¿Qué creen? ¡Todos estos personajes son de JKR! ¡No he inventado a ninguno! ¡Ninguno me pertenece (excepto Susan, y si quieres usarla, no hay problema)!

La idea de Draco dibujando dragones pertenece a PikaCheeka. Lo siento, olvidé mencionarlo en el primer capítulo. Creo que adopté la idea en forma subconsciente.

El cuervo de Severus pertence a los fics de J. L. Matthews. Sólo lo tomé prestado porque es una mascota perfecta para Sevi y prometo regresarlo sin que le haya pasado nada malo.

Notas de la autora:

Um… tarde otra vez, pero con más retraso en esta ocasión. Aún no entiendo el sistema inglés de calificaciones, pero ahora sé que una E es incorrecto. Actualmente sospecho que debería haber sido una D, pero decidí no cambiarlo todavía, porque no estoy segura.

Aquí viene Dumbledore otra vez y en esta ocasión tiene todo bajo control... ¿o no?

Nota de la traductora:

Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribió "My name is Severus" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en  fanfiction.net Y si deseas escribirle (en alemán o inglés, preferentemente), esta es su dirección: Silverfox@kabsi.at

Capítulo nueve: SEVERUS HACE UNA PROMESA

Albus Dumbledore decidió no arriesgarse a ver otra vez el mismo tipo de caos que había experimentado la semana pasada. Había preparado todo lo que podría necesitar durante la clase de Pociones con los Slytherin y Griffindor de quinto el lunes por la tarde y también había planeado cómo emparejar a sus estudiantes esa vez.

Bajó a los calabozos justo después del desayuno y dejó la puerta del salón bien abierta para poder escuchar si ocurría algún problema afuera.

Cuando los estudiantes llegaron, les asignó sus escritorios inmediatamente y les dijo que leyeran el texto de la poción sanadora otra vez.

No habían podido terminar la poción la semana anterior debido a los múltiples disturbios del martes y Dumbledore pensó sólo en la teoría durante el resto de la semana. La clase tenía ahora dos semanas de atraso con respecto a los Ravenclaw y Hufflepuff, y Albus se había dedicado a pensar en cómo nivelarlos.

Todavía no estaba seguro de cuáles Slytherin sentar con cuáles, pero había decidido seguir el consejo de Minerva de no acomodar a Severus con ninguno de ellos, y lo puso a trabajar con Hermione Granger. Esos dos parecían haber trabajado bien juntos durante Runas Antiguas la semana anterior.

Harry Potter tendría que trabajar con su mejor amigo, Ron Weasley, y colocó a Neville Longbottom y a Dean Thomas entre las dos parejas. Eso evitaría que Harry y Severus pelearan otra vez.

Ni Dean ni ninguno de los Slytherin parecían contentos con sus parejas, sin embargo. Draco, que había sido asignado a trabajar con Gregory Goyle incluso se quejó en voz alta diciendo que quería un compañero más inteligente.

Albus suspiró, quitó diez puntos a Slytherin y le dijo a Draco que se callara. ¿Qué había hecho mal esta vez? ¿No era Goyle uno de los mejores amigos de Draco? "¡Nunca entenderé a estos Slytherin!"

Draco murmuró pero obedeció. Todavía estaba de mal humor luego de la pelea de la noche anterior. ¿Quién se creía Severus que era? ¿La cabeza de su Casa?

"Bueno, en realidad lo es" le recordó una vocecita en su cabeza. Enojado, decidió ignorar esa voz y dejó caer su libro con tanta fuerza que toda la mesa se estremeció, y casi aplastó los dedos de Gregory en el proceso.

Gregory rápidamente se trasladó al lado opuesto de la mesa mirando a Draco cautelosamente. Podría ser mucho más fuerte que su pequeño amigo, pero sabía que no tenía una oportunidad frente a Draco cuando estaba de ese humor. Draco tenía un mal temperamento y una mente malévola que ninguno de los Slytherin podía igualar. Exceptuando a Severus, claro. Severus era siempre tan malo como lo era Draco en sus peores días.

Al otro lado del salón, Severus colocó gentilmente a su erizo en la mesa y empezó a escoger los ingredientes de la poción.

Greenie olfateó alegremente los materiales en la mesa, probando un escarabajo aquí, dándole una gran mordida a una oruga allá...

-¡Severus, ese erizo se está comiendo nuestros ingredientes! –se quejó Hermione-. ¡Por favor, quítalo de ahí!

Severus la ignoró. Estaba de tan mal humor como Draco y no iba a hablarle a ninguna molesta Gryffindor sabelotodo.

Hermione decidió tomar cartas en el asunto y sujetó a Greenie con la intención de devolverlo a su jaula. Pero en el momento en que tocó al erizo, Severus gritó con furia y la sujetó a ella dolorosamente.

-¡Deja a Greenie ahora! –siseó, amenazándola con la varita-. ¡O te convertiré en una babosa y lo alimentaré contigo!

Asustada, Hermione trató de retroceder y apartarse de Severus, pero la fuerza con la que sujetaba su muñeca no se lo permitió.

-¡Suéltame primero! –exclamó-. No voy a lastimarlo, pero no puede estar en la mesa con todos los ingredientes de pociones. ¡Tienes que ponerlo de vuelta en su jaula!

-¡No! –le gritó Severus-. ¡Es mi erizo y puede hacer lo que le venga en gana! ¡No dejaré que le hagas daño!

-¡No puedes dejar que se coma los ingredientes! ¡Ponlo en su jaula!

-¡No!

-¡Sí!

-¡NO!

-¡SÍ!

Sus gritos se hicieron más y más fuertes, hasta que toda la clase estaba mirándolos en asombrado silencio. Nadie podía creer que de entre toda la gente la calmada, amistosa Hermione fuera a pelear con Severus.

Albus Dumbledore suspiró otra vez y se acercó a Severus y Hermione.

-¿Qué está pasando aquí? –demandó.

-¡Ella asustó a Greenie! -¡Él está dejando que su erizo se coma nuestros ingredientes! –gritaron los dos al mismo tiempo.

-¡Cálmense! –ordenó Dumbledore-. No puedo entender nada si los dos hablan al mismo tiempo.

Guardaron silencio, intercambiando miradas asesinas y respirando agitadamente.

-Ahora, Hermione, dime de qué se trata esto.

-¡ÉL… -empezó a gritar Hermione.

-¡Pero no grites! –añadió Dumbledore rápidamente.

Hermione aspiró profundamente y empezó de nuevo, más calmada.

-Ese erizo está comiéndose nuestros ingredientes, pero Severus no quiere ponerlo en su jaula –explicó-. Traté de pedírselo amablemente, pero me ignoó y decidí apartarlo yo misma.

-¡Ella asustó a Greenie! –exclamó Severus otra vez.

Dumbledore tomó la bolita apretadamente enrollada que estaba en la mano de Hermione. El erizo lucía un poco asustado, tenía que admitirlo. Se lo devolvió a Severus y, para su sorpresa, el muchacho realmente intentó abrazar a la pequeña criatura espinosa.

Miró los ingredientes alineados en la mesa. Era bastante obvio que alguien los había mordisqueado.

-Bueno, Hermione, creo que será mejor que no toques ese erizo otra vez –aconsejó Dumbledore-, y tú, Severus, devuélvelo a su jaula. Realmente necesitamos esos ingredientes.

-¡No! –insistió Severus-. Necesita caminar, hacer algo de ejercicio.

-No en mi clase –declaró Dumbledore-. No si se come los materiales.

-Pero, Albus...

-¡No me llames Albus!

-¡De acuerdo, Señor! Esos no son ingredientes particularmente raros o caros, Señor. Realmente no importa si Greenie se come algunos, Señor. Y si eso lo hace feliz, a mí no me preocupa que...

-¡Tal vez tú no te preocupes, pero yo sí! –casi gritó Dumbledore-. Ahora: PON. ESE. ERIZO. EN. SU. JAULA. antes de que decida prohibirle la entrada en MI clase justo como hizo Minerva. ¡Es una orden, Severus! ¿Entiendes?

-¡Sí, Señor! –dijo Severus, saludando como un soldado.

-¡Severus!

-Pero me niego a participar más en SU lección bajo estas circunstancias.

-¡SEVERUS!

Severus metió gentilmente a Greenie, que estaba todavía enroscado de miedo, en su jaula. Entonces se sentó en su silla, con la jaula en su regazo y cruzó los brazos sobre su pecho.

Una vez más sus compañeros se vieron forzados a trabajar a su alrededor.

Dumbledore se alejó de Severus luego de un rato y decidió concentrarse en enseñarle al resto de la clase. Al menos Severus no haría ninguna de sus jugarretas mientras estuviera así de hosco.

Aún así Albus se encontró con problemas inesperados. Hermione tuvo que trabajar sola y a pesar de su conocimiento superior no podía mantener el ritmo del resto de la clase. Dumbledore trató de ayudarla de vez en cuando, pero lo necesitaban en todas partes.

Draco insistió en trabajar casi solo también. Dejó que Gregory cortara los ingredientes, pero no le dejó poner nada en la poción. Afirmó que Gregory sólo haría desastres "igual que Neville". Dumbledore trató de convencerlo, pero tuvo que renunciar cuando Draco empezó a mostrar síntomas de estar a punto de seguir el ejemplo de Severus.

Neville probó también ser un problema. Dos veces volcó accidentalmente su caldero y Dean tuvo que volver a empezar. Dean trataba de vigilarlo constantemente y evitó algunos de los peores errores, pero Dumbledore tuvo que mantenerse atento a lo que hacía porque Dean tenía que trabajar en algún momento.

Para sorpresa de Dumbledore, Harry y Ron probaron ser otro problema. Conversaban alegremente y se olvidaban de mover su poción o de agregar el próximo ingrediente en el momento adecuado o simplemente no escuchaban lo que estaba diciendo.

"No tenía idea de que no se debiera poner a trabajar juntos a chicos que se llevan demasiado bien" pensó luego de que su caldero se recalentó por tercera vez  "Tendré que tenerlo en cuenta la próxima ocasión"

Al menos esta vez no había habido peleas entre los Slytherin y los Gryffindor aún, aunque Millicent Bulstrode y Pansy Parkinson intercambiaron algunos gruñidos y Lavender Brown y Parvati Patil tenían un disgusto y no se dirigían la palabra. En ambos casos, Dumbledore se las arregló para evitar que la situación empeorara y vigiló a ambas parejas también. No tenía idea de cómo se las arreglaban Lavender y Parvati para trabajar juntas sin hablarse "Bueno, a fin de cuentas su poción demostrará si tal cosa es posible"

Albus todavía estaba ayudando a Harry y Ron a limpiar su último accidente cuando Dean llegó con una pregunta y dejó a Neville sin supervisión por unos segundos.

Fue suficiente.

Repentinamente, Albus escuchó a Hermione gritando detrás de él.

-¡Neville! ¡NO!

-¡No, Neville, no lo hagas! –gritó Severus casi al mismo tiempo y poniéndose en pie de un salto.

Era demasiado tarde. Cuando Albus dio vuelta para ver qué estaba pasando, una extraña niebla azul se elevaba del caldero de Neville.

-¿Qué...? –empezó a preguntar Dumbledore, pero fue interrumpido por Severus.

-¡Todos afuera! –ordenó el muchacho-. ¡Salgan del salón!

Ninguno de los estudiantes hizo preguntas. Tomaron sus mochilas y corrieron.

-¡Esperen un minuto! ¡Alto! –gritó Dumbledore en medio del caos, pero fue ignorado.

Sujetó a Severus por un hombro cuando pasó corriendo con la jaula de su erizo bajo el brazo.

-¿Qué crees que estás haciendo? –demandó enojado.

-¡Eso es venenoso, Albus! ¡Sal de aquí!

-¿Venenoso?

Severus asintió, tirando de la manga de Dumbledore para arrastrarlo afuera.

-De acuerdo. ¡Todos afuera! –ordenó Dumbledore, aunque ya no quedaba nadie dentro-. Vamos a abrir las...

-¡Albus! El calabozo no tiene ventanas –le recordó Severus.

Dumbledore finalmente lo siguió fuera del salón y Severus cerró de golpe la puerta detrás de ellos.

-Entonces, ¿cómo va a salir el gas? –preguntó Dumbledore.

-Tendrá que salir por el sistema de ventilación –explicó Severus pacientemente-. Tomará algún tiempo, por supuesto. No creo que sea prudente usar este salón hasta la próxima semana.

-¿La próxima semana? ¿Cómo voy a enseñar Pociones sin un salón durante toda una semana? ¡Ninguno de los otros es lo suficientemente grande ni está adecuadamente equipado! –exclamó Dumbledore.

-¡Enseña teoría, Albus! Puedes usar cualquier viejo salón grande para eso –aconsejó Severus calmadamente.

Dumbledore suspiró fuertemente y canceló la clase. No había remedio. Ahora tendría tres semanas de atraso con respecto a los Hufflepuff y Ravenclaw. Mientras cerraba con llave el salón, se preguntó qué haría Severus en su lugar.

"No se habría permitido caer en esta situación, en primer lugar" comprendió "No habría dejado que los alumnos se le salieran de control la semana pasada y habría vigilado a Neville y le habría impedido crear veneno"

Severus recogió sus libros y erizo y se apartó de los demás estudiantes, que todavía estaban ahí, mirando la puerta cerrada.

-Hey, ¿a dónde vas? –lo llamó Blaise, para sorpresa de todos los demás.

-¡A la biblioteca! –respondió Severus por encima del hombro-. ¡Tengo algunos estudios que hacer!

-Perfecto –susurró Blaise a Vincent-. Es el momento de ejecutar nuestro plan.

Habían sido compañeros durante la lección y Draco los había oído susurrar acerca de algo durante todo el rato. ¿Qué iban a hacer? ¿Y qué era lo que Severus pretendía estudiar? De alguna manera, Draco dudaba que fuera algo relacionado con la tarea.

No tuvo que esperar mucho para tener la respuesta a la primera pregunta. Blaise y Vincent casi lo arrastraron hasta el dormitorio.

-Necesitamos enseñarle una lección a Severus –explicó Blaise tan pronto como estuvieron solos-. Ha estado registrando nuestros baúles y robando nuestras cosas desde que llegó aquí. Es tiempo de darle una probada de su propia medicina.

-¿Quieres decir que van a registrar su baúl? –preguntó Draco, incrédulo.

-¡Vamos a registrarlo! –confirmó Blaise-. No me digas que no quieres pagárselas también. ¡Si hasta te robó dinero!

Draco asintió lentamente. Eso era cierto. Severus parecía pensar que no había nada malo con registrar los baúles de otras personas. Prácticamente lo había dicho así. Y no iban a hacer nada realmente malo. Sólo esconder algunas de sus cosas, tal vez recuperar algunas de las que les había quitado.

-De acuerdo, hagámoslo –aceptó-. ¡Gregory, tú vigila! Regresa a la sala común y espera a Severus. Si vuelve antes de que terminemos, insúltalo, inicia una pelea y haz mucho ruido. Asegúrate de que lo escuchemos.

Gregory tragó saliva. ¿Empezar una pelea con Severus?

-¿Tengo que pelear contra él yo solo? –preguntó nerviosamente.

-No, no tendrás que hacerlo –mintió Draco-. Sólo empieza la pelea y nosotros bajaremos para ayudarte.

Gregory parecía dudar.

-Vamos, Greg –Vincent lo animó-. Tal vez ni siquiera llegue. Estará en la biblioteca e irá directamente a la próxima lección.

Gregory suspiró y finalmente salió.

-Realmente debe tenerle miedo a Severus –comentó Blaise, sonriente.

-Sí –dijo Draco, pensativo-. No lo había visto así antes.

Blaise sólo se encogió de hombros y se arrodilló frente al baúl de Severus, sacando su varita.

-Alohomora!

Nada pasó. El candado permaneció cerrado.

Los tres muchachos se miraron unos a otros, sorprendidos. ¿Con qué encantamientos habría hechizado Severus su baúl?

Probaron con cada hechizo de apertura que conocían y después de casi media hora, cuando estaban empezando a desesperarse porque el tiempo seguía corriendo, Draco incluso probó un "finite incantatem".

Aún así no pasó nada.

Vincent fue a su propio baúl para buscar algo con qué abrir el candado manualmente.

-¿Estás seguro de esto? –preguntó Draco, dudoso-. Quiero decir, Severus es un profesor después de todo y...

-¿Severus? –rió Blaise-. ¿Un profesor? ¿Cuándo ha parecido siquiera ser un profesor? Es sólo una pequeña rata y se lo merece.

Draco vio el brillo en los ojos de los otros dos muchachos y decidió que era mejor dejarlos continuar, observarlos y permanecer tan al margen como pudiera sin ser demasiado obvio.

Vincent finalmente sacó una barra de hierro para forzar el candado. Draco lo observó sorprendido. ¿Siempre tenía una barra de hierro en su baúl? Algunas veces Vincent lo preocupaba un poco. Seguro que sabía cómo usarla. El candado quedó abierto en menos de un minuto.

Con un grito de triunfo, Blaise abrió el baúl de Severus y agarró lo primero que encontró.

¡SNAP!

-¡Ahhh!

Lágrimas de dolor corrieron por la cara de Blaise mientras sacaba su mano dejando que el baúl se cerrara otra vez.

Vincent estaba en pie, mirando la mano de Blaise y la ratonera que colgaba de sus dedos en completo shock.

"No puedo creer esto" pensó Draco "Severus realmente debe haber invertido mi monedero en ratoneras. ¿Todo su baúl estará lleno de ellas? ¿Pero cómo podría haberlas colocado dentro activadas? ¿Y cuándo tuvo tiempo para ir a comprarlas?"

Lentamente, Vincent empezó a recobrarse del shock y empezó a quitar cuidadosamente la ratonera de la mano de Blaise. Blaise sollozó apagadamente a través de los dientes apretados con cada movimiento.

Draco se sentó en su cama y los miró. Severus no podía haber tenido tiempo de comprar más ratoneras o incluso de enviar a alguien más a comprarlas por él. Pero eso significaba esa tenía que ser una de las que Susan le había dado la semana anterior y Severus había dicho que no quedaba ninguna. De haber sobrado una la habría usado en Draco, ¿o no?

***

Justo después de almorzar, Severus regresó a la biblioteca. No tenía realmente intenciones de estudiar. Iba a observar. Necesitaba saber exactamente dónde guardaba Madame Pince sus cosas y cuándo ella y Dobby dejaban la biblioteca.

Tenía un montón de tiempo para su observación, porque la primera lección de la tarde era Cuidado de Criaturas Mágicas y Hagrid todavía estaba "enfermo".

Dobló una esquina para entrar a otro corredor y se encontró con un gran grupo de enojados Slytherin.

Severus se detuvo. Todos los estudiantes de quinto año estaban ahí, con excepción de Blaise. Sonrió ligeramente al comprender. Había vuelto al dormitorio antes de almorzar para guardar sus libros y descubrió que alguien había forzado el candado de su baúl y que la ratonera que había dejado ahí justo por alguna eventualidad de esa clase había desaparecido. Se había estado preguntando quién habría sido la víctima.

Para su sorpresa, no fue Draco quien habló primero. Fue Pansy Parkinson.

-Hemos tenido bastante de ti, Severus –dijo ella, calmadamente.

Severus enfrentó su anuncio con su acostumbrada mirada fría. Pansy era la portavoz ususal de las chicas, pero en su opinión ni siquiera estaba cerca de ser tan peligrosa como Draco. Si ese ataque era su idea y Draco solamente era un observador, Severus tenía una buena oportunidad de asustarlos.

Pansy se puso visiblemente nerviosa y dio involuntariamente un paso atrás para buscar el apoyo de las chicas. Obviamente había planeado decir algo más, pero no se atrevía ahora que estaba enfrentada con la mirada fría de Severus.

-Hemos decidido enseñarte una lección –dijo, y ya no sonaba tan segura de sí misma.

"¡Sí, la tengo!" pensó Severus. Si continuaba mirándola sólo unos pocos momentos más, ella daría vuelta y echaría a correr y los demás la seguirían. A menos que Draco interviniera.

¿Qué estaba haciendo Draco? Severus deseó poder mirarlo, pero eso significaría romper el contacto visual con Pansy y no podía permitírselo en ese momento. Ella atacaría en el momento en que lo hiciera.

Pansy retrocedió otro paso y chocó con Millicent Bulstrode.

Millicent retrocedió y Pansy se dio vuelta para correr...

Ese fue el momento en que Vincent y Gregory atacaron a Severus desde ambos lados. Ni siquiera los vio venir.

La jaula de Greenie cayó ruidosamente al suelo.

-¡No! ¡Greenie! –exclamó Severus, arrodillándose para examinar a su erizo.

Pero Vincent y Gregory no le dejaron acercarse a Greenie. Los sujetaron rudamente de ambos brazos. Estaba atrapado e indefenso.

"Draco debe haberles dado la señal para que se acercaran y me atacaran" comprendió Severus. Sólo Draco podría haber entendido lo que estaba tratando de hacer y sólo Draco podía haber sabido cómo detenerlo.

Ahora estaba en el suelo y no tenía más dominio sobre Pansy. Ella se detuvo al momento y guió al resto de los Slytherin al ataque.    

***

Dumbledore se había refugiado en su oficina después del almuerzo. Le había dicho a Filch que limpiara uno de los viejos salones cercanos a su oficina. Sería mucho más confortable para él que el calabozo de Severus, pero no estaría listo hasta la mañana siguiente. Por lo tanto, no habría clases de Pociones durante ese día.

Eso le daba a Albus algo de tiempo para revisar su correo y trabajar en una posible solución para el problema de Severus.

Sólo desearía que el muchacho no estuviera tan enojado con él. Dumbledore odiaba tener que admitirlo, pero había perdido el tacto con Severus. Bueno, la mejor manera de hacerlo sentirse bien obviamente era encontrar el antídoto.

Las cartas de Durmstrang y Beauxbattons no era alentadoras. Todavía todos los animales de prueba morían en formas muy dolorosas tan pronto como eran expuestos a la poción.

La maestra francesa de Pociones parecía horrorizada. Seguía mencionando su preocupación sobre mantener una sustancia tan peligrosa en una escuela llena de niños y recomendaba enérgicamente conservar toda muestra y también la receta bajo llave todo el tiempo y no dejar que los alumnos se acercaran.

Su contraparte de Durmstrang estaba obviamente fascinado con la poción. Había escrito cerca de diez páginas de detalladas descripciones del sufrimiento de los animales de laboratorio y agregó comentarios de algunos de sus alumnos que parecían estar tan intrigados como el maestro.

Albus se obligó a sí mismo a leer la carta completa a pesar de que las horrorosas descripciones le revolvían el estómago. Podía haber algún hecho importante oculto ahí en alguna parte. Se preguntó si debería comunicar las advertencias recibidas de Beauxbattons a Durmstrang, pero comprendió que solamente serían ignoradas.

No habría debido permitir que Durmstrang se envolviera en ese asunto, en primer lugar, comprendió. Muchos de los padres de sus estudiantes eran seguidores conocidos de Voldemort y si conseguían la receta... Albus sólo podía esperar que Voldemort estuviera ocupado con algo más e ignorara la "poción rejuvenecedora" de Neville Longbottom. Voldemort era inmortal, en cualquier caso. No necesitaba pociones rejuvenecedoras.

"Sí, si seguimos llamándola poción rejuvenecedora podría escapar de la atención de Voldemort" decidió Dumbledore.

Albus deseó no haberle dado a Severus la receta de la poción.

"No debo darle oportunidad de investigar por su propia cuenta. ¡Quién sabe lo que podría pasarle!"

Pedirle que le devolviera el pergamino no ayudaría en nada. Conocía a Severus lo suficientemente bien como para saber que ya habría memorizado la receta.

Cerró los ojos por un momento, concentrándose en calmar su estómago y entonces tomó la siguiente carta. Era del Ministerio. También tomaban parte en la búsqueda de un antídoto para la poción de Neville a pesar de que Albus difícilmente los tomaba en cuenta cuando consideraba sus oportunidades de conseguir resultados. Parecían ser terriblemente incompetentes.

Abrió la carta y se sorprendió de ver que sólo contenía una página. Los funcionarios del Ministerio usualmente alargaban el asunto más sencillo a por lo menos dos páginas con su "correcto lenguaje oficial". Si habían escrito una carta corta, algo debía estar mal.

No tuvo oportunidad de enterarse de qué se trataba, sin embargo. La puerta de su oficina se abrió abruptamente y Minerva MacGonagall entró llevando en sus manos una jaula para erizo que lucía bastante maltratada.

-Albus, envié a tus chicos de quinto año a la enfermería –reportó, dejando la jaula en su escritorio-. Aquí tienes, toma al pequeño monstruo y devuélveselo a Severus. No tengo idea de qué más hacer y sería una buena oportunidad para que charlaras con él.

-¿Enviaste a mis chicos de quinto año a la enfermería? –repitió Dumbledore, confundido.

-Los Slytherin, Albus –explicó MacGonagall, todavía con la respiración agitada-. Eres actualmente la cabeza de Slytherin, ¿recuerdas?

Dumbledore asumió que ella debía haber estado corriendo todo el camino hasta su oficina para estar con la respiración tan descontrolada. Eso, o estaba nerviosa, pero eso no podía ser. No Minerva MacGonagall.

-Siéntate, Minerva –dijo calmadamente,  y ella se dejó caer en una de las sillas, agradecida-. Ahora, ¿cuáles Slytherin de quinto año enviaste a la enfermería y por qué?

-Todos –dijo ella, cortante.

-¿Todos? –repitió Dumbledore-. ¿Qué pasó?

-Golpearon a Severus otra vez y él se defendió –explicó la profesora MacGonagall-. ¿Recibió entrenamiento para combate cuerpo a cuerpo alguna vez?

-Bueno, podría decirse que es parte del entrenamiento para el trabajo –sonrió Dumbledore, pero inmediatamente se puso serio otra vez-. ¿Están seriamente lastimados?

-No, creo que Severus fue el que llevó la peor parte, pero es no es sorprendente considerando que eran nueve contra él –suspiró Minerva-. Poppy dice que estarán bien en una hora.

-Bueno, eso realmente no es un problema –decidió Albus y volvió su atención a Greenie, que apenas estaba empezando a desenroscarse.

El erizo asomó primero la nariz y cuando no sucedió nada peligroso, asomó el resto de la cara. Levantó la mirada para encontrar a Dumbledore mirándolo.

-¡Sniff! –dijo Greenie. Eso debía significar algo como "Hey, sujeto chistoso, el mundo se sacudía y daba vueltas. No me gustó y quisiera que no sucediera más".

Albus lo interpretó como "Estaban tirándome de un lado a otro y dejando caer cosas pesadas sobre mi jaula. No me gustó. Por favor, asegúrate que no lo hagan de nuevo", lo cual no estaba muy lejos de la verdad.

Sonrió.

-Todo está bien, Greenie, estás a salvo ahora.

El erizo se sintió más tranquilo y terminó de desenroscarse.

Dumbledore hizo que la jaula recobrara su estado original.

Minerva MacGonagall suspiró profundamente.

-Albus, hay un problema –dijo con firmeza-. Necesité la ayuda del señor Filch y varios hechizos para apartar a esos chicos de Severus. Ninguno estaba muy lastimado, pero eso no nos dice qué habría pasado si no hubiéramos llegado a tiempo. La situación entre Severus y sus compañeros se está volviendo peligrosa. Tenemos que hacer que esos chicos lo acepten y él necesita algunos amigos que lo defiendan si se mete en problemas.

-De acuerdo, de acuerdo –dijo Dumbledore-. Hablaré con él.

Se acercó a la chimenea, llamó a Madame Pomfrey y le pidió que enviara a Severus a su oficina cuando terminara con él.

-Dile que tengo a su erizo si no quiere venir –agregó al final.

Se volvió hacia MacGonagall.

-¿Satisfecha? –preguntó.

-Sólo si tu charla logra algún resultado –suspiró Minerva MacGonagall y se preparó para marcharse-. Buena suerte, Albus.

Dumbledore suspiró y volvió a la carta del Ministerio. Eso lo hizo suspirar otra vez. El Ministerio le informaba que habían llegado a la conclusión de que no había antídoto para esa poción en particular y estaban cerca de dar por terminada su investigación.

"Bueno, ellos nunca ayudan, de cualquier" manera pensó Dumbledore.

Aún así se sentía un poco traicionado y abandonado con su problema "El problema de Severus, mejor dicho"

***

-¿Quería verme, Señor? –dijo Severus, con su tono más frío.

Dumbledore se estremeció. No estaban empezando bien.

-Puedes llamarme Albus cuando no estemos en clase, ya sabes –le recordó sonriente al muchacho.

-Preferiría que no, Señor –respondió Severus, sin cambiar su tono en lo más mínimo.

Dumbledore tuvo que luchar consigo mismo para mantener la sonrisa en su lugar. ¿Cómo podía acercarse al muchacho otra vez? Severus había sido como un hijo para él "Debería demostrárselo pronto"

-Relájate, no te llamé para castigarte por ninguna de tus jugarretas, esta vez –dijo, indicándole a Severus que se sentara.

Severus obedeció reluctante, obviamente se sentía incómodo en la oficina del director.

-Sólo quería devolverte tu erizo.

Severus se puso en pie de un salto.

-¿Greenie está bien? ¿Dónde está?

-Justo aquí –contestó Albus, sonriendo realmente esta vez-. Se veía un poco asustado cuando Minerva lo trajo, pero creo que ya está bien.

Severus abrió la jaula, sacó al erizo y lo examinó gentilmente. Greenie parecía ileso. Severus regresó a su silla con el erizo en su brazo. Parecía un poco más relajado ahora.

Albus sacudió la cabeza levemente. Nunca habría imaginado que una criatura tan espinosa podría tener un efecto calmante en alguno de sus alumnos. Bueno, Severus no era realmente un alumno.

-Escucha, Severus, no puedes seguir antagonizando a tus compañeros todo el tiempo –dijo Dumbledore, tan seriamente como fue capaz-. Por favor, trata de ser un poco más amable con ellos.

-Ellos no son amables conmigo –contestó Severus-. Ellos me han odiado desde el primer día. Sólo estoy tratando de defenderme.

-¿Provocándolos y enviándolos a la enfermería?

-Si me temen, no me atacarán. Es una medida de precaución.

-Severus, si te temen, te atacarán en grupos grandes, como lo hicieron hoy –corrigió Dumbledore.

-Casi logré asustarlos –argumentó Severus-. Lo conseguí con Pansy. Todos habrían huido si los amigos de Draco no me hubiera atacado por la espalda justo en el peor momento.

-¿Los amigos de Draco? Sabes, los amigos pueden ser una buena protección. ¿Por qué no intentas conseguir algunos amigos en lugar de hacer enemigos? –sugirió Dumbledore.

-¿Amigos? ¿Quiénes? Todos ellos me odian.

-Hm… Veamos. Uno de tus compañeros de habitación sería lo más adecuado –murmuró Dumbledore-. ¿Qué tal el señor Zabini? Él no parece muy apegado a los otros. Puede estar solitario también.

-¿Blaise? –exclamó Severus-. Blaise me odia más que los demás. Es el peor de todos, ¿sabes? Nunca es tan conspicuo como Draco, pero hay una buena razón para que todos se mantengan a distancia de él. Odio a Blaise.

-De acuerdo, ¿qué tal el señor Goyle, entonces? –trató Dumbledore-. No parece ser tan agresivo contra ti como los otros. Tal vez le agradas.

-Gregory me tiene miedo –explicó Severus con una malévola sonrisa-. Fue el primero que me atacó y por lo tanto fue el primero al que puse fuera de combate. Hemos establecido el orden de fuerza entre nosotros. No lo quiero como amigo en cualquier caso. Es todavía más idiota que Neville. Perdón, Neville no es un idiota. Sólo es torpe. Gregory es un idiota y no le agrado mucho tampoco.

-Bien, tratemos otra forma, entonces –decidió Dumbledore-. ¿Quién te agrada? ¿Cuál es tu alumno favorito en esta escuela?

-Draco –dijo Severus sin detenerse a pensarlo-. Me agrada Draco.

Dumbledore lo miró por un momento, pensando que no había escuchado correctamente. Tenía que ser un error.

-¿Draco? –preguntó.

Severus asintió.

-¿Draco Malfoy?

Severus asintió otra vez.

-¿El hijo de Lucius Malfoy?

-Sí, ese mismo. ¿Tenemos algún otro Draco en esta escuela? –preguntó Severus, confundido.

-¿Después de todo lo que te hizo su padre?

-Draco no es como su padre.

-¿El malévolo, nada confiable, burlón Draco Malfoy? –preguntó Dumbledore-. ¿Draco Malfoy, el que siempre puede ser encontrado dondequiera que haya problemas? ¿Ese Draco Malfoy?

-Sí, ese Draco Malfoy –confirmó Severus-. No conoces a ese muchacho tan bien como yo. Es bueno en el fondo.

"Deber ser muy en el fondo" pensó Dumbledore y luego dijo:

-Bueno, ciertamente no es la elección que yo haría, pero tienes que escoger a tus propios amigos. Quiero que trates de ser amable con él. Prométeme que harás amistad con Draco Malfoy.

-De acuerdo –dijo Severus-, prometo intentarlo.

Continuará...

Notas:

¿Les parece que Severus podrá mantener su promesa? La idea de la ratonera fue de Crystal Drake. Gracias otra vez. Como puedes ver, encaja perfectamente. Me encantaron todas las demás ideas que me enviaron, pero, tristemente, sólo podía usar una.

En próximos capítulos:

Más aventuras nocturnas, Severus intenta hacer amigos, más peleas, ¿por qué Severus vigila al personal de la biblioteca?, ¿cuáles son los planes de Severus para Defensa Contra las Artes Oscuras? y mi intento de un final de capítulo angustiante (me pregunto si lo podré hacer).