¿Qué creen? ¡Todos estos personajes son de JKR! ¡No he inventado a ninguno! ¡No soy dueña de nadie (excepto de Susan, y si quieres usarla, no hay problema)!
La idea de Draco dibujando dragones pertenece a PikaCheeka. Lo siento, olvidé mencionarlo en el primer capítulo. Creo que adopté la idea en forma subconsciente.
El cuervo de Severus pertenece a los fics de J. L. Matthews. Sólo lo tomé prestado porque es una mascota perfecta para Sevi y prometo regresarlo sin que le haya pasado nada malo.
Los catar, sin embargo, son completamente míos y los amo, así que, por favor, no los uses sin preguntarme primero.
Notas:
Este me tomó un poco más de lo que había planeado (apuesto a que los habré entristecido por eso, lo siento). Oh, y me parece que quedan dos capítulos más y luego el epílogo. Ya hay otro sitio donde pueden encontrar la versión al español de este fic: http: //www telecable es/personales/jcantero/, si desean echarle una mirada. Hay más fanficción ahí y no es sólo de Harry Potter (ojalá pudiera leer algo de eso).
Nota de la traductora:
Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribió "My name is Severus" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en fanfiction.net. Y si deseas escribirle (en alemán o inglés, preferentemente), esta es su dirección: silverfox@kabsi.at
Capítulo dieciséis: LA PRIMERA TRAVESURA DE NEVILLE
Draco y Severus se apresuraron a ir al calabozo de Pociones justo después del desayuno en la mañana del martes, con la caja de madera de Draco. Esperaban que los corredores estuvieran desiertos para poder realizar su próxima travesura en paz, pero cuando se acercaban a la oficina de Mary Sue escucharon voces susurrantes.
-Vamos, Neville. Sólo llama a la puerta y dile que las encontraste en alguna parte en el piso. Nunca creerá que tú entre toda la gente las robaste.
-Sí lo hará. Ella no me conoce todavía, Harry -llegó la muy nerviosa respuesta de Neville-. Y las robé. No puedo simplemente ir y devolvérselas. Tengo que probarme algo a mí mismo, las robé para hacer una travesura y ahora tengo que hacerlo. Sólo quisiera saber qué puedo hacer.
-No sé, Neville -contestó Harry-. ¿Tú haciendo una travesura? ¿Habías hecho algo así antes?
Neville sacudió la cabeza, mirando hacia la puerta.
-Es que hay demasiadas cosas que pueden salir mal, Neville. ¿Realmente quieres arriesgarte a una detención con Mary Sue?
Neville se estremeció.
-No, pero no puedo echarme atrás. Quiero hacer algo contra ella y esta es mi gran oportunidad.
-Bueno, ¿por qué no se las das a Fred y George? -sugirió Harry-. Apuesto a que ellos sabrán exactamente qué son y cómo usarlas.
-¿Fred y George? Una broma de parte de Fred y George no es algo especial. Probablemente ya está advertida sobre sus esquemas normales. Quiero hacer algo especial. Y quiero hacerlo por mí mismo.
-Neville, ni siquiera sabes qué es lo que quieres hacer -trató de convencerlo Harry-. Déjaselo a los expertos. Ya fue suficientemente valeroso el hecho de robarlas.
-Tal vez nosotros podamos ayudar -dijo Severus acercándoseles.
-Somos realmente buenos con travesuras también -dijo Draco uniéndose a su amigo.
Neville los miró nerviosamente. Había sido su culpa el que Severus se convirtiera en niño y Draco no era exactamente su amigo tampoco.
-Además, te dejaremos que nos ayudes con la travesura. Los Weasley no lo harían. Trabajan solos. Es cosa de gemelos, ¿sabes? -dijo Severus.
Neville retrocedió mirando su puño derecho fuertemente cerrado.
-Vamos, muéstranos lo que tienes -insistió Draco.
-No lo hagas -susurró Harry-. Estos dos sólo te meterán en problemas, Neville. Se arriesgan demasiado. Has visto las veces que han atrapado a Severus.
-¿Qué es una pequeña detención o la pérdida de unos pocos puntos comparadas con la oportunidad de hacer rabiar a Mary Sue? -comentó Draco.
-No nos importa ser atrapados si vale la pena -sonrió Severus-. Vamos, Harry, tú ya te has arriesgado a trabajar conmigo y fue un éxito. ¿Por qué no debería hacerlo Neville?
-Porque Neville no es yo. Le atemoriza ser atrapado. A mis parientes muggles no les importa lo que hago mientras no estoy en casa. Su abuela no dudará en enviarle un Howler y Mary Sue podría castigarlo también. Neville tiene demasiado miedo de eso. No lo hará.
-¿Realmente te asusta una pequeña detención, Neville? ¿Y qué puede hacerte un pequeño Howler, además de mostrarle a toda la escuela que no eres el pequeño cobarde que todos piensan que eres?
-Si nos muestras lo que tienes, te mostraremos lo que tenemos -ofreció Draco.
-¿Qué es lo que tienen? -preguntó Neville con curiosidad.
-Sí, aquí lo tengo -Draco le mostró la caja cerrada-. Nuestra próxima jugarreta para Mary Sue, cortesía de Hermione.
-¡¿Hermione?! -se sorprendió Harry.
-Sí, Hermione. ¿Quieres ver lo que nos consiguió?
-Y... yo tengo las llaves de Mary Sue -explicó Neville-. No sé para qué son, pero las dejó en nuestra mesa en la lección pasada y me las embolsé... ¿Qué tienen ustedes?
-Cucarachas -sonrió Severus-. Alrededor de cincuenta cucarachas. Suficientes como para iniciar una pequeña colonia en los calabozos.
-¿Estás seguro de que Mary Sue le teme a los bichos? -preguntó Harry sorprendido-. Es nuestra maestra de Pociones. Tiene que manejar toda clase ingredientes desagradables todo el tiempo.
-He estado observándola. Siempre usa guantes cuando tiene que tocar los frascos y no ha tocado ninguna de las partes de insectos ni una vez durante las lecciones -explicó Severus.
-Apuesto que los bichos no combinan bien con vestidos bonitos y maquillaje -agregó Draco.
-¿Entonces, van a soltar las cucarachas en los calabozos? ¿O van a llevarlas a clase con ustedes? -preguntó Neville.
-Bueno, íbamos a soltarlas aquí frente a supuesta y dejar que encontraran cómo meterse dentro. Si las llevamos a clase terminarían como comida para Greenie -admitió Severus, acariciando al pequeño erizo verde en su brazo.
Greenie, notando la atención, levantó su naricita verde hacia él con curiosidad.
-¿Sniff? -"¿Ya es hora de comer?" Estaban cerca de la habitación con todos esos deliciosos bichos. Podía olerlos.
-Pero, en vista de que tienes las llaves... -Draco dejó la frase sin terminar.
-Ni siquiera sé de qué son estas llaves -suspiró Neville-. Sólo sé que Mary Sue las olvidó en la mesa. Deben ser las llaves de su casa de Australia.
-O tal vez sean las llaves de su auto -sonrió Harry-. Podríamos poner esa caja en su auto y entonces, cuando vaya a conducir...
-¿Auto? -preguntó Draco-. ¿Para qué quiere un auto? Es una bruja.
-Tiene uno. La vi conducirlo la semana pasada. Está estacionado cerca de la cabaña de Hagrid y yo iba camino de visitarlo a él cuando ella pasó.
-Me preguntó qué pensará Hagrid acerca del auto -murmuró Severus.
-Probablemente está buscando cómo alimentarlo -gruñó Draco.
-¿Alimentarlo?
-Seguro, apuesto a que cree que es alguna clase de animal. Tal vez tengamos que llevar a pasear el auto durante Cuidado de Criaturas Mágicas.
-Oh, de verdad espero que no tengamos que hacer algo así para nuestros NEWTS -exclamó Neville.
-¿Por qué no? No puede ser muy difícil.
-Hagrid no piensa que el auto de la profesora Blackwell sea un animal -declaró Harry enojado-. Hablamos al respecto y dijo que estaba asustando a sus pobres mascotas y que desearía que ella usara una escoba como cualquier bruja normal.
-Bueno, ella no es una bruja normal -decidió Severus-. Es una muggle con poderes mágicos. ¿Eso será lo opuesto de un squib?
-No te pongas filosófico, Severus -advirtió Draco-. ¿Dónde pondremos nuestras cucarachas?
-¡Si sólo supiera para qué son las llaves! -suspiró Neville.
-Muéstramelas -indicó Harry-. Puedo distinguir si hay llaves de auto entre ellas. Son diferentes a las demás.
Neville finalmente abrió la mano y le presentó las llaves. Harry las miró. Ninguna era de auto.
-No -dijo decepcionado-. No son llaves de auto. Probablemente son para el armario de ingredientes de su oficina.
-No todas -dijo Severus con los ojos brillantes de excitación-. Son las llaves del maestro de Pociones. Esta nos dejará entrar a su oficina, esta es para el salón y esta es para su habitación.
-¿Quieres decir que podemos poner las cucarachas en su cama? -preguntó Neville.
-¡Hey, no eres tan malo planeando travesuras después de todo! -sonrió Draco-. Eso es exactamente lo que vamos a hacer. Dame esas llaves.
-¡Oh, no, no lo haré! Yo robé las llaves y seré yo quien las use -declaró Neville firmemente.
Tomó la llave que Severus había identificado como perteneciente a la oficina y la puso en la cerradura.
-¡No! Neville, no podemos hacerlo. ¿Y si nos atrapan dentro? -protestó Harry.
-Entonces Albus estará un poco enojado contigo, muy enojado conmigo y nos dará a todos una detención -contestó Severus alegremente.
Neville dio vuelta lentamente a la llave y abrió la puerta silenciosamente.
-Hey, Neville, eres bueno en esto -comentó Draco, sorprendido-. Tal vez no seas muy bueno como mago, pero de seguro serías un gran ladrón.
Neville le sonrió con orgullo.
-De acuerdo, entremos.
Harry miró horrorizado cómo Draco, Neville y Severus cruzaban la puerta hacia la oficina vacía. Severus lo miró por encima del hombro.
-¡Vamos, Harry! -lo llamó-. Apúrate, antes de que alguien te vea.
-¡No voy a entrar ahí!
-Oh, vamos, ¡no me digas que tienes miedo! -gruñó Severus.
-¡Sniff! -dijo Greenie en sus brazos.
Harry cerró los puños enojado. ¡Ahora hasta un erizo le arrugaba la nariz!
-¡No tengo miedo! -exclamó-. Es sólo que no está bien lo que están haciendo. Es allanamiento.
-Oh, ¿y hacer estallar pociones es correcto?
-Eso fue sólo una broma. Esto es un delito. Esa es su habitación. ¡No podemos entrar ahí!
-Es una broma también. No vamos a robar nada, Harry. No seas cobarde. ¡Entra!
-No lo haré. No está bien.
-De acuerdo, si eres tan infantil, quédate afuera y vigila. Ve a la esquina y avísanos si alguien se acerca.
Harry miró enojado a Severus sintiéndose avergonzado e insultado, pero realmente no quería involucrarse en eso y aceptó molesto vigilar el corredor.
Severus siguió rápidamente a los otros dos hasta la oficina de Mary Sue y se quedó congelado por el shock durante un momento.
Todos sus preciosos ingredientes habían desaparecido y también los estantes donde los guardaba. En su lugar Mary Sue había puesto cuadros con flores. Flores en floreros, flores en campos, flores sin ningún fondo atrás. La oficina estaba pintada en lavanda y los muebles ahora eran rosados.
-¡Mi oficina! ¡Noooo!
Draco apoyó gentilmente una mano en su hombro.
-Vamos, tenemos que seguir.
Neville ya estaba dándole vuelta a la llave en la siguiente puerta y segundos después los tres muchachos entraron a una habitación principalmente celeste y con todavía más rosado.
-¡Oh, no! -exclamó Neville-. ¿Cómo puede ella soportar vivir aquí?
Draco paseó una rápida mirada por la habitación.
-Bueno, al menos no está llena de cuadros con flores -contestó.
-¿A ti te parece que parejas besándose sea algo mejor? -preguntó Neville sarcásticamente.
Severus sólo escondió la cara entre las manos.
-¿Cómo pudo hacerle esto a mi casa?
Neville y Draco intercambiaron una mirada. ¿Tal vez deberían haber dejado a Severus afuera? Deberían haberse dado cuenta de que lo que encontrarían ahí dentro tendría un efecto devastador en él.
-¿Qué es ese horrible olor? -preguntó Neville.
-Perfume -susurró Severus sin apartar las manos de la cara-. Debe venir del baño.
-Uh, deberíamos haber traído tanques de oxígeno -comentó Draco.
-Estoy seguro de que todo esto puede arreglarse con un poco de pintura y algunos hechizos menores, Severus -Neville trató de consolar a su antiguo profesor-. Bueno, excepto por el olor, pero tal vez una poción pueda arreglarlo.
-No conozco ninguna tan fuerte, pero creo que desaparecerá en unos días cuando Mary Sue se haya largado de aquí -decidió Severus.
-Entonces, ¿dónde ponemos a nuestras pequeñas amigas? -preguntó Draco, contemplando una almohada rosada con forma de corazón en la cama de Mary Sue-. ¿Creen que podamos convencer a alguna de quedarse debajo de eso?
-Sólo suéltalas en la cama -aconsejó Severus-. Seguro que encontrarán buenos lugares dónde esconderse.
Greenie se retorció bastante tratando de liberarse cuando soltaron todas esas deliciosas cucarachas, pero Severus lo sujetó.
-No, Greenie, esas no son para ti. Buscaré para ti algunas buenas babosas en el armario tan pronto como empiece la clase. Lo prometo. Sólo deja tranquilas a las cucarachas.
-¡Sniff! -protestó Greenie. "¿Por qué no puedo tener cucarachas y babosas? Van muy bien juntas" Pero los muchachos sólo lo sacaron de vuelta al corredor.
-¿Vas a devolver esas llaves ahora? -preguntó Harry a Neville inmediatamente.
-No, eso sería demasiado sospechoso. Las "encontraré" en unas semanas o algo así -sonrió Neville.
Harry miró a su amigo sorprendido. De repente Neville no parecía para nada torpe e inseguro. Se veía orgulloso y travieso y listo para enfrentarse al mundo. ¿Qué había pasado con Neville en los pocos minutos que había estado lejos?
Al menos el reloj de Harry insistía en que habían sido sólo unos pocos minutos. A él le había parecido una eternidad.
Por supuesto, fueron los primeros en llegar al salón de Pociones y Severus inmediatamente buscó las babosas prometidas para Greenie.
Mary Sue había repintado el salón una vez más y había cambiado de lugar una de las mesas para esconder el segundo agujero del muro.
-Entonces, ¿cuál es nuestra estrategia para explosiones? -preguntó Draco cuando Severus regresó con el bocadillo de Greenie.
-Petardos. Susan me dio una caja completa a cambio de su última tarea para Defensa. Sólo los echaremos en tantos calderos como sea posible.
-¡Grandioso! -exclamó Neville-. ¿Me pueden dar uno?
-Seguro. Aquí lo tienes -Severus le entregó un petardo y le dio otro a Draco.
-¿Tarea de Defensa? ¿Ya no estás escribiendo sus ensayos de Pociones?
-¿Ensayos de Pociones? ¿Cuáles ensayos de pociones? ¿Alguien hace todavía la tarea de Pociones? -preguntó Severus, fingiéndose confundido.
-¿Convenciste al resto de tu Casa para no hacer tampoco la tarea de Pociones? -preguntó Harry sorprendido.
No había pensado que Severus tuviera tanta influencia sobre sus compañeros de Casa luego de la forma en la que los había visto tratarlo al principio. Tenía que admitir, eso sí, que había pasado mucho tiempo desde la última vez que había escuchado sobre una horda de Slytherin uniéndose para golpear a Severus.
-A la mayoría. Mary Sue tiene algunos fans en cada clase, pero algunos Ravenclaw y la mayor parte de los Gryffindor de cuarto año compensan eso.
-¿Convenciste a Gryffindors para tomar parte en un plan de Slytherin? -ahora Harry estaba realmente sorprendido.
-Ese fue Draco, no yo -contestó Severus, como si con eso se explicara todo.
Harry miró incrédulo a Draco, que se encogió de hombros.
-Bueno, en realidad fue Ginny quien los convenció. Yo sólo le pedí ayuda a ella.
-¿Ginny? ¿Qué le hiciste a Ginny para que accediera a ayudarte?
-No lo sé -dijo Draco inocentemente-. Mostrarle algunos dibujos, compartir con ella unas pocas ranas de chocolate, cantarle una canción... Nada especial.
-¿Cantarle?
-Cantarle -confirmó Draco, justo cuando entraba el resto de la clase.
Mary Sue se presentó pronto y de muy mal humor. Finalmente había abandonado sus intentos por reteñirse el cabello y el señor Filch había tenido el honor de afeitárselo esa mañana. Él, por supuesto, había dado su opinión acerca de que el destino había causado eso como un justo castigo por su maltrato hacia una pobre e inocente gatita, lo cual por supuesto no había mejorado su humor precisamente. Y ahora estaba de nuevo con su clase menos preferida.
-Buenos días, niños. Antes de empezar con la lección: perdí las llaves de mi oficina y me parece que fue durante su última lección. ¿Alguien las vio?
Nadie respondió.
-Bueno, si encuentran un juego de llaves en alguna parte, sean amables y entréguenmelas.
-¿Eso significa que ya no puedes entrar a tu oficina, Mary Sue? -preguntó Lavender, horrorizada.
-¡Oh, no, querida! Tengo un juego extra de llaves así que la situación no es tan mala, pero me gustaría tener de vuelta las originales también -sonrió Mary Sue a Lavender-. Bien, ¿quién quiere entregar su tarea?
Cuatro manos ansiosas se levantaron. Mary Sue recogió los ensayos de Lavender, Parvati, Pansy y Millicent y luego miró al resto de la clase.
-¿Y qué hay del resto de ustedes? ¿No hicieron su tarea?
-Oh, yo la hice, profesora -dijo Neville, para sorpresa de todos-. Es sólo que no quiero entregarla.
-De acuerdo. Todos ustedes, entreguen su tarea -gruñó Mary Sue.
La tarea de Neville, por supuesto, no era lo suficientemente bonita, y tampoco las de Dean y Seamus. El resto de la clase no entregó nada.
-¿Ha considerado siquiera hacer usted mismo su tarea, Malfoy? -gruñó Mary Sue cuando Draco declaró nuevamente la falta de un elfo doméstico como excusa.
-No -respondió Draco calmadamente.
-La olvidé -Ron se encogió de hombros cuando Mary Sue lo miró.
-Bueno, trate de recordarla la próxima vez, porque su cuenta de puntos malos sigue creciendo. Sí, Snape, ya sé que usted no hace la tarea de Pociones, pero acaba de ganarse una tarea extra.
-No hay problema, simplemente no la haré -contestó Severus.
-Si no lo haces te reportaré con el director. Creo que el profesor Dumbledore espera de ti que aprendas Pociones ya sea que te guste o no.
-El buen viejo Albus. No me han enviado a su oficina en casi una semana. Me pregunto si me extrañará.
Mary Sue decidió no responder a esa loca respuesta y volvió su atención hacia Harry.
-Estoy seguro de que la hice en algún momento, pero no la puedo encontrar. ¿Se la habrá comido el erizo de Severus?
Mary Sue miró Greenie. Greenie olfateó a Mary Sue. Seguía sin gustarle el olor de ella. Tan terrible como el de la habitación en la que no le habían dejado comer cucarachas. El pequeño erizo verde le dio la espalda y caminó hacia el otro extremo de la mesa, buscando aire fresco.
-¿No puede al menos inventar una mentira un poco más plausible? -le preguntó Mary Sue a Harry.
-Um... ¿no?
-Granger, ¿qué hay de la suya?
-¿Mi qué?
-Su tarea. ¿Por qué no la hizo?
-¡Oh, eso! Una agenda apretada, usted sabe.
-¿Crabbe?
-Sigue siendo muy complicado. No puedo entender nada.
-Entonces busque a algún estudiante avanzado que lo ayude. No tengo tiempo para darle lecciones extra a los lerdos. Goyle, ¿cuál es su excusa?
-Um... er... ¿Tengo que tener una? No la hice. Eso es todo.
Mary Sue fue hacia la pizarra para actualizar su lista.
-Bueno, el señor Snape es por el momento el único que tendrá que hacer tarea adiciona, pero Malfoy y Granger están realmente cerca y algunos otros no se quedan muy atrás -concluyó-. Tiene una semana para entregar esa tarea. Si no lo hace lo reportaré con el director. Lo mismo le sucederá a todos los que alcancen diez puntos malos.
Severus sonrió y se encogió de hombros mirando a Draco. ¿No había notado Mary Sue todavía que él no tenía miedo de Dumbledore? Severus realmente estaba buscando ese castigo. Quería ver la cara de Albus "Ojalá pudiera estar presente cuando ella me acuse".
-Como ha habido demasiados accidentes con la poción para dormir últimamente en esta clase, decidí que prepararemos hoy el antídoto. Pueden encontrar la receta en sus libros en la página 369. Notarán que no tenemos los dos ingredientes finales que aparecen listados ahí. Les daré un reemplazo después, cuando hayan mezclado todos los demás ingredientes en forma apropiada.
Una vez más la lección empezó bien y Mary Sue comenzó a relajarse. No se atrevió a empezar a revisar las tareas, sin embargo, y caminó arriba y abajo por el salón para vigilar a sus alumnos.
Repentinamente Pansy chilló. Mary Sue corrió esperando ver el caldero derritiéndose otra vez. En cambio encontró que la poción de Pansy y Hermione había cambiado de color y emitía humo verde. Un pequeño remolino se elevaba del caldero.
Cuando Mary Sue se acercó, Hermione "accidentalmente" empujó el caldero y envió el remolino en su dirección. Mary Sue chilló y se arrancó el turbante de su cabeza calva. La clase estalló en carcajadas.
-¡Oh, no! -exclamó Pansy-. ¿Qué le pasó a tu cabello?
Mary Sue recogió del suelo su turbante y los restos de su dignidad y lanzó una mirada asesina en dirección a Draco y Ron.
-Ese color verde no salió y tuve que afeitarme el cabello. Ahora, por favor regresen a trabajar. ¡Granger y Pansy, empiecen otra vez! Y háganlo rápido. Iré a buscar el ingrediente final.
Severus siguió a Mary Sue a la oficina y observó su intento por colocarse de nuevo el turbante. Sus dedos temblaban nerviosamente y le dificultaban el trabajo.
-¿Profesora?
Mary Sue se dio vuelta. No había notado que estaba siguiéndola.
-¿Qué es lo que quieres? -exclamó.
-Harry me envió a buscar el ingrediente final. Ya casi terminamos, dice él.
Mary Sue tomó un frasco de su escritorio y lo puso en manos de Severus.
-Dale a cada pareja dos de estos y que lo agreguen como ingrediente final -gruñó, echándolo de su oficina.
Severus se marchó obedientemente y volvió junto a Harry. Harry miró con curiosidad el frasco.
-¿Qué es eso?
-Nuestro ingrediente final.
Harry observó el frasco. Lo que fuera, parecían raíces gruesas, redondas y azules.
Severus las sacó una por una y cortó pequeños agujeros en ellas para llenarlos rápidamente con un petardo en cada una. Luego de una sonrisa triunfante más para Harry, empezó su ronda por el salón, entregando dos bombas de tiempo azules a cada pareja.
¡BUUM!
La primera explosión hizo salir a Mary Sue de la oficina. Corrió y vio que la mesa de Harry y Severus y el área circundante estaban cubiertas con manchas azul oscuro.
Antes de que pudiera decir nada al respecto, la siguiente poción explotó. Y luego otra... y otra y...
Menos de un minuto después, Mary Sue estaba en pie, mirando boquiabierta su salón con manchas azules y sus alumnos con manchas azules.
-¿Realmente se suponía que tenía que pasar esto, profesora Blackwell? -preguntó Draco-. No me parece suficientemente seguro como para hacerlo en clase.
Mary Sue lo miró, todavía con la boca abierta. Entonces, cerró la boca.
¡BUUM! Explotó el caldero de Hermione y Pansy bañándola con poción azul.
-Se suspende la clase -fue todo lo que Mary Sue consiguió decir.
Los alumnos por supuesto no cuestionaron su suerte. Tomaron sus mochilas y corrieron. Al menos eso les daría oportunidad de cambiarse de ropa antes de las lecciones siguientes.
Como el señor Filch nuevamente estaba ilocalizable, Mary Sue tuvo que tomar un balde y un trapeador y empezar a limpiar el salón ella misma tan pronto como terminó con las lecciones de la mañana. Consideró por un momento dejarlo así y hacer que Filch lo limpiara luego, pero temía que las manchas azules se secaran completamente y que no fueran fáciles de lavar.
Recordando con horror que eso le había pasado a su cabello, se puso a trabajar. Las manchas en los muebles fueron fáciles de remover, pero las de los muros permanecieron. Mary Sue suspiró. Tendría que repintar todo el salón otra vez.
"No puedo estar pintando el salón tres veces por semana" pensó cuando volvió a su cuarto para recostarse un momento y descansar. "Debe haber una manera de enseñar pociones sin destrozar el salón todo el tiempo"
Miró su reloj. No faltaba mucho para el almuerzo y tenía que maquillarse otra vez antes de que pudiera presentarse en el Gran Salón. Mary Sue miró de nuevo la cama... ¿Había algo negro corriendo sobre la colcha? No, tenía que estar equivocada... y entró al baño.
Estudiando su cara en el espejo, tomó su colorete y...
-¡AAAAAAAHHHHHHHHHH!
Mary Sue se desmayó.
La cucaracha había estado explorando el baño buscando una grieta conveniente para hacer su casa cuando de repente escuchó ruidos desde el exterior. Era bueno tener espacio para moverse. La caja había sido demasiado pequeña y sobrepoblada para su gusto y odiaba perder la oportunidad de correr. Aquel era un lugar agradable. ¡Muchos objetos para explorar! Pensó que le gustaba su nuevo hogar.
Pero entonces los sonidos se acercaron. Algo grande entró en el cuarto. Cosas grandes eran malas noticias y la cucaracha se escondió bajo un objeto convenientemente colocado. La cosa grande se había detenido muy cerca de su escondite y él estaba agradecido de estar a cubierto.
¡Y entonces su refugio se había movido de repente y se había elevado! La cucaracha miró hacia arriba y...
"¡AAAAAAHHHHHHHH!" pensó que había visto un monstruo gigante.
Corrió fuera de esa habitación tan rápido como sus muchas patas pudieron transportarlo.
Draco estaba esperando cerca de la entrada usual de los Gryffindor en el Gran Salón. Ginny estaba atrasándose para el desayuno ese día. Bueno, también sus hermanos y él podía imaginar por qué, pero se estaba poniendo impaciente.
Los Slytherin miraban hacia donde estaba él inmóvil y luego a Severus, que desayunaba al parecer sin preocupación alguna. ¿Qué estaba pasando? ¿Se habían peleado? Nadie se atrevía a preguntarle a Severus y Draco estaba fuera de alcance. Al menos ninguno de ellos estaba lo suficientemente curioso como para ir hasta el lado Gryffindor del salón.
Finalmente Ginny llegó acompañada por sus hermanos y Harry. Draco tembló. No era el momento más seguro para acercársele, pero quería hacerlo ahora. Ella pensaría que lo había olvidado si no lo hacía ya.
-¿Ginny?
-¡Buenos días, Draco! -llamó ella alegremente.
Su familia y amigos lo miraron con expresiones muy agrias. Draco decidió ignorarlos. Después de todo no había llegado con malas intenciones. Incluso los Gryffindor tenían que aceptar eso... ¿Verdad?
Draco sacó un pequeño paquete de su mochila y rápidamente conjuró un ramo de rosas rojas de su varita. Parecía algo fácil cuando lo hizo. Nadie podría imaginar que Severus había pasado horas enseñándole ese hechizo durante la tarde y la noche del día anterior.
-Sólo quería desearte un feliz cumpleaños -dijo, entregándole su regalo a Ginny.
Ginny se sonrojó.
-¡Oh, Draco! ¡Qué considerado de tu parte! No tenía idea de que supieras la fecha. ¡Qué hermosas flores! -exclamó.
Era tan romántico. ¿Cómo podría darle las gracias? Ginny simplemente siguió su primer impulso. Abrazó a Draco y lo besó.
Draco sintió de repente los labios de Ginny en los suyos. ¡Oh, wow! Por un momento estuvo demasiado sorprendido como para reaccionar. Entonces la abrazó gentilmente y correspondió al beso.
Había bocas abiertas por todo el Gran Salón. ¿Un Malfoy y una Weasley?
Los Slytherin de quinto año empezaron a vitorear y pronto toda la mesa de Slytherin estaba aplaudiendo. Los Gryffindor sin embargo tenían miradas asesinas. Harry Potter estaba sujetando a Ron Weasley con un evidente esfuerzo.
-¡Quítale tus manos de encima a mi hermana! -gritó Ron, luchando por que Harry lo soltara.
Hermione corrió a ayudar a Harry a retenerlo.
-Ron, me parece que fue Ginny quien besó primero a Malfoy y no al revés -trató de explicarle Harry a Ron-. Ella ciertamente no apreciará que golpees a su novio por darle un beso.
-¡¿Novio?! ¡Voy a matarlo! -rugió Ron.
Pero las fuerzas unidas de Hermione, Harry y los gemelos lograron alejarlo de ahí y obligarlo a sentarse.
Los Slytherin vitorearon todavía más fuerte cuando Draco volvió a su mesa y se sentó junto a Severus para desayunar.
Greenie lo miró mientras se sentaba.
-¡Sniff! -"Oh, ya estás aquí. ¿Puedes darme mis hojuelas de maíz, por favor? Tengo hambre".
-¿Soy el encargado de darte el desayuno ahora? -preguntó Draco al pequeño erizo verde.
-¡Sniff! -"Sí, lo eres. Apúrate, por favor".
Severus le sonrió.
-Mis mascotas te aman. Deberías estar orgulloso. No le hablan a todo el mundo, ¿sabes?
-¿Sólo a aquellos que los alimentan? -preguntó Draco.
-No, Corvus en realidad es un pájaro muy reservado.
-Pero Greenie no lo es.
-¿No es qué? ¿Un pájaro? Espero que no -dijo Severus, luchando contra la risa-. Bien hecho lo de Ginny, por cierto. En este momento esa chica simplemente te adora.
-Pero sus hermanos no. Y toda la escuela lo sabe ahora. ¿Crees que tendré problemas?
-Tu padre se enterará. ¿Crees que apruebe a una Weasley?
-Son sangre limpia. Pero me parece que él espera que me case con la hija de algún Death Eater adinerado.
-Tal vez deberías escribirle una carta -sonrió Severus-. Dile que Pansy te dejó por Blaise y que ahora estás enamorado de Hermione.
-¿Hermione? No estoy interesado en Hermione para nada. Es una sangre sucia. Padre me mataría -protestó Draco.
-Exactamente. Sólo piensa en lo aliviado que se sentirá cuando escuche que cambiaste de opinión y te decidiste por una Wesley.
-No lo sé. Eso suena bastante retorcido.
-¿Draco?
-¿Sí?
-Somos Slytherin. Se supone que debemos ser retorcidos.
Draco suspiró. No tenía ganas de escribir a casa, pero si eso realmente podía cambiar la opinión de su padre sobre Ginny, tendría que intentarlo.
***
Albus Dumbledore estaba sorprendido de ver a Mary Sue esperándolo fuera de su oficina. Ella había estado evitándolo desde la desastrosa fuga de agua en la Sala Común de Slytherin.
Albus no estaba seguro sobre qué pensar acerca de una profesora que no podía pensar en usar un hechizo simple como reparo para arreglar una fuga de agua. Por supuesto, él no era quién para juzgar a la gente y no había elegido a esa profesora en particular por su inteligencia. Sólo necesitaba a alguien que enseñara Pociones hasta que Severus fuera lo suficientemente mayor como para recuperar su trabajo. En otras palabras: sólo tenía que soportar a Mary Sue por tres años.
-¡Mary Sue! Qué agradable verla -le sonrió él.
Sólo unas pocas personas que lo había conocido por muchos años podrían haber dicho que se trataba de una sonrisa falsa.
-Director, tengo que hablarle.
-Ah, sí, entre -Albus la dejó entrar a la oficina y le ofreció asiento-. ¿Qué puedo hacer por usted?
-Es acerca de los Slytherin y Gryffindor de quinto año.
-Sí, un grupo muy difícil, pero creo que le advertí acerca de eso desde el principio.
-Usted me advirtió que no los emparejara, pero yo no tenía idea de que fueran tan incompetentes y vagos.
-¿Incompetentes y vagos? Supongo que se refiere a los frecuentes accidentes del señor Longbottom.
-¿Longbottom? Longbottom es impertinente y adora hacer desorden. He notado eso, pero puedo manejarlo, sin duda.
¿Neville Longbottom impertinente? Albus recordó que algunos profesores habían reportado lo mucho que había mejorado Neville durante la última semana y que ya no parecía ser tímido. Albus sospechaba que el muchacho estaba enamorado. Tener una novia podía hacer maravillas por el ego de un muchacho tímido. ¿Pero impertinente?
-No, estoy teniendo problemas con alumnos que se niegan a entregar la tarea. Inventan las excusas más ridículas y algunos no se molestan en presentar una excusa siquiera. Debido a su falta de interés en la materia están atrás de los demás grupos y no hay una sola lección sin que ocurran varios accidentes. Tarde o temprano alguien va a lastimarse seriamente. Es un milagro que todavía no haya pasado.
-¿Y qué espera que haga yo al respecto?
-Bueno, les he advertido y los he amenazado con tarea adicional, pero nada ayuda. Por lo tanto decidí que los alumnos que no entreguen su tarea adicional en una semana tendrán que responderle a usted.
-Ah, ¿y ya ha ocurrido eso?
-Sí, el señor Snape se rehúsa a hacer ninguna tarea. Dice que Pociones es aburrido y que no ve en qué le vaya a servir más adelante. No tiene la menor idea ni de las cosas más básicas en Pociones y todo lo que toca termina explotando. No tengo idea de cómo es que ese muchacho consiguió llegar al quinto año sin aprender absolutamente nada. No podrá aprobar los exámenes del quinto año con el conocimiento que tiene.
Albus Dumbledore estalló en carcajadas.
Mary Sue se quedó mirándolo.
-¿Director?
Albus trató de hablar, pero estaba riendo tan fuerte que no lograba pronunciar ni una palabra. Las lágrimas rodaban por sus mejillas.
Mary Sue lo miró por un rato preguntándose si debería alertar a Madame Pomfrey.
-Mary Sue -consiguió decir Albus finalmente-. Caíste.
-¿Qué?
-Severus Snape sabe más de pociones que cualquiera en este castillo, usted y yo incluidos.
-¿Oh, de veras? ¿El chico del erizo verde?
-Sí, el chico del erizo verde. Es un bromista, absolutamente irrespetuoso, y roba, pero excepto por Transfiguraciones es un estudiante de primer promedio en cada clase. Estoy seguro de que podría enseñarle a usted algunos hechos sobre Pociones de los que usted jamás ha escuchado, y si quiere hacer que algo explote, lo hace.
Mary Sue lo miró muy dudosa. Albus sonrió.
-Muy bien, hablaré con él sobre la tarea de Pociones, pero no creo que se vaya a impresionar por eso. ¿Alguno más al que desee que le hable?
-No por el momento, pero Malfoy y Granger tienen sólo dos días más para entregar esa tarea y dudo que alguno de esos dos mocosos vagos vaya a hacerlo.
-¿Granger? ¿Hermione Granger?
-Sí, Granger. Ella clama que su vida social no le deja tiempo para hacer la tarea.
Con eso Dumbledore sufrió otro ataque de risa. Mary Sue lo contempló por un momento. Entonces decidió irse. Era bueno que sólo hubiera firmado contrato hasta final de ese año. No podía esperar para salir de ese manicomio y volver a su agradable escuela para niñas en Australia, con una directora cuerda y alumnas agradables y respetuosas.
***
Justo después de la última lección del día, Albus llamó a Severus a su oficina.
-Um... ¿Estoy aquí por lo de Blaise? -preguntó Severus al entrar.
-¿Blaise? ¿Blaise Zabini?
-Sí, Zabini. ¿Tiene algo que ver con esto?
-No. ¿Por qué? ¿Qué le hiciste? -preguntó Albus intrigado.
-Nada -viendo la mirada que le lanzó Albus, agregó-. Bueno, creo que le rompí la nariz. Fue a ver a Poppy luego del almuerzo y no le visto desde entonces.
-En ese caso, te sugiero que vayas a la enfermería luego de nuestra pequeña charla y le digas que lo sientes -comentó Dumbledore.
-Definitivamente no. No lo siento para nada y no voy a fingir que sí.
-Severus...
-Fue él quien trató de culparme del robo de la tarea de Draco sólo para hacer que todos me odiaran. No lamento nada de lo que pueda pasarle -sonrió Severus-. Puedo hacer que la gente me odie por mí mismo. No necesito que nadie me ayude con eso.
Albus suspiró. La situación en la Casa de Slytherin se había calmado bastante. Parecía ser que habían reacomodado su sistema de rangos ahora. Aún había peleas ocasionales, pero parecía ser que ahora la generalidad aceptaba a Severus. Draco Malfoy había probado ser una buena elección como amigo para Severus, después de todo.
-Bueno, Blaise no es la razón por la que te llamé hoy. ¿Alguna otra idea? -sonrió Dumbledore.
Eso podría darle alguna información interesante sobre las actividades de Severus durante los últimos días. Pero Severus ya se había imaginado cuál era el problema.
-¿No le agrado a Mary Sue?
-No, para nada.
-Qué bueno. Ella no me agrada tampoco.
-Severus, ella no te está quitando el trabajo. Ni siquiera está calificada para hacerlo.
-Lo he notado -contestó Severus secamente.
-Es un reemplazo temporal. Tan pronto como te gradúes tendrás tu empleo de vuelta y no me importa qué pase con ella después de eso, pero la necesitamos ahora. Así que, por favor, muéstrale un poco de respeto y trata de hablar a tus compañeros para que hagan la tarea.
-Ella no muestra ningún respeto tampoco. Es desagradable, nada amistosa y demasiado estricta.
-Me parece recordar a otro profesor del cual se podría decir lo mismo.
-¡Pintó mi salón y oficina de rosado, Albus! ¡ROSADO! Hasta los Gryffindor estaban en shock al ver eso. Las únicas pociones que entiende son los perfumes. Ni siquiera se puede respirar cerca de ella.
-Eso he notado, pero tiene derecho a usar todo el perfume que quiera. Es sólo un asunto de gusto personal.
-¿Gusto? No tiene nada de gusto. ¡En serio! ¿Has visto lo que le hizo a mi calabozo? Es horrible. Y ahora empezó a pintar los dormitorios de las niñas. Susan dice que pintó su dormitorio rosado con conejitos blancos en los muros. ¡Conejitos, Albus! Las pobres niñas están teniendo pesadillas.
-¡Oh, vamos! ¿Quién puede tener pesadillas con dulces pequeños conejitos blancos?
-Cualquier verdadero Slytherin las tendría. No somos gente agradable, Albus. Y no nos gustan lindos conejitos esponjosos en nuestras habitaciones. Serpientes o dragones o panteras están bien, pero no conejitos.
-He escuchado que algunas chicas están encantadas con las decoraciones de Mary Sue.
-Sí, las mismas chicas que imitan su pintura de guerra, hacen su tarea y pueden hacer cualquier cosa que quieran en clase sin recibir castigo. Están completamente locas. Les ha lavado el cerebro.
-¿Y si sólo necesitan una figura materna? -sugirió Dumbledore-. Muchos Slytherin parecen ser niños rechazados que necesitan una mano que los guíe. Tal vez el toque femenino es lo que tu Casa siempre ha necesitado.
-Casi todos han sido rechazados en una u otra forma, pero Mary Sue definitivamente no es lo que necesitan. Danos a alguien como Minerva o Poppy... tal vez incluso Sprout podría servir como figura materna, pero Mary Sue es demasiada pintura y demasiado poco cerebro. Tal vez les agrade a las Hufflepuff.
-Severus, Mary Sue es todo lo que pude conseguir. Nadie en su sano juicio quiere el trabajo de enseñarte Pociones a ti. Piensan que tú los pondrías en ridículo. Y no lo puedo hacer yo. No durante tres años. Ya tengo demasiado trabajo ahora. Así que, por favor, sé amable con Mary Sue.
-Lo siento, Albus, pero no puedo. No puedo soportarla. Por favor, encuentra a alguien más, quien sea. Preferiría a Lucius Malfoy como maestro antes que a ella -suplicó Severus.
-¿Lucius? Bueno, está bien, le preguntaré a Lucius. Aunque no puedo imaginarme que quiera ser maestro.
-¡Gracias! -y con eso, Severus salió de la oficina de Albus sin recibir ningún castigo.
Continuará...
Notas:
Me doy cuenta de que Neville está un poco OOC, pero tal vez sólo es que era el momento para que empezara a creer en sí mismo y creo que recibir algo de reconocimiento de parte de Draco y Severus podría dar resultado. Por favor, comenten.
En próximos capítulos:
¿Y encontrará Severus una forma de volver a la normalidad? Dumbledore tiene una sorpresa para Severus, y también Draco y un montón de Gryffindor. ¿Lucius empezará a enseñar en Hogwarts? ¿O tratará de interponerse entre Draco y Ginny?
