Capitulo 12: Kurumi en peligro
- ¡Adiós Srta. Kurumi!
Unos chicos salieron del local despidiendo fervorosamente a la camarera, mientras ella les sonreía alegremente mientras les veía irse.
- No hay quien descanse así... - suspiro la chica de cabellos verdosos
- ¿Por que dices eso Kurumi? - pregunto curiosa Shizuka detrás de la barra mientras colocaba algunos vasos en su repisa.
- Ultimamente... - se sonrojo ella - ... no dejan de venir chicos a la cafetería y piden que les atienda yo... o me invitan a salir... - confeso Kurumi, mientras se iba a limpiar una mesa
Shizuka se quedo pensativa, y se quedo observando fijamente a Kurumi, la verdad es que nunca se había fijado demasiado en ella, pero se dio cuenta de que era una chica muy bonita. Era algo mas alta que ella, siempre llevaba los cabellos trenzados, decía que le resultaban muy cómodos. Unos ojos grandes de un color violeta, preciosos. Tenia una figura esbelta y bonita, normalmente vestía faldas y vestidos cortos, y una especie de medias hasta el muslo, a juego con el color de su ropa, en el fondo, a Shizuka le gustaría ser como ella, quizás así tendría alguna oportunidad de conquistar a su amado Yusuke.
La campanilla de la puerta sonó una vez mas, anunciando la entrada de mas personas a la cafetería.
- Buenos días - saludo Shizuka y deseo no haberlo hecho cuando vio de quien se trataba - Ah... tu tenias que ser... ya decía yo que el día estaba resultando demasiado perfecto
- Si, si, yo también pensaba lo mismo... - le respondió Amano, mientras que se dirigía hacia una mesa para tomar asiento,
¡¡¡¡¡¡¡¡¡CRASSSSHHHH!!!!!!!!!
-¡¡Shizukaaaaaaaaaaaaa!! - grito Natsuki mientras salía de la cocina muy enfadada.
- ¡¡Esta vez no he sido yo!! - se defendió Shizuka - ¡¡Yo no he roto nada!!
Natsuki miro hacia donde se encontraba Kurumi, la cual estaba parada a un lado de una de las mesas, junto a sus pies estaba el resto de lo que parecía ser unas tazas de café, que ahora estaban rotas en varios pedazos. La chica de cabellos verdosos se había quedado mirando fijamente hacia donde se encontraba Amano, con una expresión de sorpresa, nostalgia, y pena en sus ojos. Amano por su parte se quedo en igual situación que ella.
- ¿Kurumi? - pregunto Natsuki preocupada al verla en ese estado - ¿Estas bien?
- A-amano... - tartamudeo la chica con la misma expresión que tenia antes
- Kurumi... - susurro él, pasando después a una sonrisa cariñosa - Cuanto tiempo...
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- ¡Llevan hablando ya mas de 3 horas! - refunfuño Shizuka, mirando molesta a la pareja, la cual estaba sentada en una de las mesas, charlando intensamente, por lo que se podía apreciar.
- Déjales... - observo Natsuki - Por ahora nos podemos encargar nosotras de la cafetería, no hay mucha clientela... y parece que tienen mucho de que hablar...
- ¿Por que lo dices, Natsu-chan?
- ¿Has visto sus expresiones cuando se han encontrado?
Shizuka se quedo mirando fijamente hacia donde se encontraban, pensando en que podía ser, en el fondo, intuía que algo les había ocurrido tiempo atrás, y que el reencuentro había sido además de una sorpresa, algo doloroso para ellos, aunque siendo como era Amano de antipático, no le extrañaba nada de nada, pasara lo que hubiera pasado.
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- Bien... yo me marcho, hasta mañana chicas - sonrío Kurumi saliendo del local, y despidiéndose de Amano con un gesto de mano.
Shizuka se metió en la cocina para hacer varias cosas que le había mandado por su prima, para variar, lo hizo quejándose. Natsuki después fue hasta la mesa donde se encontraba Amano, y con la excusa de llevarle un café, se sentó en una silla junto a el.
Amano tenia el rostro muy serio, muy triste, lo cual era muy raro en él, y la chica se preocupo por el muchacho que se encontraba allí a su lado.
- Amano... - le llamo Natsuki, con una voz muy dulce - ¿te ocurre algo?
Amano miro los ojos de la chica, los cuales desprendían una bondad y una tranquilidad muy especiales. El titubeo unos instantes si podía confiar en ella, aunque desde que comenzó a entablar con esa joven amistad, siempre se habían llevado muy bien, era una buena amiga.
- Veras... - comenzó el joven de cabellos azules - Conozco a Kurumi desde que íbamos juntos al parvulario, eso ya son muchos años... Cuando crecimos aun seguíamos manteniendo amistad, puesto que yo quería ir a la misma escuela que ella, no nos separábamos nunca, siempre estabamos en compañía uno del otro... Poco tiempo después, cuando ya fuimos mas mayores, nos dimos cuenta de que nos estabamos enamorando, las barreras de la amistad se convirtieron en algo mucho mas fuerte... pero eso cayo como un jarro de agua fría en mi familia... - paro un momento para tomar un sorbo de su café - Cuando mis padres se enteraron, rechazaron totalmente la idea, de que me comprometiese con alguien como ella...
- ¿A causa de que? - pregunto Natsuki, sin entender nada
- Mi familia es una de las más ricas de Tokio, con un estatus social muy alto, y no permitirían que una simple ciudadana sin apellido ni clase social, pasase a pertenecer parte de nuestra familia... - confeso Amano llevándose una mano a la frente - Hicieron todo lo posible para separarnos a Kurumi y a mí, hasta que lo consiguieron, amigos todo lo que quisiéramos, pero no estabamos dispuestos a aceptar aquella situación... Mis padres amenazaron que como aquello no acabase, dejarían a la madre de Kurumi sin trabajo por medio de sus contactos y que no encontraría alguno en mucho tiempo... Prácticamente sus hermanos y ella vivían del trabajo de su madre, así que todo se acabo... no nos volvimos a ver nunca mas... esto paso hace 4 años, cuando teníamos 18 de edad...
- Ahora entiendo el porque de la reacción... - comprendió Natsuki mirando hacia adelante, no podía comprender como unos padres eran capaces de hacer aquello todo por el nivel de vida que tienen, condenando así al sufrimiento de su propio hijo.
- Nos reuniremos esta tarde, tengo que hablar con ella... aunque nos hayamos visto ahora, muchas cosas han cambiado... - agrego Amano algo preocupado
- Para bien o para mal... - le pregunto la chica del pelo rojizo
- No lo sé... solo sé que ahora ya no estoy enamorado de ella...
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- Esta es tu oportunidad... Ushia... - le anuncio Manami, saliendo de detrás de una cortina, parándose enfrente de una mujer.
La mujer tendría mas o menos unos 30 años de edad, tenia el pelo de un color azul muy claro, y unos ojos muy bondadosos, cosa que no agradaba para nada a Manami, no sabia porque, pero nunca había confiado en aquella persona totalmente. Después de habérselo anunciado, la señora se retiro tan rápidamente como cuando había llegado.
Un hombre alto, de aspecto siniestro entro en la recamara de la mujer, la cual estaba sentada frente al tocador, él puso sus manos sobre los hombros de ella.
- Esta vez intenta hacer algo útil, Ushia...
El hombre se marcho también de la habitación. Ushia se miro los hombros, donde anteriormente habían estado las manos de aquel personaje, aun se podían notar las marcas de sus manos, debido a la presión que hizo cuando le dijo aquellas palabras, después, los ojos de ella, brillaron y comenzaron a ponerse húmedos, derramando una solitaria y triste lagrima.
Miro fijamente el espejo que anteriormente les había facilitado su ama, y una imagen se reflejo en el espejo... el próximo objetivo era una chica de cabellos verdes y ojos color violeta...
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- Hola. siento haber llegado tarde - se disculpo Kurumi, al llegar al banco que había en un parque, en el cual se encontraba Amano - Mis hermanos me entretuvieron con unas cosas y me retrasaron
- No pasa nada, hace poco que estoy esperando - le sonrío él, lo cual provoco que Kurumi se ruborizase - ¿Damos un paseo?
- Si - acepto ella - Me encanta pasear cuando esta todo nevado
- Lo sé
Caminaron en silencio por el parque nevado, no se atrevían a decirse nada el uno al otro, hasta que Kurumi se paro en seco y Amano algo mas adelante. Se dio la vuelta y vio a su amiga con la cabeza baja y las manos juntas delante de la falda.
- Kurumi...
- Amano... aunque haya pasado tanto tiempo... yo... yo... ¡aun te sigo queriendo! - exclamo la chica alzando la cabeza y mirando directamente a los ojos de Amano - Desde que nos separamos no he dejado de pensar en ti, día tras día...
- Kurumi... yo... - intento decir Amano, pero no podía, y saco algo de valor de su interior - Lo siento... pero yo ya no siento lo mismo...
- Me lo imaginaba - susurro Kurumi, tomándose bastante bien la noticia y después se acerco algo mas donde estaba él - ¿Hay otra chica?
Amano se sorprendió ante aquella pregunta, no sabia que contestar realmente, al final, sin saber como, acabo asintiendo con la cabeza. Kurumi se puso seria mirándolo fijamente.
- Espero por el bien de ella, que te enfrentes a tus padres por su amor... si no a ella también le romperás el corazón, y no es justo que ella sufra por tu culpa
Después de esas palabras, Kurumi se dio la vuelta y salió corriendo hacia el otro extremo del parque. Amano automáticamente fue detrás de ella. En la persecución, una pequeña explosión se dio en el lugar, levantando una gran polvareda en el lugar. Amano salió despedido contra un árbol por la onda expansiva. Kurumi simplemente desapareció en el estallido.
- ¡Kurumi! ¡¡Kurumi, ¿donde estas?!! - grito Amano poniéndose en pie con dificultad buscando a su amiga por todas partes
El polvo se disipo, y se puso ver claramente, como un hombre de hielo, se encontraba allí de pie, y en sus brazos tenia a Kurumi, inconsciente. El ser, introdujo su mano, en el pecho de la chica, sacándola después, y abriéndola seguidamente. En ella se encontraba un cristal en forma de flor, con un resplandor pálido verdoso, precioso. El ser tiro a un lado a Kurumi, que cayo pesadamente en la nieve. Amano corrió hacia ella cogiendola en su regazo y viendo como aquel hombre de hielo se quedaba mirando y examinando atentamente el cristal.
- Tengo que recuperar eso... - penso Amano para sus adentros, mientras observaba la situación
- ¡Alto ahí! ¡No te permitiré que ataques a unos jóvenes que pasean tranquilamente por el parque disfrutando de la nieve pura y fresca! ¡Soy la guerrero que lucha por el amor y la justicia! ¡Sailor Moon!
- ¡Y en nombre de Luna te castigaremos!
Sailor Moon, junto con Sailor Mercurio habían llegado al lugar. Rápidamente comenzaron a luchar contra el hombre de hielo, el cual aun tenia en su poder el cristal flor de Kurumi. Pero algo no funcionaba allí, el hombre les tomaba mucha ventaja a las chicas, y aquello fue de mal en peor.
El enemigo les lanzo un ataque dejándolas atrapadas de cuello para abajo, en un bloque de hielo, con lo cual no podían defenderse en absoluto. Después este, volvió a observar el cristal, frunciendo el ceño seguidamente, y haciendo ademan de que iba a destruir el cristal.
- No puedo permitirlo... Kurumi esta en peligro... - penso Amano, no sabia que hacer, pero se arriesgo.
El chico se remango la cazadora, dejando ver un reloj, con forma redonda, de un color dorado. Se puso en pie y se encaro al monstruo de hielo.
- No te permitiré que destruyas ese cristal
- ¡¿pero que hace ese loco?! - exclamo Sailor Mercurio observando la situación
- ¡ Amano ten cuidado ! - le grito Sailor Moon advirtiéndole del peligro que corría.
Amano alzo su brazo hacia el cielo y cerro sus ojos.
- ¡Por el poder de la Luz Estelar! ¡Transformación!
Una brillante luz se formo alrededor de Amano, haciendo que los presentes tuvieran que desviar la mirada para no quedarse ciegos. Al volver a mirar hacia el sitio, ya no se encontraba Amano, si no que en su lugar, se encontraba Guerrero Luz, portando en su mano, la Espada de Luz.
Con un rápido movimiento que no dejo reaccionar al monstruo, corto en dos a aquel ser, el cual después desapareció. El cristal de Kurumi cayo al suelo, siendo recogido después por Guerrero Luz, y se dirigió hacia la chica inconsciente, regresándole su cristal flor.
Sailor Moon y Sailor Mercurio se encontraban liberadas de su prisión, y desaparecieron justamente después de que observaron aquella pelea.
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Amano regresaba a La Odisea para hablar con Natsuki, después de haber llevado a Kurumi a su casa y asegurarse de que llegaba y estaba bien, cuando 5 presencias interfirieron su paso.
- ¿Que queréis vosotras? - pregunto Amano mirando al frente
- Tenemos que hablar... - le dijo Ray con el tono muy serio
- ... Guerrero Luz... - le llamo Ami, mirándolo
- Comprendo - asintió Amano, sacando su teléfono móvil, y marcando algunas teclas - Tienes que venir, nos encontraremos en el callejón que hay al lado de la Odisea ¿de acuerdo?
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- ¿Que hacemos en este callejón? - pregunto Patricia algo nerviosa a Amano
- Esperar a mi compañero... supongo que tendremos que estar todos juntos ahora... - les informo Amano a las demás chicas.
- Bueno, ya estoy aquí
Las chicas se giraron, y al entrar del callejón, se encontraba un chico alto, de cabellos anaranjados, dos tonos muy particulares de colores.
- ¡Yusuke! - se sorprendió Carola al verlo allí - Tu eres... ¿Guerrero Rayo?
Yusuke asintió, y se reunió junto con Amano algo mas adentro y se quedo de frente a las chicas.
- Yo... soy Sailor Moon - les dijo Bunny con la mirada cálida.
Las demás chicas se presentaron con sus planetas respectivos, era la hora de hacer las preguntas
- ¿Por que buscáis el Cristal Luz Estelar?
- ¿Quiénes sois?
- ¿De donde venís?
- Respecto a las dos ultimas preguntas... nosotros no lo sabemos - respondió Yusuke negando con la cabeza.
- Y con respecto a la primera - agrego Amano - Solo sabemos que tenemos que encontrarlo, ella no nos ha dicho nada mas, y tampoco podemos deciros quien es ella, nos lo tiene prohibido, solo puedo contaros que es la que nos a despertado...
Fin del capitulo 12
