¡Hola nuevamente!

Ya estoy de vuelta con el capítulo 12 [Que habrán hecho para merecer este castigo.]

Simbología: ()Pensamientos de los personajes; [] Mis acotaciones; recuerdos de diálogos; ***Flash Back***

Ya lo saben los personajes de la historia base no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi; los demás son 100% propiedad de Sheila Ruiz.

El tiempo pasa, las cosas cambian...

Ea

La mente de Kagóme aún no se había separado del todo del recuerdo que había acudido a ella en el Nirnaeth Arnoediad, cuando sintió que algo le picaba en la mejilla.

¡Plaf!

Casi por inercia se golpeo la zona afectada. El sonido llamo la atención de Sango e Inuyasha, quienes conversaban sentados alrededor de la hoguera.

Sus golpes siguen siendo iguales de fuertes y su sangre igual de fresca x_x.- dijo Myoga.

¿Qué haces aquí, pulga Myoga?- pregunto Inuyasha, apresurandosé a tomarla con sus garras y acercarla a la altura de su rostro.

¿Además de recibir golpes de Kagóme? Tengo suerte de que no me haya echado insecticida.-

¿Me conoces? ¿Qué es un insecticida?- pregunto casi sin respirar y con atropelló Kagóme.

¿Qué si te conozco? ¡Ja, ja! ^_^ Muy buena broma, por supuesto que te conozco. Y puede ser que haga dos años que no nos veamos, pero definitivamente no me he olvidado que es un insecticida.-

Kagóme miro un poco asombrada a la [¿Por qué se dice "la" igual, no? Aunque sea un hombre.] Pulga que estaba cómodamente sentada en el hombro de Inuyasha, y a las caras que este hacía indicando silencio.

¿Qué te sucede, Hinoki? ¿Y quién eres, de todos modos?- le pregunto luego a Myoga.

¿Cómo qué quién soy? Yo soy Myoga el sirviente del amo Inuyasha.- dijo con signos de interrogación en la cara, Myoga.

Lo último que vio antes de que la gran y pesada mano de Inuyasha cayera sobre él, fue como los ojos de Kagóme perdían su brillo normal.

**************** FLASH BACK [No, pues sí soy fanática ¬_¬U] ***************

(Entonces eso es lo que haré)- pensó Kagóme, volviendo a la realidad. Se paro de junto a la fogata y miro alrededor.

El pequeño Syipo dormía en la bolsa de dormir que ella había dejado libre. La noche era despejada y la luna, estrellas y el calor de la fogata bastaban para iluminar todo el campamento. Miro a Sango y a Miroku. El monje dormía con la espalda apoyada en un árbol. Junto a él, tendida en la hierba y dandolé la espalda, Sango. Extrañamente el monje no había sacado a relucir sus habituales maniobras. Una de sus manos aferraba con fuerza su báculo, que estaba cruzado sobre su falda, y la otra apretaba con idéntica preocupación, pero mucha más delicadeza, una de las manos de la exterminadora.

Ya no quedaban casi fragmentos por reunir, pensó Kagóme. Los tiene Naraku. Ya tampoco había esperanzas de evitar mucho tiempo más la inminente batalla. Ella había prometido que recolectaría y purificaría hasta el último fragmento. Que lucharía contra Naraku... Bajo la vista a su mano izquierda. Pero también había prometido... Prometo demasiado, se dijo a sí misma. Esa era la única solución que se le ocurría. Lo haría.

Camino unos pasos más y llegó debajo de un árbol.

Debe estar exhausto de la batalla de hoy.- susurró Kagóme suavemente, era la primera vez en mucho tiempo que realmente veía dormir al hanyou y no quería despertarlo.- Sé que el trato que hiciste era que una vez que tuvieras toda la perla pedirías convertir en un youkai. Pero no puedo dejar que arruines tu vida de esa forma. Tú y yo sabemos que esa no es la fuerza que quieres. Aunque no me lo has dicho yo lo vi en tus ojos ese día que estabas desesperado por no recordar que habías hecho. No, Inuyasha... -

¿Kagóme?- preguntó Syipo, enderezando y frotandosé los ojos.- Todavía estas despierta. ¿Estabas pensando, cierto? ¿Ya te has decidido?-

Sí. ¿Y tú?-

Claro que sí. No importa lo que sea. Te voy ayudar.- dijo con obstinación Syipo.

¿Aún quieres venir conmigo?- pregunto con suavidad Kagóme arrodillandosé junto a él.

Claro que sí ¿Qué clase de pregunta es esa? Tú eres lo más cercano que tengo a una mamá, no quiero alejarme de ti.- dijo el kitsune, abrazandosé a Kagóme.

Que dulce eres ^_^ Mira esto es lo que tengo planeado. Lo que tienes que hacer es muy sencillo ¿Sabes encender fuego con un conjuro?-

Uhmm... Más o menos. Un poco pero a partir de mañana empezaré a practicar duro. Si eso nos ayuda.-

De acuerdo. Escucha el resto... -

********************************** FIN DEL FLASH BACK ********************

¿Kagóme?- pregunto el kitsune, agitando su mano frente a la chica.

¡¡¡AhhhAhhhh!!!- fue el grito- reacción inmediata de Kagóme.

¡Tranquila! ¡Qué sucede!- exclamo Inuyasha.

¡No!- grito la chica, asustando de nuevo al hanyou, quién percibió el conocido olor a sal. Con desesperación Kagóme se acurruco debajo de un árbol, encongiendosé sobre sí misma.

¡No es cierto!- exclamó Kagóme, más para sí misma que para los otros.- Yo no aleje a Inuyasha de mí. No tuve esa intención. No fue eso lo que quise lograr.- los sollozos se redoblaron.

¡Demonios!- grito Inuyasha, perdiendo los estribos. Se puso de pie de un salto y salió corriendo [¿O saltando? Lo que sea que haga ¬_¬U]

Se detuvo de golpe frente al río cercano, hundió sus garras en el agua y se mojo la cara.

Myoga se oculto detrás del cabello de Inuyasha. El hanyou había olvidado la presencia en su hombro en el momentáneo descontrol. Y la pulga no estaba muy segura de deber estar allí. Resistió los impulsos de morder a su amo. Si lo hacía el hanyou se percataría de su presencia y Myoga esperaba escuchar algo importante.

¿Inuyasha?- lo llamó Sango.- ¿Qué sucedió?-

Esto es mi culpa.- dijo con un hilo de voz el mitad demonio.

¿A qué te refieres?- pregunto la exterminadora, agachandosé a su lado.

Yo tengo la culpa de esto. De que ella no recuerde nada.-

¿Cómo esta eso de que tu tienes la culpa de que ella no recuerde nada? Si no fuera por ti... -

Sí no fuera por mí, ella continuaría viviendo bien. Quizá lejos de nosotros, pero bien.-

Me estas asustando ¿Qué quieres decir exactamente?-

Cuando se llevaron a Kagóme.- comenzó a decir al fin el hanyou.- Yo me encontraba desesperado, peor que ahora, si es posible ¿Recuerdas a Heimdall, el anciano?-

¿El tipo de la carreta?-

Ese mismo. Yo hice un trato con él.-

¿Qué clase de tr...? Espera, un momento. No me digas que tú... -

Yo prometí cuidar a Kagóme, protegerla de cualquier cosa, aún a riesgo de perder mi propia vida o a Tetsusaiga, si él hacia que ella volviera conmigo.-

Ya veo. Pero hasta ahí no veo el problema.-

Esperaté un momento. Además le prometí que jamás iba a revelarle cosas de su pasado, es decir, del nuestro. Que nunca la obligaría a recordar nada. Y además que nuestras tristezas nunca deberían juntarse porque podrían traer graves consecuencias.-

¡Por Kami- sama! Eso quiere decir que el precio que tuviste que pagar por eso, fue que te olvidará, prácticamente.- murmuro Sango.

Pero hay algo peor.- dijo con mirada entristecida Inuyasha.

¿Qué puede ser peor?-

Tuve que jurar sobre Colmillo de acero.-

O_O ¡Por Kami- sama! ¡Eres estúpido o qué!- casi grito Sango, shockeada.

Yo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de recuperar a Kagóme.- Inuyasha la miro con severidad.- Tú sabes que el día en que Kykio volvió a morir [Deberían declararlo feriado nacional ^_^] Maldijo a la Tetsusaiga, asegurandosé de que Kagóme y yo no nos volvieras a encontrar jamás.-

No se aseguro tanto, pero en fin... -

Lo sé. Pero ahora Kagóme esta sufriendo por mi culpa. Por mí y mi maldito egoísmo.-

Entonces supongo que lo que yo vengo a decirle llega tarde, amo Inuyasha.- dijo Myoga, saliendo de detrás de la nuca de Inuyasha.

¿Qué haces aquí?- grito molesto el hanyou, volvió a golpear al insecto, con tanta fuerza que se golpeó también él.

No se moleste Amo Inuyasha ;_; - dijo Myoga.- Lo que yo vengo a decirle es de mucho interés para usted de todos modos... -

- Pero de todos modos, Anciano Myoga.- dijo suavemente Kagóme.- Aún no nos ha dicho exactamente quién o que es ese tal Ellio.-

- Ellio es Él que todo lo ve.- dijo con su tono de enciclopedia la pulga.- Y yo lo...-

Pero no pudo seguir mucho más. Unas ramas tan flexibles como lianas decidieron sorpresivamente aferrar a Inuyasha y sus amigos, hasta casi asfixiarlos.

¡Tranquilos, tranquilos!- grito Myoga, para imponer orden.- No lo intentes, Kirará. Lo lamentarás.- Luego salto a la cabeza de Inuyasha y grito:

¡No venimos a dañarlos! ¡Soy Myoga! Hace un mes que salí de aquí, pero no pueden haberme olvidado ya.-

¡Bienvenido a Ea, Myoga!- grito una voz desde sobre un árbol.- ¿Buscas a Ellio? De acuerdo, tú sabes donde encontrarlo. Pero deberás responder por tus invitados.-

Esta bien.- suspiro resignado el anciano, mientras le indicaba el camino a Inuyasha.

Aquí es. Detengasé Amo.- clamo Myoga, cuando llegaron a una tienda de seda con brillantes colores.

¡Ah, bienvenido seas, Myoga!- exclamo una voz de hombre desde dentro de la tienda.- Traes a los consultantes. Pueden pasar tu amo y la mujer de cabello negro.-

Inuyasha y Kagóme se miraron con asombro y avanzaron. Myoga de un salto fue a posarse en Kirará y dejo que ellos dos entraran solos en la tienda.

Dentro había una mesa de roble. Detrás sentado en una silla de haya, estaba un hombre de edad madura. De cabello blanco largo echado hacia atrás, ojos verde musgo y muy pálido.

Yo soy Ellio. Bienvenidos a Ea, las tierras de los grymlis.-

Adivinaré.- dijo ácidamente Inuyasha.- ¿Son una sub división de Bean Sidhe?-

Muy acertado.- dijo con una sonrisa Ellio, que dejo ver unos finos y blancos dientes.- Pero eso no nos ocupa en este momento. Como el anciano Myoga se habrá encargado de divulgar ya, aseguran que lo veo todo.-

¿Aseguras lo contrario?- pregunto firmemente el hanyou.

Ni lo aseguro, ni lo niego. Cuando las cosas se predicen el destino se modifica, joven.-

¿Qué?- pregunto Kagóme, sentandosé en una silla aparecida de Kami- sama sabe donde.

Si, las cosas nunca están escritas definitivamente.- con un movimiento de su mano hizo aparecer una silla más para el hanyou.- Pero vayamos directamente a lo que nos ocupa. Yo le pedí al Anciano Myoga que los trajera porque me interesaría leer sus cartas, y creo que a ustedes puede serles útil.- finalizo Ellio, mientras mezcla un mazo de cartas [O barajas, o naipes, como los conozcan.] Y lo colocaba frente al hanyou.

Tu primero, Hinoki.- dijo Ellio.

¿Qué se supone que haga?-

Corta en dos con la mano izquierda.- indico el hombre.- Ahora has que el último montón quede sobre el primero.- Con el mazo unificado ante él, Ellio saco cuatro cartas y las acomodo formando una cruz.

Ahora escucha la carta de la derecha es el pasado, la de abajo es el presente, la de la izquierda el futuro; y la de arriba la solución al problema que enfrentas.

Inuyasha lo miro con un gesto mitad escéptico, mitad incrédulo. Hacía algunos años habría desconfiado de cualquier adivino. Pero ahora, después de todo lo que había pasado, todo podía pasar.

Ellio saco la mirada de la extraña expresión de hanyou, y giró la primer carta.

En el pasado sufriste pérdidas, problemas, e inseguridades. Sobre todo para con otras personas, eso pudo haberlas herido. Debiste perder algo para operar un cambio en tu vida.- Giro la segunda carta.- Atraviesas momentos de dudas, riesgos e incertidumbre. Riesgos a correr.- Dio vuelta la tercer carta: - Enfrentarás una situación difícil, deberás elegir entre lo seguro o lo arriesgado. Probable pérdida.-

¿Y qué me aconsejas en ese caso?- interrumpió Inuyasha, de repente.

Soy vidente, no consejero.- dijo simplemente Ellio, girando la última carta.- Solución imprevista, ayuda de amigo. Buena suerte, revestirás la situación, agradece y devolvé los favores.-

¿Qué quiso decir con todo eso?- pregunto en un susurró Kagóme.

Ellio no contestó, junto las cartas, las mezclo y puso el mazo delante de la chica.

Kagóme estiro la temblorosa mano. En ese momento Sango entro en la tienda atropelladamente, con Syipo en brazos y Kirará sobre su hombro.

Lamentamos interrumpir... - dijo Sango, mientras tomaba aire.- Pero... -

¿Qué sucede?- pregunto sobresalta Inuyasha.

Están atacando, Ellio.- dijo una mujer, entrando a la tienda, seguida de un muchacho de unos 23 años.

La mujer tenía el cabello largo hasta la cintura verde oscuro, los ojos verdes- amarronados con una leve semenzaja con hojas de árbol y la piel de color ocre, estaba cubierta con una túnica malva. En su muñeca derecha tenía una pulsera verde manzana trenzada.

El hombre tenía el cabello blanco como Ellio. Pero los ojos eran rosa crema, tenía las pupilas verticales como las de un gato y su piel era muy pálida. En su muñeca derecha llevaba una pulsera del mismo color de sus ojos. Los dos s veían extremadamente nerviosos.

¿Qué dicen?- Ellio se mantuvo impasible, pero su voz tenía un dejo de molestia.- ¡Saben que detestó ser interrumpido! ¡Son Grymlis, por el amor de Kami- sama! No es la primera vez en esta semana que nos atacan ¿No saben enfrentar un simple ataque? ¿Con qué están atacando?-

Con animales, Ellio.- contestó la mujer.

¿No puedes manejar un simple ataque con animales, Dayana?- pregunto con tono silibante Ellio.

Bien sabe, Ellio, que mi especialidad es manejar las plantas.- respondió Dayana.

Pero también puedes manejar animales, por eso eres uno de los jefes de defensa.- prosiguió Ellio, sin ningún apuro.

Lo sé, Ellio. Pero tenga en cuenta que estos son animales mágicos.-

Ellio lo medito un momento y se volvió al muchacho.

¿Y qué me dices tú, Cassio? Se supone que tu puedes manejar cualquier tipo de animal.-

En cierto en parte, Ellio.- contestó Cassio. - Pero tengamos en cuenta que no son cualquier tipo de animal.-

¡Por Kami- sama! No serán... -

Mirdies y variagles.- susurró Dayana.

CONTINUARÁ...

Hasta aquí da mi creatividad. Que no es mucha, después de todo. Agradezco a los que me dejan rewiens. Y los que leen semejante lata, aunque no dejen comentario.

Para variar, no le robe nada a Tolkien.

Respondiendo Rewiens (Dos esta vez.)

Arwen-sama: ¿Cómo adivinaste que me gusta Tolkien? ^_^ Si, saque muchas cosas. Gracias por decir que la historia es interesante (una mentira piadosa al día no viene mal) No aclare mucho de las tablillas ni de Sango. Pero vas a tener noticias seguro.

Leyla: ¡Qué bien que estés de vuelta, después de tanto tiempo! Y las profecías no se detienen. Si es un embrollo y si me las voy a ver negras para salir de esto. Y lo de la intriga no es a propósito. Bueno, quizás un poco. Yo también la compadezco a Kagóme por creerse cualquier cosa. Y en cuanto al tan Yuko si es un tipo extraño. Pero no es ni mago ni demonio. Aquí tienes la continuación y gracias por los ánimos.

¡Gracias por leer y hasta pronto!