Capítulo 13:

Discusiones y Animagos


Era bien pasada la medianoche cuando Remus y Snuffles tomaron el camino de regreso hacia las habitaciones de Lupin. No habían encontrado a nadie en el vestíbulo, y aunque Sirius estuviera en su forma canina, estaban contentos de que no hubiese nadie.

Sirius se transformó una vez la puerta estuvo asegurada y miró a su alrededor.

-No está mal, profesor Lupin – admiró -. Puedo acostumbrarme a esto – se metió en el dormitorio y miró alrededor -. Bonito. Muy bonito - reapareció -.Y – dijo, dejándose caer en el sofá -. ¿Vas a hablarme sobre ella o qué?

-¿Lorien? –preguntó Remus.

Sirius balanceó los ojos.

-Sí. Has estado evitando el tema toda la noche.

Remus cogió una silla y se sentó de cara a Sirius.

-¿Qué quieres saber? – le preguntó Remus cautelosamente.

-Bueno ¿cómo es? – inquirió Sirius.

-Tiene un corazón de oro – empezó Remus.

-Sí, tiene que tenerlo para colarse por un tío andrajoso como tú - Sirius se rió disimuladamente.

-Ves, eso es por lo que he estado evitando el tema – le regañó Remus.

-Lo siento, lo siento. Sigue – Sirius sonrió pidiéndole disculpas.

-Tiene mucho talento. Está bastante versada en las Artes Curativas – Remus continuó con sus observaciones sobre Lorien.

Black miró hacia su mano.

-Ya lo he visto.

-Tiene un gran sentido del humor, pero puede ser también algo seria a veces. ¿Te diste cuenta de que es una bruja Nemorosi? – le preguntó.

-¿Eso no va de que no usan la varita y tal? – inquirió Sirius.

-Sí. Y no sabes qué más, Sirius, ella es una animaga... Bueno… casi – Remus frunció el ceño un poco al hablar.

-¿Casi? – preguntó Black.

Remus se lo explicó.

-Esa cosa de la leyenda es un montón de basura – dijo Black -. Ella tendría que hacerlo. La ayudaré si quiere.

-Le haré saber tu ofrecimiento – respondió Remus.

Sirius miró a su antigua amigo a los ojos.

-Te gusta de verdad ¿no? – estaba serio en ese momento.

-Sí – suspiró Lupin con una sonrisa.

-De acuerdo entonces. ¿Qué te parece ir a tomarnos un aperitivo, viejo colega? – Black señaló a la puerta.

-Canuto, es pasada la medianoche – dijo Remus, algo irritado.

-¿Qué? ¿No se puede tener hambre después de medianoche? – preguntó.

-Está bien, iré a la cocina – Lupin se dio por vencido.

-Excelente.





Remus estaba cerca de la entrada secreta a la cocina cuando advirtió a alguien más en el vestíbulo. Se sorprendió al encontrar a Lorien caminando hacia él.

-Hola. ¿Qué estás haciendo, Remus? – le preguntó Lorien mientras se acercaba.

-Buscando un aperitivo para Sirius – dijo Lupin, sacudiendo su cabeza y riéndose un poco.

-¿Habéis vuelto sin problemas entonces? – inquirió ella.

-Estaba chupado – Remus le guiñó un ojo.

-Bien – Lorien miró a su alrededor y luego puso sus brazos alrededor de su cuello -. Bésame.

-¿Qué? ¿Aquí en el vestíbulo? – había un fingido horror en su cara.

-Sí - se apretó contra él.

Él le rodeó la cintura y la atrajo hacia sí. Cuando la besó una ceja se levantó y dijo apartándola:

-¿Qué has estado bebiendo? Hueles como a vino – dijo Remus de un modo perplejo.

-Probablemente porque eso es lo que he estado bebiendo – se rió ella.

-¿Me he perdido una fiesta? – se burló.

-No – respondió Lorien.

-¿Qué? ¿Decidiste emborracharte tú sola? Sirius y yo nos habríamos alegrado de acompañarte – Remus se rió por lo bajo un poco ante aquel pensamiento.

-No estoy, ni mucho menos, Remus, borracha. Sólo me he tomado dos copas de vino.

Remus se dio cuenta de que no estaba sonriendo.

-Lo sé. Lo siento, sólo bromeaba. ¿Qué estás haciendo aquí abajo? – preguntó con curiosidad.

-Vengo de camino de la mazmorra – respondió Lorien.


Remus se puso mortalmente serio en un instante. Había estado en la mazmorra y había estado bebiendo vino. Le dio pavor hacerle la siguiente pregunta.

-¿Qué estuviste haciendo en la mazmorra, Lorien? – intentó de que sonara casual, pero tuvo miedo de que la pregunta no fuera por ahí.

-Fui a ver a Snape – dijo ella.

El hielo se agarró al estómago de Lupin.

-¿Es con él con quien estuviste bebiendo? – le preguntó ácidamente.

Ella le lanzó una fría mirada y se apartó de él.

-¿Lorien? – persisitió.

-Sí.

Lupin le frunció el ceño.

-¿Puedo preguntar por qué?

-Él me invitó – declaró.

-¿Qué? ¿Él qué? – Lupin no estaba seguro de haber escuchado correctamente.

-Me invitó, Remus. Fui a verle para pedirle algunos suministros, estaba bebiendo vino y cortésmente me ofreció un poco – le explicó ella como si le estuviera explicando un concepto difícil a un niño.

Remus ahora estaba enfadado, pero mantuvo la voz baja.

-Podrías haber dicho que no.

Los ojos de Lorien relampaguearon.

-Sólo porque a TI él te disguste no significa que a mí también. Lo siento por ti si esto no te gusta. Él fue cordial y yo educadamente acepté su invitación. ¿Es eso un crimen?

-Te quedaste para tomar dos copas – su tono era acusador.

Aquello estaba yendo muy lejos.

Lorien dio un paso para acercarse a él y miró a Remus a los ojos. Su voz fue como un áspero susurro.

-Sí, lo hice... y disfruté… cada… minuto… que… estuve allí.

Se dio la vuelta y atravesó el vestíbulo, dejándole solo en frente de de la cocina.

Sirius levantó la cabeza cuando Remus finalmente volvió con la comida que había ido a buscar.

-¡Ya era hora! ¿Qué es lo que... – se interrumpió al ver la expresión de la cara de Lupin.

-¿Qué pasa, Lunático? – Sirius pudo ver que algo preocupaba a Remus por la expresión de su cara.

-Nada – dijo Remus bruscamente.

-Pues es un nada bastante grande por la expresión de tu cara. Ey, soy yo quien te está hablando. ¿Me lo quieres contar? –le persuadió Sirius.

-Estaba en la mazmorra – la voz de Lupin era tirante.

-¿Qué? ¿Quién estaba? –Sirius no le estaba siguiendo.

-Lorien – dijo Remus silenciosamente.

-Vale ¿y? – Sirius aún no lo entendía.

Remus levantó la cabeza enfadado.

-La mazmorra, Black. Fue a la mazmorra mientras estábamos fuera.

-No quiero saberlo – Sirius estaba empezando a comprender.

-Estuvo con Snape – Remus escupió las palabras.

Sirus se puso visiblemente disgustado.

-¿QUÉ? Ese flaco hijo de... ¿Qué diablos estaba ella haciendo?

-Bebiendo vino – dijo Remus amargamente.

-¿Con SNAPE? Lupin me estás creando dolor de cabeza – gimoteó Sirius.

-Imagina cómo tengo yo la mía – dijo Lupin.

-¿Por qué rayos querría nadie ir y hacer algo como eso?

-Ellos se llevan bien – admitió Remus.

Los ojos de Black estaban como platos.

-Espera... Espera... ¿Me estás diciendo que a ella le gusta él lo suficiente como para pasar la noche del sábado bebiendo con él? Lunático ¿dónde diablos encontraste a esa mujer? ¿Cómo te diste cuenta?

-Ella me lo dijo – respondió él.

Remus le relató la discusión delante de la cocina.

Sirius estuvo en silencio durante un largo rato, después supiró y habló:

-Tienes un problema, amigo.

-¿Snape? – preguntó Remus.

-No. Tú – le dijo Sirius con delicadeza a su amigo.

-¿Yo? – preguntó Remus incrédulamente.

-Sí. ¿Es que piensas que ella ha hecho algo más que haberse bebido una copa de vino? – le interrogó Sirius.

-No, claro que no, pero…

-Tienes que disculparte con ella – declaró Black.

-¿Qué? – Remus no podía creer lo que Sirius le estaba diciendo.

-La hiciste sentir como si hubiese hecho realmente horrible, y en realidad ella no hizo nada. Quiero decir, sé que es Snape, ¿pero te no habría importado si hubiese estado con otro?

-¿Quién eres tú y qué has hecho con Sirius? – preguntó Remus -. Tú le odias ¿recuerdas?

Black resopló.

-Yo lo sé. Tú lo sabes. Ella no. Es así de simple.

Remus se dio cuenta de que tenía razón.

-Chico, le debo una disculpa ¿verdad?

-Ajá.

-¿En qué estaba pensado? – gimió Lupin.

-No lo estabas haciendo – dijo Black a la ligera.

-Obviamente no – Lupin estaba enfadado consigo mismo.

-Está bien, Lunático. Estas cosas pasan cuando estás enamorado.

Remus alzó súbitamente la cabeza para encontrarse con Sirius sonriéndole abiertamente.

-Ve a buscarla, Remus – le dijo suavemente.

Remus asintió y se marchó.





Lorien estaba furiosa. No podía creerse el modo en que Remus había actuado. Era para pensar que había envenenado a alguien por la manera en que la trató. No había hecho nada malo. Todo era porque él estaba muy susceptible con Snape.

"Esos malditos hombres de Gryffindor son todos tan protectores."

¿Por qué tuvo que decir lo que dijo? Su rabia estaba tomando el camino hacia la frustración cuando hubo un suave golpe en la puerta.

"¿Y ahora qué?"

Remus aguardó al otro lado de la puerta.

-¿Puedo hablar contigo? – preguntó.

-Es tarde – dijo ella en voz baje.

-Lo sé. Sólo un minuto – inquirió Remus.


Le dejó entrar y le miró atentamente.

-Lorien, he venido para disculparme por el modo en el que he actuado. No quería disgustarte. Sé que no hiciste nada malo. Tienes el derecho de ir a donde tú elijas. Es sólo, bueno, ya sabes cómo me llevo con Snape.

Ella asintió pero le dejó continuar.

-Lo siento si me he portado como un celoso. Es sólo que tú eres muy importante para mí, me he pasado un poco de la raya – sonaba sincero.

Lorien suspiró.

-Remus, no tienes nada por lo que estar celoso.

-Lo siento, Lorien. Supongo que debería haber sabido eso – bajó la mirada hacia el suelo.

Ella se movió para dejar caer una mano suavemente sobre su mejilla y él la miró.

-Disculpa aceptada – dijo con suavidad -. Y siento haberme enfadado contigo. Debería haber sido más comprensiva – puso sus brazos alrededor de su cuello y le besó profundamente.

Sirius Black estuvo solo en las habitaciones de Lupin durante el resto de la noche.





El domingo por la mañana Remus y Lorien se llevaron el desayuno a escondidas a su habitación. Se encontraron a Sirius tirado sobre la cama de Lupin vestido y roncando.

Remus se acercó al lado de la cama y agitó un pedazo de tocino debajo de la nariz de Black, provocándole para abrir los ojos. Lupin se rió de él.

-Buenos días – dijo Lorien desde el rellano de la puerta.

-Buenos. Supongo que perdonaste a este tío – Black señaló a Lupin.

Lorien se sonrojó un poco, pero sonrió y asintió.

Los tres desayunaron juntos en la mesa pequeña.

-Así que – empezó Black -, aquí Lunático me contó que estabas intentando ser una serpiente.

Ella miró interrogantemente a Remus. Él le dirigió una sonrisa como disculpa, Lorien se volvió hacia Black.

-No estoy segura aún – respondió.

-Lorien, esa leyenda es un manojo de basura. Creo que debería hacerlo – dijo Sirius entre bocados.

-¿En serio? – le divertían sus maneras directas.

-Sí. Es lo mejor del mundo. Te lo puedo decir – dijo deliberadamente.

-Apuesto a que sí, Snuffles – se burló Lorien.

Sirius se detuvo a medio masticar.

-Ten cuidado, cariño, el nombre es Canuto. Además, puedo ayudarte si quieres. No es que no puedas hacerlo tú misma, pero está bien tener a alguien como guía.

-Aprecio la oferta, Sirius – respondió Lorien educadamente.

-En serio deberías hacerlo, Lorien. A Remus no le gustaría algo más que ser abrazado por una gran serpiente.

Ella se rió mientras Remus arrugaba la nariz.

-No sólo eso – se inclinó hacia ella y bajó un poco la voz -. Creo que hay algo sexy en las serpientes.

-Honestamente, Sirius – intervino Lupin -. Debes estar bromeando.

-En realidad no – admitió él.

Remus encogió los hombros pero Lorien puso una mano en el brazo de Black.

-Creo que me gusta este hombre – se rió más fuerte cuando Sirius la agarró y la atrajo hacia él.

-Eso está bien, pegas conmigo, cariño.

Remus sólo agitó su cabeza, pero estaba contento de ver que los dos se llevaban tan bien.


-Sabes, podemos probarlo hoy si quieres – sugirió Sirius.

-No lo sé – dijo Lorien con reticencia.


-Oh, vamos. ¿Dónde está tu sentido de la aventura? Necesitas tener uno si vas a perder el tiempo con este tipo – señaló a Lupin.

Lorien miró a Remus.

-¿Qué piensas?

-Es cosa tuya, pero creo que deberías hacerlo – respondió.

-Muy bien. Lo haré – dijo con decisión.

-Ésta es una chica valiente – Sirius se levantó y le ofreció su mano -. ¿Vamos? – la acompañó hasta el sofá.

Remus se levantó y se fue hacia la habitación.

-¿Dónde vas? – le preguntó Sirius.

-No creo que pueda ver esto. Estaré aquí ¿vale? – Remus estaba pálido.

Remus y Lorien elevaron los ojos.

Lorien se sentó en el sofá y Sirius se arrodilló en frente de ella tomando sus dos manos entre las suyas.

-Puede que esto sea un poco raro, pero estaré aquí ¿de acuerdo? – dijo tranquilizadoramente.

Ella asintió.

-He hecho esto hace poco.

-Bien. Va a ser difícil al principio, como subir los peldaños de una escalera o ir cuesta arriba, pero una vez estés arriba estará chupado después de todo. Tienes que luchar por cada paso al principio. No intentaremos nada más, hoy sólo calentaremos.

Ella asintió de nuevo.

Sirius empezó a guiarla.

-Bien, cariño, reclínate, cierra los ojos y aclara tu mente.

Lorien hizo lo que le decía.

Sirius le dio un minuto o dos y entonces empezó a entrenarla de nuevo.

-Ahora concéntrate. Tienes que centrarte en tus sentidos primero. Son lo más primario. Quieres ver, oír y oler todo desde el punto de vista animal. Yo encontré que me ayudaba concentrarme en el olor primero. Prueba eso.

Ella mantuvo los ojos cerrados y a penas asintió.

Se concentró en el obvio aroma de la habitación. Los restos del desayuno, la leve humedad del sofá. Dejó abrir su mente, la dejó deambular, buscando por debajo de las corrientes de olor que ella sabía que habían allí. Volvió su atención hacia Sirius.

Cuando abrió los ojos para mirarle, él supo que iba por el camino correcto. Sus ojos no le estaban mirando, sino que miraban a través de él. Ella se inclinó hacia él para recoger su aroma y se pegó a él – humano con algo vagamente canino. Se reclinó de nuevo y vio que el aroma se quedó con ella, aún a través de la gran distancia.

Pudo sentir una energía diferente empezando a surgir en sus venas. Lo buscó, luchando por agarrarlo y atraerlo hacia ella. Dio un paso hacia arriba y se detuvo para sostenerse en el suelo. El olor de Black era fuerta y ahora podía pillar también el familiar aroma de Lupin.

Abrió los ojos una vez más y Black dio un leve salto. Dorados ojos de reptil estaban centrados en algún lugar detrás de él.

-Buena chica. Reténlo. No vayas muy rápido ahora. Un paso y entonces agárralo.

Apenas un perceptible asentimiento.

Redobló su concentración y se concentró en la energía que ahora fluía leve pero constantemente a través de sus venas. Luchó por dar otro paso y entonces lo retuvo. Su respiración empezaba a hacerse más rápida.

-Paciencia, cariño. No mucho al mismo tiempo. Respira lento otra vez. Concéntrate.

Sirius la había dejado ir ahora y había dado un paso hacia atrás.

Era difícil retenerlo en esa etapa y luchó por cada segundo. Finalmente, su respiración se estabilizó y fue capaz de seguir adelante.

La energía era más fuerte en sus venas, fluyendo por sus músculos, su piel. Sintió un extraño hormigueo en los dedos de su mano, en los dedos del pie, en sus muñecas y en sus tobillos. Agarró la sensación y la retuvo. Su respiración era otra vez rápida.

-Mira a ver si puedes mantenerlo ahí – la voz sonó lejana.

Ella lo agarró, luchó y se pegó a él. No descendería por la cuesta.

-Un poco más – le dijo Black -. Remus – le llamó -. Tendrías que ver esto.

-¿Está bien?

Remus entró a la habitación. Una aguda toma de aire por su parte atrajo la atención de Lorien y no pudo sostenerlo más. Lo dejó ir.

Su cabeza se desplomó hacia adelante.


Remus iba a ir hacia ella pero Black le retuvo.

-Dale un minuto.

Pasaron varios, pero Lorien finalmente alzó la cabeza y miró a los dos hombres de pie sobre ella. Les sonrió débilmente.

-¿Cómo lo he hecho, entrenador? – preguntó Lorien.

-Excelente – Black le sonreía -. ¿Quieres decírselo? – le dijo a Remus.

Remus asintió enfáticamente.

-¿Decirme qué? – preguntó Lorien.

-Lorien – dijo con emoción -. Seas lo que seas, no eres una serpiente.

-¿No habían escamas? – preguntó ella, un poco confundida.

-Oh, habían escamas. En tus manos y brazos, pero...

Ella le interrogó con un susurro:

-¿Pero qué?

-Tenías garras.

Le llevó un momento entender el significado de lo que estaba diciendo. No era una serpiente. No era una serpiente.

Dio un gran salto del sofá con un grito y agarró a Remus en un abrazo. Lo dejó ir y abrazó a Sirius que la levantó y le hizo dar una vuelta alrededor. Le dejó ir y abrazó a Remus otra vez, encontrándose a sí misma besándole.

Sirius silbó y miró hacia ninguna parte de la habitación por varios largos segundos.

-¡Ésa es la mejor noticia! ¡No puedo decirte lo aliviada que me siento! – dijo Lorien cuando Remus la soltó.

Se puso seria y miró a Sirius.

-Tenemos que intentarlo otra vez – dijo Lorien súbitamente.

-¿Qué, ahora? – preguntó Black.

-Sí.

-Lorien, deberías tomarte un respiro.


-Ahora – dijo suavemente, pero no había ningún error en su determinación.


Notas a los reviewers:

Rinoa: *con su acostumbrada patada de saludo XD* En realidad cuando yo leía el 4º libro ya sabía que Cedric iba a morir, no porque fuera adivina sino porque también me hicieron un spoiler como tú le hiciste a tu hermana :P, fue mi primo 'aka. el niño que me metió en el mundo de HP' el que me dijo antes de que empezara a leer el libro: "El cuarto es el más guapo, eligen a Harry campeón de Hogwarts para un Torneo en el cual se enfrentan los mejores magos del mundo y se muere Cedric. Ya verás qué guapo." Y yo: O.O pensando que quizás mi memoria de corto plazo lo olvidaría enseguida, que lo hizo, pero lo volvía a recordar siempre que leía su nombre... ¿Pero qué tienes en contra de Severus/Lorien? Aish, con lo buena pareja que hacen... *^^* Y ya veo la punta de tu bota acercándose vertiginosamente a mi culo X_x

Gwen de Merilon: Estaba pensando yo que...mmm... siendo Sirius tan mujeriego (o imaginándonoslo nosotras tan mujeriego) a lo mejor sí puede ser que haya más perritos como él rondando por ahí... Aix! ¡Y qué ganas de conocerlo en sus tiempos en el cole! *frustrada* Necesito desesperadamente un giratiempo.

Arabella: En realidad a Lorien le importa bien poco que Sirius sea un presidiario o un asesino, teniendo en cuenta que es el mejor amigo de Remus y que 'si tú confías en él yo también'. En realidad creo que Remus ya le contó cuál era la verdadera apariencia de Remus ^__-

Rakshah: ¡Que levante la mano la que se preste a hacerle una castración a Sirius! XD Mm... sobre adaptaciones de los libros en los diferentes idiomas la verdad es que no he leído ninguna que no sea en inglés o español (en catalán me da miedo porque siempre hacen de las suyas tanto en los libros como en las películas). No estoy en contra de que se hagan adaptaciones (como lo de Colagusano, Lunático y cía y los artilugios de magia), pero de ahí a que se cambien del todo los nombres/apellidos de los personajes es una total agresión -_- Y tienes razón, por los fics que he leído en francés sé que Snape pasa a ser Severus Rogue y que Hogwarts pasa a ¡¿Poudlard?! ¬_¬U Para que te/os hagáis una idea aquí va esta url: http://mondeharrypotter.free.fr/pages/traduc/tradpoud.html

Lynn: Estoy dando pasos agigantados en la traducción y teniendo en cuenta que subo un capi cada semana, pues no te preocupes porque dentro de poco estarás leyendo el final de esta primera parte *guiño*

Hatsue: ¡Cierto! Me encanta la conversación entre Lorien/Severus del anterior capítulo, cuando él se le acerca y Lorien se asusta (un poco...) pq cree que la va a besar... ¡qué tensión! En este capítulo sin duda la charla entre Sirius y Remus es genial ^^

Alpa: *otra fan de Remus* *Irene la mira detectivescamente* Sobre la felicidad de Remus y Severus... bueno, está claro que Lorien... *Irene se tapa la boca rápidamente* Ouch! ¡¡Ya me iba a ir de la lengua otra vez!! ^^UUU Sigue leyendo, Alpa. *guiño*