¡¡Hola!! Aquí estoy de vuelta.
Bueno ya lo saben; los personajes por todos conocidos no me pertenecen. [Ni siquiera de prestados] Los otros [Solo tres.] [Por ahora ¬_¬] son 90% imaginación propia y 10% influencia de leyendas & afines.
Aunque ya lo saben, recuerdo: () pensamientos de los personajes; [] mis acotaciones; recuerdos de diálogos; y ***FLASH BACK***
¡Espero que lo disfruten! ^_^
El tiempo pasa, las cosas cambian...
Los dos ataques
Aquí traje la leña que me pediste, Sango. Aunque no fue fácil conseguirla.- suspiró Syipo, dejando en el piso, cerca de la exterminadora, el pequeño haz de leña. - ¿A propósito donde está Kagóme?- preguntó el kitsune.
Eso mismo me pregunto yo.- interfirió Inuyasha, quien llegaba en ese momento.
Pues... dijo que iría a recoger agua.- observó Sango, mientras prendía fuego.
Eso es imposible.- observó Inuyasha.- Yo vine del río y no me la crucé ¡Demonios! ¿Dónde se habrá metido esa chiquilla?-
Kagóme iba camino hacia el río. Iba tarareando una canción que no sabía dónde había oído, pero que le daba mucha energía y esperanza.
Los fragmentos habrá que buscar unidos, tú y yo, la suerte nos juntó. Sé que los vamos muy pronto a encontrar. El tiempo pasa y te conoz... - se giro sorprendida. Había sentido una voz que la llamaba. Pero parecía que ya la había oído antes.
(Eso es imposible. Yo no tengo recuerdos de antes de despertar junto con Sango y ellos.)- empezó a caminar de nuevo.
Kagóme... -
(Allí esta de nuevo.)- pensó, mientras giraba la cabeza y buscaba a los lados.
Kagóme... - volvió a oírse nítidamente.
Ella se paró en seco. La voz venía de un grupo cerrado de árboles. Lo meditó un momento y se interno en la espesura.
¡Maldición!- gruño el hanyou, que seguía la pista de Kagóme. En el campamento se habían quedado Sango y Syipo.- ¿Dónde pudo haberse metido? ¡Estamos en tierras salvajes! ¡Pudo haberle ocurrido algo!- Se detuvo sobre el sendero hacia el río, se agacho y comenzó a oler el camino.- Que extraño; su aroma se desvía hacia la izquierda. Pues ahí vamos.-
El bosque se hacía cada vez más espeso. Sin embargo, una línea de ramas rotas y hierba pisada le dieron a Inuyasha el indicio de que Kagóme había pasado por allí. Luego de una hora la vegetación comenzó a ralear y se abrió a un amplio claro.
El claro esta cerrado en tres de sus lados por árboles en cerradas filas y en cuarto por una ladera de montaña, desde donde bajaba una cascada, formando un amplio lago con plantas flotantes y en el bosque circundante cantaban alegremente los pájaros.
Kagóme estaba arrodillada junto al lago, con la mirada pérdida en las profundidades.
¿Sucede algo?- preguntó el mitad demonio, sentandosé junto a ella. Pero la chica no le respondió, siguió contemplando el agua de manera absorta.
Vaya, que sed tengo.- dijo Inuyasha, mientras tomaba agua en el cuenco de sus manos y la bebía.
No. No lo hagas.- dijo Kagóme, aún con la mirada pérdida, tirando de su brazo.
¿Qué? ¿Por qué?- dijo extraño el chico. Pero la advertencia de la chica había llegado tarde, el agua ya había penetrado en la garganta de Inuyasha.
De súbito las aguas se oscurecieron y también la vista de Inuyasha.
******************************** FLASH BACK *******************************
Inuyasha estaba parado sobre una rama de un alto árbol, oliendo el aire.
¿Dónde diablos se habrá ido esa niña con la valiosa perla? Nisiquiera puedo percibir su olor.-
- Escuchamé perro tonto. Cuándo termine con esa ave, te destruiré para que solo yo encandile el corazón de mi querida Kagóme, mi mujer ¿Escuchaste bestia?-
Kagóme, Kagóme, Kagóme... ¡Tu no eres digno de llamarla por su nombre!- grito Inuyasha al hombre lobo que lo miraba con recelo desde la montaña.
Y ahora que terminé con ella.- dijo Inuyasha, con una sonrisa.- Arreglaré cuentas contigo.- dijo volviendosé al hombre lobo, mientras se abría paso entre los otros.- ¿¿Por qué lo estás abrazando?? O_O- pregunto perplejo Inuyasha, viendo a Kagóme sosteniendo a Kouga entre sus brazos y junto a su pecho.
¿Arreglar cuentas? ¡No ves lo grave de la situación!-
- Y la siguiente será esa mujer.- dijo una extraña criatura con cuerpo de gusano, una cabellera bastante larga para su tamaño y unas grandes cuchillas en lugar de manos.
¡No!- gritó Kouga, precipitandosé hacia él para impedir que la lastimará. Pero en el camino otra criatura monstruosa lo detuvo e impidió que fuera en su ayuda. Kagóme y Syipo se habían quedado paralizados, sin saber que hacer. Solo sintiendo un gran temor.
¡No te atrevas!- la voz de Inuyasha desgarró el aire, al tiempo que, levantandosé de su sopor, aferró a Colmillo de Acero y golpeo a la criatura, arrojándola lejos. - ¡Ya veras!- grito el hanyou, mientras con una furia incontenible empezó a perseguir a esa criatura. Moviendo ágilmente la espada que minutos antes se le hacía enormemente pesada.
****************************** FIN DEL FLASH BACK ************************
Hinoki.- lo llamó suavemente Kagóme. Inuyasha abrió los ojos.
¿Qué paso?-
No me escuchaste. No debes tomar esta agua.-
¿Por qué no?- dijo aún atontado, incorporandosé. Ella volvió a inclinarse sobre el lago.
¿No lo ves al fondo?- dijo ella, mostrandolé una figura que se movía difusamente bajo el agua.
¿Qué eso?-
Es una kairendunin. Donde hace sus nidos, el agua se contamina. Quién la toma cae en algunos de sus peores recuerdos y se hunden en la desesperación.-
Sobre la superficie del agua empezaron a formarse grandes burbujas.
Apártate.- dijo Inuyasha, mientras tiraba del brazo de Kagóme.
Una gigantesca araña púrpura salió de las profundidades. Cada uno de sus ocho ojos tenía un color amarillo rutilante y sus pinzas eran relucientes y negras.
¿Quién... quién se ha atrevido a beber de las fuentes de Taerendrim? ¿Quién ha osado penetrar en el bosque del mismo propietario? ¡Respondan!- movió amenazadoramente las pinzas y olió el aire.- ¡Fueron ustedes, intrusos!-
Taerendrim.- dijo Kagóme adelantandosé con timidez.- Nosotros no sabíamos que esto os pertenecía. Por favor, tenga clemencia de nosotros.-
¡Clemencia! Ustedes me piden clemencia. ¿Cómo la que me tuvieron vuestros padres? [Se entiende que lo dice en sentido figurado] No la tuvieron de mí. Me echaron de los valles donde yo tenía mis moradas y se apropiaron de la tierra ¡Y ahora ustedes piden clemencia! Aquí la tienen.- exclamo mientras lanzaba una pegajosa tela de araña.
Sin embargo esta vez Colmillo de Acero fue capaz de cortarla.
Bien, veo que os habéis desecho de mi tela. ¡Vayansé! ¡No quiero volver a veros por aquí!- gritó antes de hundirse en el agua.
Ellos siguieron el consejo y se alejaron del lugar.
¿Cómo demonios te metiste en un sitio semejante?- le reprendió Inuyasha, cuando una hora después volvieron al camino.
Pues sentí... que alguien me llamaba.- la media tarde había pasado.
¡I... quiero decir Hinoki!- gritó Syipo, acercandosé a ellos.
¿Qué sucedió Syipo? - preguntó Inuyasha.
¿Dónde estaban? Hace horas que estoy buscándolos... -
¿Horas?-
Sí. Vengan.-
Cuando llegaron al campamento encontraron a Sango tendida en el suelo. Se apretaba con fuerza uno de sus costados y respiraba agitadamente.
¡Ay! ¿Qué sucedió?- se asustó Kagóme.
Nos... nos atacaron.- susurró Sango.
¿¿Cómo que te atacaron??- preguntó Inuyasha.
Como lo oyes.-
******************************* FLASH BACK *******************************
Ya se retrasaron demasiado.- dijo Sango, al mismo tiempo que levantaba la cabeza.
¿Crees... crees que haya ocurrido algo?- preguntó con un poco de temor Syipo.
No lo sé.- dijo tratando de disimular su preocupación la exterminadora. Lágrimas empezaron a deslizarse por su mejilla. Tenía miedo por su hijo y por ella; no sabía a ciencia cierta que había ocurrido con sus compañeros; y extrañaba a Miroku. A su dulce Miroku [Según ella ¬_¬U]
No llores Sango.- dijo el kitsune, arrodillandosé junto a ella.- Yo iré a buscarlos.-
Syipo había recorrido todo el camino ida y vuelta desde el río. Había recorrido las orillas y no lograba atisbar nada. Finalmente se resigno y volvió con Sango. Confiando en que Inuyasha y Kagóme estaban juntos y bien, y en que el hanyou no dejaría que nada la lastimara.
¿Los encontraste?- preguntó Sango, apenas lo vio.
Él negó con la cabeza.
¿Dónde...?- Pero Sango no termino la frase, una sombra se movía alrededor.
¿Qué... qué es eso?- exclamó Syipo.
¡Shh!-
Pero era demasiado tarde, un gran tigre de piel blanca con franjas doradas y unos ojos verdes, como los de un gato, había saltado a escena.
¡Grr!- gruño Kirará, y se interpuso entre ella y el felino.
Bien hecho, bonita.- susurró Syipo, subiendosé a la cabeza de Kirará.
Sango se incorporó. Y un poco tambaleante por su propio peso, se paró sobre la espalda de su mascota.
¡Hiraktaisu!- El gigantesco boomerang de Sango, pasó junto al tigre, pero no lo golpeó. Viró como si hubiera sido dirigido y cayo secamente junto a un árbol.
El felino miro a la abatida arma que había quedado inmóvil y se dirigió a ella.
Crash, crash.
El boomerang tenía dos profundas marcas de garras en cada extremo.
- ¿Qué pretende?- se asombro Sango.
Pero sin darle tiempo a reaccionar rasguño a Kirará en la garganta. Ella se tambaleo y cayo dormida, atrapando las piernas de Sango. Syipo cayo contra un árbol y quedo atontado.
¡Grrr!- gruño con fiereza ese tigre, se arrojo contra Sango y le lanzo un zarpazo, dirigido a su corazón.
¡No te atrevas!- gritó Syipo, al tiempo que generaba una llamarada de fuego azulino y expulsaba hacia atrás al felino. Las garras solo llegaron a raspar el costado de Sango.
El tigre cayó de pie. Y luego de echarle una mirada de desprecio a Syipo se alejo entre las sombras, como había llegado.
************************** FIN DEL FLASH BACK ****************************
Y eso fue lo que ocurrió.- termino Sango.
Así que fuiste capaz de utilizar ese ataque.- observó Inuyasha, mirando a Syipo con un brillo en los ojos que rayaba en ¿orgullo? [¿Es posible? O_O]
¿Qué fue capaz? ¿Ya lo conocías?-
Si.- dijo Inuyasha, intercambiando miradas de complicidad con Syipo.
Ya veo.- dijo con tristeza Kagóme.- Si Hinoki hubiera estado aquí no te habría ocurrido esto. Lo siento.- se acercó a examinar la herida de Sango.- Esto es fácil de curar. Pero necesito una planta en especial.-
Yo iré a buscarla.- se ofreció Syipo.
Bien. Mira; tiene unas flores rojas y grandes. Y el tallo es largo y fino.-
Yo también voy.- intervino Sango.
No, tú no puedes moverte.- la detuvo Inuyasha.
No te preocupes, iré a beber un poco de agua. ¿Me acompañas Syipo?-
Inuyasha se había sentado bajo un árbol, la noche ya había caído y todo estaba oscuro. A lo lejos podían oírse las risas de Syipo, Kagóme y Sango. Y el ruido del chapoteo en el agua.
Un rato después llegó Kagóme, desenredandosé el cabello. Se arrodillo frente a Inuyasha y lo miro fijamente. El hanyou, que había estado perdido en sus pensamientos le devolvió la mirada.
¿Sucede algo?- dijo al fin.
No. Solo quería decirte que... me disculparás. Si yo no me hubiera retrasado, no habrías salido a buscarme y no los hubieran lastimado.- dijo con una gran tristeza en los ojos.
Bueno, al fin y al cabo, Sango solo tiene un rasguño. Y Syipo aprendió usar su ataque.- dijo con una sonrisa reconfortante Inuyasha.
Yo... quería preguntarte algo ¿Por qué viajas tanto? Sango me contó que es lo que has estado haciendo durante años... -
... - Inuyasha mantuvo el silencio.
No quieres contarme. Esta bien. Solo llevamos unos días de conocernos. Pero me gustaría que algún día me lo contarás.- dijo ella. Luego de una pausa continuo.- Yo te admiro mucho.-
¿Tú? ¿A mí? ¿Por qué?- se sorprendió Inuyasha.
Porque cuidas de ellos como si fueran tu familia. No te importaría arriesgar tu vida para protegerlos. Y... - su rostro se volvió melancólico.- Eres muy seguro de ti mismo y de todo lo que haces.-
Pero no siempre fue así.- interrumpió él.
¿Ah no?- se sorprendió la chica.
Yo era muy inseguro. Hasta que de un día para el otro encontré que lo había perdido todo... por mi temor.- luego la miró con un poco de melancolía él también.
Por eso los cuidas tanto.-
Son lo único que me queda. Y si yo no soy firme (Tengo que serlo, por ti. Por que no quiero volver a perderte.) Puedo quedarme sin nada.- dijo y concluyo la charla.
El amanecer ya estaba cercano e Inuyasha seguía dando vueltas sin poder conciliar el sueño.
Todo lo que había pasado le preocupaba, más de lo que hubiera deseado. Todavía intentaban acabar con el hijo de Sango, y por consiguiente con la exterminadora. Sin duda esa había sido la causa del ataque a Miroku. Y también tenía muy en claro que él mismo ente que quería acabar con Sango y su hijo, había secuestrado y dañado a Kagóme. Ahora, lo que él ignoraba, era por qué había atacado justamente a Kagóme. ¿Era que ella era más peligrosa para ellos que él mismo? Si era así ¿Por qué? Él tenía miedo. Sí. Las únicas veces en su vida que había sentido miedo habían sido por ella. Miedo de perderla, de que lo dejara solo y abandonado.
Y después de todo, de años de luchar contra él mismo y de pasar por mil dificultades, la había perdido.
Quizá irremediablemente.
(No puedes quitarte la costumbre de pelear contigo mismo ¿Verdad?)- resoplo.- (¡Ya te duermes!)- se gritó en su mente.- (Pero antes...)- Inuyasha volvió a girarse y busco a Kagóme. Esperaba verla dormida. Pero no la encontró.
Ya un poco sobresaltado, se incorporó.
La vio arrodillada junto al fuego. Estaba calentandosé las manos y se estremecía.
¿Por qué no te duermes?- le preguntó Inuyasha, al tiempo que se sentaba junto a ella.
Yo... - Se hizo un silencio bastante incomodo.- Tengo... tengo miedo.- susurró al fin. Al tiempo que se acurrucaba, encogiendosé sobre sí misma.
¿Miedo? ¿De qué?- dijo un poco tembloroso Inuyasha.
Hay ojos que me siguen, soy lo que anhelan. Están dispuestos a matarme para llevarme con ellos, si es necesario.- bajo la cabeza, y rápidamente se enjuago unas lágrimas que se escapan de sus ojos.
Pero yo no dejaría que te dañaran.- dijo suavemente Inuyasha.
Pero no es eso a lo que temo... - vaciló la chica.- Tengo miedo de... de no encontrarlo... nunca.- terminó al fin.
Pero yo voy a ayudarte.- le recordó Inuyasha.- (¿Qué demonios dices?)- al tiempo que rodeaba sus hombros con su brazo derecho. Ella no dijo nada más y se apoyo en su costado.
Teniendo a Kagóme junto a él, sabiendo que nada iba a dañarla mientras él estuviera cerca, Inuyasha se dejo llevar por el sueño.
Si hubiera permanecido un minuto más despierto, habría oído a Kagóme susurrar:
Tengo miedo, pero ya no me importa... - antes de dejarse llevar por el sueño ella también.
Una sombra se movió furtivamente sobre los dos chicos dormidos. Contemplo por un minuto los rostros llenos de paz de ambos y luego se rió con malicia.
¿Así que, Inuyasha, estas muy tranquilo de tenerla a tu lado, eh?- Los ojos verdes refulgieron, mientras revolvía su capa, buscando algo. Saco una bolsita azul profundo.- En mi opinión ya fue demasiada tranquilidad. Si no, esto se vuelve aburrido.- dijo con una profunda voz de hombre. - A llegado la hora.- Saco un puñado de polvo rojo y lo vertió sobre Kagóme.- Hasta pronto.- Y desapareció barrido por el viento.
- ¡Ayy! ¡Pero que tiernos se ven!- exclamo Syipo, que se había despertado con los primeros rayos del sol.
¡Shh!- lo calló Sango.- Vas a despertarlos. Pero es cierto se ven muy lindos ¿Crees que haya recordado algo?- preguntó con curiosidad la exterminadora.
Voces. Kagóme escuchaba voces. Podía reconocerlas; eran de Syipo y Sango. Pero tenía mucho sueño. Seguiría durmiendo hasta que la despertaran. Se dio vuelta para el otro lado y choco ¿¿Con alguien??
- ¡Ah!- exclamó la chica, que se levantó bastante sonrojada, al ver que aún seguía apoyada en Inuyasha. Intentó recordar la escena de la noche anterior, pero los recuerdos eran borrosos. O al menos eso hubiera deseado.
¿Qué ocurrió? ¿Por qué gritan?- preguntó sobresaltado Inuyasha, al ver que aún seguía abrazando a Kagóme la soltó y se enderezó rápidamente. - ¿Y ustedes que miran?- les pregunto con una mirada que mataba.
Nada ^_^U- contestó el kitsune.- Solo... -
Ibamos a despertarlos para el desayuno ^_^U, pero nos dio pena. Se veían tan dormidos.- dijo Sango.
¿A sí? ¿Y dónde esta el desayuno?- preguntó Inuyasha.
Je, je ^_^U Pues a eso íbamos.- contestó Syipo.- ¿No, Sango?-
¿Qué? ¡Ah! Sí, claro. Nosotros nos vamos.-
Hinoki.- dijo tímidamente Kagóme, acercandosé a él y sentandosé al frente.- Yo... - bajo la cabeza, poniendosé cada vez más roja.- Yo... lamento haberme quedado... dormida... - susurró.
Eh... en realidad... -
No. Escucha. Hay algo más que debo decirte. Yo... yo recordé... recordé que... -
¡Hola, Kagóme!- saludo alegremente Kouga. [No pregunten de donde salió, solamente apareció.]
¡Kouga! A ti también debo hablarte.- dijo rápidamente Kagóme.
CONTINUARÁ...
Lamento haber dejado el capítulo justo en mitad de un diálogo, pero este se me alargo. Yo pensaba poner muchas más cosas, pero luego decidí dividir en dos.
Para los que se preguntan de donde fui a sacar la idea de la araña submarina y todo eso. Aclaró que no es invención mía. En realidad es otra idea sacada a Tolkien. Solo que yo cambie el nombre, la personalidad y el efecto del agua, pero básicamente fue quitado a Tolkien. [Lo admiro mucho como escritor, aunque sería mejor decir admiraba, ya que se debe estar revolcando en la tumba al ver lo que hago con su mitología.]
Siguiente aclaración [Aunque innecesaria. ] La canción que iba cantando Kagóme en mi país la titulan "I am" Y el segundo opening.
Espero en el próximo capítulo poder terminar con el segundo gran embrollo.
Muchas gracias por tu aclaración, Sheyla K-Chan. Y aprovecho para felicitarte por el fic de los brazaletes. [Es que mi PC es un poco lenta y odio que tarde en cargar las páginas (incluyendo los formularios de Rewiens)] Esta muy divertido. Y fue muy típico de Miroku eso de las termas.
¡Chau! Hasta el próximo capítulo.
¡¡Dejen Rewiens ^_^!!
