¡Ya volví! [Sí ya lo sé, soy una pesada.]

Los personajes de la historia base no me pertenecen a mí. Sino a Rumiko Takahashi. Los otros son 100% propiedad de S.R. [O sea yo.]

Simbología: () Pensamientos de los personajes; [] Mis acotaciones; recuerdos de diálogos; Y *** FLASH BACK*** aunque creo que asombrosamente no puse ninguno en este cap.

Pido disculpas a las fans de Sesshomarú [Me incluyo ;_;] Por poner en un papel de malo al taiyoukai. Pero es lo que mejor le va.

Con pocos días de diferencia con el capítulo 8; e igual de malo que este, les dejo el 9.

¡Qué lo disfruten!

El tiempo pasa, las cosas cambian...

El eslabón

Esta vez, el escenario no era un sombrío bosque. Sino un oscuro castillo, más precisamente una sala con escasas y estrechas ventanas que daban a un patio fortificado.

Contra la pared del fondo se alineaban cuatro figuras que hablaban entre susurros. Una quinta figura entraba y salía de la habitación, siempre presurosa y murmurando palabras incomprensibles. Ethir, sacudió los cabellos dorados y abrió perezosamente los ojos. Cuando una séptima persona entro en la habitación.

Se trataba sin duda de la misma persona que había llevado el despreciado anillo de plata ante el Señor. Despedía la misma luminosidad azulada y se recargo en la pared donde se abría la puerta, imperturbable. No dijo nada, no se molesto por los murmullos que se alzaban a su alrededor, ni acuso recibo de las insistentes miradas de Ethir.

Pero su actitud cambió cuando una la figura del Señor se alzo de la nada, en medio del salón.

Ella, al menos su voz era femenina, se separo de la pared y se paro frente a la oscura figura, manteniendo la mirada fría. Sus extraños ojos marrones resplandecieron como el filo de las espadas.

No se podía divisar bien la figura de ese ser, ya que estaba cubierta de la cabeza a los pies con una capa.

Espero que todo siga su curso.- la voz del Señor, tenía cierto tono de reproche.- Ya se están tardando demasiado.- Él se dirigió a Ethir y la de la capucha.- No contamos con demasiado tiempo.-

Umm... Mi Señor, no es bueno apresurar el curso de las cosas.- la voz femenina sonaba levemente divertida.- Si apuramos demasiado los hechos pierden encanto.-

El encanto no importa.- Ethir elevó la voz.- Lo que importa es actuar rápido.-

Es gracioso que lo digas.- la voz de la otra sonó levemente irónica.- Cuando tú retrasaste en gran medida todo esto.-

Sí, pero es una cuestión de estilo.- Los ojos verdes brillaron malévolamente.- Sobre todo de estilo... -

Eso no importa. Lo que importa es que se actúe rápido.- repitió burlonamente la otra.

¡Ya basta!- la voz del Señor perdió la paciencia.- Por ahora vamos bien, pero no se atrasen más o quedaremos en desventaja.-

Más después de que Ethir hizo semejante estupidez delante de Inuyasha.- comento "ella".

No sé si fue una jugada tan estúpida.- se defendió Ethir.- Al menos creo que tiene algo nuevo para pensar.-

Hablando de algo nuevo... - interrumpió el Señor.

Sí. Para estos momentos debe haber recordado lo que supuestamente paso con su familia.- dijo la voz de mujer.

¡Oh!- la voz de Ethir sonó irónica.- ¿Y cuál fue tu genial idea esta vez?-

Mejor que la tuya fue... -

¡Ya basta! ¡Ustedes dos en la misma habitación son insoportables!- grito el Señor.

Entonces, mi Señor, me retiro.- la figura encapuchada se inclino levemente y salió por la estrecha puerta.

Señor, no confío en ella. A sí que con su permiso... - Ethir sacudió la cabeza y salió tras la mujer.

Señor... ¿Realmente cree qué es una buena idea permitir qué...?-

Lo sé. Pero de todas formas ganamos. Si es verdad, contamos con un poderoso aliado. Si es mentira con un enemigo de muy fácil desaparición...-

Ethir salió al pasillo. Todo estaba oscuro, la niebla cubría la región fuera y las ventanas cubiertas y la piedra negra no ayudaban demasiado a la visibilidad.

¡Espera!- le gruño a la figura gris que ya se escabullía por la escalera al parapeto.

¡Oh, Ethir! ¿Qué quieres?- la figura volvió junto a él, con un gran disgusto en la voz.

Goldurfuin puede creer que nos ayudas, pero yo no. Te conozco demasiado.-

¿Así? Nunca debes decir que conoces lo suficiente a una persona.- dijo suavemente la mujer.- A propósito ¿Dónde quedo el "Señor?"-

No entremos en tecnicismos.- Ethir la sujeto de las muñecas.- ¿O vas a decirme que tu lo llamas así desde el corazón? ¿Y ahora que sigue, renunciaras Dú Lelith?-

La mujer se sacudió bruscamente y logro liberarse de las manos de Ethir.

Primero, como le llame es asunto mío. Segundo, yo no voy por ahí lamiendo sus pies. [Botas no había, y medias creo que tampoco] Y tercero, y no lo olvides en lo que te quedé de vida, te muerdes la lengua antes de hablar de Dú Lelith.-

Ethir la miro con rabia en los centelleantes ojos verdes. Ella le mantuvo la mirada.

Había una gran tensión, Ethir la acorralo contra un tapiz, poniendo sus brazos a los costados para evitar que escapará.

¿Por qué lo haces?- dijo al fin, con algo parecido a amargura en la voz.- ¿Por qué?- la voz no era la misma de siempre, había cambiado a otra más suave, más melancólica.

¿Hacer qué?- ella trato de mantenerse inflexible.

¿Por qué lo hiciste? Nosotros éramos felices. Hubiéramos seguido siéndolo, si no te hubieras equivocado tanto.-

Esta vez la mirada que expreso furia fue la de ella.

Yo nunca me he equivocado.- dijo ella, lo más fríamente posible.

Sí, muchas veces. Lo hiciste cuando te negaste a ser mi mujer, cuando empezaste esta estúpida comedia... -

Yo no me he equivocado.- ella le reprocho y bajo al cabeza. - Yo te amaba, te hubiera seguido hasta el fin del mundo. Te amaba con locura. Tú sabes muy bien lo que estaba dispuesta a hacer por ti, para poder ser felices. Eso no era un obstáculo para nosotros. Pero hace como tres años empezaste con esta estupidez del guardián. ¡Por Kami- sama! ¡Ella nisiquiera lo sabe! ¡Ninguno de ellos! ¡Ni su madre, ni su padre, nadie! ¡No era necesario atacarlos! ¡Quizá por su propia cuenta no se hubieran dado cuenta de nada!-

Pero su madre... -

Tú sabes perfectamente bien que ellas ignoran la verdad. Sueltamé, tengo que irme.-

¿Ya se lo has contado, verdad?-

Yo no dije nada. Sueltamé.-

De acuerdo, pero antes... - Ethir levanto el rostro de la mujer, al hacerlo que cabello castaño escapo de debajo de su capucha.- Miramé a los ojos, dime que no me amas, quiero escucharlo de tus labios.-

No te amo.- Ella lo miro desafiante.- ¿Puedo irme?- si esperar respuesta, empujo uno de los brazos de Ethir. Un anillo con una zafiro resplandeció en su mano y lastimo la vista de Ethir.

¡Apártalo!- exclamo.

El corredor volvió a la oscuridad.

Los sollozos de Kagóme eran incontrolables. Aún apretada contra Inuyasha, seguía llorando a baldes, mojando la ropa.

Tranquila.- Inuyasha intentaba calmarla.- ¿Qué le has hecho?- le gruño a Sesshomarú, al tiempo que se paraba de un salto, sacudiendo terriblemente a la chica, a quién aún sostenía en brazos.

Hinoki... puedes soltarme... - murmuró la chica.

Sí, claro.- un poco bruscamente la apoyo en el piso, pero aún así siguió manteniendosé frente a ella como defensa. - ¿Qué le has hecho?- repitió Inuyasha, dirigiendosé a Sesshomarú.

¡No seas ignorante! ¡Yo no le he hecho nada! ¡Hace dos años que no le veo!- se impaciento Sesshomarú.

Inuyasha.- le dijo Sango con precaución.- Él dice la verdad, nosotros siempre estuvimos con ella y tu hermano no le ha hecho nada.-

Es cierto, no corresponde a un taiyoukai como yo ir por ahí matando humanos que no me han hecho nada.-

¡Mientes!- chilló Kagóme.- ¡Tú fuiste el maldito que mato a mi familia!-

O_O!!

Kagóme- dono.- dijo Rin, con voz suave.- ¿Cómo puedes decir eso de Sesshomarú- sama?-

No, Rin.- le dijo Syipo, por lo bajo.- Ella no te recuerda. No insistas.- Sesshomarú alcanzo a oír esto y miro con gesto de interrogación a Inuyasha. Él negó con la cabeza y le indico silencio.

Pero es la verdad.- prosiguió Kagóme.- Yo vivían con mis padres, mis dos hermanos y mi prima, y tú... - le echo una mirada fulminante a Sesshomarú -... los mataste a todos.-

¿Y a ti por qué no? Nunca se te ocurrió pensarlo.- dijo con su cara típica Sesshomarú.

¡No! Pero no voy a negarte que en ese momento desee estar muerta yo también.-

Sesshomarú abrió la boca para decir algo así como: "Si quieres cumplo tu deseo." Pero la mirada escalofriante de Inuyasha lo hizo cerrarla nuevamente.

Y, una última cosa - agrego Kagóme.- ¿Qué puedes decirme de Inuyasha?-

¿Qué?- se sorprendió el youkai.

¡Sí! Tu acabaste con mi familia, puedes haber conocido a Inuyasha. Si no lo mataste ya.- agrego con sarcasmo.

Bueno en realidad... no... todavía... -

¿Lo conoces?- Kagóme se sorprendió.

Bueno, no en realidad, pero si es igual de insoportable que tú... -

¡Eres un grosero! Primero destruyes a mi familia, y luego me insultas.- le largo Kagóme.

¡Y tú eres una humana insoportable!- gruño Sesshomarú.

¿Sabes qué? Mejor vete, Rin, y llevaté a Sesshomarú.- aconsejo Syipo.

Sí, Syipo- kun. Sesshomarú- sama, tiene asuntos muy importantes que atender.- la chica, empezó a tirar del kimono de su protector.- Vayamos, Sesshomarú- sama. Todo esto no hace bien a Kagóme-dono, usted no quiere perjudicarla ¿Verdad? Sabe lo molesto que pude ponerse Inuyasha- san.-

Kagóme, se seco las lágrimas y miro a Hinoki.

Sango tenía razón, después de todo. Has vuelto.-

No me digas que tenías temor de que no regresara.- dijo en son de broma Inuyasha.

Si, realmente temí que fueras a dejarnos.- dijo la chica, cuando se sentaron a descansar.

Esa afirmación asombro a Inuyasha. Y al mismo tiempo lo alegro. Kagóme lo necesitaba, después de todo.

Una mujer, de túnica lila, apareció de entre los árboles y se sentó junto a ellos.

Vaya, veo que has vuelto.- le dijo Kagóme a Berenice.

Sí, vine a traerles noticias.- ella se arrimo al fuego y se calentó las manos.

¿Y de qué se trata esta vez?- suspiró el hanyou.

Syipo, ten cuidado con las caídas en la nieve y el hielo. Ustedes dos - señalo a Sango y Kagóme.- Cuidensé de los resfríos. En cuanto a ti, Hinoki, ten cuidado de no resultar quemado o cortado.- dijo finalmente.

Además - prosiguió luego.- Sango, muy pronto quizá, encontraras algo relacionado con el pasado de tu madre.- la miro por un momento.- Ten mucho cuidado con lo que pueda pasar a raíz de eso.- luego se fijo e Inuyasha, quién empezó a sudar frío.

Tiempo se acaba, las horas están contadas minuto a minuto, minuciosamente. Daté prisa.- esas palabras resonaron en la cabeza de Inuyasha, dichas por la voz de Berenice.

¿De veras crees eso?- el tono entre entusiasmado y alegre de Kagóme lo devolvió a la realidad.

Claro que sí. Mira.- tomo una linterna de la mochila de Kagóme y se la llevó lejos, sobre un árbol.

Tráela.- le ordeno, de vuelta con ella.

¿Qué?-

Que la traigas.- repitió Berenice.

¿Y cómo se supone que haré eso?-

Arréglate tú. Pero tiene que ser desde aquí.-

Kagóme se imagino a sí misma como un gigantesco imán que atraía lo que ella quería.

Al principio lo vio como en un sueño, a través de niebla. La linterna se acercaba hacia ella a una velocidad increíble, luego abrió los ojos. Y recibió la linterna, que como bólido fue zumbando hacia donde ella estaba.

Oh.- fue lo único que pudo decir.

No esta mal.- repuso Berenice.

Pero es muy lento.- acotó Kagóme.

¿Qué dices?- se sorprendió Sango.

Con un movimiento de su mano, Kagóme hizo desaparecer la linterna que fue a dar al lugar donde estaba anteriormente, con un nuevo movimiento la hizo aparecer en su mano.

Así es más rápido.- dijo contenta.

En ese mismo día, Kagóme aprendió a lanzar con el arco [Nuevamente ¬¬U] Pero con mucha mejor puntería. Logrando casi darle un ataque de nervios a Inuyasha cuando una flecha le paso por demás cerca.

Progresaste mucho.- le comento Berenice, al final del día.- Aun te falta un poco para dominar las técnicas más avanzadas. Pero vas bien.-

Kagóme, contenta, saco unas flechas de su bolso y junto con Syipo, se dirigió a un prado cercano para seguir practicando.

¿Y bien? ¿Qué sucedió ahora?- pregunto Berenice, en cuanto vio a la chica lejos de ellos.

Ella cree que mi hermano mató a su familia.- contesto Inuyasha.

Pero... ¿Cómo puede creer eso? Él... -

¿Él qué?- interrumpió bruscamente Inuyasha.

Vamos, tú sabes, más de lo que desearías, que ese pozo estuvo sellado durante años.- le recrimino Sango.

¿Pero ustedes saben que sellaba ese pozo?-

Sí; tablas, pergaminos con conjuros, unas cuantas flechas, unos amuletos... -

No me refiero a eso.- alego Berenice, moviendo reprobatoriamente la cabeza.

¿Y entonces?-

Había cosas mucho más fuertes que unos simples conjuros; el gran deseo de Kagóme de no volver a esta época, la energía negativa que se concentraba allí, de sucesivos exorcismos y limpiezas de energía. Pero además... - Y calló, porque no estaba segura.

Pero además... - continuo finalmente.- Hay algo mucho más fuerte que rompió casi todos los sellos y que permitió que ella regresará. Pero aún queda uno... -

¿Quieres decir...?-

Sí encuentran ese último sello y lo vencen. Ella recuperará la memoria.-

CONTINUARÁ...

Capítulo relámpago. Un poco aburrido, pero trataré de hacer el próximo más movido. Este fue demasiado técnico.

Contestando Rewiens!! [¡Sí! ¡Esto me encanta!]

Sheyla K- Chan: Bueno actualice rápido solo para que no mueras U_Uu [No, broma.] Me alegra que te guste, ya que creo que es un poco pesado. Es el primer fic de Inu, ya empece como dos o tres más, y aún no le he terminado... Es una lástima que tengas que dejar de actualizar tus fics tan seguido. En fin, mucha suerte con la escuela... y con la mesada. Si no, no creo que puedas seguir por aquí.

Kagome-Inuyasha: Muchas gracias por haberme dicho que el fic es bueno. *_* [Doy pena ¬¬U] Fuiste muy amable. Pues, si me tarde un poco en actualizar. Pero es que no se me ocurría como seguir. Ya ves, que actualice rápido. Pero esta medio flojo este cap. En fin sobre lo de Inu/Kag; no soy muy buena con el romance, no es lo mío. [Ni tampoco el humor, el gran drama. En fin nada en especial. Hago lo mejor que puedo.] Pero a mí también me gustaría que fuera Inu/ Kag, así que ya veré que hago con eso. Tendré que buscarle una vuelta. Al final, espero que te haya gustado.

¡Hasta pronto! ¡Y dejen Rewiens!