¿Qué creen? ¡Todos estos personajes pertenecen a JKR! ¡No he inventado a ninguno! ¡Ninguno me pertenece!
Nota de la autora:
Así que aquí está: el último capítulo. Probablemente subiré a la red el primer capítulo de nuevo fic "Dragón fugitivo" mañana. Es el fic de Draco que les prometí hace algún tiempo. La secuela de "Mi nombre es Severus" tendrá que esperar hasta después de ese.
Nota de la traductora:
Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribió "Harry Potter, Hogwarts' Caretaker" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en fanfiction.net y si deseas escribirle (en alemán o inglés, preferentemente) su dirección es silverfox@kabsi.at
Capítulo 13: SEVERUS
Harry reflexionó mucho sobre las palabras de Draco después de su charla. ¿Hablar con Severus? Había estado evitando a Severus Snape a propósito durante mucho, pero tendría que hablarle alguna vez. Snape por alguna razón era una de las personas que se sentía más culpable por haber traicionado. Snape había arriesgado su vida por corregir el haber sido un Death Eater. ¿Cómo podía él espera que Harry hubiera hecho menos que eso?
Pero Draco le había insistido con que debía hablarle a Severus. Estaba convencido de que Snape podía ayudarlo. Que quería ayudarlo. Y él conocía bien a Snape, tal vez incluso mejor que Dumbledore. Y Dumbledore también le había dicho que hablara con Snape sobre sus problemas. Los dos mejores amigos de Snape concordaban en que él ayudaría a Harry. Tenían que saber.
Pero Lupin había dicho lo mismo acerca de Sirius. Remus era el mejor amigo de Sirius también y había estado completamente equivocado. ¿Qué tal si Dumbledore y Draco estaban equivocados acerca de la reacción de Snape? ¿Podría soportar otra decepción? ¿Podría estar tan decepcionado como lo había estado cuando trató de reconciliarse con Sirius?
Harry admiraba y respetaba a Snape, pero nunca habían sido cercanos. Harry siempre había hecho que Snape recordara a James y Snape siempre había asustado a Harry. No era que Harry hubiera huido al ver al maestro de Pociones, pero siempre se había movido cuidadosamente si estaba cerca de él. nadie quería incurrir en la ira de Snape y él odiaba a Harry de todos modos.
Aún así Snape había apoyado a Harry en algunas ocasiones, había salvado su vida de ataques de Voldemort. Harry se estremeció al pensar en eso. Una vez había sido una de las pocas personas que se habían atrevido a decir el nombre del Lord Oscuro en voz alta. Ahora que Voldemort estaba finalmente derrotado y todos decían su nombre sin dificultad, Harry temblaba con sólo pensarlo. No podía decirlo más. Había sido incapaz de hacerlo desde lo que llevaron a Azkaban.
Se preguntó si alguien lo habría notado. Habían hablado mucho sobre Voldemort y sus Death Eaters y la guerra, pero él había estado callado durante la mayor parte de esas conversaciones. Tal vez no lo habían notado. Tal vez no le habían prestado suficiente atención como para notar la forma en que él hablaba de Voldemort. ¿Por qué habría de importarles, de todos modos? Harry Potter no era nadie y Voldemort hacía mucho que estaba ido y muerto, no era una amenaza para nadie. ¿Por qué habría de preocuparse nadie de si Harry Potter podía decir el nombre de Voldemort?
Harry despertó muy temprano a la mañana siguiente. Había estado soñando acerca de ser un Death Eater e ir de nuevo a Azkaban. Esos sueños lo habían seguido dondequiera durante los últimos cinco años. No era nada nuevo. Pero sentía que se habían vuelto peores y más frecuentes desde su regreso a Hogwarts. Parecía recordar más y más detalles cada noche. Podía incluso recordar algunas conversaciones totalmente inconsecuentes que había tenido con algunos de los Death Eaters de bajo rango. Se preguntó qué habría pasado con ellos. ¿Cuáles habrían muerto en la batalla como Lucius Malfoy? ¿Cuáles habían ido a Azkaban como Percy Weasley? ¿Era realmente seguro asumir que no volverían nunca? ¿Y podía ser que algunos escaparan enteramente? ¿Cómo reaccionaría si encontraba a alguno de ellos en la calle algún día?
Por un rato Harry trató de dormirse otra vez. Tal vez no soñaría más esa noche. Pero no funcionó. Estaba demasiado asustado de lo que podría ver si soñaba otra vez.
Harry finalmente decidió levantarse y buscar a Dobby. Sabía que los elfos domésticos ya estaban despiertos a esa hora reencendiendo los fuegos y consiguiendo leche fresca y pan. Tal vez podría continuar trabajando en los horarios y los expedientes de los elfos hasta el desayuno. O tal vez podría empezar a emparejar algunos muebles. Lo que fuera para apartar su mente del pasado.
Se vistió rápidamente y empezó su búsqueda en la cocina, donde una elfa doméstica muy anciana que le parecía se llamaba Flobsy le dijo que Dobby no estaba ahí que y no lo esperaban a trabajar tan temprano. Ella insistió en que volviera a la cama y durmiera un poco más.
Harry suspiró y salió de la cocina, pero no iba a regresar a su cuarto y tratar de dormir otra vez. Decidió en cambio seguir buscando a Dobby. Si no estaba en la cocina, debía estar en algún otro sitio. El asunto era encontrarlo, decidió Harry. Probó primero en el gran salón asumiendo que debía estar poniendo las mesas, pero lo encontró todavía vacío.
Preguntándose dónde más podía estar Dobby a esa hora del día, salió del gran salón y casi chocó con nada menos que Severus Snape, quien parecía haber llegado de un paseo muy mañanero y se dirigía de vuelta a los calabozos.
-¡Buenos días, Harry! –lo saludó Snape en un tono realmente amistoso-. Te levantaste temprano hoy.
-No podía dormir –respondió Harry esforzándose por recordar cuándo había sido la última vez que había visto a Snape comportarse amistosamente.
-Bueno, si no tienes nada mejor que hacer, podríamos tomar algo de té en mi oficina –ofreció Snape-. Tenía intención de hablar contigo de todos modos.
Harry miró incrédulo a Snape. ¿Otro profesor invitándolo a tomar té? ¿Y Severus Snape de entre toda la gente? De alguna manera, en la opinión de Harry Snape nunca había encajado con el tipo de persona que discute cosas con una amistosa taza de té.
-Gracias, profesor Snape, pero estoy buscando a Dobby. Tenemos algo de trabajo sin terminar y realmente me gustaría dejarlo hecho.
-Primero, no me llames "profesor". Ya no eres un estudiante. Mi nombre es Severus. Y segundo, acabo de ver a Dobby salir con el grupo de elfos que fueron a Hogsmeade para hacer las compras. Estarán fuera por un tiempo y cuando vuelvan todos los elfos estarán realmente ocupados preparando el desayuno. No creo que puedas conseguir a tu amigo antes de las nueve.
-Pero esa es la hora en que debe reportarse a mi oficina de todos modos –se quejó Harry.
-¿Entonces, qué tal algo de té mientras tanto? –insistió Snape.
Harry dudó. Snape era la última persona con la que quería hablar justo ahora, pero, como le había dicho a Draco acerca de Sirius, tendría que hablar con él alguna vez. Sería mejor acabar con todo de una buena vez.
-De acuerdo, ¿pero por qué todos por aquí siempre me ofrecen té?
-Creo que también podemos encontrar café en alguna parte, si lo prefieres.
-No, gracias. Sólo me preguntaba eso, porque parece que la gente quiere ya sea patearme u ofrecerme té. ¿Está seguro de que no fue que alguien les dijo que lo hicieran?
-Bueno, es que el té facilita hablar. Por lo que he escuchado, has estado guardando mucho para ti mismo y mucha gente está algo preocupada por eso. El té es sólo un truco para hacer que te quedes por un rato. Somos tus amigos, Harry. No es bueno para ti estar solo todo el tiempo. Sólo estamos tratando de ayudar.
-Mire, no sé qué le habrá dicho Draco acerca de lo de ayer, pero de verdad estoy bien. No tiene que tratarme como... no sé... como si estuviera completamente psicótico o algo así. Estoy bien. Sé que todos ustedes están decepcionados de mí. Esto está bien. Tienen todo el derecho de estarlo y no voy a morir del shock sólo porque me lo digan.
Habían llegado a la oficina de Snape. Snape abrió la puerta y le indicó a Harry que entrara. Adentro no había nada obvio que hubiera cambiado, pero de alguna manera la habitación de repente se sentía mucho más confortable y atrayente. ¿Eso sería porque Harry ya no era un estudiante ni Snape su profesor más detestado? ¿Era porque no había nada tan malo comparado con sus recuerdos de Azkaban? ¿O había un cambio más profundo que Harry no podía detectar? No podía decirlo.
-¿Draco? –dijo Snape mientras empezaba a preparar el té-. Draco no me ha dicho nada. Ni siquiera sabía que ustedes dos habían hablado. Él quiere ser tu amigo, ¿sabes?, pero pensé que estaba demasiado temeroso de que fueras a rechazarlo.
Harry no dijo nada.
-¿Entonces, qué pasó ayer? ¿Quieres hablar al respecto?
Harry tomó la taza de té que Snape le ofrecía y se quedó mirándola.
-No, creo que prefiero no hablar de eso. No fue nada, en todo caso –se preguntó si Snape creería eso. Era una mentira demasiado obvia en su opinión y Snape siempre había sido rápido para detectarlas. Como espía probablemente tenía que ser así. Su vida había dependido de ellas.
-De acuerdo, hablemos entonces acerca de mí sintiéndome decepcionado de ti. No lo estoy.
-Debería estarlo. Tiene todo el derecho. Me uní al enemigo mientras que usted arriesgó su vida para combatirlo. ¿Cómo podría no estar decepcionado? Tiene que odiarme.
-¿Tengo el derecho de estar decepcionado? ¿Yo? ¿Cómo puedo no estar decepcionado? –repitió Snape con incredulidad-. ¿Cómo podría ser? ¿Qué derecho podría tener yo de culparte por cometer los mismos errores que yo cometí? Jamás podría culpar a nadie por dejar voluntariamente el servicio del Lord Oscuro. Tú y yo hicimos lo mismo en muchos sentidos, Harry. Odiarte significaría odiarme a mí mismo.
-¿Lo mismo? Usted corrigió sus errores. Usted luchó y derrotó... a él. Yo sólo corrí como el cobarde que soy. Me pregunto por qué fui enviado a Gryffindor.
-No eres un cobarde, Harry. Y los Gryffindors nunca han sido tan perfectos como la gente solía pensar. Lucharon valientemente en la guerra, sí, pero tú no fuiste el único que cometió errores. Ninguna Casa está por encima de las otras, Harry, y si el Sombrero Seleccionador te puso en Gryffindor, ahí es a donde perteneces... También yo habría huido entonces. Estaba tratando de huir cuando me dirigí a Albus. Le mostré la Marca Oscura en mi brazo y esperé que me matara. Pensé que la muerte era la única forma de librarme de mi culpa. No me mató, sin embargo, y yo habría huido y me habría escondido como tú lo hiciste si Albus no me hubiera forzado a convertirme en su espía. Él es el único que realmente derrotó a Voldemort. Yo sólo fui una de sus muchas herramientas. Estoy orgulloso de eso, sí, pero no lo hice por mí mismo. Albus me ayudó a través de todo y hará lo mismo por ti.
-Nunca tuve su coraje –dijo Harry sacudiendo la cabeza-. Ni siquiera con la ayuda de Dumbledore. Y no puedo ir y probarme a mí mismo como lo hizo usted. No puedo reparar lo que hice. No puedo hacer nada para que me perdonen.
-Ah, pero ese es el truco, Harry. No tienes que hacer que te perdonen. Algunos ya lo han hecho, otros lo harán con el tiempo y algunos siempre estarán en tu contra y jamás te darán la oportunidad de ser su amigo en primer lugar. Pero esto no es acerca de ellos, Harry. Es acerca de ti. Todo está en tu cabeza. No tienes que hacer que los otros te perdonen. Tienes que perdonarte tú mismo. Eso es mucho más difícil, pero puede hacerse, Harry. Tienes que aprender a perdonarte. Sé que es difícil. Me tomó años solamente el entender lo que eso significaba aún a pesar de que Albus debe habérmelo dicho mil veces. No son los otros los que deben apartarte de todo el dolor, Harry. Eres tú.
-¿Perdonarme a mí mismo cuando todos me odian por lo que hice? –casi gritó Harry.
-Eres tú quien se odia a sí mismo, no los otros. Tal vez haya unos pocos que te odien, pero siempre los habrá. Tú tienes que continuar y aceptarlo. Aceptar tu pasado como lo que es. El pasado. Lo que cuenta es el aquí y el ahora. Tienes que hacer un nuevo comienzo. Somos tus amigos. No nos hagas a un lado porque piensas que no nos mereces. Nosotros pensamos que sí. Acepta que hay gente que todavía te quiere. Sé que no es fácil, pero inténtalo, por favor.
-¿Cómo podría olvidar lo que hice si todavía tengo este tatuaje para recordarme siempre lo que soy?
-Lo que fuiste, Harry. Lo que fuiste. Está en el pasado. Nunca dije que deberías olvidarlo. Pero tienes que dejar en el pasado lo que pertenece al pasado y seguir adelante –Snape apoyó su brazo en la mesa y le mostró a Harry su propia Marca Oscura.
Harry miró. No había notado siquiera que Snape no la llevaba cubierta ese día. La llevaba abiertamente a la vista de todos.
-Este es un símbolo de mi pasado, Harry. Sólo una imagen. No puede herirme. Y no tengo miedo de mostrarla. Ya no. Mientras traté de ocultarla, tuvo poder sobre mí, pero ya no más. La gente sabe lo que fui. No me importa que lo sepan, porque eso no dice nada de lo que soy ahora y ellos lo saben. Deja el pasado en el pasado, Harry. Perdónate y sigue adelante. Entonces la Marca Oscura no significará nada.
Harry se arremangó lentamente para mirar su propio tatuaje. Por supuesto que la gente sabía lo que había hecho, ¿pero simplemente dejarlos ver eso en la forma en que lo hacía Snape? ¿Cómo reaccionarían a eso?
-No puede hacerte nada a ti o alguien más, Harry. Es sólo una imagen –dijo Snape poniendo su brazo junto al de Harry.
Harry miró los dos tatuajes. Se veían exactamente iguales. Aún así sentía como si fueran diferentes. La Marca Oscura de Snape parecía no tener significado después de todo lo que había hecho. La suya le parecía poderosa y maligna. ¿Estaba todo en su cabeza? ¿Podía simplemente dejar de pensar que era poderosa y se volvería insignificante como la de Snape? Intentó cubrirla de nuevo, pero Snape lo detuvo.
-No, déjala así. Tienes que mostrar que ya no la temes.
Harry asintió lentamente y se puso en pie. De acuerdo, haría el intento.
Durante todo el desayuno pensó que podía sentir a la gente mirando su brazo, pero nadie hizo comentarios. Harry, aunque todavía nervioso, empezaba a sentirse más esperanzado al respecto. Charlie y Fred estaban conversando con Neville como siempre y Harry por primera vez intentó participar. Se sintió un poco incómodo de tener que preguntarle a la gente de qué estaban hablando todo el tiempo, pero nadie pareció impacientarse al responder sus preguntas.
Una vez que levantó la mirada notó a Ginny sonriéndole, y Draco llegó a decirle hola antes de dejar el gran salón. Harry se preguntó si habrían notado que había entrado ahí con Snape esa mañana y si conectarían eso con el hecho de mostrar la Marca Oscura abiertamente.
"Perdónate y sigue adelante" había dicho Snape. Harry no estaba seguro de si podría, pero al menos iba a intentarlo.
Fin
Nota de la autora:
No hay avance del próximo capítulo esta vez (¡sniff!), pero denle un vistazo a mi nuevo fic. Va a ser un poco inusual. Y, por favor, comenten.
