Estaban los dos solos sentados en uno de los sofás de la sala común, Ginny y Seamus se habían ido a dormir hacia un rato y ellos dos se habían quedado en silencio allí. No sabían o no querían decir nada, Hermione dejo que su cabeza cayera y descansara sobre las piernas del chico, el le comenzó a acariciar el pelo suavemente.
- ¿Estas triste? – le pregunto ella mirando su rostro que miraba fijamente la chimenea que tenia en frente.
- Un poco ¿y tú?
- También, es raro haberlo vuelto a ver, aunque me siento feliz por ello es como …
- Si lo hubiéramos vuelto a perder.
- Si, algo así – el silencio volvió a reinar en la estancia hasta que Hermione lo rompió – antes de que pasara todo esto de Ron ¿Me dijiste que me querías?
- Te refieres al momento en que Ginny apareció.
- Si de eso hablo ¿Lo dijiste?
- Si Hermione lo dije, creo que esta noche te lo he dicho ya dos veces, la primera echaste a correr y la segunda apareció Ginny.
- Ya osea que no lo soñé – ella se levanto y se quedo sentada en sus piernas - ¿Pero lo dices de verdad?
- Hermione escúchame y escúchame bien – le dijo ya cansado - Te quiero, te he querido desde hace años, la noche de la fiesta cuando me dijiste que estabas enamorada de mi no sabes lo feliz que me hiciste y cuando al día siguiente no recordabas nada me partiste el corazón, pero aun así te quise y te quiero y de verdad Hermione que ya no se como te lo debo decir para que lo entiendas – ella le beso y el dejo escapar una sonrisa en medio del beso.
- Me debes una promesa.
- ¿Qué promesa?
- Me prometiste que me enseñarías – le contesto bajando la vista sonrojada.
- Y lo haré – le dijo el dándole un beso en la frente.
- Pues enséñame.
- ¿Ahora? – le pregunto el sorprendido.
- Si – susurro ella tan bajo que casi a el le costo oírla.
- Pero, pero ahora no podemos.
- ¿Por qué no?
- Hombre pues no se ¿No te parece un poco precipitado?
- No ¿Qué pasa tengo que pedirte una cita?
- No Hermione, pero a lo mejor deberíamos hablar un poco antes.
- ¿De que? Nos conocemos desde que teníamos once años, no creo que haya algo que no sepamos el uno del otro. Además ¿No me quieres?
- Yo a ti si, pero todavía no te he odio decírtelo a ti.
- Te quiero Harry, te amo – el chico la volvió a besar y le sonrió al separarse - ¿ya podemos?
- Hermione –grito el.
- ¿Que?
- No quiero acelerar las cosas, no quiero que lo pases mal ni te sientas obligada a nada.
- Harry – le llamo ella empezando a perder la paciencia – no me siento obligada, te lo estoy pidiendo yo.
- Si, pero tal vez solo lo hagas porque sabes que yo lo quiero y eso no es …
- Harry por Merlín me estas escuchando – le grito ella levantándose – mira si esto no hace que me hagas caso, te juro que ya no se lo que terminare haciendo – ella se puso delante de el y se empezó a desabrochar la camisa y se la quito, cuando termino le miro a el que mordía su labio inferior – crees que ahora lo entiendes – el no contesto solo se levanto y la cogio en brazos yendo hacia las escaleras.
- No te voy a hacer daño – le dijo.
- Lo se Harry, se que tu nunca me harías daño.
El sol ya llevaba varias horas en alto cuando la puerta de la habitación se abrió de un golpe dejando pasar a una pelirroja corriendo que se azoto más al ver la escena.
- No he visto nada – grito tapándose los ojos con una mano – os juro que no he visto nada – repetía.
- Ginny, no sabes picar a las puertas – le reprendió Hermione.
- No he visto nada – volvía a repetir la chica – podéis seguir.
- No estamos haciendo nada – le dijo Hermione.
- No si yo te creo, que los dos estéis desnudos en una cama, desde luego no significa que estéis haciendo nada, es algo que se ve todos los días – Hermione se puso tan roja que hacia que el pelo de Ginny pasara desapercibido – por cierto, buenos abdominales Harry.
- Si no has visto nada no puedes opinar – le dijo Hermione.
- Nada, eso es exactamente lo que he visto, nada de nada.
- Ginny yo de verdad te creo cuando dices eso de que no has visto nada, pero crees que será posible que te vayas, para que veas menos aun – le soltó Harry.
- Si, si me voy a… cualquier sitio donde vea menos que ahora – le contesto ella – espero que hayáis tomado precauciones, si lo necesitáis yo conozco un hechizo que os puede ayudar.
- Ginny fuera – grito Hermione a todo lo que daba sus pulmones.
- ¿Qué pasa? – en ese momento hizo su aparición Seamus por la puerta - ¿Por qué gritáis?
- Hombre el que faltaba, venga avisa a todos los que se quedaron en el castillo por las vacaciones, podemos hacer una fiesta – rió Harry.
- ¿Qué hacéis los dos en la cama? ¿Habéis dormido juntos? – pregunto Seamus.
- Calla cariño que tu tampoco has visto nada – le dijo Ginny cogiendole de la mano y saliendo de la habitación.
- Bueno es increíble, en cuanto pille a esa pelirroja le voy a enseñar a picar a las puertas – agrego Hermione molesta – entra aquí como si nada y encima no se va se queda aquí hablando toda feliz y contenta, es increíble. ¿no lo crees? Harry me estas escuchando.
- ¿Tu sabias que había hechizos?
- Has escuchado lo que te he dicho.
- No entiendo como es que nunca había oído eso de los hechizos, pues igual es más cómodo que el método muggle, le tengo que preguntar a Ginny.
- Harry no has escuchado ni una sola palabra de lo que te he dicho, eres peor que ellos.
- No te enfades, no es para tanto.
- Si que lo es, nos han pillado juntos y en la cama ¿tu sabes lo que han podido llegar a pensar? ¿no te preocupa lo que piensen?
- No, a no ser que piensen que es otra cosa distinta a lo que parece, entonces si me preocuparía, porque es bastante obvio, creo yo.
- A ti se te han quemado las pocas neuronas que te quedaban.
- Puede ser, pero si fue por falta de oxigeno, es responsabilidad tuya – le dijo señalándola. Vamos a desayunar, tengo hambre – el se levanto de la cama y comenzó a buscar su ropa, ya se había puesto los pantalones cuando la volvió a mirar - ¿Vas a salir así? Hombre seria un espectáculo, pero creo que no quiero que lo hagas, no quiero que nadie mas que yo vea el perfecto cuerpo de mi novia.
- ¿De tu novia?
- Si – le guiño un ojo y se sentó en la cama para ponerse los calcetines, sintió los brazos de ella alrededor de su cintura.
- Te quiero.
- Ya lo se. Y yo a ti – se giro y le dio un beso, se volvió a echar sobre ella – mas vale que te vistas o no me controlare.
- Yo no quiero que te controles – le contesto ella.
- Menos mal que no te gustaba.
- Bueno, es que tuve un buen profesor.
- Todavía tengo muchas cosas que enseñarte, ya lo veras – le dijo el con una sonrisa traviesa. Pero necesito comer, vamos por favor – la chica accedió y después de vestirse los dos bajaron juntos al gran comedor donde Ginny y Seamus los esperaban, al pasar por la puerta se encontraron a un Malfoy con cara de pocos amigos.
- Sangre sucia – grito – ja, ja, ja, ya lo puedo decir, te voy a amargar la "PLOF" – cuando se giro para irse se había dado contra una de las puertas y se había quedado en el suelo inconsciente.
- ¿Crees que lo deberíamos ayudar? – pregunto Hermione mirando al rubio tendido en el suelo.
- Tengo hambre – fue lo único que contesto Harry tirando de ella hacia dentro del salón.
- Vale – se sentaron junto a sus amigos a disfrutar de la primera comida del año.
- Parecen muy felices. Lo has hecho bien Ron.
- Si ¿verdad?
- ¿Estas bien?
- Si es extraño, pero me siento muy bien como si me hubiera quitado un peso de encima.
- Eso ocurre cuando dejas algo pendiente en el otro lado, pero tú ya lo resolviste.
- Si, ese beso con Hermione era algo que tenida muy pendiente.
- No me refería a eso Ron. Eres imposible.
- No es verdad, se que te refieres a ellos, pero yo me quedo con el beso.
- No tenemos que ir ya ¿Lo sabes?
- Si ya lo sé.
- ¿Te has despedido de tu madre?
- Si ella ahora esta mas feliz, se alegra mucho de que vosotros me vayáis a cuidar.
- Y nosotros de hacerlo Ron. Vamonos James nos debe estar esperando.
- Ya voy Lily – echo un ultimo vistazo a sus amigos y se desapareció con una sonrisa.
Fin.
Como siempre gracias a todas las personas que me dejaron reviews y espero que me den su opinión sobre el final que le he dado.
Emily
