¿Qué creen? ¡Todos estos personajes son de JKR! ¡No he inventado a ninguno! ¡No soy dueña de nadie (excepto de Susan, y si quieres usarla, no hay problema)!.

La idea de Draco dibujando dragones pertenece a PikaCheeka. Lo siento, olvidé mencionarlo en el primer capítulo. Creo que adopté la idea en forma subconsciente.

El cuervo de Severus pertenece a los fics de J. L. Matthews. Sólo lo tomé prestado porque es una mascota perfecta para Sevi y prometo regresarlo sin que le haya pasado nada malo.

Los catar, sin embargo, son completamente míos y los amo, así que, por favor, no los uses sin preguntarme primero.

Nota de la autora:

Hola otra vez, a todos. ¡Ginny finalmente hizo casi lo que yo quería que hiciera! Por lo tanto aquí está el capítulo romántico de este fic. También hay algo sobre Mary Sue para aquellos de ustedes a los que no les gusta el romance.

Nota de la traductora:

Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribió "My name is Severus" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en fanfiction.net. Y si deseas escribirle (en alemán o inglés, preferentemente), esta es su dirección: Silverfox@kabsi.at

Capítulo catorce: LA CHICA MÁS BELLA QUE HE CONOCIDO EN MI VIDA

Después del almuerzo, Draco y Severus fueron a la biblioteca para practicar Transfiguraciones (ocasionalmente necesitaban libros para ayudarse).

Para el horror de Severus, Draco le mostró una caja que contenía otro pequeño erizo ordinario.

-Susan tenía una clase libre antes del almuerzo y lo atrapó para nosotros -explicó.

Severus miró al erizo silvestre. El erizo parpadeó mirándolo a él y lucía un poco asustado.

-Se ve igual de lindo que Greenie. Míralo, incluso parpadea de la misma forma.

-¡Sniff! -comentó el erizo silvestre.

-¡Oh, vamos, Severus! ¡Usa la varita y conviértelo en un cenicero!

Severus continuó mirando al erizo.

-¡Voy a  hacer que se vuelva verde también!

-¿Y qué? Sólo conviértelo en un cenicero verde. MacGonagall quedará satisfecha con eso.

-No puedo -susurró Severus-. Es tan adorable. Y casi podría ser Greenie.

-Pon atención, voy a enseñarte -Draco convirtió al erizo en un cenicero y se lo presentó a Severus.

-¡No! Por favor, cámbialo -suplicó Seveurs, casi llorando.

Draco suspiró y volvió a convertir el cenicero en erizo. Ese asunto iba a ser más difícil de lo que había pensado. Severus obviamente consideraba que era un asesinato convertir a un erizo en un cenicero. Tenía que lograr que dejara de pensar así de alguna manera.

-¡Mira! No ha sufrido el menor daño. ¡Probablemente ni siquiera notó que le pasó algo!

-Estaba muerto -insistió Severus.

En ese momento se abrió la puerta y entró alguien.

-¡Draco! Es Ginny -susurró Severus excitadamente-. Y va camino de la sección de Pociones. Apuesto que está aquí por la tarea que les dejó Mary Sue. Es nuestra oportunidad.

-¿Los de cuarto año ya tuvieron Pociones? -preguntó Draco sorprendido.

-Sí, tercera lección del miércoles, justo después de la nuestra. Y ya algunos me han pedido ayuda. Parece ser que no entendieron absolutamente nada de lo que les dijo.

-¿Quieres decir que encima de todo es una mala maestra?

-Es lo que parece. Finge que estás haciendo algo. Haré que Ginny venga aquí. Sólo no te le arrojes encima al momento en que se siente. Finge estar ocupado. Haré que te mezcles en la conversación de alguna manera. Tómalo con calma, ¿de acuerdo?

-¿Qué hago con el erizo?

-Ponlo en la jaula de Greenie. Podrán hacerse compañía por un rato.

Greenie observó expectante cuando la puerta de su jaula se abrió, pero no apareció una gran mano para sacarlo y la puerta se cerró otra vez. Obviamente habían puesto algo adentro en lugar de sacarlo a él. Ese algo podría ser comida. Quizá papas.

Greenie empezó a olfatear con curiosidad. ¿Dónde habían puesto las papas?

Algo olía bien. Muy bien. Pero definitivamente no era una papa.

Greenie siguió a su nariz y encontró algo redondo y espinoso. Sí, esa la cosa que olía agradable.

Olfateó un poco más de cerca. ¿Qué era exactamente? Realmente le encantaba cómo olía, pero no parecía ser que fuera comestible.

La cosa redonda y espinosa se movió. Un lado se separó y una pequeña nariz negra espió hacia afuera.

-¿Sniff? -dijo Greenie con curiosidad.

-¿Sniff? -dijo la naricita negra.

¡CHICA! ¡Eso era!

-¡Sniff! -dijo Greenie. "Hueles muy bonito"

-Sniff -contestó la chica. "Eres encantador"

-¡Sniff, sniff! -"Creo que todavía queda una papa por aquí. ¿Quieres acompañarme con un bocadillo?"

Sí, ella quería. ¡Y de qué manera! Y para después de eso, tenía algunas sugerencias...

Severus, entre tanto, había llegado a la sección de Pociones y estaba escondiéndose detrás de una estantería observando a Ginny.

Ella estaba hojeando un libro de pociones de nivel avanzado, que era bastante superior a lo que un estudiante normal de cuarto año podía manejar, y se veía ligeramente desesperada. Con un gemido, ella cerró el libro e inclinó la cabeza para descansar la frente contra la portada.

Severus sonrió y se acercó.

-Hola, Weasley. ¿Tienes problemas con eso? -preguntó casualmente, mientras pasaba junto a ella.

-No entiendo ni una palabra de lo que dice ahí -suspiró Ginny.

Severus dio vuelta y se acercó al escritorio que ocupaba Ginny. Tomó gentilmente el libro y pretendió estudiar el título.

-No me extraña que no puedas. Yo no le daría este libro a nadie que esté por debajo del sexto año. No está escrito para ser entendido por alguien de tu nivel.

-Pero no puedo encontrar nada que me ayude con mi tarea de Pociones. Mary Sue dijo que podía ir con ella si necesitaba ayuda, pero... creo que no me agrada -se quejó Ginny.

Severus sonrió. Estaba empezando a agradarle esa niña.

-Ah, sí, la tarea de Pociones. He tenido que explicársela a todos tus compañeros de Slytherin.  ¿Qué tal si vienes a nuestra mesa y te enseño los libros correctos? Incluso puedo decirte en qué páginas mirar y explicarte cualquier cosa que no entiendas.

Ginny levantó los ojos esperanzada.

-¿De verdad lo haría? ¿Aunque soy una Gryffindor?

-No le desearía una visita a la oficina de Mary Sue ni a mi peor enemigo -explicó Severus-. Y tú probablemente acabarías buscándome de todos modos si sus habilidades como maestra son tan malas como aparentan ser.

Ginny aceptó esa explicación y accedió a ir con él.

Severus tomó rápidamente algunos libros del estante y la guió hasta donde estaba sentado Draco pretendiendo trabajar en su tarea de Encantamientos.

Ginny se sentó junto a Severus, lo más lejos posible de Draco y empezaron a estudiar algunos libros de pociones simples. Ginny tuvo que admitir para sus adentros que nunca habría encontrado nada sin la ayuda de Severus. Pronto empezó a escribir su ensayo, pidiéndole ocasionalmente un poco más de información a Severus.

En una de esas ocasiones, Severus dijo que iría a buscar otro libro en el cual había una explicación realmente buena. Volvería enseguida.

Así que Ginny dejó su pluma a un lado y esperó, pero Severus tardaba mucho. Ginny empezó a aburrirse. Miró a su alrededor, pero la biblioteca estaba silenciosa como siempre y medio vacía. La única persona a la vista era Draco, que parecía haber terminado su ensayo y ahora estaba haciendo algo con lápices de color en un pergamino. Ella no alcanzaba a ver qué era. De tiempo en tiempo, él la miraba unos segundos, pero sin decir nada.

Ginny no pudo resistir la curiosidad. Draco la miró otra vez. Sus ojos se encontraron y él le sonrió. Ginny, para su propia sorpresa, se encontró a sí misma sonriendo también.

-¿Qué haces? -preguntó suavemente.

-Oh, nada -respondió él, sonrojándose.

¿Draco Malfoy sonrojándose? Ginny decidió que tenía que descubrir qué cosa era capaz de sonrojar a Draco.

Se puso en pie y caminó silenciosamente alrededor del escritorio para espiar por encima de su hombro. Una mirada al pergamino y Ginny se quedó sorprendida.

-Es hermosa -dijo, cuando consiguió hablar otra vez.

-Por supuesto que es hermosa -contestó Draco-. Eres tú.

Ginny miró un poco más a la bella chica pelirroja del dibujo. Sí, con una mirada más atenta, se encontraba algún parecido con ella, pero nunca se había considerado hermosa antes. ¿Cómo se las había arreglado Draco para hacerla lucir así?

-Es mucho más bonita que yo.

-Oh, no, tú eres mucho más hermosa que esto.

Esta vez fue Ginny quien se sonrojó.

-No tenía idea de que fueras un artista -dijo, cuando se recuperó un poco del shock.

-No lo soy. Sólo dibujo de vez en cuando. Es tan solo un estúpido hobby que tengo.

-¡¿Estúpido?! Esto no es nada estúpido. Es verdadero arte. Deberías hacerlo profesionalmente.

-¿Un artista profesional? ¿Yo? -Draco rió-. Mi padre me mataría.

-Oh -dijo Ginny, ensombreciéndose ante la idea de Lucius Malfoy escuchándolos-. Lo siento. No lo pensé. Supongo que no sería bueno para la imagen familiar.

-No, nada bueno -aceptó Draco.

-Me encantaría tener uno de tus dibujos en mi habitación. Pero creo que nunca podría pagarlo -suspiró ella.

Draco la miró y luego miró el dibujo. Estaba casi terminado. Con unos pocos trazos más terminó el dibujo y tomó su pluma.

Ginny no pudo ver qué estaba escribiendo. No era asunto suyo, de todos modos. Calladamente, regresó a su asiento para esperar a Severus.

Pero entonces Draco había terminado de escribir y calmadamente le entregó el pergamino.

-Aquí tienes, puedes ponerlo en tu habitación si realmente te gusta tanto.

Ginny tomó el dibujo con manos temblorosas. En la parte de abajo Draco había escrito: "de Draco para Ginny, la chica más bella que he visto en mi vida".

Ginny se sonrojó tanto que pensó que su cara estaría más roja que su cabello.

-Oh, Draco, es el regalo más bello que me han dado.

-No iguala tu belleza -insistió Draco-. No soy muy bueno dibujando personas. Tendrías que ver mis dibujos de dragones alguna vez.

-¡Oh, me gustaría! ¡Me encantan los dragones!

-También a mí. Me pusieron así por ellos, después de todo.

-Tienes que visitar a mi hermano Charlie conmigo alguna vez. Él estudia a los dragones salvajes en Rumania. Tiene toda clase de fotografías y libros e incluso dragones vivos en grandes jaulas. Simplemente tienes que verlos.

-¿En serio? Oh, me gustaría verlos. ¿De verdad crees que podría?

-¡Por supuesto! Le pediré que nos invite a los dos este verano. Tal vez incluso podamos ver un dragón salvaje...

-Entonces, ¿la invitaste a ir a Hogsmeade contigo? -le preguntó Severus a Draco mucho después de que Ginny terminara su ensayo.

-No -sonrió Draco.

-¿Entonces por qué estás sonriendo? -preguntó Severus con un suspiro.

No podía creer lo torpe que era Draco en cuanto a conversar con chicas.

-No le pregunté, pero prometí mostrarle mis dibujos y ella me invitó a visitar a su hermano mayor en Rumania este verano.

-¿Te invitó a sus vacaciones de verano? Wow, realmente le gustas a esa chica.

-¿Tú crees? Ojalá tengas razón. Sabía que era bella, pero no tenía idea de lo agradable que es y lo interesante que resulta hablar con ella. Es totalmente diferente con Pansy, tú sabes. A Ginny le gustan los dragones y los caballos y el quidditch y toda clase de cosas. Pansy siempre habla sólo sobre vestidos y maquillaje y los novios de sus amigas.

Severus suspiró entre dientes y se resignó a escuchar las alabanzas de Ginny a lo largo de Cuidado de Criaturas Mágicas y Herbología también.

***

Severus tuvo que mantener a Greenie en  su jaula durante las dos clases de la tarde. Podría estar en peligro con las mascotas de Hagrid y la profesora Sprout seguía defendiendo valerosamente sus lombrices.

No fue sino hasta que sacó a su mascota para cenar que recordó al segundo pequeño erizo. ¿Qué iba a hacer con el animalito?

Puso a los erizos en la mesa para alimentarlos. No podía hacer que su invitado ayunara, después de todo.

Draco miró sorprendido al segundo erizo.

-Oh, me había olvidado completamente de él. Trataremos otra vez de convertirlo en un cenicero después de la cena.

-No -dijo Severus-. No puedo hacerle eso. Voy a dejarlo libre.

-Pero MacGonagall prácticamente dijo que tendremos que transfigurar erizos para nuestros OWLS.

-Bueno, en ese caso voy a fracasar. No puedo transfigurar a un erizo. Esperemos que cambie de opinión y nos haga transfigurar algo más.

-De acuerdo, le preguntaré a Susan dónde lo encontró y lo soltaremos ahí mañana.

-¿Por qué no preguntarle ahora mismo? Estará por aquí en cualquier momento. Así podremos llevarlo a su casa hoy.

-No podemos. Tengo práctica de quidditch y prometiste acompañarme esta vez -Draco sonrió-. Voy a hacer que uses una escoba hoy.

-No, no lo harás. No me subo a una escoba a menos que no tenga otra opción. Podemos soltarlo después de la práctica de quidditch.

-Estará oscuro para entonces. No voy a acercarme al Bosque Prohibido luego de oscurecer.

-De acuerdo. Pero lo llevaremos a casa justo después del desayuno de mañana.

Draco aceptó eso y no hablaron más del erizo hasta la hora de acostarse.

-¿Dónde vamos a poner al otro erizo durante la noche? -preguntó Severus cuando abrieron la jaula para guardar a Greenie-. Apuesto a que será igual de ruidoso que Greenie.

Draco miró a los dos erizos, que estaban en una mesa de la sala común, cada uno olfateando la cara del otro como si estuvieran besándose.

-En la jaula de Greenie, por supuesto.

-¡Pero es la de Greenie!

-¿Y? Parecen llevarse perfectamente bien. Greenie probablemente puede estar con su amigo un rato más.

Severus miró a ambos animalitos atentamente por un rato. Draco tenía razón. Parecían agradarse y la profesora MacGonagall tenía todos sus erizos en una sola jaula.

¿Pero los mantenía así durante la noche?

-¿Estás seguro de que no podrán lastimarse?

-Severus, los erizos no son agresivos. Estarán bien.

Severus aceptó finalmente y colocó gentilmente a los dos erizos en la jaula de Greenie y la puso en el baño.

-¿Sniff? -dijo Greenie cuando estuvieron solos. "¿Cariño? Desenróscate, por favor"

-¿Sniff? -contestó la pequeña erizo asomando su nariz. "¿Seguro de que ya estamos a salvo?"

-¡Sniff! -"¡Por supuesto!"

-Sniff, sniff -"Eres tan valiente"

-Sniff -"Y tú eres la chica más bella que he visto en mi vida"

***

-Hey, Draco, si nos apuramos y nos llevamos los erizos ahora podemos dejar libre a nuestro invitado y aún así llegar a tiempo a Aritmancia -sugirió Severus al final de su lección de Transfiguraciones.

-Lo siento, no puedo. Hay algo de lo que quiero hablarle a MacGonagall.

-¿No puedes decírselo en otra ocasión?

-No, es mejor que lo haga ahora. Tú adelántate y busca los erizos. No podemos tener a los dos olfateando nuestros libros durante Aritmancia. Imagina la cara de Vector.

Severus sonrió y fue hasta el escritorio de la profesora para entregar su trabajo.

-¿Una gorra verde de béisbol, Severus? ¿No dije alto y claro "un sombrero de mago"? Tú sabes, ¿como ese que tienes en la cabeza?

Severus se encogió de hombros.

-Creo que decidió que quería ser una gorra.

-Severus, era un pedazo de papel, no podía decidir nada.

-¿Está segura de eso? Podría jurar que lo hizo por su propia voluntad.

Minerva sólo agitó una mano indicándolo que siguiera su camino. Tal vez Draco podría ayudarlo a arreglar eso. No estaba de humor como para lidiar con problemas que consumían tanto tiempo como el enseñarle transfiguraciones a Severus. Su siguiente clase llegaría en unos minutos y Severus tenía otra clase que atender al mismo tiempo.

Los alumnos salieron conversando alegremente. Minerva dedicó su atención a las tareas. Tal vez podría calificar alguna antes de que llegara la siguiente clase y le diera más trabajo.

Levantó la mirada otra vez, sorprendida, cuando se dio cuenta de que alguien más estaba frente a su escritorio.

-¿Señor Malfoy?

-Profesora, quisiera hablarle -Draco parecía un poco incómodo, como si no supiera cómo decir lo que quería decir.

-¿Hablarme? ¿Acerca de qué?

-Acerca de Severus.

-Ah, ¿quiere renunciar a ayudarlo con Transfiguraciones? No puedo culparlo. En ocasiones quisiera renunciar yo también.

-¡Oh, no! Severus es mi amigo y voy ayudarlo tanto como pueda. Sólo quería pedirle que no lo haga transfigurar un erizo.  Usted sabe lo mucho que quiere a Greenie, ¿verdad?

-Sí, aunque no entiendo qué es lo que ve en ese punzante pequeño monstruo. Probablemente debería haberlo arreglado cuando me lo pidió la primera vez. Permitir que se lo quedara fue obviamente una mala idea.

-Pero sucedió y ahora Severus ha desarrollado una afinidad especial hacia los erizos. También considera que convertir a un animal vivo en una objeto inerte es matar.

MacGonagall lo miró incrédula.

-Es verdad, él lo dijo muy claramente. Transfigurar un erizo es como cometer un asesinato para él. Ama a esos bichitos. Por favor, no lo haga transfigurar un erizo.

¿Lo consideraba asesinato? Eso explicaba montones de cosas. No existía forma de hacer magia si uno no deseaba realmente hacerlo. Así que si Severus pensaba que transfigurar animales era inmoral, no era sorprendente el que no fuera capaz de hacerlo.

-De acuerdo, señor Malfoy. Voy a pensarlo. Pero hay ciertas cosas que se supone debo enseñarles, ya sea que le guste o no a Severus.

-Sólo no lo obligue a transfigurar un erizo para los OWLS, por favor. Él prefiere fracasar que intentarlo.

Minerva sólo asintió cortante y lo envió a alcanzar a sus compañeros.

¿Quién hubiera pensado que Severus Snape, de entre toda la gente, tendría un corazón así de tierno? Trató de reconciliar esa nueva información con la Marca Oscura que había estado una vez en el brazo de Severus. ¿Cómo alguien tan gentil podía haber sido alguna vez un Death Eater? ¿Un asesino despiadado? Aún si había sido un espía para Dumbledore, no podía imaginárselo.

***

Luego del almuerzo, Draco y Severus tomaron la jaula con los dos pequeños erizos y la llevaron afuera. Susan los encontró en el borde del Bosque Prohibido para mostrarles el punto exacto donde había atrapado el erizo silvestre.

Ni Severus ni Draco sabían si era importante dónde liberaba uno a un erizo, pero querían estar seguros de que la criatura no había sufrido daños.

Así que la pequeña dama erizo fue dejada justo donde Susan la había encontrado originalmente. Entonces los niños se marcharon.

La erizo permaneció enroscada por un rato, esperando que Greenie le dijera que todo estaba bien. Cuando finalmente comprendió que eso no iba a pasar, asomó lentamente la nariz y olfateó el aire.

No había olor a peligro, pero tampoco a Greenie. Se desenroscó y empezó a olfatear el suelo del bosque buscando a Greenie.

Después de un rato tuvo que admitir que Greenie obviamente no estaba ahí. Durante otros dos días olfateó el aire ocasionalmente, esperando encontrarlo. Luego se rindió.

No era que lo hubiera olvidado. Recordó el tiempo que pasaron juntos con afecto durante el resto de su vida, pero los romances de los erizos no duran mucho y no era innatural para ella perder a su enamorado poco después de encontrarlo. Los erizos son animales solitarios que no fueron hechos para relaciones largas.

Greenie también exploró su jaula varias veces con la esperanza de encontrarla otra vez, pero decidió que debía haberse marchado, como acostumbran los erizos. Estaba ligeramente decepcionado de que se hubiera ido tan pronto, pero estaba convencido de que la encontraría otra vez, o a otra chica erizo de lindo aroma. Y además así era como se suponía que debía ser.

***

La segunda lección del miércoles era Pociones otra vez. ¡Otra hora con Mary Sue! Ninguno de los muchachos parecía entusiasmado e incluso la mayoría de las chicas no se veían muy contentas.

Millicent y Pansy eran las excepciones entre los Slytherin, Lavender y Parvati entre los Gryffindor. Las cuatro habían llegado casi tan maquilladas como la maestra misma.

-¡Socorro! -gimió Draco cuando vio a Pansy durante el desayuno.

-Te dije que una Pansy fea era mejor que una Pansy fea con pintura de guerra -le recordó Severus.

Los Gryffindor y Slytherin se encontraron en la entrada en su camino a Pociones. Los Slytherin estaban llegando de Herbología, donde la profesora Sprout había puesto los ojos en blanco al ver a Pansy y Millicent y les había pedido que no derramaran nada de su lápiz labial sobre sus pobres plantas; y los Gryffindor estaban llegando desde el salón de Encantamientos, donde el profesor Flitwick descansaba en su silla, luego de casi sufrir un infarto al ver a Lavender y Parvati.

Hermione se detuvo en seco a la mitad de las escaleras.

-¡No me digan que tengo que trabajar con eso! -exclamó, señalando a Pansy.

-Prueba a usar un poco de maquillaje en ti misma y tú también lucirías como algo, pequeña sapa -respondió Pansy.

Lavender y Parvati concordaban secretamente con ella, pero no iban a dejar que una Slytherin insultara a una compañera Gryffindor. La mayoría de las chicas Slytherin entendieron la reacción de Hermione demasiado bien, pero se sintieron obligadas a apoyar a su líder.

Severus y Draco se apartaron de la discusión, todavía escuchando a las chicas y las Gryffindor expresar su furia detrás de ellos a buena distancia, cuando llegaron al calabozo. Filch llegaría para cortar esa pelea muy pronto.

Vincent sujetó el hombro de Gregory y sacudió la cabeza cuando éste quiso lanzarse contra Harry.

-No es asunto nuestro, Greg -explicó-. Tenemos que preocuparnos por nosotros mismos justo como lo hacen Draco y Severus. Deja que Blaise y las chicas hagan lo que quieran.

Gregory asintió, aunque no entendía por qué debería uno esquivar una pelea que no era contra Severus y siguió a Vincent camino del calabozo. Vincent era su líder. Vincent sabía lo que era mejor.

Otro shock aguardaba a Severus y Draco cuando entraron a lo que Severus alguna vez había considerado su hogar.

Mary Sue obviamente había pasado los dos últimos días redecorando.

Había pintado el salón de Pociones de un rosa brillante y había colgado cortinas blancas con corazones rojos alrededor de las puertas. Las mesas y sillas ahora estaban pintadas de celeste y el suelo y el cielorraso tenían un tono más oscuro de rosa, como si el calabozo estuviera sonrojándose ante la vista de su nuevo look. Al menos las dos pizarras todavía eran negras. Bueno, la permanente aún estaba protegida por el jabón fosforescente, después de todo.

Draco fue el primero en recuperar la capacidad de hablar.

-No hay ventanas aquí. ¿Por qué puso cortinas?

Miró a Severus, que estaba todo tembloroso. Draco puso gentilmente una mano en su hombro para hacer que se sentara.

-No quiero ver qué le hizo a la oficina -dijo Severus débilmente.

Draco apretó su hombro en señal de apoyo y sacó a Greenie. Al ver al erizo, un poco de color retornó a la cara de Severus y empezó a respirar normalmente otra vez.

-Creo que podemos aprovechar esta oportunidad para agregarle un poco de color a este sitio. ¿Tendrás a mano algo de fosforescencia verde o roja, de casualidad?

Severus sonrió ante la idea, se puso en pie de un salto y corrió hacia el armario de los estudiantes, que ahora era celeste con corazones rosados en las puertas. Mientras preparaba algo rápidamente, Gregory y Vincent llegaron.

Gregory inmediatamente se dio vuelta y salió.

-Vamos, Vince, puerta equivocada.

Los dos salieron sólo para regresar unos segundos después y quedarse mirando el salón.

-¿Qué pasó?

-¿Mary Sue? -sugirió Draco.

-¿Conoce alguno de ustedes a un buen asesino? -preguntó Vincent, tratando de encontrar su asiento con las manos sobre los ojos para no ver aquello.

Tropezó con Gregory y los dos acabaron en el suelo.

-¡Enfréntalo, Vincent! No puedes pasar toda la clase de Pociones con los ojos cerrados -le informó Draco con un gruñido irónico.

Vincent y Gregory se levantaron del suelo y fueron a sus lugares asignados. Esta vez, sin embargo, llevaban los ojos abiertos.

Severus regresó y le entregó a Draco una ampolleta con un líquido claro.

-Echa de esto en toda sustancia que esté hirviendo -indicó-. No es fosforescencia, pero tiene un lindo efecto de color indeleble.

-¿Y tú qué vas a hacer?

-Sólo esperar y ver qué nos llega para trabajar. Estoy seguro de que podré hacer explotar alguna cosa.

Los cuatro muchachos sonrieron malignamente.

-¿Podemos hacer algo también? -preguntó Vincent con excitación.

-Puedes empezar una pelea con tu compañero si la oportunidad se presenta -sugirió Draco.

-Y tú, Gregory, puedes ayudar no diciéndole a Neville cuando cometa un error. Eso de seguro será un desastre -agregó Severus.      

El resto de la clase llegó pronto y luciendo ligeramente maltratados. Obviamente Filch no había llegado a tiempo después de todo. Tal vez estaba ocupado en alguna parte lejana del castillo y no los había oído.

Mary Sue llegó con pintura de guerra completa y usando una túnica naranja. ¡Sí, una túnica naranja en una habitación rosa! Verla hacía doler los ojos.

-Buenos días, niños -dijo sonriendo a las chicas y pegó una gran pieza de pergamino en el pizarrón viejo-. Ya que este pizarrón por alguna razón parece estar arruinado, decidí usarlo como pizarra de mensajes. Esta lista de todos sus nombres servirá para llevar el registro de los puntos malos que les dé por mal comportamiento. Quien alcance diez puntos en esta lista tendrá una tarea adicional.

Algunas cabezas se volvieron en dirección de Severus. Después de todo, él era el récord escolar en obtención de puntos malos.

Severus le hizo un guiño a Draco. Hermione lo vio y tomó una decisión.

-Ahora bien -continuó Mary Sue-, me parece que sólo había una tarea para hoy, pero si alguno de ustedes desea entregar otra de sus tareas antes de tiempo recibirá un punto bueno, lo cual cancelará un punto malo que pudieran recibir después.

Millicent y Lavender inmediatamente saltaron ante la oportunidad y entregaron sus ensayos de la semana siguiente. Recibieron un punto bueno cada una y un montón de alabanzas de Mary Sue.

Entonces demandó los ensayos de esa lección. Otra vez, la mayoría estaban desordenados o escritos con el tipo equivocado  de papel o de tinta. El de Neville era demasiado corto, el Gregory otra vez tenía demasiados errores.

-No lo hice -bostezó Draco cuando le pidió el suyo.

-¿Por qué no?

-Mi elfo doméstico se rompió el brazo y todavía no he encontrado un secretario nuevo que lo reemplace.

Mary Sue lo miró sorprendida. Entonces fue hacia su lista.

-Congratulaciones, Malfoy, acaba de ganar el primer punto malo que he dado en esta escuela.

-Gracias a usted, profesora. Me siento honrado.

-¡Y otro más por ser insolente!

Marcó otro punto en su lista, volvió con la clase y le pidió a Severus su tarea.

Severus esperó calmadamente hasta que ella hubo cruzado el salón completo y estuvo justo frente a él.

-Ya le dije que yo no hago la tarea de Pociones en la lección pasada -le sonrió-. No veo para qué sirve.

Mary Sue tuvo que volver al frente para agregar otros dos puntos malos a su lista. Entonces recogió los ensayos de las chicas.

-¿Granger, dónde está su tarea?

-La olvidé, profesora -dijo Hermione, tratando de lucir asustada.

-¿Y por qué la olvidaste?

-Bueno, había un juego muy excitante de quidditch en nuestra casa, ¿sabe?, y olvidé todo lo demás.

La clase estalló en carcajadas. ¿Hermione Granger olvidando la tarea por un juego de quidditch?

Mary Sue marcó otro punto malo.

-Esto les enseñará a todos ustedes a hacer su tarea pronto -declaró orgullosamente-. Bien, hoy haremos una poción para dormir.

Vincent decidió que ese era un buen momento y golpeó a Seamus en la cara con tanta fuerza que le hizo sangrar la nariz.

Mary Sue se enfadó por un rato, le dio a Vincent su primer punto malo y le dijo a Seamus que se sentara y puso un pañuelo mojado alrededor de su cuello. Los magos y brujas de sangre limpia observaban el tratamiento con fascinación.

-Es un método muggle para detener la hemorragia nasal -susurró Harry al notar los ojos de Severus muy abiertos.

-Podría detenerla con un simple hechizo -susurró Severus.

-Creo que ha pasado tanto tiempo enseñando a muggles que no se le ocurrió.

Mientras esperaban que la nariz de Seamus dejara de sangrar, Mary Sue explicó cómo preparar la poción. Pronto todos estuvieron trabajando.

Draco esperó sólo el tiempo suficiente para estar seguro de que el agua en su caldero estaba hirviendo y que Mary Sue y Ron no estaban mirando. Entonces agregó el arma secreta.

El caldero emitió un extraño sonido siseante y el agua empezó a parpadear en verde neón. Mary Sue se apresuró en llegar hasta ellos.

-¿Qué hicieron ustedes dos? -preguntó nerviosamente.

-Nada -contestó Ron honestamente-. Sólo pusimos el agua a hervir.

-Tal vez había restos de otra poción ahí -sugirió Draco inocentemente.

Mary Sue se inclinó sobre el cardero para mirar dentro. Una burbuja verde brillante explotó y el líquido aterrizó en su cara.

La cabeza de Mary Sue se volvió verde neón. Retrocedió y casi cayó sobre la mochila de Ron. Más y más burbujas explotaron lanzando líquido en todas direcciones y dejando grandes manchas verdes en el cielorraso rosado y los muros. Una incluso alcanzó las cortinas.

Eso pareció satisfacer al caldero. Dejó de hacer ruidos y continuó burbujeando suavemente sobre el fuego.

-¿De quién es ese caldero? -demandó Mary Sue.

-Mío -admitió Draco.

-Limpiénlo lo mejor posible. No, mejor llévenlo a la cocina después de la lección y que los elfos domésticos lo limpien. Pónganlo aparte y empiecen otra vez usando el caldero de Weasley.

-Sí, profesora.

Mary Sue se refugió en su oficina para lavarse la cara y maquillarse otra vez. Volvió diez minutos después, de nuevo a todo color y con un pañuelo alrededor de su cabeza para esconder su cabello verde.

Severus sonrió. Ese era un bono inesperado. Mary Sue pronto descubriría que su tinte no podía cubrir la poción verde. Sería más fácil para ella si su cabello no estuviera teñido, pero ahora la poción se había fusionado con el tinte y la única manera de salir de eso era cortar el cabello.

Mary Sue continuó con la clase como si nada hubiera pasado. Bueno, ella no sabía lo de su cabello todavía.

Repentinamente, Pansy gritó. Mary Sue corrió para descubrir que la poción en la que estaba trabajando con Hermione se había convertido en algún tipo de ácido y estaba disolviendo el caldero con un sonoro siseo. Afortunadamente esta vez Mary Sue se acordó de usar magia y se las arregló para deshacerse del ácido justo a tiempo de impedir que hiciera un agujero en la mesa.

Ordenó a Pansy y Hermione recoger sus cosas y observar el trabajo de los demás, ya que era demasiado tarde para empezar otra vez.

Harry levantó un pulgar en dirección a Hermione mientras Mary Sue todavía le daba la espalda. Hermione sonrió orgullosa. Su primera jugarreta auténtica había sido un éxito. Mary Sue estaba a punto de ponerse a gritar.

Harry se volvió hacia Severus.

-¡Nuestro turno! -anunció-. ¿Has planeado ya lo que podemos hacer?

Severus asintió y continuó revolviendo la poción con una mano mientras le entregaba a Harry un pelo de gato con la otra.

-Echa esto cuando te lo indique y prepárate para meterte debajo de la mesa.

Harry notó que Severus ya había puesto a Greenie y su jaula en un sitio seguro. Lo que estuviera planeando iba a ser algo grande.

Severus asintió. Harry dejó caer el pelo en la poción y se metió bajo la mesa, su cabeza chocó contra la de Severus, que estaba haciendo lo mismo desde el otro lado.

¡BUUM!

Harry y Severus sonrieron mientras cada uno frotaba su respectiva cabeza. Mary Sue corrió y vio para su alivio que ambos estaban vivos aún. La mitad del salón estaba ennegrecida por la explosión y había un hoyo en mitad del muro, por el cual se podía ver el salón de al lado.

-Vamos comenzando a devolverle a este lugar su color correcto -susurró Severus mientras salían de debajo de la mesa ennegrecida para enfrentar a Mary Sue.

-¡¿Qué fue lo que hicieron ustedes dos?! -chilló Mary Sue desesperada.

-No tengo idea -respondió Severus-. No sé nada sobre pociones.

Otra vez Mary Sue se preguntó de qué se estaría riendo toda la clase. Volvió su atención a Harry.

-Sólo hicimos lo que usted nos dijo. ¿No cree que es algo peligroso para esta escuela? Quiero decir, pudimos matarnos -Harry hizo su mejor esfuerzo por lucir asustado.

Mary Sue miró a Harry, al caldero, al muro dañado y luego su reloj.

-Muy bien, todos. ¡Limpien esto! Tienen cinco minutos antes del final de la lección. Tarea: un ensayo sobre esta poción para dormir, seis pergaminos.

Un fuerte ronquido le respondió. Mary Sue dio la vuelta para encontrar a Gregory y Neville profundamente dormidos en su mesa.

-Perece que la poción de ellos sí funcionó -comentó Hermione-. La probaron en sí mismos.

Severus sonrió a Draco y Harry.

-Dormirán por horas.

Mientras salían de la clase de Pociones, Draco miró a Severus con una sonrisa triste.

-De acuerdo, ¿cómo haremos para que vuelvas a la normalidad?

Severus le sonrió para animarlo. Sabía lo duro que era para Draco hacer esa oferta. De alguna manera era duro incluso para el propio Severus. Había odiado ser niño la primera vez, y había sido aún peor volver a serlo, pero ahora tenía un amigo y todo de pronto parecía ser diferente. Realmente había disfrutado las dos últimas semanas con Draco. Nunca antes en su vida se había sentido tan feliz, pero tenía que volver. Tenía que salvar a sus alumnos de Mary Sue.

-El mejor sitio para empezar es la biblioteca -explicó-. Necesitamos colarnos en la sección de libros prohibidos.

-¡Pero está muy protegida!

-Ese no es el problema. Sé cómo quitar los hechizos. Requiere algo de tiempo y concentración, pero puedo manejarlo. El problema es Dobby durmiendo en el escritorio de la bibliotecaria junto al pisapapeles alarma. Me atraparon por su culpa una vez. No puedo arriesgarme de nuevo.

-¿Entonces, quieres que me encargue del elfo doméstico? Soy bueno en eso.

-¡No puedes patearlo por el salón como si estuvieras en tu casa! -siseó Severus enojado-. Lo que necesitamos es que Dobby permanezca dormido, y él tiene el sueño muy ligero.

Continuará...

Notas:

Hmm.. Nos estamos acercando al final. ¿Les parece que Severus debería volver a la normalidad o no? Por favor, comenten.

En próximos capítulos:

Draco y Severus intentan entrar a la biblioteca, otra lección de Pociones con Mary Sue, una conversación acerca de Death Eaters, Dumbledore tiene una sorpresa para Severus, y ¿qué hace Draco en compañía de un montón de Gryffindor?