¡¡¡Vengo a tortúralos de nuevo ^_^!!! [Y por lo menos dos veces más ¬_¬] Como ya comente, soy bastante distraída y lo que voy a poner ahora tendría que haber ido a en el capítulo anterior, pero se me paso.

Muchos de los que me han dejado sus reviews me piden que la pareja Kagóme/ Inuyasha sea la que quede. Tengo dos argumentos. 1°) Hay que variar un poco ¿Y que chica va a enamorarse de Inuyasha? [Además de las dos mikos. Yo personalmente prefiero a Seshhomarú.] Y el 2°) [Esto sonará increíble ¬_¬] ¡Pero a mí también me da mucho coraje que Kagóme este tan enamorada de Yuko! [Claro que por otra cosa.] ¿Qué estoy diciendo? ¡Yo soy la que escribo! [Pequeña discusión conmigo misma. A falta de hermanos...] El kid de la cuestión es que yo también estoy empezando a tomarle odio a Yuko. [¿Sheila? ¬_¬. ¿Sí? ^_^. ¡Mejor deja de decir tonterías U_U!]

[¡Esto va sonar a publicidad! Aquí vamos. ^_^'] También les agradezco a los que me han dejado rewiens por mi otro fiction. Que hasta me pareció cursi a mí misma, que soy la autora.

Ya saben los personajes que todos conocen no me pertenecen [No me daría la cabeza.] Los demás son 100% imaginación propia. ¡¡Y dejen sus reviews!!

El tiempo pasa, las cosas cambian...

Búsquedas y encuentros

Inuyasha permaneció inmóvil, perplejo e incrédulo.

¡Oye Inuyasha! ¿Me escuchas? ¿Qué te sucede? ¡Empiezas a asustarme!- le gritó Syipo, cara a cara con el hanyou.

Inuyasha... - lo llamó Sango.- ¿Nos oyes?-

¿¿¿Cómo que se llevaron a Kagóme??? ¿¿¿Por qué no hiciste algo??? ¿¿¿Por qué no gritaste??? ¿¿¿Por qué no gritó ella??? ¿¿¿Cuántos eran??? ¿¿¿Adónde se la llevaron??? ¡¡¡Habla!!!- Le gritó el mitad demonio a al kitsune, tomándolo del chaleco y sacudiendoló.

¡Inuyasha!- dijo con severidad Sango, rescatando a Syipo.- Tranquilo.-

¿Tranquilo?- repitió Inuyasha.- ¿Cómo me pides que me este tranquilo?-

Por si no lo notaste, estabamos bajo un hechizo de sueño. Es probable que Kagóme crea que sigue aquí.-

¡Demonios!- Inuyasha daba vueltas por la cabaña, cada vez más agitado e impaciente.

Afuera empezaba a clarear y la actividad también comenzaba.

Inuyasha.- llamó con precaución Sango. ¿Qué quieres?- le gritó. ¡Inuyasha yo también estoy preocupado por Kagóme, pero no tienes que gritarle a Sango!- le reprochó Syipo. Cierto. Disculpamé Sango.- (¿Se disculpó? Esto realmente le cayo mal.)- pensó Sango.- Mira esta pregunta esta fuera de lugar. Si quieres seguir el rastro de Kagóme será mejor que nos demos prisa pero... ¿Quieres pescado o ave en tu desayuno? ^_^. - ¿Cómo puedes pensar en comer Sango?- Oye cabeza de perro. Sin duda es urgente buscar a Kagóme. Pero yo estoy en etapa de crecimiento y Sango embarazada, así que debemos alimentarnos bien.- ¿Sabes qué? Tienes razón.- dijo sorpresivamente el hanyou.- Tú no me serás de ayuda. Y Sango debe quedarse a reparo. Iré yo solo a buscarla.- Eso ni lo pienses.- dijo cortante Sango.- Quién sabe cuanto tiempo nos tardemos en encontrarla. A la par buscaremos a ese "ser". - dijo Sango pensativamente.- (O quizá encontremos eso antes.)-

Así que nuevamente a los caminos. Esta vez con doble peso en el estomago. Por un lado Miroku y la seguridad de Sango; por otro la suerte corrida por Kagóme. Aunque ninguno quería admitirlo ese nuevo vagabundeo no les gustaba. La cazadora de moustros sentía que su tiempo de viajar había acabado, o al menos quería esperar a tener a su hijo. Syipo se había acostumbrado a tener un hogar estable en casa de Kagóme, y en cuanto a Inuyasha, pues él solo necesitaba saber que Kagóme estaba cerca [En un próximo capítulo verán por que no aparece la tinaja con vida, es decir Kykio.] Y que nada le había ocurrido. Por lo que ese vagabundeo le recordaba cuando debía protegerla de Naraku y lo odia. [Por si les queda alguna duda Naraku desapareció.]

Caminaron mucho tiempo, como no llevaban la mochila de Kagóme, ni su bicicleta, Inuyasha cazo algo para comer y Sango se dispuso a cocinarlo.

Syipo se acercó despacio y con temor al burbujeante recipiente que estaba al fuego y estiro la cabeza para mirar.

Adentro el agua bullía y la carne empezaba a flotar. El kitsune observó con desconfianza la hierba picada que la exterminadora echó en la olla.

¿Y vamos a comer esto?- dijo Syipo, viendo el almuerzo. No necesariamente. Quedaté a dieta.- le contestó tranquila Sango.- ¡Inuyasha! Ya esta listo.-

Syipo decidió darle crédito al consejo de Sango y se quedo sin almorzar.

Lo lamentaría mucho luego.

Caminaron mucho más, casi sin detenerse.

Al caer la noche estaban muy lejos de su propia aldea y decidieron pasar la noche en la aldea que estaba cerca.

Syipo fue el primero en llegar.

En el centro de la aldea ardía una gran fogata. A su alrededor estaban arrodillados muchos niños y varias mujeres. Unos metros detrás de la fogata se erguía un gran roble.

Sango penetró en el círculo de luz. Inuyasha intentó seguirla.

¡Zumm!

Una flecha pasó rozando la oreja izquierda de Inuyasha.

Pero no era una flecha cualquiera. Dejaba una estela rosada.

¿Kagóme?- ¡No des un paso más, Hanyou!- gritó la chica, que estaba sobre el roble. El arco tenso y una flecha en él.- ¿Qué quieres?- gritó.

Kagóme estaba muy cambiada. Su mirada era dura y su voz fría. Llevaba un vestido blanco con manga acampanada. Sango se adelantó:

Nosotros solo queremos un lugar para descansar.- dijo tomando a Syipo en brazos.- Yo me encuentro encinta y traigo un niño pequeño conmigo. Si tú eres la Edain de esta aldea, que si mal no recuerdo es Estel, has honor a tu cargo y al nombre de tu protegida y danos refugio.- dijo con voz autoritaria Sango. De acuerdo.- dijo ásperamente Kagóme.- Tú y el niño pueden entrar. Pero el hanyou se quedará donde está.- luego se dirigió a Inuyasha.- Y si intentas entrar amparandoté en la sombra te advierto que te notará y atravesaré con una flecha antes de que te dieras cuenta.- Luego hizo sonar un tambor y todos los rumores se acallaron. ¡Habitantes de Estel!- exclamó.- Hagan honor al nombre de nuestra población y acojan a estos extranjeros que piden refugio por hoy. Pero les advierto; un mitad youkai en las cercanías ¡Tengan cuidado!- dijo y volvió a mirar con recelo a Inuyasha. Syipo y Sango se acercaron a la fogata. Los demás les hicieron sitio. Sango.- dudó Syipo.- ¿Cuál es el significado del nombre de esta aldea, Estel?- Estel significa Esperanza.- le contó Sango. ¿ Y qué es Edain?- Un Edain es el guardián de cada poblado. La mayoría de las veces viven en las afueras y su presencia es ignorada. - Esta aldea fue fundada como refugio para los niños y mujeres de viaje, o que han perdido todo por las guerras.- dijo una de las más ancianas. Ya veo.- contestó Syipo. Y... ¿De dónde vino esta Edain? ¿Cómo se llama? ¿Es originaria de aquí?- Su nombre Neptalí.- dijo uno de los niños. Luego se acercó una niña de unos doce años. El Señor la trajo hoy en la madrugada. Dijo que ella sería la encargada de protegernos de ahora en más. Que el vendría a la medianoche a reemplazarla. Creo que es su protegida.- dudo un poco la niña.

Sango abrió los ojos por la sorpresa. ¿Kagóme protegida de alguien? Y era alguien de la nobleza. Se preguntó quien sería.

¿Y quién es el Señor de esta aldea?- artículo al fin. Ethir creemos que es su nombre.- dijo una mujer que se había acercado a calentar las manos.- Les mostraré donde dormirán. Pronto sonará el toque de queda.-

Sango se dio vuelta en su futón. Estaba solo con Syipo en toda la choza, había caído escarcha. Se levantó, abrigo y salió fuera.

LA medianoche recién había pasado.

Sango dio un largo rodeo a la aldea y fue a encontrarse con Inuyasha.

¿Y bien? ¿Qué averiguaste?- fue la impaciente pregunta de este. Olvidaté de Kagóme, ahora se llama Neptalí; es la Edain de esta aldea y es la protegida de un señor de la nobleza.-

Las noticias dejaron sorprendido a Inuyasha ¿Kagóme una Edain? ¿Protegida de quién? Definitivamente algo no estaba bien.

Sango volvió a la choza que le habían asignado. En su camino miró el gran roble. Definitivamente no era Kagóme la que estaba vigilando. Pero tampoco pudo distinguir quien era.

El alba había llegado. Inuyasha se deslizó con cuidado, rodeando el poblado. Sango le había dicho que estaba en la última choza.

Pero cuando se alejaban, respondiendo quién sabe a que oculto plan de Inuyasha, percibió un olor conocido. Provenía de una de las últimas chozas.

Inuyasha se acercó y asomó por una de las ventanas. Allí, acostada sobre un futón repleto de frazadas y mantas, pudo distinguir a Kagóme.

(De una forma u otra voy a lograrlo, no sé como, pero lo haré.)- se dijo a sí mismo. Esto va marchando a la perfección.- dijo en un susurro una figura, ni muy alta ni baja, al tiempo que hacía un ademán con algo que llevaba en las manos.

- ¿Qué piensas hacer ahora, Inuyasha?- fue la pregunta de la exterminadora.

No lo sé.- admitió el hanyou.- Por lo pronto alejarme de aquí.- ¿¿Qué dices Inuyasha??- saltó el pequeño kitsune.- Si nos alejamos de aquí perderemos de vista a Kagóme.- No seas tonto.- le reprochó el mitad demonio.- Quién quiera que sea que la ha llevado a esa aldea sabe que ya la hemos encontrado. No la dejará mucho tiempo donde esta.- le contestó Inuyasha. ¡Vaya! Si a veces piensa.- se asombro Syipo.

Eso habitualmente le hubiera valido un golpe cortesía de Inuyasha, pero esa vez se salvó.

Siguieron caminando [Otra vez con lo mismo ¬_¬ ¡Qué poco creativa soy! U_U] Recién había pasado el mediodía, luego de atravesar un gran campo llegaron a un ancho río.

Inuyasha podría pasarlo de un salto, al igual que Kirará, llevando a Sango. Pero Syipo no podría ir sobre ella, ya que el río era demasiado caudaloso y un peso de más podía ser fatal.

Entonces decidieron organizarse así: Inuyasha se llevaría a Syipo y Kirará saltaría con Sango.

El mitad youkai lo hizo sin problemas. Y estaba pensando en regresar y ayudar a Sango, cuando vio que Kirará saltaba.

Al principio parecía que todo iba yendo bien. Kirará ya casi había terminado de cruzar cuando se tambaleo.

Y no solo a causa del cansancio de llevar a Sango. Ella nunca lo había echó por un tiempo tan prolongado. Si no porque un gigantesco tentáculo rojo carmesí había tomado una de sus patas traseras y tiraba hacia abajo.

La bestia rugió y intentó lanzar una llamarada, con la intención de poner a su ama a salvo. El fuego envolvió el tentáculo y lo traspaso. Pero el miembro no mostró dolor o quemazón, si no que sacó dos tentáculos más y tomó a Kirará por el estomago y el cuello.

Sango se recostó sobre el lomo de su mascota, pero al aferrarse al cuello de ella rozó uno de los tentáculos y salió una espesa humareda púrpura.

Así que además de ser invulnerable al fuego, mordiscos y rasguños esa criatura despedía veneno.

¡Sango!- gritó Inuyasha, desvainando a la Tetsusaiga.- ¡Baja la cabeza!-

De un salto llegó a la altura de las patas de Kirará y estiro su espada para cortar los tentáculos, pero un campo invisible lo repelió.

¡Zummm!

Una vez más, una flecha había pasado rozando el rostro de Inuyasha. La Flecha fue dar sobre la maraña de tentáculos, haciendo que estos retrocedieran y volvieran al agua. Al mismo tiempo había purificado el aire que respiraban Sango y Kirará.

Kagóme.- murmuró Inuyasha, dandosé vuelta.

Bajo un cedro especialmente verde Kagóme respiraba agitadamente. Aún tenía el arco en su mano y el codo flexionado. Luego dejo caer ambos.

Se apresuró a agacharse a recogerlo y miró hacia atrás:

Tenías razón después de todo, había problemas.- se giró completamente y no vio a nadie.- ¡Ethir, no seas cobarde! ¡¿Por qué siempre me dejas sola?!- dijo irritada, y se esfumo por los arbustos.

Inuyasha se quedo perplejo. Esta vez deliberadamente habían enviado a Kagóme a encontrarse con ellos, la habían enviado en su ayuda.

El sol ya caí en el poniente cuando Inuyasha y los otros dos se encontraron con un anciano, este iba sobre una carreta y llevaba un gran sombrero, que le oscurecía un poco las facciones.

¿Joven Inuyasha?- llamó con voz potente extrañamente clara. Ese soy yo.- se detuvo el hanyou.- ¿Cómo me conoces? ¿Qué quieres?- Yo soy Heimdall. Soy amigo del herrero Totosai.- Ah, ya veo. ¿Y eres igual de cobarde que él?- dijo intrigado Inuyasha. Cof, cof.- tosió ruidosamente el anciano.- Tienes suerte de que la mujer que te acompaña siempre no este contigo, ya estarías aplastado en el piso.-

La mirada de Inuyasha cambió, a una de profunda tristeza.

¿Qué es lo que sabes, Anciano?- preguntó Syipo. ¿Te importaría hablar en privado?- dijo dirigiendosé a Inuyasha.

Heimdall condujo a Inuyasha hasta un arroyo que corría a unos 80 metros de allí.

Se sentó sobre una roca y cerró los ojos, concentradosé.

Inuyasha esperó pacientemente, cosa extraña en él. Finalmente Heimdall volvió a abrir los ojos.

Veo que hay un gran sufrimiento que te perturba, causado por cierto hechizo... - se hizo un silencio.-... Que yo puedo remediar.-

Inuyasha lo miró con desconfianza, pero también un poco esperanzado.

Dame a Colmillo de Acero.- dijo de pronto Heimdall. ¿¿Qué?? ¿¿Colmillo de Acero es el precio??- Inuyasha dudaba [¡¡Porque, porque duda!!!] Si él entregaba Colmillo de Acero y esta se rompía, él perdería la conciencia de lo que hacía. Podía dañar a Kagóme. ¿De qué le valía tenerla de nuevo junto a él, si podía dañarla inconscientemente? Finalmente accedió y deposito a la Tetsusaiga en las manos de Heimdall.

Heimdall sostuvo a la Tetsusaiga fuertemente por unos momentos y luego dijo:

La espada no me ha mentido. Ni ella ni Totosai, quién la forjó.- ¿Qué quieres?- ¿Recuerdas por qué pudiste usar Colmillo de Acero el día que la obtuviste?- Me empecinamiento por proteger a Kagóme fue lo que lo hizo reaccionar.- Exacto.- ¿A dónde quieres llegar con todo esto?- Colmillo de Acero me ha dicho cual es exactamente el dolor que inquieta los fragmentos de tu alma.- ¿Los fragmentos de mi alma?- Sí. Esto es complicado. Pero trata de entenderlo.- ¿¿¿Me llamas tonto??? U_U- gruño Inuyasha. Tu alma, de por sí, esta fragmentada en dos; tu parte de demonio y tu parte humana. Tu parte de demonio esta dividida en tres: la parte que guarda la Tetsusaiga y que sella tu sangre; la parte que permanece dentro de ti y hace que seas impulsivo, entre otras cosas; y la parte que custioda ese collar, que es lo único que logra que obedezcas. Tu parte humana esta dividida en dos: la parte que guardas tú; y la otra se la había llevado una mujer. Pero ahora la has perdido nuevamente y te sientes incompleto.-

Inuyasha no contestó nada, miraba los reflejos del sol en el agua.

Yo puedo ayudarte. Pero el precio es muy caro.- susurró Heimdall.

La vegetación se estremeció sacudida por un viento repentino. La oscuridad comenzaba a crecer.

Tienes a Colmillo de Acero en tus manos. No puede haber precio más caro.- le contestó Inuyasha. Mi trabajo es simple, debo deshacer un hechizo.- comenzó a decir Heimdall.- Lo verdaderamente duro te toca a ti.- Explicaté bien, Anciano.- dijo el hanyou, perdiendo la paciencia. Tu deberás protegerla de cualquier cosa que intente dañarla. Aún a costa de tu vida, o lo que sea.- Inuyasha frunció el entrecejo. Eso no tienes ni que pedírmelo.- gruño. Además no debes decirle nunca nada que ella no recuerde u obligarla a recordar nada... - De acuerdo; ¡Un momento! ¿¿Ella no recordará nada?? ¿¿Qué clase de hechicero eres?? ¬_¬'- Ten en cuenta que peleo con alguien que tiene más poder que yo. ¡Además lo que te digo te lo digo por su bien! Además no es seguro, es solo una precaución.- le aclaro Heimdall.- Si tú no cumples lo que te he dicho, perderá la memoria definitivamente y no habrá cura posible.- Tomó aire y continuo.- Si ella recuerda algo o le sucede algo que afecte su equilibrio emocional puede que sufra una confusión o una enfermedad física. Y un último punto; procura que tu tristeza y la de ella no se junten o atraerán a toda criatura maligna que ronde.- finalizó.- ¡Eso es todo! - [Con tantos problemas no veo donde este el trato! ¬_¬'] Esta bien lo haré.- Inuyasha pensó un momento.- Cuida bien a la Tetsusaiga, si algo llega a ocurrirle, también me ocurrirá a mí.- Pon tú mano derecha sobre la Tetsusaiga.- ¿Qué? ¿Para qué?- Para que el hechizo se cumpla debes jurar sobre ella.- No.- se negó rotundamente Inuyasha.- Sobre esta espada pesa una maldición de sangre, que fue infligida por un ser muy poderoso. Si juro sobre ella no se que podría pasar.- aclaró el mitad demonio. No seas tonto. No pasará nada. Es probable que esa maldición quede sin efecto.- le reprochó Heimdall.- ¡Hazló!-

Inuyasha puso su mano sobre la espada y miró interrogante al Anciano:

Inuyasha ¿Juras cumplir todas las condiciones anteriormente dichas?- Por supuesto que sí.- contestó Inuyasha, sintiendo una desazón inexplicable. Mañana camina hacia el este, hasta el mediodía. Allí la encontrarás.- dijo Heimdall, devolviendolé la espada y llamando con un silbido a la carreta.

Se subió de un salto y con otro leve silbido la puso en marcha.

¡Saluda a Sango y al pequeño Syipo de mi parte!- le dijo, antes de desaparecer en una vuelta del camino.

Inuyasha se quedó allí, sin saber demasiado bien que esperar.

CONTINUARÁ

Este fue el tercer capítulo, espero que no haya estado mal. Por si a alguien le quedo curiosidad en el próximo capítulo se enterarán de que maldición habla Inuyasha y si es verdad lo que dijo Heimdall. ¿Saben? Iba a poner algo más, pero ahora no recuerdo bien que era ^_^U Gomen... Pido disculpas por anticipado, por que en este fiction quizá cambie un poco la personalidad de Inuyasha. Y dejen sus rewiens! Que aunque me digan que escribo el peor fic que leyeron me caen bien! [Al menos sé que lee alguien.]