¿Qué creen? ¡Todos estos personajes son de JKR! ¡No he inventado a ninguno! ¡No soy dueña de nadie (excepto de Susan, y si quieres usarla, no hay problema)!
La idea de Draco dibujando dragones pertenece a PikaCheeka. Lo siento, olvidé mencionarlo en el primer capítulo. Creo que adopté la idea en forma subconsciente.
El cuervo de Severus pertenece a los fics de J. L. Matthews. Sólo lo tomé prestado porque es una mascota perfecta para Sevi y prometo regresarlo sin que le haya pasado nada malo.
Los catar, sin embargo, son completamente míos y los amo, así que, por favor, no los uses sin preguntarme primero.
Notas de la autora:
Hola otra vez. Aquí está finalmente: Mary Sue. Un personaje mío, pero no creo que les vaya a gustar. No se supone que les deba gustar. Recibí un mail de Daga diciéndome que está traduciendo mi historia al español. ¡Estoy muy entusiasmada por eso!
Nota de la traductora:
Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribió "My name is Severus" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en fanfiction.net. Y si deseas escribirle (en alemán o inglés, preferentemente), esta es su dirección: silverfox@kabsi.at
Capítulo trece: PRESENTANDO A MARY SUE
Albus Dumbledore cerró calladamente la puerta del dormitorio de los alumnos de cuarto año. Todos estaban dormidos ahí. Bien. Sólo tres dormitorios más y podría irse a la cama él también.
Suspiró. Había sido un largo día. Había tratado de encontrar un nuevo maestro de Pociones siempre que no estaba enseñando, pero todos aquellos a los que se había acercado reaccionaron igual. Al principio estaban muy interesados. Entonces comprendían que tendrían que enseñarle a Severus Snape y decidían que no era una buena idea a fin de cuentas.
Tenía que encontrar un hechicero que fuera mejor en pociones que Snape. Suspiró otra vez. No había muchos de esa clase y todos tenían muy buenos empleos. Los maestros de pociones eran raros y los mejores podían elegir cómodamente sus empleos. Si no hubiera sido por el sombrío pasado de Snape, Dumbledore dudaba que hubiera podido emplear en el colegio a alguien así de bueno en la materia.
Entonces, si no podía encontrar a nadie lo suficientemente bueno como para atreverse a trabajar con Severus, ¿qué podía hacer? Tenía que encontrar a alguien que no supiera qué esperarse, alguien que nunca hubiera oído hablar de Snape. ¿Pero en qué parte del mundo iba a encontrar a un maestro de pociones que no hubiera escuchado sobre Snape?
Albus se detuvo a unos pasos de la puerta de quinto año y revisó cuidadosamente cada pulgada una vez más. Nuevamente la puerta estaba cerrada y no había cuerdas visibles.
Albus se acercó más, sintiéndose aliviado. Parecía ser que Severus había decidido no tomar venganza por mandarle quitar su dibujo la noche anterior. A menos, por supuesto, que la trampa estuviera adentro.
Dumbledore dio una rápida mirada a donde había estado la imagen de los dragones. No había dragones.
En su lugar, una gran pantera negra y un igualmente grande puma de color muy claro estaban saltando hacia él desde la puerta.
Albus dio un sorprendido paso atrás otra vez, pero en esta ocasión se las arregló para no caerse. Estudió el dibujo.
-¿No era que iban a dibujar gatos? –murmuró enojado.
Pero esos eran gatos, si pensaba un poco más el asunto. Sólo que eran muy grandes y muy feroces gatos. Dumbledore se acercó una vez más y alumbró el dibujo con la suave luz de su varita.
Los animales estaban bellamente dibujados. La pantera casi parecía estar viva, saltando fuera del dibujo, las garras extendidas para destrozar al enemigo.
El puma tenía una pose perfecta, preparándose para saltar, pero de alguna manera se veía extraño. Le tomó a Albus un momento comprender por qué. Era el color del gato. El pelaje brillaba en un todo de rubio platino que era casi blanco. ¿Tal vez no se trataba de un puma después de todo? ¿Sería una pantera albina?
Albus contempló los ojos grises del puma. No, no podía ser un albino. Los albinos tienen ojos rojos. No podían ser grises.
"¡Los gatos adultos no tienen los ojos grises!" comprendió con sorpresa.
Revisó los ojos del otro gato. Eran tan negros como su pelaje. ¿Ojos negros? Bueno, si estaba muy oscuro, las pupilas estarían tan dilatadas como para ocultar los irises al punto que fuera imposible verlos. Pero los del puma sí eran visibles.
Albus abrió la puerta y entró al dormitorio.
-¿Qué es ese dibujo de ahí afuera? –demandó a la cama vacía de Severus-. Pensé que habían prometido dibujar algo agradable.
-Prometimos dibujar gatos –se escuchó la voz de Draco desde algún lugar detrás de él.
Albus se dio vuelta para encontrarse con Severus y Draco sentados en la cama de Draco comiendo dulces.
-Dijiste que estaba bien –agregó Severus, y se echó otra gragea de todos los sabores en la boca.
-¿Panteras? –preguntó Dumbledore-. ¿Ustedes piensan que las panteras son agradables?
-¡No son panteras! –protestó Draco.
-Somos nosotros –explicó Severus.
Dumbledore los miró sin comprender.
-¿Que son qué?
-Son cómo nos veríamos si fuéramos catar –dijo Draco pacientemente.
-¿Y ustedes piensan que los catar son agradables?
-No seas racista, Albus –advirtió Severus al director-. Son reacciones xenófobas como esa las que han llevado a esa pobre gente al borde de la extinción. Nuestro dibujo protesta en contra de eso.
Albus se azoró un poco más. Lo habían burlado. Si ahora demandaba que el dibujo fuera removido, lo acusarían de tener prejuicios en contra de los catar.
-¿De dónde sacaron todos esos dulces? –demandó en cambio.
Draco y Severus miraron la impresionante montaña de chocolates que estaba entre ellos dos.
-Los intercambiamos –explicó Draco.
Albus contempló la montaña también. Era un gran montón de dulces.
-¿Los intercambiaron por qué?
-Tarea –sonrió Severus-. Soy bueno en eso. Por lo menos si no se trata de Transfiguración.
Albus contempló los chocolates un poco más. ¿Podría encontrar una razón para confiscarlos? Se veían deliciosos.
De pronto la montaña se movió. Una naricita verde con una muy sospechosa mancha de chocolate se asomó por ahí.
-¡Sniff! –dijo Greenie.
Albus levantó cuidadosamente al erizo.
-¿No deberían estar los pequeños erizos en sus camas a esta hora de la noche? –preguntó-. ¿No deberían estar en la cama ustedes dos también?
-Estamos en la cama –señaló Severus, tomando su erizo de las manos de Albus.
-Bueno, ¿no deberían estar en sus camas y durmiendo?
-Greenie no duerme de noche –dijo Draco-. Los erizos son animales nocturnos.
-Pero ustedes dos no son erizos –dijo Dumbledore con severidad-. Dicen que son catar y los catar duermen durante la noche. ¡Ahora, Seveurs, pon a Greenie en su jaula! ¡Draco, guarda esos dulces y ustedes dos váyanse a dormir!
-¿En qué orden exactamente quieres que hagamos todo eso?
-¡Severus!
Severus hizo un pucherito.
-Todavía no estamos cansados –dijo Draco, haciendo ojitos de cachorrito huérfano.
-Por favor –suplicó Severus-. Ustedes tal vez no estén cansados pero yo sí lo estoy. Tengo clases mañana. Tengo que encontrar dos nuevos profesores y casi estoy durmiéndome de pie. Por favor, duérmanse para que yo pueda irme a mi agradable, cálida, suave, confortable cama.
Draco y Severus intercambiaron una mirada. Severus se encogió de hombros.
-¿Crees que se quedará dormido de pie, o no? –preguntó Draco.
-¿Por qué simplemente no te vas a dormir? –preguntó Severus a Albus.
-Porque tengo que dejarlos dormidos a ustedes dos primero. Así que, por favor, sean dos buenos gatitos y duérmanse.
-De acuerdo –aceptó Severus finalmente-. Pero tienes que permitir que dejemos nuestro dibujo en la puerta.
Dumbledore aceptó de inmediato. No había tenido la menor esperanza de conseguir que lo quitaran, de todos modos.
***
La primera lección del miércoles en la mañana fue Transfiguraciones, como siempre. Severus, como siempre, se sentó en la última fila y Draco en la primera, junto a Gregory, y con Vincent y Blaise justo detrás de ellos.
Minerva MacGonagall les entregó ladrillos para transformarlos en tazas de té, y entonces dio una rápida mirada a sus ensayos. Parecía ser que todos habían entregado la tarea, notó con una sonrisa satisfecha.
También notó que los ensayos de Draco y Severus parecían ser exactamente el mismo. Bueno, ella había aceptado que Draco ayudara a Severus, después de todo. Tal vez él realmente aprendería algo de copiar el ensayo de Draco.
Puso los ensayos a un lado para corregirlos y calificarlos más tarde, y dio un rápido recorrido por el salón.
Vincent Crabbe y Blaise Zabini no habían empezado a trabajar en sus ladrillos todavía. Se los recordó enseguida dando unos golpecitos en el escritorio de ambos.
Gregory Goyle se las había arreglado de alguna manera para transformar su ladrillo en un trozo de madera. Lo cambió a ladrillo para él calladamente y le señaló que no hablara cuando él iba a darle las gracias, porque Draco Malfoy casi había terminado de transformar su ladrillo y no quería romper su concentración.
Lavender Brown y Parvati Patil estaban discutiendo por algo. Parecía ser que Lavender le había sonreído al novio de Parvati de esa semana. Minerva les recordó severamente que los ladrillos no estaban ahí para ser usados como armas.
Harry Potter y Ron Weasley estaban trabajando en un ladrillo juntos y ambos trataban de cambiarlo al mismo tiempo. Decidió ignorarlos y dejar que descubrieran por sí solos que eso no iba a funcionar.
Hermione Granger había terminado con su ladrillo y ahora estaba observando los intentos de Neville. Minerva decidió no interrumpir. Neville había mejorado mucho desde el año anterior y ahora era capaz de completar las transfiguraciones usualmente con sólo un poco de supervisión de Hermione. Minerva estaba secretamente orgullosa de ambos.
Severus Snape miraba enojado a un ladrillo verde que aparentemente se negaba a cambiar de forma. Minerva suspiró suavemente y se sentó junto a él. ¿Quizá podría hacer por Severus lo que Hermione había hecho por Neville? Sólo que Neville nunca había sido un caso tan difícil como lo era Severus. Bueno, para eso estaban los maestros, después de todo.
-De acuerdo, Severus, intenta cerrar tus ojos por un momento y concéntrate -le dijo.
Severus la miró sorprendido. Había estado tan concentrado mirando su nada cooperativo ladrillo que ni siquiera la había notado acercarse.
Ella escuchó susurros enojados desde donde estaban sentados los otros muchachos Slytherin y los miró disgustada, pero no quería interrumpir su trabajo con Severus justo ahora.
-Ahora trata de imaginar la taza de té -le dijo al muchacho-. ¿La ves con claridad en tu mente?
Severus asintió.
-Bien, ahora imagina el ladrillo convirtiéndose en la taza...
-¿Oh, de veras? ¡Bueno, pues yo no quiero sentarme junto a un idiota como tú en cualquier caso! -gritó alguien desde el otro lado del salón.
MacGonagall levantó la mirada sorprendida. ¿Qué estaba mal con esos Slytherin?
-¿Y quién si no nosotros iba a sentarse junto a ti? -le respondió Gregory a Draco-. No tienes a dónde ir.
-¡Sólo mírame! -respondió Draco, recogió su taza, libro y mochila y fue hasta el escritorio de Severus, donde dejó caer todo sobre la mesa.
-Perdón por interrumpir la clase, profesora. ¿Está ocupado este asiento? -le sonrió a Severus.
Severus sonrió a su vez y quitó su mochila de la silla.
-No está ocupado, buscaba a alguien que me hiciera compañía.
La clase completa los miraba sin poder creerlo. ¿Draco había dado la espalda a Crabbe y Goyle? Eso era imposible.
Los más sorprendidos de todos eran Vincent y Gregory mismos. Sólo habían tratado de hacer un último intento cuidadoso de convencer a Draco para que renunciara a su amistad con Severus. Nunca imaginaron que renunciaría a su amistad con ellos primero.
De alguna manera, su intento se había convertido en una discusión mayor y ahora estaban atrapados con Blaise como nuevo líder.
-¡Hey, vamos, Draco, vuelve acá! -llamó Vincent a través del silencioso salón-. No queríamos ofenderte. Aún somos tus amigos.
-Pero yo ya no soy amigo de ustedes -respondió Draco calmadamente-. Prefiero ser amigo de Severus.
-¿Y qué? ¿Quién dice que no puedes ser amigo suyo y de nosotros también? -trató de convencerlo Gregory.
-Yo lo digo -cortó Blaise-. Estás con nosotros o en nuestra contra, Draco. Y "con nosotros" significa contra el pequeño ladrón. Haz tu elección.
-Contra ustedes -dijo Draco, tan calmado como antes-. Severus es mejor amigo de lo que lo han sido jamás ustedes.
Repentinamente toda la clase estaba hablando con excitación. La ruptura de la pandilla de Slytherin sería el tema del día, comprendió Minerva. ¡Pero no en su clase!
-¡Silencio! -ordenó-. Señor Malfoy, ¿está seguro de que quiere sentarse aquí el resto del año?
-Sí, lo estoy -ciertamente, parecía estarlo.
-De acuerdo, pero no podrá cambiar de lugar otra vez.
Draco asintió calmadamente.
-¿Alguien más quiere tomar el antiguo sitio del señor Malfoy? -preguntó a la clase buscando mantener el orden.
-Yo -anunció Vincent.
Nadie pareció sorprendido, a excepción de Blaise, que miró a su vecino con los ojos muy abiertos.
-De acuerdo, señor Crabbe. Tome sus cosas y trasládese. ¿Alguien quiere el lugar del señor Crabbe?
Esta vez no hubo respuesta y eso no sorprendió a nadie. Ninguno de los Gryffindor se sentaría voluntariamente junto a un Slytherin y las chicas de Slytherin estaban muy cómodas con sus vecinos.
Pansy pareció considerar mudarse al lado de Blaise por un momento. Desde su ruptura con Draco había mostrado algún interés en Blaise, pero no había todavía algo que pudiera ser llamado una relación y no tenían intención de sacrificar su amistad con Millicent por un posible romance con Blaise.
-¿Nadie? Bien. ¿Alguien quiere sentarse en algún otro sitio? ¿No? Bien. En ese caso, por favor concentren su atención en transformar esos ladrillos.
***
El resto de la semana transcurrió sin más incidentes para los Slytherin.
Vincent y Blaise quedaron abandonados a su suerte y descubrieron que aún así eran capaces de arreglárselas para sobrevivir sin la guía de un líder más inteligente que ellos. Permanecieron neutrales excepto por las ocasiones en las que Severus y Draco les hicieron bromas. Entonces reaccionaban con intentos no muy de corazón por golpearlos que resultaron en algunos ojos morados, un labio partido y casi otra nariz rota.
Blaise se encontró aislado entre los muchachos y se vio forzado a pasar la mayor parte del tiempo con las chicas, lo cual deleitaba a Pansy, pero causaba risitas y bromas por parte de todos los demás. Ahora era oficialmente el novio de Pansy, pero había perdido todas las oportunidades de llegar a ser el líder de los Slytherin. Y sospechaba que Pansy estaba con él sólo porque Severus la había rechazado enérgicamente cuando ella trató de conquistarlo.
Draco recibió una nota de su padre preguntándole qué novedades había en Hogwarts, a lo que él respondió que no había pasado nada interesante y que nada había cambiado en las últimas dos semanas. Sabía que su padre se pondría furioso cuando supiera de su ruptura con Pansy y de la ruptura con su pandilla. Quizá incluso lo golpearía por su amistad con Severus, pero de alguna manera Draco ya no se sentía obligado a mantener contento a su padre. Tal vez estaba madurando.
Severus estaba perfectamente feliz haciendo travesuras con Draco. Dejaron explotar algunos petardos en las papeleras y en las gavetas de los escritorios de algunos profesores, golpearon a algunos molestos Slytherin de sexto año y casi volvieron loca a la profesora Pince durante la clase de Runas Antiguas. Ahora Draco siempre se sentaba junto a él en clase. Greenie parecía estar bien, excepto por lo inusual de su color, lo cual no parecía importarle. Sólo Ginny se las arreglaba para eludirlos y ahí estaban los OWLS asomándose en alguna parte del horizonte.
No, nada interesante qué contar.
Sin embargo, el martes en la mañana, el desayuno los esperaba con una sorpresa.
Había una mujer extraña sentada a la mesa de los profesores.
-Mira, ¿crees que sea nuestra nueva profesora de Runas Antiguas?
Severus la miró críticamente. Tenía cabello rubio, con labios muy rojos y párpados muy oscuros.
-Luce más bien como la dueña de una tienda de cosméticos -comentó secamente.
-Bueno, es muy bonita -concedió Draco-. ¿Pero qué te hace pensar que sea la dueña de una tienda?
Severus sonrió.
-Ese look no es natural. Apuesto que hasta el color de su cabello es falso. Y eso significa que o es tan fea que usa toneladas de maquillaje para esconderlo, o que es dueña de una tienda de cosméticos y se pone encima lo que no logra vender.
Draco meditó al respecto.
-¿De verdad crees que debe ser fea? -preguntó dudoso.
-He tenido experiencia, Travieso. Confía en mí.
Draco todavía parecía dudar.
-De acuerdo, vamos allá y mirémosla de cerca. Entonces verás que es toda maquillaje.
-¡Severus, no podemos sólo ir allá y preguntar quién es!
-¿Quién dijo que le vamos a hablar? -sonrió Severus-. Mira, está hablando con MacGonagall. Todo lo que tenemos que hacer es ir y preguntarle algo a MacGonagall.
-¿Algo como qué? -preguntó Draco, pero Severus ya estaba en camino hacia la mesa de profesores.
Draco se apresuró a seguir a su amigo. Severus todavía tenía a Greenie en su brazo. ¿Habría olvidado que a MacGonagall le disgustaba el erizo?
Severus llegó calmadamente hasta donde estaba MacGonagall y no pareció siquiera haber notado a la desconocida junto a ella para nada. Draco estaba justo detrás de él, sin poder apartar los ojos de ella, pero eso encajaba en su papel, pues se suponía que sólo estaba acompañando a su amigo.
Severus tenía razón. La mujer estaba tan cubierta de maquillaje que no había manera de adivinar cómo sería realmente su cara sin esa gruesa capa, y una mirada más de cerca a su cabello permitía notar un tono más oscuro en las raíces.
Ella miró a los dos muchachos con claro disgusto. No, Draco no pensaba ya que fuera bonita en lo más mínimo.
-¿Profesora MacGonagall? -preguntó Severus y Draco se preguntó qué iría a preguntarle-. ¿Puedo hacerle una consulta?
MacGonagall lo miró con sorpresa. Entonces sus ojos se dirigieron hacia la "mujer de los cosméticos" y el fantasma de una sonrisa pasó por su cara.
-No estarás tratando de convencerme de que regrese a tu erizo a la normalidad, ¿o sí? -le preguntó, mirando a Greenie.
-¡Sniff! -dijo Greenie altaneramente. "¡Como si quisiera que cambiaran otra vez! Me gusta ser verde".
-No, no directamente -respondió Severus con una sonrisa avergonzada que MacGonagall reconoció de inmediato como falsificada-. He estado practicando la transformación de la maceta y ya lo conseguí, pero no logro que el conejo vuelva a ser maceta.
"Bueno, por supuesto que no" pensó Minerva "un conejo es un animal y tú no puedes transfigurar animales. Eso lo sé"
-¿Entonces por qué no le pides a uno de tus compañeros que lo haga por ti? -preguntó en voz alta, mirando significativamente a Draco.
-Oh, Draco ya lo arregló, pero sigue siendo verde, ¿sabe? Me preguntaba si me podría explicar cómo es que todo lo que transformo se vuelve verde y si tal vez podría decirme cómo deshacer eso.
La "mujer de los cosméticos" miraba a Severus sorprendida. Obviamente estaba intrigada por el problema.
Severus seguía pretendiendo no notar que ella estaba ahí, pero Greenie notó sus mirada y parpadeó hacia ella. ¿Era una nueva amiga que lo alimentaría? No, no le gustaba ese extraño olor que tenía ella. ¿Cuántas flores habría tenido que comerse para oler de esa manera?
-Honestamente, Severus, si tú no sabes cómo es que lo haces... yo no tengo idea -replicó MacGonagall calmadamente-. Nunca había encontrado ese tipo de problema en ninguno de mis otros estudiantes. Transformaciones equivocadas, transformaciones parciales y no transformaciones, pero nunca cambios de color. Te sugeriría que tomaras otra maceta y esta vez te concentraras en no volverla verde en primer lugar.
-¿Pero que hay de las primeras dos? El señor Filch las necesita de vuelta y no creo que las quiera verdes.
-Podrías ofrecerle volver verdes todas sus macetas -sugirió Dumbledore con un brillo divertido en los ojos-. Esa podría ser una interesante nueva decoración.
-Creo que iremos a pintar las macetas de Filch ahora -comentó Severus mientras él y Draco volvían a la mesa de Slytherin-. ¿Qué piensas ahora de la desconocida?
-Tenías razón con respecto a que está cubierta de maquillaje, pero eso no quiere decir que sea fea debajo de todo eso. Al menos no pude ver nada de piel del todo.
-¿Por qué debería molestarse con la máscara si fuera bonita debajo?
-¿Porque está ocultando su verdadera identidad? -sugirió Draco-. Debe ser una Death Eater tratando de infiltrarse en Hogwarts.
-¿Crees que sea amiga de tu papi? -preguntó Severus, sorprendido.
-No, no creo que sea realmente una Death Eater... ¡Y no lo llames "papi"! A él no le gusta.
-¿No? Bueno, ¿cómo lo llamas tú, entonces?
-Padre.
Severus le dirigió una mirada de extrañeza.
-Él insiste -dijo Draco, a la defensiva.
Severus sacudió la cabeza, pero decidió no comentar el asunto. No quería dañar la relación entre Draco y su padre. Bueno, tal vez sí, pero se metería en problemas si era demasiado obvio al respecto.
-¿Entonces, qué crees que está haciendo aquí?
-¿Vender cosméticos? -sugirió Draco.
-¿En Hogwarts?
-¿Dándole consejos de belleza a las chicas?
-¿Por qué habría de hacer eso?
-Bueno, tal vez las chicas lo solicitaron. Tú sabes, como cuando queríamos un club de duelos. Y ninguna de las profesoras quiso hacerlo, así que Dumbledore la contrató.
-Ciertamente espero que Albus tenga mejor gusto que eso. Imagina a todas nuestras chicas luciendo como ella.
-En Pansy podría ser una mejoría -dijo Draco sonriendo.
-Prefiero una Pansy fea que una Pansy fea en pintura de guerra, gracias.
Todos parecían estar discutiendo sobre la "mujer de los cosméticos" durante el desayuno. Muchos alumnos habían dado vuelta a sus sillas para verla. Gregory y Vincent, como muchos otros muchachos, estaban deslumbrados por su belleza. Severus trató de aclararles las cosas y se apartó justo a tiempo cuando Vincent le lanzó su tazón de hojuelas de maíz. Filch llegó justo a tiempo para limpiar e impedirles iniciar otra guerra de comida. La "mujer de los cosméticos" contempló la escena con un poco demasiado de interés para la paz mental de Severus y con claro disgusto en su cara.
Severus decidió dejar que Gregory y Vincent pensaran lo que quisieran sobre la "mujer de los cosméticos" después del incidente. Blaise, por fortuna, no estaba con ellos. Usualmente se sentaba junto a Pansy durante las comidas en esos días, y por alguna razón, Susan había tomado su silla vacante. Ella tenía curiosidad también acerca de la "mujer de los cosméticos", pero definitivamente no le importaba mucho su apariencia y, siendo todavía muy tímida, no habló mucho al respecto tampoco.
Severus y Draco pronto perdieron interés en la extraña y volvieron su atención al desayuno y a alimentar a Greenie.
***
Los Slytherin entraron a la clase de Pociones como cada martes por la mañana y tomaron los mismos asientos que habían tenido la semana anterior. Les habían gustado las parejas y esperaban que Dumbledore les permitiera seguir así por el resto del curso.
Para su sorpresa, no fue Albus Dumbledore quien entró a la clase cinco minutos después. Fue la "mujer de los cosméticos". Paseó una mirada por el salón y una expresión de disgusto pasó por su cara. Obviamente estaba planeando redecorar. Severus le lanzó una mirada de advertencia que ella no notó.
Los Gryffindor y Slytherin la miraron sorprendidos.
-Buenos días. Soy la nueva profesora de Pociones y cabeza de la Casa de Slytherin -anunció.
Severus y Draco intercambiaron una mirada horrorizada. ¡No! No podía ser. Dumbledore no podía haber hecho eso.
-Mi nombre es profesora Blackwell. Las chicas buenas pueden llamarme Mary Sue.
-¿Qué hay de los chicos buenos? -preguntó Seamus Finnegan.
-No hay tal cosa como chicos buenos. Sólo la gente que me agrada puede llamarme por mi primer nombre y a mí sólo me gusta la gente buena. Eso significa que todos los muchachos deben dirigirse a mí como profesora Blackwell.
Nuevamente toda la clase la miró con sorpresa. Hermione se inclinó hacia Harry y susurró algo a su oído. Desafortunadamente, Mary Sue vio eso. ¿Una chica susurrándole a un chico? Imposible.
-¡Tú! -llamó, señalando a Hermione-. ¿Cuál es tu nombre?
-Soy Hermione Granger, profesora.
-Bien, Hermione, ¿qué le dijiste a ese muchacho?
-Nada, profesora.
-Acabo de verte susurrándole a ese muchacho. Por favor, dile a la clase qué era -Mary Sue se veía tan atemorizante como los dragones en el primer dibujo de Draco y Severus.
Hermione sin embargo se mantuvo firme. Miró desafiante a la nueva profesora y respondió:
-Le dije que no creo que usted vaya a agradarme.
-No creo que tú vayas a agradarme tampoco -respondió Mary Sue-. Definitivamente no eres una chica buena. Preferiré que me llames profesora Blackwell.
-Con gusto -dijo Hermione.
Mary Sue le lanzó otra mirada enojada y volvió a su presentación.
-Pasé los últimos veinte años enseñando química en una escuela muggle en Australia y no tuve contacto con el mundo mágico. Así que no estoy al día en la política local, pero les aseguro que sé todo lo que hay que saber sobre niños y enseñanza.
-Nadie sabe todo sobre niños y enseñanza -gruñó Severus al oído de Draco.
Su opinión sobre Mary Sue no había mejorado desde el desayuno.
-Volví recientemente a Inglaterra luego de la muerte de mí tía abuela, que me dejó todas sus posesiones por ser su única pariente con vida. Originalmente planeaba volver a Australia tan pronto como hubiera atendido sus asuntos aquí, pero entonces me ofrecieron este trabajo y ahora parece que voy a estar aquí por un tiempo.
-No cuentes con eso -comentó Severus entre dientes.
-Su director me dijo que los Gryffindor y Slytherin no se llevan bien y que esta clase es especialmente mala al respecto. Él cree que deben estar estrictamente separados y me dio instrucciones precisas sobre cómo acomodarlos. Sin embargo no creo que esa sea la forma correcta de mejorar la situación. Así que voy a emparejarlos de acuerdo a mis propias ideas.
Mary Sue tomó el registro y lo estudió por un momento.
-La primera pareja es: señor Crabbe y señor Finnegan. Por favor, tomen esa mesa de ahí.
Seamus y Vincent se miraron el uno al otro mientras obedecían a disgusto las instrucciones de Mary Sue.
-Señor Goyle y señor Longbottom. Esa mesa de allá atrás.
-Umm... No creo que esa sea una buena idea, profesora -advirtió Harry Potter-. Esos dos son demasiado torpes como para trabajar juntos.
-¿A cuál Casa perteneces? -demandó Mary Sue.
-Gryffindor -replicó Harry, preguntándose que tenía que ver eso.
-¡Veinte puntos menos para Gryffindor por dudar de mi decisión y otros diez por hablar sin permiso!
La clase quedó silenciosa. ¿Treinta puntos perdidos por advertirle que Gregory y Neville no serían un buen equipo? Bueno, ella tendría que sufrir las consecuencias.
-Señor Malfoy y señor... -Mary Sue dudó. El siguiente nombre en la lista era Harry Potter. Albus Dumbledore le había advertido que Potter y Malfoy eran los mayores rivales en la escuela. Era seguro que los seguirían los problemas dondequiera que estuvieran. Poner juntos a esos dos muchachos podría ser ir un poco demasiado lejos. Miró el final de la lista-. ...Weasley. Esa mesa.
-¡Oh, no! No él -gruñó Draco, pero recordó su reacción a la protesta de Harry y obedeció de todos modos.
-Señor Snape y señor Potter. Allí -anunció Mary Sue, imperturbable.
Hubo susurros por todo el salón. ¿Draco y Ron? ¿Severus y Harry? ¿Mary Sue estaba escogiendo las peores parejas posibles a propósito? ¿O no sabía nada del todo?
-Señor Zabini y señor Thomas -Mary Sue continuó, señalando otra mesa.
-Lavender y Millicent -continuó, con un tono mucho más amistoso cuando llegó el turno de las chicas.
-Pansy y Granger. Lo siento, Pansy. Podrás elegir a tu compañera el año próximo.
Continuó emparejando la clase mientras los muchachos miraban a sus compañeros. Severus finalmente decidió que ese intercambio de miradas hostiles no valía la pena y dejó salir a Greenie. El erizo olfateó alegremente, ignorante de la tensión en el lugar. ¿No era ese el sitio donde había todos esos deliciosos bichos para comer?
Harry miró al pequeño erizo verde y luego miró a Severus.
-No estarás planeando hacer explotar algo otra vez, ¿o sí? -preguntó esperanzado.
-En realidad, sí.
-¿Qué? ¡¿Con ella aquí?! -señaló hacia el escritorio de la profesora, donde Mary Sue estaba firmando el registro.
-Voy a ser el peor alumno que ella haya tenido jamás -sonrió Severus-. ¿No sabías que Pociones es mi peor materia?
-¿Pociones es qué?
-Voy a fingirme estúpido y a echarlo todo a perder. Apuesto a que estará corriendo de vuelta a Australia y sus muggles enseguida.
Harry consideró eso. Definitivamente no le gustaba Mary Sue. Era tan mala como Snape. No, era peor. Snape nunca los había forzado a trabajar con sus peores enemigos.
-De acuerdo, te ayudaré. Yo también quiero deshacerme de ella.
-En ese caso, sugiero que peleemos tanto como sea posible.
-¿Qué?
-Bueno, funcionó con Albus, ¿o no?
Harry recordó el disgusto en la cara de Dumbledore después de su primera lección de Pociones con él.
-Oh, bueno, entonces... ¡Aléjate de ese frasco! -le gritó a Severus-. ¡Son mis dientes de dragón! ¡Usa los tuyos, estúpido Slytherin!
-¡No lo haré! -respondió Severus, gritando también-. ¡Estamos usando mi caldero, así que usaremos tus ingredientes!
-¡Ya te daré yo mis ingredientes! -respondió Harry igual de ruidosamente y tiró el frasco en dirección a Severus.
Para todos los demás aquello debió verse como que había tratado de golpear a Severus y había fallado por muy poco, pero en realidad el frasco dio justo en el blanco cuando golpeó el hombro de Gregory.
Gregory no perdió tiempo en unirse a la pelea que él creía auténtica y Ron corrió en ayuda de Harry. Vincent llegó a asistir a Gregory, Draco a ayudar a Severus. Seamus y Dean decidieron ayudar a sus compañeros que estaban siendo superados en número...
Entonces Hermione llegó también y las chicas se unieron a la pelea. Sólo Blaise y Neville se quedaron fuera. Neville porque estaba asustado, Blaise porque no quería tener nada que ver con algo que Severus había iniciado. Se estaba sintiendo traicionado por el hecho de que las chicas se hubieran unido a la pelea.
Mary Sue estaba furiosa. Quitó cincuenta puntos a cada casa y les dio tarea adicional. Un ensayo de al menos siete pergaminos debía serle entregado la semana siguiente.
Severus sólo sonrió triunfante.
A continuación, tuvieron que limpiar el desastre que habían hecho.
Mary Sue descubrió a Greenie entre todo eso, mascando alegremente algunos ingredientes que había sido usados como proyectiles.
-¿Qué es eso? -preguntó, señalando al erizo con una muy disgustada mirada en su cara.
-Es mi erizo -dijo Severus calmadamente.
-¿Qué está haciendo aquí?
Severus miró a la feliz criatura.
-Nos está ayudando a limpiar -contestó muy serio.
Mary Sue lo miró un poco más, pero no protestó. Después de todo, el erizo realmente estaba limpiando la mesa.
Cuando todos terminaron y se sentaron de nuevo, demandó que le entregaran las tareas.
-Este pergamino está demasiado amarillo -informó a Vincent, devolviéndoselo-. No aceptaré algo tan feo como esto. Como castigo, tendrás que reescribirlo.
El ensayo de Harry era demasiado corto, el de Neville estaba demasiado arrugado, el de Ron estaba escrito con el tipo equivocado de tinta, el de Gregory tenía demasiados errores, el de Dean estaba demasiado desordenado y el ensayo de Draco era demasiado largo, Seamus había olvidado el suyo en el dormitorio. Todos tenían que escribirlo otra vez (Seamus tendría que entregar los dos).
Entonces se volvió hacia Severus.
-¿Y dónde está tu tarea?
-No la hice -le sonrió Severus.
-¿Por qué no? -preguntó Mary Sue perpleja.
-Yo nunca hago la tarea de Pociones.
Draco volteó a mirar fijamente a Severus. Severus había escrito su propio ensayo justo después de terminar el de Draco. ¿Por qué estaba fingiendo no haberlo hecho?
-¿Por qué no? -repitió Mary Sue, todavía más confundida que Draco.
-Porque no veo por qué debería. Pociones es la materia más aburrida en toda la escuela y no veo para qué vaya a servirme después en la vida.
Mary Sue por supuesto no entendió por qué toda la clase estalló en risas ante esa declaración. Asignó a Severus otra tarea extra y le dijo que aún tenía que entregarle ese ensayo la próxima lección.
Severus se encogió de hombros y sonrió. Podría haberlo hecho fácilmente y escribirlo en términos que Mary Sue probablemente ni siquiera había escuchado jamás, pero no iba a hacerlo. Iba a convertirse en una mezcla de los peores alumnos que él mismo había tenido.
Hermione miró a Severus con atención. Era demasiado inteligente como para creer que eso era sólo una broma. Cuidadosamente para no ser vista, devolvió un gran rollo de pergamino a su mochila.
Pronto Mary se volvió hacia ella.
-¿Dónde está tu tarea, Granger?
-No tengo tarea.
-¿Oh, de veras? ¿Y por qué una alumna debería estar exenta de hacer la tarea?
-Porque estuve en la enfermería la semana pasada y no sabía de qué era la tarea.
-¿Pero no eras mi compañera la semana pasada? -preguntó Neville, confundido.
-No -respondió Hermione calmadamente-. Esa fue la semana anterior.
-¿De veras? Hubiera podido jurar que fue la semana pasada.
-¿Y por qué no le preguntaste a alguno de tus compañeros, si no sabías de qué era la tarea? -demandó Mary Sue.
-¿Por qué debería? -preguntó Hermione-. No me gusta hacer la tarea de Pociones y lo evito siempre que puedo.
-¿Huh? -comentó Gregory-. ¿No te gusta?
Otra vez la clase estalló en risas.
-¡Silencio! -ordenó Mary Sue-. Granger, será mejor que le preguntes a alguien por esa tarea, porque espero que me la entregues la próxima semana con ese ensayo adicional que les di y la nueva tarea que les daré al final de la lección.
-Bueno, nos quedan diez minutos completos antes de salir -susurró Severus al oído de Harry-. Me pregunto si podríamos crear otro incidente...
En ese momento Ron se lanzó contra Draco con un grito de furia. Mary Sue corrió para separarlos y pasó el resto de la lección sermoneando acerca de lo desagradables que eran los muchachos. Entonces les asignó un ensayo sobre una poción acerca de la cual nunca habían escuchado.
-¿Huh? ¿Cómo se deletrea eso? -preguntó Harry confundido.
Severus se lo escribió sólo para probarle que sabía de qué se trataba. No quería ayudar mucho a los Gryffindor en todo caso. Mary Sue debería haberles explicado dónde encontrar algunas referencias primero. En la forma en que estaba haciéndolo, nadie iba a encontrar nada. A menos, por supuesto, que Severus los ayudara.
Draco se reunió con él a la salida.
-¿Conoces esa poción? -le preguntó, sonando ligeramente desesperado.
-Por supuesto que sí.
Draco sonrió aliviado.
-Bien. Es un verdadero montón de tarea lo que nos dejó.
-Sip, pero la haré por ti si quieres.
-Gracias. Mary Sue es todavía peor de como se ve.
-Sí, y es la cabeza de nuestra Casa además.
-¡Oh, no! ¡No me lo recuerdes! Tenemos que deshacernos de ella.
-Estoy trabajando en eso -sonrió Severus.
-¿De veras? ¿Cómo?
-Siendo tan insoportable como puedo serlo. Empezaré peleas, haré estallar cosas, no presentaré mi tarea...
-¡Entonces fue por eso que no entregaste tu ensayo!
-¡Exactamente! Vamos a hacerla odiar este empleo.
-Oh... en ese caso, no tienes que hacer mi tarea después de todo. Eso nos dará más tiempo para practicar Transfiguraciones. Creo que deberíamos intentar la transfiguración del erizo ahora. Qué bueno que tenemos uno ya.
-¡NO! ¡No voy a transformar a Greenie! -exclamó Severus en shock.
-Severus, siempre puedo volverlo a la normalidad. No puedo cambiar el color de las transformaciones que haces, pero él ya es verde así que no importará.
-¡No! No voy a convertir a Greenie en un cenicero. Es como matarlo, aunque sólo sea temporal.
-¿Matarlo? ¡Oh, vamos! Será un cenicero, no estará muerto.
-¿Alguna vez has visto un cenicero viviente? Son objetos muertos. ¡Greenie estará muerto!
-De acuerdo, de acuerdo, cálmate. Conseguiremos otro erizo para practicar.
Severus aún lucía dudoso como si no pensara que convertir erizos en ceniceros fuera correcto aún si el erizo no era tu mascota. Draco decidió cambiar de tema.
-¿Tú crees que Dumbledore te deje enseñar Pociones otra vez cuando nos deshagamos de Mary Sue?
-No mientras siga siendo niño. Soy demasiado irresponsable.
-Puedes ser responsable si quieres, ¿no es así? -preguntó Draco con una mirada de reojo a su amigo.
-Tal vez -Severus no sonaba del todo seguro-. Pero ese no es el punto. El punto es que Albus no cree que pueda.
-Oh -Draco hizo una pausa para pensar rápidamente-. ¿Estás seguro de que no hay manera de regresarte a la normalidad?
-No lo estoy. No me han dejado investigar al respecto.
-Entonces, si encuentras una forma de volver a la normalidad, te dejarían enseñar otra vez. ¿Correcto?
-Correcto.
-¡Pero no quiero que vuelvas a ser el de antes!
-Lo sé, Draco, pero es así como debe ser. No pertenezco aquí aunque realmente me gusta estar contigo. Debo volver a mi oficina, prepararme para la siguiente lección y cuidar de mis Slytherin. De todos, no sólo de ti.
Draco sacudió la cabeza en respuesta. No quería escuchar eso.
Continuará...
En próximos capítulos:
¿Qué pasará cuando Mary Sue realmente empiece a enseñar? ¿Aceptará Draco ayudar a Severus en su búsqueda de un antídoto? ¿Mary Sue le agradará a alguien? ¿Y qué hará Severus con respecto a Ginny? Oh, y Draco le consigue a Severus otro erizo.
