***************Aquellos que se preocupan por mi*****************

-Y recordad, ¡Donaz vuestra sangre!, ¡¡Salvad una vida!!

-¡¡COOOOOORTEN!!

La mueca, que cinco horas atrás había sido una amplia sonrisa en la cara de Shindou, se borró en ese mismo instante para dejar el paso total al agotamiento.

-¿Hemos terminado ya Hiro?

-Ah, eh... esto, creo que no... - Nakano se dejó caer en una silla, alrededor de los chicos revoloteaban más de una veintena de personas, ajetreadas, sudorosas y ante todo con el humor característico de aquel que trabaja demasiado sin verse ni mínimamente recompensado por ello. Todos ellos trataban de resolver sus supuestos problemas a grito pelao.

-¿Queréis refrescos nanoda?- Ryuichi les tiró una lata de Pepsi a cada uno, recibiendo una mirada de profunda y eterna gratitud de ambos.

Thoma, con su habitual sonrisa mansa en los labios, se acercó a los jóvenes sorteando el tumulto, esquivando casi milagrosamente, los cafés que un operario casi le vuelca encima.

-Bueno, podéis ir recogiendo vuestras cosas. Las otras bandas ya están casi terminando. Ahora al hospital. Roguemos para terminar antes de la hora de la cena...¿Dónde esta Suguro?

Los componentes presentes de Bad Luck se miraron con una sonrisa cómplice.

-Esta en el baño. Decía que no se encontraba bien -Nakano lanzó una rápida mirada hacia donde se encontraba el pasillo de los lavabos- Creo que esta campaña para fomentar la donación de sangre no le esta haciendo mucha gracia. Debe de tenerle miedo a la agujas.

Thoma suspiró a modo de asentimiento, ensanchando su sonrisa a continuación. Acababa de recordar que su sobrino, no es que tuviese miedo a las agujas, sino auténtico pánico. Si por él fuera, podría morirse con terribles dolores agónicos, antes de que nadie tratase siquiera de acercarse con una aguja a cualquier parte de su cuerpo.

- A mi tampoco me gustan las agujas no da, pero es algo que hay que hacer. ¡Voy a comprar chocolatinas y nos vamos!. Le diré a K que vaya sacando la furgoneta.

Nakano se puso de pie dejado la lata vacía justo donde había estado sentado. Shuichi lanzó un último vistazo a los otros cantantes que pululaban por el plató de grabación, y pese a sentirse afortunado de encontrarse entre las figuras destacables que se utilizarían para la campaña de "concienciemos al medio, dona hasta que te quedes medio seco, salva una vida (no tiene por que ser la tuya)", un escalofrió le recorrió la espalda. Nunca había donado sangre... y la verdad, tampoco le hacían mucha gracia las agujas.

***********

En el hospital, Hiro ya se encontraba fuera de la sala de ematologia. Estaba sentado en una de las sillas, presionando fuertemente una gasa en el lugar de donde le habían extraído la sangre, con un bocadillo que supuestamente era de jamón en el regazo, preparado por alguien y que por la pinta no pensaba ni probar.

-La verdad es que tenemos mala suerte. Fujisaki se nos desploma delante de la enfermera, antes siquiera de que lo toque, y lo han tenido que ingresar. A ti te pierden los análisis del otro día y vuelta a repetir, para que estén seguros que eres apto para donar. Y para finalizar, a mi casi me deja sin brazo la mala mula esa de enfermera- suspiró apesadumbrado- Tengo hambre...

- ¿Y el bocadillo ese?- Shuichi de pie a su lado, cogió el susodicho alimento mirándolo con fijeza. Llevó sus observaciones más allá y se atrevió incluso a desenvolverlo. Tras un rápido olfateo, hecho que lamentó al instante, arrugó la nariz faltándole tiempo para hacer canasta en un papelera que tenia justo enfrente.

Iré a comprar a la cafetería, es tarde pero todavía estará abierta, ¿Qué te apetece Hiro?

-Algo comestible, lo que sea- pidió con una sonrisa. El cantante sonrió y se marchó al trote. Compró dulces y unos bocadillos, topándose al regreso con una enfermera próxima a la auto lapidación, de la cantidad de carpetas y expedientes que llevaba encima.

-Ah!, joven. Acompáñeme que ya tenemos los resultados de sus análisis por favor.

Shuichi siguió a la mujer vestida de blanco inmaculado por unos pasillos de la estructura interna del hospital dedicados exclusivamente para el desplazamiento del personal sanitario.

Siéntese. -le acomodó en una silla. Dejó el pilón de papeles que tenia sobre la mesa cogiendo la primera de todas aquellas carpetillas- Ehmm... Señor Shindou Shuitho si no me he equivocado...

-No, Shuichi. Shindou Shuichi.

La enfermera rebuscó más entre sus papeles.

-Si, aquí esta. Señor Shindou Shuichi

El joven se ruborizó minimamente ante la palabra señor, pues se le antojaba extraña al asociarla a su persona, pero afirmó con convicción.

Bien, esta usted sano y lozano como una lechuga - la expresión aturdió al cantante- así que ponga el brazo que en un momento podrá marcharse a su casa. Esto no lleva mucho tiempo.

La enfermera comenzó a sacar cables y agujas con toda la desenvoltura del mundo, bajo la mirada acongojada de Shuichi, que empezaba temerosamente a subirse las mangas de la sudadera.

K llegó a recogerles. En la zona de espera de la planta, tan sólo encontró Hiro con la mirada perdida hacia cualquiera de los tubos fluorescentes.

No necesito preguntar si él ya había terminado, algunas partes del brazo del guitarrista comenzaban a adquirir tintes amoratados. El manager rió entre dientes.

-¿Qué?, ¿Mañana repetimos?

Hiroshi le sonrió de forma cansada.

¿Shuichi?

-Se fue a la cafetería. Pero todavía estamos esperando el resultado de los análisis, dijeron que no tardaban más de 45 minutos, así que no creo que falte mucho.

-Tengo a Suguro en la furgoneta. Lo deje allí a cargo de Ryuichi y Noriko, así que será mejor que vuelva rápido antes de que entre los dos lo maten o lo atraganten a chocolate. Os espero allí.

Fue marcharse el manager de Bad Luck y aparecer su cantante bebiendo un zumo de naranja, con la tez un poco pálida, pero una sonrisa amigable.

-Ne Hiro! cuando quieras nos vamos.

Sacó un bocadillo de su mochila y se lo lanzó. Nakano lo miró sorprendido.

-¿Ya te sacaron sangre?

-Err ... si, ¿Nos vamos?

Caminaron rápido por los pasillos y cuando salieron al exterior la bocanada de aire fresco les dio la bienvenida.

-Mira!, ¡ahí esta K!- señaló Shindou con entusiasmo al ver como, tras poner la furgoneta en marcha, Ryuchi trataba de salir por la ventana para hacerle señales con el brazo. Noriko estaba teniendo serios problemas para, con sus limitadas fuerzas, agarrar al hiperactivo Samuka, y que este no se cayese o más bien tirase, por la pequeña ventana de cristal.

El manager abrió una de las puertas.

-Wait please!, ¿pedisteis los justificantes?. Sino Thoma se nos echara encima. Recordad que debe presentarlos en la sociedad de autores

-Si claro que lo tengo- Hiro sacó un papel plegado de uno de los bolsillos de su pantalón vaquero- eehh ¿Shuichi y el tuyo?

El joven rebuscaba frenético por todos sus bolsillos

-Se me debió de olvidar cogerlo- se llevó una mano detrás de la cabeza y se rascó distraídamente- voy ahora a por él.

Se volvió con energía, corriendo escaleras arriba del centro hospitalario, pero cuando apenas había subido un par de peldaños, las rodillas le fallaron e hizo amago de caerse al suelo, Hiroshi suspiró poniéndole una mano en el hombro.

-Déjalo ya voy yo, estas mareado. Entra en el coche.

Shuichi podría haber protestado, pero ya tenia a Ryuichi tirando de su brazo para que entrara y se sentara a su lado, ofreciéndole todo tipo de chocolate. Con un montón de cosas que contarle entre ellas como le habían sacado sangre a él y posteriormente a Kumagoro. Bonachón, lucia la marca minúscula casi imperceptible de su brazo, como si aquello fuera el acto culmínate del valor.

Nakano regreso a la planta inicial y paró al primero que pasó por allí, personal de otras plantas que no podían ofrecerle ayuda, por fin encontró a un estudiante en practicas que se ofreció en ayudarle con el papeleo. Le llevó hasta la sala donde había estado el cantante y se puso a buscar los papeles que le pedía el pelirrojo. La mesa estaba cubierta de carpetas a medio colocar e informes. El chico busco y al fin encontró un expediente entre ellos con el apellido solicitado.

-Me dijo Shindo Shui-

-Si, ese mismo -cortó apremiante el guitarrista- necesitaba el justificante de haber estado hoy donando su sangre.

-Pero no es posible -comento el chico con voz apesadumbrada y confusa leyendo con detenimiento el documento de sus manos- el Señor Shindo no ha donado sangre, no puede hacerlo.

Hiro se sintió perdido

-¿Cómo?, ¿Por qué?

-Porque tiene un cáncer muy desarrollado en sangre. Me temo que su amigo está gravemente enfermo, es imposible que pueda donar sangre.

-¿QUÉ?

-Su amigo se esta muriendo. Los análisis indican que no le quedan más de tres meses de vida, como comprenderá no es un donante apto.

Nakano salió dando tumbos del hospital. Miraba sin ver. El estudiante en practicas le había jurado y perjurado que el informe era correcto, y que ese era el resultado de las pruebas y lamentablemente no había lugar para dudas o equivocaciones.

Ahora tan sólo una frase retumbaba en su mente "No le quedan más de tres meses de vida. Su amigo se muere". La frase cobró un significado más punzante al ver Shuichi riéndose a carcajadas con toda la boca llena de chocolate, al igual que su antiguo ídolo en la parte trasera de la furgoneta. Hiroshi sintió que los ojos se le anegaban de lágrimas. El cantante era alguien tan joven, tan vital, irradiaba energía por doquier... A pesar de que en realidad estaba terriblemente enfermo, y en escasos tres meses perdería a su mejor amigo, aquel que era casi tanto o más que su propio hermano al que apenas veía cuatro veces al año. Y Shuichi no le había dicho nada.

Se sintió perdido. Mantuvo a duras penas la compostura. Tragándose sus lagrimas, esbozó una temblorosa sonrisa al llegar a la furgoneta y empezar a meter codazos para que le hiciesen sitio en aquella lata de sardinas.

Ryuichi reía, K reía, Fujisaki habría reído de encontrarse mejor a pesar de todo los acompañaba con una sonrisa. Noriko trataba de disfrazar su risa con un falso enojo de madre sobre protectora que además ya nadie necesitaba, y Shuichi... Shuichi era el que más reía, con su sonrisa clara y contagiosa.

Hiroshi lo estuvo observando en silencio el resto del camino.

*****************************

La impotencia era el peor de los estados posibles. Aquella mañana los ensayos fueron bastante deprimentes. Fujisaki no estaba todavía recuperado del susto, por lo que no hubo reprimendas por parte del teclita cuando el cantante volvió a llegar tarde como venia siendo por costumbre. Incluso Nakano parecía no controlar bien su guitarra y los estaba dejando a todos sordos con las demasiado frecuentes estridencias, que le salían de las cuerdas cada vez que se le iban los dedos.

Shakano lloraba solitariamente en un rincón.

K terminó dándoles un par de horas de descanso para que despejaran las ideas e intentar salvar parte de la mañana, pero lo cierto es que no consiguió gran cosa. Terminó dejándoles marchar antes de tiempo y Hiroshi se ofreció a llevar a su amigo hasta su casa.

Fueron hasta el aparcamiento y el pelirrojo le tendió un casco al cantante.

-¿Qué vas a hacer ahora Shuichi?

-Mnn no sé, podría intentar convencer a Yuki para que fuésemos a comer juntos fuera ya que todavía es pronto. Pero no estoy seguro de que sea una buena idea sacar el tema, esta en uno de "esos días" y por eso esta muy irritable, con todos esos cambios de humor..., ya sabes a lo que me refiero.

Nakano alzó una ceja dentro del casco a la par que ponía en marcha la moto. Shindo se aferró fuertemente a su cintura en el momento en que arrancaron, dejando una estela de olor a goma quemada tras ellos. Había poco trafico y no tardaron demasiado en llegar a la casa del escritor. Hiroshi todavía seguía dándole vueltas a las palabras de su amigo.

-La verdad es que no tengo muy claro lo que has querido decirme con "uno de esos días" Shuu

Shuichi se quitó el casco y saltó de la moto con una sonrisa

- Es que a Yuki se le acaba el plazo de entrega de la ultima novela dentro de ...err... ocho días creo, y siempre la semana anterior esta muy susceptible. Además la editora no deja de llamarle. El otro día casi arranca el teléfono de la pared y bueno... apenas esta saliendo de casa para nada, incluso me esta mandando ir a mi a que le compre el tabaco. Creo que no quiere encontrarse con nadie.

Guardaba silencio. El pelirrojo tan sólo escuchaba a su amigo hablar de su situación y de alguna manera inconsciente, recordó lo que tanto se estaba obligando a ignorar. Se preguntó si su amigo le habría dicho algo al rubio escritor en lo referente a su enfermedad: seguramente no.

Yo creo que la vida que lleva no es sana, he intentado que se de cuenta de ello, pero lo único que consigo es que se enfade conmigo, la verdad es que ya no sé que-

-Shu?

-Um, ¿qué?

-¿Se lo has dicho a Yuki?

-¿El qué?

Hiroshi miró sus expresivos ojos de ese color tan especial que él poseía y al ver desconcierto, inocencia, se reprimió. Si su amigo no quería confesarle su estado, sus razones tendría, no seria él quien le presionase para que lo hiciese.

- Que pasado mañana Thoma nos dio el día libre. -su expresión se tornó pícara- ¿Ya tienes algún plan Shuichi?

-Eh... no- ante la clara alusión el cantante tan sólo pudo ruborizarse- pero seguramente Yuki no quiera hacer nada que no sea dejarse los ojos en el maldito pc- el joven pareció molesto, pero se limitó a suspirar- supongo que dormiré mucho, desayunare tarde, y con algo de suerte, me haga un poco de caso para la hora de la cena. Quizá cuando termine la novela podamos hacer más cosas juntos...

Ahora la expresión picara se trasladó a la cara del vocalista de Bad Luck, que comenzó a darle a Hiroshi pequeños codazos en el costado con aire cómplice.

-¿Y tu qué?, ¿Qué tal con "Ayaka-chan"?, ¿Vas a salir con ella pasado mañana? ¿A donde la vas a llevar eh pillín? Todo el día para vosotros dos solitos... incluso puede que parte de la noche...

Hiroshi se ruborizó comenzando a reír de forma nerviosa

-Jeje, si bueno puede... ¡¡¿PERO TÚ EN QUE ESTAS PENSANDO?!!

-Jaja en nada, en nada- Shuichi rió nuevamente con fuerza al ver el pudor en el rostro de su amigo y es que aunque el hablase por los cuatro costados, Nakano era muy reservado a la hora de hablar de sus asuntos personales.- Venga Hiro, gracias por traerme. Nos vemos mañana.

El guitarrista le despidió con una sonrisa y tras volverse a colocar el casco, lanzó una ultima mirada apesadumbrada hacia el balcón perteneciente a la residencia del rubio que, curiosamente se encontraba allí mirándole con fijeza. Le mantuvo la mirada unos segundos tras los cuales hizo un gesto con la cabeza y arrancando la moto se fue.

*********************

-¡¡Tadaima Yukiiiiii!!

Los zapatos volaron por el recibidor y el cantante ya estaba a la puerta del estudio del rubio mirando una silla vacía y un pc apagado.

¿Yuki?

Volvió al salón y se encontró al escritor saliendo de la terraza con un cigarrillo casi consumido entre sus dedos.

-Ah! Yuki, ¡Ya estoy en casa!

-Eso ya puedo verlo

-Eh, si... je- corrió a abrazarlo por la cintura. El rubio con el cantante todavía agarrado, recogió un cenicero y apago el cigarrillo.

-¿Cómo estas hoy tan pronto en casa?

-¡Suerte!, ¿Podemos comer justos algo fuera?

El novelista pareció meditarlo un poco pasando mecánicamente sus brazos alrededor de la espalda del chico.

-Bueno, tengo que dejar descansar el portátil que se estaba sobrecalentando... pero sólo a comer todavía tengo mucho trabajo. Además esta vez elijo yo. Nada de volver al tugurio ese que me llevaste el último día. No había comido peor en mi vida.

Shuichi fue presa de un arrebato de excitación. Apretó su abrazo sobre la cintura del rubio diciéndose que realmente si tenia mucha suerte, y al soltarle, corrió a ponerse nuevamente los zapatos en el recibidor, no fuera a soplar el viento para otro lado, el hermano mayor de los Uesugi fuera a cambiar de opinión.

*************

-Y esta es la nueva letra de la canción, ¿qué te parece Hiro?

-Que si la canción estuviera escrita es una hoja de papel, en vez de en un cacho de mantel lleno de manchas de chorizo con una letra que es prácticamente ilegible, estaría mucho mejor.

-Es que no he tenido tiempo de pasarla a limpio

-Si ya, claro

-Eh, bueno pues me voy, que todavía tengo que pasar por el supermercado a comprar unas cosas. Si no esta noche puedo morirme de hambre.

Hiro se quedó repasando unas notas musicales. También Fujisaki permanecía en el estudio retocando notas en las partituras de su teclado.

-La verdad es que no sé como Shindo puede vivir tan tranquilo. Llega tarde, escurre el bulto en cuanto puede, muchos días apenas avanzamos. Se lo toma todo con una calma...

Nakano sonrió sin dejar de tocar la guitarra. Cambio un par de acordes y ajustó las cuerdas.

-... es como, es como...- Suguro se detuvo en sus notas, cruzándose de brazos sobre el teclado- ...es como si no le importase el mañana, vive tan sólo el hoy, como si el futuro no fuera a tocarle y necesitara exprimir al máximo cada día... eh, ¿por qué me miras así?, ¿he dicho algo malo Nakano?

Hiroshi había dejado de tocar y le contemplaba con cara de absoluta desolación.

-Eh, no nada. -Nakano se desembarazó de la guitarra y salió a sentarse en una de las sillas de pasillo fuera del estudio de grabación. Se retiró el pelo de la cara, hundiendo el rostro entre las manos.

- ¿Te ocurre algo nano da?

Hiro dejo caer una de sus manos lo suficiente para abrir un ojo y encontrarse el conejito de peluche rosa de Sakuma frente a el moviéndose enérgicamente.

Puedes contárselo a Kumagoro no da!

-No puedo contarle nada a un peluche rosa -cortó tajantemente Hiro dejando a un lado la condescendencia y volviendo a hundir el rostro entre sus manos. La sonrisa en la cara de Sakuma desapareció y se sentó en una silla a su lado, guardando a Kumagoro dentro de su cazadora.

-¿Qué ocurre?

-... Voy a tomar algo por ahí. ¿Vienes?.

**************

Shuichi salía tranquilamente del supermercado con un par de bolsas de papel llenas de chucherias y apenas cosas que pudieran considerarse parte del grupo de alimentación sana.

-Hoy cenaremos ramen!!

***************

En un mutismo auto impuesto, reverente, apoyados en la barra de madera de un bar de estilo occidental ambos jóvenes permanecían en silencio.

Sakuma miraba con expresión vacía el vaso que tenia frente a él. Hiró no estaba muy convencido de haber obrado correctamente, pero necesitaba hablarlo con alguien. Se sentía ahogado, sin saber que hacer, y sin poder pedir opinión a otra persona. Sakuma no le pareció la más adecuada, pero estaba cerca y era alguien querido para Shuichi, por lo que había terminado cediendo.

-... Soy su mejor amigo, ¿Qué se supone que debo hacer?, ¡¿Seguir como si no supiese nada y hacerme el sorprendido el día que a él le pase algo?! ¡¡Joder Shuichi!!

Hiroshi golpeó la barra con el fondo del vaso haciendo que varias miradas sorprendidas se volviesen hacia él. Sakuma rebuscó en su cazadora sacando a Kumagoro, posándolo a su lado en la barra llamando al barman

-Otra ronda para los tres.

- Creo que las cosas le van bien con Yuki, pero seguro que tampoco le ha dicho nada. Él es siempre tan, tan... ¡¡Exasperante con estas cosas!!. Seguro que lo hace para no preocuparnos... -

Nakano cruzo los brazos sobre la barra y enterró la cabeza en ellos. Normalmente solía tener las ideas claras pero esta situación le sobre pasaba.

-Yo creo que Shuichi hace lo que él cree correcto. Déjale que haga lo que quiera, es su vida... - Sakuma se tomo de un sólo trago todo el contenido del vaso- si lo sabes, tan sólo aprovecha para estar más tiempo con él.

El pelirrojo miró la sonrisa distraída que el cantante le dedicaba al baso vacío.

-¿No crees nanoda?

*************

Ring Ring..... ring ring......

El sonido constante del teléfono le taladró el oído hasta que le arrancó de los brazos de Morfeo. Shindo parpadeó un par de veces en la cama cegado por la claridad que se filtraba por la ventana, terminando por enterrar la cabeza debajo de la almohada.

-¡¡Que es mi día libre!!... quiero dormir!

El teléfono se detuvo unos segundos para volver a sonar a continuación. Shuichi se arrastró fuera de la cama restregándose los ojos y mirando la hora sorprendido, pues era casi incluso más pronto, que los días que el se levantaba habitualmente para ir a trabajar.

-Desgraciado -murmuró por lo bajo al pasar junto al teléfono sin descolgarlo.

Preparó un par de cafés solubles posándolos en la mesa de la cocina rectangular, junto a unas galletas y cereales, todo ello acompañado por la melodiosa sinfonía del teléfono inalámbrico, que no cesaba de sonar.

Shindo llegó hasta el estudio donde el rubio parecía ser uno con el ordenador, escribiendo rápidamente oraciones largas y complejas que salían inmediatamente en la pantalla del portátil.

-Umm Yuki, ¿cogemos el teléfono?

Sonido de teclas, ninguna respuesta por parte del escritor. El teléfono de fondo.

-¿Yuki?

-Arráncalo. Tiralo por la ventana. Coge ese bate de béisbol que sé que guardas debajo de la cama y rómpelo. Quémalo... haz lo que quieras, menos coger la llamada.



-¿Y si no es la editora?, ¿y si es algo importante?

-Lo siento por ellos

-El desayuno esta listo, ¿desayunas conmigo?

-No, quizás vaya más tarde. Ahora no puedo hacer un descanso.

No insistió más, Shuichi sabia que seguramente el escritor apenas habría dormido a lo largo de la noche. Ni se molesto en decirle si podrían hacer alguna actividad en común aquel día. Volvió a pasar junto al teléfono y estuvo tentado de hacer lo que el rubio decía y tirar el aparato por la ventana.

-Hoy va a ser un día muy largo -comentó mientras bebía despacio su café. Cuando por fin el teléfono del apartamento dejo sonar después de casi un cuarto de hora de irritante sonido, comenzó a sonar débil, pero aun así audible, su móvil desde alguna parte de la casa. Shindo casi se atraganta con el café.

¿Pero qué es lo que pasa esta mañana?, mira a ver si Thoma se arrepintió de darnos el día libre...

Corrió hasta el salón donde tenia la mochila tirada junto al sofá. Sacó el móvil y comprobó sorprendido el nombre que se encontraba en la pantalla.

-Eh... si?

-Buenos días Nanodaaaaaaa!!!!!!!!!!! ¿Cómo estas hoy?

-Etto... bien, eras tu quien llamaba a casa Sakuma-san?

-No, yo es la primera vez que te llamo no da!

-Ah, vale, no pasa nada. ¿Qué querías? es muy pronto... -musitó Shindo un poco más tranquilo desperezándose de camino nuevamente a la cocina.

-¿Qué estabas haciendo?

-Umm, haciendo?, esta intentado desayunar jaaaja

-¿Tu sólo?

-Mmm ...si, Yuki tiene mucho trabajo.

-Pues déjalo todo, hoy Shuichi desayuna con Ryuichi nanoda!!!

-Eh, ¿Ahora? -preguntó sorprendido el cantante de Bad Luck dejando su taza de café. nuevamente en la mesa.

-Si!! Te estoy esperando a la puerta de tu casa!!!!

-¡¿Ahora?!

-Si!! -exclamó con alegría- venga date prisa, tengo hambre noda!!

La llamada se cortó, y Shuichi salió corriendo al balcón para ver a Sakuma en mitad de la calle jugando con su Kumagoro. Al ser consciente de ser observado, comenzó a saltar haciendo señas con la mano.

""Ne Shuichi, date prisa!!!!!!!""

Como siguiera pegando voces iba a despertar a todo el vecindario a aquellas horas de la mañana, incluso Yuki desde su estudio dejó de trabajar y salió al salón a ver que era lo que estaba armando tanto revuelo.

-¿Qué ocurre?

Shuichi pasó corriendo a su lado para entrar en el dormitorio, tirando las piezas del pijama de cualquier manera encima de la cama y comenzando a vestirse a la carrera.

-Es Sakuma-san, quiere que vayamos juntos a desayunar.

Salió del dormitorio y se detuvo delante del rubio, dudando por primera vez.

-Eh... no te importa que me vaya a desayunar con él ¿verdad?

El escritor guardó silencio permitiendo que las voces de Sakuma desde la calle fueran más audibles.

-Puedes hacer lo que quieras, ¿porqué me lo preguntas?

No parecía muy satisfecho con la idea, pero lo cierto es que rara vez parecía satisfecho por algo. Shuichi sonrió acercando sus labios, robándole un beso tierno, regalándole una respiración cálida en el cuello. Por un momento Yuki se sintió molesto ante la inminente marcha del cantante.

-¿A qué hora quieres que vuelva?

-Me da lo mismo, yo estaré ocupado todo el día con la novela- sacó un cigarrillo ante la mueca de disgusto que se extendió por la cara del joven- y vete ya antes de que a tu amigo se lo lleve la policía por escándalo publico.

Shuichi sonrió con cara de circunstancias, todavía escuchando su nombre gritado a pleno pulmón desde la calle.

-Te veo luego Yuki, Itekimasu!!!!!

**************************** Anotaciones, comentarios y disculpas, ante todo muchas disculpas...

Ettó, bueno primer capitulo, la idea es que este sea un fic largo, tengo unas cuantas ideas a desarrollar, la verdad es que esto no va a ser un drama ni nada parecido, aunque creo que ha quedado claro ^^UUU. Bueno espero que esta parte no haya sido demasiado tediosa e incluso a algunos les haya medio gustado aunque aki todavía no pase nada realmente (esta parte en realidad tendría que haber sido mucho más pequeña, casi como la mitad ¬¬), pero me doy cuenta de que siempre me cuesta mucho empezar, intentare ir cogiendo mas soltura.

Por favor comentarios, consejos o criticas siempre son bien recibidos!!!