¡Hola! ^_^ Ya estoy de vuelta. (¿Qué habrán hecho para merecer esto?)
Ya lo saben los personajes por todos conocidos no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. Los demás son propiedad de una copia de escritora demasiado influenciada por leyendas y cosas raras.
Simbología: () Pensamientos de los personajes; [] Mis acotaciones; recuerdos de diálogos; *** FLASH BACK ***
El tiempo pasa, las cosas cambian...
En Concilio de los Entes
La noche ya había caído. A pesar de haber dormido hasta entrada la mañana, Kagóme comenzaba a dar muestras de cansancio. Sango dormitaba abrazada al cuello de Kirará, quién caminaba sigilosamente. Syipo bostezo y salto sobre el hombre de Inuyasha.
¿Inuyasha?- susurró.- ¿No crees qué deberíamos detenernos? Esta haciendo frío. Kagóme esta cansada y Sango en su estado no debería... -
Pero un sonido de cascos ahogó las palabras del pequeño kitsune.
Un carruaje azul pálidos, tirado por seis caballos ocres, se detuvo frente a los viajeros.
De un salto una figura bajo del vehículo y avanzo unos pasos.
La luz de la luna les mostró la figura de una joven de unos catorce años. Un poco más baja que Kagóme. Lucía el cabello rosa corto por los hombros con reflejos púrpuras y grises. Sus ojos eran violetas y profundos. Sobre su pecho llevaba una coraza pulida de color verde musgo. De allí sobresalían amplias mangas de lino bordadas. La pollera de cuero que llevaba estaba sujeta con un cinturón de bronce. Las botas, del mismo material de la pollera, estaban sujetas por tiras doradas.
Son ustedes.- dijo luego de observarlos por unos minutos.- La señora me dijo que ustedes necesitarían ayuda para llegar. Vine a recogerlos.-
Kagóme se había acercado lentamente hasta quedar detrás de Inuyasha.
¿Llevarnos a dónde?- pregunto, sobresaltando al hanyou.
Al Concilio de los Entes. ¿No tenían noticias de él?-
No.-
Yo los llevaré.- Con un ademán de su mano la niña abrió la puerta del carruaje.
Por dentro era más espacioso de lo esperable. Ella subió y esperó a que los otros la siguieran.
Syipo, sin dudarlo un momento, salto dentro. Kagóme lo siguió más por preocupación que por gusto. Inuyasha tomo a Sango en brazos y la subió con ellos al coche. [Esta claro que Kirará no entra transformada como youkai.] Finalmente subió el youkai gato. Con un sonido seco la puerta se cerró. Al silbido de la chica los caballos comenzaron a moverse.
Por cierto.- dijo con una sonrisa la joven.- Aún no me presente. Me llamo Jade. Tú debes ser Inuyasha.- miró al hanyou.- Tú eres Syipo.- observó al kitsune.- Y ustedes dos son Kagóme y Sango.-
Pareces muy informada.- hizo notar Sango, quién despertó en ese momento.
Eso sucede cuando eres la mensajera de los entes.-
¿Qué es un ente?- preguntó inmediatamente Kagóme.
Podrán hacer todas las preguntas que quieran en el concilio de mañana. Lo que nos ocupará ahora será cenar como Kami- sama manda y dormir, aunque más no sea por una noche, en una cálida y cómoda cama.-
Afuera del coche la noche era oscura y tronaba. Seguramente a mitad de la noche se largaría una tormenta. En unos minutos el coche entró a un patio adoquinado detrás de un palacio al estilo occidental.
Bajaron del carruaje, cada vez más entumecidos. Al llegar a la sala ardía un fuego que calentaba el ambiente.
Sientensé y sequensen.- dijo amablemente Jade.- Volveré en unos momentos.-
Kagóme e Inuyasha cruzaron miradas de duda y sospecha entre ellos. Sin embargo Syipo y Sango estaban demasiado cansados como para sospechar nada, se quedaron inmediatamente dormidos. Y Kirará se tendió frente al hogar.
Mejor cenen.- dijo la voz de Jade, entrando a la sala.- Cuánto más rápido terminen, más rápido podrán irse a dormir. Y créanme que tienen poco tiempo.-
La cena transcurrió en un silencio aplastante. Un poco por cansancio y otro poco por pena. A la media hora Jade los hizo caminar por unos cuantos pasillos antes de detenerse ante dos puertas enfrentadas.
Ustedes dos.- señaló a Syipo e Inuyasha.- Dormirán aquí.- les señalo la habitación ubicada detrás de ella. - Y ustedes dos, junto con Kirará, podrán dormir en la de enfrente. Sobre las camas encontrarán ropa para cambiarse.-
Buenas noches.-
En cuestión de segundos ambas entraron al cuarto, seguidas por Kirará.
Había dos grandes camas con dosel. En medio se abría una ventana muy alta, con un sillón debajo, en donde se acomodo la pequeña youkai.
Kagóme se acerco a la cama de la izquierda y abrió el dosel.
Prolijamente estirado sobre la cama estaba un camisón blanco con pétalos de sakuras.
Kagóme se vistió con él y miro por la ventana. Todo estaba oscuro y el viento soplaba lúgubremente. Se deslizó suavemente hasta la cama y se acostó.
A pesar de que sentía un poco de temor, la tibieza de las mantas y la comodidad del colchón la llevaron inmediatamente al sueño.
************************ FLASH BACK soñado*******************************
Sango volvió cargada con las cosas recién lavadas en el río. Kagóme las recibió y no hizo ningún comentario. Cuando se volteó a los otros todos estaban más callados de lo usual, incluso el pequeño Syipo. La chica de dieciséis años cumplidos hacia unos meses observó los rostros, uno por uno.
Quizás esa seria la última noche que pasarían todos juntos, quizás mañana sería "el día d" pensó en tantas veces que había estudiado historia, sangrienta y triste, cómodamente sentada en su pupitre. Nunca se había detenido a pensar en los motivos que habían llevado a cada persona a esa situación. Si la habían deseado o no...
¿Qué haremos?- susurró de manera casi inaudible.
¿Qué?-
Que qué piensan hacer cuando todo esto acabe. Por que en algún momento esto terminará. Para bien o para mal.-
Pero es más probable que acabe m... - susurró Sango, siendo interrumpida por Miroku.
No hay que esperar siempre lo peor, Sango. Por mi parte señorita Kagóme, creo que visitare una vez más la tumba de mi padre. Luego ya veré... -
Yo no lo sé.- Sango vaciló un momento.- No estoy segura de lo que pueda pasar mañana, así que tampoco estoy de ánimo para hacer planes. Seguramente volveré a mi aldea y cumpliré mi promesa ¿Sabes? ¿Y tú?-
Supongo que pasaré más tiempo en mi casa. La preparatoria me absorbe mucho, pero me haré de tiempo para... -
Pero calló, porque lloraba.
¿Syipo tú...?- empezó Miroku.
Pero no obtuvo respuesta, porque el kitsune se había quedado dormido.
Kagóme lo observó con ternura, seco sus lágrimas rápidamente y tomó en brazos a Syipo, lo acomodó junto a ella y pronto también estaba dormida.
Sango y Miroku miraron con pena a la figura que no había participado en la conversación. Inuyasha les daba la espalda, observando la luna.
Pronto Sango se acurruco junto al monje, durmiendo como siempre, aferrada a su mano. Miroku la observo dormir por un rato, la cubrió con una manta y le beso la frente antes de dormirse en también.
Era otoño.
En media hora todos dormían, excepto un hanyou, quién bajo silenciosamente del árbol.
Sé que no quieres oír lo que haré.- susurró suavemente Inuyasha, acariciando el cabello de Kagóme. - Pero es la única forma de ser lo suficientemente fuerte como para soportar alejarte de mí- Con una de sus garras acarició los labios de Kagóme. Quizás él nunca sería el dueño de esos labios. Pero quería sellarlos, ser el primero en probarlos. Se alejo lo más rápidamente posible. No es justo para Kagóme, pensó. Al fin de cuentas yo me iré con Kykio y ella tiene derecho a entregarle ese tesoro a quién se lo merezca, no a este pobre diablo.
(Lo que Inuyasha no sabe.)- pensó Syipo, volteandosé hacia el otro lado.- (Es que Kagóme ni siquiera le dará tiempo de prepararse.)-
******************* FIN DEL FLASH BACK sueño *****************************
Arriba.- la voz de Jade la saco de la oscuridad.- Tienen que prepararse para el Concilio.-
¿El Concilio?- preguntó soñolienta Sango, enderezandosé y frotandosé los ojos.
Sí. Será en un par de horas. Pero pueden tomarse un baño y luego el desayuno los estará esperando.
Jade saco unos paquetes.
Son vestidos. Pueden usarlos para el Concilio, si quieren.- Le extendió su paquete a Sango.- Arregle tu traje de exterminadora y lo limpie.-
Mu... muchas gracias.- tartamudeó la exterminadora. Luego le entregó el otro paquete a Kagóme y se dirigió a la puerta, esperando que la siguieran.
Cuando atravesaban uno de los pasillos se toparon con Inuyasha, que acababa de salir del baño. Las saludo con un arrastrado "Buenos días" Y se metió en la habitación donde había dormido.
Segundos después el fino oído del hanyou escuchó el seco ruido de la puerta al cerrarse y salió silenciosamente de su habitación.
- ¿Adónde vas?- le detuvo Jade.
¿Pues que crees?- pregunto a su vez Inuyasha, sentandosé contra la puerta del baño.- Hay algo aquí que no me agrada. No dejaré que nada se acerque a m... Kagóme.-
¿Me parece o te salteaste una palabra?-
¿No qué eras mensajera? ¿Ahora resulta que eres interrogadora además?- protestó el hanyou.
Jade soltó una leve risita y se alejo de allí.
Una hora después...
¡Plaf!
Inuyasha cayo hacia adentro del cuarto de baño cuando Kagóme abrió la puerta.
¿Qué hacías ahí, Hinoki?- pregunto Sango, dividida entre la rabia y la diversión.
Eh... Bueno... Es que todo esto se me hace muy extraño... Quería asegurarme que estuvieran bien... -
Kagóme se puso de cuchillas frente a él y lo miro fijamente a los ojos.
Ese gesto sorprendió al hanyou, pero al cabo de unos minutos bajo la vista para toparse con los labios de la chica, la misma idea que lo había asaltado años ha, le rondó en la cabeza.
Gracias por preocuparte por nosotras ^_^- sonrió Kagóme.
Eh... No, de nada.- respondió sonrojado Inuyasha.- ¿Qué haces vestida así?- le pregunto nuevo.
¿Qué?- respondió Kagóme, enderezandosé.- Jade me lo dio para cambiarme. Creo que es bonito.- Dijo ella, acercandosé al espejo y observando la ropa, que se le hacía extrañamente familiar.
Inuyasha... - susurró Sango, acercandosé a él.- Es la misma ropa que ella vestía cuando nosotros... -
Lo sé. Creo que ella le llamaba uniforme.-
En ese momento Jade entro en escena.
¿No quieren desayunar?- pregunto amablemente.
En ese momento él estomago de Sango gruño y Syipo salió de una habitación contigua.
Mejor vamos ^_^- asintió Kagóme.
Si, ya vayamos.- agregó alegremente Syipo. Y se dirigieron al comedor pasando por delante de la niña.
¿Dónde conseguiste esa ropa?- pregunto Inuyasha, una vez que todos se fuera ido.
Nunca subestimes a Jade, la de los muchos recursos.- sus ojos violetas brillaron.- ¿No piensas desayunar?-
Inuyasha sintió con la cabeza y salió detrás de Jade. Antes de hacerlo volteó a ver la estancia, definitivamente había algo desagradable en ella.
Jade les señalo una pradera más alta que se abría delante de un arco de mampostería.
Allí se llevará a cabo el Concilio de los Entes. Tú ven conmigo, Syipo. Ellos no se tardarán mucho. Tengo una pequeña compañera de juegos para ti.- Dijo Jade, tomando al kitsune de la mano.
¿Pero no crees que se asuste de ver a un niño con cola de zorro?-
No. Ella esta acostumbrada a los seres extraños, vamos.- Los dos niños se dieron media vuelta y comenzaron a caminar en la dirección contraria hasta perderse de vista.
Los otros tres intercambiaron miradas de curiosidad y emprendieron el camino hacia el lugar indicado.
La primera en llegar fue Sango. Su silencio lo dijo todo.
Cuando las cabezas de Inuyasha y Kagóme asomaron oyeron una voz muy familiar.
Gracias a Kami- sama que decidieron venir.- dijo irónicamente Dayana.
Esa afirmación fue respondida por tres voces que dijeron casi exactamente las mismas palabras.
¿Qué haces aquí, icary?- dijo con su antipatía habitual Erín.
¿Qué haces aquí, Inuyasha?- agregó Sesshomarú.
¿Qué hace MI prometida aquí?- pregunto en un tono de voz ampliamente alto Kouga.
Eso nos gustaría saber.- respondió con su "cortesía" habitual Inuyasha.
Tomen asiento.- señalo unas sillas enfrente de los youkais, Dayana.
Kagóme, Inuyasha y Sango retrocedieron unos pasos y se sentaron. El segundo mantuvo la mirada fija en los dos youkais, quienes lo observaban con recelo.
Dayana observo uno por uno los rostros de los presentes en el Concilio.
Un taiyoukai.
Un hombre- lobo.
Una Wicca.
Una Icary.
Un Hanyou.
Una miko y raimada.
Y por último pensó en ella misma. La última sobreviviente asiática de los Grymlis.
Bueno.- dijo luego de un momento de silencio.- ¿Alguna pregunta antes de empezar con el Concilio?-
Sango se puso de pie:
Quisiera saber, Dayana, que es exactamente el Concilio de los Entes.-
El Concilio de los Entes reúne a un representante de todas las etnias entes.-
¿Por qué nunca oí hablar de él? Mi padre... - comenzó a decir Inuyasha, pero Sesshomarú lo interrumpió.
Nunca oíste hablar de él. Porque tú, híbrido, eres una deshonra para la familia. Y la aristocracia Youkai no permitiría que alguien de tan bajo categoría como tú se entrometa en asuntos tan importantes.- dijo Sesshomarú, con aire de suficiencia.
Silencio, Sesshomarú.- increpó con voz amenazante Dayana.- Te recuerdo que Inuyasha es un hanyou, pertenece a una nueva etnia ente, nada más. Además si hace cincuenta y tres años no se lo convoco ante el Concilio fue porque estaba directamente involucrado con los hechos.-
¿Hace cincuenta y tres años?- pregunto Kouga.
Sí. Hace cincuenta y tres años fue la última vez que se reunió este Concilio.-
¿Qué se trato en esa oportunidad?- pregunto Kagóme, en un murmullo.
La perla de Syicón.- Dayana guardo silencio.- Todos los aquí reunidos tienen alguna relación con la perla, directa o indirecta.- Paseo su mirada, sin que ninguno hiciera comentarios. - Hace cincuenta y tres años un ser llamado Onigumo, quién estaba inmovilizando de por vida. Por una serie de circunstancias una terrible avaricia y celos nacieron en su espíritu. Vendió su alma a miles de demonios con la única condición que le dieran un cuerpo capaz de moverse. Con el único fin de apropiarse de la perla de Syicón y de la miko que la protegía.-
Se hizo un profundo silencio. Esas simples palabras trajeron miles de recuerdos a Inuyasha y los antiguos conocidos. Sango se enjugo una lágrima. Erín contuvo la respiración, esperando la continuación del relato.
Entonces... - La trémula voz de Kagóme se alzó.- El despreciable Naraku tomo la forma del ser que era más amado por la miko Kykio. El objeto de sus celos y la hirió bajo esa apariencia. Luego le arrebato la perla y le dejo que agonizará.- Tomo aire.- Luego retomo su apariencia normal y dejo la perla en el templo habitual. Así llegó el verdadero muchacho y se la llevo, tal como estaba planeado. Pero cuando el joven la sostenía llegó la miko sangrante y le disparo con el arco que ella solía usar para destruir demonios. Luego de eso ella murió y pido que la Perla fuera quemada, para así purificarse.-
Inuyasha y los demás intercambiaron miradas de asombro y confusión. Por un momento los antiguos conocidos vieron a la niña quinceañera que había caído accidentalmente por un viejo pozo. Pero al segundo siguiente esa breve imagen se desvaneció, dando espacio a la imagen de una joven mujer confundida.
¿Cómo lo supiste?- pregunto perplejo Inuyasha.
No lo sé.- Kagóme sintió las miradas clavadas en ella y bajo la cabeza roja hasta explotar.
Al minuto siguiente todas las miradas giraron al hanyou.
¡Feh! ¿Qué demonios miran?-
Eh... ¿Alguna otra pregunta?- dudo Dayana.
Sí ¿Qué es exactamente un ente?- preguntó Kagóme.
[Aquí vamos con la parte mitológica; aviso que no tengo intenciones religiosas ni nada similar. Es más la religión no es lo mío.]
Cuando Kami- sama acabó de crear todo lo que conocemos, incluyendo a los animales y plantas, pensó que debía crear un ser que dominará sobre ellos y ser intermediario entre lo creado y Él mismo.- Dayana paseó la mirada por los atentos escuchas.- Entonces creó a lo que nosotros llamamos Youkais, pero al ver que la mayoría de ellos no sabían usar los recursos dados, Kami- sama se arrepintió. Más no podía quitar la vida porque sí a las criaturas ya animadas. Así que corrigió los defectos que encontró en los youkais y creó a los seres humanos. Aunque al quitarle ciertas habilidades llevó irremediablemente a que los nuevos seres tuvieran infinidad de nuevos defectos y debilidades.- Dayana observó a Sango, Inuyasha y Kagóme. Lo más cercano a un ser humano presente en el Concilio. - Pero justo antes de animarlos y ponerlos en el mundo, Kami- sama se percató de que los youkais y demás animales salvajes podrían dañarlos. Por esa razón creo a los Bean Sidhe.- La grymli giró la cabeza a Erín y le indicó silencio con un gesto. - Primero creo a los Fincaev, quienes podían dominar los elementos sutiles, quizás lo más peligrosos. Sin embargo inmediatamente cayo en la cuenta que el fuego, la tierra y otros elementos eran levemente menos peligrosos pero igual de perjudiciales en caso de entrar en acción y creó a los Wiccas.- Dayana retrocedió unos pasos y volvió a su asiento.- Cuando hubo terminado con las dos razas notó que los animales y youkais, su principal preocupación, estaban fuera de casi todo dominio. Entonces nacimos los Grymlis.- Los opacos ojos de Dayana escudriñaron todas las direcciones posibles.- Una vez que todo estuvo terminado dio la opción a las Bean Sidhe de vivir en otro plano o quedarse en este. Aquí todo estaba hecho un desastre y muy pocos Bean Sidhe decidieron arriesgarse. Al reducido grupo de los que quisimos permanecer en estos lugares se nos dio la denominación de Adalar y el poder de asentarnos donde nos pareciese preciso, si no molestábamos a los humanos.- Dayana tomo aire y se perdió un momento en cavilaciones.- De eso han pasado cincuenta mil años, sino más. Yo ya perdí la cuenta del tiempo que llevó aquí. Muchos Bean Sidhe han nacido en esta tierra. Pocos de los primeros aparecidos quedamos vivos. Hasta hace unos días quedábamos cuatro. Ahora solo sobrevivimos dos. Ellio, el que todo lo veía y Cassio, el jefe de defensa, cayeron protegiendo a Ea, lugar donde yo y todos los grymli asiáticos vivíamos. Ahora solo quedo yo y la última Señora de los elementos sutiles. Su ayuda en este Concilio nos hubiera sido bienvenida.- Se lamento Dayana, guardando silencio finalmente.
¿Y que hay de ella?- pregunto Sango, señalando a Erín.
Ella es cuarta generación aquí.- respondió Sesshomarú.
Mira quién lo dice, un arrogante taiyoukai quien dice aborrecer a los humanos y esta criando a una pequeña.-
Es no te importa.- cortó fríamente Sesshomarú.
¡Ya basta!- exclamo Dayana, instaurando silencio. - Estamos aquí para asuntos más serios. Es un hecho que la relativa paz que se mantenía en esta región se ha acabado con la caída de Ea. Erín, tú sabes que nuestra principal misión es cuidar de los humanos. Pero también sabes que Galadar... -
Galadar esta tan firme como puede estarlo.- agregó Erín.
No seas tonta.- le soltó Kouga.- Los Bean Sidhe eran los encargados de preservar la paz. Galadar no soportará más.- Luego se volvió a Dayana.- ¿Pero puedo preguntarle que hacen ellos aquí?- añadió el hombre lobo.
¡Ah! Bueno ellos... Tenemos a un hanyou, mitad demonio y mitad humano; a una Icary, mitad Bean Sidhe y mitad humana; y a una miko con habilidades de raimada. Ellos también son entes, aunque levemente menos poderosos.-
¿Un raimada? ¿Qué es eso?- preguntó Kouga.
Un raimada es una división de los samurais, pero tienen ciertas diferencias, básicamente en el modo de combate. Pero no se es raimada por genes, es fortuito.- dijo de corrido Sesshomarú.
Así es. Los seres humanos son demasiado débiles. Por eso periódicamente nacen algunos de ellos como raimada, para protegerlos. Pero por ese mismo motivo no están en el Concilio, sería solo asustarlos.-
Vayamos al tema principal.- urgió Erín. [Sí, mueveté Sheila que ya vas por la pág. siete.]
Desde hace mil años que no nos encontrábamos en esta situación. Cada mil años nace un ser humano que parece común y corriente, sin nada especial. Sin embargo dentro de él esta guardado el poder de la oscuridad. La mayoría de las veces ese hecho pasa inadvertido y no sucede nada. Pero esta vez hay alguien que esta enterado de la encarnación de ese poder maligno y pretende liberarlo de su guardián. Y hará cualquier cosa por lograrlo, no importa que. Nosotros aún ignoramos en que ser se encarnara esta vez, pero tan como están las cosas actualmente tiene que tratarse del descendiente de una familia poderosa.- completó Dayana.
¿Y nosotros que tenemos que ver con esto?- interrumpió el prolongado silencio Kouga.
Yo soy una de las últimas primeras aparecidas, o sea una de las Bean Sidhe más poderosas. Erín es la Wicca más fuerte viviendo en este plano. Ustedes dos.- dirigiendosé a Kouga y Sesshomarú: - Tienen mucho poder sobre sus colegas. Y en cuanto a ellos tres... Bueno... Todos nosotros sabemos que... -
¿Y entonces?- pregunto Inuyasha.
Hasta no saber exactamente quien será el guardián de ese poder maligno no podemos hacer nada.- dijo con amargura Dayana.
¿Y si ya nació?- pregunto Kagóme.
Debemos encontrarlo y protegerlo a toda costa.- Paseo la mirada decidida sobre todos.- Mientras tanto... el objetivo del enemigo... somos nosotros.-
No eso no puede ser cierto.- susurró Sango. Su estómago sufrió una tremenda sacudida y su vista se oscureció.
CONTINUARÁ...
¡Wuaw! Llegue al capítulo quince. ¡Es mucho más de lo que esperaba! Les agradezco a quienes se vienen tragando los capítulos de esto, ni siquiera merece el nombre de FanFiction. Sobre todo esos capítulos particularmente largos y pesados como este.
Respondiendo Rewiens [Esto me encanta *_* ¡Así qué no dejen de enviar!]
Kala: Yo también estoy feliz de que FF. net te haya dejado dejar Rewiens a medio mundo [Y que yo este incluida.] ¡Muchas gracias!
Kagomepotter_137: Bueno, lo importante es que finalmente pudiste mandarme Rewiens [Y quisiste.] No sé si 24 capítulos exactamente, pero si unos cinco más aproximadamente, y quizás no de un Km. de largo, medio capaz. Lo que sí es seguro es que no me gusta que separen a Inu/Kag [Es gracioso, prácticamente lo hago siempre.] Así que veré que hacer, porque como van las cosas tengo que hacer un par de ajustes. Además de que el romance no es mi fuerte. Pero una vuelta le voy a encontrar. Me alegra que te gusten la temática y el curso de la historia. Y respecto al título; sí, se llama así por eso, entre otras cosas. Pero además hay otros motivos.
Mione of the dragon: No tengo idea de sí has llegado a este capítulo. Eres la primer persona en decirme que el mío es el primer fic de Inuyasha que lee. Y de hecho intento que se parezca a un guión. Aunque este bien lejos de un guión verdadero. Y más aún de uno de Rumiko Takahashi.
¡Hasta pronto! Y ya lo saben... ¡Dejen Rewiens!
