¿Qué creen? ¡Todos estos personajes pertenecen a JKR! ¡No he inventado a ninguno! ¡Ninguno me pertenece!
nota de la autora:
Bueno, ff.net sigue con vida y tengo la sospecha de que hasta la Alerta de Autores está trabajando otra vez. Así que aquí está el nuevo capítulo.
Nota de la traductora:
Silverfox es de Austria (no confundir con Australia)
y su lengua materna es el alemán, pero escribió "Harry Potter, Hogwarts'
Caretaker" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla
en fanfiction.net y si deseas escribirle (en
alemán o inglés, preferentemente), su dirección es silverfox@kabsi.at
Capítulo seis: FRED
Cuando Harry regresó a su oficina luego de un incómodo desayuno en la mesa de profesores a la mañana siguiente, encontró a Dobby sentado en su escritorio.
-¡Harry Potter, señor! –chilló el pequeño elfo y corrió a abrazarlo-. ¡Dobby está muy feliz de ver a Harry Potter, señor, otra vez!
-¿Quieres trabajar conmigo, Dobby? –preguntó Harry, ligeramente sorprendido aún a pesar de que recordaba la adoración el elfo doméstico hacia él.
-¡Es un gran honor para Dobby trabajar para Harry Potter, señor! –confirmó el elfo-. Harry Potter, señor, salvo a Dobby. Hizo libre a Dobby. Luego Dobby obtuvo un buen trabajo de parte del profesor Dumbledore, señor. A Dobby le gusta trabajar en Hogwarts. Y ahora Dobby puede incluso trabajar para Harry Potter, señor. Dobby le debe todo a Harry Potter, señor. Harry Potter, señor, es muy amable al dejar que Dobby trabaje para Harry Potter, señor.
Harry tuvo que sonreír con eso. El buen viejo Dobby. Tal vez trabajar en Hogwarts no fuera del todo malo, si se las arreglaba para pasar la mayor parte de su tiempo con mascotas y elfos domésticos. Harry tomó un pergamino, una pluma y algo de tinta.
-De acuerdo, entonces comencemos con el programa diario. ¿Usualmente, qué era lo primero que hacía el señor Filch por las mañanas?
-La primera cosa que hacía el señor Filch, señor, por la mañana era salir de la cama y entrar al baño –contestó Dobby obedientemente.
-De acuerdo, de acuerdo. Quiero decir, ¿qué hacía después de haberse vestido? –intentó Harry de nuevo.
-El señor Filch, señor, alimentaba a la Señora Norris, Harry Potter, señor. El señor Filch, señor, siempre alimentaba a la Señora Norris él mismo. Nunca dejó a Dobby hacerlo por él. nunca.
-De acuerdo, ¿y después de eso? –Harry suspiró. Eso iba a tardar un rato.
-El señor Filch, señor, iba al Gran Salón y desayunaba, Harry Potter, señor.
-¿Y después del desayuno?
-Después del desayuno el señor Filch, señor y los elfos domésticos empezaban a trabajar, Harry Potter, señor.
-¡Bien! –dijo Harry triunfalmente-. ¿Con qué empezaba cada uno de ustedes?
-Eso dependía de qué día fuera, Harry Potter, señor.
-De acuerdo –otro suspiro-. Entonces, cuéntame qué hacían en lunes.
Le tomó a Harry varias horas el solo escribir un programa normal para los lunes. Después de eso decidió que él y Dobby merecía un descanso del interrogatorio y fue a explorar la escuela. Conocía grandes partes del castillo de sus días como estudiante, pero todavía había montones de corredores y salones en desuso que nunca se había molestado en explorar entonces. Ahora esos lugares eran parte de sus deberes también y sentía que era una buena idea dar una mirada por los alrededores. Tal vez algo se había dañado durante el verano o algún lugar había sido olvidado por los elfos domésticos y necesitaba limpieza. Lo último no parecía probable, sin embargo.
Harry escogió un corredor en el que nunca había estado y caminó de puerta en puerta abriendo cada una e inspeccionando las habitaciones detrás de ellas. Todo estaba en perfecto orden y bastante aburrido. Aún así Harry siguió chequeando puerta tras puerta. Finalmente llegó hasta una que estaba ligeramente entornada. ¿Tal vez el candado necesitaba arreglo? Harry se dirigió hacia esa puerta. Al acercarse escuchó a alguien tarareando suavemente detrás de ella. ¿Un elfo doméstico trabajando?
Harry entró para investigar y encontró para su sorpresa que el cuarto estaba obviamente todavía en uso. Se veía curiosamente como un salón muggle de clase completamente ordinario. Había algunas fotografías de muggles trabajando y otras de cosas muggles como autos o televisores. Por un momento Harry miró hacia las fotografías sin movimiento. ¿Qué hacían en un lugar como Hogwarts? Entonces comprendió. ¡Tenía que ser el salon de Estudios Muggles!
Habiendo crecido entre muggles él mismo, nunca había tomado la materia y jamás se había molestado en averiguar dónde estaba el salón correspondiente. Ahora era información importante. Harry se felicitó calladamente por su descubrimiento. No estaba mal para el primer día.
El tarareo fue explicado también. Fred Weasley estaba sentado en el escritorio del profesor al frente del salón y miró a Harry con sorpresa. Obviamente había estado tarareando para sí mismo mientras calificaba tareas.
-¡Oh, hola, Harry! ¿Viniste por una taza de té? –le sonrió Fred.
-Lo siento. No pretendía entrar así. Sólo estoy revisando los salones. ¿Hay algo que necesite reparación por aquí? –ofreció Harry, con la esperanza de que Fred no se molestara por la súbita interrupción.
-No, todo está bien en el orden de trabajo, pero vamos a mi oficina para que podamos charlar más confortablemente –entró a la oficina sin esperar por la respuesta de Harry.
Harry lo siguió un poco autoconsciente. La oficina de Fred era pequeña pero agradable y Harry se relajó pronto luego de que Fred pusiera una taza de té en su mano y lo hiciera sentarse en un cómodo sillón junto a la chimenea.
-Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi –recalcó Fred casualmente-. Albus me dijo que has viajado mucho, que has visto casi la totalidad del mundo.
-Sí, he viajado algo. Principalmente en el mundo muggle, sin embargo. Después de todo lo que pasó me sentí más cómodo entre muggles.
-Tienes que venir a mi clase alguna vez y contarle a los niños sobre tus aventuras. Yo nunca he visto realmente el mundo muggle, como sabes, aún compartiendo con mi padre su fascinación por el tema. Realmente no sé por qué Albus no le dio mi empleo a alguien de familia muggle. Estaría mejor calificado –sonrió Fred-. Pero nunca se puede imaginar lo que Albus está pensando.
-¿Cómo fue que llegaste a ser professor, en todo caso? ¿Qué le pasó a la tienda de bromas? –preguntó Harry, esperando no tocar algún mar recuerdo ahí.
No quería hablar acerca de sí mismo. Especialmente no ahora que sabía que Albus les había contado a todos acerca de su intento de suicidio. Fred podría querer hacerlo hablar sobre eso y realmente era la última cosa que quería hacer.
-Bueno, la tienda de bromas –suspiró Fred.
Obviamente era un tema delicado. Harry se pateó mentalmente a sí mismo. Debería haber preguntado por la familia de Fred en lugar de eso. Tenía curiosidad por saber qué había sido de Ron y había un montón de otros hermanos de los cuales hablar también. ¿Por qué había tenido que preguntar sobre la tienda de bromas?
-Todavía está ahí, pero le vendí casi todo a un amigo. ¿Recuerdas a Lee Jordan?
Harry asintió. De acuerdo, Lee, el mejor amigo de los gemelos Weasley. Lee siempre había sido el comentarista de los partidos de quidditch mientras él todavía estaba en la escuela. ¿Cómo podría olvidar a Lee?
-Todavía soy dueño de una parte, pero no voy a volver nunca. Todo me recuerda a George –dijo Fred mirando al fuego.
-¿Qué le pasó a George? ¿Murió en combate? –preguntó Harry suavemente.
Sentía que debía saberlo aún a pesar de no estar seguro de querer eso.
-No fue así. George... nos encontramos con un ataque de Death Eaters a una villa muggle ese día. Fue pura coincidencia. Sólo pasábamos por ahí. Había otros magos con nosotros y sólo tres Death Eaters a la vista, así que decidimos acercarnos a ayudar a esos pobres muggles. Y entonces reconocimos a Percy. George corrió a hablar con él. Creo que pensó que podía convencerlo de volver a nuestro lado. Nunca dejó de intentarlo. Creo que casi consiguió alcanzarlo. Percy dudó cuando los otros Death Eaters empezaron a retroceder. Evité que nuestros amigos lo atacaran. Realmente pensé que se rendiría. Entonces de repente un cuarto Death Eater apareció de alguna parte detrás de ellos y usó el Avada Kedavra en George. No creo que llegara a darse cuenta. Todo ocurrió muy rápido –dijo Fred, mirando intensamente las llamas y sujetando su taza con fuerza.
-Oh, lo siento –murmuró Harry.
Deseaba patearse a sí mismo. ¿Por qué había hecho esa pregunta? Sabía que algo tenía que salir mal. Había tenido suficientes advertencias. Fred había sido amable con él y él lo estaba haciendo revivir memorias dolorosas.
-¿Y qué fue del resto de tu familia durante esos días? –preguntó, con la esperanza de que hubiera mejores noticias para alegrarlos a ambos.
Tenía que haber un montón de Weasleys por ahí ahora. Sólo necesitaba una forma de hacer que Fred hablara de sobrinos y sobrinas.
-Bueno, Percy huyó ese día y terminó en Azkaban al final. ¿No lo encontraste ahí?
-No. Nos mantenían muy aislados y nunca me pusieron con los que fueron capturados luego de la batalla de Hogwarts. Ellos estaban en máxima seguridad, creo –ahora Harry miraba al fuego incapaz de encontrar los ojos de Fred.
-Papá se retiró hace dos años. Él y mamá todavía viven felizmente en la Madriguera. Bill... Bill cayó en Hogwarts. Estamos realmente orgullosos de él, sin embargo. Me parece que no conoces a sus hijas.
Harry sacudió la cabeza. Estaba sintiéndose culpable otra vez. Dos Weasley habían muerto heroicamente en la guerra. Odiaba pensar acerca de eso.
-Él y Susan tuvieron dos. Gemelas –sonrió ligeramente-. Se mudaron a la Madriguera con mamá y papá luego de la muerte de Bill. Las niñas son muy jóvenes para recordarlo, pero están muy orgullosas de su papá, el héroe. Charlie, como sabes, enseña Cuidado de las Criaturas Mágicas. Simplemente ama todas esas bestias peligrosas y los niños lo aman a él. no entiendo por qué no inicia su propia familia... Bueno, creo que no ha encontrado a la mujer correcta todavía.
-¿Y qué hay de ti? –preguntó Harry, viendo una oportunidad de encontrar un tema más confortable-. ¿Tienes novia o prometida?
-Tuve novia por un tiempo, pero encontró a un muggle adinerado y me dejó por él. pero no te preocupes por mí -dijo riendo-. Encontraré otra. Las chicas adoran el cabello rojo.
Harry trató de reír también, pero sólo consiguió una sonrisa débil.
-Me imagino que tú también estás soltero, ¿eh, Harry?
Él asintió.
-No hay problema. Podemos buscar juntos. Apuesto que tú encuentras a alguien todavía más rápido que yo. Eres el famoso Harry Potter, después de todo.
-No exactamente famoso por cosas buenas. Dudo que haya muchas brujas que quieran algo conmigo después de todo.
-Oh, no podría estar del todo seguro con respecto a eso. Ginny está disponible todavía, si estás interesado. Siempre le gustaste mucho. Deberías tener una buena oportunidad ahí.
-No lo sé. No es que Ginny no sea bonita y todo, pero nunca pude verla como otra cosa que como la hermanita de Ron. La vi en la mesa de profesores pero no he podido hablar con ella todavía. ¿Qué ha estado haciendo todo este tiempo?
-Oh, estaba aquí durante la gran batalla también. Deseando desesperadamente participar en la lucha, pero papá y Ron no se lo permitieron, así que Dumbledore la asignó con el grupo que estaba vigilando a los niños. Ayudó a cuidar de los heridos después. Permaneció aquí más que nadie después de la limpieza. Entonces Dumbledore le ofreció el puesto de profesora de Encantamientos luego de que las cosas se calmaron y ella aceptó y ha estado aquí desde entonces.
-¿Encantamientos? ¿Qué le pasó a Flitwick?
-Cayó en el combate. Fue uno de los que murieron cuando la torre norte colapsó. No pudo ser rescatado a tiempo.
Los dos miraron el fuego silenciosos por unos minutos después de eso. Sólo el crujir y sisear de las llamas podía ser escuchado.
Harry trató de no pensar en el pequeño profesor Flitwick que se sacrificó a sí mismo en la batalla contra Voldemort. Otro héroe más. Todos parecían ser héroes ahí. Probablemente hasta los elfos domésticos habían participado en la gran batalla. Todos parecían haber sido héroes de alguna manera. Todos excepto Harry. Sentía que no encajaba ahí.
Finalmente llegaron voces desde el salón y rompieron el silencio. Fred miró su reloj y se puso en pie de un salto.
-Oh, caray, casi es hora de mi siguiente lección. Será mejor que vigile a los niños. Algunos de mis artefactos muggles son verdaderamente difíciles de reemplazar si algo les sucede. Fue agradable hablar contigo, Harry. Ven a verme de nuevo pronto.
Harry caminó de regreso a través del salón y sintió en él las miradas curiosas de los niños. Realmente debía conseguir algunas túnicas. Esas ropas muggles lo hacían resaltar demasiado en Hogwarts.
Harry continuó su exploración por el corredor de Estudios Muggles y trató de no pensar mucho sobre lo que Fred le había y no había dicho. No había mencionado a Ron para nada. ¿Por qué no? ¿Deliberadamente? ¿Un olvido? ¿No quería tocar el tema? ¿Pensaba que él sabía?
Harry estaba sintiéndose ligeramente preocupado. ¿Qué había sido de su antiguo mejor amigo? ¿Había muerto Ron en combate? ¿O Fred no había querido decirle que Ron ya no quería saber nada más de él en la vida? Pero Harry ya lo sabía. Ron había sido muy claro sobre eso la última vez que se habían encontrado, justo antes de su arresto.
Siguió explorando, tratando
de mantener su mente lejos de Ron hasta la hora del almuerzo. Otra comida con
sus antiguos amigos y enemigos. Al menos Lavender no se había mostrado desde la
ceremonia del Sombrero Seleccionador. ¿Tal vez podría dejar todo el trabajo en
la torre de Adivinación a los elfos domésticos? Harry suspiró y entró al Gran
Salón tratando de lucir tan inconspicuo como fuera posible.
Continuará...
En el próximo capítulo:
Tendremos algunas respuestas para las preguntas más urgentes, daremos un paseo por el campus observando una lección de Vuelo.
Nota de la autora:
Este no revelaba nada particular acerca de Harry, pero incluí a Dobby para aclararles algunas cosas a ustedes. Por favor, comenten.
