Descubrimientos tras un suceso
Al mismo tiempo Kagome en su época sintió algo extraño, una sensación que recorrió su cuerpo.. sintió como le debilitaba, acompañado por la sensación de frió, trato de ponerse de pie, para buscar ayuda, pues se sentía desvanecer... fatigada se acerco a la puerta y no pudo seguir, se desmayaba sin poder decir nada, quedando tendida, inconsciente y sangre que emanaba de su boca, formando de a poco un charco alrededor de su cuerpo.
Lo que su madre ocultaba, empezaba a surgir.
Capitulo tres "Una extraña enfermedad"
Kagome despertó cansada, estaba en su cuarto, sin recordar bien las cosas, al ver más tranquila pudo observar a su madre sentada a su lado, la mujer tenía sus ojos algo llorosos, la observaba afligida, tratando de demostrar dulzura y tranquilidad, pero en realidad sintiendo como su corazón se contraía dentro de ella... Aun cuando ella ya lo esperaba, pues siempre supo que una situación así afectaría la vida de su joven hija, haberla visto en ese estado le había noqueado, jamás espero entrar al cuarto de su hija y encontrarla así, tendida en el piso, sangrando, viendo como la sangre fluía por los labios de su pequeña niña. Aun cuando sabía que eso el destino lo había deparado, aun cuando se había preparado para ver esa escenas y estar ahí para su hija... lo que había visto era demasiado grande para su corazón de madre.
Mamá... que ocurrió?:- pregunto Kagome, con la voz algo temblorosa, pero tratando de sentarse, de incorporarse, a lo que su madre le detuvo.
No hija... estas fatigada aún, por favor descansa otro poco, si?:- le pidió suplicante, al tiempo que la recostaba y arropaba nuevamente, Kagome la veía algo asustada... igual que niña pequeña. Tal como una vez hacía muchos años, cuando Kagome era aun muy pequeña, esta le había mirado, asustada, temerosa, de no entender que era lo que le había ocurrido, en ese tiempo su esposo le había ayudado a aguantar esa triste mirada, a aguantar las ganas de romper en llanto... pero su esposo ya no estaba y la señora Higurashi sabía que debía ser fuerte, que debía de aguantar, por su pequeña Kagome.
Kagome comenzó a dormirse, pero aún así, habían dudas en su mente, que le había ocurrido?...
-Que me ocurrió madre?:- preguntó con los ojos semi- cerrados.
Tuviste mucha fiebre Kagome:- dijo la señora Higurashi viéndola con dolor, beso tiernamente la frente de su hija.
-Por favor, ahora duerme mi pequeña:- continuó su madre, sonriéndole tiernamente.
Kagome asintió, después de todo el cansancio era demasiado grande, junto los ojos y se quedo dormida.
La madre de Kagome recordaba en el sillón, hacía mucho tiempo, su hija había tenido un ataque de esa extraña enfermedad, fue por eso que su padre llamo a un ser desconocido, que parecía ser muy poderoso (Naraku), pues el señor Higurashi había notado que la enfermedad de su hija no sería fácil de curar, es mas, creía que lo mas seguro fuese algún tipo de conjuro, pero quien le haría daño a una niña tan pequeña, fue así como investigando, descubrió sobre Naraku (no pregunten como...solo lo hizo), Fue así como le llamo a través de un conjuro, pensando que quizás este le ayudaría (pues desconocía la maldad de Naraku) Naraku al llegar frente a el, le afirmo que el podía hablarle sobre aquel conjuro y el señor Higurashi notando la fuerza maligna de ese demonio lo observo con cautela, temeroso de las acciones que había efectuado, pero ya sin poder arrepentirse.
Naraku solo rió, le dijo que no había nada que hacer, pero que no preocupase, que ese solo era un corto síntoma que desaparecería, pues esa chiquilla (Kagome), tenía un destino que le ayudaría de mucho (refiriéndose al hecho de que ella llevó de vuelta la perla a la época antigua), pero que luego de cumplir ese destino, no prometía nada... es más, luego de cumplir ese destino, los síntomas se presentarían totalmente, acabando con la chica, terminando por causarle la muerte.
El señor Higurashi desconfiaba, no sabía si podía creer a ese demonio, es más.. no quería creer que su pequeña moriría, no importaba si ya no sería aun, pero... moriría.
Fue entonces cuando Naraku le confeso luego de unos cuantos días la verdad, el mismo había contribuido a ese hechizo, que debía matar a la niña, quizás hasta ya le debiese de haber matado. Pero Naraku, cuando realizó el conjuro, a espaldas de sus colaboradores, sabiendo lo poco beneficioso que sería para el que Kagome no llegara a la época antigua, había cambiado cosas en el hechizo, y dado mas vida a la joven, para que esta llegase al Sengoku.
Fue entonces cuando el padre de Kagome murió luchando contra Naraku. Pero antes de morir en esa lucha, le había contado todo a la señora Higurashi, le había dicho que tendría que ser fuerte, por que el destino de su hija no se cambiaría y que un día no muy lejano, sus síntomas volverían, para causarle la muerte. La llegada de Kagome al Sengoku, había sido el comienzo silencioso de un hechizo, una enfermedad, que ese día había dado sus primeros indicios de existencia.
Habían pasado ya dos, tres días, una semana; Kagome no había regresado al Sengoku, Inuyasha parecía aliviado con esto, aun cuando sus amigos casi morían de impaciencia y preocupación. Pero claro, como no le iba a parecer mas tranquilizador el hecho de que Kagome no regresará aun... si el sabía bien que había hecho una promesa a Kikyou, sabía bien que en cuanto Kagome regresará el tendría que destruir los hermosos sentimientos que esta tenía hacía el.
Mientras en la época actual, Kagome caminaba junto a su madre, regresaban de el hospital, en aquellos días no había ido a la escuela, pues su tiempo solo alcanzaba para los innumerables exámenes médicos que se le habían practicado, solo para enterarse de su nueva verdad.
Hay algo que podamos hacer?:- pregunto la señora Higurashi al medico, este le negó algo entristecido, era penoso dar noticias así, mas aun cuando se trataba de gente joven, que debiese de tener todo un futuro por delante.
No hay nada:- el doctor se detuvo para pensar las palabras apropiadas frente a la situación:- y quizás los momentos mas difíciles aun no se presentan:- continuó este, ajustándose los lentes, para tratar de dar una mirada serena a la joven y a su madre-... los síntomas se irán haciendo mas frecuentes con el tiempo... hasta ser incontrolables, lamentablemente por lo desconocido de la enfermedad de su hija, no hay manera de saber cuando se harán mas fuertes, ni nada por el estilo.- Decía el medico, tratando de no alarmar más a la señora, pero extrañado viendo la mirada tranquila y perdida de la joven enferma.
Por alguna extraña razón a Kagome no le importaba el hecho de estar en
esa situación, mas le preocupaban otras cosas, sobre todo tener que
regresar al Sengoku, era su deber regresar, pero.... ¿Cómo haría para
ocultarlo?. Un triste pensamiento le acongojo aun más; el pequeño Shippo,
Sango, Miroku... Inuyasha... esos pensamientos le habían dolido,
causándole una mirada cada vez más afligida, saliendo del trance en que
se mantuvo mientras el medico hablaba, solo para darse cuanta que su
madre salía con ella de la consulta.
No dijo nada de vuelta, solo pensaba, silenciosamente, al día siguiente
iría nuevamente al medico, esta vez sola, debía haber algo que la
ayudase, aunque fuese solo momentáneamente... no importaban efectos
secundarios, con tal de poder ocultar los mas notorios, y así poder
permanecer el tiempo que le quedase junto a sus amigos, ayudándoles de la
manera que pudiese, pero sin que estos se enterasen de nada, eso lo tenía
claro... ninguno de sus amigos del Sengoku debía saber la verdad.
Hola, como ya verán, quise subir más capítulos aún sin tener review, la verdad es que si hago esto, es por que quiero quedar más a nivel de los capítulos que he subido por hispa... pero además tengo otras razones.
Quiero decir que ojala les este gustando este fic, en realidad no lo se, pues no se de sus opiniones, pero igual gracias si lo han leído, para quien llego a esta parte le digo GRACIAS.
Otra cosa es poner un aviso SENSEI RUROUNI ANDREA!!!!!!! DONDE ESTA USTED??? Ese es mi grito desesperado, disculpen, jeje Quiero también agradecer a Chibi que me ha dado constante apoyo, y a Belen y Kalita. También a Golden.. jeje gracias. Bueno por ahora me despido, espero... si es que se apiadan de mi, me dejen un review, para saber que opinan!!!, vamos...les pido demasiado??..un beso a todos me despido por ahora Dark_Night.
Al mismo tiempo Kagome en su época sintió algo extraño, una sensación que recorrió su cuerpo.. sintió como le debilitaba, acompañado por la sensación de frió, trato de ponerse de pie, para buscar ayuda, pues se sentía desvanecer... fatigada se acerco a la puerta y no pudo seguir, se desmayaba sin poder decir nada, quedando tendida, inconsciente y sangre que emanaba de su boca, formando de a poco un charco alrededor de su cuerpo.
Lo que su madre ocultaba, empezaba a surgir.
Capitulo tres "Una extraña enfermedad"
Kagome despertó cansada, estaba en su cuarto, sin recordar bien las cosas, al ver más tranquila pudo observar a su madre sentada a su lado, la mujer tenía sus ojos algo llorosos, la observaba afligida, tratando de demostrar dulzura y tranquilidad, pero en realidad sintiendo como su corazón se contraía dentro de ella... Aun cuando ella ya lo esperaba, pues siempre supo que una situación así afectaría la vida de su joven hija, haberla visto en ese estado le había noqueado, jamás espero entrar al cuarto de su hija y encontrarla así, tendida en el piso, sangrando, viendo como la sangre fluía por los labios de su pequeña niña. Aun cuando sabía que eso el destino lo había deparado, aun cuando se había preparado para ver esa escenas y estar ahí para su hija... lo que había visto era demasiado grande para su corazón de madre.
Mamá... que ocurrió?:- pregunto Kagome, con la voz algo temblorosa, pero tratando de sentarse, de incorporarse, a lo que su madre le detuvo.
No hija... estas fatigada aún, por favor descansa otro poco, si?:- le pidió suplicante, al tiempo que la recostaba y arropaba nuevamente, Kagome la veía algo asustada... igual que niña pequeña. Tal como una vez hacía muchos años, cuando Kagome era aun muy pequeña, esta le había mirado, asustada, temerosa, de no entender que era lo que le había ocurrido, en ese tiempo su esposo le había ayudado a aguantar esa triste mirada, a aguantar las ganas de romper en llanto... pero su esposo ya no estaba y la señora Higurashi sabía que debía ser fuerte, que debía de aguantar, por su pequeña Kagome.
Kagome comenzó a dormirse, pero aún así, habían dudas en su mente, que le había ocurrido?...
-Que me ocurrió madre?:- preguntó con los ojos semi- cerrados.
Tuviste mucha fiebre Kagome:- dijo la señora Higurashi viéndola con dolor, beso tiernamente la frente de su hija.
-Por favor, ahora duerme mi pequeña:- continuó su madre, sonriéndole tiernamente.
Kagome asintió, después de todo el cansancio era demasiado grande, junto los ojos y se quedo dormida.
La madre de Kagome recordaba en el sillón, hacía mucho tiempo, su hija había tenido un ataque de esa extraña enfermedad, fue por eso que su padre llamo a un ser desconocido, que parecía ser muy poderoso (Naraku), pues el señor Higurashi había notado que la enfermedad de su hija no sería fácil de curar, es mas, creía que lo mas seguro fuese algún tipo de conjuro, pero quien le haría daño a una niña tan pequeña, fue así como investigando, descubrió sobre Naraku (no pregunten como...solo lo hizo), Fue así como le llamo a través de un conjuro, pensando que quizás este le ayudaría (pues desconocía la maldad de Naraku) Naraku al llegar frente a el, le afirmo que el podía hablarle sobre aquel conjuro y el señor Higurashi notando la fuerza maligna de ese demonio lo observo con cautela, temeroso de las acciones que había efectuado, pero ya sin poder arrepentirse.
Naraku solo rió, le dijo que no había nada que hacer, pero que no preocupase, que ese solo era un corto síntoma que desaparecería, pues esa chiquilla (Kagome), tenía un destino que le ayudaría de mucho (refiriéndose al hecho de que ella llevó de vuelta la perla a la época antigua), pero que luego de cumplir ese destino, no prometía nada... es más, luego de cumplir ese destino, los síntomas se presentarían totalmente, acabando con la chica, terminando por causarle la muerte.
El señor Higurashi desconfiaba, no sabía si podía creer a ese demonio, es más.. no quería creer que su pequeña moriría, no importaba si ya no sería aun, pero... moriría.
Fue entonces cuando Naraku le confeso luego de unos cuantos días la verdad, el mismo había contribuido a ese hechizo, que debía matar a la niña, quizás hasta ya le debiese de haber matado. Pero Naraku, cuando realizó el conjuro, a espaldas de sus colaboradores, sabiendo lo poco beneficioso que sería para el que Kagome no llegara a la época antigua, había cambiado cosas en el hechizo, y dado mas vida a la joven, para que esta llegase al Sengoku.
Fue entonces cuando el padre de Kagome murió luchando contra Naraku. Pero antes de morir en esa lucha, le había contado todo a la señora Higurashi, le había dicho que tendría que ser fuerte, por que el destino de su hija no se cambiaría y que un día no muy lejano, sus síntomas volverían, para causarle la muerte. La llegada de Kagome al Sengoku, había sido el comienzo silencioso de un hechizo, una enfermedad, que ese día había dado sus primeros indicios de existencia.
Habían pasado ya dos, tres días, una semana; Kagome no había regresado al Sengoku, Inuyasha parecía aliviado con esto, aun cuando sus amigos casi morían de impaciencia y preocupación. Pero claro, como no le iba a parecer mas tranquilizador el hecho de que Kagome no regresará aun... si el sabía bien que había hecho una promesa a Kikyou, sabía bien que en cuanto Kagome regresará el tendría que destruir los hermosos sentimientos que esta tenía hacía el.
Mientras en la época actual, Kagome caminaba junto a su madre, regresaban de el hospital, en aquellos días no había ido a la escuela, pues su tiempo solo alcanzaba para los innumerables exámenes médicos que se le habían practicado, solo para enterarse de su nueva verdad.
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No hay nada:- el doctor se detuvo para pensar las palabras apropiadas frente a la situación:- y quizás los momentos mas difíciles aun no se presentan:- continuó este, ajustándose los lentes, para tratar de dar una mirada serena a la joven y a su madre-... los síntomas se irán haciendo mas frecuentes con el tiempo... hasta ser incontrolables, lamentablemente por lo desconocido de la enfermedad de su hija, no hay manera de saber cuando se harán mas fuertes, ni nada por el estilo.- Decía el medico, tratando de no alarmar más a la señora, pero extrañado viendo la mirada tranquila y perdida de la joven enferma.
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esa situación, mas le preocupaban otras cosas, sobre todo tener que
regresar al Sengoku, era su deber regresar, pero.... ¿Cómo haría para
ocultarlo?. Un triste pensamiento le acongojo aun más; el pequeño Shippo,
Sango, Miroku... Inuyasha... esos pensamientos le habían dolido,
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se mantuvo mientras el medico hablaba, solo para darse cuanta que su
madre salía con ella de la consulta.
No dijo nada de vuelta, solo pensaba, silenciosamente, al día siguiente
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ayudase, aunque fuese solo momentáneamente... no importaban efectos
secundarios, con tal de poder ocultar los mas notorios, y así poder
permanecer el tiempo que le quedase junto a sus amigos, ayudándoles de la
manera que pudiese, pero sin que estos se enterasen de nada, eso lo tenía
claro... ninguno de sus amigos del Sengoku debía saber la verdad.
Hola, como ya verán, quise subir más capítulos aún sin tener review, la verdad es que si hago esto, es por que quiero quedar más a nivel de los capítulos que he subido por hispa... pero además tengo otras razones.
Quiero decir que ojala les este gustando este fic, en realidad no lo se, pues no se de sus opiniones, pero igual gracias si lo han leído, para quien llego a esta parte le digo GRACIAS.
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