Este es el primer fiction de Inuyasha que escribó. Como todos saben los personajes no me pertenecen [Mejor lo aclaro, no tengo dinero para pagar derechos de autor] Bueno, espero que les guste. Entre parentesis son pensamientos y entre corchetes acotaciones mías. Pueden dejar reviews, o tomatazos en mi mail milagrosbm22@hotmail.com
Era un día de esos.
Grises, fríos y húmedos.
Con ese frío que se te cuela hasta los huesos.
Con esa grisura que te anuncia que todo puede pasar.
Incluso un reencuentro con lo que menos esperas.
Con tu pasado.
El tiempo pasa, las cosas cambian...
Noticias y sorpresas
Está historia en concreto empieza dos años después de que la perla desaparezca y Kagóme regrese.
La lluvia volvía gris todo el paisaje, por las escalinatas del templo suben Kagóme y un muchacho de ojos grises.
Yuko... yo... tengo que irme.- dijo con temor Kagóme.
Espera.- la retuvó el tal Yuko, tomadola de las manos.- Kagóme, yo... me pregutaba sí tú... -
¿Sí yo?- preguntó Kagóme con suavidad.
Sí tú... -
¡¡Kagóme!!- gritó un chico de unos siete años, corriendo hacia la chica. Tenía el pelo negro y los ojos azules. Cuando llegó frente a Kagóme se abrazó a ella y comenzó a llorar.
¿Qué sucede Syipo?- dijo preocupada la chica.- Te estás mojando ¿Por qué no entrás y me esperas allí?-
Es muy urgente.- alegó Syipo.- De acuerdo te espero.- dijo ante la mirada suplicante de Kagóme. Luego se volvió a Yuko.- ¿Tú quién eres?- dijo mirandoló con furia.
Yo soy Yuko Tanhasyi y el novio de Kagóme, espero.-
A Kagóme se le iluminaron los ojos de felicidad y asintió con la cabeza.
¿Y tú?- le preguntó a Syipo.
Yo soy el hijo de Kagóme. (Este tonto no va durar mucho)-
¿¿¿¿Qué!!!!- gritó Yuko.
Syipo te dije que no debes hacer esas bromas. No mal entiendas, Yuko, se podría decir que yo adopte a Syipo hace un par de años, pero el no es mi hijo de verdad, yo recién cuento 17 años y el siete.-
Pero yo la quiero como si fuera mi mamita.- aseguró Syipo, aferrado al sueter de Kagóme. Y luego agregó en voz baja.- Y cualquier tonto que pretenda ser el novio de mi mamá, va a tener que convenserme antes.- dijo con una mirada fiera.- (Bueno, no todos. Hay uno o dos que no tendrían que tomarse ese trabajo).-
Había escuchado muchos argumentos para no intentar salir contigo, Kagóme, pero nunca el de un pequeño guardián.-
Ahora lo sabes.- constestó Syipo, separandosé de Kagóme.- Te espero alli dentro, Kagóme ¡Tú tampoco deberías mojarte!- gritó ya en la puerta de la casa.
Discúlpalo, por favor. Es extremadamente celoso de cualquier hombre que se me acerca. Hubo a varios que los espanto diciendoles que yo tenía un pretendiente que era muy impulsivo y celoso, y que si llegaban a encontrarlos era capaz de matarlos.- Ante la cara de susto de Yuko, le aseguró: - Pero es mentira, no te preocupes.-
Pues yo había escuchado otras cosas, pero ya vez no me deje asustar.-
Y te lo agradezco.- dijo Kagóme, tomando la mano de Yuko.- Yuko yo, sería muy feliz siendo tu novia. Pero ¿No te enteraste que en tercer año estuve enferma mucho? Debes pensar que quizá te convendría salir con otra persona con la que puedas contar en todo momento.-
Yo no pienso en lo que me conviene, Kagóme, si no en lo que me dicta el corazón. Y él me dice que no podría salir con nadie que no seas tú.- [Me dieron ganas de vomitar.]
Está bien, pero yo te lo avise.- sonrió Kagóme.
¡¡¡Kagóme!!!- volvió a gritar Syipo.-(En dos años no dejen que ningun tonto ser humano la bese si podía evitarlo y no empezare ahora)-
Creo que el pequeño Syipo esta muy apurado.- notó Yuko.
Bueno, me voy.- contestó la chica empezando a dirigirse a la casa.
¡Kagóme!- gritó Yuko, cuando esta casi llegaba a la casa.- ¿Sales el sábado?-
¡Claro!- fue la respuesta.
Yo no lo creo.- dijo por lo bajo Syipo, mientras observaba por la ventana.
- ¿Quieres un poco de té, hija?- dijo la Sra. Higurasyi.
Si, por favor.- dijo Kagóme, secandosé el cabello. - Voy a pescar un resfrío.-
No sería un buen momento.- dijo Syipo. Kagóme levantó la mirada, preocupada, y se fijo en el niño. Pudo ver que Syipo miraba hacia el antiguo pozo del templo, el que estaba cegado desde hacia dos años.
¡¡Ahh!! ¡¡No!!- gritó Kagóme, chocando con su madre al pasar por la puerta del comedor y encerrandosé en su habitación de un golpe.
¡Hija!- dijo su madre golpeando la puerta.- ¿Qué te sucede?-
¡No, no y no!- replico Kagóme.- (No puede ser posible ¡Es que no va a dejarme en paz!)
¿No a qué Kagóme?- le preguntó Syipo.- ¡Aún no te he dicho nada!-
¡No me importa! ¡Puedo imaginarlo!-
¡Vas a hacer que llame a tu hermano para que me ayude!- la amenazó Syipo.- ¡Abremé!-
Kagóme abrió con fastidio. Su madre optó por alejarse ante la mirada de Kagóme, y Syipo entró con temor. La chica se sentó en la cama y le indicó A Syipo la silla del escritorio.
¿Qué quieres?- dijo molesta y mirando para otro lado.
Hoy en la tarde decidi sacar las tablas del pozo, porque tenía muchas ganas de ver a Sango y Miruko. Lo logré, aunque no del todo. Mira, Kagóme yo no sé porque te enfadas tanto, pero creo que las cosas no están del todo bien en la otra época y deberías darte una vuelta... -
¡Darme una vuelta! ¡Sería lo último que pienso hacer en mí vida! Yo tenía una vida normal y tranquila, hasta que caí por ese pozo. Perdí días de clase, tenía que simular estar enferma, debí dejar de salir con mis amigas. Varias veces resulte herida, en peligro de morir; me robaron mis almas. Estuve a punto de ser secuestrada, obligada a casarme ¿Quieres que siga? Lo único bueno fue conocerte a ti, a Sango y a Miroku.-
¿Lo único bueno? ¿No te olvidas de alguien? (¿Qué le ocurrió con Inuyasha?)-
Kagóme miró a Syipo con ganas de asesinarlo.
Yo solo dije una parte de lo malo.- le rectifico.-
Entiendo.- dijo con tristeza Syipo.- Bueno, si lo único bueno fue conocerme a mí, a Sango y a Miroku, creo que deberías ir con más razón.-
Ni pienso.-
¿No lo harías por un viejo amigo?-
Explícate.-
Si no hay otro remedio... -
-¿A dónde vas a estás horas, hija?- preguntó la Sra. Higurasyi, viendo como Syipo y Kagóme comían el desayuno lo más rápido que podían a las seis de la mañana.
Al último lugar donde querría.- le contestó Kagóme, revisando su equipaje.- ¿Sota hizo lo que le pediste?- se volvió a preguntarle a Syipo.
Sí.- dijo Syipo lavando la vajilla.
¿Adónde vas?- volvió a repetir su madre.
Mamá ¿Podrías llamar al trabajo y decir que renunció? Volveré dentro de unos días y entonces yo en persona hablaré con el gerente.- se ajustó las correas de la mochila. Ante la insistente pregunta de su madre le contestó:- Mi pasado siempre sera parte de mí y me reclamará.-
¿Vas a retroceder en el tiempo?- se asombro su madre.
Sí, creéme que si no fuera muy importante no lo haría.- dijo ya en la puerta.- ¿Me ayudas con la bicicleta Syipo?-
Después de trabajar mucho, Kagóme y Syipo sacaron la bicicleta del pozo y la apoyaron el piso.
Kagóme se recostó en el pasto y respiro el aire limpio y libre de contaminación.
-(De todos modos es agradable estar de vuelta.)- Levantó la mirada. - (Aquel árbol es... El árbol sagrado.) Kagóme se levantó y se encaminó para tocar el tronco del árbol. Podía sentir un gran poder fluyendo. Luego se volteó a mirar a Syipo: - ¿Por donde dijiste que era la aldea de Sango?-
Está a dos horas de camino hacia el sur.- le indicó Syipo.
Era primero de diciembre y ya empezaba a hacer frío. A las ocho de la mañana cuando ellos llegaron a la aldea, recién empezaba la actividad y tuvieron que golpear un buen rato las ventanas de la casa de Sango para que les abriera.
Cuando Sango les abrió llevaba un grueso manto encima. Abrazó a Kagóme y le reprochó que se hubiera ausentado tanto tiempo. Prendió fuego, y cuando el ambiente estaba más agradable se quitó la manta y Kagóme pudo notar algo en Sango que Syipo se había guardado muy bien de decir. LA exterminadora estaba embarazada.
Obviado una pregunta de muy facíl respuesta le preguntó a Sango si podía ser la madrina de su hijo.
Claro que sí, es más estaba pensando en ti para eso.- dijo Sango.
¿Y dónde está Miroku?- le preguntó Kagóme.
Ese es precisamente el problema.- murmuró Sango.
¡¡QUÉ!! EL DESGRACIADO SE... -
Calmaté, Kagóme.- le tranquilizó Sango.- Miroku esta aquí, y no .-
¿Qué?- preguntó confundida Kagóme.
Hace tres días, yo comenze a sentir nauseas. Entonces él se dirigió al bosque a buscar una hierba medicinal. Como se tardaba mucho me levante y fui tras él.- Sango hizo una pausa y tomó aire.
Cuando me vió llegar, me reprocho que hubiera salido de la cama y estaba ayudándome a volver. Cuando de la espesura salió un gigantesco oso de pelo renegrido y ojos verdes. Miroku se interpusó entre el oso y yo, y le gritó: "Vete de aquí bestia. No sabes con quienes estas metiéndote." Entonces lo que paso a continuación... , el oso le contestó... -
¿Qué el oso le contestó?-
Sí, el oso le dijo "Eres un tonto, ni tú ni esa mujer me importan. Lo que realmente me interesa es ese niño que la mujer que tu proteges lleva en su vientre. Si tú insistes en protegerla, vas a morir y luego mataré a la madre para que muera el hijo." Miroku le clavó su arma en el corazón al oso, y de pronto se envolvió en luz y se trasformó en un ave blanca y roja que arremetió contra él y en uno de los ataques el ave tiró un picotazo, de donde salió una luz y esa luz... - Sango se echó a llorar.
Le quitó sus almas a Miroku.- completó Syipo.
Es increíble.- dijo asombrada Kagóme.- ¿Y en está habitación conservas a Miroku?-
Sí, asi es.-
Lo lamento, Sango.- se disculpó Kagóme.- Yo no tengo obligaciones que me aten a mi época. -
¿Estás segura de lo que dices, Kagóme?- le preguntó Syipo. Kagóme asintió con la cabeza.
Tenemos dos opciones. O yo me quedo aquí y te cuido y ayudo hasta el momento que des a luz o vienes conmigo y Syipo a mi casa.- enumeró Kagóme.
¿No hay otra opción?- preguntó Sango
Mientras tanto, afuera, alguien se acerca corriendo y provocando mucho alboroto a su alrededor, prestando atención a cualquier ruido.
¿No hay otra opción?- volvió a preguntar Sango, ante el silencio de su amiga.
La habría. Pero Syipo y yo no podemos buscar a ese ser solos. ¿Qué tal si debemos pelear? Solo hay alguien que podría ayudarnos. Pero no esta aquí.- la voz de Kagóme se volvió triste.- Él... (No está, NI QUIERO QUE ESTE)
¡Vine lo más rápido que pude Sango!- la interrumpio una voz masculina. el muchacho reparó en la compania de Sango.
(Esa voz. No, no él, NO AHORA.)- pensó Kagóme.
¿Kagóme?- preguntó con voz temblorosa el muchacho.
¡Inuyasha! ¿Qué haces aquí?- exclamó Kagóme, sin salir de su asombro.
CONTINUARA...
Espero no este demasiado mal. Cualquier sugerencia es bienvenida, dejen Reviewns, y ya saben mi dirección de mail.
