelirrojo.
- ¡Ya me voy! Nos vemos más tarde, ¿sí?- se apresuró a decir la chica, antes de que su hermano mayor explotase. Tomó sus cosas y salió corriendo tomando a Luna por la muñeca hasta salir al pasillo.
- ¿Me vas a decir que hiciste anoche?- preguntó con aire aburrido Luna, mientras miraba el techo del castillo.- Quizás tenga que ver con el joven Malfoy, vi como lo miraste hace unos momentos... mi padre dice que él es tan gusano como su padre, y que Lucius Malfoy se merece más que Azkaban pero aún así el-que-no-debe..
- Luna, ya...- la detuvo Ginny.- Te voy a contar todo con lujos de detalles pero no ahora, ¿lo entiendes?
Luna no contestó nada. Ginny se despidió como era acostumbrado y corrió hasta las mazmorras, por cierto no era mentira que no había tocado ni un solo libro para el examen.
Generalmente pociones era una materia sencilla, Snape era el que la complicaba para los Gryffindors sin duda, pero por lo general, cuando uno le encontraba la vuelta era todo mucho más sencillo sin duda.
Mientras sentada en su banco, ya en las mazmorras, y esperaba que Snape entrara; repasaba mentalmente sus notas anteriores. Definitivamente no podía darse el lujo de desaprobar este exámen, estaba frita. Suspiró derrotada y cansada, los párpados le pesaban por no haber dormido correctamente y los hombros le dolían. ¿Podía haber algo peor ? Y mientras se entregaba a lo inevitable odiaba ver como sus compañeros (y otros de Slytherin que compartían clases con ellos) repasaban los ingredientes, pasos y demás...La puerta se azotó y Snape hizo su entrada. Sin siquiera dar el frío saludo acostumbrado, pasó directo a una gaveta ubicada al fondo del salón, que abrió y sacó de allí unos cuantos frascos con líquidos y raíces envueltas en tela. Los depositó en su escritorio e invitó (u ordenó mejor dicho) a que tomaran sus ingredientes, iban a hacer poción de la gloria, que según era el único dato que Ginny podía recordar de su libro, era una de las más complicadas.
Ya tenía sus cosas listas, ahora las miraba exasperadamente preguntándose qué debía hacer con ellas. Los demás se veían más seguros, aunque ligeramente asustados al menos ellos sabían lo que hacían. Y comenzó todo...Ahí estaba ella, parada tras su mesa, con el caldero y los ingredientes, y una expresión patética en el rostro.
Buscó las miradas de sus compañeras, ellas estaban muy lejos y demasiado concentradas como para hacerle caso. Y en medio de su desesperación, oyó un chistido a su derecha.
La llamada había venido de una muchacha de Slytherin ubicada a su derecha, pero a una distancia creada por el pasillo que cortaba por el medio ambas casas. Esta chica (la había visto antes) era de cabello castaño oscuro, y ojos del mismo color, era bonita, y al igual que Ginny diminutas pecas poblaban su nariz.
En principio no estaba muy segura de lo que esa Slytherin pretendía. Primero tomó las raíces azules (y le indicó que la imitara) y las picó en cuatro porciones del mismo tamaño. ¿Era real eso? ¿Un Slytherin ayudando a un Gryffindor? Bueno, no sonaba tan loco cuando recordaba que la noche anterior había ayudado a Malfoy...
Sin tiempo a desconfiar, la imitó en sus actos.
Todo iba bien, hasta que Snape se percató de lo que pasaba.
- ¡Señorita Weasley! - bramó, exaltando a varios alumnos, ella incluida. Con velocidad se desplazó de su escritorio hasta el fondo, donde estaba Ginny. - ¿Se puede saber qué es lo que hace? Intentaba copiar a la señorita Mannerly, ¿no es cierto?
- No, yo profesor...-atinó a decir en su defensa, antes de que Snape la tomara por el brazo.
- Ahora mismo- sacó su varita y trasladó todos sus ingredientes al escritorio de mayor tamaño.- Va a hacer esto en frente de todos, y a explicar cada paso de la poción.
- Pero profesor...- los intensos ojos oscuros de Snape la fulminaron en una miraba que se le antojaba mortal.- Andando.
Y ella lo hizo. Caminó lentamente y se ubicó tras su escritorio, mirando su poción hecha hasta menos de la mitad. Ahora además haría el ridículo: fantástico.
- Y bien, ¿qué espera? Hable fuerte y claro señorita Weasley.- era su imaginación, o él había pronunciado su apellido con cierta repulsión, no, definitivamente había oído bien. Apretó los puños con odio, por qué él tenía que odiarla tanto.- Yo... bueno...- tomó un frasquito de vidrio acaramelado, que contenía algo líquido. Lo abrió y estaba punto de verter dentro.
- Voy a...
- Va a lograr que todo esto explote si hace eso Weasley.- dijo Snape. Casi todos los Slytherin se echaron a reír sonoramente.
- Bien.- dejó el frasco. Y tomó a cambio un poco de polvillo gris acumulado en un pañuelo de color rojo.- ¿Esto?
- ¿Me está preguntando a mi?- se burló el profesor, más risas.
- No, no... digo que esto...- Snape no le dijo nada, así que se animó a verterlo todo. Grave error, de alguna forma se las había ingeniado para que su caldero se pusiera como un engrudo gomoso de color negro. Las risas fueron grotescas y más burlistas de lo que era tolerable.
- Weasley, no veo que haya nada de glorioso en ese grumo que ha creado.- dijo con desdén.
- Este... profesor, tuve unos problemas personales y le ruego que me de una segunda oportunidad... no pude estudiar.- uno de los Slytherin bufó con fuerza.
- Por supuesto que está desaprobada con la nota mínima, además 20 puntos menos para Gryffindor por haber deshecho uno de los materiales de trabajo. No tendrá una segunda oportunidad por haberse pasado llorando por sus decepciones amorosas... por ahora solo me basta con hacerla salir de mi clase. Ahora.- Y fue más que un placer, sin esperar que se lo ordenara por segunda vez Ginny salió del salón con más odio hacia Snape del que nunca había desarrollado.
Bochornoso, incluso él se había enterado de lo ocurrido.
- Ese viejo maldito.- murmuró entre dientes, y se apartó por uno de los pasillos que conducían hacia los externos del castillo. Al dar con la poca luz diurna, y el frío con el que se había topado al salir de la construcción, se amarró al cuello más fuerte la bufanda de Gryffindor.Había desalojado en un lugar ya conocido: la cancha de quidditch. Maldito instinto de dirección suyo. Caminó más, aún estaba vacía tal y como lo había esperado. Al regresar allí, unos recuerdos la asaltaron enseguida, ese inquietante beso y esa sonrisa que él le había dado esa misma mañana. ¿Qué significaba eso? Debían hablar, aclarar lo que sucedía, pensó en un principio que todo había sido una pequeña aventura que acabaría y ya. Pero por lo visto ella no lo pretendía así, y esperaba que él tampoco.
- No eres muy hábil en las predicciones.- oyó una voz a sus espaldas. Viró cautelosamente, reconociendo esa forma de hablar que arrastraba las palabras, esa voz. Era él, por si le cabía alguna duda ahí estaba, vestido con su ropa de quidditch, sus intensos ojos grises. Malfoy.
- ¿D-e de qué estás hablando?- malditos nervios. El sonrió juguetonamente.
- No está nevando como vez.- continuó, señalando el campo despejado. Era cierto, ahora que miraba a su alrededor no había ni un solo copo de nieve a la vista.
- Ah... ya nevará.- prometió, sosteniéndole la mirada con ojos trémulos.- Soy mala en adivinación, pero esto no es más que sentido común creo.- No le dijo nada, con cuidado él estudiaba su rostro...
- ¿Qué haces por aquí Virginia Weasley? Y lo más importante, ¿por qué estás tan molesta?- preguntó, tan casualmente que parecía ser que ellos eran los mejores amigos desde hace tiempo. Sin embargo se le antojo una forma casual que escondía intenciones secretas. Se acercó a ella, hasta quedar a unos pocos pasos.
- Yo... - suspiró fastidiada al recordar el incidente de pociones.- Es Snape, hoy tenía exámen durante la primera hora y no estudié... pensaba hacerlo anoche pero...- se sonrojó y bajó un poco la mirada. Su rostro inmutable no se veía afectado para nada.
- ¿Te reprobó?
- Eso, quitó puntos a mi casa y me obligó a salir de su clase.- contó con rabia.- ¡Ni siquiera quiso darme una segunda oportunidad!- reprochó indignada.
- ¿Severus?- comenzó a reírse, por un momento Ginny se sintió molesta, no encontraba nada divertido a su situación.- Por supuesto que no, eres una Gryffindor, qué esperabas.
En eso si que tenía razón, era una Gryffindor... que tonta había sido al intentar pedirle clemencia a ese sujeto tan desagradable y parcial.
En ese momento, cuando se veía envuelta en sus propios pensamientos, estaba tan distraída que no se había percatado de como él se acercó hasta ella, quedando ambos a poco diámetro de distancia. La pelirroja se tensó al sentirlo tan cercano, ¿pretendía besarla o algo así? No, solo levantó su mano y le tocó delicadamente la mejilla izquierda. Una extraña electricidad hizo que su cuerpo se tensara más aún.
- ¿Por qué eres así conmigo?- preguntó la chica, en un susurro apenas audible.
- ¿Así cómo?- le contestó usando también esa tonalidad.
- Más... amable. Antes solo me insultabas todo el tiempo, a mi y a mi familia... ¿es que has decidido cambiar tu forma de ser con los Gryffindor o algo así?- como si hubiese dicho algún chiste muy gracioso, él no pudo evitar reírse del comentario. Se sintió estúpida por unos momentos. La tomó por el rostro con más firmeza y la obligó a verlo a los ojos directamente.
- ¿Realmente crees que yo pueda cambiar con todos los Gryffindor?- la respuesta era clara, él era Draco Malfoy después de todo, no podía dejar a odiar a los que eran sus enemigos naturales. De pronto él bajó su vista a los labios de la chica.- Yo solo he decidido darte una oportunidad, algo me dice que vales la pena.
Agachó su cabeza para besarla, y por mucho que quisiera alejarse y salir huyendo no podía. Sus labios se detuvieron a milímetros de los suyos.
- ¿Por qué? - él frunció sus cejas, interrogante.- ¿Por qué has decidido cambiar conmigo?
- Porque...- se acercó más y unió sus labios con los de ella, en forma tan intensa que Ginny perdió el equilibrio. El la ayudó, tomándola por la cintura y ciñéndola a su propio cuerpo, al ver la poca resistencia ofrecida por ella, profundizó el beso, dando lo mejor de sí en él, no quería que la pelirroja lo olvidara así como así . Se separaron gradualmente, más por falta de oxígeno que por otra cosa. - ... porque me gusta como besas.
En el mismo momento de la confesión, él se separo con brusquedad, su trato era frío de nuevo. Estaba a punto de preguntarle la razón cuando dio con ella.
- ¡Malfoy aléjate de ella!- el aludido no se giró para verlo, pero Ginny sí, se sintió profundamente turbada al ver que era Harry. Se lo veía enfadado, muy enfadado. Solo deseaba saber cuánto había visto de lo que había pasado allí.
- ¿Potter por qué siempre apareces cuando nadie te llama y además haciéndote el héroe?
- ¿Ginny estás bien?- preguntó, sin hacer caso al muchacho rubio, Ginny asintió con alarma.
- Solo estaba hablando con ella Potter, no te hagas las ilusiones.
- Malfoy, no sé que pretendes con ella pero espero que sepas que Ginny no es solo la hermana menor de Ron, sino que también es como mi propia hermana, ¿me estás escuchando?- se acercó a él, y batió el puño en forma amenazante.- Y si le llegas a hacer algo...
- ¿Hacer algo? No creas que tengo tan mal gusto Potter, ya quisiera esa niña que le hiciera yo caso.- al decir esto no la miró, de momento era totalmente excluida en la escena. Malfoy se marchó con una helada sonrisa patentada de los Malfoy.
- ¿Estás bien? ¿No te hizo nada ese imbécil?- le preguntó Harry, claramente preocupado por ella.
-Es bueno saber que tengo un hermano más... - Harry le sonrió algo incómodo.- Gracias, pero ya soy lo suficientemente grande como para defenderme sola ¿no crees?
- Pero Ginny...
- Sí, tu intención será muy buena, pero no soporto que pienses que necesito a un guardaespaldas conmigo.
- Yo... lo siento Ginny. No quise que lo tomaras de esa forma.
- Harry, ya te agradecí por tu preocupación pero Malfoy no me estaba haciendo nada malo.
- Me voy Ginny, debo prepararme para el partido.- indicó, algo cortante. Se dio la vuelta para marcharse al armario de escobas de Gryffindor.
* * *
- ¿Ginny?- preguntó Hermione, sorprendida de verla ahí. La pelirroja asintió con una semi sonrisa, y le hizo lugar a su amiga. Por detrás de esta, venían Parvati y Lavender, que se ubicaron una grada más abajo que ellas.
- Te estuve buscando, una de tus compañeras me dijo que te habías salido de la clase de Snape, y luego Harry me dijo que aquí podía encontrarte. ¿Qué pasó?
- Reprobé, pero no se lo digas a mi hermano, ya sabes como es capaz de atormentarme. - pidió Ginny, echando una mirada por todo el campo que poco a poco se iba poblando. Ya podía ver a la profesora McGonagall dando las indicaciones a Fawcett Anna, una alumna de quinto de Hufflepuff quién nuevamente sería la comentarista este año, y quien según parecía era una gran admiradora de Fred, George y Lee. Y al parecer de Ginny, ella no lo hacía nada mal, había ocasionado más de un dolor de cabeza a Filch con las bombas fétidas que lanzaba por ahí, sin contarotras numerosas bromas que la rubia pajiza de frenos en los dientes hacía.
- ¿Me lo dices a mi? Tuve que soportar eso de cerca por más de un año.
- ¿Extrañas ser su novia? Aún no puedo creer que hayan terminado, hacían una linda pareja. ¿Ya te lo he dicho no?
Hermione asintió sonriente.
- Pero no lo extraño, solo me alegra que ambos hayamos recuperado nuestra valiosa amistad, que ahora es más estrecha que nunca. Pero desde luego creo que así fue mejor.
- Ya estoy aquí.- anunció Luna, al momento que tomaba asiento junto a Hermione. Ella por lo visto no se había quitado el sombrero... Hermione hizo una mueca se resignación y saludó amistosamente a Luna.
- Mira, ya va a comenzar el partido.- así fue, que en apenas los pocos segundos de distracción que había tenido, la cancha estaba abarrotada de alumnos. Enormes pancartas alentando a los jugadores, se oía claramente los gritos de apoyo para ambos equipos (daba la impresión de que Gryffindor era más alentado, no solo por ellos mismos sino por Ravenclaw y Hufflepuff quienes los preferían totalmente antes que a Slytherin).
Los jugadores comenzaron a salir, Gryffindor primero, el más llamativo sin duda fue Ron que con su altura y cabellera roja era imposible de no ver.
A él le siguieron los demás jugadores, Miriam Wallace una niña de tercero que era golpeadora, saltaba de la emoción. El último fue su capitán, Harry Potter, que en opinión de Ginny se veía algo distraído.
Luego siguieron los Slytherin, algunos abuchearon cuando los llamativos Crabbe y Goyle salieron a la cancha (sobre todo Dean y Seamus que, desde una gradas mayores a la de las chicas, gritaban como locos), pero particularmente ella esperaba a alguien en especial. Con su cabello rubio brillante, y su túnica verde era otro que al igual que su hermano todos volteaban a ver.
- Mira, ahí sale Malfoy.- dijo Hermione con algo de desdén.
- Sí, ya lo vi.- admitió Ginny, preocupada porque había sonado muy entusiasmada y llamado la atención de Hermione. Luna sin embargo parecía que iba a quedarse dormida en cualquier momento, no esperó que ella lo notara.
Madam Hooch sonó su silbato de plata y las escobas se elevaron.
- Y la quaffle es de Slytherin, el pequeño Ryan Mozzello de segundo año se ve muy entusiasmado... aprovecha enano porque cuando los cazadores te atrapen...
- ¡FAWCETT!
- Oh, disculpe profesora McGonagall. Como iba diciendo, ¡ahí está! Byron Fraser
de Gryffindor ha logrado quitarle la pelota con gran facilidad y ... ¡SI! PUNTO PARA GRYFFINDOR!!! Invítame a salir algún día Fraser!!Oleada de urras le siguieron a la primera anotación, Ginny y Hermione se echaron a saltar de la excitación. Después de todo Harry tenía algo de razón, los cazadores de Slytherin eran muy jóvenes.
- Ey Weasley!! De seguro estás aburrido en la portería, al parecer toda la acción se desarrolla del lado contrario.- dijo Anna.
Levantando la vista, Ginny buscó señal de Harry y lo halló hacia el extremo contrario con Draco, pendiente de sus movimientos. Aún no veían nada.
- ¡OTRO TANTO PARA GRYFFINDOR!- gritó Fawcett, sorprendiendo a la pelirroja.
El partido continuó así, bastante parcial para Gryffindor, que iba ganando sobre todo por las anotaciones de los cazadores. Fawcett ya le había puesto varios nombres a los mismos como "la barrera Gryffindor" o "los escuderos valientes" y otros más ridículos que hicieron sonrojar a varios.
- AJÁ!!! POTTER HA VISTO LA SNITCH, Y ESE SLYTHERIN VA TRAS EL!!!- quizás, ya aburridos de ver el espectáculo de goles en la portería slytherin, todos había focalizado su atención en los buscadores de ambos equipos. Comenzaron una carrera, todo Gryffindor cantaba victoria, nunca Harry había perdido un partido. Pero entonces algo extraño sucedió, Malfoy quedó parejo con él y en el momento decisivo ambos estiraron su brazo.
Alguno la agarró, y perdieron el equilibrio ambos cayeron.
- Se terminó el partido, pero... maldición no veo quien atrapó la snitch!!!- masculló la comentarista poniéndose de pie y tomando el micrófono.
- ¡FAWCETT TE HE DICHO QUE NO MALDIGAS!
- Disculpe profesora.
Expectantes, todos esperaron que se pusieran de pie. El primero en pararse fue Harry, su mirada estupefacta y ensombrecida solo podía significar una cosa.
- Él... él la tiene.- murmuró Ginny, asombrada. Y así fue, Malfoy se paró y encontró la pelota dorada en su mano.
Los Slytherins comenzaron a gritar eufóricos, por la sorpresa, incluso el mismo buscador no parecía caer en cuenta.
- Slytherin atrapa la Snitch... eso da un total de... ¡UN MOMENTO! Eso nos deja el gran total de Slytherin 150 y Gryffindor 160!!!¡¡AUN ASÍ GRYFFINDOR GANA!!! Todos vitorearon bastante complacidos, aunque sorprendidos aún. Hermione le hizo notar el estado de Harry, no se veía nada bien. Por otro lado Draco había desaparecido de momento a otro. Se sentía feliz, era un total triunfo para ella. Gryffindor había ganado (después de todo era lo que finalmente sí anhelaba) y por otro Draco había atrapado la snitch. Una rebosante sonrisa surcó su rostro con ferocidad.
Cuando comenzó a despejarse del gentío, Hermione le había pedido de favor que la acompañara primero a esperar que Ron y Harry se cambiaran en los vestidores.
Luna también les siguió, visiblemente entusiasmada cuando Hermione mencionó las palabras "Ron" y "Vestidores".
No tenía muchas ganas de ello, pero aún así la acompañó.
Al salir ambos, notó enseguida que su júbilo no era compartido. Los dos se veían decepcionados, amargados y pronto descubriría que también irritables.
- Estuviste muy bien .- dijo Luna , al verlos salir. Claramente dirigiéndose al pelirrojo Weasley. Ron bufó sonoramente sin dirigirle la palabra.
- Oye, Luna trata de ser amable- recriminó Ginny.
- Lo siento Luna..- se disculpó Ron, realmente sin sentirlo mucho. - ¡Es que no puedo creerlo! ¡No puedo! - gritó Ron desquiciado.
De camino a la sala común fue solo eso. Ron sin duda no era el más enojado, pero sí el que más se empeñaba en mostrar su descontento a nivel público. Caminó todo el trayecto maldiciendo a todo los Slytherin, a Draco Malfoy, a su madre, a su escoba, y de paso a los fabricantes de la misma. Todo hasta que Hermione no pudo más.
- ¡Ya basta! Es lo menos que te mereces por presuntuoso.
- ¿Entonces tu sí estás feliz porque el imbécil de Malfoy atrapó la snitch?- gritó Ron.
- ¡Cómo crees! No me gusta ver que Harry se sienta mal y mucho menos a Malfoy pavoneándose por tan poca cosa como de seguro hará.
- Ginny.- oyó una vocecita.
- Ah... ¡Colin! ¿Cómo estás?- a decir verdad se veía extraño, cabizbajo y cortante con casi todo el mundo. No se atrevió mirar a Harry, ni mucho menos a los demás.
- El profesor Snape quiere verte en la sala de pociones ahora mismo, yo en tu lugar me apresuraría.
- ¿A mi? ¿Snape quiere verme? ¡Que extraño! Bueno, mejor me voy. Nos vemos.- se despidió, antes de salir corriendo por el pasillo que llevaba hacia las mazmorras.
- Colin, ¿no sabes para qué la llama?- quiso saber Hermione, una vez acabada su pelea con Ron. El muchachito la ignoró completamente y se dirigió con rumbo a la sala común, dejando a Mione con las palabras en la boca.
- ¿Y a ese qué le sucede?- preguntó Ron.
- Creo que está enojado conmigo...- inquirió Hermione, muy extrañada.
* * *
- ¿Usted me lo está diciendo en serio?- preguntó, con la garganta seca de la impresión. Snape asintió con cierta rabia contenida.
- No es lo normal pero creo poder hacer esta excepción.- Dios mío!! Sus palabras era sacadas a la fuerza por un ente desconocido, no solo no era lo normal, era inaudito, desopilante, extraño y hasta atemorizantes. ¡Iba a ser la primera alumna de Gryffindor que tuviera la oportunidad de repetir un exámen de Snape!
¡No solo de Gryffindor!¡De todo el colegio!
- Pero... ¿por...
- Tengo entendido que influyó de alguna manera la notable mejora en el juego de Slytherin, y si es eso cierto...
- Bueno, algo así. Fue por eso que me desvelé.- ¿Snape se refería a Draco? ¿Acaso él había intercedido a su favor! Memo personal: debía acordarse de darle un caluroso agradecimiento a su mediador.
- Siendo ese el caso está bien, el miércoles que viene en la última hora. Puede irse.- extrañada y flotando aún, caminó hacia la puerta.- Solo una cosa, sepa que esta es la única vez que hago esto por usted ¿me explico?- ante un rostro tan temible y amenazante no podía hacer mucho, solo doblegarse a aceptar lo que proponía en forma sumisa.
- Sí profesor y no se lo diré a nadie.
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Nota de autora: okis, ¿salió bien? Espero que sí, temo que escribir escenas románticas me cuesta mucho, espero que no sean muy densas ni nada....Dedico este capitulo a Marianita.
Alguien, muy poco considerado por cierto, había abierto de par en par la ventana de la habitación, provocando que la luz diurna fluyera libremente por la el cuarto. Ni siquiera ella, con todo el cansancio que tenía, pudo ignorarla y continuar durmiendo. Sus ojos se abrieron pesadamente, estaba más que exhausta. ¿A qué hora había dignado a dormir? No lo recordaba con claridad, había vuelto a su cuarto más allá de la media noche y todavía allí había permanecido pensando por quién sabe cuantas horas más.
Se levantó, con todo el cabello desordenado, el uniforme arrugado con el tiempo más que justo. Ginny pegó un salto, y salió de la cama como pudo. Sus compañeras no la habían despertado, algo bastante frustrante, y ya no había nadie más en la habitación de las chicas de sexto de Gryffindor.
Apresurada, entró al baño y se miró en el espejo, estaba muy desprolija como para bajar así nada más. Con la ayuda de un peine (que reconoció como propiedad de una de sus compañeras) buscó acomodar su cabello, lo peinó en una trenza un poco desprolija y se lavó bien la cara y los dientes.
Algo espabilada ya, salió del cuarto con tanta prisa que no pudo evitar el colapso directo con otro cuerpo. El golpe fue tan duro que calló sentada en el frío piso de piedra.
- Aug... eso me dolió.- resopló por lo bajo.
- Pues entonces no deberías salir corriendo así Ginny, a ver, déjame que te ayude.- le estiró la mano. Reconoció perfectamente esa voz, sus ojos vislumbraron a una chica de cabello rizado y castaño, un año mayor que ella.
- Hermione, gracias.- tomó la mano ofrecida y se puso de pie.
- ¿Por qué tan apurada Gin? - preguntó, frunciendo el entrecejo con aparente interés.
- Estem... ¿qué hora es? Pensé que llegaba tarde.- confesó algo avergonzada.
- Harry y Ron acaban de bajar a desayunar y yo he venido a buscar un libro que me dejé en mi cuarto y necesito para encantamientos. No estás tan tarde.- sonrió, se notaba que su trato para con la pelirroja era cuidado, y algo antinatural, programado.- Uhmm... Ginny, desde ayer que quería hablar contigo y no te encontraba.
- ¿Conmigo?- preguntó, estaba tan mareada que casi había olvidado ese pequeño detalle de que había escapado de Hermione casi todo el día.
- Sí, contigo... ¿Ginny estás bien?
- ¿Bien? Yo...- meditó teniendo en cuenta los últimos sucesos. Finalmente sus labios se entornaron en una sonrisa.- Claro, lo estaré.
- Dios Ginny me siento mucho mejor ahora.- exhaló con alivio.- Sabes, entre Harry y yo...
- No importa Hermione, yo no soy quien para participar en lo que Harry y tu hagan - contestó con franqueza. La morena se encontró anonadada, seguramente no habría incluido en sus planes tener que enfrentar esta nueva situación.
- ¿En verdad? No tienes que fingir conmigo Ginny porque yo...- insistió, mostrándose aún bastante incrédula.
- No, no Mione.- la tomó por los hombros y la mayor dejó de hablar.- No estoy fingiendo, todo está bien.- le aseguró con una tranquila sonrisa en el rostro.
- ¿Segura? Porque entre él y yo no hay nada, puedo jurarlo, solo fue un beso y... bueno... el resto lo inventó Lavender que nos vio... Ginny yo no quería herirte porque sabía bien lo que Harry significaba para ti. Te lo juro.- sus ojos comenzaron a aguarse.- Soy una mala amiga...
- ¡No! No lo eres, Mione, ya basta. No toleraré que digas sandeces, te dije que no había más problemas. No me importa si Harry y tu son novios o lo que sea.
- ¿Me lo dices en serio o solo quieres que deje de llorar?- Ginny se echó a reír al escuchar esto, Hermione también lo hizo y limpió sus lágrimas.
- Porque es cierto. ¿Vamos a desayunar?- preguntó, Hermione asintió y la siguió hasta la sala común.
La sala común de Gryffindor, estaba despejada, no en su totalidad puesto que unos cuantos alumnos aparecían en un rincón, pero era notorio que se trataba de la hora del desayuno.
- Aún así, algo te sucede... lo veo en tus ojos. ¿Pasó algo que quieras decirme?- consultó Hermione antes de salir por la abertura cubierta por el cuadro de la señora gorda. No le contestó enseguida, ¡Dios ella se había percatado! Aún tenía ese beso repitiéndose en su memoria, no podía ser cierto pero tampoco una de sus fabulaciones.
Algo extraño había sucedido con ella la noche anterior, por un lado se sintió asqueada al haber traicionado a su familia de alguna manera; pero por el otro no podía arrepentirse, esa había sido una experiencia tan increíble que solo podía desear despertarse cada mañana para recordarla.¿Y ahora? ¿Las cosas entre ambos continuarían iguales o cambiarían en algo? Bueno, no esperaba realmente que él se hiciera cargo de lo sucedido, seguramente ya se habría olvidado, eso era lo más probable.
- ¿Gin? ¡Gin! ¿Qué pasa? Estás ensimismada en tus pensamientos. Tengo razón, ¿verdad? Algo te sucedió ayer, puedo sentirlo.
- ¿Qué? No Hermione, nada pasó... nada.- repitió con potencia, hasta convencer a su interlocutora.
-No me convences...- murmuró para sí, con ojos tristes. Ginny viró al creer oírle decir algo, pero para entonces solo se encontró con que Hermione se adelantaba a entrar al comedor.
Apresuró el paso para alcanzarla. Vio, en el lugar de siempre, sentados a Ron y Harry. Ambos hablaban probablemente de quidditch, o quién sabe que cosas más. Hermione tomó rápidamente su lugar frente a Ron, y se sirvió un poco de avena caliente enseguida. Por detrás llegó Ginny, aprovechando su suerte de encontrar un lugar vacío junto a Mione, lugar que tomó sin pensar.
- Hermione, ¿ya resolviste eso que te tenía tan rara y que debías resolver sin que yo metiera mis narices en ello?- preguntó con clara burla en su voz. Ginny sonrió disimuladamente al ver que Harry también lo hacía.
- Ajá.- asintió con sarcasmo en su voz. - Y ya vez, no fue necesario tenerte como mi conciencia cargando en mi hombro derecho para aconsejarme nada Ronnie.
- Wow, wow, ya paren ambos. - medió Harry.- Es muy temprano para que anden peleando.
- No pretendía hacerlo Harry, pero gracias.- contestó Hermione.
- Buenos días Ginny, así que ya apareciste. - interrumpió Ron, ignorando por completo a Hermione.
-Ah... sí.- dijo la pelirroja, bajando la mirada mientras se servía algo de desayunar.
No quería recordar el bochornoso día que había pasado, si a penas levantaba la mirada y ya podía darse cuenta de los ojos puestos sobre ella. No eran solo sus compañeros de casa, eran todos, que de seguro ya estaban enterados de como había faltado a todas sus clases porque estaba "deprimida" por su corazón roto o algo por el estilo. Habría quedado como una mocosa cursi seguramente... Ya podía sentir el rubor subiéndole por las mejillas.
- Buenos días Ginny.- musitó tímidamente Harry. La pelirroja levantó la vista.
- Buenos días, ¿cómo estás Harry?
- ¿Bien?- contestó desconcertado, al ver la familiaridad antirutinal con la que Ginny le hablaba. Apenas comenzaban a hacerse amigos, y con lo ocurrido él esperaba a una chica de dieciséis años muy enfadada o dolida que por lo visto no aparecía por ningún lado.
- ¿De qué hablaban antes de que Hermione y yo llegásemos?- preguntó con animosidad a su hermano mayor. Había cierta tensión en Hermione y Harry que ya no podía tolerar.
- Del partido de hoy.- admitió Ron, llevándose una cuchara a la boca.- Gryffindor vs...
- Slytherin, ya lo sé Ronnie. Todo el mundo lo sabe.
- Sí bueno, pero es que estás tan distraída últimamente que pensé que lo habías olvidado. Como sea...- se aclaró la garganta.- Le apostaba a Harry que el partido durará menos de cinco minutos antes de que él atrape la snitch.- comentó con aire arrogante, que Ginny desaprobó enseguida. Se sintió ofendida en su persona, de alguna manera, logrando ponerse a la defensiva de la situación.
- No cantes victoria Weasley, eso lo veremos.- Ron se atragantó con un pedazo de pastelillo y comenzó a toser sonoramente.
- ¿¿¿Qué dices???- bramó el pelirrojo, herido en su amor propio. Casi toda la mesa de Gryffindor se dio por enterado de la situación armada por Ron Weasley para variar. Incluso Harry (que había estado distraído, mirando en forma detallada a Hermione) tuvo excusa para reaccionar.
- Ginny...- comenzó Harry.
- Estás loca, ¿o es que estás de parte de esas asquerosas serpientes?, MI propia hermana.
- Ron, no hagas de esto un show.- pidió Hermione, algo menos abochornada que Ginny.
- Bueno, por supuesto que quiero que Gryffindor gane (aunque en su interior no estaba segura del todo), pero es que sonaste tan... despreciable y presuntuoso...- se defendió.
- Ginny tiene razón, hay que ver lo presumido que eres Ronald Weasley.
- ¡Cállate Hermione! esta vez TU no te metas.
- Ya no se peleen ¿sí?- medió Harry, cansado, una vez más.
-Pero es que los Slytherin si pueden tener la oportunidad de ganar... ¿verdad Harry?- quiso saber Ginny, por curiosidad. El chico de ojos verdes profundos entornó sus labios, pensativamente.
- A decir verdad, tienen un capitán muy malo, y sus tres nuevos cazadores son niños de segundo año a diferencia de nuestros tres cazadores que ya están todos en los últimos años... y Malfoy...
- Malfoy es lo de siempre- completó Ron en forma burlista. Todos pensaron que continuaría burlándose más, pero eso solo le bastó para expresar su idea.
Hubo un silencio total en ellos, cada uno comenzó a sacar sus propias conclusiones sobre el partido que se sostendría en no más que un par de horas. Inconscientemente Ginny levantó la mirada hacia la mesa Slytherin. Tal y como lo esperaba, él estaba ahí, con su aspecto impecable y descansado. Admirable, él se veía como siempre mientras que ella parecía un desparpajo total. Crabbe y Goyle, sentados a ambos lados de él cerca de Blaise Zabini. En esos momento, como sintiendo el peso de unos ojos soñadores de chica adolescente, Malfoy la buscó y halló enseguida. Las miradas se intercambiaron fueron incómodas al principio, pero poderosas al final.
Con tensión ella esperó su reacción: Draco Malfoy le mandó una secreta sonrisa ladina, de esas que ella encontraba irresistible, y volvió a su desayuno. Se había quedado de hielo, seguramente con cara de boba, porque Ron enseguida se lo hizo notar.
- ¿Te pasa algo? De pronto pusiste cara de tonta.
- ¿Como la que tu pones cuando esa chica de Hufflepuff aparece delante tuyo, Ronald?- preguntó Hermione. Ron se puso colorado hasta las orejas, quedando tan sorprendido que no atinó a dar una respuesta defensiva rápida. No fue hasta que Harry y Ginny se echaron a reír que lo hizo.
- Ya cállate Hermione.
- ¿Dónde estuviste todo el tiempo Ginny?- de la nada, habían visto aparecer a Luna Lovegood, con sus ojos grandes y azulados totalmente perdidos en una niebla de confusión, pero eso no fue lo más llamativo, sino el enorme sombrero con cabeza de león que se tragaba una serpiente.
- Ah... hola.- respondió la aludida.
- Ay no...- murmuró Hermione con expresión de derrota.
- Luna, así que desempolvaste el viejo amigo, eh?- dijo Harry, señalando el sombrero que ésta traía puesta.
- Pensé que lo había perdido...- murmuró Hermione, con vergüenza ajena, de modo que solo Ron y Ginny podían oírla.
- Oh, claro, eso fue lo que pensé, pero justamente cuando estaba dispuesto a hacerme de otro este apareció en el desván de mi casa el verano pasado... estaba esperando la oportunidad, sepan que apoyo totalmente al equipo de Gryffindor.- mientras parecía hablar a Harry, tenía la mirada del tipo soñadora clavada en Ron.
- Sí... claro. ¿Quieres sentarte Luna?- ofreció Ginny, la muchacha de larga y espesa cabellera rubia denegó el ofrecimiento enseguida.
- ¿Dónde estuviste anoche? Tienes rostro de no haber dormido bien, anoche te esperé en la puerta de tu sala común hasta casi la medianoche, y tu no volvías... tuve que volver a mi sala porque tenía sueño.- sus ojos se abrieron más aún, mirando a Ginny de forma penetrante, además había logrado que su hermano y amigos ahora la observaran así también.
- ¡Qué cosa es eso que volviste tarde a dormir Virginia!- se escandalizó su hermano mayor.
- Mejor nos vamos, ¿si?- dijo Ginny con incomodidad.
- No tienes exámen de pociones ahora, espero que hayas estudiado porque ayer no vi que tocaras ni un libroo..
- ¡¡QUE NO ESTUDIASTE PARA SNAPE!!- bramó el pelirrojo.
- ¡Ya me voy! Nos vemos más tarde, ¿sí?- se apresuró a decir la chica, antes de que su hermano mayor explotase. Tomó sus cosas y salió corriendo tomando a Luna por la muñeca hasta salir al pasillo.
- ¿Me vas a decir que hiciste anoche?- preguntó con aire aburrido Luna, mientras miraba el techo del castillo.- Quizás tenga que ver con el joven Malfoy, vi como lo miraste hace unos momentos... mi padre dice que él es tan gusano como su padre, y que Lucius Malfoy se merece más que Azkaban pero aún así el-que-no-debe..
- Luna, ya...- la detuvo Ginny.- Te voy a contar todo con lujos de detalles pero no ahora, ¿lo entiendes?
Luna no contestó nada. Ginny se despidió como era acostumbrado y corrió hasta las mazmorras, por cierto no era mentira que no había tocado ni un solo libro para el examen.
Generalmente pociones era una materia sencilla, Snape era el que la complicaba para los Gryffindors sin duda, pero por lo general, cuando uno le encontraba la vuelta era todo mucho más sencillo sin duda.
Mientras sentada en su banco, ya en las mazmorras, y esperaba que Snape entrara; repasaba mentalmente sus notas anteriores. Definitivamente no podía darse el lujo de desaprobar este exámen, estaba frita. Suspiró derrotada y cansada, los párpados le pesaban por no haber dormido correctamente y los hombros le dolían. ¿Podía haber algo peor ? Y mientras se entregaba a lo inevitable odiaba ver como sus compañeros (y otros de Slytherin que compartían clases con ellos) repasaban los ingredientes, pasos y demás...La puerta se azotó y Snape hizo su entrada. Sin siquiera dar el frío saludo acostumbrado, pasó directo a una gaveta ubicada al fondo del salón, que abrió y sacó de allí unos cuantos frascos con líquidos y raíces envueltas en tela. Los depositó en su escritorio e invitó (u ordenó mejor dicho) a que tomaran sus ingredientes, iban a hacer poción de la gloria, que según era el único dato que Ginny podía recordar de su libro, era una de las más complicadas.
Ya tenía sus cosas listas, ahora las miraba exasperadamente preguntándose qué debía hacer con ellas. Los demás se veían más seguros, aunque ligeramente asustados al menos ellos sabían lo que hacían. Y comenzó todo...Ahí estaba ella, parada tras su mesa, con el caldero y los ingredientes, y una expresión patética en el rostro.
Buscó las miradas de sus compañeras, ellas estaban muy lejos y demasiado concentradas como para hacerle caso. Y en medio de su desesperación, oyó un chistido a su derecha.
La llamada había venido de una muchacha de Slytherin ubicada a su derecha, pero a una distancia creada por el pasillo que cortaba por el medio ambas casas. Esta chica (la había visto antes) era de cabello castaño oscuro, y ojos del mismo color, era bonita, y al igual que Ginny diminutas pecas poblaban su nariz.
En principio no estaba muy segura de lo que esa Slytherin pretendía. Primero tomó las raíces azules (y le indicó que la imitara) y las picó en cuatro porciones del mismo tamaño. ¿Era real eso? ¿Un Slytherin ayudando a un Gryffindor? Bueno, no sonaba tan loco cuando recordaba que la noche anterior había ayudado a Malfoy...
Sin tiempo a desconfiar, la imitó en sus actos.
Todo iba bien, hasta que Snape se percató de lo que pasaba.
- ¡Señorita Weasley! - bramó, exaltando a varios alumnos, ella incluida. Con velocidad se desplazó de su escritorio hasta el fondo, donde estaba Ginny. - ¿Se puede saber qué es lo que hace? Intentaba copiar a la señorita Mannerly, ¿no es cierto?
- No, yo profesor...-atinó a decir en su defensa, antes de que Snape la tomara por el brazo.
- Ahora mismo- sacó su varita y trasladó todos sus ingredientes al escritorio de mayor tamaño.- Va a hacer esto en frente de todos, y a explicar cada paso de la poción.
- Pero profesor...- los intensos ojos oscuros de Snape la fulminaron en una miraba que se le antojaba mortal.- Andando.
Y ella lo hizo. Caminó lentamente y se ubicó tras su escritorio, mirando su poción hecha hasta menos de la mitad. Ahora además haría el ridículo: fantástico.
- Y bien, ¿qué espera? Hable fuerte y claro señorita Weasley.- era su imaginación, o él había pronunciado su apellido con cierta repulsión, no, definitivamente había oído bien. Apretó los puños con odio, por qué él tenía que odiarla tanto.- Yo... bueno...- tomó un frasquito de vidrio acaramelado, que contenía algo líquido. Lo abrió y estaba punto de verter dentro.
- Voy a...
- Va a lograr que todo esto explote si hace eso Weasley.- dijo Snape. Casi todos los Slytherin se echaron a reír sonoramente.
- Bien.- dejó el frasco. Y tomó a cambio un poco de polvillo gris acumulado en un pañuelo de color rojo.- ¿Esto?
- ¿Me está preguntando a mi?- se burló el profesor, más risas.
- No, no... digo que esto...- Snape no le dijo nada, así que se animó a verterlo todo. Grave error, de alguna forma se las había ingeniado para que su caldero se pusiera como un engrudo gomoso de color negro. Las risas fueron grotescas y más burlistas de lo que era tolerable.
- Weasley, no veo que haya nada de glorioso en ese grumo que ha creado.- dijo con desdén.
- Este... profesor, tuve unos problemas personales y le ruego que me de una segunda oportunidad... no pude estudiar.- uno de los Slytherin bufó con fuerza.
- Por supuesto que está desaprobada con la nota mínima, además 20 puntos menos para Gryffindor por haber deshecho uno de los materiales de trabajo. No tendrá una segunda oportunidad por haberse pasado llorando por sus decepciones amorosas... por ahora solo me basta con hacerla salir de mi clase. Ahora.- Y fue más que un placer, sin esperar que se lo ordenara por segunda vez Ginny salió del salón con más odio hacia Snape del que nunca había desarrollado.
Bochornoso, incluso él se había enterado de lo ocurrido.
- Ese viejo maldito.- murmuró entre dientes, y se apartó por uno de los pasillos que conducían hacia los externos del castillo. Al dar con la poca luz diurna, y el frío con el que se había topado al salir de la construcción, se amarró al cuello más fuerte la bufanda de Gryffindor.Había desalojado en un lugar ya conocido: la cancha de quidditch. Maldito instinto de dirección suyo. Caminó más, aún estaba vacía tal y como lo había esperado. Al regresar allí, unos recuerdos la asaltaron enseguida, ese inquietante beso y esa sonrisa que él le había dado esa misma mañana. ¿Qué significaba eso? Debían hablar, aclarar lo que sucedía, pensó en un principio que todo había sido una pequeña aventura que acabaría y ya. Pero por lo visto ella no lo pretendía así, y esperaba que él tampoco.
- No eres muy hábil en las predicciones.- oyó una voz a sus espaldas. Viró cautelosamente, reconociendo esa forma de hablar que arrastraba las palabras, esa voz. Era él, por si le cabía alguna duda ahí estaba, vestido con su ropa de quidditch, sus intensos ojos grises. Malfoy.
- ¿D-e de qué estás hablando?- malditos nervios. El sonrió juguetonamente.
- No está nevando como vez.- continuó, señalando el campo despejado. Era cierto, ahora que miraba a su alrededor no había ni un solo copo de nieve a la vista.
- Ah... ya nevará.- prometió, sosteniéndole la mirada con ojos trémulos.- Soy mala en adivinación, pero esto no es más que sentido común creo.- No le dijo nada, con cuidado él estudiaba su rostro...
- ¿Qué haces por aquí Virginia Weasley? Y lo más importante, ¿por qué estás tan molesta?- preguntó, tan casualmente que parecía ser que ellos eran los mejores amigos desde hace tiempo. Sin embargo se le antojo una forma casual que escondía intenciones secretas. Se acercó a ella, hasta quedar a unos pocos pasos.
- Yo... - suspiró fastidiada al recordar el incidente de pociones.- Es Snape, hoy tenía exámen durante la primera hora y no estudié... pensaba hacerlo anoche pero...- se sonrojó y bajó un poco la mirada. Su rostro inmutable no se veía afectado para nada.
- ¿Te reprobó?
- Eso, quitó puntos a mi casa y me obligó a salir de su clase.- contó con rabia.- ¡Ni siquiera quiso darme una segunda oportunidad!- reprochó indignada.
- ¿Severus?- comenzó a reírse, por un momento Ginny se sintió molesta, no encontraba nada divertido a su situación.- Por supuesto que no, eres una Gryffindor, qué esperabas.
En eso si que tenía razón, era una Gryffindor... que tonta había sido al intentar pedirle clemencia a ese sujeto tan desagradable y parcial.
En ese momento, cuando se veía envuelta en sus propios pensamientos, estaba tan distraída que no se había percatado de como él se acercó hasta ella, quedando ambos a poco diámetro de distancia. La pelirroja se tensó al sentirlo tan cercano, ¿pretendía besarla o algo así? No, solo levantó su mano y le tocó delicadamente la mejilla izquierda. Una extraña electricidad hizo que su cuerpo se tensara más aún.
- ¿Por qué eres así conmigo?- preguntó la chica, en un susurro apenas audible.
- ¿Así cómo?- le contestó usando también esa tonalidad.
- Más... amable. Antes solo me insultabas todo el tiempo, a mi y a mi familia... ¿es que has decidido cambiar tu forma de ser con los Gryffindor o algo así?- como si hubiese dicho algún chiste muy gracioso, él no pudo evitar reírse del comentario. Se sintió estúpida por unos momentos. La tomó por el rostro con más firmeza y la obligó a verlo a los ojos directamente.
- ¿Realmente crees que yo pueda cambiar con todos los Gryffindor?- la respuesta era clara, él era Draco Malfoy después de todo, no podía dejar a odiar a los que eran sus enemigos naturales. De pronto él bajó su vista a los labios de la chica.- Yo solo he decidido darte una oportunidad, algo me dice que vales la pena.
Agachó su cabeza para besarla, y por mucho que quisiera alejarse y salir huyendo no podía. Sus labios se detuvieron a milímetros de los suyos.
- ¿Por qué? - él frunció sus cejas, interrogante.- ¿Por qué has decidido cambiar conmigo?
- Porque...- se acercó más y unió sus labios con los de ella, en forma tan intensa que Ginny perdió el equilibrio. El la ayudó, tomándola por la cintura y ciñéndola a su propio cuerpo, al ver la poca resistencia ofrecida por ella, profundizó el beso, dando lo mejor de sí en él, no quería que la pelirroja lo olvidara así como así . Se separaron gradualmente, más por falta de oxígeno que por otra cosa. - ... porque me gusta como besas.
En el mismo momento de la confesión, él se separo con brusquedad, su trato era frío de nuevo. Estaba a punto de preguntarle la razón cuando dio con ella.
- ¡Malfoy aléjate de ella!- el aludido no se giró para verlo, pero Ginny sí, se sintió profundamente turbada al ver que era Harry. Se lo veía enfadado, muy enfadado. Solo deseaba saber cuánto había visto de lo que había pasado allí.
- ¿Potter por qué siempre apareces cuando nadie te llama y además haciéndote el héroe?
- ¿Ginny estás bien?- preguntó, sin hacer caso al muchacho rubio, Ginny asintió con alarma.
- Solo estaba hablando con ella Potter, no te hagas las ilusiones.
- Malfoy, no sé que pretendes con ella pero espero que sepas que Ginny no es solo la hermana menor de Ron, sino que también es como mi propia hermana, ¿me estás escuchando?- se acercó a él, y batió el puño en forma amenazante.- Y si le llegas a hacer algo...
- ¿Hacer algo? No creas que tengo tan mal gusto Potter, ya quisiera esa niña que le hiciera yo caso.- al decir esto no la miró, de momento era totalmente excluida en la escena. Malfoy se marchó con una helada sonrisa patentada de los Malfoy.
- ¿Estás bien? ¿No te hizo nada ese imbécil?- le preguntó Harry, claramente preocupado por ella.
-Es bueno saber que tengo un hermano más... - Harry le sonrió algo incómodo.- Gracias, pero ya soy lo suficientemente grande como para defenderme sola ¿no crees?
- Pero Ginny...
- Sí, tu intención será muy buena, pero no soporto que pienses que necesito a un guardaespaldas conmigo.
- Yo... lo siento Ginny. No quise que lo tomaras de esa forma.
- Harry, ya te agradecí por tu preocupación pero Malfoy no me estaba haciendo nada malo.
- Me voy Ginny, debo prepararme para el partido.- indicó, algo cortante. Se dio la vuelta para marcharse al armario de escobas de Gryffindor.
* * *
- ¿Ginny?- preguntó Hermione, sorprendida de verla ahí. La pelirroja asintió con una semi sonrisa, y le hizo lugar a su amiga. Por detrás de esta, venían Parvati y Lavender, que se ubicaron una grada más abajo que ellas.
- Te estuve buscando, una de tus compañeras me dijo que te habías salido de la clase de Snape, y luego Harry me dijo que aquí podía encontrarte. ¿Qué pasó?
- Reprobé, pero no se lo digas a mi hermano, ya sabes como es capaz de atormentarme. - pidió Ginny, echando una mirada por todo el campo que poco a poco se iba poblando. Ya podía ver a la profesora McGonagall dando las indicaciones a Fawcett Anna, una alumna de quinto de Hufflepuff quién nuevamente sería la comentarista este año, y quien según parecía era una gran admiradora de Fred, George y Lee. Y al parecer de Ginny, ella no lo hacía nada mal, había ocasionado más de un dolor de cabeza a Filch con las bombas fétidas que lanzaba por ahí, sin contarotras numerosas bromas que la rubia pajiza de frenos en los dientes hacía.
- ¿Me lo dices a mi? Tuve que soportar eso de cerca por más de un año.
- ¿Extrañas ser su novia? Aún no puedo creer que hayan terminado, hacían una linda pareja. ¿Ya te lo he dicho no?
Hermione asintió sonriente.
- Pero no lo extraño, solo me alegra que ambos hayamos recuperado nuestra valiosa amistad, que ahora es más estrecha que nunca. Pero desde luego creo que así fue mejor.
- Ya estoy aquí.- anunció Luna, al momento que tomaba asiento junto a Hermione. Ella por lo visto no se había quitado el sombrero... Hermione hizo una mueca se resignación y saludó amistosamente a Luna.
- Mira, ya va a comenzar el partido.- así fue, que en apenas los pocos segundos de distracción que había tenido, la cancha estaba abarrotada de alumnos. Enormes pancartas alentando a los jugadores, se oía claramente los gritos de apoyo para ambos equipos (daba la impresión de que Gryffindor era más alentado, no solo por ellos mismos sino por Ravenclaw y Hufflepuff quienes los preferían totalmente antes que a Slytherin).
Los jugadores comenzaron a salir, Gryffindor primero, el más llamativo sin duda fue Ron que con su altura y cabellera roja era imposible de no ver.
A él le siguieron los demás jugadores, Miriam Wallace una niña de tercero que era golpeadora, saltaba de la emoción. El último fue su capitán, Harry Potter, que en opinión de Ginny se veía algo distraído.
Luego siguieron los Slytherin, algunos abuchearon cuando los llamativos Crabbe y Goyle salieron a la cancha (sobre todo Dean y Seamus que, desde una gradas mayores a la de las chicas, gritaban como locos), pero particularmente ella esperaba a alguien en especial. Con su cabello rubio brillante, y su túnica verde era otro que al igual que su hermano todos volteaban a ver.
- Mira, ahí sale Malfoy.- dijo Hermione con algo de desdén.
- Sí, ya lo vi.- admitió Ginny, preocupada porque había sonado muy entusiasmada y llamado la atención de Hermione. Luna sin embargo parecía que iba a quedarse dormida en cualquier momento, no esperó que ella lo notara.
Madam Hooch sonó su silbato de plata y las escobas se elevaron.
- Y la quaffle es de Slytherin, el pequeño Ryan Mozzello de segundo año se ve muy entusiasmado... aprovecha enano porque cuando los cazadores te atrapen...
- ¡FAWCETT!
- Oh, disculpe profesora McGonagall. Como iba diciendo, ¡ahí está! Byron Fraser
de Gryffindor ha logrado quitarle la pelota con gran facilidad y ... ¡SI! PUNTO PARA GRYFFINDOR!!! Invítame a salir algún día Fraser!!Oleada de urras le siguieron a la primera anotación, Ginny y Hermione se echaron a saltar de la excitación. Después de todo Harry tenía algo de razón, los cazadores de Slytherin eran muy jóvenes.
- Ey Weasley!! De seguro estás aburrido en la portería, al parecer toda la acción se desarrolla del lado contrario.- dijo Anna.
Levantando la vista, Ginny buscó señal de Harry y lo halló hacia el extremo contrario con Draco, pendiente de sus movimientos. Aún no veían nada.
- ¡OTRO TANTO PARA GRYFFINDOR!- gritó Fawcett, sorprendiendo a la pelirroja.
El partido continuó así, bastante parcial para Gryffindor, que iba ganando sobre todo por las anotaciones de los cazadores. Fawcett ya le había puesto varios nombres a los mismos como "la barrera Gryffindor" o "los escuderos valientes" y otros más ridículos que hicieron sonrojar a varios.
- AJÁ!!! POTTER HA VISTO LA SNITCH, Y ESE SLYTHERIN VA TRAS EL!!!- quizás, ya aburridos de ver el espectáculo de goles en la portería slytherin, todos había focalizado su atención en los buscadores de ambos equipos. Comenzaron una carrera, todo Gryffindor cantaba victoria, nunca Harry había perdido un partido. Pero entonces algo extraño sucedió, Malfoy quedó parejo con él y en el momento decisivo ambos estiraron su brazo.
Alguno la agarró, y perdieron el equilibrio ambos cayeron.
- Se terminó el partido, pero... maldición no veo quien atrapó la snitch!!!- masculló la comentarista poniéndose de pie y tomando el micrófono.
- ¡FAWCETT TE HE DICHO QUE NO MALDIGAS!
- Disculpe profesora.
Expectantes, todos esperaron que se pusieran de pie. El primero en pararse fue Harry, su mirada estupefacta y ensombrecida solo podía significar una cosa.
- Él... él la tiene.- murmuró Ginny, asombrada. Y así fue, Malfoy se paró y encontró la pelota dorada en su mano.
Los Slytherins comenzaron a gritar eufóricos, por la sorpresa, incluso el mismo buscador no parecía caer en cuenta.
- Slytherin atrapa la Snitch... eso da un total de... ¡UN MOMENTO! Eso nos deja el gran total de Slytherin 150 y Gryffindor 160!!!¡¡AUN ASÍ GRYFFINDOR GANA!!! Todos vitorearon bastante complacidos, aunque sorprendidos aún. Hermione le hizo notar el estado de Harry, no se veía nada bien. Por otro lado Draco había desaparecido de momento a otro. Se sentía feliz, era un total triunfo para ella. Gryffindor había ganado (después de todo era lo que finalmente sí anhelaba) y por otro Draco había atrapado la snitch. Una rebosante sonrisa surcó su rostro con ferocidad.
Cuando comenzó a despejarse del gentío, Hermione le había pedido de favor que la acompañara primero a esperar que Ron y Harry se cambiaran en los vestidores.
Luna también les siguió, visiblemente entusiasmada cuando Hermione mencionó las palabras "Ron" y "Vestidores".
No tenía muchas ganas de ello, pero aún así la acompañó.
Al salir ambos, notó enseguida que su júbilo no era compartido. Los dos se veían decepcionados, amargados y pronto descubriría que también irritables.
- Estuviste muy bien .- dijo Luna , al verlos salir. Claramente dirigiéndose al pelirrojo Weasley. Ron bufó sonoramente sin dirigirle la palabra.
- Oye, Luna trata de ser amable- recriminó Ginny.
- Lo siento Luna..- se disculpó Ron, realmente sin sentirlo mucho. - ¡Es que no puedo creerlo! ¡No puedo! - gritó Ron desquiciado.
De camino a la sala común fue solo eso. Ron sin duda no era el más enojado, pero sí el que más se empeñaba en mostrar su descontento a nivel público. Caminó todo el trayecto maldiciendo a todo los Slytherin, a Draco Malfoy, a su madre, a su escoba, y de paso a los fabricantes de la misma. Todo hasta que Hermione no pudo más.
- ¡Ya basta! Es lo menos que te mereces por presuntuoso.
- ¿Entonces tu sí estás feliz porque el imbécil de Malfoy atrapó la snitch?- gritó Ron.
- ¡Cómo crees! No me gusta ver que Harry se sienta mal y mucho menos a Malfoy pavoneándose por tan poca cosa como de seguro hará.
- Ginny.- oyó una vocecita.
- Ah... ¡Colin! ¿Cómo estás?- a decir verdad se veía extraño, cabizbajo y cortante con casi todo el mundo. No se atrevió mirar a Harry, ni mucho menos a los demás.
- El profesor Snape quiere verte en la sala de pociones ahora mismo, yo en tu lugar me apresuraría.
- ¿A mi? ¿Snape quiere verme? ¡Que extraño! Bueno, mejor me voy. Nos vemos.- se despidió, antes de salir corriendo por el pasillo que llevaba hacia las mazmorras.
- Colin, ¿no sabes para qué la llama?- quiso saber Hermione, una vez acabada su pelea con Ron. El muchachito la ignoró completamente y se dirigió con rumbo a la sala común, dejando a Mione con las palabras en la boca.
- ¿Y a ese qué le sucede?- preguntó Ron.
- Creo que está enojado conmigo...- inquirió Hermione, muy extrañada.
* * *
- ¿Usted me lo está diciendo en serio?- preguntó, con la garganta seca de la impresión. Snape asintió con cierta rabia contenida.
- No es lo normal pero creo poder hacer esta excepción.- Dios mío!! Sus palabras era sacadas a la fuerza por un ente desconocido, no solo no era lo normal, era inaudito, desopilante, extraño y hasta atemorizantes. ¡Iba a ser la primera alumna de Gryffindor que tuviera la oportunidad de repetir un exámen de Snape!
¡No solo de Gryffindor!¡De todo el colegio!
- Pero... ¿por...
- Tengo entendido que influyó de alguna manera la notable mejora en el juego de Slytherin, y si es eso cierto...
- Bueno, algo así. Fue por eso que me desvelé.- ¿Snape se refería a Draco? ¿Acaso él había intercedido a su favor! Memo personal: debía acordarse de darle un caluroso agradecimiento a su mediador.
- Siendo ese el caso está bien, el miércoles que viene en la última hora. Puede irse.- extrañada y flotando aún, caminó hacia la puerta.- Solo una cosa, sepa que esta es la única vez que hago esto por usted ¿me explico?- ante un rostro tan temible y amenazante no podía hacer mucho, solo doblegarse a aceptar lo que proponía en forma sumisa.
- Sí profesor y no se lo diré a nadie.
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Nota de autora: okis, ¿salió bien? Espero que sí, temo que escribir escenas románticas me cuesta mucho, espero que no sean muy densas ni nada....Dedico este capitulo a Marianita.
