Capítulo 16:
Slytherin
contra Gryffindor
Durante el resto de la semana, Remus estuvo ocupado enseñando y Lorien estuvo
ocupada con sus obligaciones médicas como de costumbre. Sirius se aprovechó de
la seguridad del escondite que se había hecho en las habitaciones de Lupin para
tener la oportunidad de leer y recuperar muchos sueños perdidos.
A mitad de la semana Lorien hizo un viaje a Hogsmeade para comprar unas cuantas cosas que necesitaba. Se detuvo también para conseguir más sanguinaria, cerveza de mantequilla y algunas bebidas más potentes que los dos amigos le habían pedido que comprase.
Una vez de vuelta al castillo, dejó las cosas en la enfermería y fue a la habitación de Lupin.
Sirius estaba solo, sentado en el sofá leyendo El Profeta cuando ella entró.
-Hola, Sirius – dijo Lorien al entrar.
-Ey, abraza-árboles – respondió Sirius desde detrás del periódico.
-No haces gracia
– dijo Lorien luchando por no sonreír -. Te traje las cosas que me pediste –
dejó los paquetes en la pequeña mesa de la habitación.
-Gracias, Lorien. ¿Estás haciendo algo? – le preguntó con curiosidad.
-No mucho ahora mismo – admitió ella.
-¿Quieres hacer una pequeña transformación?
-No tienes que seguir ayudándome si no quieres – le dijo Lorien.
-No me importa en absoluto – dijo Sirius -. Lo estás haciendo muy bien y estoy un poco emocionado por ver el progreso. Me recuerda a cuando Lunático y yo estábamos en la escuela y yo aprendí a transformarme.
-Está bien – le sonrió ella.
-Ven – le dio una palmada al sofá a su lado y se recostó para guiarla cuando
ella se sentó a su lado.
Lorien suspiró profundamente varias veces y entonces se concentró. Los olores se precipitaron hacia ella desde la habitación y el familiar aroma de Sirius topó con su nariz. Era sutilmente diferente esta vez para ella y se dio cuenta de que el cambio en su aroma era debido al hecho de que él también tenía la adrenalina creciendo en sus venas. Era firme cada vez que le hablaba, pero sabía que se preocupaba por su seguridad. Estaba contenta de haber podido pillar la diferencia esta vez.
La siguiente
fase avanzó rápidamente esa vez y Lorien sintió la sensación de hormigueo
subiendo de sus brazos a sus hombros, y de sus piernas a sus caderas.
Internamente estaba sonriendo forcejeando para permanecer en el suelo al que
había llegado.
-Tranquila, Lorien.
Despacio. Está
apunto de hacerse un poco más duro - dijo Sirius a su lado en el sofá.
Pudo oler su ansiedad.
Estabilizó su respiración y mentalmente tomó el siguiente paso.
El dolor le atravesó la espalda y estuvo cerca de perderlo todo. Jadeando, luchó por no perder el suelo ya pisado.
-Tienes que
conseguir luchar para atravesar el camino ahora. Será difícil al principio, pero
te prometo que irá a mejor – Sirius estaba intentando hablar
tranquilizadoramente.
Lorien luchó por calmarse. Sabía que podía hacerlo. Lorien se armó de valor y mentalmente se alzó a sí misma dando otro paso.
Se le escapó un grito y cayó al suelo. Sus hombros le ardían, y sentía como si
alguien le empujara hacia atrás la espalda desarticulándosela. Estaba tumbada en
el suelo gimiendo y escapándosele pequeños gimoteos mientras forcejeaba por
aguantar.
Sirius la observó desde donde estaba sentado, perdiendo el control agarrado al brazo del sofá. Sabía que tenía que dejarla hacer aquello pero no podía evitar querer cogerla y hacerla parar.
"Gracias a Dios que Remus no está aquí", pensó.
La puerta se cerró.
-Qué estás... ¡Lorien! – la voz de Lupin era un mellado susurro. Iba a correr hacia ella cuando Sirius saltó del sofá y lo sujetó por los hombros.
-Lunático, no – dijo.
-¡Está sufriendo! – Remus trató de deshacerse de Black.
-No – le
adviritó Black otra vez.
Lorien gimió en
el suelo.
-¡Sirius, suéltame! – Lupin estaba muy serio ahora y forcejeaba como un loco.
-¡No! ¡Déjala! – dijo Sirius agudamente.
-¡No lo haré! ¡Apártate de mi camino! – gruñó Remus.
-Remus, ella tiene que hacer est…
El puño de Lupin contactó con la mandíbula de Black, haciéndole tambalear. Remus se arrodilló al lado de Lorien.
-¡Lorien! – la levantó de donde estaba tumbada gimiendo en el suelo, completamente humana otra vez, y la acunó en sus brazos.
-¿Remus? – dijo
débilmente y se hundió en él.
Sirius se frotó la mandíbula y suspiró. Lupin le había golpeado bastante bien
pero ya le había perdonado. Sabía que fue sólo la desesperada preocupación por
Lorien lo que le hizo hacerle eso.
Remus se levantó con Lorien en sus brazos y la cargó hasta la habitación pasando a Sirius, le dirigió una mirada de enfado al pasar por su lado. Sirius les siguió.
Remus delicadamente tumbó a Lorien y le tomó el pulso. Era estable y fuerte.
Se giró hacia Black.
-¿¡Qué pasa contigo!? ¿Qué diablos estabas haciendo? – le dijo enfadado.
Sirius fue paciente con su consternado amigo.
-Fue ella quien lo hizo, Remus.
-¡La estabas presionando demasiado! ¡Va a hacerse daño! – su tono era acusador.
-Es ella la que se está presionando, no yo. Y sí, va a hacerse daño, al principio – admitió Sirius.
-Ella… Ella… No
puedes… - Remus luchaba por encontrar lo que estaba tratando de decir.
Black posó una mano firmemente sobre el hombro de Lupin.
-Lunático. Está bien.
Lupin le miró de un modo aturdido.
-Ella va a estar bien, Remus. Podemos con esto. Puede ser bastante duro a veces pero recuerda que es temporalmente – Sirius pudo ver que Remus estaba empezando a calmarse.
Remus miró hacia el suelo.
-Estaba sufriendo – dijo tranquilamente.
-Lunático –
empezó Sirius suavemente -. Ésta es su elección. Ella tiene que elegir aunque tú
no quieras – Sirius comprendía de dónde venía la preocupación de su viejo amigo
sobre el dolor de la transformación.
Cuando Lorien despertó e insistió en que estaba bien para regresar a la
enfermería, Remus finalmente se marchó para dar su siguiente clase.
Estaba
disgustado con él mismo por interferir. Sabía que Lorien podía ser comprensiva,
pero era muy duro verla hacer aquello. Él y Sirius habían acordado que no
estaría presente durante sus transformaciones otra vez hasta que la etapa
hubiera acabado.
Era
muy estresante para todos.
Caminó por el vestíbulo inclinando la cabeza a cada estudiante allí, sonriendo a
uno que acababa de saludarle. Todavía estaba distraído y no se dio cuenta de que
Snape bajaba al vestíbulo hasta que el profesor de Pociones estuvo casi encima
de él.
El ondeamiento de su túnica negra finalmente llamó su atención y levantó la cabeza hacia el cercano mago mientras caminaba.
Asintió en forma de saludo cuando estuvieron cerca el uno del otro.
-Severus.
Snape solía ser brusco con él y esperaba nada más que un rápido asentimiento de
reconocimiento. No estaba preparado para la mirada que el hombre le estaba
dirigiendo ahora.
Snape miró fijamente al profesor de Defensa con tanta intensidad que lo sobresaltó. La mirada continuó hasta que estuvieron en el mismo nivel el uno con el otro y Remus se vio a sí mismo encontrándose con la mirada sin parpadear del mago vestido de negro y la suya propia. Aquello continuó hasta que los dos hombres se separaron y Snape se deslizó más aprisa por el vestíbulo.
"¿Cuál es su problema?"
Remus todavía estaba recuperándose de un paseo emocional por una montaña rusa y la rabia por el irritable Slytherin surgió ante el pensamiento de Lorien pasando el tiempo en la mazmorra con aquel hombre.
Lupin abrió de
golpe la puerta de su clase, casi asustando a los alumnos de segundo año que
había dentro hasta la muerte. No era el profesor Lupin quien normalmente
esperaban que abriese de golpe las puertas.
Snape continuó su camino hacia la enfermería después de encontrarse con Lupin en el vestíbulo.
-Criatura patética – dijo por lo bajo mientras caminaba rápidamente.
Estaba
descontento con la idea de haber visto a Lupin con Lorien la otra noche, pero
también estaba descontento consigo mismo al haberlo aquello obviamente
molestado.
¿Por qué?
Ella no era nada para él. Una colega, nada más. Tendría que sacar
todo aquello de su mente de inmediato. Después de todo, tenía cosas mucho más
importantes por las que preocuparse en un futuro cercano.
Snape vio a Lorien entrar en la enfermería justo delante de él y decidió que no le importaba que fuera atractiva, había estado rodeado de muchas mujeres atractivas que no habían significado nada para él en el pasado. No le importaba que fuera inteligente, muchos de los profesores que le rodeaban eran muy inteligentes así que no era ningún novel.
"Fácil. Sólo bloquea el pensamiento."
Asintió para sí mismo al estabilizarse el problema en su mente caminando hacia la enfermería. Llamó a la puerta del despacho y Lorien levantó la vista de donde estaba al acabar de entrar.
Fue el modo en
el que ella resplandecía y le sonreía lo que lanzó a Severus de nuevo hacia el
desorden. La bruja estaba en realidad contenta de verle y Snape sintió que la
resolución ante el problema se debilitaba considerablemente.
-Buenas
tardes – dijo.
Lorien sonrió.
-Ben tarne, Elixani ator.
Él levantó una ceja como pregunta ante lo que acaba de decir.
Ella se río.
-Severus, sólo deseaba una tarde agradable al maestro de Pociones.
-Ya veo – sintió
que su intento de indiferencia fallaba más -. ¿Y cómo debería dirigirme a una
maestra de las Artes Curativas? – preguntó.
-Remedari atora – respondió ella.
Asintió.
-De acuerdo.
Intentémoslo de nuevo ¿le parece?
Snape retrocedió
fuera del despacho mientras Lorien le observaba irse de un modo divertido. Llamó
otra vez.
-Ben
tarne, Elixani ator – ella le siguió el juego con una sonrisa e inclinó su
cabeza un poco.
-E ben tarne aca, Remedari atora - dijo Severus solemnemente haciendo una reverencia con su cabeza levemente. (Y buenas tardes para usted, Maestra Curandera).
Lorien estaba encantada.
-Eso fue perfecto, Severus – dijo, tocando su brazo brevemente.
Snape sintió su último trozo de resolución para sacarla fuera de su mente
desaparecer.
-Pasó mucho tiempo con un Nemorosi – continuó Lorien.
-Demasiado – respondió él.
Ella asintió comprensivamente, entendiendo a lo que se refería, y después se sentó en el borde de su escritorio.
-¿Y qué más recuerda? – preguntó, sonriéndole.
-Hace mucho tiempo, Lorien. Sólo sé varias palabras – respondió Snape.
-¿Como cuáles? – le presionó ella, ansiosa por ver qué recordaba. Era un placer hablar con alguien que conociese aunque sólo unas palabras de la antigua lengua.
Snape pensó por un momento y decidió satisfacerla.
-Bueno, recuerdo buenos días... Ben ilyan – respondió.
-¿Y buenas noches? - preguntó ella, esperando con expectación.
-Ben botan – respondió, viendo que parecía encantada -. También recuerdo "gracias" y "hola" – dijo -. Creo que es "doci" y "selah" si mi memoria no me falla.
Snape la miró para ver si estaba en lo cierto.
-Sí – asintió ella enfáticamente -. ¿Algo más? – preguntó.
Snape se permitió sonreír un poco.
-Estoy seguro de que si tuviese algún tiempo para pensar en ello podría recordar otro puñado de palabras, y creo que varias frases que escogí no repetir en compañía educada.
Lorien explotó en una carcajada.
-Puedo imaginarlo – dijo, sacudiendo la cabeza -. De todas formas, Severus, estoy impresionada, pero le estoy apartando de sus clases. ¿Necesitaba verme por algo? – le preguntó.
-Sólo por esto – le entregó un pergamino sellado que contenía los nuevos contrahechizos del almacén y del armario de sustancias controladas.
-Oh. Gracias – los puso en la parte superior derecha de su escritorio -. Esperemos que no los necesite.
-Esperemos que no – respondió él volviéndose para marcharse -. Buenas tardes, Lorien – dijo desde el marco de la puerta.
-Buenas tardes, Severus – respondió ella.
Lorien observó al mago vestido de negro mientras se alejaba de la enfermería y se volvió hacia su escritorio, sonriendo ante el pensamiento de él dirigiéndose a a ella del modo Nemorosi.
Snape se encaminó rápidamente hacia las mazmorras otra vez, enfadado consigo
mismo una vez más.
-Idiota – dijo abriendo la puerta de su despacho de un golpe -. Eres un completo idiota.
Pensó en la manera en que se había comportado, y se horrorizó de pensar que había estado intentando impresionar a la bruja. Odio admitir que lo había encontrado agradable cuando aparentemente lo hubo conseguido.
-Criatura patética – dijo sentándose en su escritorio.
Esta vez no se estaba refiriendo al hombre lobo.
Remus todavía estaba ligeramente agitado cuando regresó a su habitación al final
de las clases.
Se
encontró a Sirius solo.
Lupin se arrojó en el sofá con un suspiro con de exasperación.
-Escúpelo, Lunático – Black le miró expectante.
-Me topé con uno de nuestros amigos en el vestíbulo – dijo Remus sarcásticamente.
Los ojos de Black se entrecerraron.
-¿Un amigo?
Lupin le relató el encuentro de miradas a Sirius.
-Ese grasiento delgaducho – empezó Black -. ¿Cuál es su maldito problema? Le daré yo un problema ahora mismo.
-No me gusta, Sirius. No puedo evitarlo, estoy intentando ser de mente abierta pero no me gusta que ella esté con él – admitió Remus a su mejor amigo.
Sirius estuvo pensativo durante un momento.
-¿Ella… sabe lo de él? – preguntó.
A Lupin le costó un minuto entenderle.
-¿Qué fue un mortífago?
No. Estoy
bastante seguro de que no – dijo Remus.
-Deberías dejar caer ese fragmento de información delante de ella. Lo pensaría
dos veces antes de estar con él a solas – dijo Sirius.
Remus pensó en ello por un minuto. Sería la la perfecta forma de resolver aquel
pequeño problema. Asintió de acuerdo.
-Podría ser.
Decidió que encontraría un sutil modo de decírselo.
Fue el incidente de la mañana siguiente durante el desayuno lo que mantuvo firme a Lupin en la solución del problema. Los estudiantes y profesores sin distinción salían desordenadamente del Gran Comedor para prepararse para las clases. Se dirigió hacia donde Lorien se había detenido para hablar con Cho Chang durante un momento. Ella lo vio venir y sonrió mientras acababa de decirle algo a la buscadora de Ravenclaw y asintió. Cho se marchó.
Estaba a punto de hablarle cuando algo más la distrajo y le sonrió, levantando un dedo para indicarle que le diera un minuto.
-Profesor Snape – llamó al mago cuando él pasó por su lado.
Snape se volvió hacia ella, su mirada yendo de ella hacia el hombre lobo de pie a su lado y de nuevo hacia ella. Su mente Slytherin empezó a trabajar.
-¿Sí, señorita Lorien? – su voz era suave cuando se dirigió a ella cordialmente.
-He olvidado los suministros que le debo. Se los llevaré a la mazmorra más
tarde, si es conveniente.
-Pero por supuesto – sus negros ojos se apartaron de Lupin.
"Al Gryffindor idiota no le gusta la idea ¿me equivoco?", pensó.
Snape continuó, acercándose a Lorien.
-Cuando quiera es conveniente para usted, Lorien. ¿Al anochecer, quizás? – sonrió maliciosamente en su mente al notar que Lupin parecía forcejear para mantener el control.
-Sí, tendré un rato entonces, Severus – dijo Lorien y el asintión.
-Bien – le dirigió una breve sonrisa -. Esta noche.
-Buenos días,
Severus – Lorien empezó a volverse hacia Remus.
-Buenos días... Sylvanesti – dijo Snape muy educadamente.
Lorien se giró hacia él y le dirigió una dulce sonrisa.
Ahora fue el turno de Lupin de mirar fijamente al mago de ropas negras. Sus ojos le taladraron la espalda al él alejarse.
-¿Remus? – la voz de Lorien lo trajo de vuelta -. Vas a llegar tarde a tu primera clase – le regañó.
-¿Uh? Oh, es cierto, ¿Te veré más tarde? – preguntó.
-Si no me he muerto prematuramente en el vestíbulo – bromeó ella.
El humor de
Remus se aclaró un poco.
La
habitación era silenciosa y oscura. La única fuente de luz y sonido era el
crepitar del fuego en la chimenea ante el alto respaldo de la silla.
El bajo y medio calvo hombre titubeó por un momento antes de entrar en la habitación. Traía buenas noticias esta vez, pero aún así no le entusiasmaba ser el que debía traérselas.
-¿Vas a quedarte ahí todo el día? – preguntó la voz expectantemente desde el asiento.
-No, señor – Colagusano se forzó a sí mismo a acercarse al asiento delante del fuego.
-¿Tienes noticias?
-Sí, señor. Todo ha sido organizado.
-Bien. ¿Puedo contar que haya sido correctamente? – preguntó el Señor Oscuro.
-Sí. Fincastle lo está comprobando.
-Muy bien. Él es más... fiable –dijo Voldemort desde el asiento mientras miraba fijamente al fuego, sus dedos tanteando delante de él.
-¿Y la tarea siguiente? – continuó -. ¿Asumo que todo estará listo a final de mes, Colagusano?
-Sí, señor – chilló Colagusano -. Todo el mundo está preparado.
-Estupendo. Bien
entonces, debemos llamar a nuestro viejo amigo ¿no?
Colagusano entrecerró los ojos.
-Sí, creo que
debemos, señor.
-Estoy contento de que estés de acuerdo.
Lorien entró en la habitación de Lupin aquella tarde para encontrarse a los dos
amigos sentados en el sofá uno al lado del otro, los pies sobre un alzapiés que
habían puesto delante, cada uno con una copa en la mano. Por cómo estaba la
botella de la mesa aquella no era probablemente su primera copa.
-Sois tal para cual – observó con una sonrisa.
-¿A que sí? – Lupin estaba riéndose.
-Podemos hacer un trío – Black le dirigió una maliciosa mirada y palmeó su regazo para que ella se sentara.
Lorien negó con la cabeza.
-No lo creo – pero estaba riéndose.
-No, en serio. Únete a nosotros, cariño – Black señaló la botella en la mesa.
-No, creo que voy a dejaros solos – se dirigió hacia la puerta -. ¿Necesito cerraros con llave o vais a comportaros?
-¿Nosotros? – preguntó Black inocentemente.
-Nunca – dijo Lupin con una sonrisa traviesa.
Lorien se paró por un momento, su mirada fue de uno hombre al otro. Probablemente había pasado mucho tiempo desde la última vez que fueron capaces de relajarse y sólo divertirse. Sonrió e hizo un ademán de marcharse.
-¡Lorien!
Vio a Remus alzar una ceja, aguardando.
Suspiró y fue al sofá para besarle.
-¿Y yo qué? – gimoteó Black, tomándole el pelo.
Lorien le dio un rápido beso también.
-Ahora, quiero que os quedéis aquí sentados en silencio y seáis buenos – caminó hacia la puerta sacudiendo su cabeza y sonriendo para sí misma.
-¡Ey! – se rió Lupin dando un codazo a Black otra vez en las costillas cuando Lorien se hubo ido.
-¿Qué? – Sirius parpadeó inocentemente.
-Ya es suficiente con tener que preocuparme por Snape – bromeó Remus.
¡Snape! Lorien iba a las mazmorras.
-¿Se lo CONTASTE? – le preguntó Sirius.
-No, no he tenido la oportunidad – dijo Remus.
-Aún puedes alcanzarla – Sirius miró hacia la puerta.
Por un breve
instante Remus pensó en correr tras ella y advertirle. Quería contárselo, quería
que lo supiera, que despreciase al hombre por lo que había sido.
-No – dijo con suavidad.
-¿Qué? – preguntó Sirius incrédulamente.
-No puedo, Canuto – dijo Remus, sacudiendo la cabeza.
-Bueno, entonces
lo haré yo – se ofreció Sirius.
-No. Eso no está bien. Ella se dará cuenta por su propio pie. Quizás él se lo diga – dijo Remus.
Black bufó.
-Sí, claro.
Remus expuso su razonamiento.
-No caeré tan bajo. Recuerdo cómo fue cuando él dejó ir que yo era un hombre lobo. Quería causarme problemas y lo hizo. Me niego a hacer lo mismo. Lorien es una bruja lista. Tiene que darse cuenta por ella misma, y entonces formarse su propio pensamiento sobre él.
Sirius miró fijamente a Lupin.
-Bien, Señor Lunático. Estoy impresionado.
-¿Por qué? – preguntó Remus.
-Yo se lo habría dicho enseguida y entonces le habría retorcido el pescuezo a ese bastardo como buena medida – respondió Sirius.
-Me gustaría hacerlo – Remus sonrió a su amigo -. Por favor, no se lo digas ¿vale?
Sirius prometió que no lo haría.
Notas a los reviewers:
Jack Dawson: Me alegro que te guste ^^ Yo en realidad opino que cualquier mago que se precie debería saber hacer magia sin varita... Creo que Dumbledore debería pensarse el crear una nueva asignatura "Técnicas de Magia sin Varita" *risas*
Alpa: Bueno, creo que mejor no diré nada sobre triángulos amorosos ^^U Tampoco diré nada sobre el próximo capítulo... *sonriendo de oreja a oreja*
Rakshah: ¡Rápido un cubo de babas para ella! ¡Aquí aquí! Por cierto, ¿no sientes como una paz interior ahora que cada vez queda menos para las vacaciones? Yo incluso creo escuchar cascabeles XDD
Akane Wakashimatzu: ¡Petición para que en el próximo review que dejes me expliques de qué personaje es el apellido tu nick! Porque es que me suena, me suena, me suena, pero no logro saber de qué O.o Desgraciadamente para tus /babas/ *broma* este fic está centrado más en Lorien y su relación con dos profesores que en los alumnos de Hogwarts. El otro fic que estoy traduciendo es la trilogía "Darkness & Light" de R.J.Anderson, "Mi nombre es Severus" ya fue traducido por Daga en su día ^__-
Hatsue: Hablando sobre transformaciones... ¿Alguien se ha preguntado alguna vez qué animal le iría bien a Severus en versión animago? XD Y sobre relaciones yo sigo opinando que Lorien/Severus desborda pasión por los cuatro costados ^^
Arabella: No, the transformation itself isn't pretty at all (and this chapter is an example) but i refer to the consequence of her transformation... Damn, Arabella-chan, you're mysterious!! You have to promise me you'll tell me who do you think Gaby's father is! T__T
Gwen: Aquí la defensora nº1 de Remus versus la defensora nº X de Severus XDD Me muero por ver tu reacción en el próximo capi *malamalamalamala*
Lynn: Sólo tienes que visitar mi profile para ver cuál es el otro fic que traduzco: "Darkness & Light". ¡Y que viva la severitis! XD
