Se internaba en el bosque prohibido, sabía a lo que iba, se dirigía a matarlo o a que lo matase a él, allí estaba esperándolo con su horrendo aspecto, con esos ojos rojos que le aterrorizaban.
Voldemort le sonreía y él temblaba, el señor tenebroso le lanzo un hechizo y él le respondió de igual manera. Ahí estaban los dos de nuevo, los dos rayos de luz enfrentándose uno al otro. Oye la voz de Ron, se gira y pierde la concentración, él señor tenebroso aprovecha ese momento para lanzarle el Avada Kedavra, sintió un dolor que le recorría todas las entrañas, noto como caía, el suelo estaba mas cerca y luego todo oscuridad.
La luz volvió de nuevo, vio su cuerpo sobre él frió suelo y a su dos compañeros pálidos como la luna.
Escucho la fría risa de Voldemort y de nuevo el Avada Kedavra, que estaba vez caía sobre su amigo. Le vio cuando su cara se desencajaba, se podría ver la sorpresa en su rostro y luego caer contra el suelo, oyó el grito de Hermione y vio las lágrimas que caían por su cara.
- Solo quedas tu – le dijo Voldemort – a sido tan sencillo.
- Aun no me has vencido – le contesto ella duramente entre las lágrimas.
- Contigo será más divertido. Crucio – Hermione se retorció de dolor, cayo de rodillas al suelo – tan divertido. Crucio – volvió a repetir, mientras ella gritaba del dolor que le producía el hechizo. Harry se interpuso delante de ella, pero era inútil el rayo paso a través de él – pensaba que eras mas fuerte, pero solo eres una sangre sucia – Avada Kedavra – y ella dejo de respirar.
Harry se arrodillo al lado del cuerpo de ella, lloro y grito de impotencia.
Abrió sus ojos, aun era de noche, estaba sudoroso y temblando, su cicatriz le dolía mucho, otra vez de nuevo esa pesadilla que lo aterrorizaba todas las noches, desde que había comenzado su sexto año en Hogwarts, era como una amenaza como si le avisara de lo que iba a hacer.
No lo soportaba más, no podía seguir viendo noche tras noche como ellos morían.
- ¿Harry? ¿Estas bien? – desde la cama de al lado Ron le hablaba.
- Duérmete – le contesto refunfuñando – siempre te metes en lo que no te importa.
- ¿Qué te ocurre?¿Qué soñabas?
- Te lo he dicho mil veces, no soñaba nada. Déjame en paz.
- No te entiendo de verdad que no. No sé que es lo que te hemos hecho para que nos trates así, nosotros solo queremos ayudarte.
- No necesito vuestra ayuda. Metete en tus asuntos Weasley – se levanto y se dirigió a la puerta, volviendo a escapar de su amigo una vez mas, pero esta vez el no se quedo en la cama, triste esperando que su amigo reaccionara y volviera a confiar en él.
- Sabes – le grito saliendo tras de el – estoy mas que arto de esta nueva actitud del señor Potter.
- No me importa. No me importa nada.
- Llevas un tiempo que no se te puede aguantar hay veces que me apetecería meterte un puñetazo.
- Pues damelo – le contesto empujándolo – si tantas ganas tienes damelo.
- ¡Basta! – gritaron a sus espaldas - ¡basta los dos! – casi toda la casa de Gryffindor había salido a ver lo que ocurría al escuchar los gritos.
- Hermione – le dijo Ron – es culpa de el. Sigue con esa actitud estúpida no es mi culpa – añadió señalando al otro que comenzaba a bajar las escaleras – mírale ya lo esta haciendo de nuevo, dejándonos con la palabra en la boca.
Se sentó en el sofá que había enfrente de la chimenea, le dolía tanto enfadarse así con él, sabia que Ron estaba furioso y no lo podía evitar, no les podía contar la verdad, lo mejor que podía hacer era mantenerse alejado de ellos, así tal vez tendrían una oportunidad que junto a el nunca tendrían.
- Eres tan tonto – la oyó detrás de él ya empezábamos de nuevo.
- Vete a dormir Hermione.
- No. No hasta que no te diga lo que he venido a decirte. Harry no sé lo que té pasa y la verdad es que ya ni siquiera sé si me importa. Le has hecho daño a Ron y a mí, no entiendo que es lo que te hemos hecho para que nos hagas sufrir de esta manera, pero no tienes derecho Harry, nosotros no nos lo merecemos.
- Crees que me importa lo que me digas – grito el furioso levantándose del sofá y enfrentándose a ella – mira señorita sabelotodo porque no vuelves a meter la cabeza en tus libros y te olvidas de mí. Hacerme un favor los dos no me volváis a hablar.
- Eso es lo que quieres – le dijo con lágrimas en los ojos – quieres que quitemos de hablar.
- Si por fin lo has entendido. La chica mas lista de Hogwarts y le cuesta tanto sumar dos y dos, como eres tan idiota.
- Porque me quieres hacer daño.
- Solo quiero que me dejéis en paz – cada vez estaba mas furioso.
- No lo pienso hacer, no hasta que no me digas por que.
- Alejados de mí no te das cuenta de que por mi culpa vais a morir – ella trago saliva y le dio una bofetada.
- Ahora es mi turno, me da igual lo que digas, lo que pienses y lo que quieras, porque por mucho que tú lo quieras no me voy a apartar de ti. Nunca entiendes, nunca me vas a alejar de tu lado.
- Dios Hermione que tengo que hacer para que me dejes en paz.
- Puedes hacer lo que quieras y me puedes herir con tus palabras, pero no te dejare solo – el bajo la vista al suelo, estaba perdiendo toda la resistencia que tenia para alejarse de sus amigos, necesitaba pensar para centrarse y volver a enfrentarse a ella. Sintió los brazos de ella alrededor de su cuello y su olor llego hasta él, eso no le ayudaba, la oyó sollozar en su cuello.
- No llores Hermione por favor, no llores.
- No puedo evitarlo, desde que te has alegado de mí, me siento muy sola – se separo de el y le acaricio las mejillas – no entiendes que te quiero, eres mi mejor amigo – el cerro sus ojos intentando escapar de esos ojos castaños que le hacían sucumbir, sintió los de nuevo como ella lo abrazaba, no se pudo resistir, bajo sus manos hasta la cintura de ella y la acerco mas a el.
- ¿Por qué me haces esto?
- Lo siento, necesitaba hacerlo, se que tu no lo entiendes pero te necesitamos junto a nosotros – el ante esa confesión la atrajo hacia el y la volvio a abrazar.
- Ese es el problema Hermione que yo te quiero demasiado – se sonrojo al oir lo que habia salido por sus labios – os quiero demasiado.
- Entonces no nos alejes de ti, no nos apartes de tu vida.
- Lo tengo que hacer, no soportaría que a Ron ni a ti os ocurriera algo, no lo entiendes os veo morir todas las noches. No soportaría que eso pasara de verdad.
- Pues sin ti – dijo una voz desde las escaleras – estamos perdidos. Nosotros te necesitamos para luchar.
- Ron no deberías escuchar a escondidas – le regaño Hermione.
- Si me quiero enterar de algo, tengo que hacerlo. Eres idiota Harry, porque no me lo contaste.
- No podía, sabia que si os decía la verdad, no conseguiría apartaros de mi lado, y la prueba esta delante – los otros dos sonrieron ante la contestación.
- Harry – le llamo Hermione – crees que no sabemos que estamos en peligro, siempre lo hemos sabido, acaso pensabas que no nos habíamos dado cuenta de que ser amigos tuyos implicaba un riesgo.
- Pero no nos importa – siguió Ron – no te vamos a negar que no tenemos miedo, pero no por ello te vamos a dejar solo.
- Claro que no, siempre seremos amigos y – le regaño Hermione – tu no se te ocurra volver a hacer nada parecido, si te ocurre algo nos lo dirás y no volverás a hacer una tontería como esta.
- Bueno ahora que todo esta aclarado – dijo Ron – me podéis explicar desde cuando os andáis tan cariñosos.
- Cállate Ron – le contesto Hermione.
- No en serio si yo me alegro por vosotros dos, pero me lo podíais haber contado.
- Ron, no te tenemos que contar nada.
- Claro que si, lo he visto con mis propios ojos, incluso todavía estáis abrazados.
- Eres tonto, que no te voy a decir nada.
- Debo ir a su encuentro – dijo Harry en un susurro – debo acabar con el.
