¡¡Hola!! [Sí, ya volví. (Para los que se lamentan que no termine con esto de una buena vez)]
Antes que nada aclaro que los personajes de la historia base no me pertenecen a mí, sino a Rumiko Takahashi y Distribuidores.
Los demás personajes [Que por el bien de todos espero no sean demasiados] son 90% imaginación propia y 10% influencia de leyendas, mitos y cuanto libro extraño de vueltas por ahí.
Recuerdo los símbolos de: () pensamientos de los personajes; [] Mis acotaciones; recuerdos de diálogos; y los tradicionales *** FLASH BACK***
A quienes me dejaron Rewiens [Y para leer mis propios comentarios] Ya les agradezco desde aquí. Pero pueden buscar al final del capítulo.
El tiempo pasa, las cosas cambian...
Ayuda
Nuevamente el claro de bosque se agitaba bajo las pisadas de una docena de pies, que se movían enrededor de una cúpula de mármol. Allí debajo, una figura sobre un trono oscuro se movía difusamente.
- ¡Ya Basta!- dijo finalmente.
Todos los rumores de alrededor se callaron. Un hombre de cabello dorado se apoyo en la columna que sostenía la cúpula, mirando fijamente una figura que estaba bajo un árbol. Ese ser pasaba desapercibido. Quizá por las ropas oscuras que se camuflaban con las sombras, con la capucha sobre su cabeza.
¿Está listo?- dijo la misma voz que había instalado el silencio.- ¡Te he preguntado si ya esta todo listo!- Repitió con impaciencia.
Solo unos detalles más.- dijo el hombre que estaba contra la columna.- ¿No es cierto?- le gruño a una sombra que se movía detrás de él.
En cuanto a ti.- dijo dirigiendosé a la sombra que estaba recargada en él árbol. - ¿Qué me dices de tu parte?- alego la figura del trono.
La figura levantó la cabeza, como si nada existiera alrededor y se dirigió con paso firme al trono. A pesar de que las ropas oscuras no dejaban ver su apariencia despedía una luminosidad azul. Los seres que estaban cerca retrocedían y huían a la oscuridad.
¿Has hecho tu parte?- insistió la misma voz.
Claro que sí.- dijo sonriendo ante el desagrado que le provocaba al Señor su luminiscencia azulada.- Disculpamé por no poder controlarla, pero son muchos años de usarla a mi antojo y no voy a cambiar ahora.- dijo con voz femenina y serena, al tiempo que sacaba algo de su capa.- Creo que esto era el objetivo ¿Verdad?- dijo levantando en alto un anillo de plata que, con una luz muy difusa y fuerte a la vez, ilumino el claro.
Guarda eso.- dijo la voz del trono con tono silibante.- ¿Cómo te atreves a traerlo aquí?-
Oh.- dijo la voz del ser que tenía en alto el anillo.- ¿Acaso la pura verdad lástima tus ojos?-
Él que estaba en el trono y los otros cuatro apretaron los dientes, pero sabían que no podían hacer nada contra ella. En cambio, el personaje de penetrantes ojos verdes, se separo de la columna y le dijo:
- Nunca cambiarás ¿verdad?-
¿Y en cuánto a lo otro?- interrogó él del trono.
Yo mismo supervise que lo hiciera, Señor.- se apresuró a aclarar las figura de cabello rubio.
Es verdad.- dijo con la misma serenidad la mujer o lo que fuera.- Ellos no recuerdan nada de eso. Fue lo primero de lo que me encargue apenas la trajeron.- Luego su tono de voz cambio a uno irónico.- Bueno casi nada, sabías que ni podrías deshacer mi conjuro ¿Por qué te comprometiste?- le dijo volviendosé hacia el hombre de ojos verdes
Ethir sabe muy bien lo que hace.- intercedió el Señor.- Él contó con mi aprobación.- afirmó.
Espero que así sea.- dijo la mujer, y haciendo una reverencia desapareció por el bosque.
Kagóme salió de la choza donde había estado por cinco días. Llevaba un pantalón de jean y un grueso abrigo de lana amarillo. Afuera, un poco impaciente, ya estaba Inuyasha. Recargado contra un árbol.
Inuyasha.- le dijo Sango, mientras Kagóme y Syipo hablaban animadamente.- ¿Te has detenido a pensar en la tontería que has hecho?-
Claro que sí. Y es lo que voy a hacer.- reafirmó el hanyou.
Creo que tantos Abajo te han afectado el cerebro. No solo Syipo y yo sabemos tu nombre. También la anciana Kaede; tu hermano Sesshomarú y toda Edo [Por las dudas aclaro: nombre antiguo de Tokio y alrededores] ¿Y te has detenido a pensar en lo que dirá el Joven Kouga?-
Inuyasha intentó no mostrar preocupación, pero dijo entrecortado.
Me tiene muy sin cuidado lo que ese estúpido hombre lobo pueda pensar.- luego se volteo.- ¿Vamos a ponernos en camino o no?- le pregunto volviendosé hacia Kagóme y Syipo.
Luego de haber caminado por muchos kilómetros y no haber descansado casi nada, se adentraron el un bosque lúgubre.
Inuyasha llevaba en brazos a Kagóme, ya que ha media tarde había vuelto a subirle la fiebre, cuando ya estaban lejos de cualquier pueblo. Ella estaba profundamente dormida.
Mejor detengámonos aquí.- dijo Sango.
Frente a ellos se extendía un lago de aguas cristalinas. Se sentaron de espaldas a él y Sango encendió un fuego. Inuyasha se sentó en el suelo y apoyo el cuerpo de Kagóme, sobre sus piernas flexionadas, mientras la sostenía entre sus brazos.
Syipo fue hacia donde estaban ambos y coloco el termómetro en la boca de Kagóme.
Alrededor de ellos el viento aullaba como si llevará a todo el infierno en sí. De pronto el pitido del termómetro los sobresaltó.
Sango se acerco gateando hacia Kagóme y le sacó el termómetro de la boca.
39°. Y se nos ha acabado la medicina.- informó con tristeza.
El pesado silencio se instalo de nuevo.
Algo contundente chocó contra la superficie del agua.
Automáticamente giraron las cabezas. Instintivamente Syipo se escondió tras Sango. Con un poco de temor Inuyasha aprisiono contra él a Kagóme.
Una figura sombría se acercaba, caminando sobre el lago. Cada vez que se movía ondas azules se extendían alrededor de sus pies y también tenía una luminiscencia azulada a su alrededor.
Finalmente tocó tierra firme, aún lejos de ellos.
Yo puedo curarla.- afirmó acercandosé a ellos. Con paso resuelto penetró en el círculo que iluminaba la hoguera.
Era una mujer. Aunque hubiera sido innecesario e inútil precisar su edad. Era más alta que Sango. Tenía el cabello castaño con tonos rojizos y los ojos de un color marrón extraño. Llevaba una túnica blanca y sobre ella una capa gris que parecía volverla invisible. En el pelo llevaba dos hebillas con sendos diamantes tallados a modo de luceros, engarzadas en plata. Su voz era serena y firme.
Yo puedo curar a Kagóme, si tu me das permiso.- insistió dirigiendosé a Inuyasha.
¿Quién eres tú?- preguntó Syipo, armandosé de valor y saliendo de detrás de Sango.
Por ahora, Syipo, conformaté con saber que me llamó Berenice.- dijo esa mujer.- ¿Me dejarás o no, Inuyasha?- Él asintió silenciosamente con la cabeza.
Dejalá con Sango.- Inuyasha se incorporó con una delicadeza poco usual en él apoyo a Kagóme suavemente en Sango.
Todos miraron el rostro conmocionado de la chica. Berenice miró a Syipo por un momento, haciendo que él bajará la mirada, luego observó a Sango. Y ella a pesar de ser una exterminadora se sintió intimidada y por último fijo su mirada en Kagóme.
- Esto es muy fácil.- dijo. Y superpuso sus manos sobre la frente de la chica. Sobre su anular izquierdo tenía un anillo de plata, con un zafiro engarzado [Y yo sigo con los malditos anillos... ¬_¬] Ella se concentró y la piedra brillo con una luz no muy fuerte. Pero inmediatamente volvió a opacarse. Inmediatamente Kagóme recupero su color natural y empezó a respirar con normalidad. Sin decir nada más, Berenice se puso de pie. Y inexpresivamente, sin desafiarlo, ni de manera altanera, miro a los ojos de Inuyasha.
Inuyasha tuvo la sensación de que estaba esculcando en su alma, su mente y su pasado. Y esa sensación no le agrado. Y muchos menos le agrado el brillo de los ojos de la mujer. De un extraño color marrón.
Recordaban a los bosques rojos y dorados en otoño. Al brillo de las estrellas en el agua cristalina. Al sol del atardecer rompiendo las sombras. Y también tenía fuego de forja en el fondo de la mirada. Y el brillo de sus ojos se asemejaba al brillo de los filos de las espadas.
Pero sin decir nada más retiro su mirada de la de Inuyasha. Y silenciosamente se encaminó al lago de donde había llegado.
Sango.- dijo Inuyasha en voz baja.- Cuídala bien.- y con paso rápido siguió a Berenice hacia el lago.
Berenice se detuvo, un movimiento antes de meter un pie sobre el agua.
Inuyasha ¿Tú no vas a conformarte con saber solo que me llamó Berenice? ¿No soportarás tener una deuda con una desconocida?-
No.- fue la seca respuesta del hanyou.
Ella se volvió y miro su mano por un segundo.
(Cuanto, cuanto me he equivocado al hacerlo. Que Kami me perdoné)- pensó la mujer.- Yo soy Berenice, del linaje de las Bean Sidhe. Y si no te conformas con eso pertenezco a la sub raza de las Fincaev, del grupo de los Adalar.-
¿Tú eres qué?-
Sabía que no lo comprenderías.-
Eso ya era suficiente para Inuyasha, ya era la segunda vez en una semana que un desconocido extraño lo llamaba ignorante.
¿Vas a decirme quien eres, si o no?- insistió el hanyou.
De allá.- señalo el oeste.- De donde vengo, me conocen como una Bean Sidhe, una especie de espíritu vagabundo. Y dentro de estas soy una representante de las Fincaev, señoras de los elementos sutiles.- dijo con simpleza.- Supongo que sabes lo que es un Adar [Adalar en plural]-
Sí. Son los espíritus que eligen proteger o vivir entre los mortales.-
Así es.-
Por eso no detecte olor alguno.-
... - ella no contesto.
¿Por qué nos ayudaste?-
No lo recuerdas.-
O_O???-
Por más que tu quieras protegerla, por más que lo desees con todo tu alma. No vas a lograrlo.- luego miro hacia donde estaban los otros. - Ella ya esta por despertar ¿No quieres verla?-
Él asintió silenciosamente y regresaron hacia donde estaban los otros dos.
Kagóme abrió los ojos.
Se sentía muy extraña, como si le hubieran sacado buena parte de su energía. Lo primero que vio fueron los ojos dorados de Inuyasha. Esos ojos dorados que hacían pensar en el sol de la mañana y en la esperanza que se renovaba constantemente.
Hi... Hinoki.- intentó levantarse, pero Berenice se lo impidió.- ¿Qué ocurrió? ¿Quién eres tú?- dijo mirando los ojos de Berenice. Que le hicieron pensar que había visto y estado en innumerables batallas, soportado mil tristezas, que le hablaban de soledades y dolor. Y que quizá ya no guardaban lágrimas de tantas que había ya derramado quien sabe porque causa.
Ya estás bien ^_^- le contestó Berenice.- Yo me llamo Berenice.- Kagóme se enderezo sin dejar de mirarla.
¡Kagóme!- exclamo Syipo, saltando hacia ella para abrazarla.
Ten.- dijo Berenice, quitandosé un broche de los que llevaba en el cabello. - Tómalo.- dijo tendiendoseló a Kagóme.
¿Qué?-
Es tuyo, te lo regalo.- insistió ella.
Pero... pero es muy costoso.-
Eso no importa. Es mío y yo decido que hacer con él- tomó la mano de Kagóme y puso el broche en ella. Luego se puso de pie. - Bueno ahora de veras que tengo que irme. Adiós.- dijo y desapareció entre los árboles.
CONTINUARÁ...
Bueno, si alguien me esta diciendo de todo menos bonita por dejar el capítulo aquí, le digo de consuelo que no me gusto dejarlo así.
La verdad creo que no me quedo muy bien, pero quiero empezar con el siguiente capítulo [Que es mucho más movido ^_^]
Aquí vamos con las aclaraciones.
Una Bean Sidhe [Literalmente; mujer de los túmulos] es un espíritu que saque de la mitología celta; son entidades protectoras de clanes o familias. Suelen aparecer antes de muertes y accidentes. Además se las consultaba antes de emprender algo arriesgado y se le pedía protección. Lo de la división de los Fincaev es invento mío. Fincaev es el nombre de un personaje de otra leyenda celta.
En cuanto a los Adar y el nombre Ethir son sacados de la mitología de Tolkien. Amon Ethir es de donde saque el nombre y Adar es una deformación de la palabra Adan que se usa para designar a los hombres.
Bueno, parece que el otro capítulo gusto mucho, porque recibí 3 Rewiens nuevos y ahora voy a contestarlos. Vuelvo agradecerles que me dejen comentarios [Ya que son un gran apoyo]
Cess007- kun: Bueno, primero ¡Ponté de pie! ^_^U [Aunque sé que lo dijiste en sentido figurado] Después hay gustos para todo [sobre lo que dijiste de Kykio] Y lamento no haberte dado más información [Al contrario, creo que fue más lo que no dije que lo que sí ¬_¬] No actualice demasiado pronto pero hice lo mejor que pude.
Leyla: Pues para tu desgracia sigo con muchos ánimos de escribir U_U. Gracias por el dato de los Shinidama [aunque espero no tener que usarlo, porque eso significa que la muerta revivida esta cerca] Aquí tienes la continuación. [No también como otros pero bueno ¬_¬]
Kagome: [ O Sheila, como quieras. Tengo una duda; ¿Cambiaste tu nombre o hay otra Sheyla [Weasley] si es así se puso el nombre de moda? ¿O eres Sheyla K- Chan? ] Que bien que te haya gustado. Yo también pienso que esta muy bien que Kykio ya este muerta [¡¡Pero bien muerte y que no vuelva!!] Lástima lo de la maldición. Aquí tienes continuación, después de todo.
Bueno; vuelvo a agradecerles. Y sobre el próximo capítulo: Si les cae bien Kouga, les gustará. Si no, pues no quiero ni amenazas de muerte, ni virus, ni cadenas de mala suerte o nada por el estilo. ¡¡Dejen Rewiens!!
¡Chau! Hasta pronto.
