Capítulo 10:
El lobo y la bruja
Remus Lupin no dijo nada hasta que llegaron a la enfermería.
-¿Puedo saber de qué iba todo eso?
Ella le miró por un largo rato y después suspiró.
-Probablemente no.
Remus tuvo una sensación de hundimiento. Sabía que estaba siendo sobreprotector y celoso, pero no podía evitar lo que empezaba a sentir por Lorien. Y ahora esto. ¿Iba a volver a ir a la mazmorra esa noche? Y si fuera así ¿por intereses profesionales en el trabajo de Snape o era más por fascinación personal? Se estremeció ante el pensamiento. Ella no podía estar…
-Remus ¿estás bien? – le preguntó Lorien interrumpiendo sus pensamientos.
-¿Umm? Sí.
-Remus, no creo que vaya a gustarte esto.
"Oh no, ahí viene."
-Pero tengo que ser honesta contigo.
"Esto va a ser horrible."
-Sé que no te llevas bien con Snape.
"¡Odio a esa cosa viscosa!"
-Pero la verdad es que creo que hemos entablado una diminuta relación de amistad.
"¡No creo que pueda escuchar esto!"
-El día que estuvo examinando mi tobillo hicimos un trato amistoso…
"¡Por las barbas de Merlín!"
-... sobre el partido de quidditch y he perdido. Así que tengo que ceder ante Snape.
"Creo que voy a ponerme tremendamente enfermo."
-Y vestirme del verde de Slytherin para la cena.
-¿Qué? – Remus no estaba segura de haberla oído bien.
-¿Estás bien? He dijo que he perdido la apuesta y que tengo que vestirme de verde – dijo un poco impaciente.
Él la miró fijamente.
-Lo siento, Remus. No te dije nada de la apuesta antes y tendría que haberlo hecho. Quiero decir, no es un trato importante. Es sólo que sé que no te gusta Severus y que tiendes a ser un poco protector.
-¿Es eso? ¿Qué tienes que vestirte de verde? – Remus sentía que el miedo se escurría hacia abajo.
-Sí, ¿puedes creerlo? Recuérdame que no vuelva a apostar en el quidditch otra vez.
-Con mucho gusto – Remus sintió desmayarse de alivio.
La mayoría de los alumnos se había recuperado de la derrota de Ravenclaw por la mañana y estaban de buen humor cuando se dirigieron al Gran Comedor.
Harry, Ron y Hermione fueron juntos a cenar.
Hermione estaba aburrida porque los chicos todavía seguían discutiendo sobre el partido de quidditch desde aquella mañana y poniéndose nerviosos ante la idea de que Slytherin ganara otra vez. Hermione se sentó en la mesa de Gryffindor con ellos y agitó su cabeza mientras ellos continuaban despotricando.
-¡Malditos Slytherins! Aún no puedo creerlo – exclamó Ron.
-Lo sé – dijo Harry -. Cho vuela mucho mejor que Malfoy.
-¿Has hablado con ella? – inquirió Ron.
-Sólo un minuto. Parecía bastante desilusionada – respondió Harry.
Hermione sentada donde estaba, observó a la buscadora de Ravenclaw. Ella estaba sentada con sus compañeros y parecía desanimada. La mirada de Hermione se dirigió a la mesa de Slytherin, donde los ánimos eran obviamente todavía altos después de su victoria. Hermione balanceó los ojos y miró a otro lado.
Mientras Ron y Harry organizaban un escándalo con gran parte de la mesa de Gryffindor, los ojos de Hermione deambularon por la mesa de los profesores. La profesora McGonagall estaba inclinada, conversando con Flitwick, probablemente prometiendo la venganza por parte del equipo de Gryffindor. Sus ojos viajaron por la mesa hasta donde Snape estaba sentado cerca de Lupin y Hooch. Parecía algo engreído.
Se fijó en Lupin antes de que sus ojos volvieran a posarse en su propia mesa, y entonces sus ojos se apartaron y volvieron a la mesa de los profesores. Lupin estaba mirando algo, con una extraña expresión en su cara. Giró su cabeza hacia donde indicaban sus ojos. Estaba mirando a Lorien, que acababa de entrar en el comedor. Al principio pensó que la extraña expresión era debida al hecho de que Lorien iba vestida de verde (¡Ella era de Ravenclaw!), pero al fijarse otra vez en Remus, y después en Lorien, y después otra vez en Remus, tuvo una sospecha.
"¡Ahí pasa algo!", Hermione sonrió para sí misma. Se había preguntado por qué los había visto juntos aquel día fuera.
-¿Qué estás mirando, Hermione? – Harry le estaba hablando y se giró para mirar él mismo -. Estabas mirando a – se cortó al ver la túnica verde.
Los ojos de Ron se agrandaron.
-¿En qué está pensando? ¿Lleva los colores de Slytherin?
Muchos de los estudiantes en el comedor se dieron cuenta de lo
mismo y Lorien supo por la ola de rumores mientras se acercaba, que no estaba
consiguiendo muchos puntos de parte de al menos tres de las casas.
"Juro que nunca volveré a apostar en el quidditch – se prometió a sí misma
llegando a la mesa de los profesores.
No quiso siquiera mirar a Flitwick ni a McGonagall, pero cuando finalmente se atrevió ellos le sonrieron.
Minerva se inclinó hacia ella para susurrarle:
-Ha perdido una apuesta con Severus ¿no?
Lorien la miró y asintió.
McGonagall le dio una palmadita en la mano.
-No se preocupe, nos ha pasado a todos.
Flitwich asintió
seriamente confirmándolo.
Snape se volvió para responderle algo a Madame Hooch, y notó cuando lo hizo que Lupin estaba observando a alguien atentamente. Miró a ver que es lo que había atraído la atención del hombre lobo y siguió su mirada hacia donde estaba Lorien, cerca de la mesa de profesores. La bruja iba vestida de verde.
"Uh! Lo llevó a cabo", Snape se giró, ligeramente divertido.
Entonces se dio cuenta. Su cabeza se volvió súbitamente para fijarse en la simple túnica verde que Lorien llevaba. La túnica verde Nemorosi. ¡Eso era! El hombre que había visto con ella era el brujo Nemorosi llamado... Perth Taber. Contempló ahora a la bruja de pelo rubio sentada al lado de McGonagall. Ella también debía de ser Nemorois. Snape pensó en si la había visto alguna vez llevar una varita con ella, y se dio cuenta de que no.
Había pasado mucho tiempo desde que Snape se había encontrado con
un particular brujo Nemorosi al que conoció en el pasado. Los recuerdos que
tenía de aquella época no eran agradables, y Snape frunció el ceño ante el
pensamiento. Se encontró a sí mismo preguntándose otra vez sobre lo que Perth
Taber había ido a hacer a Hogwarts cuando regresó a su conversación con Hooch.
La bruja de
Ravenclaw y el hombre lobo de Gryffindor caminaban de regreso hacia sus
habitaciones al lado de la enfermería.
-Todos van a odiarme ahora, Remus – dijo Lorien.
Lorien estaba sonriendo, pero sólo bromeaba a medias. Había recibido un montón de malas miradas de los alumnos, especialmente de la mesa de Ravenclaw.
-Se olvidarán en una semana – le aseguró él.
-¿Eso piensas? – preguntó Lorien, realmente inquieta.
-Lo sé – Remus hablaba suavemente.
Llegaron a su puerta y ella la abrió con una palabra.
-¿Entras? – le preguntó.
Él sonrió y asintió. En cuanto ella cerró la puerta, su mano se cerró entorno a su muñeca y la atrajo hacia él lentamente. Sus ojos la resiguieron de la cabeza a los pies y luego otra vez.
-Tengo una confesión – susurró.
-¿Qué? – suspiró ella.
-Me gustas en verde.
Lorien fingió una mueca de horror y luego le sonrió.
-Lo digo en serio. Te queda muy bien.
-Gracias… Remus – Lorien vio la expresión en sus ojos gris claro cuando él la miraba. Iba a hablar pero él la calló con un rápido beso, seguido de otro más largo. Y Luego otro aún más. Se separó con suavidad, y le dio delicados besos en la mejilla, en la barbilla y por la línea de su mandíbula. Puso un dedo bajo su barbilla mientras le rozaba debajo de su oreja y le levantó lentamente la cabeza para tener mejor acceso a su cuello.
Lorien había cerrado los ojos cuando Remus le levantó la cabeza. Se le escapó un pequeño grito apagado sus besos fueron hacia el hueco de cuello, y pudo sentir su pulso acelerarse. Gimió suavemente al presionar su boca más urgentemente contra su piel y dejó caer la cabeza un poco más hacia atrás.
Remus podía sentir el ritmo de su pulso a través de la suave piel de su cuello, y sintió cómo se intensificaba al levantar Lorien la barbilla. Sonrió al darse cuenta de que ella estaba disfrutando tanto como él. Otro suave gemido de ella aceleró su propio corazón, y notó la adrenalina en sus venas.
Colocó sus manos por detrás de su cuello y enrolló sus dedos alrededor de los rubios rizos. Su agarre se intensificó ligeramente en el puñado de cabello al levantarle la cabeza y presionar su boca firmemente sobre la de ella. La besó profundamente por un largo momento y cuando se separó la abrazó, manteniéndola cerca. Lorien lo abrazó con fuerza y apoyó la cabeza en su hombro.
Remus pronunció su nombre suavemente:
-Lorien.
Estaba mareada y descansó apoyada cómodamente en él durante un rato. Podía
sentir las palpitaciones de los latidos de su corazón y notó que él debía de
estar sintiendo la intensidad del momento también. Se sorprendió cuando le
sintió ponerse rígido y quiso separarse.
-¿Qué es? – le preguntó.
-Nada. Debo marcharme – dijo él suavemente.
-¿Por qué?
-Tengo que irme – insistió.
Lorien le miró, con preocupación en su cara.
-No tienes por qué.
-Sí tengo.
-No tienes.
-Sí, es por eso que tengo que irme.
-Remus, desearía que no lo hicieras – dijo Lorien.
-Lo sé, pero no puedo prometerte que pueda comportarme si me quedo – bajó la mirada un poco.
-No me importa. Por favor, no te vayas.
Le acarició el rostro dulcemente y se acercó para besarle. Remus se encontró a sí mismo atraído por ese beso por un largo rato y luego se apartó, agitando su cabeza.
-No puedo, Lorien. No podemos.
Lorien le estudió por un rato. Parecía cansado y triste. Se acordó de que no quedaba mucho para la luna llena.
La luna llena.
Súbitamente se dio
cuenta de qué era lo que le preocupaba.
-Entiendo – dijo, retrocediendo y volviéndose.
-¿Lo entiendes? – habló mientras la veía caminar por la habitación para detenerse delante de una gran estantería dándole la espalda.
-Sí. Está bien si no te quieres quedar – miraba fijamente la estantería, resiguiendo con los dedos distraídamente su contenido.
-Lorien, por favor. No es que no quiera, es sólo…
-No. En serio,
Remus –le interrumpió Lorien -. No tienes por qué.
Lorien sacó una revista de la entantería y suspiró.
-Me quedaré aquí y me pondré al día con mi lectura.
Lupin estaba angustiado. Ahora ella se estaba poniendo difícil. ¿Por qué no podía entenderlo? ¡De todos ella! ¡Con sus conocimientos médicos, seguramente podía ver por qué él no quería correr el riesgo!
Habló otra vez.
-Lorien, por favor no te ofendas.
Ella se giró pero sin mirarle, y empezó a pasar casualmente las páginas de la revista.
-Lorien.
-¿Umm? – continuó pasando páginas.
-¡Lorien! – se dirigió hacia donde ella estaba.
-Remus, antes de que te vayas, ¿me haces un favor? Lee esto – había doblado la página abierta.
Él protestó.
-En verdad, no...
-Léelo – le dijo con suavidad.
Remus suspiró y tomó el libro.
-¿Qué es esto?
-La RAMBM.
-¿Perdón?
-Revista de la Asociación de Magos y Brujas Médicos… RAMBM.
Remus parecía confundido.
-Léelo – le indicó un párrafo resaltado -. Pensé que tendría que
enseñarte esto en algún momento.
No le llevó mucho tiempo el leer la conclusión de diez años de estudio
prospectivo hecho por un prestigioso hospital de magos. No estaba muy
familiarizado con la terminología médica, pero entendió la última parte.
En conclusión, ha sido determinado que la condición licantrópica no puede ser transmitida a una persona a través del contacto con la sangre, saliva u otros fluidos corporales del individuo afectado. Hasta la fecha, lo único confirmado que pude transmitir el desorden es a través de la mordedura de un licántropo transformado.
Levantó la vista hacia ella lentamente.
-¿Lo sabías?
-Por supuesto – asintió ella.
-¿Y me dejaste sufrir esta agonía hasta ahora?
-Era tan dulce, Remus – sonrió ella.
-Eres tan mala.
Remus saltó sobre ella. Lorien gritó y trató de escapar, pero él la cogió por la cintura tirándola al suelo riendo. Lorien le asestó un golpe poco entusiastamente y él la agarró de la muñeca y la mantuvo bajada.
Remus gruñó y pretendió morderle en el cuello. Sólo le llevó un minuto darse cuenta de que su risa había parado y de que ella se aferraba a su cuerpo firmemente. Él la abrazó durante un momento y después se levantó, levantándola también a ella.
-Lorien – dijo, cogiéndola de las manos –. ¿Quieres que me quede?
Ella simplemente sonrió, volviéndole la espada, todavía cogida de su mano, lo condujo hasta la habitación que había al lado.
Nota de la autora:
Después de leer esto varias veces, encontré irónico que Snape acabase siendo el catalizador que hiciera chispear el romántico encuentro entre L & R cuando logró que ella vistiese de verde. No me di cuenta cuando lo escribí por primera vez. Creo que muchos de vosotros estáis empezando a tener la sensación de que ésa no era la intención de Severus en realidad (guiño).
Nota de la traductora o chat con los reviewers:
Pregunta: ¿quiere este capítulo decir que Remus era virgen? O.o
Rinoa: *Irene esquiva el patadón de Rinoa* No es que no quisiera responderte sino que posteaste demasiado rápido, es decir, cuando ya había subido el capítulo ^^U Sobre la traducción, bueno, no soy una experta en inglés y como tal necesito algunos "truquitos" para salir adelante (como el uso del diccionario XD), pero la autora original tiene un gran dominio de lo que es la "lengua médica" y una forma muy especial de escribir por lo que en ocasiones me hace rebanarme los sesos para encontrar una traducción adecuada ^^U A Remus yo lo veo como alguien muy paciente, muy calmado, de los de sangre fría vamos, pero también le veo su parte "agresiva" aunque es como si la tuviese metida para adentro oculta a todo el mundo. De joven me lo imagino como creo que la mayoría lo hace: tímido, inteligente y algo dependiente de los demás. ¡Así que una enamorada de Cedric! (el personaje más desgraciado de la historia, el que lo tenía todo, aunque yo de ser la autora también habría acabado matándolo: demasiado perfecto... *Irene vuelve a esquivar otra patada de Rinoa, que estaba vez iba más fuerte*) ¡Yo defenderé al grasiento de Snape siempre! mwajajajajaja
Lechucita ambarina: Como no quiero ir a juicio por homicida aquí tienes el siguiente capi. ¡Me alegro que te guste la historia! ^^
Gwen de Merilon: aka. "que nadie toque a mi Remus" XD Uff, te recomiendo sentarte cómodamente para los próximos capítulos si tanta "rabia" te da Snape jojojojo Sobre los fics de Cassandra la verdad es que no estoy segura de que fuera un nc-17, lo que sí sé es que antes estaba en ff.net y ahora no -_- ¿Has visitado también la de Artisticalley? Qué fanarts, por Dios O.O
Hatsue: Celos, peleas, más celos, más peleas... ¡Esto es un triángulo amoroso y lo demás son tonterías! *^^*
Maika Yugi: *Irene se pone roja otra vez por las alabanzas* Tienes razón, pobrecito lobito.. ¿¡pero es que nadie piensa en la serpiente!? ^^U Corroboro tu opinión: ¡Nytd es una gran autora! ^^
Rakshah: *Irene recibe una puñalada en el corazón ante la amenaza de Rakshah* Jejeje, no hay nada mejor que ver al hombre que te gusta ce-lo-so *sonrisa lasciva* Espero que te guste el capi ^^
