Draco Malfoy sentado desde la mesa de Slythering miraba hacia la de sus mayores enemigos, los Gryffindors, se fijaba en Harry Potter sentado en compañía de Dean Thomas y Seamus Finnigan, justo en la otra esquina de la mesa se encontraba Hermione Granger con Ginny Weasley, Parvatil Patil y Lavender Brown, aun recordaba el año anterior, cuando Ron Weasley había muerto a manos de Voldemort, todo el mundo mágico había celebrado la caía del señor tenebroso pero para los alumnos del colegio había sido un duro golpe, incluso para el que no tenia ningún aprecio por él pequeño de los Weasley, había lamentado su muerte aunque no había dejado que nadie lo notara, sintió como si su propia vida fuera a cambiar por la perdida del pelirrojo y así era ya no sentía el odio que durante seis años había tenido por ellos, ahora les tenia lastima, si alguien se lo hubiera dicho unos años antes se hubiera reído de el en su cara, ya no les insultaba cuando les veía por los pasillos no podía aunque quisiera porque cada vez que los veía aun cuando estaban sonriendo se podía ver en sus ojos la tristeza todo el tiempo.
Ya nada era igual, Potter salía con todas las chicas que se lo pedían y se había vuelto uno de los rompecorazones de Hogwarts, quien lo hubiera dicho, el mismo chico que era incapaz de hablar con Cho Chang sin tartamudear y ponerse como un tomate, Granger salía con Trevor Harpert un chico de Hufflepuff, aunque rara vez se les veía juntos.
En cierta manera hasta les estaba agradecido por haber acabado con el señor tenebroso, gracias a ello el no seria un mortifago, durante años su padre le había le había educado para serlo y puede ser que el también lo quisiera en realidad hasta entonces nunca había pensado ni remotamente que podía tener otro tipo de vida pero al perecer Voldemort todos los mortifagos habían sido capturados los que se habían resistido habían muerto a manos de aurores, su padre había sido uno de ellos y el lo había sentido mucho, no en vano era su progenitor, no podía negar que también sintió la liberación de poder decidir sobre sus actos, podía escoger lo que haría con su futuro.
- ¿Qué te parece si este fin de semana no vamos a Homesdgade?
- ¿Porque no? - Hermione se encontraba en unos de los pasillos del colegio con el que era ahora su novio.
- Yo pensé que tal vez podríamos buscar algún sitio donde nos quedáramos tu y yo solos – le dijo el acariciándole la mejilla.
- Claro estaría bien, pero – sabia lo que su Trevor le proponía, se lo había dicho mas de una vez, pero ella no estaba preparada aun - tengo que comprar algunas cosas.
- Vamos Hermione ¿Cuánto mas me harás esperar?
- Trevor aun no estoy preparada para estar contigo, ya te lo he dicho.
- Mira yo no quiero presionarte, pero ya llevamos casi cuatro meses juntos.
- A mi no me parece mucho tiempo – le contesto la chica ya enfadada – y ya te he dicho y dicho que aun no estoy preparada.
- Pues no esperaba llegar a esto contigo, pero te quiero decir que si no te decides pronto tal vez no haga falta que lo hagas.
- ¿Es eso una amenaza? – pregunto ella furiosa.
- No, no lo es, solo te digo lo que puede pasar.
- Eres idiota – le dijo ella yéndose.
Harry había terminado su entrenamiento y se dirigía hacia Gryffindor cuando paso Hermione junto a el murmurando cosas, se le quedo mirando unos segundos hasta que unas manos taparon sus ojos.
- ¿Quién soy? – estupendo lo que mas le apetecía jugar a las adivinanzas, estaba cansado del entrenamiento y no tenia ganas de jugar, cogio las manos que taparon sus ojos y se dio la vuelta.
- Hola Carla – la saludo.
- Así no vale – le contesto ella poniendo unos morritos – no importa, he estado pensando en ti – le dijo ella pasando unos de sus dedos por el tórax de el – no me has dicho nada desde lo de la otra noche.
- ¿Qué quieres que te diga? – le pregunto el apoyándose contra el muro.
- No sé que estuvo muy bien, por ejemplo.
- Lo estuvo – le contesto el.
- Pues entonces podríamos volver a vernos esta noche.
- Creo que no, esta noche no puedo.
- ¿Y mañana?
- Mira Carla ya te busco yo cuando pueda de acuerdo.
- ¿Perdona? – le dijo ella – me parece que te confundes, no me debes estar entendiendo, te propongo pasar la noche conmigo.
- Te entiendo perfectamente Carla, solo que no me apetece.
- Me estas rechazando – le grito ella.
- Tómatelo como quieras – ella le miro furiosa y se dio la vuelta yéndose, el se encamino de nuevo hacia su casa. Ya estaba un poco cansado de Carla y de todas las chicas con las que había estado desde que había vuelto a Hogwarts, al principio le resultaba excitante, pero ahora se había dado cuenta de que todo era igual, una y otra vez lo mismo.
Hermione miraba por la ventana de su habitación dejando caer lágrimas silenciosas.
- Hermione – le llamo Lavander - ¿Estas bien?
- Si, solo que me desvele un poco, duérmete.
- Si... – su compañera de habitación guardo silencio unos segundos – si quieres hablar dímelo, se que día es hoy.
- Gracias – le contesto sin darse la vuelta – pero no me apetece hablar, tal vez mañana.
- Claro cuando quieras – Lavander se volvió a meter en su cama.
Claro que sabia que día era, hoy era el aniversario de la muerte de su amigo y no, no estaba bien, pero no era con ella con quien quería hablar, con quien lo necesitaba, pero él no hablaría con ella. Ya había pasado un año desde que Ron había desaparecido y desde entonces Harry se había apartado completamente de ella y del mundo, en su ultimo año en Hogwarts, había cambiado completamente siempre estaba triste y ella no podía hacer nada por el, porque el no quería hablarle, la saludaba siempre que la veía pero ahí quedaba todo no cruzaban nunca mas de dos palabras y a ella le hacia daño, en una sola noche había perdido a las dos personas mas importantes para ella en el mundo mágico.
Cogio su túnica y se la puso sobre su camisón salio sin hacer ruido de la habitación, bajo las escaleras y se dirigió hacia el retrato de la Dama Gorda, miro hacia los dos lados antes de salir, si la pillaban a esas horas andando fuera de la torre de Gryffindor le caería un buen castigo y bajarían muchos puntos a su casa, un año antes le hubiera pedido su capa a Harry, pero ahora tampoco podía hacerlo, corrió lo mas deprisa que podía parándose en las esquinas antes de girar comprobando que no hubiera nadie hasta que salio fuera del castillo hacia el bosque prohibido, llego al sitio que buscaba, donde su amigo había fallecido, donde su vida había cambiado en cuestión de minutos y allí no pudo contener mas el dolor, cayo sobre sus rodillas y comenzó a llorar dejando salir todo el dolor que llevaba un año conteniendo.
No supo cuanto tiempo estuvo allí, su cuerpo estaba entumecido por el frió de la noche, se puso en pie y seco las ultimas lagrimas que habían caído por su rostro y volvió hacia el castillo, necesitaba hablar con alguien y lo único que se le ocurrió fue ir a la lechuceria, saco un pergamino de su túnica y convirtió su varita en una pluma, cuando termino se la coloco a Hedwig, la lechuza de Harry.
- No vuelvas hasta que no consigas entregársela – le dijo acariciando la lechuza que segundos después alzaba el vuelo. Ella fue corriendo hacia la biblioteca, tenía las llaves ya que la bibliotecaria termino dándole una copia para que pudiera quedarse cuando ella se iba y cerrarla, se sentó y espero, al cabo de diez minutos apareció la persona a la que esperaba.
- Hola Hermione – le dijo con una sonrisa.
- Hola Trevor – contesto la chica.
- Sabia que cambiarias de opinión – le dijo acercándose a ella.
