Tohma, tras los inmaculados ventanales de su amplia oficina, observó con una mueca circunspecta, como el elegante coche del novelista Yuki Eiri se ponía en marcha abandonando la sede central discográfica.
Un largo suspiro escapó de entre sus labios antes de desviar la mirada hacia su escritorio.
-Eiri, lo hago por tu bien, de verdad que lo hago por tu bien- se dijo para sí pulsando un botón de un aparato negro que tenia en un costado de la mesa- Por favor señorita, tráigame los informes donde vengan reflejadas las giras que teníamos programadas para Bad Luck este año. También deseo hablar con su manager, así que póngase en contacto con él y hágale venir en cuanto le sea posible a mi oficia.
-¿Desea algo más señor?- inquirió una voz femenina agradable y servicial desde el otro lado de la línea.
-Si, un café, bien cargado. Ah, y unos pastelitos.
-Si señor, ahora mismo señor.
La comunicación se dio por finalizada. Seguchi se paseó intranquilamente por aquella estancia, que podría haber sido un piso individual del centro en cuanto a metros cuadrados se refería, repitiéndose así mismo aquello de lo que quería auto convencerse.
Al cabo de unos minutos, una mujer pulcramente vestida con claro aire de secretaria, entró en la oficina depositando en una bandeja el café y los pasteles. Tras ella, el manager del conocido grupo musical irrumpía con su típica cara de satisfacción. La secretaria hizo una reverencia antes de cerrar la puerta y dejar a solas a los dos hombres.
-Aquí tienes los informes- deposito una carpeta gruesa sobre la mesa- ¿Para que querías que viniera?, ¿No iras a decirme que ahora no quieres que Bad Luck vaya mañana al centro comercial?, porque como a Ryuichi se le haya vuelto a encaprichar pisarnos una promoción yo lo-
-No se trata de eso.
Tohma cogió los informes que descansaban sobre la mesa del despacho, y mientras los ojeaba, tomo asiento en unas sillas más informales que formaban una especia de pequeño salón, en una esquina de la estancia.
El manager lo imitó.
-Umm, ocho conciertos dentro de seis meses en Tokyo y periferia. Veinte en las ciudades habituales... -el presidente leía por encima algunos fragmentos del documento, sin detenerse en ninguna hoja en especial- ... grabación de los videos musicales ... en tres meses...
Seguchi cerró la carpeta y la dejó en la mesita baja sobre la que estaban congregadas las sillas.
Hay que cambiarlo todo. Los videos musicales tienes que estar en el plazo máximo de un mes. Las sesiones de fotos promociónales en menos de dos semanas, y los conciertos serán tan sólo cuatro, dos en Tokyo y los otros dos en las ciudades donde ya teníamos firmados los contratos. Deben hacerse en mes y medio como mucho.
Se consideraba un hombre tranquilo al que era difícil intimidar, pero las palabras del presidente se le estaban haciendo difíciles de asimilar, provocándole una desagradable sensación de ansiedad. K se quitó las gafas de sol y las dejó caer en un asiento contiguo.
-Eso es imposible y lo sabes muy bien. No tenemos ni la mitad de las canciones del disco. Completar el disco en un sólo mes es imposible, incluso intentándolo, deberíamos dedicarnos exclusivamente sólo al disco, con lo que ello repercute: No fines de semana libres, no fiestas, ni siquiera ir a casa a descansar. Malcomer, dormir poco y en la oficina.
El manager sostenía la fría mirada del presidente. Seguchi había adoptado una actitud intensa y decidida, que no dejaba brechas abiertas hacia las posibles protestas, asemejándose a un juez que acabase de dictar sentencia.
¿Qué motivos puede tener el presidente de la compañía para adelantar la publicación de un disco algo más de seis meses?. Sabes que en estas circunstancias extremas, muchos cantantes normales han caído en serias depresiones debido al exceso de trabajo.
-Lo sé, pero es un riesgo que asumiré
-No es algo que tú debas asumir, sino ellos, Bad Luck al completo.
-Desde tu posición, no es algo que te puedas permitir el lujo de discutir- Tohma se puso en pie, para alcanzar la bandeja con el café y los pastelitos que anteriormente había pedido. Se los ofreció a K con su, siempre presente, sonrisa en los labios- ¿Quieres uno?
***************
-No me mires así. ¡¡No es culpa mía que tu dejases las llaves dentro del coche!!
Yuki tomó una larga calada de su cigarrillo, intentando matar su resquemor al igual que la nicotina estaba matando sus pulmones.
-Te advertí que dejaba las llaves dentro. Que te quedases quietecito en el coche. Que no salieses y cerrases la puerta ¿Era muy complicado?- ironizó el escritor mirando la cinta del videoclub iniciadora de toda la discordia- Esto me pasa por intentar complacer a un estúpido, ¿en qué momento te haría caso?
Shindou se volvió para ocultar la mueca resentida de su cara, propinándole una patada a una piedra del vació barrio residencial.
-No es culpa mía- lloriqueó caminado renqueante tras el novelista- no regalan vales de postres gratis todos los días al comprar un menú en Macdonals, yo de verdad que pensé que llevabas más encima, además tampoco cerré del todo la puerta.... sólo que se trabó y luego no se abría y ...
Tiró el cigarrillo a un lado. El novelista se giró para encarar al cantante.
-¿Por unos vales?, ¿no ganas suficiente dinero como para no estar desesperado por unos vales?
-Si bueno pero yo... -sus ojos se volvieron acuosos bajo la frialdad que estaban recibiendo- Yuuukiiiiiiiiiiiiii!!
El escritor contra todo pronostico esbozó una sutil sonrisa. Elevó el rostro del joven de cabellos rosados tomándole por la barbilla, mordiéndole juguetonamente el labio inferior.
-Tienes suerte de que en casa tenga copias, sino, estaría muuuyyy enfadado.
El rubor no tardó en aparecer en el rostro del cantante, que miró de reojo para ver si había alguien en la calle. El novelista, divertido por las reacciones tímidas del cantante, se abrió paso entre sus labios con fuerza, introduciendo toda la lengua en su boca, arrancándole una respiración entrecortada.
-Yuki... aquí no... -el rubio le estaba robando hasta el aire de los pulmones.
-¿Por qué no?- preguntó en un susurro sobre sus labios humedecidos, clavando una mirada ambigua en los ojos violetas del cantante, haciéndole estremecer.
-Señor Shindou!!!!! - gritó una mujer desde doscientos metros más abajo de esa misma calle corriendo a su encuentro.
-Por eso por ejemplo
Shuichi agudizó la vista, reconociendo rápidamente el corte y color de pelo de la mujer así como su agradable rostro. Había estado muchas veces en casa del novelista desde que él se había mudado.
-Ah Yuki, es tu editora- se volvió encontrándose completamente solo en toda la calle- ¿Yuki?, ¿dónde estas? ¿Yuki?
-Ah, Señor Shindou Shuichi- la mujer se detuvo con la respiración agitada a su lado- Le reconocí por el color de su cabello -esbozó una sonrisa avergonzada- eh, me pareció verlo con alguien. ¿No se encontraba el Señor Yuki con usted?
Shuichi puso cara de circunstancias, riendo nerviosamente mientras se rascaba la mejilla.
-Pues la verdad es que...
-Bueno, tampoco importa demasiado. ¿Le dará un recado por favor?. Es muy importante.
La mujer extrajo de su bolso un sobre completamente en blanco y se lo tendió con amabilidad.
Eh estado intentando ponerme en contacto con él desde hace varios días, supongo que estará muy ocupado con el cierre de la novela y por eso no habrá podido atenderme. Se lo entrega cuando pueda, en realidad es necesario que se lo entregue hoy. Lamento las molestias.
-No, no pasa nada.
-Muchas gracias
Ambos inclinaron un poco sus cabezas en señal de respeto, y la mujer se volvió alejándose sin demasiada prisa.
Miró a su alrededor confundido. El vocalista de Bad Luck no tenia la más remota idea de donde demonios se había metido el rubio. No había ningún coche o similar tras el cual esconderse.
Una pierna apareció por encima de una tapia, seguida de un cabellera rubia revuelta y un abrigo caro lleno de hojas de arbusto. Shuichi observó atónito como el rubio saltaba de la pared y caía a su lado todo lleno de hojitas rotas y ramitas secas pegadas por doquier en su desarreglada ropa de marca.
-¿Has echo lo que creo que has echo?- pregunto reticente a creérselo.
-No preguntes. Tuve suerte de que la dueña de la casa me reconociera y tan sólo me pidiera un autógrafo en vez de soltarme el perro que dormitaba en el jardín, que no era precisamente pequeño. ¿qué te ha dado?
El cantante le tendió el sobre, intentando leer por un costado lo que ponía cuando el rubio lo abrió.
"Estimado Señor Yuki, le ruego que disculpe esta petición a tan pocos días de la finalización del plazo de entrega del manuscrito original. Pero de acuerdo con una promoción organizada por el directivo jefe, deberá asistir el día X, a la firma de autógrafos para promocionar la inminente salida de su libro. Su presencia será necesaria a partir de las 15:00 de la tarde y la firma de autógrafos será de las 18:30 a las 20 en el macro centro comercial Yunekoshi de las afueras. Posteriormente se ofrecerán a los altos directivos del centro así como a los invitados de excepción una muestra gastronómica que...."
Plegó el sobre, guardándolo en el bolsillo con una clara mueca de irritación y desagrado.
-Lo que me faltaba, toda la tarde de mañana perdida.
-Yuki!! - la cara de Shindou refulgía de felicidad- vas a ir el mismo día al mismo centro comercial que yo. ¡¡Podremos vernos por la tarde!!, ¡¡Es casi como si fuésemos juntos!!
-Ummm- el novelista sacó un cigarrillo de la caja- pero vamos a trabajar, no a pasar la tarde. Tan pocos días para la entrega del libro y me hacen esto- murmuró indignado entre dientes a la par que retomaba la calle hasta su vivienda.
Shuichi bajó la cabeza con resignación mientras buscaba tímidamente la mano del rubio para enlazarla con la suya.
********
Un conejito blanco de peluche bailaba desde el asiento de atrás de la moto del pelirrojo.
Hiroshi lanzó una última mirada por el espejo retrovisor a Sakuma, o a lo que de él veía: un casco de moto de color rosa amoratado con un pequeño kumagoro serigrafiado en un costado. Nakano se estaba poniendo nervioso. Como método preventivo redució la velocidad de su moto por la carretera.
-Nakano vamos a llegar tarde a casa de Shu y si se ha marchado no podremos darle la sorpresa nanoda!!
-¡Pues agarrate y deja de jugar!
El guitarrista de Bad Luck metió un aceleron con su vehículo que obligó al cantante de Nittle Grasper a guardar la marioneta en un bolsillo interior de su cazadora y aferrarse con ambas manos a la cintura del pelirrojo. Diez minutos después ambos jóvenes llegaron al bloque de pisos donde vivía el joven de cabellos rosados.
-Voy a llamarle, espera aquí.
El pelirrojo se bajó de la moto dejando a Sakuma sentado, con el casco todavía puesto, mirando a todos los lados, antes de poner una mueca traviesa y empezar a jugar con la moto como si fuese él quien la conducía.
-Brumbrum, es la ultima vuelta y Ryu-chan va en cabeza nanoda!!, se acerca una curva muy peligrosa y ...
Frotándose la cabeza con gesto dolorido, Hiroshi llamó una vez al portero automático. Se oyeron interferencias y golpe secó, finalmente una voz bastante conocía que parecía bastante adormilada.
-Eh... ¿si?
-Vera, somos de la prensa- comenzó Hiro tapándose la nariz y pronunciando cada palabra con un deje nasal ciertamente estúpido- queríamos hablar con Shindou Shuichi. ¿Esta en casa?
-Eh...- la voz parecía desconcertada- eh... soy yo.
-Oh, estupendo, ¿podría bajar?. ¿Queríamos hacerle algunas preguntas?, ah y fotos. Si le fuera posible bajar en traje de baño para las fotos nos haría un favor.
-... -silencio desconcertado. A Nakano le estaba costando mucho trabajo no empezar a reírse- ¿en bañador a la calle para hacerme una entrevista?.
-Oh si, desde luego, es lo más habitual. También nos facilitaría bastante nuestro trabajo si pudiese bajar además de con el bañador, con los pezones untados de nata, aunque si usted no tiene, puede servirnos el chocolate, o si lo prefiere se la facilitamos nosotros.
-... ¿de qué revista dice que es?
-¿No se lo dije ya?. A bueno, no pasa nada. ¿Pede bajar con lo que le he pedido ahora?. Y no se olvide de ponerse el gorro de ducha, es un truco con el que siempre los artistas salen muy favorecidos
-... eh... espere un momento por favor...
No lo soportó más, Hiroshi estallo en sonoras carcajadas, de tal manera que tuvo que apoyar una mano sobre la pared junto al portero para no perder el equilibrio.
-Shuichi que soy yo!!! Baja de una vez!!!
-¿Hiro?!!, ¡¡Serás mamón, me estabas asustando!!
-Si si, disimula, que ya te veía aquí abajo con todo lo que te dije. ¡¡Baja ya!
El pelirrojo se separó del portal y regresó junto a Sakuma, que estaba en mitad de una ovación hacia su persona por acabar de ganar el premio mundial de motociclismo.
-¿Y Shu-chan??
-Baja ahora
Poco después el cantante de cabellos rosados, con los ojos inyectados en sangre, salía por la puerta poniéndose una cazadora deportiva .
-¡¡HIRO!!
Nada más verle la cara, el guitarrista no pudo volver a carcajearse de nuevo. Cuando Shindou llegó a su altura dispuesto a atacar, el pelirrojo lo calmó con unas palmaditas en la cabeza.
-Venga, venga, Shuichi que era una broma inocente- Nakano sonrió con picardía- aunque no me negaras que te estabas planteando bajar como te dije.
A Shuichi se le empezó a contraer un ojo con claras tendencias homicidas.
-¡¡Shuichi,!! ¡Buenos días nanoda!- el cantante de Nittle Grasper saltó de la moto al cuello de Shindou, dándole accidentalmente un cabezazo con el casco de la moto.
-Ite!, Sakuma-san!, ¿Qué haces tu también aquí?
-Vengo a decirte que esta tarde, ¡cantare con vosotros en el centro comercial noda!
Todo el mosqueo pertinente que rondaba al cantante de cabellos rosados se volatilizó. Sus ojos se abrieron y en sus labios se impuso una ancha y emocionada sonrisa.
-¿De verdad?- movido por la emoción, correspondió el abrazo de Sakuma, que perdió el equilibrio cayéndose sobre la moto. El pelirrojo puso cara de quererlos matar cuando, con extrema delicadeza, levanto su moto del suelo y revisó si se había roto alguna cosa.
-¿Podemos irnos ya?- urgió Hiro mirando el reloj con nerviosismo- Tenemos que haber terminado con los ajustes de la canción para medio día, y no creo que vayamos muy sobrados de tiempo.
-¿Irnos? - preguntó Shindou desconcertado- ¿Los tres en la moto?
-Si
-Um, Bueno
Nakano sacó el casco de repuesto que ya era prácticamente propiedad del cantante de Bad Luck.
-Venga, subid. Debemos darnos prisa, a estas horas todavía no hay demasiada policía.
Terminó de colocarse el casco, Shuichi se sentó tras el pelirrojo, pegándose mucho a él para dejar sitio a Sakuma, que si perder el tiempo también montó sujetándose por su cintura.
-Y no os mováis demasiado o nos la damos, y os aseguro que esta tarde cantamos, aunque K nos tenga que sacar del hospital a punta de pistola.
Los tres salieron no demasiado deprisa pues la moto ya comenzaba a notar el trabajo de llevar a tres personas en vez de una.
Con los ojos entrecerrados, Yuki Eiri les vio perderse entre las calles. Tiró la colilla consumida por el balcón, apoyando los brazos en la barandilla. No se sentía satisfecho, y algo comenzaba a molestarle, aunque no quería admitirlo ni siquiera para sí. Recordó con desgana, que aquella tarde la perdería por completo en el centro comercial, así que entró nuevamente en su casa, se colocó la arrugada camisa del día anterior con desinterés y no tardó en sentarse frente al portátil para intentar salvar, al menos, la mañana.
********
Sakano, hecho un mar de nervios como era habitual en él, tiró el periódico del día delante de K, para acto seguido, dejarse llevar por la histeria. El manager estaba intentado disfrutar de su desayuno compuesto por té y algún que otro dulce, pero el ver al hombre moreno de gafas dando vueltas por la habitación, pidiendo misericordia divina a lagrima viva, hacía un poco difícil la empresa.
-Which the problem is?
-La pagina 5, ¡Mira la pagina 5!
El rubio dejó tristemente su humeante infusión, buscando el motivo por el cual el productor estaba en semejante estado. En la pagina citada, había dos fotos estilo carné, pero con cierta calidad fotográfica, bajo el titular "Sorprende coincidencia". La noticia se limitaba a informar que aquel mismo día se citarían en el mismo lugar público, el conocido escritor Yuki Eiri, así como el no menos famoso cantante revelación Shindou Shuichi. El reportaje trataba de llamar la atención citando la conocida relación que había entre ambos, intentando darle morbo al asunto, y haciéndose preguntas retóricas de si habría alguna segunda intención para aquel acto publico. Las ultimas frases que cerraban el articulo recordaban que la primera y única aparición en los medios de ambos jóvenes, había sido para aceptar públicamente su relación, y ya que volvían a salir juntos, quizá era debido a que quisiesen declarar alguna nueva noticia.
Terminó de leer la noticia, doblo el periódico y con indiferencia, K retomó su desayuno.
-¿Pero es que no te das cuenta? -preguntó Sakano a su lado frotándose con el dorso de la mano y parte de la manga las mejillas humedecidas por los torrentes de lágrimas.
-¿Cuenta de qué?. Aquí no dice absolutamente nada embarazoso que la gente no supiera de antes.
- ¡Pero es que esta tarde aquello va a ser un hormiguero!
-Oh, Well!! más publicidad y más ventas cuando salga el disco.
Shuichi estaba en el estudio con cara embobada leyendo aquel mismo articulo en aquel mismo momento. Hiroshi lo miraba divertido entre acorde y acorde.
-¿Qué pasa Shu, te hace ilusión que hablen de ti y de Yuki en la misma página?
A modo de contestación, el cantante le miró con ojillos vidriosos por la emoción. El pelirrojo rió entre dientes.
Ya veo... -comentó con una sonrisa tranquila.
-He dejado veinte periódicos más reservados en el kiosco de abajo, el que esta junto al bar. Quiero guardarlos de recuerdo.
-Je
-¿Crees que Yuki lo habrá leído ya?
El guitarrista sin perder el acorde se limitó a encogerse hombros. Suguru por su parte, relegado de toda atención, estaba en un rincón, echo visiblemente una piltrafa, tras ser el único que había estado trabajando durante toda la noche.
***********
La noticia, si antes había sido pólvora, después de las diez de la mañana era una granada a punto de explotar. Las tiendas de discos, así como las librerías habían estado a reventar en las primeras horas de la mañana por gente de todas las edades que buscaban desesperadamente comprar los últimos trabajos tanto de Shuindou Shuichi como de Yuki Eiri. Desde primera hora de la mañana la gente había empezado a congregarse en el centro comercial, muchas chicas ya fuera con libro o disco en la mano, miraban ansiosas a todas partes, suspirando cada vez que sus ojos se posaban en los "templetes" que se habían construido en distintas ubicaciones para la ocasión. Los directores del centro, habían planeado poner cada promoción en uno de los lados de aquel centro comercial de estructura rectangular, pero para media tarde, cuando la expectación y la euforia comenzaba a ser algo tangible, e incluso agresivo (como alguien tuviese la osadía de intentarse colar en las filas que habían comenzado a formarse un par de horas antes), la idea no parecía tan maravillosa. El espacio comenzó a ser insuficiente y la gente se apelotonaba casi los unos encima de los otros. Hubo algunos problemas, pues los fans de Yuki Eiri eran en su mayoría mujeres jóvenes y alguna que otra señora, que eran por lo general bastante posadas, pero los admiradores de Bad Luck eran más variados, y los jóvenes ya fueran chicos o chicas, de una edad más rebelde, empezaban a ver con malos ojos aquellos otros fans que les estaban robando "su" espacio.
Encima para colmo, la firma de autógrafos y el pequeño concierto empezaban con apenas un cuarto de hora de diferencia, por lo que, media hora antes de la hora indicada, aquello parecía un hervidero.
Por ocurrencia de K, los tres jóvenes que formaban Bad Luck, así como Sakuma, consiguieron entrar sin dificultades por una puerta trasera, al entrar vestidos de repartidores con viseras y monos de trabajo azul marino. En una sala destinada solo a los trabajadores se quitaron los monos, dejando al descubierto ropas juveniles de llamativos colores con cierto toque de las tendencias actuales. Unas cuantas mujeres los hicieron sentar, retocando sus peinados y corrigiendo algún defecto del poco maquillaje que llevaban. Shuichi era el más excitado de todos, miraba a todas partes esperando encontrarse en cualquier momento al novelista. Movía mucho la cabeza y eso ponía malas a las peluqueras que no dejaban de reprenderle y pedirle que se estuviera quieto, pero la ancha sonrisa de su cara era un signo claro de que no las estaba prestando la más mínima atención.
Quedaban cinco minutos para salir "a encandilar al publico", como le gustaba decir a Hiro. Suguru estaba demasiado nervioso siquiera para sonreír, no dejaba de repasar mentalmente las notas y mover lo dedos en el aire. Shuichi seguía buscando.
-¿Preparado nanoda?
-Um... hum- Shindou afirmó con la cabeza y sonrió divertido a Sakuma. El cantar con Ryuichi le producía una gran seguridad en si mismo- estaba buscando a Yuki, pensé que ya debería de estar por aquí, pero quizá se lo hayan llevado a otra sala.
-Ne, Shu. Vamos a cantar!! -Sakuma cogió a Shindou con un brazo por el cuello, levantando el brazo con energía- Brilla brilla Shuichi nanoda!!
Les hicieron una señal de que debían comenzar ya. K les levanto el pulgar hacia arriba en señal de ánimo cuando al salir por la puerta para llegar hasta donde estaban los instrumentos y los micro, los fans comenzaron a gritar, vitorear y algunos hasta llorar de la emoción. Se produjo un grito aún mayor, cuando reconocieron, que era Sakuma Ryuichi, el que salía cogido del brazo del cantante de Bad Luck.
Subieron a la plataforma ante los vítores ensordecedores y tomaron sus respectivos puestos.
Shuichi tomó aire profundamente antes de gritar con una sonrisa al micrófono.
-¡¡BUENAS TARDES!!!
-¡¡¿ESTAIS PREPARADOS?!! -preguntó a su lado Sakuma con igual intensidad, dedicándoles a todos una mirada penetrante.
Los fans enloquecieron.
Yuki Eiri tampoco había tenido demasiados problemas para entrar, pero el parecía moverse en un mundo diferente. Todo lo que le rodeaba estaba más calmado al igual que él mismo. Había expectación, pero era una expectación contenida y silenciosa. Los gerentes del centro le acompañaron hasta donde debía de promocionar su libro. Había una mesa de cristal bastante elegante, una silla de aspecto no muy cómodo, y tras esta un enorme panel con una foto provisional de la portada de su próxima novela. Tomó asiento y se quitó las gafas de sol dejándolas en un costado, ante las miradas ansiosas de todas aquellas mujeres. Se escuchaban murmullos, pero el ruido, el verdadero ruido, llegaba desde el otro lado del centro con los chillidos de los fans que opacaban casi en su totalidad la música de las canciones.
El novelista se sintió incomodo con la situación, no obstante, tomó con una perturbadora sonrisa el primer libro que le tendieron para firmar. La mujer enrojeció hasta la punta del cabello.
***********
K observaba con fijeza como Shindou cantaba a pleno pulmón la canción que se convertiría en el tema central del nuevo disco. Ryuichi le hacia algunos coros y cantaba a aduo con él alguna que otra estrofa. Las voces de los jóvenes habían disminuido para empaparse con cada letra salida de aquellas dos bocas. Aquella canción se iba a convertir casi un nuevo credo para ellos.
La fe ciega que a veces se pone en las palabras.
-Bueno, para haberse echo todo en un par de días, no ha salido tan mal ¿verdad Sakano?
El aludido se limitaba a contemplar al grupo con los ojos muy abiertos, mientras se secaba nerviosamente el sudor de la frente con un pañuelo blanco.
-Eh... si.... -dijo con un hilo de voz. El manager a su lado le dio una palmada reconfortante en la espalda que casi lo hace caer.
-Sakano, Tohma ya te habrá dicho que es lo que quiere hacer con Bad Luck- el hombre moreno de gafas de limitó a sentir de forma silenciosa- ¿qué opinas al respecto?
Los acordes de la canción estaban llegando al final. Un extraño silencio reverente se hizo entre la marea de gente allí congregada. K se volvió desconcertado hacia la plataforma para observar como, lo que había empezado siendo un caricia, se había vuelto un acto un poco más indiscreto.
Los fan habían gritado extasiados al ver como los dos cantantes tras terminar la canción, con la música aun procedente de la guitarra y el teclado de fondo, se habían pasado el brazo por los hombros mutuamente alzando los micros hacia el cielo en señal de muda promesa. Saukuma había reído con su mueca infantil revolviendo los cabellos rosados de su acompañante, y se había acercado a su oído para susurrarle algo en aquel ruido estruendoso. Pero tras el susurró, Ryuichi le había dado un cariñoso beso en la mejilla a su joven compañero. Este acto encendió a las masas arrancándoles exclamaciones ahogadas y piropos. Divertido con la reacción el cantante de Nittle Grasper, le propinó otro beso, más abajo que la vez anterior y de una forma más lenta y premeditada. Shuichi rió ruborizándose, ante la chanza que hacía que el publico rugiera excitado en incontables aplausos. Pero su risa se detuvo, cuando nuevamente Sakuma se giró hacia él, quitó el brazo de sus hombros, y tras tomarle por la barbilla le robó un beso ansioso y pasional.
Shuichi abrió los ojos perplejo, los aplausos eufóricos del publico y el cuerpo de Sakuma cubriéndolo casi por completo le hicieron sentirse mareado. El echo de que Sakuma le estaba besando delante de un montón de personas, era demasiada información para ser asimilada en ese momento. Ryuichi dejó sus labios con delicadeza, después de haberlos puesto rojos de tanto morderlos y chuparlos en aquel beso exigente.
Sonrió al publico con una mueca infantil y llena de vitalidad, siendo recibido por más aplausos, mientras a su espalda Shuichi, tan sólo se cubría la boca con todo el rostro enrojecido bajo las miradas perplejas de Hiroshi y Suguru, a los cuales aquel gesto también había pillado por sorpresa.
-No sabia que Bad Luck se hiera convertido en "ese tipo" de grupos- comentó no muy convencido K con una ceja alzada en la disconformidad, cruzándose de brazos. A su lado, o más bien tirado cual largo era a sus pies, Sakano echaba espuma blanca por la boca, con un leve tic nervioso por todas sus extremidades.
Con calma y educación, Yuki Eiri devolvió el libro a la señora que lo miraba como si él fuese el único hombre de la tierra. El novelista se estaba empezando a aburrir de aquella rutina en la que llevaba ya casi una hora: coger libro. Preguntar a señora haciendo como que te interesa su opinión. Firmar libro. Devolver libro con sonrisa (que no se note demasiado que es formada). Desear que señora se pierda y no vuelva.
Así una y otra vez, lo único que rompía aquella monotonía era los rugidos que llegaban desde el otro lado del centro, a pesar de ser inmenso, los fan estaban armando un verdadero escándalo.
Cuando la música dejo de escucharse, el novelista supuso que la promoción de Bad Luck ya habría terminado. Suspiró pensando en la otra hora que todavía le quedaba a él para poder abandonar su posición. Al rato, comenzaron a pasar jóvenes hacia la salida, que vendrían con total seguridad de escuchar el mini concierto promocional.
Un par adolescentes procedentes de la riada de personas que se marchaban, se detuvieron junto a otras chicas que estaban haciendo cola próximas al novelista, en espera de que les firmara el autógrafo.
-¡¡KYYYYYYYAAAA!!, exclamaron las que venían del concierto- ¡¡No sabéis lo que os habéis perdido!!, deberíais a ver venido con nosotras
Las otras sonrieron con nerviosismo, viendo que en breve seria su turno. El rubio se sorprendió, al ser consciente que estaba tratando de escuchar todo lo que decían aquellas colegiales.
-¿Por qué?. No creo que haya sido tan bueno. Además ya tenemos reservadas las entradas para el primer concierto que va a dar en el centro.
-Pero es distinto, para promocionar el disco, también vino ¡¡Sakuma Ryuichi!!
-¡¿Qué?!, ¡qué faena!, ¡Yo quería verlos cantar juntos, como aquella vez en Ruido!
-Jaja, pero es que hicieron algo más que cantar. -sugirió una con voz melosa que llamó por completo tanto la atención de sus acompañantes como la del rubio que comenzó mirarlas de reojo.
-Ah, ¿y qué hicieron si puede saberse?- exclamó la otra con una sonrisa juguetona.
-Se besaron!!, y tu no veas que pedazo de beso. Al principio Sakuma le estaba haciendo arrumacos a Shindou, pero al final le cogió y - hizo un gesto con la cara- ¡¡No veas que beso!!. Ya quisiera yo que mi novio me besase así. Te lo digo yo, entre esos dos tiene que haber algo. No se puede besar de esa manera cuando no sientes nada por alguien... tengo envidia!! Shindou tiene mucha suerte, ¡los tiene a pares!
Yuki Eiri había dejado de firmar por completo, y ahora observaba con descaro a las muchachas que seguían hablando entre risitas sin saberse observadas por el famoso escritor.
-Tenga su libro - el novelista le devolvió el ejemplar a medio firmar a la mujer que esperaba- Discúlpenme un momento por favor.
Con una inclinación de cabeza, el rubio se levantó tomando sus pertenencias. Acompañado por un preocupado gerente, fue llevado hasta una zona reservada solo para los trabajadores, donde disponían de una sala pequeña, oficinas y unos lavabos.
Yuki entro en el servicio para refrescarse el rostro. Con el agua recorriendo sus facciones, se detuvo unos segundos ante su propio reflejo de fría expresión. Bajó los ojos eludiendo su propia mirada, y tras lanzar un brusco gruñido, le pegó un sonoro puñetazo al cristal. Posteriormente retomó la acción lavarse las manos con serenidad, y tras secárselas, encendió un cigarrillo y regresó la zona de firmas para continuar con su propia promoción con una expresión impasible.
No hubo más sonrisas forzadas lo que resto de tarde.
Comenzaron los festejos por el éxito del pequeño concierto. La gran mayoría brindaba en vasos desechables, pero Shuichi se limitaba a mirar avergonzado al suyo. Sakuma se encontraba saltando por toda la sala, con su conejo Yuki de peluche blanco, tarareando todavía las canciones para algún que otro improvisado espectador.
-¿Qué te pasa Shuichi? - Una mano revolvió su pelo de forma cariñosa. Shindou clavó los ojos en los de su amigo Hiroshi que le sonreía de forma sincera.
-Nada- contestó haciendo pucheros
-¿Seguro que no?, ¿No estarás todavía preocupado por el beso de Sakuma?
-Es que si Yuki se entera se puede enfadar mucho.
Nakano se apartó el pelo de la cara encogiéndose de hombros.
-No creo que le diera tanta importancia. Además ya sabes que muchos otros grupos musicales utilizan la táctica de la "carnaza" para revolver a los fan. El que nosotros no lo hagamos no quiere decir que sea algo raro. Tampoco debes de darle mucha importancia
-Supongo - pero el cantante no quitaba los pucheros. Se había ruborizado nuevamente y miraba su baso con pena. A Hiroshi le dieron ganas de abrazarlo de lo mono que estaba.
-No seas tonto y deja de preocuparte, ya veras como no pasa nada. Además tampoco es de fijo que Yuki se entere- comentó el pelirrojo sin creerse ni él demasiado sus propias palabras.
¿Quieres que vayamos nosotros por ahí a celebrarlo?
-Um, bueno...
******************New continue???
Psssssss che, pues bueno, la verdad es que no tengo nada reseñable que comentar. Quiza que me rayo, pero eso creo que ya se ve ^^UUU.
Bueno lo de siempre, comentarios, blbalbla ¬¬UUU, donde siempre.
Un largo suspiro escapó de entre sus labios antes de desviar la mirada hacia su escritorio.
-Eiri, lo hago por tu bien, de verdad que lo hago por tu bien- se dijo para sí pulsando un botón de un aparato negro que tenia en un costado de la mesa- Por favor señorita, tráigame los informes donde vengan reflejadas las giras que teníamos programadas para Bad Luck este año. También deseo hablar con su manager, así que póngase en contacto con él y hágale venir en cuanto le sea posible a mi oficia.
-¿Desea algo más señor?- inquirió una voz femenina agradable y servicial desde el otro lado de la línea.
-Si, un café, bien cargado. Ah, y unos pastelitos.
-Si señor, ahora mismo señor.
La comunicación se dio por finalizada. Seguchi se paseó intranquilamente por aquella estancia, que podría haber sido un piso individual del centro en cuanto a metros cuadrados se refería, repitiéndose así mismo aquello de lo que quería auto convencerse.
Al cabo de unos minutos, una mujer pulcramente vestida con claro aire de secretaria, entró en la oficina depositando en una bandeja el café y los pasteles. Tras ella, el manager del conocido grupo musical irrumpía con su típica cara de satisfacción. La secretaria hizo una reverencia antes de cerrar la puerta y dejar a solas a los dos hombres.
-Aquí tienes los informes- deposito una carpeta gruesa sobre la mesa- ¿Para que querías que viniera?, ¿No iras a decirme que ahora no quieres que Bad Luck vaya mañana al centro comercial?, porque como a Ryuichi se le haya vuelto a encaprichar pisarnos una promoción yo lo-
-No se trata de eso.
Tohma cogió los informes que descansaban sobre la mesa del despacho, y mientras los ojeaba, tomo asiento en unas sillas más informales que formaban una especia de pequeño salón, en una esquina de la estancia.
El manager lo imitó.
-Umm, ocho conciertos dentro de seis meses en Tokyo y periferia. Veinte en las ciudades habituales... -el presidente leía por encima algunos fragmentos del documento, sin detenerse en ninguna hoja en especial- ... grabación de los videos musicales ... en tres meses...
Seguchi cerró la carpeta y la dejó en la mesita baja sobre la que estaban congregadas las sillas.
Hay que cambiarlo todo. Los videos musicales tienes que estar en el plazo máximo de un mes. Las sesiones de fotos promociónales en menos de dos semanas, y los conciertos serán tan sólo cuatro, dos en Tokyo y los otros dos en las ciudades donde ya teníamos firmados los contratos. Deben hacerse en mes y medio como mucho.
Se consideraba un hombre tranquilo al que era difícil intimidar, pero las palabras del presidente se le estaban haciendo difíciles de asimilar, provocándole una desagradable sensación de ansiedad. K se quitó las gafas de sol y las dejó caer en un asiento contiguo.
-Eso es imposible y lo sabes muy bien. No tenemos ni la mitad de las canciones del disco. Completar el disco en un sólo mes es imposible, incluso intentándolo, deberíamos dedicarnos exclusivamente sólo al disco, con lo que ello repercute: No fines de semana libres, no fiestas, ni siquiera ir a casa a descansar. Malcomer, dormir poco y en la oficina.
El manager sostenía la fría mirada del presidente. Seguchi había adoptado una actitud intensa y decidida, que no dejaba brechas abiertas hacia las posibles protestas, asemejándose a un juez que acabase de dictar sentencia.
¿Qué motivos puede tener el presidente de la compañía para adelantar la publicación de un disco algo más de seis meses?. Sabes que en estas circunstancias extremas, muchos cantantes normales han caído en serias depresiones debido al exceso de trabajo.
-Lo sé, pero es un riesgo que asumiré
-No es algo que tú debas asumir, sino ellos, Bad Luck al completo.
-Desde tu posición, no es algo que te puedas permitir el lujo de discutir- Tohma se puso en pie, para alcanzar la bandeja con el café y los pastelitos que anteriormente había pedido. Se los ofreció a K con su, siempre presente, sonrisa en los labios- ¿Quieres uno?
***************
-No me mires así. ¡¡No es culpa mía que tu dejases las llaves dentro del coche!!
Yuki tomó una larga calada de su cigarrillo, intentando matar su resquemor al igual que la nicotina estaba matando sus pulmones.
-Te advertí que dejaba las llaves dentro. Que te quedases quietecito en el coche. Que no salieses y cerrases la puerta ¿Era muy complicado?- ironizó el escritor mirando la cinta del videoclub iniciadora de toda la discordia- Esto me pasa por intentar complacer a un estúpido, ¿en qué momento te haría caso?
Shindou se volvió para ocultar la mueca resentida de su cara, propinándole una patada a una piedra del vació barrio residencial.
-No es culpa mía- lloriqueó caminado renqueante tras el novelista- no regalan vales de postres gratis todos los días al comprar un menú en Macdonals, yo de verdad que pensé que llevabas más encima, además tampoco cerré del todo la puerta.... sólo que se trabó y luego no se abría y ...
Tiró el cigarrillo a un lado. El novelista se giró para encarar al cantante.
-¿Por unos vales?, ¿no ganas suficiente dinero como para no estar desesperado por unos vales?
-Si bueno pero yo... -sus ojos se volvieron acuosos bajo la frialdad que estaban recibiendo- Yuuukiiiiiiiiiiiiii!!
El escritor contra todo pronostico esbozó una sutil sonrisa. Elevó el rostro del joven de cabellos rosados tomándole por la barbilla, mordiéndole juguetonamente el labio inferior.
-Tienes suerte de que en casa tenga copias, sino, estaría muuuyyy enfadado.
El rubor no tardó en aparecer en el rostro del cantante, que miró de reojo para ver si había alguien en la calle. El novelista, divertido por las reacciones tímidas del cantante, se abrió paso entre sus labios con fuerza, introduciendo toda la lengua en su boca, arrancándole una respiración entrecortada.
-Yuki... aquí no... -el rubio le estaba robando hasta el aire de los pulmones.
-¿Por qué no?- preguntó en un susurro sobre sus labios humedecidos, clavando una mirada ambigua en los ojos violetas del cantante, haciéndole estremecer.
-Señor Shindou!!!!! - gritó una mujer desde doscientos metros más abajo de esa misma calle corriendo a su encuentro.
-Por eso por ejemplo
Shuichi agudizó la vista, reconociendo rápidamente el corte y color de pelo de la mujer así como su agradable rostro. Había estado muchas veces en casa del novelista desde que él se había mudado.
-Ah Yuki, es tu editora- se volvió encontrándose completamente solo en toda la calle- ¿Yuki?, ¿dónde estas? ¿Yuki?
-Ah, Señor Shindou Shuichi- la mujer se detuvo con la respiración agitada a su lado- Le reconocí por el color de su cabello -esbozó una sonrisa avergonzada- eh, me pareció verlo con alguien. ¿No se encontraba el Señor Yuki con usted?
Shuichi puso cara de circunstancias, riendo nerviosamente mientras se rascaba la mejilla.
-Pues la verdad es que...
-Bueno, tampoco importa demasiado. ¿Le dará un recado por favor?. Es muy importante.
La mujer extrajo de su bolso un sobre completamente en blanco y se lo tendió con amabilidad.
Eh estado intentando ponerme en contacto con él desde hace varios días, supongo que estará muy ocupado con el cierre de la novela y por eso no habrá podido atenderme. Se lo entrega cuando pueda, en realidad es necesario que se lo entregue hoy. Lamento las molestias.
-No, no pasa nada.
-Muchas gracias
Ambos inclinaron un poco sus cabezas en señal de respeto, y la mujer se volvió alejándose sin demasiada prisa.
Miró a su alrededor confundido. El vocalista de Bad Luck no tenia la más remota idea de donde demonios se había metido el rubio. No había ningún coche o similar tras el cual esconderse.
Una pierna apareció por encima de una tapia, seguida de un cabellera rubia revuelta y un abrigo caro lleno de hojas de arbusto. Shuichi observó atónito como el rubio saltaba de la pared y caía a su lado todo lleno de hojitas rotas y ramitas secas pegadas por doquier en su desarreglada ropa de marca.
-¿Has echo lo que creo que has echo?- pregunto reticente a creérselo.
-No preguntes. Tuve suerte de que la dueña de la casa me reconociera y tan sólo me pidiera un autógrafo en vez de soltarme el perro que dormitaba en el jardín, que no era precisamente pequeño. ¿qué te ha dado?
El cantante le tendió el sobre, intentando leer por un costado lo que ponía cuando el rubio lo abrió.
"Estimado Señor Yuki, le ruego que disculpe esta petición a tan pocos días de la finalización del plazo de entrega del manuscrito original. Pero de acuerdo con una promoción organizada por el directivo jefe, deberá asistir el día X, a la firma de autógrafos para promocionar la inminente salida de su libro. Su presencia será necesaria a partir de las 15:00 de la tarde y la firma de autógrafos será de las 18:30 a las 20 en el macro centro comercial Yunekoshi de las afueras. Posteriormente se ofrecerán a los altos directivos del centro así como a los invitados de excepción una muestra gastronómica que...."
Plegó el sobre, guardándolo en el bolsillo con una clara mueca de irritación y desagrado.
-Lo que me faltaba, toda la tarde de mañana perdida.
-Yuki!! - la cara de Shindou refulgía de felicidad- vas a ir el mismo día al mismo centro comercial que yo. ¡¡Podremos vernos por la tarde!!, ¡¡Es casi como si fuésemos juntos!!
-Ummm- el novelista sacó un cigarrillo de la caja- pero vamos a trabajar, no a pasar la tarde. Tan pocos días para la entrega del libro y me hacen esto- murmuró indignado entre dientes a la par que retomaba la calle hasta su vivienda.
Shuichi bajó la cabeza con resignación mientras buscaba tímidamente la mano del rubio para enlazarla con la suya.
********
Un conejito blanco de peluche bailaba desde el asiento de atrás de la moto del pelirrojo.
Hiroshi lanzó una última mirada por el espejo retrovisor a Sakuma, o a lo que de él veía: un casco de moto de color rosa amoratado con un pequeño kumagoro serigrafiado en un costado. Nakano se estaba poniendo nervioso. Como método preventivo redució la velocidad de su moto por la carretera.
-Nakano vamos a llegar tarde a casa de Shu y si se ha marchado no podremos darle la sorpresa nanoda!!
-¡Pues agarrate y deja de jugar!
El guitarrista de Bad Luck metió un aceleron con su vehículo que obligó al cantante de Nittle Grasper a guardar la marioneta en un bolsillo interior de su cazadora y aferrarse con ambas manos a la cintura del pelirrojo. Diez minutos después ambos jóvenes llegaron al bloque de pisos donde vivía el joven de cabellos rosados.
-Voy a llamarle, espera aquí.
El pelirrojo se bajó de la moto dejando a Sakuma sentado, con el casco todavía puesto, mirando a todos los lados, antes de poner una mueca traviesa y empezar a jugar con la moto como si fuese él quien la conducía.
-Brumbrum, es la ultima vuelta y Ryu-chan va en cabeza nanoda!!, se acerca una curva muy peligrosa y ...
Frotándose la cabeza con gesto dolorido, Hiroshi llamó una vez al portero automático. Se oyeron interferencias y golpe secó, finalmente una voz bastante conocía que parecía bastante adormilada.
-Eh... ¿si?
-Vera, somos de la prensa- comenzó Hiro tapándose la nariz y pronunciando cada palabra con un deje nasal ciertamente estúpido- queríamos hablar con Shindou Shuichi. ¿Esta en casa?
-Eh...- la voz parecía desconcertada- eh... soy yo.
-Oh, estupendo, ¿podría bajar?. ¿Queríamos hacerle algunas preguntas?, ah y fotos. Si le fuera posible bajar en traje de baño para las fotos nos haría un favor.
-... -silencio desconcertado. A Nakano le estaba costando mucho trabajo no empezar a reírse- ¿en bañador a la calle para hacerme una entrevista?.
-Oh si, desde luego, es lo más habitual. También nos facilitaría bastante nuestro trabajo si pudiese bajar además de con el bañador, con los pezones untados de nata, aunque si usted no tiene, puede servirnos el chocolate, o si lo prefiere se la facilitamos nosotros.
-... ¿de qué revista dice que es?
-¿No se lo dije ya?. A bueno, no pasa nada. ¿Pede bajar con lo que le he pedido ahora?. Y no se olvide de ponerse el gorro de ducha, es un truco con el que siempre los artistas salen muy favorecidos
-... eh... espere un momento por favor...
No lo soportó más, Hiroshi estallo en sonoras carcajadas, de tal manera que tuvo que apoyar una mano sobre la pared junto al portero para no perder el equilibrio.
-Shuichi que soy yo!!! Baja de una vez!!!
-¿Hiro?!!, ¡¡Serás mamón, me estabas asustando!!
-Si si, disimula, que ya te veía aquí abajo con todo lo que te dije. ¡¡Baja ya!
El pelirrojo se separó del portal y regresó junto a Sakuma, que estaba en mitad de una ovación hacia su persona por acabar de ganar el premio mundial de motociclismo.
-¿Y Shu-chan??
-Baja ahora
Poco después el cantante de cabellos rosados, con los ojos inyectados en sangre, salía por la puerta poniéndose una cazadora deportiva .
-¡¡HIRO!!
Nada más verle la cara, el guitarrista no pudo volver a carcajearse de nuevo. Cuando Shindou llegó a su altura dispuesto a atacar, el pelirrojo lo calmó con unas palmaditas en la cabeza.
-Venga, venga, Shuichi que era una broma inocente- Nakano sonrió con picardía- aunque no me negaras que te estabas planteando bajar como te dije.
A Shuichi se le empezó a contraer un ojo con claras tendencias homicidas.
-¡¡Shuichi,!! ¡Buenos días nanoda!- el cantante de Nittle Grasper saltó de la moto al cuello de Shindou, dándole accidentalmente un cabezazo con el casco de la moto.
-Ite!, Sakuma-san!, ¿Qué haces tu también aquí?
-Vengo a decirte que esta tarde, ¡cantare con vosotros en el centro comercial noda!
Todo el mosqueo pertinente que rondaba al cantante de cabellos rosados se volatilizó. Sus ojos se abrieron y en sus labios se impuso una ancha y emocionada sonrisa.
-¿De verdad?- movido por la emoción, correspondió el abrazo de Sakuma, que perdió el equilibrio cayéndose sobre la moto. El pelirrojo puso cara de quererlos matar cuando, con extrema delicadeza, levanto su moto del suelo y revisó si se había roto alguna cosa.
-¿Podemos irnos ya?- urgió Hiro mirando el reloj con nerviosismo- Tenemos que haber terminado con los ajustes de la canción para medio día, y no creo que vayamos muy sobrados de tiempo.
-¿Irnos? - preguntó Shindou desconcertado- ¿Los tres en la moto?
-Si
-Um, Bueno
Nakano sacó el casco de repuesto que ya era prácticamente propiedad del cantante de Bad Luck.
-Venga, subid. Debemos darnos prisa, a estas horas todavía no hay demasiada policía.
Terminó de colocarse el casco, Shuichi se sentó tras el pelirrojo, pegándose mucho a él para dejar sitio a Sakuma, que si perder el tiempo también montó sujetándose por su cintura.
-Y no os mováis demasiado o nos la damos, y os aseguro que esta tarde cantamos, aunque K nos tenga que sacar del hospital a punta de pistola.
Los tres salieron no demasiado deprisa pues la moto ya comenzaba a notar el trabajo de llevar a tres personas en vez de una.
Con los ojos entrecerrados, Yuki Eiri les vio perderse entre las calles. Tiró la colilla consumida por el balcón, apoyando los brazos en la barandilla. No se sentía satisfecho, y algo comenzaba a molestarle, aunque no quería admitirlo ni siquiera para sí. Recordó con desgana, que aquella tarde la perdería por completo en el centro comercial, así que entró nuevamente en su casa, se colocó la arrugada camisa del día anterior con desinterés y no tardó en sentarse frente al portátil para intentar salvar, al menos, la mañana.
********
Sakano, hecho un mar de nervios como era habitual en él, tiró el periódico del día delante de K, para acto seguido, dejarse llevar por la histeria. El manager estaba intentado disfrutar de su desayuno compuesto por té y algún que otro dulce, pero el ver al hombre moreno de gafas dando vueltas por la habitación, pidiendo misericordia divina a lagrima viva, hacía un poco difícil la empresa.
-Which the problem is?
-La pagina 5, ¡Mira la pagina 5!
El rubio dejó tristemente su humeante infusión, buscando el motivo por el cual el productor estaba en semejante estado. En la pagina citada, había dos fotos estilo carné, pero con cierta calidad fotográfica, bajo el titular "Sorprende coincidencia". La noticia se limitaba a informar que aquel mismo día se citarían en el mismo lugar público, el conocido escritor Yuki Eiri, así como el no menos famoso cantante revelación Shindou Shuichi. El reportaje trataba de llamar la atención citando la conocida relación que había entre ambos, intentando darle morbo al asunto, y haciéndose preguntas retóricas de si habría alguna segunda intención para aquel acto publico. Las ultimas frases que cerraban el articulo recordaban que la primera y única aparición en los medios de ambos jóvenes, había sido para aceptar públicamente su relación, y ya que volvían a salir juntos, quizá era debido a que quisiesen declarar alguna nueva noticia.
Terminó de leer la noticia, doblo el periódico y con indiferencia, K retomó su desayuno.
-¿Pero es que no te das cuenta? -preguntó Sakano a su lado frotándose con el dorso de la mano y parte de la manga las mejillas humedecidas por los torrentes de lágrimas.
-¿Cuenta de qué?. Aquí no dice absolutamente nada embarazoso que la gente no supiera de antes.
- ¡Pero es que esta tarde aquello va a ser un hormiguero!
-Oh, Well!! más publicidad y más ventas cuando salga el disco.
Shuichi estaba en el estudio con cara embobada leyendo aquel mismo articulo en aquel mismo momento. Hiroshi lo miraba divertido entre acorde y acorde.
-¿Qué pasa Shu, te hace ilusión que hablen de ti y de Yuki en la misma página?
A modo de contestación, el cantante le miró con ojillos vidriosos por la emoción. El pelirrojo rió entre dientes.
Ya veo... -comentó con una sonrisa tranquila.
-He dejado veinte periódicos más reservados en el kiosco de abajo, el que esta junto al bar. Quiero guardarlos de recuerdo.
-Je
-¿Crees que Yuki lo habrá leído ya?
El guitarrista sin perder el acorde se limitó a encogerse hombros. Suguru por su parte, relegado de toda atención, estaba en un rincón, echo visiblemente una piltrafa, tras ser el único que había estado trabajando durante toda la noche.
***********
La noticia, si antes había sido pólvora, después de las diez de la mañana era una granada a punto de explotar. Las tiendas de discos, así como las librerías habían estado a reventar en las primeras horas de la mañana por gente de todas las edades que buscaban desesperadamente comprar los últimos trabajos tanto de Shuindou Shuichi como de Yuki Eiri. Desde primera hora de la mañana la gente había empezado a congregarse en el centro comercial, muchas chicas ya fuera con libro o disco en la mano, miraban ansiosas a todas partes, suspirando cada vez que sus ojos se posaban en los "templetes" que se habían construido en distintas ubicaciones para la ocasión. Los directores del centro, habían planeado poner cada promoción en uno de los lados de aquel centro comercial de estructura rectangular, pero para media tarde, cuando la expectación y la euforia comenzaba a ser algo tangible, e incluso agresivo (como alguien tuviese la osadía de intentarse colar en las filas que habían comenzado a formarse un par de horas antes), la idea no parecía tan maravillosa. El espacio comenzó a ser insuficiente y la gente se apelotonaba casi los unos encima de los otros. Hubo algunos problemas, pues los fans de Yuki Eiri eran en su mayoría mujeres jóvenes y alguna que otra señora, que eran por lo general bastante posadas, pero los admiradores de Bad Luck eran más variados, y los jóvenes ya fueran chicos o chicas, de una edad más rebelde, empezaban a ver con malos ojos aquellos otros fans que les estaban robando "su" espacio.
Encima para colmo, la firma de autógrafos y el pequeño concierto empezaban con apenas un cuarto de hora de diferencia, por lo que, media hora antes de la hora indicada, aquello parecía un hervidero.
Por ocurrencia de K, los tres jóvenes que formaban Bad Luck, así como Sakuma, consiguieron entrar sin dificultades por una puerta trasera, al entrar vestidos de repartidores con viseras y monos de trabajo azul marino. En una sala destinada solo a los trabajadores se quitaron los monos, dejando al descubierto ropas juveniles de llamativos colores con cierto toque de las tendencias actuales. Unas cuantas mujeres los hicieron sentar, retocando sus peinados y corrigiendo algún defecto del poco maquillaje que llevaban. Shuichi era el más excitado de todos, miraba a todas partes esperando encontrarse en cualquier momento al novelista. Movía mucho la cabeza y eso ponía malas a las peluqueras que no dejaban de reprenderle y pedirle que se estuviera quieto, pero la ancha sonrisa de su cara era un signo claro de que no las estaba prestando la más mínima atención.
Quedaban cinco minutos para salir "a encandilar al publico", como le gustaba decir a Hiro. Suguru estaba demasiado nervioso siquiera para sonreír, no dejaba de repasar mentalmente las notas y mover lo dedos en el aire. Shuichi seguía buscando.
-¿Preparado nanoda?
-Um... hum- Shindou afirmó con la cabeza y sonrió divertido a Sakuma. El cantar con Ryuichi le producía una gran seguridad en si mismo- estaba buscando a Yuki, pensé que ya debería de estar por aquí, pero quizá se lo hayan llevado a otra sala.
-Ne, Shu. Vamos a cantar!! -Sakuma cogió a Shindou con un brazo por el cuello, levantando el brazo con energía- Brilla brilla Shuichi nanoda!!
Les hicieron una señal de que debían comenzar ya. K les levanto el pulgar hacia arriba en señal de ánimo cuando al salir por la puerta para llegar hasta donde estaban los instrumentos y los micro, los fans comenzaron a gritar, vitorear y algunos hasta llorar de la emoción. Se produjo un grito aún mayor, cuando reconocieron, que era Sakuma Ryuichi, el que salía cogido del brazo del cantante de Bad Luck.
Subieron a la plataforma ante los vítores ensordecedores y tomaron sus respectivos puestos.
Shuichi tomó aire profundamente antes de gritar con una sonrisa al micrófono.
-¡¡BUENAS TARDES!!!
-¡¡¿ESTAIS PREPARADOS?!! -preguntó a su lado Sakuma con igual intensidad, dedicándoles a todos una mirada penetrante.
Los fans enloquecieron.
Yuki Eiri tampoco había tenido demasiados problemas para entrar, pero el parecía moverse en un mundo diferente. Todo lo que le rodeaba estaba más calmado al igual que él mismo. Había expectación, pero era una expectación contenida y silenciosa. Los gerentes del centro le acompañaron hasta donde debía de promocionar su libro. Había una mesa de cristal bastante elegante, una silla de aspecto no muy cómodo, y tras esta un enorme panel con una foto provisional de la portada de su próxima novela. Tomó asiento y se quitó las gafas de sol dejándolas en un costado, ante las miradas ansiosas de todas aquellas mujeres. Se escuchaban murmullos, pero el ruido, el verdadero ruido, llegaba desde el otro lado del centro con los chillidos de los fans que opacaban casi en su totalidad la música de las canciones.
El novelista se sintió incomodo con la situación, no obstante, tomó con una perturbadora sonrisa el primer libro que le tendieron para firmar. La mujer enrojeció hasta la punta del cabello.
***********
K observaba con fijeza como Shindou cantaba a pleno pulmón la canción que se convertiría en el tema central del nuevo disco. Ryuichi le hacia algunos coros y cantaba a aduo con él alguna que otra estrofa. Las voces de los jóvenes habían disminuido para empaparse con cada letra salida de aquellas dos bocas. Aquella canción se iba a convertir casi un nuevo credo para ellos.
La fe ciega que a veces se pone en las palabras.
-Bueno, para haberse echo todo en un par de días, no ha salido tan mal ¿verdad Sakano?
El aludido se limitaba a contemplar al grupo con los ojos muy abiertos, mientras se secaba nerviosamente el sudor de la frente con un pañuelo blanco.
-Eh... si.... -dijo con un hilo de voz. El manager a su lado le dio una palmada reconfortante en la espalda que casi lo hace caer.
-Sakano, Tohma ya te habrá dicho que es lo que quiere hacer con Bad Luck- el hombre moreno de gafas de limitó a sentir de forma silenciosa- ¿qué opinas al respecto?
Los acordes de la canción estaban llegando al final. Un extraño silencio reverente se hizo entre la marea de gente allí congregada. K se volvió desconcertado hacia la plataforma para observar como, lo que había empezado siendo un caricia, se había vuelto un acto un poco más indiscreto.
Los fan habían gritado extasiados al ver como los dos cantantes tras terminar la canción, con la música aun procedente de la guitarra y el teclado de fondo, se habían pasado el brazo por los hombros mutuamente alzando los micros hacia el cielo en señal de muda promesa. Saukuma había reído con su mueca infantil revolviendo los cabellos rosados de su acompañante, y se había acercado a su oído para susurrarle algo en aquel ruido estruendoso. Pero tras el susurró, Ryuichi le había dado un cariñoso beso en la mejilla a su joven compañero. Este acto encendió a las masas arrancándoles exclamaciones ahogadas y piropos. Divertido con la reacción el cantante de Nittle Grasper, le propinó otro beso, más abajo que la vez anterior y de una forma más lenta y premeditada. Shuichi rió ruborizándose, ante la chanza que hacía que el publico rugiera excitado en incontables aplausos. Pero su risa se detuvo, cuando nuevamente Sakuma se giró hacia él, quitó el brazo de sus hombros, y tras tomarle por la barbilla le robó un beso ansioso y pasional.
Shuichi abrió los ojos perplejo, los aplausos eufóricos del publico y el cuerpo de Sakuma cubriéndolo casi por completo le hicieron sentirse mareado. El echo de que Sakuma le estaba besando delante de un montón de personas, era demasiada información para ser asimilada en ese momento. Ryuichi dejó sus labios con delicadeza, después de haberlos puesto rojos de tanto morderlos y chuparlos en aquel beso exigente.
Sonrió al publico con una mueca infantil y llena de vitalidad, siendo recibido por más aplausos, mientras a su espalda Shuichi, tan sólo se cubría la boca con todo el rostro enrojecido bajo las miradas perplejas de Hiroshi y Suguru, a los cuales aquel gesto también había pillado por sorpresa.
-No sabia que Bad Luck se hiera convertido en "ese tipo" de grupos- comentó no muy convencido K con una ceja alzada en la disconformidad, cruzándose de brazos. A su lado, o más bien tirado cual largo era a sus pies, Sakano echaba espuma blanca por la boca, con un leve tic nervioso por todas sus extremidades.
Con calma y educación, Yuki Eiri devolvió el libro a la señora que lo miraba como si él fuese el único hombre de la tierra. El novelista se estaba empezando a aburrir de aquella rutina en la que llevaba ya casi una hora: coger libro. Preguntar a señora haciendo como que te interesa su opinión. Firmar libro. Devolver libro con sonrisa (que no se note demasiado que es formada). Desear que señora se pierda y no vuelva.
Así una y otra vez, lo único que rompía aquella monotonía era los rugidos que llegaban desde el otro lado del centro, a pesar de ser inmenso, los fan estaban armando un verdadero escándalo.
Cuando la música dejo de escucharse, el novelista supuso que la promoción de Bad Luck ya habría terminado. Suspiró pensando en la otra hora que todavía le quedaba a él para poder abandonar su posición. Al rato, comenzaron a pasar jóvenes hacia la salida, que vendrían con total seguridad de escuchar el mini concierto promocional.
Un par adolescentes procedentes de la riada de personas que se marchaban, se detuvieron junto a otras chicas que estaban haciendo cola próximas al novelista, en espera de que les firmara el autógrafo.
-¡¡KYYYYYYYAAAA!!, exclamaron las que venían del concierto- ¡¡No sabéis lo que os habéis perdido!!, deberíais a ver venido con nosotras
Las otras sonrieron con nerviosismo, viendo que en breve seria su turno. El rubio se sorprendió, al ser consciente que estaba tratando de escuchar todo lo que decían aquellas colegiales.
-¿Por qué?. No creo que haya sido tan bueno. Además ya tenemos reservadas las entradas para el primer concierto que va a dar en el centro.
-Pero es distinto, para promocionar el disco, también vino ¡¡Sakuma Ryuichi!!
-¡¿Qué?!, ¡qué faena!, ¡Yo quería verlos cantar juntos, como aquella vez en Ruido!
-Jaja, pero es que hicieron algo más que cantar. -sugirió una con voz melosa que llamó por completo tanto la atención de sus acompañantes como la del rubio que comenzó mirarlas de reojo.
-Ah, ¿y qué hicieron si puede saberse?- exclamó la otra con una sonrisa juguetona.
-Se besaron!!, y tu no veas que pedazo de beso. Al principio Sakuma le estaba haciendo arrumacos a Shindou, pero al final le cogió y - hizo un gesto con la cara- ¡¡No veas que beso!!. Ya quisiera yo que mi novio me besase así. Te lo digo yo, entre esos dos tiene que haber algo. No se puede besar de esa manera cuando no sientes nada por alguien... tengo envidia!! Shindou tiene mucha suerte, ¡los tiene a pares!
Yuki Eiri había dejado de firmar por completo, y ahora observaba con descaro a las muchachas que seguían hablando entre risitas sin saberse observadas por el famoso escritor.
-Tenga su libro - el novelista le devolvió el ejemplar a medio firmar a la mujer que esperaba- Discúlpenme un momento por favor.
Con una inclinación de cabeza, el rubio se levantó tomando sus pertenencias. Acompañado por un preocupado gerente, fue llevado hasta una zona reservada solo para los trabajadores, donde disponían de una sala pequeña, oficinas y unos lavabos.
Yuki entro en el servicio para refrescarse el rostro. Con el agua recorriendo sus facciones, se detuvo unos segundos ante su propio reflejo de fría expresión. Bajó los ojos eludiendo su propia mirada, y tras lanzar un brusco gruñido, le pegó un sonoro puñetazo al cristal. Posteriormente retomó la acción lavarse las manos con serenidad, y tras secárselas, encendió un cigarrillo y regresó la zona de firmas para continuar con su propia promoción con una expresión impasible.
No hubo más sonrisas forzadas lo que resto de tarde.
Comenzaron los festejos por el éxito del pequeño concierto. La gran mayoría brindaba en vasos desechables, pero Shuichi se limitaba a mirar avergonzado al suyo. Sakuma se encontraba saltando por toda la sala, con su conejo Yuki de peluche blanco, tarareando todavía las canciones para algún que otro improvisado espectador.
-¿Qué te pasa Shuichi? - Una mano revolvió su pelo de forma cariñosa. Shindou clavó los ojos en los de su amigo Hiroshi que le sonreía de forma sincera.
-Nada- contestó haciendo pucheros
-¿Seguro que no?, ¿No estarás todavía preocupado por el beso de Sakuma?
-Es que si Yuki se entera se puede enfadar mucho.
Nakano se apartó el pelo de la cara encogiéndose de hombros.
-No creo que le diera tanta importancia. Además ya sabes que muchos otros grupos musicales utilizan la táctica de la "carnaza" para revolver a los fan. El que nosotros no lo hagamos no quiere decir que sea algo raro. Tampoco debes de darle mucha importancia
-Supongo - pero el cantante no quitaba los pucheros. Se había ruborizado nuevamente y miraba su baso con pena. A Hiroshi le dieron ganas de abrazarlo de lo mono que estaba.
-No seas tonto y deja de preocuparte, ya veras como no pasa nada. Además tampoco es de fijo que Yuki se entere- comentó el pelirrojo sin creerse ni él demasiado sus propias palabras.
¿Quieres que vayamos nosotros por ahí a celebrarlo?
-Um, bueno...
******************New continue???
Psssssss che, pues bueno, la verdad es que no tengo nada reseñable que comentar. Quiza que me rayo, pero eso creo que ya se ve ^^UUU.
Bueno lo de siempre, comentarios, blbalbla ¬¬UUU, donde siempre.
