¡Hola, de nuevo!

Después del último capítulo [Que ahora que lo leí publicado me resulto traumático.] Creo que va a resultar muy difícil seguir con esto. Pero lo intentaré [Ya empecé y no me gusta apresurar la narración más de la cuenta.]

Los personajes de la historia base no me pertenecen; los demás son 100% propiedad de Sheila, esta loca copia de escritora.

Simbología: ()Pensamientos de los personajes; []Mis acotaciones; recuerdos de diálogos; y los **FLASH BACK**.

Espero les guste.

El tiempo pasa, las cosas cambian...

Resumen del capítulo anterior

Recibí mensajes diciendo que no se entiende bien lo que sucede en el capítulo anterior, un breve resumen.

Kagóme recupera parte de su memoria al entrar en contacto con un misterio polvo rojo. Cuando esta por decirle a Inuyasha que es lo que recuerda entra en escena Kouga. Al verlo, la chica le pide hablar con él y cuando vuelven, Kouga, desafiando a Inuyasha besa a Kagóme. Al ver esto Inuyasha se enfurece y pierde totalmente el conocimiento cuando escucha de la propia Kagóme que ella esta comprometida con Kouga y se casará luego de encontrar a Inuyasha [Recuerden que ella no lo reconoce como tal.] Cuando se desmaya Inuyasha recuerda que cuando aún estaban buscando los fragmentos, Kagóme cayó a un río desde un puente y Kouga la salvó. En la madrugada Inuyasha esta reflexionando sobre todo lo que le pasa, cuando se presenta Kouga. Él le propone un trato: terminaran la pelea eternamente postergada. Sí Kouga gana puede llevarse a Kagóme o permanecer con ella y el grupo. Si Inuyasha gana Kouga tiene terminantemente prohibido acercarse a Kagóme, a menos que la chica o el mismo Inuyasha se lo pidan. Finalmente [Para desilusión de todos, incluyendo la mía.] Kouga gana la pelea.

Es así como ya paso el mediodía y ni noticias del hanyou. Kagóme, luego de muchas idas y venidas, decide salir a buscarlo. La anciana Kaede le dice donde puede estar y ella se dirige al lugar.

El lugar es un campo de amapolas. Allí la chica encuentra a un mareado Inuyasha cantando [O_O!] Y luego de hablar un buen rato con él [En el transcurso de la charla Inuyasha la confunde con un ángel, se marea por el olor de las flores, no la reconoce.] Kagóme logra sacar en limpio que él esta ahí porque perdió algo muy importante es su vida [Imaginen *_*] y se entera que él cree que Kagóme se irá con Kouga. Finalmente logra volver a la choza de la Anciana Kaede, sin que Inuyasha sospeché nada. Ahí termina el Flash Back.

Cuando despierta encara a Kouga y comienzan a discutir. Finalmente Inuyasha declara que él logrará que Kagóme recupera la memoria a cualquier precio.

CAPÍTULO SIETE

Dos mentiras

Ya habían pasado dos semanas desde que Kagóme regresara a la otra época, entonces Sango pensó que la familia de su amiga estaría preocupada y entre Syipo y ella mandaron a Inuyasha a explicar a la casa Higurasyi la situación.

Claro que Inuyasha no quería. Por un lado lo consideraba una pérdida de tiempo, y por otro, no se sentía preparado para enfrentarse a la familia de la chica. De todos modos atravesó el pozo.

Llegó en plena mañana de sábado. La madre de Kagóme empezaba a cocinar, desde el comedor llegaban las voces de Souta y el abuelo. Pero hablaban con alguien más. Un escalofrío rodeo a Inuyasha, apuro el paso y entro en la habitación.

Sentados en la mesa estaban el abuelo Higurasyi; Souta, quién lo miraba con curiosidad; y dandolé la espalda... Yuko.

Al notar el pesado silencio que se había instalado, Yuko volteó a mirar al recién llegado.

Hola, Inuyasha ^_^ Ya llegaste.- dijo amistosamente Yuko.

¿Se conocen? O_O- preguntó Souta.

Sí. Kagóme nos presentó una vez.- Yuko sonrió nuevamente.- ¿No es cierto?-

(¡Feh! ¿Y este que se trae?) Sí, claro. Lo recuerdo.- contestó intrigado Inuyasha.

Bueno, los dejo en mejor compañía.- dijo de pronto Yuko, se levantó y enfilo en dirección a la puerta. Al ver que Souta lo seguía, agregó: - No te molestes conozco el camino.- un segundo después se oyó la puerta de calle.

Así que conoces al novio de Kagóme.- le dijo el Sr. Higurasyi a Inuyasha.

Es extraño.- observó Souta.- Se supone que hace años que tu y mi hermana no se veían.- comentó luego.

Pero, Inuyasha.- intervino la madre de Souta.- ¿Por qué estas aquí? ¿Por qué no vino mi hija contigo?-

Pues eso... es una larga historia.- suspiró Inuyasha, sentandosé en la mesa.- Cuando Kagóme se entero de que Sango necesitaba ayuda, viajo con ella, en ese momento volvimos a vernos y... -

Durante media hora Inuyasha hablo y la familia lo escucho con absorta atención. Al fin se quedaron en silencio. El primero en hablar fue Souta.

¡Oh! ¡No! ¿Por qué...? ¿Qué se puede ha...?-

Sabía. Sabía que no debía destrabar ese maldito pozo.- casi grito el Sr. Higurasyi.

Calmaté, te hará mal a la presión.- se apresuro a agregar la Sra. Higurasyi.- ¿Entonces no recuerda nada? ¿Es decir, a ti, a nosotros, a Sango, a Syipo, al monje? ¿Cree que esta comprometida con el jefe de los hombres lobo?- dijo casi incrédula la madre de Kagóme.

Sí.- protestó el hanyou, sintiendosé cada vez más frustrado.

¿Y qué se puede hacer?- logro decir al fin la mujer.

Todo esto es mi culpa. Si yo no hubiera hecho ese trato, ella no hubiera perdido la memoria, no se encontraría en esta situación. No se hubiera enfermado. ¡Qué hice!- exclamó golpeando la mesa.

No, Inuyasha- susurró suavemente la madre de Kagóme.- Tú creíste que hacías lo mejor. No tienes la culpa.-

Así es.- interrumpió el abuelo.- Lo hiciste creyendo que era lo mejor para todos. No puedes culparte.-

Ahora lo que queda por hacer.- finalizo Souta.- Es que cuidas bien de mi hermana, Inuyasha. Y que la ayudes a recuperar la memoria.-

El hanyou los miró perplejos; no estaban enojados con él en lo absoluto. Lo estaban apoyando. No lo culpaban. Era como tener una verdadera familia. La única persona que había hecho lo mismo era Kagóme, además de su propia madre. Quizá nunca volvería a estar solo, después de todo.

Ya un poco más tranquilo, Inuyasha salió de la casa y se encamino al pozo. Pero en el trayecto vio a alguien cerca del árbol sagrado. Era extraño, no percibía olor alguno.

(Tal como con...)- en dos saltos estuvo cerca del árbol y se acerco cautamente, caminando.

Te tardaste mucho Inuyasha.- dijo Yuko, levantando la cabeza y mirándolo.

¿Quién eres?- el hanyou lo miró receloso.- ¿Cómo me conoces? ¿Por qué motivo estas con Kagóme?-

Para ser alguien que vivió setenta años, preguntas demasiado.- le contestó el chico.

¿Cómo lo...? ¿Quién eres? ¿Cómo me conoces? Sé que Kagóme jamás se hablaría de mí ¿Cómo es que sabes?-

Tienes muy mala memoria. Tres años bastan para hacerte olvidar.-

Hace tres años yo... no te conocía ¿Cómo es que tú sí?-

Tienes razón, no hace tres años que te conozco.- Yuko, estiro la mano y acarició el árbol Sagrado.- No tres años... - luego volvió a la realidad.- Pero te diré algo, cuando ella se entere, tú también lo harás.-

¿De qué demonios hablas?-

En un rápido movimiento Yuko, saco un báculo de Dios sabe donde. Lo interpuso entre el hanyou y él.

Por ahora bastara con esto.- dijo cortante, el báculo comenzó a vibrar y despedir una energía verdosa.

Lo siento, Inuyasha, algún día entenderás porque lo hice... y entonces quizás me perdones- la voz de Kagóme se fue haciendo más lejana.

Tu mismo la alejaste de tu lado.- el tono de voz de Yuko era frío, rayando en lo burlón.

¡No es cierto!- exclamó Inuyasha con la voz entrecortada, el cabello le cubría la cara, hacia un esfuerzo por ver claro, ya que sentía sus ojos empañados.

Lo es.- Yuko, volteo para irse.- Ya una vez la perdiste por tu estupidez.- dijo al tiempo que bajaba las escaleras. - Y ella no tendría que haber regresado contigo.- se detuvo al borde de la acera. Hizo detener a un taxi. - Pero, quizá sea mejor que te apures. No tienes demasiado tiempo, Hinoki.- susurró al tiempo que abría la puerta del automóvil y entraba en el.

Mientras tanto en el segonku jidai...

Vaya Hinoki se tarda mucho ¿No lo crees?- dudo Kagóme, sentandosé frente a Sango.- ¿A dónde dices que fue?-

n.nU A su aldea de origen... -

¿Y eso esta muy lejos?- pregunto con inocencia Kagóme. Sin darse cuenta de que estaba poniendo cada vez más nerviosa a ala exterminadora.

Bastante.-

Ya veo. Entonces es probable que Hinoki no regrese hasta dentro de unos días... -

Bueno en realidad, sí es mucho muy lejos... pero él llegara para hoy, como máximo para mañana.- contestó Sango, convencida.

Eso espero. Me preocupa mucho retrasarlos en lo que tengan que hacer y si además perdemos un día... - hubo un silencio.- Es extraño, si su aldea queda tan lejos, como fue a parar aquí. Es decir sabía que viajaba mucho, pero tanto... -

Muchas veces los giros del destino nos resultan extraños.- Sango la interrumpió. - Yo conocí a dos personas con unos destinos muy extraños. Una, había llegado de un lugar desconocido, con una cultura diferente y diferente forma de vida. Cuando llegó a Edo descubrió muchas cosas de su pasado, vivió mil cosas nuevas... que naturalmente no tendrían que haberle ocurrido. Fue todo una especie de... casualidad. Y la otra persona arrastro por muchos años una terrible carga en su familia. En un momento dado de su vida conoció a la otra persona que ya te comente, y a muchos otros personajes. Y, cosa rara, todas las historias se unían en un mismo punto; la perla de Syicón.- Sango miro a Kagóme interrogante: - ¿Escuchaste alguna vez hablar de ella?-

Solo por historias. Tengo entendido que desapareció como 35 años antes de que yo naciera. La estaba protegiendo un monje. Dicen que tenía unos grandes pero frágiles poderes espirituales, su propia ambición lo carcomió y termino muerto por el poder negativo de la perla, fue demasiado para él... -

Sango escucho mucho más interesada esa "Otra historia" de la perla de Syicón, que la real. Quién le hubiera borrado la memoria a Kagóme había hecho un gran trabajo.

¿Y qué me dices de ti?- pregunto Kagóme, luego de unos minutos.

Hace algunos años cualquiera te hubiera tomado por loca se le llegabas a decir que Sango Muramoki [No sé el verdadero apellido de Sango, si tiene.] Terminaría siendo la única sobreviviente de una aldea de exterminadores.-

¿Tú eres Sango Muramoki? ¿La hija del general Muramoki?-

¿Qué?-

Yo escuche decir que tu familia era casi de la nobleza, que tenían una gran estirpe de guerreros. Y que la exterminadora más hábil era la hija del General, Sango, pero nunca lo asocié contigo.-

Bueno, en realidad ahora soy solo Sango.-

Es muy extraño que una mujer realice un oficio tan peligroso como este.-

Sí. La verdad es que yo de pequeña soñaba con casarme, forma una familia. Poder cultivar un jardín, cuidar de algunos animales. Tu sabes, todas las cosas que siempre sueñas de niña. Pero yo no tenía anhelos de princesa. Y esa fue precisamente mi perdición.-

¿Qué? ¿Por qué?-

Pues, porque mi madre era una dama muy refinada. Yo crecí en las montañas, pero ella provenía de las costas. A su carácter se sumo la incomodidad que le provocaban las montañas. Por eso cuando yo comencé a crecer y notó que era... bueno... en mi aldea mi familia tenía muy buena posición, como tu dijiste era prácticamente de la nobleza... bueno, cuando ella no notó que yo era "demasiado sencilla" como ella solía reprocharme, insistió en que yo en el futuro sería una dama y debía educarme como tal. Así que desde que cumplí ocho años ella empezó a enseñarme modales de salón [Término propio ^_^U] y todas esas cosas. Cuando finalmente llegue a los 10, casi había asimilado todo eso, pero aún así seguí siendo demasiado... salvaje... para el gusto de mi madre. Un día mi padre había salido de viaje. Kohaku, mi hermano, contaba 5 años en ese momento. Mi madre lo mando fuera y intento por centésima vez explicarme que se debía hacer en medio de una conversación de esas aburridas. Finalmente volví a fallar, ella se enojo mucho conmigo. Y me reprocho muchas cosas.- A Sango se le hizo un nudo en la garganta, pero continuo.- Y en medio de todo.- las lágrimas empezaban a asomar por sus ojos. - Ella me confeso que no era mi madre.-

¿Qué?- dijeron al mismo tiempo el kitsune y Kagóme.

Sí.- Sango se limpió los ojos.- Ella me grito que yo era hija de mi padre y una sirvienta de la casa, que murió al darme a luz. Que ella me había criado solo por pedido de mi padre. En ese momento me di cuenta de que lo único que me quedaba en el mundo eran mi padre y Kohaku. Salí corriendo fuera y me senté en el umbral. Había soportado todo sin una lágrima, pero al no sentir la mirada de esa mujer sobre mí, me hizo aflojarme y me largue a llorar. Mi hermano era muy pequeño para entenderlo, así que creyó que me había lastimado o algo así. Estaba intentando consolarme cuando mi padre llegó y me vio llorando. Me pregunto que había ocurrido y entre sollozos le pregunte si era cierto lo que había dicho esa mujer. Él me miro seriamente, me hizo levantar y entrar en la casa.

Enfrentó a la mujer aquién yo había llamado madre y le reprocho que me hubiera dicho la verdad. Ella le contestó con rencor que ella me había criado y educado para convertirme en una dama. Pero eso era imposible ya que la herencia de mi verdadera madre era muy fuerte dentro mío.- Sango miro el cielo.- Entonces mi padre exclamo que si yo no era su hija, entonces tampoco ella tenía derecho a entrometerse en mi vida. A partir de ese momento empece a entrenar para ser una digna exterminadora. Kohaku jamás supo nada de esto. Unos días después Kiharu apareció ahogada en el río... -

Sango se calló, el silencio las envolvía. El haber revivido su historia le causaba mucho dolor. A Kagóme le daba mucha pena. A Syipo le recordaba lejanamente a su propia historia.

Ya llevaban un buen rato en silencio cuando...

Vaya, pero si son las dos patéticas humanas que siempre acompañan a mi odioso hermano, ¿Dónde esta ese torpe de Inuyasha?- Sesshomarú miro con el ceño fruncido la expresión de la cara de Kagóme.

Época Actual...

Vaya que tipo más extraño ¿qué se traerá? Ya lo averiguaré... mejor vuelvo con Kagóme. No quiero que nada malo llegue a pasarle... -

En el Segonku Jidai...

Inuyasha podía sentir el aroma de Kagóme. Pero no solo eso, también el aroma de... apuro el paso y salió a un claro.

Lo que vio lo dejo anonadado.

Kagóme estaba tendida en el césped. Delante de ella Sesshomarú, quién le apuntaba con una espada.

¡¡NO!!- grito el hanyou, antes de interponerse entre el youkai y Kagóme. No dejaría que la dañaran.

No funciona, Sesshomarú- sama- dijo una voz femenina detrás del youkai. - Quizás Kagóme- dono no este muerta.- dijo una chica de unos 14 años, de cabello negro y ojos amarronados. Quién miro alternativamente a Inuyasha y a Kagóme.

¿Inuyasha- San?- llamó Rin.

Inuyasha abrió los ojos. La imagen en primer plano era Sesshomarú, mirándolo severamente, detrás de él una joven mujer. Y la espada colmillo sagrado apuntando a Kagóme.

¿No ibas a matarla?- Sé sorprendió Inuyasha.

Yo solo vi como se caí y pensé que podía estar... - Inuyasha enderezo a Kagóme y la apoyo en sus rodillas.

El hanyou le acarició el cabello y noto que tenía puesto el broche de plata.

Pensando que le molestaba se lo quitó, en ese momento Kagóme abrió los ojos y miro a Inuyasha, luego se fijo en Sesshomarú:

¡¡¡Ayy!!!- grito al tiempo que se abrazaba a Inuyasha, en un intento de protegerse.

¿Qué te ocurre?-

La chica, aún abrazada a él tartamudeo...

Él... él es... él me... -

CONTINAURÁ...

Bueno, hasta aquí da mi creatividad por ahora. Pero ya se me están ocurriendo cosas nuevas...

Para variar una vez no le quite nada a Tolkien. Es el peor capítulo que escribí en mi vida... [Bueno, eso no varía mucho.] Y sobre la historia de Sango, yo no sé si realmente en algún momento cuentan algo sobre su familia. Es que puedo ver a Inuyasha solo por Cartoon Network y aún solo 59 capítulos. Y en ninguno dicen nada. Si alguno sabe y tiene ganas puede contarme bien la historia de Sango. Pero como quizá en algún momento vuelva a mencionarla por ahora es esta la verdadera.

Bueno, respondiendo a Sheyla K- Chan [A quién más...]: si te digo si la historia es Inu/Kag, pierde un poco de gracia, pero tal como vienen las cosas se va a hacer un poco complicado ¿No crees? Voy a tratar de no hacerte pasar más corajes. [A decir verdad, con todo respeto a quién escribió el fic Inu/Ayu, yo no lo leí]

Bueno, eso es todo por ahora.

¡Chauuu! ¡¡Dejen Rewiens!!