¿Qué creen? ¡Todos estos personajes pertenecen a JKR! ¡No he inventado a ninguno! ¡Ninguno me pertenece!
Notas de la autora: Así que aquí está: el primer capítulo de mi nueva serie. ¡No es divertido! Quedan advertidos. Los capítulos serán mucho más cortos que los de mi otro fic, porque cada uno de ellos está dedicado al encuentro de Harry con alguien de su pasado. Todo ocurre diez años después de Hogwarts. Voldemort ha sido derrotado. ¿Pero por quién? No fue por Harry.
Nota de la traductora: Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribi "Harry Potter, Hogwarts' Caretaker" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en fanfiction.net Y si deseas escribirle a Silverfox (en alemán o inglés, preferentemente), su dirección es silverfox@kabsi.at
HARRY POTTER, CONSERJE DE HOGWARTS
por Silverfox
traducción por Daga
Capítulo 1: NEVILLEUn Harry Potter de 27 años bajó de un taxi muggle en la estación de King Cross y pagó al chofer. Se estremeció ligeramente cuando comprendió que le quedaban sólo alrededor de tres libras después de eso, pero el dinero muggle no le serviría más de todos modos cuando estuviera de regreso en el mundo mágico.
No necesitaría más dinero en Hogwarts, se recordó a sí mismo y rápidamente cruzó la estación y se deslizó secretamente en el andén 9 ¾. Sabía que era demasiado temprano, pero no tenía suficiente dinero como para gastarlo comiendo en un restaurante mientras esperaba y no se sentía de humor como para esperar con toda la gente en la parte muggle de la estación. Con algo de suerte no habría nadie en el andén secreto todavía.
Aunque el andén estaba vacío, para sorpresa de Harry el tren ya se encontraba ahí desprendiendo vapor alegremente como siempre y dando la impresión de que sólo lo esperaba a él para subir abordo. Harry decidió aceptar su invitación. Metió su pequeño baúl y caminó por el tren vacío recordado haber tenido que abrirse paso por entre hordas de niños que reían durante su último viaje, diez años atrás.
¿Cuántas veces había viajado en ese tren charlando alegremente con Ron y Hermione? Seis... No, once. También habían regresado de la escuela. ¡No, un momento! Habían sido sólo diez veces. Él y Ron habían volado con el auto de los Weasley al principio del segundo año. Harry sonrió. Snape no había estado contento entonces.
Se preguntó si Snape todavía estaría en Hogwarts cuando entraba a un pequeño compartimiento en la parte delantera del tren.
"Espero que no" pensó "Debe estar muy decepcionado de mí".
Era extraño lo mucho que había acabado por respetar al sarcástico maestro de Pociones después de odiarlo y despreciarlo por más de cuatro años. Ahora realmente lo admiraba. Sería difícil enfrentarlo. Con suerte, no tendría que hacerlo. Pero enfrentar a la profesora MacGonagall y al director Dumbledore sería aún más duro. Ellos habían tenido grandes esperanzas con él.
Sabía que Dumbledore todavía estaba en Hogwarts. Era él quien lo había contratado, después de todo. Sólo pensar en el simple hecho de enviar una lechuza para aceptar la oferta de Dumbledore había sido muy duro para Harry, pero no tenía otro lugar a dónde ir. Había sido forzado a regresar al mundo mágico y enfrentar a sus antiguos maestros. Bueno, una gran parte del personal habría sido reemplazado por extraños para entonces y habían ocurrido muchos cambios en el mundo mágico luego de la caída de Voldemort.
Por supuesto, Harry no había estado ahí para presenciar esos cambios, pero sabía que muchos debían haber muerto durante la última batalla. Otros habrían cambiado de empleos para reemplazarlos y otros habrían querido un cambio de escenario luego de las cosas horribles que habían pasado en Hogwarts.
Harry nunca había querido saber qué había pasado exactamente, pero había escuchado que la escuela había sido el sitio de la confrontación final entre Voldemort y Dumbledore.
Con un gran suspiro, Harry se acomodó confortablemente en su asiento y cerró los ojos. Acababa de volar desde Nueva York y había saltado dentro de un taxi tan pronto como salió del aeropuerto. La diferencia de horario probablemente lo mantendría despierto toda la noche. Tal vez podría dormir un poco mientras llegaba a Hogwarts.
Sin embargo, fue despertado sólo dos horas después por las voces y movimientos de entusiasmados estudiantes y sus padres por todo al andén y en el tren. Jóvenes de segundo a sétimo año corrían arriba y abajo, dentro y fuera del tren, gritando saludos a amigos que no habían visto desde el final del año escolar... o tal vez sólo desde la víspera en Diagon Alley. Nerviosos alumnos de primer año estaban cerca de preocupados padres reluctantes a decir adiós hasta Navidad. Otros estaban tratando por escapar lo más rápido posible de padres sobreprotectores y unirse a sus nuevos amigos en el tren.
Harry vio a tres chicas sospechosamente pelirrojas y de diferentes tamaños correr a subirse al tren y se preguntó qué habría pasado con los Weasley. Esas tres parecían demasiado mayores para ser las hijas de Ron o Ginny, pero podrían ser de Bil o de Charlie.
Sonrió tristemente al ver a un muchacho mayor ayudando a uno pequeño a levantar su pesado baúl y meterlo al tren. Justo como Fred y George lo habían ayudado hacía tantos años. Había estado tan solo y asustado, pero al mismo tiempo tan excitado de dirigirse hacia una nueva vida y había conocido a Ron y se habían hecho amigos y luego se hicieron amigos de Hermione...
¿Dónde estarían ahora? ¿Y qué pensarían de él? Harry suspiró otra vez y apartó su mente de los recuerdos dolorosos. Había sabido que tendría que esos recuerdos volverían a él cuando regresara al mundo mágico, pero no tenía ningún otro lugar a dónde ir. Tendría que esforzarse en olvidar el pasado tanto como fuera posible.
Algunos de los alumnos se asomaron en su compartimiento, pero veían a un adulto y se marchaban enseguida. Probablemente pensaban que debía tratarse de un nuevo profesor. Cuando los minutos avanzaron y fue acercándose la hora de que partiera el tren, Harry comprendió que no había tantos alumnos como en sus días de estudiante. Obviamente la población mágica de Inglaterra estaba todavía muy golpeada y disminuida por la guerra.
A pesar de lo mucho que lo preocupaba ese pensamiento, Harry también estaba contento de que el tren no se encontrara tan lleno como solía estarlo. Tenía todo el compartimiento para él solo y no tenía que preocuparse por contestar ninguna pregunta malvenida sobre su pasado.
Cuando el tren arrancó, Harry se acomodó otra vez en su asiento, contemplando pasar el paisaje y luchando otra vez contra los recuerdos que quería evitar.
La bruja con el carrito de comida pasó alrededor de una hora después preguntando si deseaba algo. El estómago de Harry gruñó ligeramente y se le hizo agua la boca al recordar las ranas de chocolate y los pasteles de calabaza, pero todo lo que tenía eran tres libras y la bruja no aceptaba dinero muggle. Así que Harry declinó la oferta y ella se marchó.
Harry siguió contemplando miserablemente la ventana, tratando de consolarse a sí mismo con el pensamiento del banquete que los esperaba en Hogwarts. Ah, pero tendría que comer en la mesa de los profesores, bajo la mirada de Dumbledore, y también la de MacGonagall, tal vez incluso Snape y quién sabe cuántos otros más.
Estudiantes pasaron cerca del compartimiento conversando. La bruja obviamente había olvidado cerrar la puerta por completo, pero Harry se sentía demasiado deprimido como para levantarse y cerrarla. Ninguno de los estudiantes lo molestó, a fin de cuentas.
Los escuchó a medias mientras hablaban. Charla sin importancia acerca de alumnos que él no conocía, equipos de quidditch que había casi olvidado y lo que habían hecho durante sus vacaciones.
-¡Oh, espero que me envíen a Slytherin! –escuchó exclamar ansiosamente a un alumno de primer año.
-Sí, Slytherin es lo mejor –coincidieron algunos otros.
Harry se estremeció al escuchar eso, pero el grupo pronto continuó y no pudo escucharlos más.
Un poco después un enorme sapo saltó dentro de su compartimiento y bajo su asiento.
Con una sonrisa, Harry se levantó para capturar al pequeño explorador. Repentinamente recordó a Neville Longbottom y su constantemente perdido sapo. ¿Cuál era su nombre?
-¿Trevor? –una voz masculina llamó detrás suyo-. ¿Trevor, dónde estás? ¿Tienes que avergonzarme delante de los alumnos incluso antes de que lleguemos a la escuela?
Esa no era la voz de un estudiante, y el nombre del sapo... Harry se puso en pie con Trevor fuertemente sujeto en su mano y miró hacia el hombre inmóvil en la puerta.
-Oh, encontró mi sapo, gracias –dijo el extraño, acercándose para tomar al animal de sus manos-. Siempre se escapa...
Miró el rostro de Harry y repentinamente notó la cicatriz en su frente.
-¿Neville? –tartamudeó Harry.
-¡Harry! –exclamó Neville Longbottom, obviamente feliz-. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te vi. Te hemos extrañado mucho. ¿Cómo estás? Realmente esperaba verte en la boda de Hagrid.
-¿Hagrid se casó? –preguntó Harry sorprendido. No tenía idea.
-¡Oh, sí! Se casó con Madame Maxine hace tres años. Su primer hijo nació la primavera pasada.
-Cielos, tengo que correr y felicitarla tan pronto como lleguemos a Hogwarts –decidió Harry.
-Hagrid ya no está en Hogwarts, Harry –le dijo Neville gentilmente-. Está enseñando en Beauxbattons ahora para estar más cerca de su esposa.
-Oh, me habría encantado ir a su boda, pero deben haber olvidado enviarme una invitación –dijo Harry, mirando al piso-. No me extraña, luego de que estuve lejos por tanto tiempo, y con todos los preparativos de la boda...
-Oh, no, no lo olvidaron. Hagrid mismo me contó que tú fuiste una de las primeras personas a las que le enviaron invitación –replicó Neville sacudiendo la cabeza-. Pero no sabíamos dónde estabas en ese momento. Creo que la lechuza debe haberse perdido.
Harry pensó en las muchas lechuzas que le habían llegado, pero cuyas cartas se había negado a recibir cuando decidió dejar el mundo mágico.
-He estado viajando mucho desde Azkaban. Tú sabes, viendo el mundo. Explorando en la forma muggle. La lechuza probablemente no me encontró porque no me quedé mucho tiempo en ningún lugar –explicó rápidamente. No era una mentira completa. Realmente había viajado mucho por el mundo muggle. Huyendo de su pasado. Huyendo de sí mismo.
Neville también miró hacia sus pies por un momento ante la mención de Azkaban, pero se recuperó rápidamente.
-Entonces, ¿eres profesor también? –preguntó a Harry-. ¿Cuál materia vas a enseñar?
-No, Neville. No podría ser maestro aunque quisiera. Nunca terminé el sexto año, recuerda –contestó Harry tristemente.
-Ah, sí, casi lo olvido. ¿Entonces regresas a terminar tu educación?
-No –dijo Harry tratando desesperadamente de no sonar tan avergonzado como se sentía-. El señor Filch se retiró al final del pasado año escolar y Dumbledore no pudo encontrar un reemplazo, así que me ofreció el puesto. Y como realmente no tenía nada mejor que hacer y... –Harry decidió que una pequeña mentira no haría daño- ...realmente extrañaba el castillo y todo, acepté. Esta vez vuelvo a casa, después de todo.
Neville sonrió alegremente al oírlo. Harry no podía decir cuánto de la verdad habría adivinado Neville de esa historia.
-Es grandioso. Seremos colegas, entonces. Yo soy el nuevo profesor de Herbología –explicó Neville-. La profesora Srpout se retiró también y me recomendó como su sucesor.
-Congratulaciones, Neville. Debes haberla impresionado mucho. Recuerdo que siempre fuiste muy bueno en Herbología, por supuesto, pero convertirse en profesor a los 27 es un gran logro.
-Oh, buena parte del personal es de nuestra edad. Ni siquiera soy el más joven. Esa debe ser Ginny.
-¡No Ginny Weasley! –exclamó Harry-. No me digas que nuestra Ginny está enseñando en Hogwarts.
-Sí, ahí está –sonrió Neville-. Sé que parecía muy tímida y hablaba bajito cuando la conociste, pero ha cambiado mucho desde entonces. También te ha extrañado mucho. Apuesto que estará feliz de verte otra vez.
Los pensamientos de Harry nuevamente se deslizaron hacia el pasado mientras el tren lentamente entraba en la estación de Hogsmeade. Él y Neville, que todavía sujetaba a Trevor fuertemente en su mano, salieron abriéndose paso entre excitados estudiantes felices de estar de vuelta y nerviosos alumnos de primer año inseguros sobre lo que deberían esperar.
Harry esperaba ver la gigantesca forma de Hagrid elevándose por encima de él y gritando "¡Los de primer año, por aquí!" en cualquier momento, pero, por supuesto, Hagrid ya no estaba ahí. Se preguntó quién habría tomado su lugar.
Continuará...
En próximos capítulos:
Descubriremos quién es el sucesor de Hagrid, sabremos un poco más sobre la Batalla de Hogwarts y sus héroes y conoceremos a un alumno de primer año que quiere ser un Slytherin.
Notas de la autora:
Así que, ¿qué piensan de esto? Espero no haberles causado un shock demasiado fuerte porque lo peor vendrá unos capítulos más adelante. Por favor, comenten.
