FÁBULA ANCESTRAL

CAPITULO 9: VENGANZA

James no dejaba de dar pena a todo el mundo, extrañaba a Lily con cada respiración, con cada centímetro de su corazón, todo a su alrededor le gritaba su nombre. Anabel le había dicho que tenía que regresarle sus cosas a Lily, así que un par de días después de su partida, James le envió un par de baúles con sus cosas, pero ni siquiera eran todas, había conservado algunas en la que era la habitación de Lily por que pensaba que así la podía sentir cerca de él.

Lily se sorprendió cuando vio que sus cosas le eran enviadas desde el castillo, no noto que faltaban algunas, pensaba que James quería librarse de todo lo que lo hiciera recordarla. Muy cerca estuvo de deprimirse, pero Lily no era persona que se deprimiera, en cambio redoblo sus esfuerzos para adaptarse de nuevo a su vida. Salía a la villa por las mañanas, paseaba con Cinthya, iba a la librería ha hablar con el señor Colbert, leía sus queridos libros. Hacía cualquier cosa para mantenerse ocupada y no pensar en James.

Pero, en los momentos en los que era débil y se permitía pensar en él, un intenso dolor la hacía sucumbir a las lagrimas que tanto luchaba por reprimir, se enojaba consigo misma y prometía no volver a pensar en James otra vez. Pero sus resoluciones no duraban mucho, saber que la persona amada estaba tan cerca y a la vez tan lejos probó ser una tortura silenciosa pero eficaz.

Sirus hacía lo posible para animar a James, pero nada funcionaba.

James se sumía cada vez mas en su desesperación, recorría su castillo como un alma en pena recordando los momentos que había compartido con Lily en aquellos lugares. Su pulso se aceleraba cada vez que oía llegar a alguien al castillo pensando que podría ser Lily, pero nunca era ella.

Finalmente recurrió a un viejo espejo mágico que le mostraba lo que fuera que él quisiera ver, siempre era Lily, en los momentos mas inesperados miraba el espejo pidiéndole ver a Lily: la vio tratar de rehacer su vida, tratando de reír, llorar a veces, vio la inmensa tristeza en sus ojos cada vez que pensaba en él. Lo que mas le gustaba era verla dormir, se preguntaba si él estaba en sus sueños y luego se recordaba que no era digno de estar en ellos pues la había herido profundamente.

James pasaba horas reviviendo lo que había sucedido el día en que Lil y le había dicho: "Creo que te amo". Se dio cuenta cuan estúpido era y cuanto daño se había hecho a si mismo. Pero eso ya no le importaba. Herida auto infringida o no, aun estaba ahí y no daba indicios de que fuera a sanar.

Los días se convirtieron en semanas lentamente...

Una tarde...

"Papá, ¿en serio tengo que ir?" pregunto Lily sintiéndose miserable ante la idea

"Sé que no te gusta ir a casa de Dursley, pero tu hermana me pidió especialmente que fueras" le dijo su padre "hazlo por ella"

Lily accedió solo para darle gusto a su padre, ahora era lo único que tenía en el mundo y pensaba que al menos uno de los dos tenía que ser feliz; James había estado viendo mediante su espejo mágico y había sentido que algo no estaba bien, vio como Lily suspiraba mientras buscaba algo que ponerse... todo le recordaba a él.

****

La cena en casa de los Dursley estaba resultando ser mas aburrida de lo que Lily esperaba, y algo desagradable también pues su hermana había invitado a Severus Snape y a su amante Lady Helena, antes simplemente le eran desagradables, ahora, después de las historias que había escuchado en el palacio de Godric Hollow, sentía verdadero desprecio por ellos.

"Señorita Evans" dijo una de las matronas del pueblo, Madam Mae "he querido preguntarle desde que llegó, donde consiguió un vestido tan magnifico"

La mirada de Lily recayó en su vestido, era un vestido de seda lila, corte imperio y con mangas que dejaban al descubierto sus hombros, era una verdadera belleza. "Fue un regalo" respondió al fin "producto de una indecisión. Unos amigos y yo íbamos a ir al teatro y yo no me decidía entre este y el vestido que finalmente termine usando, así que James me regalo ambos"

"¿Se refiere a príncipe James Potter, de la casa Gryffindor, clan protector del león?" pregunto Lady Helena, su interés cautivo

"Nunca nadie lo llama así pero sí, de él estoy hablando"

"Debe conocerlo muy bien para llamarlo James" inquirió Madam Mae

"Viví un año en su castillo, creo que lo conozco lo suficiente"

"La compadezco, Señorita Lily" intervino Snape y James, quien había estado observando todo por medio de su espejo, sintió una ira indescriptible correr por su cuerpo cuando vio la forma en la que ese bastado le hablaba a SU Lily "James Potter siempre me ha parecido una persona insufrible, él y todos sus 'amigos'"

"Durante el tiempo que pase en su castillo, James solo tuvo gentilezas para conmigo, al igual que sus amigos, por eso me temo que diferiré de su opinión"

"Tal vez mejore con el trato" ofreció Snape "pero lo dudo"

"No, él nunca cambia su actitud, es solo que al conocerlo mejor se le comprende mejor, James es un buen hombre y siempre encontraré orgullo en decir que fue mi amigo" respondió Lily desafiante y al corriente de lo mucho que Snape odiaba a James

James sintió orgullo también, al ver como Lily lo defendía; y también sintió esperanza, tal vez ella no lo odiaba, quizás.... si le pedía perdón ... tal vez ella...

****

Severus Snape regreso a su mansión sintiéndose totalmente enfurecido, Lily Evans había defendido a su Némesis James Potter.

"Te lo dije antes, Severus" la voz de Helena resonaba en su cabeza como una pie en el hígado que se había quedado ahí pateando "debiste haberla tomado simplemente, debiste sacarla de tu sistema. Pero no, el viejo murciélago se tuvo que enamorar de la pequeña florecita. ¿Tu corazoncito de piedra se sintió herido cuando ella defendió a tu archí enemigo?"

"No me molestes, Helena" grito Snape enfureciendo todavía mas "Recuerda que estas en mi casa, y que vives bajo mi protección y con mi dinero"

"¿Qué vas a hacerme?" pregunto sin importarle las amenazas "Tú y Yo, Severus, somos la misma cosa, estas atascado conmigo, no lo olvides. Aun si consigues a tu linda flor, yo seguiré aquí, por que soy parte de ti, nadie te hace las cosas que yo te hago, nadie te da tanto placer... lo sé o ya me hubieras cambiado por alguna de tus otras amantes. Te conozco demasiado bien, conozco tus debilidades... "

Una bofetada callo a Helena a mitad de su pequeño pero venenoso discurso, a Helena no le importaba realmente, sabía que Snape solo había hecho eso por que ella decía la verdad. Después de la bofetada vino un beso apasionado, pero no habían sentimientos detrás de él, era solo física y atracción, el hecho de que sus cuerpos eran cóncavos y convexos y encajaban muy bien el uno en el otro, era algo decadente, sin alma.

Horas mas tarde, mientras yacía en su cama con Helena a su lado, Severus Snape tomo una decisión, quería a Lily, la quería ahora y la iba a tener. No iba a obligarla, no iba a simplemente tomarla como Helena proponía, no, por una vez en su vida quería tener algo puro. Pero podía obligarla a aceptar casarse con él, algo de dolor, unos días de hambre y un par de juegos mentales deberían bastar. Severus Snape no era el amo de la tortura por nada, si, claro, podría convencer a Lily de casarse con él.

***

Lily ya no recordaba como había acabado en aquella mazmorra, todo le era demasiado confuso... recordaba haber estado en el bosque recogiendo leña, el invierno se avecinaba, alguien la había golpeado y dejado inconsciente, lo siguiente que recordaba era haberse despertado en esa mazmorra; helada, hambrienta y muy asustada.

Después las cosas empezaron a tener mas sentido. Snape la había secuestrado. Cada día bajaba a la mazmorra y le hacía la misma pregunta, y siempre recibía la misma respuesta. Cada vez que ella decía que no, él la sometía a alguna tortura y sus raciones de comida eran cada vez menores y menos frecuentes. Pero a Lily no le importaban mucho esas cosas, prefería morir antes de pertenecerle a Snape. Su corazón ya tenía dueño y era James.

Era su recuerdo lo que le daba fuerza, y una extraña certeza de que él iría por ella.

***

James estaba enojado con todo el mundo, había estado tan ocupado en los últimos días que ni siquiera le había dado tiempo para pedirle a su espejo que le mostrara a Lily, ya habían pasado 10 días desde la ultima vez que la había espiado.

"Muéstrame a Lily, por favor" le solicito al espejo, su humor y su tono cambiando al pensar en ella. Pero lo que vio enseguida hizo que su humor volviera a cambiar:

"Dilo, Lily, solo dilo y el dolor terminara" Snape le gritaba a Lily mientras le daba un puntapié a la figura agazapada contra la pared

"Nunca lo haré. No me casaré contigo" dijo Lily en un murmullo desafiante, sin importar las condiciones en las que estuviera, nunca perdía ni el valor ni el espíritu

"¿Como se atreve?" grito James montando en ira ante la imagen en el espejo. Snape golpeaba a Lily una vez mas y luego salía del calabozo cerrándolo con llave. "¿Cómo?" entonces noto que la figura que era Lily, seguía agazapada sin moverse y lo peor empezó a pasar por su mente "Me las pagaras"

***

James no había perdido el tiempo, tomo uno de sus batallones y se dirigió a galope tendido hasta Quiet Village, dejando que Anabel se encargara de escribirle a la familia real de Campo Real explicando el motivo de la intrusión del ejercito de Godric Hollow en los territorios del reino vecino.

Llegaron a la Mansión Snape poco antes del amanecer... James no tuvo piedad alguna, la casa fue arrasada, dejo que sus hombres se ocuparan de llevar a Snape a prisión de por vida, su único objetivo era encontrar a Lily. Sirius y Remus lo acompañaron a buscar en las mazmorras.

Lily escucho pasos que se acercaban y temió que fuera Snape otra vez, pero cuando la puerta se abrió, escucho una voz extremadamente familiar que la hizo sentir mucho mejor...

"Sirius, ve y avisa al padre de Lily que la hemos encontrado, dile que la llevaré al castillo para que la vea Madam Pomfrey" James trataba de mantener la voz calmada pero una nota de pánico se sentía en cada una de sus palabras, temía que Lily estuviera muy mal.

"Iré de inmediato, lo llevare de regreso conmigo al castillo, te veré allá" grito Sirius despidiéndose

"Yo iré a avisarle a Madam Pomfrey que llevamos un herido" anuncio Remus temiendo como James que fuera demasiado tarde "Haré que Nan y Poppy tengan todo listo" y después desapareció.

"Lily" llamo suavemente James arrodillándose al lado de ella "¿me escuchas?"

"James" suspiro "¿en verdad eres tú?" los ojos de Lily se abrieron lentamente, eran del mismo hermoso color esmeralda que James recordaba pero se veían algo opacos.

"Sí, Lily, estoy aquí. Todo estará bien, lo prometo" le dijo James abrazándola con delicadeza para no herirla mas.. Lily tenía la cara llena de raspones, moretones en los brazos y, James sospechaba, en las piernas, estaba helada de frío y parecía que el menor esfuerzo le hacía daño.

"Sabía que vendrías" le sonrió débilmente antes de caer rendida de sueño y cansancio, se sentía segura ahora que James la tenía en sus brazos así que se dejo tomar por la inconciencia.

James acomodo el cuerpo de Lily para poder llevarla con mayor facilidad al castillo, después murmuro un viejo hechizo que había aprendido de Dumbledore y se apareció en el castillo.

*****

Fin del Capitulo 9.

Notas:

No hay mucho que decir, espero que les guste...

Siguiente capitulo: "Vuelve a Mí" ahora, lo prometo, tendrán toda la melcocha que quieran sobre James y Lily. La boda de Sirius se avecina.... y muchos otros eventos. Y sabrán por que James es príncipe y su padre era rey.

Gracias por leerme

R/R, por favor

Clavel

Octubre 9, 2003. 1:30 AM.