Alguien acariciaba con ternura sus cabellos. En la neblina de la consciencia, cuando el sueño parece negarse a remitir, Shuichi ronroneo recordando los dorados ojos sesgados del novelista, a la par que sus labios de forma inaudible pronunciaban su nombre. La agradable caricia dentro de un sueño, en una mañana clara sobre tersas sabanas color crema. Yuki estaba a su lado, con el cabello revuelto y un prematuro cigarrillo medio caído en sus labios que difícilmente disimulaba una sonrisa.
-Shuichi, venga, debes levantarte.
El cantante rezongó, esbozando un gesto adormilado de satisfacción.
-Levanta vago... levanta... hemos llegado ya.
Algo no encajaba en el marco. Shindou rebullo con su nombre retumbando en sus oídos, trató de amarrarse a aquella habitación desdibujada y sin contornos, permaneciendo junto al cuerpo semidesnudo de su amante, pero su nombre volvió a ser pronunciado arrancándole todo aquello, para obligarle a entreabrir levemente los ojos y borrosamente observar, formas oscuras que terminaron revelándose como asientos de tren y personas que caminaban rápidamente por el estrecho pasillo.
-Shuichi- reclamo una voz a su lado. Aun abotargado, y con una sensación melancólica que no supo a que tachar, reconoció el rostro sonriente de Sakuma- ¡¡Hemos llegado ya nanoda!! ¡Venga, coge tus cosas y bajemos antes de que esto arranque otra vez.
Con energía Ryuichi se puso en pie, tomó su mochila y abandonó el vagón pegando saltitos a semejanza de un niño pequeño que esta de excursión con el colegio. Shuichi tardó un poco más en reorganizar sus pensamientos, y limpiándose un pequeño hilo de babilla que rezumaba por la comisura de su labio, se puso torpemente de pie, y cabizbajo abandonó el vagón.
-Estación de Kyoto- murmuró el joven de rosados cabellos una vez se hubo quitado la larga peluca morena.
El conocimiento de estar en aquel lugar le hizo sentir doblemente mal. No sabia porque tenían que haber terminado en el lugar de procedencia, donde tenia toda su familia el escritor. Volvió a mirar el móvil. Ningún mensaje ni señal. Terminó resignándose a la idea de que nadie lo fuera a llamar para pedir que regresara... se reprendió sintiéndose estúpido. Pese a todo, había mantenido hasta el final ese hálito de esperanza de que alguien (preferiblemente Yuki), tratara de retenerle. Que se le iba a hacer, las cosas nunca suceden como se desean. Volvió a guardar el móvil, y trató de poner buena cara cuando Sakuma regreso corriendo con unos helados de una maquina expendedora de la estación.
***********
Hiro por alguna razón, se sintió en la obligación moral de acompañar al novelista hasta su casa. Sabía que sobraba, las miradas que le había estado dirigiendo Tohma, se lo habían constatado durante el trayecto, pero ignoro todos y cada uno de los "ofrecimientos", para que se retirara a sus propios asuntos, precisamente porque aquel asunto también le incumbía. K recogió la furgoneta en el puerto y regreso con Suguru a los estudios, a controlar por orden del presidente a Sakano, no estuviese ya a aquellas alturas, con un bote de calmantes en la mano, y una clara intención de tomárselos todos de golpe.
Yuki abrió la puerta de su apartamento , tirando acto seguido las laves al suelo que quedaron relegadas de atención junto a una de las paredes de la entrada. Tohma se mantenía a su lado, expectante, como si pensase que el escritor fuera a caerse y necesitase ser sujetado.
Sin prestar atención a sus invitados, el novelista entró presuroso a su dormitorio, sin pudor alguno de que lo viesen revuelto y desordenado. Se quitó todas las prendas de abrigo que llevaba depositándolas de mala manera sobre la cama desecha, para poco después maldecir entre dientes y recoger unas cuantas pastillas de suelo, sucias y pisadas, que se metió en la boca obligándose a tragarlas sin medir cantidad ni procedencia.
Thoma temeroso de decir algo inadecuado, bajo la cabeza cuando el escritor pasó junto a él, para dejarse caer pesadamente en el sofá.
Hiroshi miraba la escena, pensando en que quizá si debía de marcharse, aunque antes sentía la necesidad de aclarar algunas cosas con el rubio. Trató de acercarse a él, pero antes de poder hacerlo, la tez de Yuki se quedó lívida, para a continuación inclinarse hacia delante con ambas manos cubriéndole la boca. El gesto no logró impedir que parte de su sangre comenzara a gotear por entre sus dedos.
-Eiri!!.. -Tohma se arrodillo a su lado, poniéndole una mano en la espalda, tanto o casi más blanco que el propio escritor- Nakano-san, llama corriendo a una ambulancia, al servicio de urgencia o a alguien!!
Aturdido, el guitarrista miró en derredor en busca del teléfono, llamando mientras veía de soslayo como el escritor lejos de recuperarse, volvía a tener otra arcada que esta vez no puso contener encharcando todo el suelo con el sanguinolento liquido. Tohma estaba frenético, se puso de pie y entro en el dormitorio, recogiendo todos los botes vacíos que había de pastillas, para después guárdaselos en el bolsillo. Al igual que unas cuantas camisas del armario. Hiroshi no pudo evitar, el apreciar la familiaridad con la que Seguchi tomaba todo lo que necesitaba, como tuviese el conocimiento de donde guardaba el escritor cada cosa.
El presidente regreso al lado del novelista con una pequeña maleta, llena con algunas pocas mudas para éste.
Trató de ponerlo en pie, sin embargo el rubio rechazó el ofrecimiento.
-¿Qué ocurre Eiri? La ambulancia no tardara en llegar, será mejor que vayamos bajando.
-No pienso ir al hospital -jadeo el rubio limpiándose los restos de sangre de la comisura de la boca- si voy, tal y como estoy, seguro que se empeñan en ingresarme. Y no tengo intención de hacer nada semejante hasta que encuentre a Shuichi. No puedo permitir que -la frase quedó silenciada por otra bocanada de sangre.
Como mero espectador, Hiroshi presencio una acalorada discusión entre el presidente y el novelista en el cual ninguno de los dos parecía querer dar su brazo a torcer.
Sonó el timbre de la puerta y Seguchi miró de forma suplicante al escritor que se puso de pie, pero dejando clara su intención de no de marcharse a ningún sitio.
-No- se reitero el novelista- dentro de unos días, quizá, vaya a hacerme un chequeo, pero ahora tengo otras cosas que hacer.
Trató de dar unos pasos, pero su cara se contrajo nuevamente por el dolor. Nakano, incapaz de soportar por más tiempo la situación, se adelanto hacia el novelista
-No servirá de nada que encuentres a Shuichi si te mueres tu antes que él por el camino- murmuró fríamente. El rubio le atravesó con la mirada, como si fuera demasiado arrogante para reconocer que lo que se le decía era cierto- además no sabes donde esta, y no sirve de nada que te dediques a dar vueltas. Yo lo buscare, y en cuanto sepa algo te lo diré. Ahora preocúpate por ti. Shuichi no me perdonaría nunca si viéndote como estas, no hiciera nada porque te recuperaras.
El novelista cerró los ojos, relajando su expresión contraída. Se palpo el pecho, y con calma se sacó un cigarrillo de un bolsillo.
-Te doy dos días - y dicho esto, el escritor arrancó la liviana maleta de las manos de Seguchi, que fue tras él tan pronto como el escritor cogió algunas cosas y salió por la puerta. Nakano se quedo sólo en el apartamento, con el jubilo y la imperios necesidad de encontrar rápido a su amigo de la infancia, para comunicarle lo que a él le parecía la mejor de las noticias dado el caso.
**************
El parque de atracciones acuático estaba a rebosar, no había una sola mesa libre en ninguna de las cafeterías. Dos jóvenes parecieron fruncir el ceño ante la situación. Mas cuando de improviso, sus ojos se posaron en una bella adolescente, de grácil figura, y largos cabellos castaños, se miraron sonriendo en mutuo entendimiento.
-Buenas tardes guapa- comentaron con una sonrisa desenfada acercándose a la desconocida, esta les dedico una mirada indiferente por encima de las gafas de sol, sin dejar de beber su refresco- ¿Te importa que nos sentemos contigo?
-Lo siento, los asientos ya están ocupados- dijo fría pero respetuosamente. Los jóvenes fueron a replicar, pero tres chicas más llegaron hasta la mesa.
-¡¡Ayaka!! ¡¡No sabes lo que te has perdido!!, ¡¡Tenias que haber visto a Maiko!! Jaja, casi se le suelta la parte de arriba del bikini y ...
Los chicos se volvieron, al ver sus esperanzas frustradas. La joven les vio alejarse sin mayor interés, y sin prestar tampoco demasiada atención a sus amigas. Usami se colocó nuevamente las gafas de sol, recostándose placidamente en la silla/tumbona, cuando una de sus amigas, comenzó a pegar chilliditos exaltados.
-¡¡¡Chichas, chicas!!!, ¡¡¿Ese no es Shindou Shuichi del grupo de Bad Luck?!!¡¡Tiene que ser él!!
Al oír ese nombre, Ayaka dio un respingo incorporándose en su asiento, para volverse hacia la dirección que señalaba su compañera.
-¡¡¿Cómo va a ser él?!!, ¿Además que iba a hacer aquí?
-Pues se le parece mucho. Además, me da igual si no es él, esta tan bien como el original, y a lo mejor este no esta "pedido"
-Jajaaja, tu siempre pensando en lo mismo...
La antigua prometida del famoso escritor de novelas románticas, miro, miró, y volvió a mirar, hasta el punto de que cualquiera le hubiera dicho que observar de esa manera a alguien era una falta total de educación, hasta que se convenció de que aquel joven de cabellos rosados que pasaba a unos metros frente a ellas, ere el autentico Shindou. Por lo que desconcertada, se dedico a buscar a Nakano por si también andaba por ahí, pero tan sólo vio al otro cantante que también conocía gracias a los medios de comunicación. Extrañada, y por no quedarse con la duda, sacó su teléfono móvil y marco el numero del guitarrista. El aparato dio señal de desconectado, así que la joven reticente a quedarse así, llamó también a su apartamento.
"Esta usted llamando a la residencia de Nakano Hiroshi, en este momento no se encuentra disponible, deje su ...."
-¿Nakano?, ¿Dónde estas?, Hace mucho que no me llamas, espero que sigáis bien con el adelanto del disco... pero si iban a daros vacaciones, podrías haberme avisado y hubiera ido a visitarte. Acabo de ver a Shindou por aquí, aunque no he podido saludarle. Bueno, espero verte pronto. Adiós.
La joven colgó, y tras colocarse nuevamente sus gafas de sol, volvió a recostarse sobre la silla disfrutando de aquel día soleado.
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Puede que no tuviese una pista clara para encontrar a Shindou Shuichi, pero Tatsuha estaba sacando muchas más ventajas de las que en un principio pensó, siendo Yuki Eiri. Allí donde le habían reconocido, le habían dado las mejores mesas, comidas, y trato que se hubiera podido imaginar. Lastima que no fuera a volver, ni él ni el escritor, pues al haberse marchado de la gran mayoría de los lugares sin pagar, presuponía que la próxima vez que su hermano fuera por allí, no le tratarían con la misma ceremoniosidad o respeto con la que acababan de tratarle.
También había otra ventaja, la cantidad de mujeres de variopintas edades que se le quedaban mirando con descaro, timidez o un encantador rubor inocente. El moreno apreciaba cada una de esas miradas, hasta tal punto, que casi estaban consiguiendo que se olvidara de porque se había ataviado de aquella manera.
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Nakano aparcó su moto junto al bloque de apartamentos donde residía en la actualidad. Rebuscó entre su bolsillos las llaves que hacia casi semanas que no utilizaba para abrir aquel inmueble.
Sus ojos se acostumbraron rápidamente en la oscuridad, que junto al echo de conocer a la perfección su casa, facilito su paso a través de las habitaciones sin necesidad de encender ninguna luz.
Abrió la nevera de la cocina y cogió algo para beber que era prácticamente de lo único que quedaba que no se hubiera caducado o estropeado durante tantos días sin consumir. Regreso con la bebida por donde había venido, y al sentarse en el sofá del pequeño salón, revivió con una sonrisa suave el ultimo día que había estado en su casa, en compañía de Shindou y Sakuma. Quien le iba a decir a él que las cosas se iban complicar de esa manera. Pese a todo sentía cierta tranquilidad, al ver al escritor tan preocupado y desesperado por encontrar a Shuichi. Ahora le alegraba la expectativa de encontrar a su amigo, e imaginarse la amplia sonrisa que se formaría en sus labios al enterarse de todos los estragos por lo que había pasado el novelista en su búsqueda.
Tan sólo había una cosa que contrarrestaba el satisfacción que sentía por el cantante, y era la idea de saber que tal estaría y donde. Le había prometido al rubio buscarlo, y conocía desde hacia muchos años a Shuichi como para conjeturar donde podía irse, pero esta vez no se había ido él, sino que se lo habían llevado, y eso suponía problemas añadidos. También tuvo un mal presentimiento respecto a Sakuma. Enarcó una ceja, rogando porque no ocurriera nada de lo que luego el joven cantante de cabellos rosados tuviera que lamentarse... era alguien tan cauto e ingenuo... que le costaba mucho ver lo que para otro era la mayor de la evidencias.
Pegando otro trago a la bebida, reparó en la luz roja que tintineaba incesante en su contestador automático. La bebida se le quedo atragantada y comenzó a toser al borde de la asfixia.
Tras darse unos golpes en el pecho, Hiroshi dejó la lata semi vacía sobre una mesa, y corrió hacia el contestador, rogando porque fuera su amigo de la infancia quien había dejado el mensaje.
-"¿Nakano?, ¿Dónde estas?"
Hiro suspiró ante la femenina voz grabada. No es que no le agradase escuchar la voz de su novia, pero había puesto muchas expectativas en aquel mensaje.
"Hace mucho que no me llamas, espero que sigáis bien con el adelanto del disco..."
El guitarrista sonrió irónico, recuperando su asiento en el sofá, así como su lata de bebida.
"pero si iban a daros vacaciones, podrías haberme avisado y hubiera ido a visitarte..."
-¿Vacaciones?- murmuró extrañado
Acabo de ver a Shindou por aquí, aunque no he podido saludarle. Bueno, espero verte pronto. Adiós.
Nakano volvió a atragantarse con la bebida, escupiéndola toda por el suelo. ¡¿Shuichi?!, ¿Ayaka acababa de ver a Shuichi?. El guitarrista arrancó, más que tomó el teléfono y marcó rápidamente el numero de la joven.
Una voz delicada descolgó desde el otro lado de la línea.
-¿Diga?
*********
Se dejó caer en plancha sobre la cama. Shuichi no podría haber estado más cansado ni aunque proponiéndoselo. Lo cierto es que en todo el día no había parado de reír en el parque acuático. Él no sabia que en Kyoto había uno, pero al verlo entendió porque Ryuichi le había llevado hasta allí. El día había sido genial en casi todos los aspectos, hacia meses que no se reía tanto, durante tanto tiempo. Incluso había terminado con agujetas en las costillas, y cualquier intento de volver a empezar, amenazaba con doler.
Se limitó a sonreír en silencio ante los recuerdos de los toboganes, Sakuma en la piscina con un flotador con cabeza de pato, los helados, la comida, y en como les habían echado al obstruir y estropear durante más de dos horas una de las atracciones más concurridas con una chancla de flores solo por el mero interés científico de" a ver que pasa si meto esto aquí" (que seria equivalente a darle al único botón de un panel que pusiera "no tocar")
Sakuma entro en la habitación con una sonrisa radiante, y se dejó caer sobre Shuichi abrazándole cariñosamente.
-¿Lo has pasado bien Shu nanoda?
El joven se ruborizó minimamente con el gesto, antes de que le empezaran a gruñir ruidosamente las tripas y se ruborizase aún más si cabía.
Shuichi tiene hambre noda!!!- Sakuma se puso de pie, busco la carta de comidas que el hotel podía ofrecerles, y después de fruncir el entrecejo la tiró a un rincón y exclamó- Mejor nos vamos a comer fuera, la comida de aquí tiene nombres muy raros!!
Tiró del brazo del cantante de Bad Luck, que se dejo arrastrar con una sonrisa. Así había sido todo el día. Shuichi se estaba dejando envolver por el candor, la hilaridad, la alegría que manaba de hombre que había marcado a mas de una generación con su música.
Terminaron comiendo unas hamburguesas en un parque vació tras haber saltado la verja que lo cerraba. La noche era clara y el clima muy agradable. Shindou masticaba en silencio.
-Shuichi, ¿te gusta este sitio?
-Si es muy bonito- afirmo sin mayores aspavientos. Sakuma le miro de soslayo.
-¿A donde te gustaría ir luego noda?
-Umn, luego??- Shuichi se sintió perdido en aquella palabra. Le quedaba una vida por delante en ese luego, y no tenía ni la más remota idea de que iba a hacer con ella. Esteba todavía en plena depresión. De no ser por Sakuma, todavía estaría llorando en algún lugar como la casa de Hiro o habría vuelto a casa de sus padres a encerrarse en su cuarto como había echo la ultima vez.
Sakuma adopto una expresión adusta, al ver la mirada perdida en la cara del joven de cabellos rosados. Creyendo que había metido la pata con la pregunta, se sintió mal al creer que le estaba recordando a Shindou el poco tiempo que le quedaba. Azorado por ello, se permitió el gesto de deslizar un brazo por encima de sus hombros, para acercarlo más a su cuerpo.
-Ma Shuichi, siento haber preguntado eso...- aproximo su boca al oído del joven provocándole un visible sonrojo-...Tan sólo dime lo que quieres hacer, lo que sea... cualquier cosa, tan sólo dilo... haré lo que me pidas
Las palabras sonaron ambiguas y seductoras de sus labios. Shuichi se reprendió al notar como el color le subía hasta la raíz del cabello. ¿Cuando había comenzado a pensar de esa manera tan retorcida?. Debían de ser culpa de las malas compañías.
Turbado, comenzó a tartamudear algo incoherente, cuando la luz de una linterna les dio a ambos de lleno en la cara. Revelando a un guarda nocturno que pasaba a hacer la ronda con el par de perros reglamentarios.
-¡¡Alto!! ¡¿Quién va?!
Y sin tenerse que decir nada, los dos cantantes se pusieron de pie y echaron a correr... como venia siendo por costumbre en aquellas ultimas horas de su vida.
********
Pese a toda esa fachada de autocontrol y dominio, Eiri casi no llega consciente al hospital. Una vez en la ambulancia, sufrió nuevos ataques y entro en un estado comatoso en la camilla. Tohma lo miraba en silencio, con una expresión de profundo temor teñido de melancólica tristeza. Le sujetaba la mano, apretándosela de forma inconsciente, buscando ese calor que le indicaba que pese al aspecto tan terrible que presentaba el escritor, aun estaba vivo.
El presidente de Nittle Grasper no era un dios, pese a las apariencias de algunos de sus actos (debido a la cantidad de contactos que poseía). Por ello, tuvo que esperar pacientemente en una habitación vacía, a que el medico llegara con el informe.
Lo que este decía no era muy halagüeño: el novelista había empeorado notablemente desde la ultima vez que había estado ingresado por similares condiciones. Y cabía una posibilidad muy alta, de que si en un par de horas la herida de su estomago no se controlaba mediante fármacos, tendría que operar o terminaría teniendo un encharcamiento de tejidos, cosa alarmante, pero mucho menos preocupante que el echo de que esto fuera provocado por una hemorragia interna, que llevaba al extremo, podría suponerle la muerte.
Seguchi se quedó nuevamente sólo, con el teléfono móvil de Yuki en la mano, moviéndolo de un lado a otro, recordando tiempos mejores, tiempos en los que los dos eran más jóvenes, más despreocupados, y Eiri sonreía a menudo, sin preocupaciones que tiñeses sus rasgados ojos dorados. Suspiro, añorando aquellos momentos que no regresarían.
El teléfono móvil del escritor comenzó a sonar, vibrando sonoramente entre sus dedos.
-Si?
-¿Yuki?, Tengo noticias de Shui-
-No Nakano-san, soy Seguchi, Eiri sigue en observación. Terminó perdiendo el conocimiento. ¿Qué es lo que ocurre?
El guitarrista desde el otro lado del teléfono parecía exaltado.
-Se donde esta Shuichi. ¡¡Esta en Kyoto!!. He intentado reservar billetes de avión, pero el vuelo estaba completo, y en tren para cuando quiera llegar ya habrán podido irse. Es demasiado tarde para buscar otro tipo de transporte, la mitad de las oficinas ya están cerradas...
En silencio, con una sonrisa suave formándose en sus labios, Tohma se apartó el flequillo de los ojos.
-Ven al hospital, le diré a K que te lleve.
********
Era una experiencia interesante, como en un sólo día, podían haberle partido la boca dos veces. Tatsuha se desperezó bajando del avión, recorriendo las calles de su vieja ciudad con el alba tiñendo el cielo de tonos pastel. Todavía vestía la ropa de su hermano, pero después de la que había preparado el día anterior, decidió que lo mejor era regresar a su casa hasta que se le quitara el tinte del pelo. El ser Yuki Eiri se le había subido ala cabeza: la libertad de hacer lo que quisiera, sin preocuparse por las represarías (total, como no era él, le daba lo mismo)... aunque no podía decir lo mismo de su hermano. El moreno sonrió pensando que seria mejor durante una temporadita (tal vez diez o veinte años), abstenerse de pasear por Tokyo, y mucho menos ir de visita a casa de su hermano.
Entró en su casa, saludando a su padre con la cabeza, que se quedó mudo al pensar que era su hijo mayor el que regresaba por propia voluntad, y sin haberlo anunciado antes a bombo y platillo durante semanas.
El moreno entro en su cuarto, y allí halló a su hermana, que parecía estarle aguardando.
-¡¿Eiri?!, pero si Tohma acaba de...- el supuesto escritor se quitó las gafas de sol revelando sus ojos azul marino, que provocaron una mueca adusta en la hermana mayor-... Tatsuha!!!.
Los ojos de Mika se encresparon, contenido sus manos por no soltarle un guantazo al menor de los Uesugi
¡¡¿Te parece bonito estar haciendo el idiota, disfrazándote de tu hermano, cuando éste esta en el hospital?!!
El temperamento era cosa de familia, así lo estaba demostrando la esposa de Tohma. Su hermano mudó la expresión indiferente de su cara por una de curiosidad, con leves tonos de preocupación.
-¿Qué esta en el hospital?, ¿Qué ha pasado?, ¿Tuvieron un accidente al final con el coche y se partió una pierna o qué?
La mujer lo miró desconcertada, tomando asiento en su escritorio.
-No se de que me hablas, Eiri tuvo una recaída con su enfermedad. Esta ingresado y lo más seguro es que tengan que operarle. Deberías de ir a verle en vez de estar por ahí "de cosplay"- acoto de forma jactanciosa
-Acabo de volver, ya le llamare por teléfono dentro de un par de días para ver como esta.
Mika bufó furiosa dejando la habitación, a sabiendas de que por mucho que insistiera no conseguiría hacer cambiar de opinión al moreno. Largos años perseverancia habían finalizado en esa actitud.
Tras quedarse sólo, el moreno ocupo el lugar donde su hermana había estado sentada segundos antes, y sus ojos se recrearon en uno de tantos posters que tenia de Sakuma Ryuichi empapelando una de las paredes.
Si su hermano estaba ingresado, no podría salir a la calle, por lo que no podría buscar a Shuichi, y eso le daba a él un margen de tiempo nada despreciable. Además le estaba haciendo un favor, porque total, después de encontrarlo se lo llevaría a casa, en un estado mas o menos parecido al de como lo encontró.
En sus labios se dibujo una picara sonrisa, llena de malicia.
-Ah... my honey Ryuichi... se puso de pie restregando su mejilla por el posterd, así como zonas mucho más bajas y sensibles- sabes que no me he olvidado de ti, tu eres el mas importante, pero déjame tener este jueguecito....
-¡¡Tatsuha!! -entró su hermana encontrándole en aquella vergonzosa situación. El moreno no dijo nada, y con movimientos rígidos se aparto trozo de papel pegado a la pared, a la par que adornaba su cara con una expresión dulce más falsa que un castillo de cartón piedra.
Y ya que no estas haciendo nada de provecho. Padre necesita llevar estos papeles a los Usami. ¡¡Así que llévatelos tu!!. ¡Yo me voy a Tokyo!.
Tiro lo que traía sobre la cama menor de los Uesugi, tras lo cual pegó un portazo y se marchó.
El moreno, ahora rubio, sin cambiarse de ropa, tomo enfurruñado los papeles y se dispuso a hacer una visita la antigua familia amiga de la suya. En poco tiempo fue recibido, entregó los papeles y cuando ya iba a marcharse, se encontró frente afrente con la joven descendiente del apellido. Ayaka no pudo evitar ruborizarse al tener al novelista tan cerca. No obstante con educación y seriedad, hizo un inclinamiento de cabeza a modo de saludo y sonrió.
-Ah, Eiri, no sabia que estabas en Kyoto tu también. Viniste con Shindou ¿verdad?, Como no os vi ayer juntos...
El moreno, reaccionó arqueando una ceja por encima de las gafas de sol.
No podía tener tanta suerte, ¿o si?
-¿Dónde dices que viste a Shind... Shu-chan?
-Pues el en parque de atracciones acuático- contesto con naturalidad la joven de largos cabellos- con ese cantante que le gusta tanto a tu hermano...eh... Saku-, Sakuma...
-Sakuma Ryuichi
-Si ese mismo- afirmó sin comprender la sonrisa bobalicona que se estaba comenzando a extender en el rostro del "escritor"
-Entonces ¿Cuánto tiempo vas a quedar...te?
Pero el "rubio" ya se había vuelto, y aligerando el paso se marchaba calle abajo, rompiendo a reír en sonoras carcajadas cuando ya casi lo perdía de vista.
Ayaka frunció el ceño. Yuki se mostraba extraño, cualquiera hubiera dicho que se trataba de otra persona...
*********
Shuichi amaneció con Sakuma metido en su cama. El cantante de Nittle Grasper abrazaba a Kumagoro, pero ambos, conejo y cantante, estaba casi aplantando al joven de cabellos rosados contra el colchón. Shuichi gimió tratando de escapar de la trampa mortal, y se arrastro por el suelo hasta que dejo el ultimo de sus miembros libres.
Se estiro de forma perezosa, y frotándose los ojos se acercó a la ventana.
Que le deparaba el día, no lo sabia, pero esperaba que fuera algo bueno para variar.
Con una sonrisa melancólica volvió hacia el colchón, y sentándose junto a Sakuma le zarandeo por un hombro. Al no obtener resultados trató de hacerle cosquillas en la planta de los pies. Ante la ultima agresión, Sakuma se levantó cual un vampiro de su ataúd, y con los ojos aun entrecerrados se abalanzo sobre Shuichi mordiéndole el cuello. Terminaron en el suelo rodando y riéndose, si bien uno un poco más dormido que el otro.
-¡¡Buenos días nanoda!!-exclamó con vitalidad Ryuichi, una vez que la contienda hubo finalizado, cuando Shindou, al que le dolían incluso mas que el día anterior las costillas, suplico que lo dejara pues a penas se podía reír.
-Si, buenos días- se rasco la cabeza desconcertado- itteeee me duele todo.
Sakuma le saco la lengua divertido poniéndose de pie, mientras se cambiaba de ropa.
-¿Vamos a desayunar noda?
Tras un desayuno poco convencional (un par de perritos calientes con mucha mostaza y wasabi), Sakuma se había enterado de un lugar donde arrendaban pistolas de pintura plastica, y alquiló una par de ellas, para jugar en equipo con otros turistas de la zona, estando cada cantante en un equipo distinto.
Sakuma pertenecía al equipo rojo, y Shuichi al azul. EL cantante de Bad Luck había cogido la propuesta del juego con emoción, ya que nunca había participado en una contienda semejante.
La guerra durante todo el tiempo que duro que fue hasta casi bien entrada la hora de comer, fue un autentico caos, los demás participantes fueron cayendo uno tras otro, desquiciciados con los dos jóvenes que aparecían de cualquier sitio, desde la copa de un árbol, hasta dentro de un cubo de basura, pasando por cualquier lugar imaginable. Al final quedaron poco más que el propio Sakuma y Shindou, que cuando tuvieron que enfrentarse frente a frente les dio la risa tonta, y tuvieron que dejarlo.
Tras devolver las pistolas, Ryuichi paso un brazo por encima de los hombros del cantante de cabellos rosados, cargando todo su peso en él.
-Jaja, ha sido divertido nanoda!!!
Shuichi serpenteó por la calle, entre su peso y el peso añadido del otro cantante, sin dejar de reírse, pero terminado por caerse de culo ante la incapacidad de poderse remolcar a los dos.
-¡¡Si!!, pero necesito descansar!!- el cantante dejó de reírse al notar como una especia de vahído que, de no haber estado ya sentado en el suelo, le habría echo caer.
-¿Shuichi?, ¿Estas bien?- preguntó preocupado el otro hombre a su lado.
Incapaz de contestar, el joven de cabellos rosados afirmó torpemente con la cabeza, con el mareo aun enturbiándole los pensamientos. Sakuma se inclinó hacía él, tomándole la temperatura de la frente con los labios, y tras fruncir el ceño sonreír y revolverle el pelo.
Tendrás hambre, ¡¡Ya es muy tarde nanoda!! - lo ayudó a ponerse de pie, sirviéndole un poco de apoyo.- Podríamos tomar algo en alguna cafetería, aunque a estas horas creo que nos darán poca cosa más que un sándwich...
El cantante meramente cabeceó, y se dejó conducir hasta la primera terraza que se dispuso a su paso.
***********
Ni en el mejor de los casos, Hiroshi creyó que podría estar tan pronto en Kyoto. K despidió al piloto de la avioneta tan pronto como se bajo de ella, volviéndose hacia el guitarrista en busca de algún tipo de proposición. Nakano le devolvió la mirada sin saber que decirle.
-Y bien?- terminó inquiriendo finalmente el manager.
-Pues que puedo decir, como ya te comente antes creo que podríamos empezar mirando la lista de clientes de los hoteles que están cerca de el parque de atracciones que me habló Ayaka-chan. Si no están ahí... - el joven se encogió de hombros- ... pues a seguir buscando. ¡¡Maldita sea nuestros móviles!!, ¡Si todavía los tuviésemos la cosa seria distinta!
El manager sonrió de forma esquiva, intentando parecer que el tema no iba para con él.
-Well, pues entonces vamos a revisar esas listas...-murmuró el rubio sonriendo maliciosamente mientras acariciaba de forma impaciente el mango de su mágnum.
**********
Con las migas de un sándwich de jamón con queso en el plato, Shuichi suspiró aliviado. Su rostro presentaba mejor aspecto, y una sonrisa tímida volvía a parecer en sus labios.
-¿Te encuentras mejor nanoda?
-ummn... si - el cantante obsequió con un mohín divertido a su acompañante que miraba la ultima hoja del periódico- ¿qué estas leyendo?
-La cartelera de estrenos... podíamos ir ahora al cine noda
Los ojos de Shuichi se abrieron en la felicidad absoluta. Le encantaba ir al cine, pero por unas o por otras, o bien no iba, o terminaba yendo sólo, nunca en toda su vida había sido capaz de arrastrar al escritor a una de las sesiones... ir con Yuki. Cerró los ojos. Debía de evitar tener esa clase de pensamientos, ahora estaba con Sakuma, y tendría que estar feliz porque éste se estuviera tomando tantas molestias por tenerle entretenido.
Sonrió.
-¿Y qué vamos a ir a ver?
-... -Sakuma dejó periódico sobre la mesa, revelando a los ojos de su acompañante que lo había estado leyendo del revés.- pues no se, mejor vamos, y decidimos allí. ¿De acuerdo nanoda?
Entraron en la sala cuando ya estaba a oscuras. Habían elegido la película según un póster promocional de la entrada que asemejaba una de esas malas producciones tipo Powers Ranger contra Godzilla, o similares. Tomaron asiento en el mismo momento en que los títulos comenzaban a desfilar por la pantalla.
La primera imagen que salió les impacto. Sobre todo a Shuichi que comenzó a enrojecer, tartamudeando mientras señalaba cohibido la pantalla.
-Pero... pero ... ¿¿Pero qué película es esta??
En la pantalla había una chica rozando la indecencia por su escueto atuendo, rodeada de tentáculos, que trataban por todos los medios de rodearla, amarrarla y metersele por todos sus orificios disponibles.
-Pues a ver... es la ... "la blueu Gairls" o algo así- comento Sakuma como si fuese ajeno a las imágenes de la pantalla de aquella mujer semidesnuda, gimiendo mientras los tentáculos la bañaban en liquido gelatinoso- Oye, si no te gusta nos cambiamos de sala nanoda!
Shuichi, rojo hasta la raíz del cabello, afirmó enérgicamente. Y los dos cantantes se pusieron en pie, armando un escándalo ante los demás que querían ver la película, al obstruirles la visión de algunos de los "mejores" planos de la chica.
Subieron algunas escaleras, hasta otra de las salas, pero nada más abrir la puerta, lo primero que se encontró Shindou fue el primer plano de un pecho de tamaño rascacielos. Cerrando fuertemente la puerta de golpe, se quedó apoyado contra esta con el rostro hundido sobre su propio pecho.
-¿Esta tampoco?- preguntó con inocencia Sakuma, sacando a su Kumagoro para mordisquearle una oreja aburrido.
-Mejor que no...- comentó en un murmullo apagado Shuichi, bajando por donde habían venido, y entrando en una tercera sala, no sin antes ser amenazados por los gerentes, de que como no cesasen de interrumpir, les echaban a la calle.
Shuichi se sentó en su butaca con miedo. La película siguió ajena a los murmullos incómodos de aquellos a los que les estaban cortando el hilo argumental.
Una persecución en lancha con un tiroteo al más puro estilo de película de "corrupción en Miami". Shindou se relajo permitiéndose un suspiró, y sonriendo, aparentemente animado a ver la película.... hasta que cinco minutos después, tras dos muertos y conseguir pillar la lancha, hubo un profundo y pasional beso entre los dos protagonistas, que termino en una amplia escena de cama, con múltiples y explícitos detalles.
Y para mayor incomodidad y pudor del joven de cabellos rosados, los protagonistas eran dos hombres.
Sakuma miraba de reojo a Shuichi, y todo el repertorio de muecas que estaban pasando por su cara, empezando por una de sorpresa, hasta terminar en una de profunda vergüenza y bochorno, y no por ello, no haber demostrado durante unos breves instantes, una expresión de sumo interés, como aquel que esta memorizando algo para futuras ocasiones.
Divertido por la timidez que en ese momento se manifestaba por todo el rostro del cantante de Bad Luck, Ryuichi le paso una mano por encima de los hombros, que provocó un bote en el primero.
-¿Qué pasa Shuichi, tampoco te gusta esta película noda?
El cantante ya no podía ruborizarse más. Hundió el rostro hablando para el cuello de su camisa.
-Ehh.. ettó.. yo no, bueno yo...
-Bueno, no era lo que pensaba que iba a ser, pero siempre se puede aprender de todo ¿no?... -Los ojos de Shindou parecieron desencajarse de sus orbitas cuando la variante del registro de voz de Sakuma, le indicó que este había pasado a hablar en "modo" maduro. Ryuichi le sujetó la barbilla obligándole a ver una escena, especialmente explicita.
Mira, ¿No te parece interesante?
-Yo no... -Shuicihi estaba al borde del coma, con esa película metiendosele por los ojos, y Sakuma abrazándole prácticamente mientras le murmuraba con una voz seductora al oído comentarios que debido a las circunstancias, sonaban picaros e incitantes.
Volvió a mirar la película, y el calor le llenó las mejillas como otras partes menos castizas de su cuerpo. Empezó a temblar nervioso, tratando de evitar, que las reacciones de su cuerpo fueran visibles para los demás.
Si bueno, pero yo no... bueno, yo nunca he... quiero decir que a mi siempre me han... bueno yo...
-¿Nunca has penetrado a nadie?- preguntó Sakuma con cordialidad, como si se tratase del tiempo, con una sonrisa amistosa en el rostro, pero todo vestigio de inocencia borrado de sus facciones.
A Shuichi se le cruzo la neurona. Incapaz de hablar, incapaz de moverse, se hizo una bola en el asiento, subiendo los pies hasta la butaca, y amarrándose las rodillas nervioso.
Sakuma sonrió de cierta manera conmovido, acariciándole el cabello y murmurándole al oído de forma que tan sólo él lo escuchara.
-Conmigo quizá podrías probar cosas distintas.
Cuando Shuichi salió del sock, estaba sólo en el asiento. Siguió echo una bola, lanzando miradas de desconfianza a su alrededor, pero no se atrevió a moverse hasta el final de la proyección.
El cantante fue el ultimo en abandonar la sala. Fue al salir, cuando se encontró nuevamente a Ryuichi sentado en las escaleras de la salida, con estigmas claros de haber estado comiendo chocolate, helado y dulces barios.
-¡¡Shuichi!! ¿Qué tal estuvo la película?
EL cantante enrojeció nuevamente, sentándose nervioso junto a él en el escalón.
-¿De qué iba?, Es que como yo no me estaba enterando preferí venir a comprar algo de comer, ¿quieres?- le tendió el paquete medio vacío de palomitas y algunos caramelos. Shindou le miró un tanto desconcertado, mientras cogía uno de los dulces.
La sonrisa dulce e inocente en el rostro de Sakuma, desconcertaba hasta tal punto, que el cantante de cabellos rosados se preguntó sino se estaría sufriendo algún tipo de trastorno mental, y todo lo anterior hubiera sido producto de su imaginación.
-Sakuma-san, tu ahí dentro no...-
-¿No qué?
Shindou suspiró y negó efusivamente con la cabeza.
-Nada, nada...-rió de forma alterada e inquieta, preguntándose que habría echo, si su "sempai" le hubiera confirmado sus palabras anteriores.
Dieron un paseo hasta el hotel donde estaban alojados, se rieron y hablaron de muchas cosas, no necesariamente importantes. Shuichi ya se estaba convenciendo de que todo lo anterior había sido una mala pasada de su traumada mente.
Anochecía, y aunque era aun pronto para irse a dormir, decidieron regresar a su habitación, metiendo de "extranjis" para cenar un par de burritos de una tasca mejicana que se encontraron por la zona.
-Me muero!!!!- exclamó en un suspiró agónico el cantante de Bad Luck dejándose caer pesadamente en la cama, tras haber dando cuenta de la ligera cena. Sakuma borró la sonrisa que había traído en su cara, poniéndose visiblemente nervioso. Para tratar de disimular, prendió el hilo musical, y entro en el cuarto de baño a refrescarse la cara.
Shuichi continuó tirado en la cama, boca arriba, observando la nada del techo con tranquilidad.
La voz de Ryuichi inundó débilmente la sala desde el lavado, acompañando la canción antigua y romántica que estaba sonando a través del hilo musical.
"Se mi primer amor, ámame desde la distancia, déjame tocarte en un sueño"
O algo semejante, que en los dulces labios de Sakuma parecía cobrar vida, convirtiéndola en una dulce melodía para ser escuchada. Shuichi se dejó mecer por esa armonía, más cuando la canción llegó a la parte de "se uno conmigo esta noche, llevo soñando contigo desde el crepúsculo de tu amanecer" se tornó visiblemente nervioso, recordando el suceso del cine, por lo que se dio media vuelta en la cama, cogió el mando del televisor, y se puso a ver la primera cadena que salió que era una de noticias.
-... Lo cual indica que las ventas al extranjero aumentaran y-
Enterró el rostro entre la colcha, dejando que la voz de la mujer de la pantalla le distrajera de otro tipo de pensamientos.
y por otro lado, llegamos a las noticias de actualidad. Conectamos con la señorita Amiko. Por favor, cuéntenos con que escándalo amaneció esta mañana en el barrio de Sekasebawa.
Oh, gracias Reika. Buenas noches, estamos en Sekasebawa, donde anoche, cientos de personas, no podían creerse lo que veían. El reconocido y prestigioso escritor Yuki Eiri, fue el protagonista de un múltiple escándalo, en el que...- ante la mención del nombre, Shuichi saltó de la cama, agarrando el televisor con las dos manos para mirar muy fijamente a la pantalla- se vieron involucrados varios negocios. Todo indica a que el reconocido escritor, abusando de la confianza de los dueños, organizo una serie de estafas, robando a demás varios objetos de valor de dichos establecimientos. Además, hay varios testigos que afirman las confesiones de varias jóvenes, a las que el escritor trató de seducir, proponiéndoles relaciones deshonrosas.
Ante la incredulidad presente en el rostro de Shindou, la reportera tendió el micro a una joven a la que por medios digitales, se le había omitido el rostro y distorsionado la voz.
Yo, verán fue horrible, abuso de mi gran admiración por él para llevarme a un lugar con poca gente, y obligarme a hacerle... -la chica se cubrió la boca con las manos, echándose a llorar- perdone, me cuesta mucho decirlo, ha sido una experiencia muy traumática para mi... me obligo, me obligo a hacerle sexo oral!!
La reportera le tendió el micrófono a otro hombre, que lo cogió con furia y empezó a hablar en un tono que parecía querer romper la cámara que lo estaba filmando.
Ese cabrPIIIPIIIII, intento tirarPIIIPIIIII a mi novia!!!, y cuando fui a partirle la boca, el muy hijo de PIIPIIIIIIPIIIII, va y me dice que si quiero, nos lo montamos los tres!!!!
Siguieron entrevistando a varias personas más, todas relatando semejantes acontecimientos.
Shuichi observaba la pantalla. Lagrimas silenciosas recorrían sus mejillas.
Sakuma salió del baño, secándose la cara, cuando vio la actitud extraña de Shindou. Se detuvo a su lado sonriendo, más al prestar un poco de atención a lo que en la televisión decían, y posteriormente ver las lágrimas conmocionadas del joven de cabellos rosados, supo que era lo que sucedía.
Apagó rápidamente la tele, y tomó a Shuichi por los hombros para volvérlo hacia él.
-¡¡Shuichi!!
Pero el joven parecía no escucharle, estaba en un estado de autismo provocado por el golpe moral que le habían provocado la noticia.
Tras zarandearlo unos segundos, finalmente pereció reaccionar, y reconocer a Sakuma que lo miraba preocupado, entonces su rostro convulsionó en muecas, rompiendo finalmente a llorar de forma sonora, a la par que se tiraba sobre Ryuichi y lo abrazaba con todas sus fueras.
-¡¡¿Qué voy a hacer ahora?!!, Yuki corto conmigo de verdad!!! - gimió entre sus propias lagrimas el cantante, presa de un pesar, de un dolor, que hacia años que no sentía.
Antes nunca había echo nada parecido, por eso, por eso yo guardaba la esperanza, y lo intentaba, ¡¡Volvía a intentarlo acercándome a su lado!!
¡¡Pero Yuki se ha convertido en un degenerado!!!, ¡¡Le da igual que sea yo o sea cualquiera!!! ¡¡Le dio igual que me marchara!!, ¡No me busco!, ¡¡Y estuvo divirtiéndose con un montón de mujeres!!
El joven berreo, y Sakuma, lejos de saber que decir, simplemente le sostuvo el abrazo, devolviéndoselo con igual o incluso más fuerza.
-¡¡¿Qué voy a hacer?!! ¡¡Le quiero, le quiero tanto!!, ¡¡Pero no le importo nada!!
Sakuma espero a que el joven llorara lo que tenia que llorar, para que se tranquilizase. Cuando las lágrimas empezaban a remitir, Ryuichi esbozó algo parecido a una sonrisa, rebuscando con su nariz los rosados cabellos enmarañados del joven cantante.
-Shuichi, yo sé que lo sientes, pero hay veces que las cosas son mejor como están, el te hacia daño, no te dejaba ser tu. Todavía te queda mucho por crecer, y lo harás mejor si no estas a su lado. El te impedía desarrollarte como persona.
Acarició sus mejillas, y apartó todo aquello que impidiera mirarle detenidamente a los ojos, enrojecidos y vidriosos por las lágrimas.
Yo, se que no es un buen momento, pero quiero decirte que yo, bueno yo... -El cantante de Nittle Grasper dudo- ... yo te apoyare en cualquier momento - finalizo con una sonrisa triste en los labios.
Shuichi lo miró, y sonrió un poco amargado, reticente a hablar, pero necesitando sincerarse con él.
-Sakuma-san, agradezco mucho esto, pero me siento mal... Yuki no dejaba de repetirme que mi compañía era molesta e irritante, que no tenia nada bueno, que incluso como ...-se ruborizo avergonzado- ... como amante, no era gran cosa, porque tengo poco aguante, porque no le sirvo. Le molestaba absolutamente todo lo que hacia, incluso que tuviera cosas tuyas en su casa. Se enfadó mucho pensando que teníamos una aventura- el joven de cabellos rosados se rió inquieto, pero esa débil sonrisa murió al recordar como el rubio le había prácticamente echado de su casa, pidiéndole que fuera con el hombre con el que ahora se encontraba
Levantó los ojos nervioso, esperado encontrarse una mueca de sorpresa o recriminación, pero sólo encontró una mirada comprensiva. Ryuichi le abrazó posesivamente, lo cual sorprendió al joven cantante de Bad Luck.
-Ya sabia que Eiri pensaba eso, te escuche decírselo a Nakano, lo siento, no fue mi intención escuchar... pero de todas formas hay algo en lo que te equivocas yo en realidad...
Aflojó un poco su abrazo, e incapaz de decírselo con palabras, Sakuma se inclinó lentamente sobre Shuichi tomando sus labios en un beso dulce, mucho más dulce que aquel día en el centro comercial cuando lo había echo para llamar la atención. Aquel era una caricia que decía más que daba. Ryuichi se apartó un poco incomodo de Shuichi que lo miró desconcertado.
-Sakuma-san yo no...-pero vio la mirada afectada del cantante y en ella, reconoció un poco de si mismo de cada vez que Yuki le hacia sufrir.
Luego el vacío provocado por la escandalosa noticia de la televisión, le recordó que estaba sólo, que toda relación con el escritor de una manera u otra había finalizado completamente. Esta vez no había nada, ni nadie a quien esperar. Tan sólo las ultimas palabras del rubio, chillándole que se marchara con el hombre que ahora le miraba expectante, con una tímida sonrisa pero unos ojos increíblemente tristes.
"Bien Yuki" - se dijo para si acercándose a Sakuma con nerviosismo y un poco de miedo- "por todo el amor que te tuve, que te tengo. Haré lo que me pediste"
El cantante de Nittle Grasper reacciono con sorpresa cuando Shuichi, de forma tímida y vacilante, se arrodillo a su lado, cerrando los ojos. No obstante se le notaba acongojado y angustiado. Con pequeños temblores en sus extremidades.
Sakuma no sabía si alegrarse o reírse. Por lo que para aliviar un poco el ambiente, cogió a Shuichi por un brazo, lo puso de pie, y le apretó fuertemente las mejillas. Shuichi abrió los ojos desconcertado, para encontrarse la penetrante mirada de hombre, que le sonrió desde su aspecto adulto.
-Shuichi, quiero que sepas que hacer esto contigo es lo que más he deseado en la vida, pero no quiero hacerlo si me vas a poner esa cara de pavor o no estas convencido del todo. Yo he esperado mucho tiempo, puedo seguirte esperando...
Se conmovió con aquellas palabras, y todo el miedo que había estado teniendo se diluyo, al verlo tan entregado a él, dejándose envolver por ese calor, esa ternura que nunca había sentido de su autentico amante. Se abrazó a él, rogando porque ese calor, tapara el dolor del vacío del rubio.
Lo tendió en la cama, y el rubor no tardó en acudir a las mejillas del cantante de rosados cabellos. Sakuma divertido por la reacción, jugo a ver cuanto más podía enrojecer el joven, inclinándose sobre el, para susurrarle de forma sensual.
-¿Te acuerdas de lo que te dije en el cine?
Shindou se atragantó, con el corazón comenzando a latirle casi fuera del pecho. Ryuichi sonrió tomándole los labios con delicadeza, esperando a que abriera su boca para profundizar el beso con una juguetona lengua. Al joven de cabellos rosados le estaba costando reaccionar, adaptarse al ritmo que estaba proponiendo el otro hombre. Suspiró, y un pequeño gemido se escapó de sus labios cuado la mano de Sakuma, envalentonada, se deslizó por debajo de sus prendas, acariciando con dulzura cada centímetro de piel, terminando a la altura de uno de sus pezones. No lo acarició, ni siquiera lo toco. Ryuichi de rodillas en la cama, sacó la mano de la camisa y con cuidado comenzó a quitar la camiseta de Shuichi. Dejó su piel expuesta al aire y tras observarla aparentemente complacido, se inclinó nuevamente para tomar uno de esos pequeños pezones. Primero acariciándolo suavemente con los labios, luego mordiéndolo, y finalmente succionado de él.
Shuichi se ruborizó, sintiendo como su cuerpo se tensaba en sensaciones conocidas, pero así mismo nuevas con aquella persona.
El cantante de Nittle Grasper alzó un poco el rostro recrearse en la expresión del joven, y haciendo un gesto tachable de obsceno con la lengua, dirigió su atención al otro pezón.
Rápidamente las sensaciones inundaron al joven de cabellos rosados, que casi a penas recordaba como había comenzado aquello. El cuerpo de Sakuma se veía brillante bajo una leve capa de sudor, y su boca hacia cosas provocativas tanto para la vista como para los sentidos. Shuichi se encontró regalando pequeños suspiros placenteros mucho antes de lo que se imagino. Unas manos lo acariciaban con ternura, no dejando un sólo espacio sin recorrer. Los besos húmedos siguieron desde su pecho hasta su cuello, donde apartando el cabello, Sakuma lamió toda la superficie expuesta, provocando agradables escalofríos en el joven de cabellos rosados.
Ryuichi se detuvo un momento, para quitarse su camisa de forma un ansiosa y torpe, lo que provoco una sonrisa en Shindou, que incorporándose, terminó por ayudarle a deshacerse de ella.
Los besos continuaron, con Shuichi entregándose un poco más, abriendo sus brazos, acariciando la espalda de Ryuichi, permitiendo que sus lenguas jugasen, compartiendo el liquido de sus bocas, mientras que por su parte las manos del otro cantante, no cesaban en su empeño por recorrer cada centímetro de piel.
Shuichi jadeó, cuando por accidente, una mano de Sakuma paso sobre la superficie palpitante aprisionada dentro de sus pantalones. Ryuichi sonrió ambiguamente, soltándose de los brazos del joven de cabellos rosados, para abrir el botón del pantalón, y deslizar premeditadamente despacio la cremallera hacia abajo. Shuichi reacciono alarmado, incorporándose por los codos, lanzando una mirada de terror a su acompañante.
-Ah... no por favor- suplico entre jadeos. Pero sus ruegos fueron ignorados, y Sakuma bajó toda la prenda, dejando el miembro erguido del cantante a la vista- por favor no...
-No te avergüences por estar excitado- le comentó con naturalidad el cantante de Nittle Grasper tomándolo con delicadeza entre sus manos- para mi es una visión muy agradable- murmuró con aliento cálido sobre la punta de su miembro antes de introducírselo en la boca. Shuichi gimió de forma sonora agarrando con fuerza las sabanas y entre abriendo la boca para tomar aire.
Su cuerpo empezó a temblar en expectación, era tal el placer que estaba sintiendo dentro de la boca de Ryuichi, que por un momento no pensó en nada más.
No obstante pocos segundos después la cálida cavidad abandonó su miembro, y Shuichi abrió los ojos para volver a ruborizarse más si aún era posible, cuando Sakuma se quitó la única prenda que le quedaba, revelando a su vez otro miembro igual de erguido, que incluso comenzaba a segregar un poco de liquido preseminal. Fue Sakuma el que pareció avergonzado en aquel momento, arrodillándose con las piernas a ambos lados del cantante.
-¿Podrías?, ¿podrías tocarme?- pidió Ryuichi sentándose sobre el vientre del joven de cabellos rosados, sin por ello dejarle de prestar atención, pues con la mano que no guardaba el equilibrio, se dedicó a acariciarle suavemente la base de su miembro y los testículos.
Con un rubor más que visible, Shuichi cogió nervioso el miembro del cantante. Toda aquella situación nueva para él.
El placer se reflejó en la cara de Sakuma cuando lo hizo, dejando escapar un suave jadeo. Las caricias de Shindou fueron acompañadas de ligeros movimientos pélvicos cuando estas ganaron confianza.
-Ah.. Shuichi- jadeo de forma entrecortada. El aludido observó el rostro llenó de gozo del cantante, empezando a ser consciente de hasta donde estaba llegando, dejándose tocar por la inseguridad.
La postura para Sakuma empezó a serle ciertamente incómoda, por lo que con una sonrisa, detuvo las caricias que Shuichi le estaba dedicando, y bajó sus ojos hacía donde estaba la entrada del chico.
Largos dedos acariciaron la parte baja de sus testículos hasta su entrada, provocándole escalofríos placenteros, y cuando creyó que estos, iban a introducirse, se apartaron por completo.
Shuichi abrió los ojos, para contemplar con estupor como Sakuma, lejos de intentar penetrarle, era él mismo el que se estaba sentando sobre su miembro.
Jadearon, uno ante la invasión, el otro ante un estímulo que nunca había tenido. Por acto reflejo, Shuichi poso las manos sobre las caderas de Sakuma sentado sobre él, aun tratando de recuperar el aire.
-Esto es...- jadeo costosamente cuando Ryuichi hizo un movimiento para levantarse y a continuación volvió a dejarse caer.
-¿Nuevo para ti?- murmuró melosamente Sakuma, agradado ante las expresiones placenteras que estaba arrancando de Shindou.
Volvió a ruborizarse, aquella situación se le antojaba tan extraña. Nunca había penetrado a nadie, y ahora lo estaba haciendo con Sakuma. La sensación era distinta, pero muy agradable. Ryuichi se movió sobre él, a un ritmo despacio, lento, inclinándose de vez en cuando para besarle el pecho. Shuichi se sintió bien, se sintió cálido, avergonzado cuando Sakuma le quitó una de sus manos de la cadera y se la puso nuevamente en su miembro.
Empezó a moverse un poco más deprisa sobre él, entrecerrando los ojos por el placer, pero sin querer cerrarlos del todo para no perderse las expresiones de su cara. Shuichi jadeó ante el ritmo. El sabia que solía correrse con mucha facilidad, pero en esta ocasión, al no estar siendo penetrado, parecía que estaba consiguiendo que aguantase un poco más.
En un ultimo esfuerzo, Sakuma se dobló hacia él tomándole la boca con los labios, para después susurrarle jadeante a la par que aumentaba el ritmo y finalmente los llevaba a los dos al orgasmo un "Te quiero mucho Shuichi"
Shindou se arqueó bajo Sakuma llenado su interior con su perlado líquido, al mismo tiempo que el propio Ryuichi manchaba el torso descubierto del cantante de cabellos rosados.
Sakuma jadeó pesadamente con los ojos cerrados, por primera vez en su vida satisfecho plenamente con algo. Pero tuvo una desagradable sensación, cuando fue consciente de que las manos de Shuichi no se habían movido de donde las había puesto con anterioridad. Abrió los ojos para encontrarse al joven de cabellos rosados con los ojos llenos de lágrimas, y una expresión de profunda angustia y dolor en la cara.
-No eres Yuki... tu no eres Yuki.
-¿Qué?- pregunto Ryuichi descorazonado, levantándose de Shindou, para buscar su camisa, pues de cierta manera, su desnudez le estaba resultando incomoda.
-Yo ... yo lo siento Sakuma-san- Shuichi se incorporó, todavía conmocionado por ese "te quiero" que le había dicho Sakuma. Había sido aquella simple frase, la que le había traído a la realidad de golpe, haciéndole ver lo que estaba haciendo, y hasta donde había llegado por dolor, resentimiento y despecho- pero yo no... yo no te quiero- rompió a llorar de forma sonora, sintiéndose mal por él, sintiéndose mal por Ryuichi que lo miró fijamente con tristeza y melancolía, como si en el fondo ya se lo esperara.
Yo te aprecio mucho, te quiero... pero no te amo de esta manera. ¡¡perdóname!!- pidió entre sollozos Shuichi, sin moverse, no creyéndose merecedor de mirarle a la cara. Sintiendo que lo había utilizado para cumplir lo que le había pedido de forma desdeñosa el escritor- perdóname Sakuma-san!!
Y nuevamente, unos brazos cálidos le envolvieron, y Ryuichi apoyándolo contra su pecho, le acaricio de forma paternal los cabellos
-No pasa nada, no te preocupes por mi. Yo... es cierto que te quiero, pero en ningún momento me vi con posibilidades de ser correspondido, esto es mucho más de lo que yo nunca pude imaginar. Te doy las gracias por esta maravillosa experiencia- sonrió un poco entristecido- aunque no voy a negar que me hubiera gustado quedarme contigo, te hubiera cambiado por todo lo que tenia, incluso Kumagoro noda!
Se poso una sonrisa mansa en sus labios. Shuichi sonrió nervioso, avergonzado e intranquilo, pero sintiéndose un poco mejor. Bastante tenía con asimilar el abandono de Yuki, como para enfrentarse también a un nuevo compromiso para el cual no estaba preparado.
-Gracias Sakuma-san- respondió al abrazo, sintiéndose agradecido, pero con la necesidad de que le diera un poco el aire fresco para aclararse las ideas y librarse de la sensación opresiva de su pecho.
Se levanto de la cama aun desnudo. Cogiendo su ropa entro en el baño y cinco minutos después salía aseado y vestido. Se acercó ruborizado al antiguo cante que miraba por la ventana, vistiendo aun solo una camiseta amplia y unos slip.
-Yo... necesito tomar un poco el aire, y despejarme, volveré dentro de un rato.
Ryuichi sonrió, diciéndole adiós con la mano. Shindou se marchó, dejándole sólo en la habitación. El antiguo cantante de Nittle Grasper volvió mirar a la calle cabizbajo. Se sentía frustrado, pero claro, eso no se lo iba a decir al joven de cabellos rosados.
Trató de parecer feliz. Al menos podía decir que había tenido su momento, no obstante volvió a maldecir el nombre de Yuki Eiri, no sabía porque millonésima vez. Y por un momento se permitió la satisfacción obtenía al engañarse a si mismo, diciéndose que tal vez, aquel no sería el único momento intimo que podría compartir con el joven de rosados cabellos, que quizá con el tiempo, lograse alcanzar ese tan preciado hueco que ansiaba dentro de su corazón.
Sonrió cínicamente, pues el fondo sabía, que aquel lugar nunca le pertenecería.
*******************New continue??
Bueno he tardado menos, con este capitulo, espero redimirme un poco del anterior, que me pareció una autentica patada mal dada (sigo traumada ^^~), aunque lamentablemente no supe como mejorarlo y lo necesitaba para este. Espero que haya sido más de vuestro agrado. También dar las gracias a marfil, pues pese a todos los problemas que esta teniendo sigue a delante con todos los proyectos. Un beso a todos.
Ja-ne!!!
-Shuichi, venga, debes levantarte.
El cantante rezongó, esbozando un gesto adormilado de satisfacción.
-Levanta vago... levanta... hemos llegado ya.
Algo no encajaba en el marco. Shindou rebullo con su nombre retumbando en sus oídos, trató de amarrarse a aquella habitación desdibujada y sin contornos, permaneciendo junto al cuerpo semidesnudo de su amante, pero su nombre volvió a ser pronunciado arrancándole todo aquello, para obligarle a entreabrir levemente los ojos y borrosamente observar, formas oscuras que terminaron revelándose como asientos de tren y personas que caminaban rápidamente por el estrecho pasillo.
-Shuichi- reclamo una voz a su lado. Aun abotargado, y con una sensación melancólica que no supo a que tachar, reconoció el rostro sonriente de Sakuma- ¡¡Hemos llegado ya nanoda!! ¡Venga, coge tus cosas y bajemos antes de que esto arranque otra vez.
Con energía Ryuichi se puso en pie, tomó su mochila y abandonó el vagón pegando saltitos a semejanza de un niño pequeño que esta de excursión con el colegio. Shuichi tardó un poco más en reorganizar sus pensamientos, y limpiándose un pequeño hilo de babilla que rezumaba por la comisura de su labio, se puso torpemente de pie, y cabizbajo abandonó el vagón.
-Estación de Kyoto- murmuró el joven de rosados cabellos una vez se hubo quitado la larga peluca morena.
El conocimiento de estar en aquel lugar le hizo sentir doblemente mal. No sabia porque tenían que haber terminado en el lugar de procedencia, donde tenia toda su familia el escritor. Volvió a mirar el móvil. Ningún mensaje ni señal. Terminó resignándose a la idea de que nadie lo fuera a llamar para pedir que regresara... se reprendió sintiéndose estúpido. Pese a todo, había mantenido hasta el final ese hálito de esperanza de que alguien (preferiblemente Yuki), tratara de retenerle. Que se le iba a hacer, las cosas nunca suceden como se desean. Volvió a guardar el móvil, y trató de poner buena cara cuando Sakuma regreso corriendo con unos helados de una maquina expendedora de la estación.
***********
Hiro por alguna razón, se sintió en la obligación moral de acompañar al novelista hasta su casa. Sabía que sobraba, las miradas que le había estado dirigiendo Tohma, se lo habían constatado durante el trayecto, pero ignoro todos y cada uno de los "ofrecimientos", para que se retirara a sus propios asuntos, precisamente porque aquel asunto también le incumbía. K recogió la furgoneta en el puerto y regreso con Suguru a los estudios, a controlar por orden del presidente a Sakano, no estuviese ya a aquellas alturas, con un bote de calmantes en la mano, y una clara intención de tomárselos todos de golpe.
Yuki abrió la puerta de su apartamento , tirando acto seguido las laves al suelo que quedaron relegadas de atención junto a una de las paredes de la entrada. Tohma se mantenía a su lado, expectante, como si pensase que el escritor fuera a caerse y necesitase ser sujetado.
Sin prestar atención a sus invitados, el novelista entró presuroso a su dormitorio, sin pudor alguno de que lo viesen revuelto y desordenado. Se quitó todas las prendas de abrigo que llevaba depositándolas de mala manera sobre la cama desecha, para poco después maldecir entre dientes y recoger unas cuantas pastillas de suelo, sucias y pisadas, que se metió en la boca obligándose a tragarlas sin medir cantidad ni procedencia.
Thoma temeroso de decir algo inadecuado, bajo la cabeza cuando el escritor pasó junto a él, para dejarse caer pesadamente en el sofá.
Hiroshi miraba la escena, pensando en que quizá si debía de marcharse, aunque antes sentía la necesidad de aclarar algunas cosas con el rubio. Trató de acercarse a él, pero antes de poder hacerlo, la tez de Yuki se quedó lívida, para a continuación inclinarse hacia delante con ambas manos cubriéndole la boca. El gesto no logró impedir que parte de su sangre comenzara a gotear por entre sus dedos.
-Eiri!!.. -Tohma se arrodillo a su lado, poniéndole una mano en la espalda, tanto o casi más blanco que el propio escritor- Nakano-san, llama corriendo a una ambulancia, al servicio de urgencia o a alguien!!
Aturdido, el guitarrista miró en derredor en busca del teléfono, llamando mientras veía de soslayo como el escritor lejos de recuperarse, volvía a tener otra arcada que esta vez no puso contener encharcando todo el suelo con el sanguinolento liquido. Tohma estaba frenético, se puso de pie y entro en el dormitorio, recogiendo todos los botes vacíos que había de pastillas, para después guárdaselos en el bolsillo. Al igual que unas cuantas camisas del armario. Hiroshi no pudo evitar, el apreciar la familiaridad con la que Seguchi tomaba todo lo que necesitaba, como tuviese el conocimiento de donde guardaba el escritor cada cosa.
El presidente regreso al lado del novelista con una pequeña maleta, llena con algunas pocas mudas para éste.
Trató de ponerlo en pie, sin embargo el rubio rechazó el ofrecimiento.
-¿Qué ocurre Eiri? La ambulancia no tardara en llegar, será mejor que vayamos bajando.
-No pienso ir al hospital -jadeo el rubio limpiándose los restos de sangre de la comisura de la boca- si voy, tal y como estoy, seguro que se empeñan en ingresarme. Y no tengo intención de hacer nada semejante hasta que encuentre a Shuichi. No puedo permitir que -la frase quedó silenciada por otra bocanada de sangre.
Como mero espectador, Hiroshi presencio una acalorada discusión entre el presidente y el novelista en el cual ninguno de los dos parecía querer dar su brazo a torcer.
Sonó el timbre de la puerta y Seguchi miró de forma suplicante al escritor que se puso de pie, pero dejando clara su intención de no de marcharse a ningún sitio.
-No- se reitero el novelista- dentro de unos días, quizá, vaya a hacerme un chequeo, pero ahora tengo otras cosas que hacer.
Trató de dar unos pasos, pero su cara se contrajo nuevamente por el dolor. Nakano, incapaz de soportar por más tiempo la situación, se adelanto hacia el novelista
-No servirá de nada que encuentres a Shuichi si te mueres tu antes que él por el camino- murmuró fríamente. El rubio le atravesó con la mirada, como si fuera demasiado arrogante para reconocer que lo que se le decía era cierto- además no sabes donde esta, y no sirve de nada que te dediques a dar vueltas. Yo lo buscare, y en cuanto sepa algo te lo diré. Ahora preocúpate por ti. Shuichi no me perdonaría nunca si viéndote como estas, no hiciera nada porque te recuperaras.
El novelista cerró los ojos, relajando su expresión contraída. Se palpo el pecho, y con calma se sacó un cigarrillo de un bolsillo.
-Te doy dos días - y dicho esto, el escritor arrancó la liviana maleta de las manos de Seguchi, que fue tras él tan pronto como el escritor cogió algunas cosas y salió por la puerta. Nakano se quedo sólo en el apartamento, con el jubilo y la imperios necesidad de encontrar rápido a su amigo de la infancia, para comunicarle lo que a él le parecía la mejor de las noticias dado el caso.
**************
El parque de atracciones acuático estaba a rebosar, no había una sola mesa libre en ninguna de las cafeterías. Dos jóvenes parecieron fruncir el ceño ante la situación. Mas cuando de improviso, sus ojos se posaron en una bella adolescente, de grácil figura, y largos cabellos castaños, se miraron sonriendo en mutuo entendimiento.
-Buenas tardes guapa- comentaron con una sonrisa desenfada acercándose a la desconocida, esta les dedico una mirada indiferente por encima de las gafas de sol, sin dejar de beber su refresco- ¿Te importa que nos sentemos contigo?
-Lo siento, los asientos ya están ocupados- dijo fría pero respetuosamente. Los jóvenes fueron a replicar, pero tres chicas más llegaron hasta la mesa.
-¡¡Ayaka!! ¡¡No sabes lo que te has perdido!!, ¡¡Tenias que haber visto a Maiko!! Jaja, casi se le suelta la parte de arriba del bikini y ...
Los chicos se volvieron, al ver sus esperanzas frustradas. La joven les vio alejarse sin mayor interés, y sin prestar tampoco demasiada atención a sus amigas. Usami se colocó nuevamente las gafas de sol, recostándose placidamente en la silla/tumbona, cuando una de sus amigas, comenzó a pegar chilliditos exaltados.
-¡¡¡Chichas, chicas!!!, ¡¡¿Ese no es Shindou Shuichi del grupo de Bad Luck?!!¡¡Tiene que ser él!!
Al oír ese nombre, Ayaka dio un respingo incorporándose en su asiento, para volverse hacia la dirección que señalaba su compañera.
-¡¡¿Cómo va a ser él?!!, ¿Además que iba a hacer aquí?
-Pues se le parece mucho. Además, me da igual si no es él, esta tan bien como el original, y a lo mejor este no esta "pedido"
-Jajaaja, tu siempre pensando en lo mismo...
La antigua prometida del famoso escritor de novelas románticas, miro, miró, y volvió a mirar, hasta el punto de que cualquiera le hubiera dicho que observar de esa manera a alguien era una falta total de educación, hasta que se convenció de que aquel joven de cabellos rosados que pasaba a unos metros frente a ellas, ere el autentico Shindou. Por lo que desconcertada, se dedico a buscar a Nakano por si también andaba por ahí, pero tan sólo vio al otro cantante que también conocía gracias a los medios de comunicación. Extrañada, y por no quedarse con la duda, sacó su teléfono móvil y marco el numero del guitarrista. El aparato dio señal de desconectado, así que la joven reticente a quedarse así, llamó también a su apartamento.
"Esta usted llamando a la residencia de Nakano Hiroshi, en este momento no se encuentra disponible, deje su ...."
-¿Nakano?, ¿Dónde estas?, Hace mucho que no me llamas, espero que sigáis bien con el adelanto del disco... pero si iban a daros vacaciones, podrías haberme avisado y hubiera ido a visitarte. Acabo de ver a Shindou por aquí, aunque no he podido saludarle. Bueno, espero verte pronto. Adiós.
La joven colgó, y tras colocarse nuevamente sus gafas de sol, volvió a recostarse sobre la silla disfrutando de aquel día soleado.
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Puede que no tuviese una pista clara para encontrar a Shindou Shuichi, pero Tatsuha estaba sacando muchas más ventajas de las que en un principio pensó, siendo Yuki Eiri. Allí donde le habían reconocido, le habían dado las mejores mesas, comidas, y trato que se hubiera podido imaginar. Lastima que no fuera a volver, ni él ni el escritor, pues al haberse marchado de la gran mayoría de los lugares sin pagar, presuponía que la próxima vez que su hermano fuera por allí, no le tratarían con la misma ceremoniosidad o respeto con la que acababan de tratarle.
También había otra ventaja, la cantidad de mujeres de variopintas edades que se le quedaban mirando con descaro, timidez o un encantador rubor inocente. El moreno apreciaba cada una de esas miradas, hasta tal punto, que casi estaban consiguiendo que se olvidara de porque se había ataviado de aquella manera.
***********
Nakano aparcó su moto junto al bloque de apartamentos donde residía en la actualidad. Rebuscó entre su bolsillos las llaves que hacia casi semanas que no utilizaba para abrir aquel inmueble.
Sus ojos se acostumbraron rápidamente en la oscuridad, que junto al echo de conocer a la perfección su casa, facilito su paso a través de las habitaciones sin necesidad de encender ninguna luz.
Abrió la nevera de la cocina y cogió algo para beber que era prácticamente de lo único que quedaba que no se hubiera caducado o estropeado durante tantos días sin consumir. Regreso con la bebida por donde había venido, y al sentarse en el sofá del pequeño salón, revivió con una sonrisa suave el ultimo día que había estado en su casa, en compañía de Shindou y Sakuma. Quien le iba a decir a él que las cosas se iban complicar de esa manera. Pese a todo sentía cierta tranquilidad, al ver al escritor tan preocupado y desesperado por encontrar a Shuichi. Ahora le alegraba la expectativa de encontrar a su amigo, e imaginarse la amplia sonrisa que se formaría en sus labios al enterarse de todos los estragos por lo que había pasado el novelista en su búsqueda.
Tan sólo había una cosa que contrarrestaba el satisfacción que sentía por el cantante, y era la idea de saber que tal estaría y donde. Le había prometido al rubio buscarlo, y conocía desde hacia muchos años a Shuichi como para conjeturar donde podía irse, pero esta vez no se había ido él, sino que se lo habían llevado, y eso suponía problemas añadidos. También tuvo un mal presentimiento respecto a Sakuma. Enarcó una ceja, rogando porque no ocurriera nada de lo que luego el joven cantante de cabellos rosados tuviera que lamentarse... era alguien tan cauto e ingenuo... que le costaba mucho ver lo que para otro era la mayor de la evidencias.
Pegando otro trago a la bebida, reparó en la luz roja que tintineaba incesante en su contestador automático. La bebida se le quedo atragantada y comenzó a toser al borde de la asfixia.
Tras darse unos golpes en el pecho, Hiroshi dejó la lata semi vacía sobre una mesa, y corrió hacia el contestador, rogando porque fuera su amigo de la infancia quien había dejado el mensaje.
-"¿Nakano?, ¿Dónde estas?"
Hiro suspiró ante la femenina voz grabada. No es que no le agradase escuchar la voz de su novia, pero había puesto muchas expectativas en aquel mensaje.
"Hace mucho que no me llamas, espero que sigáis bien con el adelanto del disco..."
El guitarrista sonrió irónico, recuperando su asiento en el sofá, así como su lata de bebida.
"pero si iban a daros vacaciones, podrías haberme avisado y hubiera ido a visitarte..."
-¿Vacaciones?- murmuró extrañado
Acabo de ver a Shindou por aquí, aunque no he podido saludarle. Bueno, espero verte pronto. Adiós.
Nakano volvió a atragantarse con la bebida, escupiéndola toda por el suelo. ¡¿Shuichi?!, ¿Ayaka acababa de ver a Shuichi?. El guitarrista arrancó, más que tomó el teléfono y marcó rápidamente el numero de la joven.
Una voz delicada descolgó desde el otro lado de la línea.
-¿Diga?
*********
Se dejó caer en plancha sobre la cama. Shuichi no podría haber estado más cansado ni aunque proponiéndoselo. Lo cierto es que en todo el día no había parado de reír en el parque acuático. Él no sabia que en Kyoto había uno, pero al verlo entendió porque Ryuichi le había llevado hasta allí. El día había sido genial en casi todos los aspectos, hacia meses que no se reía tanto, durante tanto tiempo. Incluso había terminado con agujetas en las costillas, y cualquier intento de volver a empezar, amenazaba con doler.
Se limitó a sonreír en silencio ante los recuerdos de los toboganes, Sakuma en la piscina con un flotador con cabeza de pato, los helados, la comida, y en como les habían echado al obstruir y estropear durante más de dos horas una de las atracciones más concurridas con una chancla de flores solo por el mero interés científico de" a ver que pasa si meto esto aquí" (que seria equivalente a darle al único botón de un panel que pusiera "no tocar")
Sakuma entro en la habitación con una sonrisa radiante, y se dejó caer sobre Shuichi abrazándole cariñosamente.
-¿Lo has pasado bien Shu nanoda?
El joven se ruborizó minimamente con el gesto, antes de que le empezaran a gruñir ruidosamente las tripas y se ruborizase aún más si cabía.
Shuichi tiene hambre noda!!!- Sakuma se puso de pie, busco la carta de comidas que el hotel podía ofrecerles, y después de fruncir el entrecejo la tiró a un rincón y exclamó- Mejor nos vamos a comer fuera, la comida de aquí tiene nombres muy raros!!
Tiró del brazo del cantante de Bad Luck, que se dejo arrastrar con una sonrisa. Así había sido todo el día. Shuichi se estaba dejando envolver por el candor, la hilaridad, la alegría que manaba de hombre que había marcado a mas de una generación con su música.
Terminaron comiendo unas hamburguesas en un parque vació tras haber saltado la verja que lo cerraba. La noche era clara y el clima muy agradable. Shindou masticaba en silencio.
-Shuichi, ¿te gusta este sitio?
-Si es muy bonito- afirmo sin mayores aspavientos. Sakuma le miro de soslayo.
-¿A donde te gustaría ir luego noda?
-Umn, luego??- Shuichi se sintió perdido en aquella palabra. Le quedaba una vida por delante en ese luego, y no tenía ni la más remota idea de que iba a hacer con ella. Esteba todavía en plena depresión. De no ser por Sakuma, todavía estaría llorando en algún lugar como la casa de Hiro o habría vuelto a casa de sus padres a encerrarse en su cuarto como había echo la ultima vez.
Sakuma adopto una expresión adusta, al ver la mirada perdida en la cara del joven de cabellos rosados. Creyendo que había metido la pata con la pregunta, se sintió mal al creer que le estaba recordando a Shindou el poco tiempo que le quedaba. Azorado por ello, se permitió el gesto de deslizar un brazo por encima de sus hombros, para acercarlo más a su cuerpo.
-Ma Shuichi, siento haber preguntado eso...- aproximo su boca al oído del joven provocándole un visible sonrojo-...Tan sólo dime lo que quieres hacer, lo que sea... cualquier cosa, tan sólo dilo... haré lo que me pidas
Las palabras sonaron ambiguas y seductoras de sus labios. Shuichi se reprendió al notar como el color le subía hasta la raíz del cabello. ¿Cuando había comenzado a pensar de esa manera tan retorcida?. Debían de ser culpa de las malas compañías.
Turbado, comenzó a tartamudear algo incoherente, cuando la luz de una linterna les dio a ambos de lleno en la cara. Revelando a un guarda nocturno que pasaba a hacer la ronda con el par de perros reglamentarios.
-¡¡Alto!! ¡¿Quién va?!
Y sin tenerse que decir nada, los dos cantantes se pusieron de pie y echaron a correr... como venia siendo por costumbre en aquellas ultimas horas de su vida.
********
Pese a toda esa fachada de autocontrol y dominio, Eiri casi no llega consciente al hospital. Una vez en la ambulancia, sufrió nuevos ataques y entro en un estado comatoso en la camilla. Tohma lo miraba en silencio, con una expresión de profundo temor teñido de melancólica tristeza. Le sujetaba la mano, apretándosela de forma inconsciente, buscando ese calor que le indicaba que pese al aspecto tan terrible que presentaba el escritor, aun estaba vivo.
El presidente de Nittle Grasper no era un dios, pese a las apariencias de algunos de sus actos (debido a la cantidad de contactos que poseía). Por ello, tuvo que esperar pacientemente en una habitación vacía, a que el medico llegara con el informe.
Lo que este decía no era muy halagüeño: el novelista había empeorado notablemente desde la ultima vez que había estado ingresado por similares condiciones. Y cabía una posibilidad muy alta, de que si en un par de horas la herida de su estomago no se controlaba mediante fármacos, tendría que operar o terminaría teniendo un encharcamiento de tejidos, cosa alarmante, pero mucho menos preocupante que el echo de que esto fuera provocado por una hemorragia interna, que llevaba al extremo, podría suponerle la muerte.
Seguchi se quedó nuevamente sólo, con el teléfono móvil de Yuki en la mano, moviéndolo de un lado a otro, recordando tiempos mejores, tiempos en los que los dos eran más jóvenes, más despreocupados, y Eiri sonreía a menudo, sin preocupaciones que tiñeses sus rasgados ojos dorados. Suspiro, añorando aquellos momentos que no regresarían.
El teléfono móvil del escritor comenzó a sonar, vibrando sonoramente entre sus dedos.
-Si?
-¿Yuki?, Tengo noticias de Shui-
-No Nakano-san, soy Seguchi, Eiri sigue en observación. Terminó perdiendo el conocimiento. ¿Qué es lo que ocurre?
El guitarrista desde el otro lado del teléfono parecía exaltado.
-Se donde esta Shuichi. ¡¡Esta en Kyoto!!. He intentado reservar billetes de avión, pero el vuelo estaba completo, y en tren para cuando quiera llegar ya habrán podido irse. Es demasiado tarde para buscar otro tipo de transporte, la mitad de las oficinas ya están cerradas...
En silencio, con una sonrisa suave formándose en sus labios, Tohma se apartó el flequillo de los ojos.
-Ven al hospital, le diré a K que te lleve.
********
Era una experiencia interesante, como en un sólo día, podían haberle partido la boca dos veces. Tatsuha se desperezó bajando del avión, recorriendo las calles de su vieja ciudad con el alba tiñendo el cielo de tonos pastel. Todavía vestía la ropa de su hermano, pero después de la que había preparado el día anterior, decidió que lo mejor era regresar a su casa hasta que se le quitara el tinte del pelo. El ser Yuki Eiri se le había subido ala cabeza: la libertad de hacer lo que quisiera, sin preocuparse por las represarías (total, como no era él, le daba lo mismo)... aunque no podía decir lo mismo de su hermano. El moreno sonrió pensando que seria mejor durante una temporadita (tal vez diez o veinte años), abstenerse de pasear por Tokyo, y mucho menos ir de visita a casa de su hermano.
Entró en su casa, saludando a su padre con la cabeza, que se quedó mudo al pensar que era su hijo mayor el que regresaba por propia voluntad, y sin haberlo anunciado antes a bombo y platillo durante semanas.
El moreno entro en su cuarto, y allí halló a su hermana, que parecía estarle aguardando.
-¡¿Eiri?!, pero si Tohma acaba de...- el supuesto escritor se quitó las gafas de sol revelando sus ojos azul marino, que provocaron una mueca adusta en la hermana mayor-... Tatsuha!!!.
Los ojos de Mika se encresparon, contenido sus manos por no soltarle un guantazo al menor de los Uesugi
¡¡¿Te parece bonito estar haciendo el idiota, disfrazándote de tu hermano, cuando éste esta en el hospital?!!
El temperamento era cosa de familia, así lo estaba demostrando la esposa de Tohma. Su hermano mudó la expresión indiferente de su cara por una de curiosidad, con leves tonos de preocupación.
-¿Qué esta en el hospital?, ¿Qué ha pasado?, ¿Tuvieron un accidente al final con el coche y se partió una pierna o qué?
La mujer lo miró desconcertada, tomando asiento en su escritorio.
-No se de que me hablas, Eiri tuvo una recaída con su enfermedad. Esta ingresado y lo más seguro es que tengan que operarle. Deberías de ir a verle en vez de estar por ahí "de cosplay"- acoto de forma jactanciosa
-Acabo de volver, ya le llamare por teléfono dentro de un par de días para ver como esta.
Mika bufó furiosa dejando la habitación, a sabiendas de que por mucho que insistiera no conseguiría hacer cambiar de opinión al moreno. Largos años perseverancia habían finalizado en esa actitud.
Tras quedarse sólo, el moreno ocupo el lugar donde su hermana había estado sentada segundos antes, y sus ojos se recrearon en uno de tantos posters que tenia de Sakuma Ryuichi empapelando una de las paredes.
Si su hermano estaba ingresado, no podría salir a la calle, por lo que no podría buscar a Shuichi, y eso le daba a él un margen de tiempo nada despreciable. Además le estaba haciendo un favor, porque total, después de encontrarlo se lo llevaría a casa, en un estado mas o menos parecido al de como lo encontró.
En sus labios se dibujo una picara sonrisa, llena de malicia.
-Ah... my honey Ryuichi... se puso de pie restregando su mejilla por el posterd, así como zonas mucho más bajas y sensibles- sabes que no me he olvidado de ti, tu eres el mas importante, pero déjame tener este jueguecito....
-¡¡Tatsuha!! -entró su hermana encontrándole en aquella vergonzosa situación. El moreno no dijo nada, y con movimientos rígidos se aparto trozo de papel pegado a la pared, a la par que adornaba su cara con una expresión dulce más falsa que un castillo de cartón piedra.
Y ya que no estas haciendo nada de provecho. Padre necesita llevar estos papeles a los Usami. ¡¡Así que llévatelos tu!!. ¡Yo me voy a Tokyo!.
Tiro lo que traía sobre la cama menor de los Uesugi, tras lo cual pegó un portazo y se marchó.
El moreno, ahora rubio, sin cambiarse de ropa, tomo enfurruñado los papeles y se dispuso a hacer una visita la antigua familia amiga de la suya. En poco tiempo fue recibido, entregó los papeles y cuando ya iba a marcharse, se encontró frente afrente con la joven descendiente del apellido. Ayaka no pudo evitar ruborizarse al tener al novelista tan cerca. No obstante con educación y seriedad, hizo un inclinamiento de cabeza a modo de saludo y sonrió.
-Ah, Eiri, no sabia que estabas en Kyoto tu también. Viniste con Shindou ¿verdad?, Como no os vi ayer juntos...
El moreno, reaccionó arqueando una ceja por encima de las gafas de sol.
No podía tener tanta suerte, ¿o si?
-¿Dónde dices que viste a Shind... Shu-chan?
-Pues el en parque de atracciones acuático- contesto con naturalidad la joven de largos cabellos- con ese cantante que le gusta tanto a tu hermano...eh... Saku-, Sakuma...
-Sakuma Ryuichi
-Si ese mismo- afirmó sin comprender la sonrisa bobalicona que se estaba comenzando a extender en el rostro del "escritor"
-Entonces ¿Cuánto tiempo vas a quedar...te?
Pero el "rubio" ya se había vuelto, y aligerando el paso se marchaba calle abajo, rompiendo a reír en sonoras carcajadas cuando ya casi lo perdía de vista.
Ayaka frunció el ceño. Yuki se mostraba extraño, cualquiera hubiera dicho que se trataba de otra persona...
*********
Shuichi amaneció con Sakuma metido en su cama. El cantante de Nittle Grasper abrazaba a Kumagoro, pero ambos, conejo y cantante, estaba casi aplantando al joven de cabellos rosados contra el colchón. Shuichi gimió tratando de escapar de la trampa mortal, y se arrastro por el suelo hasta que dejo el ultimo de sus miembros libres.
Se estiro de forma perezosa, y frotándose los ojos se acercó a la ventana.
Que le deparaba el día, no lo sabia, pero esperaba que fuera algo bueno para variar.
Con una sonrisa melancólica volvió hacia el colchón, y sentándose junto a Sakuma le zarandeo por un hombro. Al no obtener resultados trató de hacerle cosquillas en la planta de los pies. Ante la ultima agresión, Sakuma se levantó cual un vampiro de su ataúd, y con los ojos aun entrecerrados se abalanzo sobre Shuichi mordiéndole el cuello. Terminaron en el suelo rodando y riéndose, si bien uno un poco más dormido que el otro.
-¡¡Buenos días nanoda!!-exclamó con vitalidad Ryuichi, una vez que la contienda hubo finalizado, cuando Shindou, al que le dolían incluso mas que el día anterior las costillas, suplico que lo dejara pues a penas se podía reír.
-Si, buenos días- se rasco la cabeza desconcertado- itteeee me duele todo.
Sakuma le saco la lengua divertido poniéndose de pie, mientras se cambiaba de ropa.
-¿Vamos a desayunar noda?
Tras un desayuno poco convencional (un par de perritos calientes con mucha mostaza y wasabi), Sakuma se había enterado de un lugar donde arrendaban pistolas de pintura plastica, y alquiló una par de ellas, para jugar en equipo con otros turistas de la zona, estando cada cantante en un equipo distinto.
Sakuma pertenecía al equipo rojo, y Shuichi al azul. EL cantante de Bad Luck había cogido la propuesta del juego con emoción, ya que nunca había participado en una contienda semejante.
La guerra durante todo el tiempo que duro que fue hasta casi bien entrada la hora de comer, fue un autentico caos, los demás participantes fueron cayendo uno tras otro, desquiciciados con los dos jóvenes que aparecían de cualquier sitio, desde la copa de un árbol, hasta dentro de un cubo de basura, pasando por cualquier lugar imaginable. Al final quedaron poco más que el propio Sakuma y Shindou, que cuando tuvieron que enfrentarse frente a frente les dio la risa tonta, y tuvieron que dejarlo.
Tras devolver las pistolas, Ryuichi paso un brazo por encima de los hombros del cantante de cabellos rosados, cargando todo su peso en él.
-Jaja, ha sido divertido nanoda!!!
Shuichi serpenteó por la calle, entre su peso y el peso añadido del otro cantante, sin dejar de reírse, pero terminado por caerse de culo ante la incapacidad de poderse remolcar a los dos.
-¡¡Si!!, pero necesito descansar!!- el cantante dejó de reírse al notar como una especia de vahído que, de no haber estado ya sentado en el suelo, le habría echo caer.
-¿Shuichi?, ¿Estas bien?- preguntó preocupado el otro hombre a su lado.
Incapaz de contestar, el joven de cabellos rosados afirmó torpemente con la cabeza, con el mareo aun enturbiándole los pensamientos. Sakuma se inclinó hacía él, tomándole la temperatura de la frente con los labios, y tras fruncir el ceño sonreír y revolverle el pelo.
Tendrás hambre, ¡¡Ya es muy tarde nanoda!! - lo ayudó a ponerse de pie, sirviéndole un poco de apoyo.- Podríamos tomar algo en alguna cafetería, aunque a estas horas creo que nos darán poca cosa más que un sándwich...
El cantante meramente cabeceó, y se dejó conducir hasta la primera terraza que se dispuso a su paso.
***********
Ni en el mejor de los casos, Hiroshi creyó que podría estar tan pronto en Kyoto. K despidió al piloto de la avioneta tan pronto como se bajo de ella, volviéndose hacia el guitarrista en busca de algún tipo de proposición. Nakano le devolvió la mirada sin saber que decirle.
-Y bien?- terminó inquiriendo finalmente el manager.
-Pues que puedo decir, como ya te comente antes creo que podríamos empezar mirando la lista de clientes de los hoteles que están cerca de el parque de atracciones que me habló Ayaka-chan. Si no están ahí... - el joven se encogió de hombros- ... pues a seguir buscando. ¡¡Maldita sea nuestros móviles!!, ¡Si todavía los tuviésemos la cosa seria distinta!
El manager sonrió de forma esquiva, intentando parecer que el tema no iba para con él.
-Well, pues entonces vamos a revisar esas listas...-murmuró el rubio sonriendo maliciosamente mientras acariciaba de forma impaciente el mango de su mágnum.
**********
Con las migas de un sándwich de jamón con queso en el plato, Shuichi suspiró aliviado. Su rostro presentaba mejor aspecto, y una sonrisa tímida volvía a parecer en sus labios.
-¿Te encuentras mejor nanoda?
-ummn... si - el cantante obsequió con un mohín divertido a su acompañante que miraba la ultima hoja del periódico- ¿qué estas leyendo?
-La cartelera de estrenos... podíamos ir ahora al cine noda
Los ojos de Shuichi se abrieron en la felicidad absoluta. Le encantaba ir al cine, pero por unas o por otras, o bien no iba, o terminaba yendo sólo, nunca en toda su vida había sido capaz de arrastrar al escritor a una de las sesiones... ir con Yuki. Cerró los ojos. Debía de evitar tener esa clase de pensamientos, ahora estaba con Sakuma, y tendría que estar feliz porque éste se estuviera tomando tantas molestias por tenerle entretenido.
Sonrió.
-¿Y qué vamos a ir a ver?
-... -Sakuma dejó periódico sobre la mesa, revelando a los ojos de su acompañante que lo había estado leyendo del revés.- pues no se, mejor vamos, y decidimos allí. ¿De acuerdo nanoda?
Entraron en la sala cuando ya estaba a oscuras. Habían elegido la película según un póster promocional de la entrada que asemejaba una de esas malas producciones tipo Powers Ranger contra Godzilla, o similares. Tomaron asiento en el mismo momento en que los títulos comenzaban a desfilar por la pantalla.
La primera imagen que salió les impacto. Sobre todo a Shuichi que comenzó a enrojecer, tartamudeando mientras señalaba cohibido la pantalla.
-Pero... pero ... ¿¿Pero qué película es esta??
En la pantalla había una chica rozando la indecencia por su escueto atuendo, rodeada de tentáculos, que trataban por todos los medios de rodearla, amarrarla y metersele por todos sus orificios disponibles.
-Pues a ver... es la ... "la blueu Gairls" o algo así- comento Sakuma como si fuese ajeno a las imágenes de la pantalla de aquella mujer semidesnuda, gimiendo mientras los tentáculos la bañaban en liquido gelatinoso- Oye, si no te gusta nos cambiamos de sala nanoda!
Shuichi, rojo hasta la raíz del cabello, afirmó enérgicamente. Y los dos cantantes se pusieron en pie, armando un escándalo ante los demás que querían ver la película, al obstruirles la visión de algunos de los "mejores" planos de la chica.
Subieron algunas escaleras, hasta otra de las salas, pero nada más abrir la puerta, lo primero que se encontró Shindou fue el primer plano de un pecho de tamaño rascacielos. Cerrando fuertemente la puerta de golpe, se quedó apoyado contra esta con el rostro hundido sobre su propio pecho.
-¿Esta tampoco?- preguntó con inocencia Sakuma, sacando a su Kumagoro para mordisquearle una oreja aburrido.
-Mejor que no...- comentó en un murmullo apagado Shuichi, bajando por donde habían venido, y entrando en una tercera sala, no sin antes ser amenazados por los gerentes, de que como no cesasen de interrumpir, les echaban a la calle.
Shuichi se sentó en su butaca con miedo. La película siguió ajena a los murmullos incómodos de aquellos a los que les estaban cortando el hilo argumental.
Una persecución en lancha con un tiroteo al más puro estilo de película de "corrupción en Miami". Shindou se relajo permitiéndose un suspiró, y sonriendo, aparentemente animado a ver la película.... hasta que cinco minutos después, tras dos muertos y conseguir pillar la lancha, hubo un profundo y pasional beso entre los dos protagonistas, que termino en una amplia escena de cama, con múltiples y explícitos detalles.
Y para mayor incomodidad y pudor del joven de cabellos rosados, los protagonistas eran dos hombres.
Sakuma miraba de reojo a Shuichi, y todo el repertorio de muecas que estaban pasando por su cara, empezando por una de sorpresa, hasta terminar en una de profunda vergüenza y bochorno, y no por ello, no haber demostrado durante unos breves instantes, una expresión de sumo interés, como aquel que esta memorizando algo para futuras ocasiones.
Divertido por la timidez que en ese momento se manifestaba por todo el rostro del cantante de Bad Luck, Ryuichi le paso una mano por encima de los hombros, que provocó un bote en el primero.
-¿Qué pasa Shuichi, tampoco te gusta esta película noda?
El cantante ya no podía ruborizarse más. Hundió el rostro hablando para el cuello de su camisa.
-Ehh.. ettó.. yo no, bueno yo...
-Bueno, no era lo que pensaba que iba a ser, pero siempre se puede aprender de todo ¿no?... -Los ojos de Shindou parecieron desencajarse de sus orbitas cuando la variante del registro de voz de Sakuma, le indicó que este había pasado a hablar en "modo" maduro. Ryuichi le sujetó la barbilla obligándole a ver una escena, especialmente explicita.
Mira, ¿No te parece interesante?
-Yo no... -Shuicihi estaba al borde del coma, con esa película metiendosele por los ojos, y Sakuma abrazándole prácticamente mientras le murmuraba con una voz seductora al oído comentarios que debido a las circunstancias, sonaban picaros e incitantes.
Volvió a mirar la película, y el calor le llenó las mejillas como otras partes menos castizas de su cuerpo. Empezó a temblar nervioso, tratando de evitar, que las reacciones de su cuerpo fueran visibles para los demás.
Si bueno, pero yo no... bueno, yo nunca he... quiero decir que a mi siempre me han... bueno yo...
-¿Nunca has penetrado a nadie?- preguntó Sakuma con cordialidad, como si se tratase del tiempo, con una sonrisa amistosa en el rostro, pero todo vestigio de inocencia borrado de sus facciones.
A Shuichi se le cruzo la neurona. Incapaz de hablar, incapaz de moverse, se hizo una bola en el asiento, subiendo los pies hasta la butaca, y amarrándose las rodillas nervioso.
Sakuma sonrió de cierta manera conmovido, acariciándole el cabello y murmurándole al oído de forma que tan sólo él lo escuchara.
-Conmigo quizá podrías probar cosas distintas.
Cuando Shuichi salió del sock, estaba sólo en el asiento. Siguió echo una bola, lanzando miradas de desconfianza a su alrededor, pero no se atrevió a moverse hasta el final de la proyección.
El cantante fue el ultimo en abandonar la sala. Fue al salir, cuando se encontró nuevamente a Ryuichi sentado en las escaleras de la salida, con estigmas claros de haber estado comiendo chocolate, helado y dulces barios.
-¡¡Shuichi!! ¿Qué tal estuvo la película?
EL cantante enrojeció nuevamente, sentándose nervioso junto a él en el escalón.
-¿De qué iba?, Es que como yo no me estaba enterando preferí venir a comprar algo de comer, ¿quieres?- le tendió el paquete medio vacío de palomitas y algunos caramelos. Shindou le miró un tanto desconcertado, mientras cogía uno de los dulces.
La sonrisa dulce e inocente en el rostro de Sakuma, desconcertaba hasta tal punto, que el cantante de cabellos rosados se preguntó sino se estaría sufriendo algún tipo de trastorno mental, y todo lo anterior hubiera sido producto de su imaginación.
-Sakuma-san, tu ahí dentro no...-
-¿No qué?
Shindou suspiró y negó efusivamente con la cabeza.
-Nada, nada...-rió de forma alterada e inquieta, preguntándose que habría echo, si su "sempai" le hubiera confirmado sus palabras anteriores.
Dieron un paseo hasta el hotel donde estaban alojados, se rieron y hablaron de muchas cosas, no necesariamente importantes. Shuichi ya se estaba convenciendo de que todo lo anterior había sido una mala pasada de su traumada mente.
Anochecía, y aunque era aun pronto para irse a dormir, decidieron regresar a su habitación, metiendo de "extranjis" para cenar un par de burritos de una tasca mejicana que se encontraron por la zona.
-Me muero!!!!- exclamó en un suspiró agónico el cantante de Bad Luck dejándose caer pesadamente en la cama, tras haber dando cuenta de la ligera cena. Sakuma borró la sonrisa que había traído en su cara, poniéndose visiblemente nervioso. Para tratar de disimular, prendió el hilo musical, y entro en el cuarto de baño a refrescarse la cara.
Shuichi continuó tirado en la cama, boca arriba, observando la nada del techo con tranquilidad.
La voz de Ryuichi inundó débilmente la sala desde el lavado, acompañando la canción antigua y romántica que estaba sonando a través del hilo musical.
"Se mi primer amor, ámame desde la distancia, déjame tocarte en un sueño"
O algo semejante, que en los dulces labios de Sakuma parecía cobrar vida, convirtiéndola en una dulce melodía para ser escuchada. Shuichi se dejó mecer por esa armonía, más cuando la canción llegó a la parte de "se uno conmigo esta noche, llevo soñando contigo desde el crepúsculo de tu amanecer" se tornó visiblemente nervioso, recordando el suceso del cine, por lo que se dio media vuelta en la cama, cogió el mando del televisor, y se puso a ver la primera cadena que salió que era una de noticias.
-... Lo cual indica que las ventas al extranjero aumentaran y-
Enterró el rostro entre la colcha, dejando que la voz de la mujer de la pantalla le distrajera de otro tipo de pensamientos.
y por otro lado, llegamos a las noticias de actualidad. Conectamos con la señorita Amiko. Por favor, cuéntenos con que escándalo amaneció esta mañana en el barrio de Sekasebawa.
Oh, gracias Reika. Buenas noches, estamos en Sekasebawa, donde anoche, cientos de personas, no podían creerse lo que veían. El reconocido y prestigioso escritor Yuki Eiri, fue el protagonista de un múltiple escándalo, en el que...- ante la mención del nombre, Shuichi saltó de la cama, agarrando el televisor con las dos manos para mirar muy fijamente a la pantalla- se vieron involucrados varios negocios. Todo indica a que el reconocido escritor, abusando de la confianza de los dueños, organizo una serie de estafas, robando a demás varios objetos de valor de dichos establecimientos. Además, hay varios testigos que afirman las confesiones de varias jóvenes, a las que el escritor trató de seducir, proponiéndoles relaciones deshonrosas.
Ante la incredulidad presente en el rostro de Shindou, la reportera tendió el micro a una joven a la que por medios digitales, se le había omitido el rostro y distorsionado la voz.
Yo, verán fue horrible, abuso de mi gran admiración por él para llevarme a un lugar con poca gente, y obligarme a hacerle... -la chica se cubrió la boca con las manos, echándose a llorar- perdone, me cuesta mucho decirlo, ha sido una experiencia muy traumática para mi... me obligo, me obligo a hacerle sexo oral!!
La reportera le tendió el micrófono a otro hombre, que lo cogió con furia y empezó a hablar en un tono que parecía querer romper la cámara que lo estaba filmando.
Ese cabrPIIIPIIIII, intento tirarPIIIPIIIII a mi novia!!!, y cuando fui a partirle la boca, el muy hijo de PIIPIIIIIIPIIIII, va y me dice que si quiero, nos lo montamos los tres!!!!
Siguieron entrevistando a varias personas más, todas relatando semejantes acontecimientos.
Shuichi observaba la pantalla. Lagrimas silenciosas recorrían sus mejillas.
Sakuma salió del baño, secándose la cara, cuando vio la actitud extraña de Shindou. Se detuvo a su lado sonriendo, más al prestar un poco de atención a lo que en la televisión decían, y posteriormente ver las lágrimas conmocionadas del joven de cabellos rosados, supo que era lo que sucedía.
Apagó rápidamente la tele, y tomó a Shuichi por los hombros para volvérlo hacia él.
-¡¡Shuichi!!
Pero el joven parecía no escucharle, estaba en un estado de autismo provocado por el golpe moral que le habían provocado la noticia.
Tras zarandearlo unos segundos, finalmente pereció reaccionar, y reconocer a Sakuma que lo miraba preocupado, entonces su rostro convulsionó en muecas, rompiendo finalmente a llorar de forma sonora, a la par que se tiraba sobre Ryuichi y lo abrazaba con todas sus fueras.
-¡¡¿Qué voy a hacer ahora?!!, Yuki corto conmigo de verdad!!! - gimió entre sus propias lagrimas el cantante, presa de un pesar, de un dolor, que hacia años que no sentía.
Antes nunca había echo nada parecido, por eso, por eso yo guardaba la esperanza, y lo intentaba, ¡¡Volvía a intentarlo acercándome a su lado!!
¡¡Pero Yuki se ha convertido en un degenerado!!!, ¡¡Le da igual que sea yo o sea cualquiera!!! ¡¡Le dio igual que me marchara!!, ¡No me busco!, ¡¡Y estuvo divirtiéndose con un montón de mujeres!!
El joven berreo, y Sakuma, lejos de saber que decir, simplemente le sostuvo el abrazo, devolviéndoselo con igual o incluso más fuerza.
-¡¡¿Qué voy a hacer?!! ¡¡Le quiero, le quiero tanto!!, ¡¡Pero no le importo nada!!
Sakuma espero a que el joven llorara lo que tenia que llorar, para que se tranquilizase. Cuando las lágrimas empezaban a remitir, Ryuichi esbozó algo parecido a una sonrisa, rebuscando con su nariz los rosados cabellos enmarañados del joven cantante.
-Shuichi, yo sé que lo sientes, pero hay veces que las cosas son mejor como están, el te hacia daño, no te dejaba ser tu. Todavía te queda mucho por crecer, y lo harás mejor si no estas a su lado. El te impedía desarrollarte como persona.
Acarició sus mejillas, y apartó todo aquello que impidiera mirarle detenidamente a los ojos, enrojecidos y vidriosos por las lágrimas.
Yo, se que no es un buen momento, pero quiero decirte que yo, bueno yo... -El cantante de Nittle Grasper dudo- ... yo te apoyare en cualquier momento - finalizo con una sonrisa triste en los labios.
Shuichi lo miró, y sonrió un poco amargado, reticente a hablar, pero necesitando sincerarse con él.
-Sakuma-san, agradezco mucho esto, pero me siento mal... Yuki no dejaba de repetirme que mi compañía era molesta e irritante, que no tenia nada bueno, que incluso como ...-se ruborizo avergonzado- ... como amante, no era gran cosa, porque tengo poco aguante, porque no le sirvo. Le molestaba absolutamente todo lo que hacia, incluso que tuviera cosas tuyas en su casa. Se enfadó mucho pensando que teníamos una aventura- el joven de cabellos rosados se rió inquieto, pero esa débil sonrisa murió al recordar como el rubio le había prácticamente echado de su casa, pidiéndole que fuera con el hombre con el que ahora se encontraba
Levantó los ojos nervioso, esperado encontrarse una mueca de sorpresa o recriminación, pero sólo encontró una mirada comprensiva. Ryuichi le abrazó posesivamente, lo cual sorprendió al joven cantante de Bad Luck.
-Ya sabia que Eiri pensaba eso, te escuche decírselo a Nakano, lo siento, no fue mi intención escuchar... pero de todas formas hay algo en lo que te equivocas yo en realidad...
Aflojó un poco su abrazo, e incapaz de decírselo con palabras, Sakuma se inclinó lentamente sobre Shuichi tomando sus labios en un beso dulce, mucho más dulce que aquel día en el centro comercial cuando lo había echo para llamar la atención. Aquel era una caricia que decía más que daba. Ryuichi se apartó un poco incomodo de Shuichi que lo miró desconcertado.
-Sakuma-san yo no...-pero vio la mirada afectada del cantante y en ella, reconoció un poco de si mismo de cada vez que Yuki le hacia sufrir.
Luego el vacío provocado por la escandalosa noticia de la televisión, le recordó que estaba sólo, que toda relación con el escritor de una manera u otra había finalizado completamente. Esta vez no había nada, ni nadie a quien esperar. Tan sólo las ultimas palabras del rubio, chillándole que se marchara con el hombre que ahora le miraba expectante, con una tímida sonrisa pero unos ojos increíblemente tristes.
"Bien Yuki" - se dijo para si acercándose a Sakuma con nerviosismo y un poco de miedo- "por todo el amor que te tuve, que te tengo. Haré lo que me pediste"
El cantante de Nittle Grasper reacciono con sorpresa cuando Shuichi, de forma tímida y vacilante, se arrodillo a su lado, cerrando los ojos. No obstante se le notaba acongojado y angustiado. Con pequeños temblores en sus extremidades.
Sakuma no sabía si alegrarse o reírse. Por lo que para aliviar un poco el ambiente, cogió a Shuichi por un brazo, lo puso de pie, y le apretó fuertemente las mejillas. Shuichi abrió los ojos desconcertado, para encontrarse la penetrante mirada de hombre, que le sonrió desde su aspecto adulto.
-Shuichi, quiero que sepas que hacer esto contigo es lo que más he deseado en la vida, pero no quiero hacerlo si me vas a poner esa cara de pavor o no estas convencido del todo. Yo he esperado mucho tiempo, puedo seguirte esperando...
Se conmovió con aquellas palabras, y todo el miedo que había estado teniendo se diluyo, al verlo tan entregado a él, dejándose envolver por ese calor, esa ternura que nunca había sentido de su autentico amante. Se abrazó a él, rogando porque ese calor, tapara el dolor del vacío del rubio.
Lo tendió en la cama, y el rubor no tardó en acudir a las mejillas del cantante de rosados cabellos. Sakuma divertido por la reacción, jugo a ver cuanto más podía enrojecer el joven, inclinándose sobre el, para susurrarle de forma sensual.
-¿Te acuerdas de lo que te dije en el cine?
Shindou se atragantó, con el corazón comenzando a latirle casi fuera del pecho. Ryuichi sonrió tomándole los labios con delicadeza, esperando a que abriera su boca para profundizar el beso con una juguetona lengua. Al joven de cabellos rosados le estaba costando reaccionar, adaptarse al ritmo que estaba proponiendo el otro hombre. Suspiró, y un pequeño gemido se escapó de sus labios cuado la mano de Sakuma, envalentonada, se deslizó por debajo de sus prendas, acariciando con dulzura cada centímetro de piel, terminando a la altura de uno de sus pezones. No lo acarició, ni siquiera lo toco. Ryuichi de rodillas en la cama, sacó la mano de la camisa y con cuidado comenzó a quitar la camiseta de Shuichi. Dejó su piel expuesta al aire y tras observarla aparentemente complacido, se inclinó nuevamente para tomar uno de esos pequeños pezones. Primero acariciándolo suavemente con los labios, luego mordiéndolo, y finalmente succionado de él.
Shuichi se ruborizó, sintiendo como su cuerpo se tensaba en sensaciones conocidas, pero así mismo nuevas con aquella persona.
El cantante de Nittle Grasper alzó un poco el rostro recrearse en la expresión del joven, y haciendo un gesto tachable de obsceno con la lengua, dirigió su atención al otro pezón.
Rápidamente las sensaciones inundaron al joven de cabellos rosados, que casi a penas recordaba como había comenzado aquello. El cuerpo de Sakuma se veía brillante bajo una leve capa de sudor, y su boca hacia cosas provocativas tanto para la vista como para los sentidos. Shuichi se encontró regalando pequeños suspiros placenteros mucho antes de lo que se imagino. Unas manos lo acariciaban con ternura, no dejando un sólo espacio sin recorrer. Los besos húmedos siguieron desde su pecho hasta su cuello, donde apartando el cabello, Sakuma lamió toda la superficie expuesta, provocando agradables escalofríos en el joven de cabellos rosados.
Ryuichi se detuvo un momento, para quitarse su camisa de forma un ansiosa y torpe, lo que provoco una sonrisa en Shindou, que incorporándose, terminó por ayudarle a deshacerse de ella.
Los besos continuaron, con Shuichi entregándose un poco más, abriendo sus brazos, acariciando la espalda de Ryuichi, permitiendo que sus lenguas jugasen, compartiendo el liquido de sus bocas, mientras que por su parte las manos del otro cantante, no cesaban en su empeño por recorrer cada centímetro de piel.
Shuichi jadeó, cuando por accidente, una mano de Sakuma paso sobre la superficie palpitante aprisionada dentro de sus pantalones. Ryuichi sonrió ambiguamente, soltándose de los brazos del joven de cabellos rosados, para abrir el botón del pantalón, y deslizar premeditadamente despacio la cremallera hacia abajo. Shuichi reacciono alarmado, incorporándose por los codos, lanzando una mirada de terror a su acompañante.
-Ah... no por favor- suplico entre jadeos. Pero sus ruegos fueron ignorados, y Sakuma bajó toda la prenda, dejando el miembro erguido del cantante a la vista- por favor no...
-No te avergüences por estar excitado- le comentó con naturalidad el cantante de Nittle Grasper tomándolo con delicadeza entre sus manos- para mi es una visión muy agradable- murmuró con aliento cálido sobre la punta de su miembro antes de introducírselo en la boca. Shuichi gimió de forma sonora agarrando con fuerza las sabanas y entre abriendo la boca para tomar aire.
Su cuerpo empezó a temblar en expectación, era tal el placer que estaba sintiendo dentro de la boca de Ryuichi, que por un momento no pensó en nada más.
No obstante pocos segundos después la cálida cavidad abandonó su miembro, y Shuichi abrió los ojos para volver a ruborizarse más si aún era posible, cuando Sakuma se quitó la única prenda que le quedaba, revelando a su vez otro miembro igual de erguido, que incluso comenzaba a segregar un poco de liquido preseminal. Fue Sakuma el que pareció avergonzado en aquel momento, arrodillándose con las piernas a ambos lados del cantante.
-¿Podrías?, ¿podrías tocarme?- pidió Ryuichi sentándose sobre el vientre del joven de cabellos rosados, sin por ello dejarle de prestar atención, pues con la mano que no guardaba el equilibrio, se dedicó a acariciarle suavemente la base de su miembro y los testículos.
Con un rubor más que visible, Shuichi cogió nervioso el miembro del cantante. Toda aquella situación nueva para él.
El placer se reflejó en la cara de Sakuma cuando lo hizo, dejando escapar un suave jadeo. Las caricias de Shindou fueron acompañadas de ligeros movimientos pélvicos cuando estas ganaron confianza.
-Ah.. Shuichi- jadeo de forma entrecortada. El aludido observó el rostro llenó de gozo del cantante, empezando a ser consciente de hasta donde estaba llegando, dejándose tocar por la inseguridad.
La postura para Sakuma empezó a serle ciertamente incómoda, por lo que con una sonrisa, detuvo las caricias que Shuichi le estaba dedicando, y bajó sus ojos hacía donde estaba la entrada del chico.
Largos dedos acariciaron la parte baja de sus testículos hasta su entrada, provocándole escalofríos placenteros, y cuando creyó que estos, iban a introducirse, se apartaron por completo.
Shuichi abrió los ojos, para contemplar con estupor como Sakuma, lejos de intentar penetrarle, era él mismo el que se estaba sentando sobre su miembro.
Jadearon, uno ante la invasión, el otro ante un estímulo que nunca había tenido. Por acto reflejo, Shuichi poso las manos sobre las caderas de Sakuma sentado sobre él, aun tratando de recuperar el aire.
-Esto es...- jadeo costosamente cuando Ryuichi hizo un movimiento para levantarse y a continuación volvió a dejarse caer.
-¿Nuevo para ti?- murmuró melosamente Sakuma, agradado ante las expresiones placenteras que estaba arrancando de Shindou.
Volvió a ruborizarse, aquella situación se le antojaba tan extraña. Nunca había penetrado a nadie, y ahora lo estaba haciendo con Sakuma. La sensación era distinta, pero muy agradable. Ryuichi se movió sobre él, a un ritmo despacio, lento, inclinándose de vez en cuando para besarle el pecho. Shuichi se sintió bien, se sintió cálido, avergonzado cuando Sakuma le quitó una de sus manos de la cadera y se la puso nuevamente en su miembro.
Empezó a moverse un poco más deprisa sobre él, entrecerrando los ojos por el placer, pero sin querer cerrarlos del todo para no perderse las expresiones de su cara. Shuichi jadeó ante el ritmo. El sabia que solía correrse con mucha facilidad, pero en esta ocasión, al no estar siendo penetrado, parecía que estaba consiguiendo que aguantase un poco más.
En un ultimo esfuerzo, Sakuma se dobló hacia él tomándole la boca con los labios, para después susurrarle jadeante a la par que aumentaba el ritmo y finalmente los llevaba a los dos al orgasmo un "Te quiero mucho Shuichi"
Shindou se arqueó bajo Sakuma llenado su interior con su perlado líquido, al mismo tiempo que el propio Ryuichi manchaba el torso descubierto del cantante de cabellos rosados.
Sakuma jadeó pesadamente con los ojos cerrados, por primera vez en su vida satisfecho plenamente con algo. Pero tuvo una desagradable sensación, cuando fue consciente de que las manos de Shuichi no se habían movido de donde las había puesto con anterioridad. Abrió los ojos para encontrarse al joven de cabellos rosados con los ojos llenos de lágrimas, y una expresión de profunda angustia y dolor en la cara.
-No eres Yuki... tu no eres Yuki.
-¿Qué?- pregunto Ryuichi descorazonado, levantándose de Shindou, para buscar su camisa, pues de cierta manera, su desnudez le estaba resultando incomoda.
-Yo ... yo lo siento Sakuma-san- Shuichi se incorporó, todavía conmocionado por ese "te quiero" que le había dicho Sakuma. Había sido aquella simple frase, la que le había traído a la realidad de golpe, haciéndole ver lo que estaba haciendo, y hasta donde había llegado por dolor, resentimiento y despecho- pero yo no... yo no te quiero- rompió a llorar de forma sonora, sintiéndose mal por él, sintiéndose mal por Ryuichi que lo miró fijamente con tristeza y melancolía, como si en el fondo ya se lo esperara.
Yo te aprecio mucho, te quiero... pero no te amo de esta manera. ¡¡perdóname!!- pidió entre sollozos Shuichi, sin moverse, no creyéndose merecedor de mirarle a la cara. Sintiendo que lo había utilizado para cumplir lo que le había pedido de forma desdeñosa el escritor- perdóname Sakuma-san!!
Y nuevamente, unos brazos cálidos le envolvieron, y Ryuichi apoyándolo contra su pecho, le acaricio de forma paternal los cabellos
-No pasa nada, no te preocupes por mi. Yo... es cierto que te quiero, pero en ningún momento me vi con posibilidades de ser correspondido, esto es mucho más de lo que yo nunca pude imaginar. Te doy las gracias por esta maravillosa experiencia- sonrió un poco entristecido- aunque no voy a negar que me hubiera gustado quedarme contigo, te hubiera cambiado por todo lo que tenia, incluso Kumagoro noda!
Se poso una sonrisa mansa en sus labios. Shuichi sonrió nervioso, avergonzado e intranquilo, pero sintiéndose un poco mejor. Bastante tenía con asimilar el abandono de Yuki, como para enfrentarse también a un nuevo compromiso para el cual no estaba preparado.
-Gracias Sakuma-san- respondió al abrazo, sintiéndose agradecido, pero con la necesidad de que le diera un poco el aire fresco para aclararse las ideas y librarse de la sensación opresiva de su pecho.
Se levanto de la cama aun desnudo. Cogiendo su ropa entro en el baño y cinco minutos después salía aseado y vestido. Se acercó ruborizado al antiguo cante que miraba por la ventana, vistiendo aun solo una camiseta amplia y unos slip.
-Yo... necesito tomar un poco el aire, y despejarme, volveré dentro de un rato.
Ryuichi sonrió, diciéndole adiós con la mano. Shindou se marchó, dejándole sólo en la habitación. El antiguo cantante de Nittle Grasper volvió mirar a la calle cabizbajo. Se sentía frustrado, pero claro, eso no se lo iba a decir al joven de cabellos rosados.
Trató de parecer feliz. Al menos podía decir que había tenido su momento, no obstante volvió a maldecir el nombre de Yuki Eiri, no sabía porque millonésima vez. Y por un momento se permitió la satisfacción obtenía al engañarse a si mismo, diciéndose que tal vez, aquel no sería el único momento intimo que podría compartir con el joven de rosados cabellos, que quizá con el tiempo, lograse alcanzar ese tan preciado hueco que ansiaba dentro de su corazón.
Sonrió cínicamente, pues el fondo sabía, que aquel lugar nunca le pertenecería.
*******************New continue??
Bueno he tardado menos, con este capitulo, espero redimirme un poco del anterior, que me pareció una autentica patada mal dada (sigo traumada ^^~), aunque lamentablemente no supe como mejorarlo y lo necesitaba para este. Espero que haya sido más de vuestro agrado. También dar las gracias a marfil, pues pese a todos los problemas que esta teniendo sigue a delante con todos los proyectos. Un beso a todos.
Ja-ne!!!
