Se habían comido entre los dos casi tres bolsas de malvaviscos. Para tanta cantidad de dulce, habían necesitado más revistas, Shuichi había intentado reavivar las llamas dentro de la lata y al final lo único que prendió fue el futon. Entre Sakuma y él consiguieron apagarlo antes de que se quemara demasiado, pero Shuichi ya estaba llorando a lágrima viva disculpándose por el estropicio. Sakuma se rió restándole importancia al asunto y se dispusieron a dormir. No terminaban de ponerse de acuerdo, Ryuichi terminó por poner mala cara ante la insistencia de Shindou de querer dormir él en el futon.

-Si no quieres que duerma en el futon- comentó Sakuma con una expresión empecinada del que no piensa ceder- duerme tu conmigo en la cama noda!

Al final Shuichi aceptó. Se colocó un pijama que había traído dentro de la mochila mientras el cantante de Nittle Grasper se acomodaba con unos pantalones anchos sin ninguna prenda cubriéndole el pecho. Ambos se amoldaron en sus respectivos lados de la cama, en la oscuridad del cuarto.

-Buenas noches Sakuma-san

-Que descanses Shu nanoda!

Shuichi había cerrado los ojos, recostándose de lado, dejó escapar un suspiró cansado cuando se acodó de espaldas al cantante de Nittle Grasper

-Eh... Shu?

-Mnn?

-¿Te importa que te abrace?

-Eh?

-Es que yo siempre dormía abrazando a Kumagoro noda. ¿Te importa que te abrace?

El vocalista de Bad Luck volvió a sentirse nuevamente mal, recoló un poco hacia atrás y nervioso, permitió que los brazos de Sakuma le rodeasen la cintura.

-Siento lo de Kumagoro Sakuma-san

-Si ...- Ryuichi poso su barbilla en el cuello del joven de cabellos rosados respirando aquella fragancia de champú afrutado- ... yo también lo siento. Pero más sentiré al perder dentro de poco a un ser muy querido para mi.

Shuichi no se atrevió a preguntar, en cambio Sakuma que había tenido que armarse de valor para hacer aquella afirmación, interpretó aquel silencio como una confirmación directa de sus temores. Desde aquel día en el bar no había vuelto a tocar el delicado tema con Nakano Hirose. No se había atrevido a preguntar a Shuichi directamente por su enfermedad, pero ahora lo veía tristemente innecesario.

Tras un suspiro nervioso, Sakuma cerró los ojos concentrándose en la cercanía del otro joven a su lado, negándose a tener pensamientos funestos en aquel momento. Se conformó con estar de aquella manera, simplemente a su lado, sintiendo el calor de su cuerpo, su acompasada respiración, el olor afrutado impregnado en su pelo mezclado con la fragancia masculina que desprendía su piel.

Al principio había estado un poco nervioso, la sensación de tener todo el cuerpo de Sakuma firmemente apretado contra su espalda pese a ser agradable, le producía cierto nerviosismo. La respiración cálida del cantante acariciaba su cuello produciéndole algún que otro escalofrió. Era un contacto que a él le parecía tan intimo, que le estaba costando relajarse para dormir. La única persona con la que había dormido de un modo similar era Yuki, por asociación de conceptos, se imagino haciendo con Sakuma todas las cosas que, desde que se habían conocido, el novelista había echo con él. El rubor empañó sus mejillas a la par que se sintió avergonzado por semejantes pensamientos. Había sentido tanta admiración por el cantante de Nittle Grasper equiparándolo a una luz en la oscuridad al principio de su juventud, que verse en aquella situación en la actualidad se le antojaba extraña aunque reconfortante. Felicidad por los éxitos conseguidos en la misma proporción que incredulidad por la mucha suerte que creía poseer.

Sus pensamientos divagaron un poco más y se planteó el hipotético caso de que nunca hubiera conocido a Yuki, que sus caminos jamás se hubieran cruzado. ¿Qué habría sido de su vida entonces?, ¿qué seria de él en ese momento? Quizá se hubiese buscado una novia como por aquel entonces le recomendaba Hiroshi porque le veía un poco deprimido y falto de moral, o tal vez, tal vez habría terminado en la situación actual pero de un modo un tanto diferente... fue entonces cuando Shuichi comenzó a preguntarse si Sakuma estaría enamorado o interesado en alguien en especial... inmediatamente la imagen de Tatsuha surgió en su cabeza provocándole una sonrisa ante la idea de que el moreno pudiese verlos en aquel momento, seguro que le estallaba la vena de la frente. La sonrisa se borró al imaginarse nuevamente al rubio, en cambio si fuera él el que los viera...

-MMmmm...Shuichi...

Sakuma a su espalda parecía farfullar algo, creyéndolo dormido Shindou esbozó una sonrisa, permitiendo a sus ojos cerrarse. Con afecto acario las manos que tenia sobre la cintura antes de que el sopor le venciera y las ultimas palabras de Sakuma se perdieran en la negrura de la estancia.

*******

Tohma había llegado aquella mañana muy pronto a la oficina, su secretaria se extraño cuando al llegar, el presidente ya se encontraba allí con todo el aspecto de llevar ya una buen rato revisando papeles. Tras la ultima visita de Ryuichi en su despacho, el antiguo componente de Nittle Grasper no había cesado de buscar los documentos que certificaban, que los todos los artistas importantes de su empresa habían donado sangre para aquella campaña publicitaria. Tohma no comprendió la insistencia de Sakuma, en un modo lo suficientemente adulto como para preocuparse, por encontrar el justificante de Shindou Shuichi. Le había costado trabajo, pero finalmente lo encontró bastante doblado, el cantante se lo había entregado con dos días de retraso justificando que lo había perdido. El justificante era completamente normal, se lo había mostrado a Sakuma, pero él se había limitado a entrecerrar los ojos mientras leía aquellas líneas de papel amarillento y tras gruñir algo inconexo como hacia años que no le veía hacer, había tirado el papel sobre la mesa y se había marchado echando pestes por la boca, comportamiento que desconcertó sumamente al presidente.

Tohma siguió revisando papeles hasta que una mano deposito una taza de café humeante sobre su mesa.

-Muchas gracias señori-... ah, Suguru, ¿Qué te trae por aquí?

-Venia a confirmar lo de la promoción- el joven tomó asiento cuando su tío se lo indico. Movía mucho las manos y no terminaba de acomodarse en la silla, no había que ser un lince para saber que el chico de cabellos verdosos necesitaba una tila con urgencia- Me lo acaba de decir K ahora en el pasillo.

-Si, fue algo que surgió de improviso. En principio iba a ir otro grupo de música, pero la cantante en el último concierto se enredó el tacón con el cable del micro y se rompió una pierna al caerse encima de su publico... así que K, utilizando a algunos de sus contactos, os consiguió la promoción.- Tohma esbozó una sonrisa de complacencia a pesar de la visible alteración nerviosa de su sobrino.- El resto ya lo sabes, pasado mañana en los grandes centros comerciales de las afueras.

El rubio alcanzó la taza de café de la que tomó un sorbo tras contemplarla unos segundos con apatía. Fujisaki seguía estático en la silla, miraba en todas direcciones con una muda pregunta entre los labios que no se atrevía a formular.

-¿Necesitas saber algo más?. No te preocupes tanto, sólo será cantar un par de canciones, y hablar un poco sobre el nuevo disco.

-Eh... -el joven pareció querer añadir algo, no obstante al final simplemente afirmó y tras una reverencia se uso de pie y abandonó la oficina.

Creo que esta no va a ser una buena noticia para el grupo... -murmuró entre dientes el encargado del teclado mientras volvía al estudio para ver si ya había llegado alguien más.

************

Shuichi frotó perezosamente su mejilla contra la almohada en busca de calor. Sonrió somnolientamente dándose la vuelta dentro de aquellos brazos que le sostenían la cintura, y con los ojos todavía cerrados, capturó en un tierno beso los cálidos labios de su acompañante.

-Buenos días Yuki- murmuró adormilado enterrando melosamente su rostro en el cuello del hombre que estaba a su lado, no sin antes robarle otro beso que fue delicadamente correspondido.

-Buenos dias Shu-chan noda!

Shuichi soltó la cintura a la que se había aferrado posesivamente. Su rostro era un muestrario de expresiones de desconcierto y vergüenza.

-¡Sakuma-san!. Eh yo... eh...se me olvido que yo... yo pensé que tu.... arggg que idiota soy!!!!!!!!!!!!

Había enterrado la cabeza debajo de la almohada intentando ocultar sus rojizas mejillas. Ryuichi lo observó con expresión de curiosa inocencia, acto seguido sonrió y se tiró en plancha sobre él, haciéndole un placaje formidable.

-¡¡Shuichi esta jugando a Gladiadores americanos!!- le arrancó la almohada de las manos y la expulsó lejos de la cama- Gane!! -exclamó con una sonrisa. Shindou estaba todo despeinado y ruborizado, con ojos de cachorrito abandonado, haciendo circulitos con el dedo sobre las sabanas.

-¿Te has enfadado?

-¿Por qué nanoda?

-Eh, pues por...

Ding Dong, ding dong

El ruido del portero automático cortó la conversación. Sakuma lanzó una mirada inquisitiva hacia el vestíbulo. Se puso en pie sobre la cama, y dando pequeños botes sobre ella cogió impulso saltando hasta la puerta del dormitorio.

-Buaaaa que vergüenza- se dijo para si Shindou revolviéndose el pelo perturbado- ¡Y yo que casi le meto la mano por dentro del pantalón del pijama!. Ya me parecía que para ser Yuki, hoy estaba demasiado cariñoso...

La puerta de la calle se abrió. Sakuma dedico unas palabras al desconocido y tras cerrar nuevamente, Shuichi descubrió sorprendido un apetitoso olor a ...

-Shu el desayuno!!!

Todavía incapaz de creérselo, el vocalista de Bad Luck corrió hasta la cocina donde el otro cantante le esperaba con una pizza tamaño extra familiar de champiñones (vamos, como pa ocho) sobre la mesa y una par de cajas de comida china.

-¿Desayunas esto todos los días Sakuma-san? -preguntó emocionado Shuichi contemplando con veneración los alimentos expuestos.

-No, esto sólo lo desayuno dos días por semana. Siempre pido lo mismo, por eso no necesito llamar, ya me lo traen ellos. ¿Te gusta?

-Gustar no es la palabra. ¿Tienes tabasco por ahí?

***********

Hiroshi acababa de aparcar su moto, y se disponía a entrar por la amplia puerta de las oficinas que ya tanto se conocía, cuando unas risas conocidas le hicieron voltearse.

Ryuichi venia montado en una bicicleta de montaña haciendo auténticos ejercidos equilibristas para que Shuichi, sentado en el manillar de la susodicha bici, no se dejara parte de la dentadura en el asfalto. No venían demasiado deprisa, pero a Nakano le dio pánico imaginárselos de esa manera por la carretera, le parecía increíble que hubieran llegado a tiempo y de una pieza. Nada más ver al pelirrojo mirándoles con clara mueca de incomprensión, el vocalista de cabellos rosados saltó de la bicicleta y corrió hasta él.

-La li Hooooooo Hiro!!!!

-Buenos días Shu, ¿qué tal la noche con Sakuma-san?

-Muy bien. ¡Desayunamos pizza y comida china!, y ayer antes de acostarnos, ¡asamos malvaviscos en su dormitorio!. Además de camino paramos en un supermercado y compre gominolas de Ultraman!!!

-Ah... que bien, jeje- musitó un tanto forzado Nakano mirando la bolsa de medio kilo que el vocalista le enseñaba con una sonrisa resplandeciente- Sólo por curiosidad, ¿no te dijo nada Yuki?

-Eh- su humor se ensombreció ante aquellas palabras- creo que cuando vuelva a casa no va estar de muy buen humor pero Sakuma-san necesitaba compañía y-

-Shuichiiiiiiiiiiiii!!- saltó sobre él el cantante tras candar la bicicleta a una grúa estacionada en el parking- dame gominolas noda!!!!

-Si si, toma.

-Mejor vamos entrado no?, Suguru debe estar que se tira de los pelos porque no estamos ya allí.

-Gominolas noda!!!

-Quieres más?

-Si nanoda!!!

-Mira!! me ha tocado un Sd!!.

- ¡A ver, a ver!

-Pues esta muy bien, este es de la quinta temporada

-¡Yo quiero otro noda!

-Si te gusta mucho te doy este

-¡¿De verdad?!

-Vamos, ¡¡no os entretengáis!!- les recriminó Nakano arrastrándolos a los dos por el brazo como si fuesen un par de niños pequeños, mientras seguían emocionados hablando del muñeco.

***********

¡¡¡¿Quetenemosquecantareltemaprincipaldelnuevodiscoparapromocionarlopasadomañanaenelcentrocomercialdelasafueras?!! -el pelirrojo se agarraba con desesperación la sudadera a la altura de su corazón, respirando agitadamente- ¡¡Pero si todavía no hemos compuesto nada!!

-¡¡A mi no me grites!!- reprochó Fujisaki agarrando a Shindou por el cuello y agitándolo de un lado a otro- ¡¡No soy yo el que nunca tiene las letras a tiempo y protesta por todo!!!

-Eh... -se limitaba simplemente a decir con expresión inocentona el cantante- bueno, siempre podemos hacer alguna cosilla de ultima hora no???

-¡¡Qué es el tema principal del disco!!- le gritó el joven encargado del teclado en un intento por no morderle la cabeza- No somos un grupo cutre que este haciendo la canción del verano. Ya veras cuando K se entere de esto- se lamentaba al borde de las lagrimas.

-Bueno, yo no veo que tienen de malo las canciones del verano, ¿son pegadizas no?

-Y estúpidas- criticó Suguru tomando posición junto al teclado

-Podríamos hacer alguna composición sólo instrumental, ¿qué me dices Fujisaki?- preguntó esperanzado Hiroshi pensando en alguna tonadilla que tenia a medio componer

-De instrumentales nada- Con paso resuelto, K entró en el estudio mirando a cada uno de los componentes de Bad Luck con desconfianza natural- ¿Qué pasa?, ¿Acaso no tenéis nada preparado?

-Si, claro que tenemos cosas preparadas- comenzó Fuyisaki con aire distraído y nervioso- algunas canciones de relleno y tal, pero el tema, lo que se dice "el tema" central del disco... pues la verdad es que...

La ceja del manager empezaba a arquearse de forma peligrosa. Se hizo un vació significativo alrededor de Shuichi, aunque éste no suponía a que era debido.

-Me estáis diciendo, que lleváis más de tres meses con este disco, y lo único que tenéis son canciones de relleno???, ¡¡¿Quién me mandaría a mi coger vacaciones?!!

-Bueno K, quedan dos días seguro que algo se nos ocurre

La sonrisa que le dedico al manager era tan confiada, que el rubio se sintió viejo al casi creerse por un momento que el cantante de pelo rosado realmente podría trabajar tan rápido como para sacar algo decente. Despegó sus dedos de la mágnum que había estado acariciando de forma codiciosa, lanzando una fría mirada de advertencia al grupo.

-Pues ya podéis poneros a trabajar. Quedan dos días y de aquí no se marcha nadie hasta que la tengáis compuesta, pasareis hambre, dormiréis en el estudio si es necesario; ¡Pero el trabajo se acaba ya!

Aquel suelo se hundía bajo sus pies. Shuichi trabajaba bastante bien bajo presión, en realidad era casi la única forma de hacerle trabajar y que rindiera. La impaciencia por regresar a la casa que compartía con el rubio novelista se veía ahora seriamente obstaculizada dado que estaba atrapado en el estudio, por ello tomó asiento con determinación, anotando algunas cosas que le venían a la cabeza e intentando hacer posteriormente algo con ellas. Fujisaki y Nakano le secundaron trabajando en sus propios instrumentos, sin saber muy bien que era lo que estaban haciendo. En el primer descanso que tuvieron, Shindou intento llamar al móvil de Yuki, pero éste estaba desconectado.

-La editora -murmuró de forma funesta. Nakano tensaba las cuerdas de la guitarra en una silla a su lado. Una mirada interrogante se filtró el los ojos castaños del pelirrojo.

Como Yuki no quiere tener que hablar con la editora, no coge las llamadas y tiene desconectado el móvil. Así no voy a poder decirle que no podré ir a casa en dos días- hundió la cara entre las manos- creo que de esta se va a enfadar de verdad.

-No te preocupes tanto- su amigo le acarició cariñosamente el cabello- llámale un par de veces más y si no consigues hablar con él, le envías un mensaje. ¿En algún momento tendrá que encender el móvil no?.

-Si supongo...

-Ah Shu. Mira tengo algo que darte -Nakano recogió una bolsa oscura que tenia apartada en un rincón y se la tendió- de seguro que tu sabrás que hacer con él.

Al mirar el interior de la bolsa, Shuichi se sorprendió de encontrar los pedazos que había quedado reducido el conejito rosa de Sakuma. Los miró con tristeza un par de segundos más antes de guardarlo en su mochila y sonreír con optimismo al pelirrojo.

K entró dando palmadas para que le prestaran atención.

-Ok, Let´s Go! Suficiente descanso. A ver Shuichi. ¿Ya tienes algo pensado?

***********

La tarde estaba llegando a su fin. Apenas había ya luz en el exterior y las farolas comenzaban a titilar débilmente antes de encenderse por completo . Yuki trabajaba en penumbras, escribiendo rápidamente en el teclado mientras su ojos permanecían fijos en la parpadéate pantalla del portátil. Se detuvo tras unos minutos, quitándose las gafas apagando el ordenador, y mientras prendía un cigarrillo, se levantó para estirarse dejadamente por la casa. Se paró justo a la altura de la puerta de la entrada.

No quería reconocerlo, pero llevaba demasiadas horas esperando oír un portazo y aquella alegre voz que siempre le interrumpía cuando estaba escribiendo. Eiri tomó otra bocanada de humo dirigiéndose al sofá. La sensación para él era nueva y desagradable, no era lo mismo estar sólo cuando no esperabas a nadie, que estarlo cuando sabias que debías de estar acompañado, aunque esa compañía no fuera siempre del todo grata (o eso se decía).

-¿Donde estará ese tonto?

Se recostó sobre el sofá, todavía tenía alguna de las palabras del día anterior de Tatsuha dándole vueltas por la cabeza. Su expresión era indolente, mirando el techo con los ojos entrecerrados y tan sólo el humo moviéndose ondulantemente en aquel cuarto que parecía vació en el crepúsculo. Tras consumirse el primer cigarrillo, prendió inmediatamente un segundo al mismo tiempo que sus ojos se quedaron observando la pegatina adhesiva con la que el cantante había decorado su mechero. A pesar de no verla claramente en la penumbra, se la conocía lo suficientemente bien como para describir incluso el más ínfimo de los detalles.

Cuantas cosas habían pasado en tan poco tiempo, cuantas...

-Y yo estaría muerto... si, seguramente lo estaría.

Sus pensamientos le habían llevado a aquella fría noche en New York, en aquel cochambroso, y destartalado habitáculo que hacia años había sido un piso. La noche que el había decidido abandonarlo todo, con aquella pesada arma sin numero de serie que tan fácil le fue de conseguir.

-Me hizo sentir como una persona, como una persona de verdad

El novelista se permitió esbozar una leve sonrisa. Shuichi le había encontrado, a pesar de todos los impedimentos, de las distancias, de las palabras hirientes... Siempre, el joven siempre había vuelto. Tatsuha tenia que estar equivocado. Shuichi había demostrado en aquel tiempo, poco mas de un año, que realmente no le interesaba ni su renombrado apellido de escritor, ni su dinero, ni siquiera su físico, que le interesaba él como persona.

-Increíble- susurró recuperando un poco el buen humor.

Era cierto que el debido a las circunstancias, dejo de ser cariñoso por naturaleza, era cerrado, no estaba acostumbrado a tener que dar explicaciones, así como nunca justificar de sus acciones a los demás. Por eso la convivencia al principio con el vocalista de Bad Luck se le había echo tan complicada, nunca había estado tanto tiempo con nadie, se pregunto si la idea de continuar así durante plazo indefinido se le antojaba mal sonante y descubrió sorprendido, que menos ciertos detalles la idea, no le desagradaba en absoluto.

-¿Por qué demonios no llegas ya Shuichi?

Se levantó del sillón y camino hasta su estudio donde tenia el móvil. Fue encenderlo y que el aparato comenzase a sonar de forma escandalosa. Tras presionar un par de botones apareció "tiene usted cuarenta mensajes" en la pantalla digital. El novelista sonrió entrando en el menú, algunos eran de la editora, los borró sin abrir siquiera, otros números desconocidos con los que hizo los mismo, y finalmente quince, eran de Shindou Shuichi.

"Yuki, hoy no pdre ir a dormir a casa, K nos ha encerrado en la oficina, xk tenemos ke..."

"Argg, stoy cansdo, kiero dormir"

"Tengo muchas csas ke contarte Yuki, me toko una figurita de..."

"Nos han traído ramen pra comer, mnos mal, creí ke nos iban a mtar aquí de inanición"

"Yukkiiiiiii, sacame de aki!!!"

"Espero que vayas bien con tu novela, recuerda descansar y comer bien"

"Yuki, ke duermas bien. Te quiero"

Había más mensajes, pero eran todo similares: protestas, palabras de ánimo, alguna que otra chorrada. Yuki sintió que cierta parte de presión interior de la que sentía desapareció en ese mismo momento. Toqueteó unas cuantas teclas dispuesto a mandarle un mensaje al cantante, pero no había escrito cuatro palabras cuando lo borró todo y apagó el teléfono móvil.

-Será mejor que me vaya a dormir un poco...

Deposito el inalámbrico sobre una mesita auxiliar y abandonó el estudio desperezándose por el camino.



************

-A si que se rompió kumagoro- con una amago de su mano, Tohma insistió para que Sakuma comiese un poco más del plato que tenia frente a él. No por nada le había invitado a uno de los restaurantes occidentales más prestigiosos de toda la ciudad. Los camareros estaban atentos a cualquier exigencia por parte del cliente, pero particularmente de aquella mesa, tan sólo observaban a un rubio de impecables modales acompañado de otro hombre que parecía bastante más joven, pero de una edad lo suficientemente madura, para no estar jugando con el conejo de peluche blanco en el que tenia metida una de sus manos como si se tratase de una función de guiñol.

-Um

-Y por eso te traes ahora a "Yuki"

-Um

-Seria un buen momento para que superases lo de Kumagoro ¿no crees Ryuichi?

Sakuma alzó la mirada del plato y lo miró con expectación.

-Supongo noda.

-¿Me vas a decir porque estabas tan interesado en los papeles de Shindou?

-No puedo decírtelo nanoda.

Se produjo un silencio incomodo. Pocos secretos había guardado Sakuma a su amigo y antiguo compañero de banda durante todos los años en los que se conocían. Continuó jugando con Yuki, siendo este el que manejaba los cubiertos, andaba con el pan y el que casi tira la copa de vino. La sonrisa de Tohma se volvió una forzada mueca.

-¿Puedes dejar de hacer eso aunque tan sólo sea un momento Ryuichi?

-um

-Dímelo, te lo pido como amigo. Por favor.

Sakuma se veía claramente confuso, sus ojos era suplicantes y su boca temblaba levemente. Se quitó el conejo de la mano y lo deposito a un lado con cuidado.

Su expresión infantil quedó totalmente relegada por una mueca madura bañada de preocupación.

-Te lo diré, pero por favor, no lo sabe nadie a parte de Nakano Hiroshi y yo.

-¿Nakano?, ¿Qué secreto puede ser el que compartas tu con Nakano?- el rubio se rascó la barbilla con aire distraído- ¿Qué le ocurre ésta vez a Shindou-san?

-Se esta muriendo.

La sonrisa se borró totalmente del rostro de Thoma.

-¿Qué?

-Lo que has oído -Sakuma se llevó el vaso de agua a los labios, bebiendo un largo trago del cristalino líquido- me lo dijo Nakano. A él se lo dijo un medico que le había echo una revisión. Tiene un cáncer o algo parecido, tampoco entendí mucho de los por menores

-¿Cuánto tiempo?

-No lo sé, creo que dos o tres meses, tampoco es nada seguro.

Tohma estaba distante, parecía estar calculando algo.

-¿Qué ocurre? -inquirió el cantante con un rictus severo en el rostro

-Nada, que debería habérnoslo dicho. Tiene un contrato. Y si lo que dices es verdad nos va a dejar el disco colgado. Sabiendo que esta enfermo debería trabajar más para terminarlo todo antes de que-

-¡¡¿ESO ES EN TODO LO QUE PIENSAS?! -Sakuma parecía incrédulo a creerse las palabras de su viejo amigo. Se había puesto de pie volcando las copas de vino y licores- ¡¡Es Shuichi de quien hablamos!!

-Para ti es Shuichi, para mi es Shindou-san, un empleado más de la empresa, y aunque nos este dando bastantes ingresos, puedo encontrar otra fuente rápidamente en su ausencia.

Tomó asiento nuevamente. Algunos camareros había corrido a cambiarles el mantel y arreglar su mesa, pero Sakuma los echo con un movimiento de su brazo.

-¿Todo esto lo dices por Yuki Eiri?. Shuichi no te gusto desde el mismo instante que entro en su vida, pero Tohma, convéncete, ni con Shuichi ni sin él. No te engañes. Eiri nunca buscara tu ayuda para nada, no te necesita, nunca te ha necesitado. Deja de tener esperanzas en algo que no va a poder ser.

-Yo también podría decirte lo mismo a ese respecto, ¿no crees Ryu-chan?

-No es lo mismo, lo mío es sólo... que me hace gracia. Le tengo cariño, porque me recuerda a mi de joven

-Haré como que creo tus palabras, aunque sabes que eso no es cierto. - el rubio se cruzó de brazos sobre la mesa- ¿y qué quieres que haga?

-Nada, simplemente que lo sepas. Y que no se lo digas a nadie.

-No lo haré.

-Lo sé ... no te interesa- añadió después entre dientes de forma casi inaudible.

Quizá...-comenzó nuevamente el cantante de Nittle Grasper con un extraño brillo eufórico en los ojos- quizá me veas hacer cosas raras durante algún tiempo, pero realmente quiero que lo que le queda a Shuichi sea especial, que estos días sean los mejores de toda su vida

-Por mi todo bien mientras no hipoteques la empresa o nos la llenes de elefantes de circo -exclamó con jovialidad el rubio, aunque de cierta manera lo decía en serio. Vía a Sakuma capaz de muchas cosas.

-De acuerdo. Lo tendré en cuenta

Ambos volvieron a quedarse en silencio. Permitieron acercarse esta vez a los camareros para que recogiesen el estropicio de la mesa.

**************

- Buaaaaa quiero dormir- gimoteó Shuichi, las ojeras estaban muy marcadas en su rostro. Se había atado una pañuelo blanco con el signo de Japón en la frente (el típico pañuelo de los estudiantes que están en exámenes) y se había pasado toda la noche intentando componer algo que rimara o pudiera "apañarse" a los acordes que había estado escuchando de Nakano y Fusijaki durante la vigía.

-Cuando termines podrás ir a comer, dormir, a tu casa, o hacer lo que te de la gana- emitió k apoyado en la pared mientras observaba entretenido una revista de armamento nacional- pero mientras no este terminado, ¡de aquí no te mueves!

Fujisaki daba pequeños golpecitos al teclado mientras que Nakano, que durante la noche se había echo intimo amigo del termo de café, lo abrazaba de forma posesiva.

- Voy a desperezarme un rato- profirió Hiro tras ponerse súbitamente de pie, crujiendo todas sus articulaciones en el proceso. El manager le dirigió una mirada de advertencia al pasar a su lado.

-Espero que no estés tratando de escapar, porque me divertiría mucho teniendo que cazarte.

-Jeje, tranquilo, sólo iré a la cafetería

-Hiro, ¡tráeme un pan de curry!

-¡Ok Shu!, vuelvo ahora.

Nakano salió del estudio bajo la envidiosa mirada de los otros dos componentes, y la clara imputación en sus caras de "enchufado" hacia su persona.

Al fondo de la cafetería, en una mesa apartada del resto, la que había sido hacía algunos años la pequeña Noriko, teclita del grupo Nittle Grasper, conversaba con el cantante de ese mismo grupo. Hiroshi al entrar les saludo a ambos con la mano, sentándose a un par de mesas de distancia entre ellos. Suspiró exhausto, con los oídos retumbándole y un dolor de cabeza que raleen izaba todos sus pensamientos.

-Es difícil trabajar bien bajo presión ¿verdad?- Ukai se había sentado a su lado con una sonrisa comprensiva- Yo te comprendo, cuando nosotros empezamos recuerdo que aquello era caótico. Ryu-chan nunca tenia las letras a tiempo, Tohma era demasiado estricto, y siempre tuvimos muchos atragantones. Pero por suerte siempre nos salió todo bien. Ummm, bien, me iré a buscar a la cría, la dejé suelta por ahí y a saber que estará haciendo. Cuídate Nakano.

La joven se levantó de la mesa dejando nuevamente sólo a Hiroshi, situación que se prolongó el tiempo estrictamente necesario para tomarse un café muy cargado y sin azúcar, antes de que un conejo de peluche blanco comenzara a bailar por delante de su cara.

-Ohaio Nakano nanoda!!!

-Buenos días Sakuma

Ryuichi se sentó en la mesa, jugando con Yuki mientras el otro no le prestaba realmente mucha atención.

-¿Qué tal vais con el trabajo?, K nos dijo a Noriko-chan y a mi que no tenias las canciones noda!

-Este... si bueno, todavía tenemos todo el día de hoy, a ver si sale algo. Shuichi si estaba animado, pero no se le ocurría gran cosa.

-Mañana podría ir yo también al centro comercial. Me gustaría cantar con Shu, Hace mucho que no canto con Shu nanoda!

-Mnn no sé que dirá a eso el presidente Seguchi. Pero si se lo dices a Shu seguro que empieza a saltar como siempre.

Dejando de juguetear con el conejo blanco, Sakuma esbozó una triste sonrisa, y su faceta infantil quedó ligeramente relegada.

-Antes de ayer se lo pregunte. Me armé de valor y se lo pregunte...

Hiroshi, esquivando la mirada del cantante, cerró las manos en sendos puños por debajo de la mesa

...bueno, realmente no se lo pregunte, no tenia valor- Ryuichi parecía un poco indeciso a la hora de hablar- pero le di a entender que ya lo sabia, y bueno, el tan sólo guardó silencio. Ni siquiera me devolvió la mirada y...

El cantante no pudo continuar, se vio sin resuello. El pelirrojo se limitaba a observar por la ventana, con una expresión cada vez más derrotada y hundida, a los transeúntes de la calle. Sus dedos habían perdido el color bajo la presión ejercida.

-Yo... -comenzó Hiroshi en un susurro- he de admitir que todavía tenia la esperanza, de que todo esto fuera un error -Sus ojos se volvieron hacia los de Sakuma, sin saber si el dolor y la preocupación que en ellos se apreciaban, eran del cantante o tan sólo un reflejo de sus propias emociones contenidas.

Me cuesta tanto creer, cuando lo veo sonreír de esa forma tan tontorrona que ha tenido siempre, que el este... y que no haya tenido además la confianza para habérmelo dicho...

-Yo...

Sakuma cortó aquello que fuera a decirle a Nakano. Eel pelirrojo especuló que, seguramente tendría que ver con la intromisión de una figura que se había detenido en uno de sus ángulos muertos de visión.

-¿Dónde está Shuichi?

El pelirrojo se volvió sin poder evitar la sorpresa reflejada en su rostro.

-Yuki Eiri- dijo de forma rimbombante con una sonrisa sincera- ¿Cómo tu por aquí?

El rubio tan sólo le lanzó una mirada imperturbable, antes de que su atención se centrase en el cantante que había vuelto a su modo infantil, y andaba picando por detrás al guitarrista con el conejo / marioneta blanco de peluche.

-¿Dónde esta? -insistió de nuevo

-En el estudio 8, pero no creo que le dejen salir. Antes tiene que terminar con la letra de la canción, mañana tenemos una presentación y andamos un poco mal con el trabajo.

El novelista se encaminó hacia la salida de la cafetería.

-Espera -le pidió Hiro. El rubio se volvió a tiempo de coger un pan de curry que el pelirrojo le había lanzado por el aire- Dáselo tu. Me lo pidió porque tenia hambre, pero le hará más ilusión si tú se lo llevas.

*****

-K de verdad, déjame salir un rato, no puedo más, llevo intentándolo durante más de 18 horas seguidas. ¡¡Déjame descansar!!

Su manager lo miró por encima de las hojas de periódico que estaba leyendo: su expresión era divertida pero a la ver severa, parecía estar recordando algo.

-Venga K, te prometo que esta vez no intentare escaparme por el ventanuco del baño...- adoptó una expresión de inocencia exagera acercándose a el para darle un masaje en los hombros- ves, tu también estas muy tenso, deberíamos descansar todos, venga, déjame ir con Hiro a la cafetería...

-¿Terminaste la canción?

-Sabes que no

-Pues ahí tienes tu respuesta- respondió el rubio imperturbable retomando la lectura del periódico.

-Pero k!!!

-No.

-Si incluso dejaste que Fujisaki se fuera un rato a casa. Yo soy el único que esta aquí encerrado. ¡No es justo!- Shuichi se había tirado al suelo y había empezado a dar vueltas pataleando como un niño pequeño

-Fuyisaki es el único responsable aquí, por eso le di unas cuantas horas libres.

-¡¡Me quiero ir a casa!!

Entre vuelta y vuelta terminó topando con unos zapatos caros de lustre impecable.

-Los de la limpieza deben de estar encantados contigo, ¿Dejas todas las noches el suelo tan pulido como hoy?

El cantante se sentó en el suelo alarmado, aún reticente a creerse que el propietario de aquella voz se encontrase realmente en aquel lugar.

-¡¡YUKI!!!, Yuki, Yuki, Yuki, yuki! - el cantante se había puesto de rodillas y se había aferrado con todas sus fuerzas a la cintura del rubio con cara de haber tenido una revelación mística. -¡¡Yuki has venido a buscarme!!!!!!!

El escritor se volvió avergonzado hacia el manager que lo miraba con cara de "menuda la que has liado"

-Toma baka, tu pan de curry.

Temeroso, por si aquello fuese algún cruel sueño del que en cualquier momento pudiese despertar, Shindou cogió el alimento que el novelista le tendía como si le estuviesen haciendo la solemne entrega del Santo Grial. Miró aquel pan de Curry con los ojos humedecidos por ríos de lagrimas recorriéndole las mejillas de la felicidad.

-Que feliz soy...- murmuró sin dirigirse a nadie particularmente, todavía de rodillas en el suelo obnubilado de gozo y deleite.

Dejando el periódico a un lado, el manager se puso de pie cerrando con llave la puerta, no sin antes pedir un mudo consentimiento al escritor que se limitó a encogerse de hombros resignado.

-Me parece todo muy bien, pero de aquí tu no sales hasta que termines la canción.

K acariciaba tranquilamente su amada mágnum apoyado en la puerta de salida. Shuichi se puso de pie, y tras mirar todavía embobado como el escritor se cruzaba de brazos y comenzaba a fruncir el ceño, retomó su trabajo en el cuaderno de notas a una velocidad endemoniada con los ojos desorbitados de excitación.

Tras cinco minutos, arrancó doce pliegues y limpiándose el sudor de la frente se los tendió al manager con una sonrisa confiada.

-Toma, aquí tienes las ocho canciones restantes del disco. Elige la que más te guste para mañana.¡¡Y ahora me voy!!- su expresión trasmutó de una de formal rectitud, a otra de felicidad desbordarte- naaa Yuuukiiiiiii- ronroneó agarrándose nuevamente a su brazo, restregándose en él como un gato en busca de arrumacos con las mejillas teñidas de carmesí- ¿Cómo es que viniste???... ¿leíste mis mensajes?, porque veras estaba muy preocu-

Yuki abrió la puerta del estudio llevándose con él al cantante que no cesaba de contarle batallitas. K quedó en el estudio estudiando con carácter critico una por una aquellas paginas llenas de tachones, convencido que de no convencerle lo que allí estuviese escrito, no tendría ningún inconveniente de ir en buscar del joven de cabellos rosados, hasta su casa si hacia falta, interrumpir lo que hiciese falta, y traerlo de la oreja si era necesario.

-Sorprendente- comentó tras unos minutos de silencio- lo que no hace en tres meses, ni 28 horas de aislamiento, lo hace en 5 minutos. Ummm... Lo que hace una buena motivación.

K esbozó una sonrisa vanidosa.

-Ryiuchi no se equivocó en absoluto la primera vez que me lo dijo. Shindou es especial.

Pegó una risotada y tras sacar su móvil, llamó a Suguru para que hiciese los arreglos pertinentes.

******************** New continue???

Um, al final salió largo no?

Bueno, esta vez no hay comentarios. Lo de siempre, comentarios, bombas, cuchillos y demás, ya saben donde remitirse.

Ja-ne!